Chocolates, Jazmines y Piratas.

por **Gabriél Délvheen** Mar Mar 20, 2012 5:23 pm

Un dia Fabuloso!
Un dia Genialoso!
Un dia Fantasticoso! Si señor!...

Aquel dia tenia buena pinta y yo estaba emocionado y alegre desde que me habia levantado.
Ese día el señor Délvheen…Oh señor Jerarld... Oh también llamado Papá. Nos había llevado hasta una de sus casas, Al parecer tenía bastantes y esa era su residencia oficial.
Habíamos ido junto con Elle a conocer el castillo, y ambos nos habíamos quedado de piedra al verlo desde lejos. Pues se veía a gran distancia y parecia enooorme!

Apenas habia bajado del carruaje, habia mirado a papá para saber si podía echar un vistazo al jardín y él habia asentido con una sonrisa, haciendo una seña con su mano para indicar que tenia todo el jardín para explorar. Inmediatamente nos habíamos mirado con Elle con una sonrisa de oreja a oreja y nos habíamos separado corriendo en direcciones opuestas.

Ese dia habia llevado a mi guardián Cratos conmigo,mi bonito husky siberiano de dos años, asi que ambos corrimos por el jardín metiéndonos a veces entre algunos arbustos.

Esto es enorme!!! Aquí tiene que haber un tesoro estoy seguro! Ooh que percibe tu gran olfato pequeño? Observe como mi perro olfateaba algo muy curioso mientras yo notaba mi décimo instinto despertarse, El instinto de los aventureros-exploradores-cazadores de tesoros-devoradores de chocolate. No tenia mas que mirar a mi alrededor para que mi imaginación comenzara a funcionar. Sujete la cuerda de mi perro que empezaba a tirar para adentrarse mas en el patio.
Comence a susurrar mientras miraba a todos lados entrecerrando los ojos.

Bitacora del Capitán Biél…Son las ciento ochenta horas quizas las ciento noventa…El exterior parece vacio…Y el enorme monstruo devorador de galletas de chocolate percibe algo…lo huele!!El terrorífico monstruo esta enseñando sus abismales dientes puntiagudos!. Saque un trozo de chocolatina que tenia en mi bolsillo y lo meti cual grande que era en mi boca, degustando del dulzor mientras seguía con mi épica aventura en solitario…
El teshoro shene que eshtar en el jjjhardín...Comente con la boca demasiado llena para hablar con normalidad. Pero no importaba ahora mismo, pues mis profes de protocolo no estaban allí.
Yojoojoo Yojoojoo.....Cuando encontremos el tesoro lo desenterraremos y sacaremos las monedas y seremos ricos! ricos como...como....Ricos! MUAJAJAJAJA. Rei en tono perverso mientras caminaba ya a zancadas a causa de que Cratos seguía tirando con fuerza, sin que yo hiciese mucho caso.

Pero de pronto al acercarme a uno de los costados del castillo me comencé a fijar en las enormes rocas que lo componian, subiendo la vista. mire y mire hacia arriba aun asombrado. El castillo parecía no tener fin…y el jardín era tan grande que tenía la certeza de que si me metia un poco mas en los arbustos me perdería como si aquello fuese una selva! ¿Habrían calabozos allí? ¿y monstruos en las mazmorras? Me moría de ganas de conocer aquel lugar y me quede pensando en ello sin darme cuenta de que Cratos seguía tirando de la cuerda con fuerza.
De pronto mientras miraba hacia todos lados la cuerda con la que le sujetaba se solto y este corrió libre lejos de mi alcance mientras yo le miraba asombrado, y echaba a correr rápido atras de él

Heeeeey espeeeraaaaaa!! Le grite, pero el muy desordenado y revoltoso no me hizo ningún caso! >_<
El husky corrió veloz y giro, perdiéndose por un costado del castillo, yo corrí tan rápido como pude y llegue hasta esa esquina. me apoye en el muro y tome un poco de aire, ese jardín era tan grande que seguramente tardaría un año entero en recorrerlo todo! Pero de pronto alguien murmuro algunas cosas, y yo asome el rostro con cuidado por el muro, mirando con sigilo a ver quien había por ahí.
Una pequeña niña se veía a lo lejos. Cratos se había ido hacia ella y ahora jugueteaba con algo que ella tenia en sus manos.

-Noooo Cratos vuelve aquiiiií, deja eeesooo!!! Susurre.Sabia que no me escucharía. ¿pero que iba a hacer?. Estar ahí se me hacia raro me sentía como un intruso, aunque fuese la casa de papá.
Vamos Biél! no seas cobardica! voy a ir ahí voy a recoger a Cratos e iré a buscar a Elle. Esa niña no tiene porque decirme nada...Me quede pensativo un momento, no me gustaba mucho hablar con las niñas porque normalmente todas se metían con mi pelo. ¿Que tenían en contra de los pelirrojos!? yo no lo sabia pero me daba mucha rabia que se metieran siempre conmigo por esa tontería...Ais...
Me adelante, caminando con un poco de timidez y comencé a acercarme a la niña que estaba de espaldas murmurando algo en voz baja...

