Un compromiso pendiente

por Invitado Mar Feb 14, 2012 2:51 pm

[PRIVADO]

Hace un par de meses habíamos discutido un acuerdo que llevo a varios imperios a una alianza de mutuo beneficio. En la misma ocasión se habían reafirmado compromisos entre realezas de diferentes países. A decisión del mismo Abaddon se daría un compromiso entre el príncipe de Escocia y la princesa de Francia, como los dos tutores de ambos príncipes, el rey de Francia y yo llegamos al acuerdo de que el matrimonio se ejecutaría en el corto plazo para que la alianza entre nuestros imperios quedara sellada definitivamente. Sin embargo, no contaba con que los caprichos de mi hermano pusieran en peligro el acuerdo con Francia. Conformes con la negociación estuvimos Abelard Fontaine y yo pero cuando regrese a Londres me pusieron al corriente de que las tropas inglesas establecidas en el territorio de Escocia habían sido devueltas a casa. La única explicación inmediata fue aquella en que el príncipe de Escocia había decidido que ya podía hacerse cargo de sus tierras por su cuenta y se declaro a si mismo rey.

Mi reacción no se dejo esperar y prepare de retorno a las tropas inglesas pero me detuvieron. En el pasado, los hermanos Stark y Eliz habían sido los guardianes de nuestras tierras, incluso mucho antes de que los Windsor naciéramos ellos ya reinaban en esos lugares por lo que el reclamo de Aidan como suyo solo paso a ser una reafirmación de la ‘herencia’ que le quedaba de su sire por haber sido el antes que Aidan el que dominara en Escocia. Durante años la administración del territorio y sus recursos habían dependido de mi reinado y en adelante no competía más a mi jurisdicción por el simple hecho de que aunque así fuera aun todo el territorio comprendía parte del reinado vampírico del círculo de La Camarilla. Primero fue el juicio, y luego esa acción, los que me llevaron a pensar si realmente el regreso del Sire seria provechoso para todos. Estaba claro que para sus hijos inmediatos lo era pero para nosotros empezaba a ser una carga que soportar y en la que solo podíamos callar ante las decisiones del consejo ya que debíamos nuestras vidas inmortales a aquellos vástagos que con cuerdas secretas dominaban nuestras vidas de alguna forma desde que fuimos escogidos por ellos.

Por otro lado, tampoco podía declararle la guerra a mi hermano así que vería por mi cuenta cómo solucionar ese asunto. Por ahora tenía que seguir con los protocolos anteriores aunque ya no le correspondía dar la cara ante el rey de Francia creía que mi palabra con él debía ser cumplida a como fuera, incluso si tenía que poner a mi pequeño hermano en su lugar de una vez por todas. De esta forma es que los planes siguieron y pactamos finalmente reunirnos en el Palacio Royal para llegar a la conclusión sobre cuando se realizaría el matrimonio aunque aún faltaba ver si la princesa estaba de acuerdo y si mi hermano no había cambiado de opinión desde su ascenso como a rey. En resumidas cuentas, ya no existía un príncipe para la hija de Abelard Fontaine sino más bien un rey más al que debía tratar como si igual dados los protocolos de las cortes. Por mi parte todo se resumía a que sería el mediador entre esas dos partes ya que había dado mi compromiso de unir a nuestras familias desde el principio y de todas formas yo seguía siendo la cabeza de los Windsor y por ello debería estar presente.

El lugar estaba dispuesto para la llegada de todos los que tenían que asistir. Un salón mucho más amplio y decorado de aquel en el que habíamos firmado el acuerdo estaba a nuestra disposición ya que no tendríamos que firmar nada mas solo hablar de lo que antes se había acordado. Los sirvientes depositaron bebidas y manjares en una mesa, debíamos darle la impresión a la princesa de ser una familia de reyes ‘humanos’ aunque el encuentro fuera de noche y no de día como se acostumbraba. Golpearon a la puerta de mi despacho para avisarme que Abelard Fontaine y Dominique Fontaine ya se encontraban en el salón preparado para ellos y enseguida me puse en marcha hacia allí. Cuando llegué los encontré a ambos callados y serios, trate de torcer una sonrisa a manera de saludo y estreche la mano de Abelard para luego tomar la mano de la princesa y dejar un roce con mis labios sobre la superficie de su piel –Es un honor finalmente conocerla princesa, veo que los comentarios que hay en la corte sobre su belleza no han sido exagerados- sonreí y regresa la mirada a Abelard –Y por supuesto que me honra tenerte nuevamente por aquí Abelard. Por favor, tomen asiento – les dije mientras dos sirvientes terminaban de servir unas copas para aproximarlas a nuestros invitados. Por mi parte tomé asiento en una butaca individual a la espera de Aidan, quién ya debía estar allí.

[Orden: Dorian, Abelard, Dominique, Aidan]