Piratas(Libre)

Doblo la esquina corriendo todo lo rápido de lo que soy capaz, y cojo la dirección del puerto. Cuando me desperté esta mañana no era consciente de lo que iba a ocurrir, o mejor dicho, en el lío en el que me iba a meter. En una de mis habituales visitas a la taberna que hay cerca del hotel en el que me hospedo, escuché como dos piratas, dialogaban sobre la captura de una persona sobre la que tenían pensado pedir una recompensa. Para mantener su ubicación oculta, su intención era trasladarla a una isla y mantenerla recluida hasta el momento del intercambio. Como siempre, no pude evitar seguir a los hombres e investigar acerca de cuando zarparía el barco. Muy a mi pesar, los bucaneros descubrieron que les estaba siguiendo, así que reaccionaron de forma violenta hacía mi persona. Tras un combate desnivelado por culpa de mi magia, confesaron que el barco estaba a punto de zarpar, por lo que me vi obligado a correr como un condenado hacía el puerto.

Me desplazo esquivando a los transeúntes con ágiles pasos laterales y por fin llego al puerto. Nada más llegar miro de un lado a otro buscando algún barco que esté a punto de partir en este mismo instante. Tras una rápida ojeada observo que un navío de grandes dimensiones acaba de zarpar y está saliendo del puerto. Sin dudarlo comienzo a correr hacía el barco, esquivando las cajas de mercancías y los diferentes materiales sueltos de los navíos, hasta llegar a la plataforma de madera correspondiente. La recorro con todas mis fuerzas a un riesgo de perder el equilibrio, y una vez estoy al final de la misma, salto para intentar llegar al barco. La mayoría de las personas normales no llegarían y se caerían al mar, pero yo tengo la suerte que no tienen los desgraciados, por lo que consigo llegar al navío. Caigo dando una voltereta y me pongo de pie extremadamente fatigado por la situación. Coloco las manos sobre las rodillas e intento recuperar el aliento, pero me veo obligado a interrumpir el descanso por la aparición de tres bucaneros armados con sables. Esquivo el ataque del primero agachándome, y el sablazo horizontal del segundo saltando. Muy a mi pesar, calculo mal las fuerzas y me golpeo contra un poste de madera, perdiendo el conocimiento...

Una voz me saca del letargo. Despierto en lo que parece una bodega, y por el movimiento pendular, en seguida deduzco que sigo en el barco. Instintivamente miro a mi derecha para ver cual es la persona que está capturada a mi lado.

La bodega está muy oscura por lo que me es imposible saber como es la persona que tengo a mi lado, pero el tono de su voz me indica que se trata de una mujer. Mi mente comienza a funcionar para deducir la situación en la que nos encontramos. Por la forma de pronunciar las palabras sin duda la mujer es, como mínimo, de clase alta, por lo que ella es la persona importante por la que quieren pedir la recompensa. Compruebo que tengo las manos atadas a la espalda por lo que forcejear para liberarme es inútil.

-Estoy bien gracias por preguntar, esto me pasa por ser más temerario de lo que debería. Lo más gracioso de todo es que yo he venido a rescatarla, y sin embargo, he terminado siendo su improvisado compañero de viajes.

Suelto una pequeña carcajada, pero lo cierto es que la situación me preocupa. Estamos en alta mar , encerrados en la bodega de un barco pirata plagado de sangrientos y bien armados bucaneros. Antes de comenzar el rescate, será mejor que me asegure de que es la persona que estoy buscando.

-Soy Yohann Moreau encantado, perdone por la indiscreción señorita pero, ¿podría explicarme la razón por la que estos piratas han decidido secuestrarla?

Comienzo a frotar las palmas de mis manos y me concentro. Tras unos segundos, el nudo de la soga se deshace y me libero. Busco algo parecido a una lámpara, y encuentro una situada encima de una mesa. Pongo mi mano encima y la prendo, iluminando toda la bodega. Observo que la mujer capturada es realmente bella y por su forma de vestir no es ningún secreto para nadie que se trata de una mujer de clase alta. La mujer me observa totalmente anonadada ante mi liberación.

-Viola de Lesseps, no se preocupe porque este humilde brujo la va a sacar de aquí.

Me arrodillo y desato las cuerdas que oprimen tanto tus pies como sus muñecas. Una vez liberada la ayudo a ponerse en pie y esbozo una sonrisa, por muy complicado que sea, yo he sido el que ha elegido meterse en este lío, así que no tengo nada por lo que quejarme, la única opción es salir de aquí.

Estoy acostumbrado a este tipo de reacciones cuando alguien me ve hacer uso de la magia. La existencia de lo increíble se apodera de sus rostros y su imaginación comienza a volar hacía el infinito como si de un ave sin limites físicos se tratara.

-Si, soy un brujo, y en lo referente a su secuestro, ha tenido suerte de que yo escuchara conversar a dos burdos bucaneros sobre el secuestro de una persona de clase alta. La parecerá raro que un hombre que no la conoce de nada haya venido a por usted por simples habladurías pero, yo soy así.

