Kaiserwalzer [Tsuki Kageyama]

por **Sasha Nureyev** Lun Dic 26, 2011 10:01 am

Recuerdo del primer mensaje :

Caminé al son tenue de los violines, la danza aún no había comenzado y los invitados conversaban entre ellos en pequeños corrillos. Yo, sorprendentemente dada mi cuna, me sentía fuera de lugar, ¿la causa? Simple.
No tenía pareja. Hecho que no dejaba de asombrarme, sin duda y dada mis cualidades, podría haberla encontrado perfectamente, pero ninguno de mis modelos me había satisfecho lo suficiente a pesar de que en aquel momento lamentara semejante dato en grado sumo. Supongo que interiormente me avergonzaba de no tener nadie con quien danzar pese a mi atractivo físico.

Y no había ni una sola dama sin compañía en el salón.

Ajusté un poco mejor mi antifaz granate oscuro, del mismo tono que mi larga chaqueta de terciopelo, y continué andando hasta la entrada, entonces fue cuando la vi.

Era la perfección encarnada.

Se trataba de la mujer más bella que había visto en toda mi vida que tímidamente terminaba de entrar por la puerta ataviada con un delicado vestido morado. Tapaba su rostro con un antifaz de terciopelo también morado rematado por plumas de pavo real, sin embargo la pequeña máscara no podía ocultar la belleza de sus enormes ojos almendrados, que sin duda habían capturado los míos.

Me acerqué a ella, o más bien a él, pues se trataba de un hombre como pude constatar al hallarme más próximo, tratando de moderar mi nerviosismo, sintiéndome casi como un adolescente que conoce a su primer amor. Con cuidado, extendí una mano hacia él, acariciando su hombro desnudo a causa del vestido, maravillándome de la increíble suavidad de su piel tan pálida como la mía. Se volvió y pese a lo que había esperado, me pareció aun más hermoso que antes.

-¿Me haríais el inmenso honor de concederme este baile?- Pregunté inclinándome elegantemente y extendiendo mi mano en su dirección.

por **Sasha Nureyev** Jue Dic 06, 2012 9:11 pm

Lo sostuve entre mis brazos sintiéndome más vivo de lo que me había sentido nunca, acaricié las heridas de su cuello que ya habían comenzado a sanar notando un temblor recorrer su cuerpo y sonreí, él sabía que era mío.

–Tú eres mi sol- murmuré apoyando la barbilla en su cabeza, no necesitaba más. Si en aquel momento hubiera penetrado en el cuarto un rayo traicionero del astro rey, no me habría importado morir entre sus brazos, lo habría hecho dichoso.

Sin embargo, la noche aun era joven y por tanto podríamos permanecer abrazados unos cuantos minutos más. No lo solté en ningún momento, era como mi bote salvavidas. Su respiración se fue tranquilizando, y pude notar como sus piernas comenzaban a ceder, lo levanté con cuidado y sonreí al ver sus bellos ojos cerrados, ahora su maquillaje plateado y violeta se podía ver en todo su esplendor, pero yo lamentaba no poder clavar mi mirada en sus dulces pupilas de cobre. Dentro del mismo salón lleno de espejos, lo tumbé en un hermoso diván de terciopelo bebiendo de su perfecta figura envuelta en telas nobles.
Una nube se movió haciendo que un único rayo de luna cayera sobre el durmiente, su luz plateada hacía brillar al piel de Jasmine como si fuera de porcelana perlada. Sin embargo, la intensidad le hizo despertar. Durante un momento, mi bello acompañante miró a su alrededor sin saber muy bien dónde estaba, en cuanto me vio, me sonrió y yo aproveché su confusión para robarle un beso que, a pesar de que ya habíamos declarado nuestro amor mutuo, sabía aún mejor que los anteriores, a sorpresa y rosas con unas pizcas de miel.

