AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Leyenda Bergström
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Leyenda Bergström
ARIA BERGSTRÖM
"Sólo eres otro demonio del infierno." -No, yo soy la inspiración de toda ideología infernal.- DATOS BÁSICOS: Vampiresa // 477 años // Clase Alta Heterosexual // Sueca HABILIDADES: Control Mental // Persuación Encandilamiento |
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• Psicológica:
¿Cuántas veces se ha escuchado la frase "La encarnación del mal"? ¿Cuántas veces ha sido simplemente decepcionante? Quizá esto se deba a que no puede existir la maldad como una conformación del todo, en la psicología humana debe -aunque re torcidamente- haber una balanza entre la definición de lo bueno y lo malo, esto depende de las percepciones de cada individuo, es por ello que clasificar a las personas bajo un perfil lleno de semejanzas, resulta ridículo porque así como el descubrimiento de nuevas ciencias va sorprendiendo a los investigadores, la mente en su basto universo puede desdeñar innumerables pensamientos que dejará extasiado al incrédulo y sin fe al más fiel de los corderos...
No es que ella sea un demonio vagando entre la escoria de la humanidad, pero sí es lo suficientemente perversa como para ser juzgada de una manera tan denigrante, según sus criterios. No le apetece en lo absoluto que le señalen por la calle y griten "Sádica, demente, adicta, masoquista, sexual, arrogante, egocéntrica..." sí, sí... ya sabe que lo es pero no hay necesidad de que el mundo completo se entere de ello. Usa sus palabras para dejar en claro su nivel. Persuade con seducción y contamina con su encanto. Es indiferente al entorno que le rodea, para ella sólo existe una persona en este mundo que merece su atención. Hannes. Lo ama con desenfrenada pasión. Es su tormento personal, aquel que ha arrastrado durante las últimas décadas y ha asesinado su infinita paciencia. Su devoción para con él la ha llevado al borde de una obsesión insana, enfrentándose a cada momento con terribles voces en su cabeza que mal-nombran lo que siente por él.
Evitar sentirse atraída por otros hombres le resulta imposible, es una dama con necesidades tan primitivas que no hay forma en que las esconda. La lujuria es un calificativo que se encuentra entre las letras de su nombre, pero se odia a si misma al pensar si quiera en meterse bajo la cama de alguien que no sea Hannes. Frustración, ira irracional, desenfreno, tristeza... Una carga pesada que pende sobre sus hombros y se clavan cual estacas embalsamadas en hiel. Siente desquebrajarse ante la frívola mirada de su esposo, pero no tiene permitido mostrar sentimiento alguno. Y esque él mismo se encargó de forjarla a su imagen y semejanza. Hizo de ella un ente sin pudor alguno, sin consideración por nadie, ni pena alguna que se considere blanco de debilidades, es en donde ambos se equivocaron.
Si disfruta de la tortura, las adicciones y demás perversiones sexuales es sólo para aplacar el deseo irrefutable de salir huyendo tras el primer hombre que apetezca llevarla a la cama con la promesa de una noche inolvidable, saciar su sed de sangre sacrificando corderos que al final de cuentas no sirven para nada, recreando sus más siniestras fantasías... bañándose en ese líquido escarlata en medio de una orgía idílica; todo se queda en los más profundos pensamientos, deseando poder escapar de esas cadenas que aún le atan a Hannes. Jamás se lo perdonaría. Confunde sus tortuosos anhelos con aburrimiento y es justo cuando explota la bomba, cualquier criatura que se encuentre en un radio mínimo de 2 kilómetros será el elegido -gusta de los retos e irá por el más fuerte- para colmar su tediosa existencia de aventuras bélicas.
Pero no siempre fue así, por extraño y/o subrrealista que esto se escuche. Aria es una mujer lo suficientemente madura como para conseguir la admiración de los filósofos más reconocidos de la época moderna. Una fémina intelectual con un gran sentido de la estructura filosofal que nos rodea, sus conocimientos han sido adquiridos a base de experiencias y el tiempo que le ha llevado acostumbrarse a una era de completa obscuridad. Ha encontrado diferencias entre la rudimentaria vivencia de los mortales y aquella que los enclaustra a ellos durante el día. Estratega y persuasiva, saltan a la vista sus habilidades para manipular aquello que la rodea. Controladora y calculadora, cada movimiento por muy insignificante que sea, debe ser previamente analizado porque no están permitidos los errores, lo sabe... aprendió muy bien la última lección que le daría el tiempo hasta ahora.