Esbozo una amplia sonrisa y miro a ambos lados, es el momento de escapar de este lugar. Avanzo con sigilo hasta las escaleras que suben a la cubierta del barco y las subo intentando evitar el crujido de la madera de los escalones. Una vez estoy pegado a la puerta asomo la cabeza ligeramente por una ventana de forma circular, para observar si hay alguien vigilando la puerta. Compruebo que hay dos piratas apostados como guardias que a punto están de verme pero con una rápida reacción me agacho y consigo evitar sus miradas. Vuelvo a bajar con sigilo y me acerco a Viola.

-Lo primero va a ser deshacerse de esos piratas, quiero que los atraigas aquí dentro con cualquier excusa. Diles que me he muerto o algo así, grita mucho, estarán obligados a entrar. Una vez estén aquí yo me encargo del resto.

La bella mujer se muestra algo reticente por lo que me acerco a ella y la agarro con delicadeza de la mano derecha

-Te voy a sacar de aquí, confía en mi.

La suelto y me escondo detrás de unos barriles situados debajo de la escalera para esperar a los piratas.

Me relaja saber que la bella mujer acepta de buen grado mi petición. Pese a que normalmente soy muy convincente la mujer bien podría haberse puesto a gritar al verme utilizar la magia, y por lo tanto, haberme sentenciado a muerte, pero por suerte parece que confía en mi. Un burdo, sucio y maloliente individuo entra en la bodega con un gesto agresivo, y esa es mi señal para comenzar el teatro. Coloco ambas manos en el suelo y tras unos segundos en el centro del mismo, genero una ilusión que representa mi propio cuerpo que yace inerte en el suelo. Una vez el bucanero está a un metro de mi ilusión salgo de las sombras y le doy un puñetazo que por lo sorpresivo del mismo le hace perder el conocimiento al instante. Sin perder un segundo empleo las cuerdas que poco antes nos ataban y las utilizo para inmovilizar al secuestrador. Después cojo un pañuelo sucio para amordazarlo y así evitar que alerte a sus compañeros una vez se despierte. Terminado el trabajo miro a Viola y la sonrío.

-Si me permite señorita de Lesseps, necesito tomar sus manos.


Me acerco hacía ella y con mucha delicadeza sujeto sus manos, y en consecuencia, disfruto de su impoluta y tersa piel. Cierro los ojos y me concentro para poner en práctica otra ilusión, más complicada que la primera y que sin duda me fatigará, pero es la única posibilidad que tenemos de salir de aquí. Copio la imagen que tengo en mi mente de las vestimentas del bucanero y las transmuto en nuestros cuerpos. A ojos de todos, yo seré el pirata que minutos antes ha entrado a la bodega y Viola tendrá la imagen de un joven pirata de piel pálida y brillante. Abro los ojos y suelto a la mujer, sin poder evitar considerar la posibilidad de que se haya visto intimidada por mis modales, aunque seguramente lo que más la asuste, sea el hechizo que la ha convertido momentáneamente, en un pirata.

Parece que esta mujer confía en mi, más me vale no hacer que muera por mi culpa. La sugiero que me siga y ambos ascendemos las escaleras de la bodega y salimos a un pasillo situado en el interior del barco. Un bucanero pasa justo frente a mi, me echa una ojeada, y sigue caminando, parece que por ahora las ilusiones funcionan . Intentando imitar los toscos andares de un pirata voy caminando desviando de vez en cuando mi mirada hacía atrás para comprobar que la mujer me sigue en todo momento. De repente me detengo al ver como una jarra de vino vuela frente a mi y se rompe en múltiples pedazos al impactar contra la pared. Un hombre sale después del lanzamiento e intenta recoger los pedazos sin poder evitar mirarme fijamente. Amigablemente me pregunta como están los prisioneros, e intentando expresarme de la forma más burda que conozco respondo.

-Tanto la ramera como el niñato están dormidos...

El hombre acepta mis palabras de buen grado y regresa al interior de la habitación. Sigo caminando con algo de preocupación por que Viola pueda haberse sentido ofendida por mis palabras, sea como fuere no podemos dejar que nos descubran hasta llegar la cubierta, por lo que ya habrá tiempo para enfados. Avanzamos por el pasillo y subimos unas escaleras que conducen a la zona exterior de navío, y por lo tanto más cerca de nuestra libertad. El problema es que en la cubierta hay más piratas y por lo tanto mayor peligro, así que antes de salir me giro hacía Viola para aclarar la forma de proceder.

-Seguramente me vea obligado a llamar su atención para que podamos escapar así que tú debes encargarte de buscar un bote que nos ayude a salir de aquí. Si no consigo alcanzarte, y tienes la posibilidad de escapar hazlo, ya me las arreglaré.