–Desearía verte despertar de este modo cada día, ambos envueltos en la seda de mis sábanas carmesí, que acentuarían la hermosura de tus rasgos y el incomparable brillo de tus ojos- susurré seductoramente contra sus labios cuando nos separamos –Por las mañanas nos acostaríamos uno junto al otro, y por las noches nos despertaríamos con nuestros miembros entrelazados en un abrazo que ambos desearíamos, durara para siempre- le describí mi sueño con una sonrisa, al ver cómo su cara se iluminaba con cada palabra que pronunciaba.

–Tal vez todavía sea demasiado pronto, moya lyubovʹ, pero sé que algún día, esa visión será una realidad.

por **Tsuki Kageyama** Jue Feb 21, 2013 11:55 pm

Nos fundimos en un abrazo del cual no me gustaría jamás separarme. Ese hombre me hacía sentir bien, como nunca antes había pasado y no deseaba dejarlo ir, aunque por lo que me mostraba aquello era mutuo y me gustaba. Aspiré su aroma a la vez que le escuchaba y solté una suave risa por lo dicho, Alexei era muy encantador, no quería que ese momento se acabara así que me aferre más a su cuerpo. Sintiendo como se apoyaba en mi cabeza y cerrando los ojos tan sólo por unos segundos o eso era lo que quería pero mi cuerpo simplemente tuvo otros planes y la oscuridad me envolvió por completo.

Para cuando abrí los ojos estaba recostado en un diván, sólo había cedido por a lo sumo unos cuantos minutos, así que no era nada grave. Debía de entenderse ¿Verdad? Nunca antes había perdido sangre de manera tan brusca y a tal cantidad pero si era para él yo podría acostumbrarme a cualquier cosa. Sonreí para Alexei para que no sintiera preocupación y a cambio recibí un beso que me tomo de cierto modo por sorpresa pero que no negaría que me encantaba. Todo lo que viniera del vampiro lo hacía, se había robado mi corazón en poco tiempo.

- ¿Así? -pregunte alzando una ceja, lo que me había dicho segundos después del beso me parecía una idea bastante agradable- aquello me parece magnifico, a mi me encantaría despertar a tu lado -mi rostro mostraba gran ilusión y lleve una mano a su mejilla dejando una leve caricia- sería agradable ver a este guapo hombre como primera imagen al despertar -me reincorpore y suspire terminando después por formarse una sonrisa en mi rostro, tenía razón era demasiado pronto pero como él decía algún día se cumpliría ese sueño- esperare ese día con muchas ansias, te adoro.

Susurre echando mis brazos a su cuello como al principio y di pequeños besos por todo su rostro, estaba mucho más repuesto de la perdida de sangre y mejor era pararme. Me separé y levante del diván acomodando un poco mi vestido, habíamos estado mucho tiempo ahí encerrados ¿Verdad? Ya podía imaginar que estarían murmurando aquellas personas allá fuera si se percataron que dos de sus invitados se fueron a un lugar privado de aquel palacio. Aunque lo que más me preocupaba de que así fuera era otra cosa.

- ¿Es muy tarde? No lo pregunto por lo que debe de estar pensando las personas afuera por encontrarnos nosotros dos aquí encerrado, si no que, no me gustaría que te pasara algo en el trayecto a tu casa.

por **Sasha Nureyev** Miér Mayo 08, 2013 8:19 pm

Sonreí, por supuesto Tsuki tenía razón, sería mejor que saliéramos si no queríamos que nos sacaran cantares, pero por otro lado... Allí a la luz del astro que le daba el nombre, estaba tan bello, que podría dejar de lado lo que pensaran el resto de invitados.

Acaricié sus brazos desde mi cuello hasta su cintura, delineando los dibujos de su corpiño, pensando en cómo sería realizar aquellos mismos patrones sobre la piel que aquella hermosa pero a la vez molesta tela, ocultaba. Miré entonces al cielo, que comenzaba a aclarar, y me dí cuenta de que había llegado la hora de que me marchara, sin embargo no quería que acabara tan pronto, la sola idea de alejarme de él, después de haber sentido su sangre en mis labios, después de haber estado tan cerca de tenerlo solo para mí, completamente abandonado entre mis brazos.