Prudente. El autocontrol es una virtud que desarrolló con el paso de los años, aún le cuesta bastante trabajo no correr y decapitar al enemigo, pero como ya se explicó, prefiere pensarlo dos veces antes de cometer alguna estupidez. Leal y fiel a sus creencias, estas por supuestos idénticas a las que Hannes tiene en su retorcida cabeza. Pocos consiguen ver la vida como ella lo ha hecho y su sentido de la racionalidad nada tiene que ver con la fantasía, puede ir y venir entre ambos mundos sin concretar la locura bajo ninguna máscara. ¿Mentir? ¿Engañar? Eso es tan ruin y denigrante para cualquiera, es más fácil decir la verdad y obtener lo esperado que pretender ser algo que no se es. Sí, en momentos tan extraños del destino es necesario recurrir a las falsedades, pero... de igual forma la verdad siempre sale a flote ¿Qué más da si es ahora y no dentro de milenios?
Hermética. Quien asegure conocer a alguien de pies a cabeza y sin ocultar ningún secreto, que arroje la primera piedra. Aria no se muestra ante nadie, sus sentimientos son el polvo que flota entre nosotros, no se puede ver pero sin embargo está presente allí, y lo respiramos sin comprender la composición de este, sin interesarnos de lo que se trata. Ni siquiera el mismo Hannes puede apostar su alma a que la conoce lo suficientemente bien como para decir lo que está pensando mientras observa con impaciencia a la nada. ¿No somos todos así? Siempre habrá algo que ocultar ante los demás y para Aria es sencillo, su culpa.
• Física:
¿Quién dijo que el infierno estaba plagado de ánimas putrefactas retorciéndose en los ríos de lava? ¿Que no existe belleza en las profundidades del tártaro? ¿Que el demonio es una bestia repugnante con cuernos y cola? ¡Jáh! Falacias. Aria... el simple hecho de pronunciar su nombre evoca una imagen de perfección que se resume a sólo una ilusión amarga de todo lo que esa fémina representa.
Sus ojos azules, en ellos se puede naufragar profundamente sin poder localizar el final de su insidioso laberinto, perderse hasta no concebir razón alguna, enloqueciendo por completo y soñar con que algua vez lo celeste de su mirada pueda mutar hasta la propia piel y convertirse en una seda que abrigue con cálido tacto nuestro cuerpo. Pero el mundo no repara solamente en ese par de luceros. Los labios, sus envidiables, carnosos y apetecibles labios... son una media luna que quisiera besarse por las noches en el resto de la eternidad y hasta que el sol se canse de encerrarlos durante los días venideros, querer encontrar el roce de su boca es el infierno que se esparce en cada terminal nerviosa de la piel; la sonrisa perfecta con la cual suele adoquinar su rostro, es la perdición completa de quién le admire desde las tinieblas. Así lo atrapó en su hechicero encanto a él, al indomable Hannes. La textura de su cuerpo, las finas y delicadas curvas con las cuales delinea su figura, volviéndola cada centuria más atractiva; derrocha sensualidad jactándose de los incrédulos y aunque está tan gélida como la nieve del más crudo invierno, cualquiera sería capaz de asesinar por estar bajo su regazo.
Es un arma letal que vaga en la penumbra con la palidez de su piel adoquinando las tinieblas. El resplandor de su cabello es idéntico al color en las llamas de un volcán, pero tan irónicamente sedoso como tocar las nubes del cielo. Ella es una poesía detallando a la perfección la belleza en todo su esplendor. Su voz deja un eco impecable en los pensamientos de quien la escucha y aún así no se puede estar seguro si es admiración o temor lo emerge desde las entrañas. Estética, cuidadosa y lo suficientemente pulcra para denotar que su belleza no es culpa de su vampirismo si no de toda esa parafernalia para resultar atractiva a los demás. A diferencia de Hannes, ella aún posee la sensibilidad en su ser hasta la más ínfima parte. Sus andanzas, la gracia con la que se mueve, la sutileza de sus palabras y el encantador movimiento de sus extremidades... son el toque perfecto para convertirla en un depredador como no existe otro.