(un poco de ambientación)



Esbozo una sonrisa para intentar inspirarla tranquilidad, estoy seguro de que saldremos de aquí...o que al menos ella lo hará...Salgo del interior del barco y alcanzo la cubierta, en esta ocasión sin Viola a mi espalda. Camino por la parte delantera del barco hasta que noto que alguien me toca el hombro y me pregunta la razón por la que no estoy vigilando a los prisioneros, creo que hasta aquí ha llegado mi tapadera. Elimino la ilusión y me desembarazo del agarre para después dirigirme a la proa del navío acosadopor los gritos de los bucaneros. No tengo mi violín así que posiblemente queme demasiada energía con las ilusiones que voy a generar, pero no hay más posibilidades. Me agacho y coloco mis manos en el suelo, sitúo a los bucaneros y tras unos segundos, transmuto mi propia imagen a los cuerpos de los 10 piratas que hay frente a mi, los cuales detienen sus carreras confundidos por ver que de repente todos ellos son iguales que yo. Sin perder un instante los piratas comienzan a intercambiarse sablazos lo que me permite recuperar el aliento pero no por mucho tiempo ya que dos de ellos deciden ir a por mi. Haciendo un gesto de esfuerzo salto hacía la barandilla lateral del barco y comienzo a caminar hacía una de las redes adheridas a las velas. Sin ningún ápice de duda comienzo a escalar con los deseos de que Viola ya esté buscando el bote y de que con suerte, pueda salir con vida de aquí. A medio camino de la zona superior las fuerzas me fallan y me veo obligado a disipar las ilusiones de los bucaneros, manteniendo a duras penas la de Viola y con las fuerzas justas para terminar el trayecto

Por fin consigo llegar hasta arriba, lugar donde desato la red y hago caer al mar a los dos piratas que intentaban perseguirme. Agarrado a uno de los mástiles para mantener el equilibrio observo como en el horizonte el sol está a punto de resguardarse definitivamente por hoy, y en consecuencia,el cielo está cubierto por un bello naranja intenso digno de ser representado en un lienzo. Recupero las fuerzas, y algo apremiado por los disparos que comienzan a intentar atravesar mi cuerpo desato una de las cuerdas que sujetan la vela, y aprovechando su trayectoria me lanzo bien agarrado a ella hacía la zona de la cubierta donde está el timón. Caigo con tanta velocidad que no solo llego a mi destino, si no que con un sonoro golpe parto el elemento de dirección y tumbo al encargado de controlar el mismo. Me duele todo el cuerpo, incluidas partes del mismo que hasta el día de hoy desconocía pero me levanto y cojo un sable que tengo cerca de mi posición. Mi arriesgada maniobra, a parte de para romperme unos huesos, ha servido para que los piratas no puedan seguirnos sin conseguimos el bote. El problema es que ahora tengo a casi toda la tripulación frente a mi, con ganas de despedazarme, por lo que me temo que Viola va a tener que arreglárselas sola para escapar. Esbozo una sonrisa disimulando el dolor y levanto el sable.

-¿Podéis venir de uno en uno?

(Perdón por el retraso, he tenido un viaje inesperado)

Cuando te plantas en una situación de máximo riesgo, en la que tu vida está a punto e esfumarse todo lo que hay a tu alrededor pasa a un plano secundario. Yo tengo asumida la muerte desde hace tiempo, la forma en la que me llegue me es indiferente, lo que si es cierto es que siempre me he dicho que mientras tuviera fuerzas lucharía, y ahora que estas me han abandonado quiero luchar pero no puedo...este tipo de situaciones sólo se perciben si las vives eso es cierto. Mientras los burdos bucaneros se acercan con sus afilados aceros escucho un grito, cuyo contenido no es otro que el de mi nombre ¿A caso es posible que alguien me este llamando? Claro, debe de ser Viola, estoy algo mareado por el dolor y el cansancio, no pienso con claridad...¿Me llamará porque está en peligro? Dije que la salvaría, pero ahora no puedo hacer más que...Levanto la mirada, no me creo ni yo mismo lo que estoy pensando, si aún tengo fuerzas para pensar estupideces las tengo para quemar fuerza vital, me he comprometido a sacarla de aquí y sin duda eso es lo que iba a hacer.

Levanto el filo de la espada hasta la parte posterior de mi cabeza y con un movimiento seco lanzo el arma al suelo del barco. Para sorpresa de todos los piratas el sable atraviesa todos los niveles del navío y hace un boquete en el mismo que con mucha celeridad comienza a inundar el barco. Evidentemente es una ilusión, pero me da la oportunidad de desembarazarme de la vigilancia y de tirarme al agua quemando en el proceso las últimas energías que quedan en mi cuerpo. El contacto de mi cuerpo con el agua retuerce todo mi ser de dolor por las heridas que he sufrido en el proceso de rescate. No tengo fuerzas ni para nadar, y poco a poco, como si mi cuerpo hubiese perdido toda la vida que lo sostenía comienzo a hundirme en el agua sin tener oportunidad de oponer ningún tipo de resistencia. He hecho todo lo que he podido, espero que Viola haya escapado...si he podido ayudarla esto ha valido la pena...