Acaricié su cara levemente y le besé -Tienes razón, Tsuki, queda poco para que amanezca- pero entonces le miré preocupado, ¿tendría donde quedarse? -¿tu tienes alojamiento cercano moya lyubov'? Si el sol te alcanzara te pasaría lo mismo que a mí. Y no podría soportar que nada te ocurriera- susurré contra aquellos labios que eran mi perdición, sabía que debíamos apartarnos, irnos cada uno a nuestro escondite diurno, pero el simple hecho de tener aquellos hermosos belfos a mi disposición me hacía olvidarme de todo. El sol, la luna y el mundo no significaban nada para mí si Tsuki estaba a mi lado.

Haciendo de tripas corazón lo separé de mi, echando de menos su calor de inmediato, y tomé su mano -Ven, te acompañaré fuera para asegurarme de que estás bien- le dije, provocando una risita con mis palabras, estaba seguro de que llevaba siglos apañándoselas perfectamente sin mí, pero aun así, aunque lo hubiera intentado no habría podido evitar que mi vena sobreprotectora surgiera con fuerza.

Ignoramos a la gente que bailaba, a los que nos miraban con sorpresa, el baile duraría hasta el amanecer, pero por supuesto nosotros no teníamos tanto tiempo. Le llevé hasta la puerta sin dejar escapar sus dedos, una vez en la escalinata repasé con la mirada su hermosa figura una última vez, sabía que jamás podría olvidarla, pero a pesar de todo sentí la necesidad de rememorarla, solo por si acaso.

Esta vez, a la vista de todos, le besé en la mejilla -Ve, mi bella luna de oriente, y no temas, ahora que tu sangre corre por mis venas, te buscaré cuando vuelva a caer la noche-

Nos despedimos y se fue, yo me quedé allí parado, solo, hasta que su silueta delicada se fundió con la noche moribunda, luego me di la vuelta, y emprendí mi regreso a casa.

Tal vez el próximo día pudiera averiguar cómo era hacerlo mío.

por **Tsuki Kageyama** Lun Mayo 20, 2013 1:48 am

Un suspiro placentero se escapo de mis labios en el momento en que sus manos recorrieron parte de mi cuerpo, terminando en mi cintura. Sin duda Alexei provocaba cosas que jamás nadie me había hecho sentir y en este momento quería más, pero no se puede, falta poco para el amanecer y el pensar que vive lejos me preocupaba. Él rubio es demasiado perfecto para recibir algún daño o morir, esa ultima palabra me estremeció, no debía de pensar ese tipo de cosas.

- Mi bello Alexei -murmure después de que sorpresivamente besara mis labios - yo estaré perfectamente, vivo relativamente cerca. Quien me preocupa eres tú -acaricie su brazo jugueteando un poco con mis dedos en aquella zona. Lo que había dicho era verdad, mi casa no quedaba para nada lejos y la de él... suspire soltando después una risita por lo que dijo ¡Como se preocupaba por mí!.

Nos encaminamos fuera de esa habitación para aparecernos a la vista de los invitados que algunos nos miraban con sorpresa por haber salido de quien sabe que parte de la casa, algunos deberían de estar pensando cualquier morbosidad pero en realidad no paso nada. Solo dos personas que expresaron sus sentimientos hacia el otro, sonreí ante el recuerdo y al llegar a la puerta nos detuvimos. Un beso en la mejilla y una nueva sonrisa que no quiso desaparecer de mi rostro quedo ahí.

- Espero que nuestro próximo encuentro sea pronto, mi hermoso hombre - no quería irme, pero el tiempo a meritaba otras cosas. Con pasos lentos me aleje, observando de vez en cuando hacia atrás hasta ya no lograr divisar la figura del otro vampiro. Esperaba verlo pronto.

Tema finalizado.

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