Su apariencia no ha cambiado nada desde que Hannes la conoció, siempre tan cálida... o al menos eso es lo que aparenta físicamente aunque por dentro esté tan vacía como la nada. La edad puede oscilar fácilmente entre los 30 y 35 años, época en la cuál el la observó encaprichándose con la vitalidad de su corazón. Hasta la fecha, Aria conserva aquellas finas marcas en su cuerpo que apenas si disimulan su edad real, parecer ser que se ha convertido en la ideología personal de una utopía en hermosura... Si se lo preguntan a él, no existe nada que pueda hacerle frente a esa mujer. Despierta en los hombres lascivia y deseo, en las mujeres envidia y odio. La ninfa del fuego, dueña de fantasías impúdicas; caer en su regazo y esperar a que no se de cuenta sólo para estar cerca de ella y respirar su embriagadora esencia...
¿Cuántas veces se ha escuchado la frase "La encarnación del mal"? ¿Cuántas veces ha sido simplemente decepcionante? Quizá esto se deba a que no puede existir la maldad como una conformación del todo, en la psicología humana debe -aunque re torcidamente- haber una balanza entre la definición de lo bueno y lo malo, esto depende de las percepciones de cada individuo, es por ello que clasificar a las personas bajo un perfil lleno de semejanzas, resulta ridículo porque así como el descubrimiento de nuevas ciencias va sorprendiendo a los investigadores, la mente en su basto universo puede desdeñar innumerables pensamientos que dejará extasiado al incrédulo y sin fe al más fiel de los corderos...
No es que ella sea un demonio vagando entre la escoria de la humanidad, pero sí es lo suficientemente perversa como para ser juzgada de una manera tan denigrante, según sus criterios. No le apetece en lo absoluto que le señalen por la calle y griten "Sádica, demente, adicta, masoquista, sexual, arrogante, egocéntrica..." sí, sí... ya sabe que lo es pero no hay necesidad de que el mundo completo se entere de ello. Usa sus palabras para dejar en claro su nivel. Persuade con seducción y contamina con su encanto. Es indiferente al entorno que le rodea, para ella sólo existe una persona en este mundo que merece su atención. Hannes. Lo ama con desenfrenada pasión. Es su tormento personal, aquel que ha arrastrado durante las últimas décadas y ha asesinado su infinita paciencia. Su devoción para con él la ha llevado al borde de una obsesión insana, enfrentándose a cada momento con terribles voces en su cabeza que mal-nombran lo que siente por él.
Evitar sentirse atraída por otros hombres le resulta imposible, es una dama con necesidades tan primitivas que no hay forma en que las esconda. La lujuria es un calificativo que se encuentra entre las letras de su nombre, pero se odia a si misma al pensar si quiera en meterse bajo la cama de alguien que no sea Hannes. Frustración, ira irracional, desenfreno, tristeza... Una carga pesada que pende sobre sus hombros y se clavan cual estacas embalsamadas en hiel. Siente desquebrajarse ante la frívola mirada de su esposo, pero no tiene permitido mostrar sentimiento alguno. Y esque él mismo se encargó de forjarla a su imagen y semejanza. Hizo de ella un ente sin pudor alguno, sin consideración por nadie, ni pena alguna que se considere blanco de debilidades, es en donde ambos se equivocaron.
Si disfruta de la tortura, las adicciones y demás perversiones sexuales es sólo para aplacar el deseo irrefutable de salir huyendo tras el primer hombre que apetezca llevarla a la cama con la promesa de una noche inolvidable, saciar su sed de sangre sacrificando corderos que al final de cuentas no sirven para nada, recreando sus más siniestras fantasías... bañándose en ese líquido escarlata en medio de una orgía idílica; todo se queda en los más profundos pensamientos, deseando poder escapar de esas cadenas que aún le atan a Hannes. Jamás se lo perdonaría. Confunde sus tortuosos anhelos con aburrimiento y es justo cuando explota la bomba, cualquier criatura que se encuentre en un radio mínimo de 2 kilómetros será el elegido -gusta de los retos e irá por el más fuerte- para colmar su tediosa existencia de aventuras bélicas.