Ehm...ahmm...aiiis!!..eh...¿¿¿hola???

por **May Délvheen** Dom Mar 25, 2012 3:09 am

El sol había comenzado a caer por el horizonte y la pequeña rubita aun dormitaba entre las sabanas bordadas con motivos florales, rosas y rojas. Una joven sirvienta de aspecto enfermizo entro silenciosa, pensando tal vez que la niña aun dormía cogió su ropa sucia y se dirigió a la puerta, con tan mala pata que en la penumbra tropezó con el tocador infantil.

-Ouch!

Se giro con gesto casi aterrorizado hacia la criatura que se sentó al borde de la cama con el cabello revuelto y el camisón retorcido.

-Estoy despiertaaa… -bostezo sonoramente.- Esta ya mi papa levantado? Quiero ir a cenar con el!

Aunque la única que comía normalmente era ella, y Jerarld la miraba sonriendo, aprobando su buena educación en la mesa y tentándola con deliciosos trozos de tarta en muchas ocasiones, sobretodo ahora que Eyra, la matriarca de la familia se había ido de viaje, y la pequeña no sabia cuando volvería. Le dolía por dentro, pero había intuido que a su padre adoptivo también, y no quería hablar del tema, para no molestar.

La sirvienta que se frotaba el pie dolorido por el golpe fue a abrir las cortinas de terciopelo rosadas, eran muy gruesas y no dejaban pasar la blanquecina luz del crepúsculo.

-Su padre se marcho hacia el amanecer de este mismo día señorita Délvheen, me temo que no tengo noticias de cuando regresara, pero no la dejara sola mucho tiempo no se preocupe.- la intento consolar la muchacha al ver la cara triste de May, y sus enormes ojos bajando hacia sus pies descalzos de forma melancólica. – Le preparare un buen baño, y su traje favorito, hoy refresca, ¿le parece bien el blanco con el delantal a cuadros? Ese resalta su cabello dorado…

La sirvienta siguió hablando con la esperanza de distraer a la joven, que ya se había levantado y asomado por la ventana, el camino seguía vacío, ni rastro del carruaje de papa.
Sumida en una apatía muy poco común en May realizo las tareas que le habían sido encomendadas por su padre, aunque el estuviera fuera a la mas joven de la familia Délvheen ni se le pasaba por la cabeza zafarse de sus quehaceres.

Las clases de piano no eran lo mismo sin los dedos habilidosos de su progenitor, además no había rastro de Néph desde hacia horas, aquel día ni siquiera había dormido con ella, que era lo habitual.
Entrada la noche la pequeña pudo por fin tener algo de tiempo libre, y pensó que una visita al jardín, en realidad había salido para ver si llegaba algún carruaje, en cuanto puso un pie en la verde y olorosa hierba que brillaba con el rocío el enorme mastín negro se abalanzó sobre la pequeña que lo abrazo con una sonrisa, la primera en toda la noche.

-Duque! – dijo empujando al gran can que le lamia la mejilla.- Para, abajo! Abajo!

Este la obedeció, aunque era enorme, siempre hacia caso de las palabras de May y era muy manso, aunque no le gustaban demasiado los desconocidos. Mientras los dos amigos se saludaban con caricias una y lametones el otro, a lo lejos se oia el rumor de las ruedas contra la graba y la pequeña noto como su corazón se salía del pecho.

Corriendo los dos llegaron muy cerca de la verja principal, a través de las ventanillas vio a dos niños, se parecían a papa, eran pelirrojos, y muy guapos… y eran idénticos!
Se asusto, pensó que era un truco, magia! Agarrando con fuerza al mastín por el collar que tiraba de ella en dirección al carro forcejearon unos segundos hasta que el perro cedió y se fueron a esconder para poder observar mas detenidamente sin que los pillaran.

Duque se estiro y la niña se arrodillo a su lado rascando su gorda barriga para que estuviera tranquilo. El primero en bajar fue el niño, parecía alegre, y tras el de un salto le seguía un perro, desde allí le pareció un siberiano, blanco y joven. Duque en seguida se puso alerta, olisqueando hacia el otro animal y moviendo energéticamente la cola.

-No, no! – susurraba la niña.- Duque, no vayas, te daré galletas! Huesos! Lo que tu quieras!

Mientras hacia un esfuerzo poniendo su delgado cuerpo sobre el enorme mastín el otro animal ya había localizado su posición y el niño se dirigía hacia allí hablando solo.

-Funciona magia, ¡funciona! – cerro los ojos con fuerza y deseo ser invisible.
Una voz infantil, la saludo con cierto reparo, no había funcionado.

Chocolates, Jazmines y Piratas.

Chocolates, Jazmines y Piratas.

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