Pero no siempre fue así, por extraño y/o subrrealista que esto se escuche. Aria es una mujer lo suficientemente madura como para conseguir la admiración de los filósofos más reconocidos de la época moderna. Una fémina intelectual con un gran sentido de la estructura filosofal que nos rodea, sus conocimientos han sido adquiridos a base de experiencias y el tiempo que le ha llevado acostumbrarse a una era de completa obscuridad. Ha encontrado diferencias entre la rudimentaria vivencia de los mortales y aquella que los enclaustra a ellos durante el día. Estratega y persuasiva, saltan a la vista sus habilidades para manipular aquello que la rodea. Controladora y calculadora, cada movimiento por muy insignificante que sea, debe ser previamente analizado porque no están permitidos los errores, lo sabe... aprendió muy bien la última lección que le daría el tiempo hasta ahora.
Prudente. El autocontrol es una virtud que desarrolló con el paso de los años, aún le cuesta bastante trabajo no correr y decapitar al enemigo, pero como ya se explicó, prefiere pensarlo dos veces antes de cometer alguna estupidez. Leal y fiel a sus creencias, estas por supuestos idénticas a las que Hannes tiene en su retorcida cabeza. Pocos consiguen ver la vida como ella lo ha hecho y su sentido de la racionalidad nada tiene que ver con la fantasía, puede ir y venir entre ambos mundos sin concretar la locura bajo ninguna máscara. ¿Mentir? ¿Engañar? Eso es tan ruin y denigrante para cualquiera, es más fácil decir la verdad y obtener lo esperado que pretender ser algo que no se es. Sí, en momentos tan extraños del destino es necesario recurrir a las falsedades, pero... de igual forma la verdad siempre sale a flote ¿Qué más da si es ahora y no dentro de milenios?
Hermética. Quien asegure conocer a alguien de pies a cabeza y sin ocultar ningún secreto, que arroje la primera piedra. Aria no se muestra ante nadie, sus sentimientos son el polvo que flota entre nosotros, no se puede ver pero sin embargo está presente allí, y lo respiramos sin comprender la composición de este, sin interesarnos de lo que se trata. Ni siquiera el mismo Hannes puede apostar su alma a que la conoce lo suficientemente bien como para decir lo que está pensando mientras observa con impaciencia a la nada. ¿No somos todos así? Siempre habrá algo que ocultar ante los demás y para Aria es sencillo, su culpa.
Complicada y contradictoria; virtuosamente defectuosa...
• Física:
¿Quién dijo que el infierno estaba plagado de ánimas putrefactas retorciéndose en los ríos de lava? ¿Que no existe belleza en las profundidades del tártaro? ¿Que el demonio es una bestia repugnante con cuernos y cola? ¡Jáh! Falacias. Aria... el simple hecho de pronunciar su nombre evoca una imagen de perfección que se resume a sólo una ilusión amarga de todo lo que esa fémina representa.
Sus ojos azules, en ellos se puede naufragar profundamente sin poder localizar el final de su insidioso laberinto, perderse hasta no concebir razón alguna, enloqueciendo por completo y soñar con que algua vez lo celeste de su mirada pueda mutar hasta la propia piel y convertirse en una seda que abrigue con cálido tacto nuestro cuerpo. Pero el mundo no repara solamente en ese par de luceros. Los labios, sus envidiables, carnosos y apetecibles labios... son una media luna que quisiera besarse por las noches en el resto de la eternidad y hasta que el sol se canse de encerrarlos durante los días venideros, querer encontrar el roce de su boca es el infierno que se esparce en cada terminal nerviosa de la piel; la sonrisa perfecta con la cual suele adoquinar su rostro, es la perdición completa de quién le admire desde las tinieblas. Así lo atrapó en su hechicero encanto a él, al indomable Hannes. La textura de su cuerpo, las finas y delicadas curvas con las cuales delinea su figura, volviéndola cada centuria más atractiva; derrocha sensualidad jactándose de los incrédulos y aunque está tan gélida como la nieve del más crudo invierno, cualquiera sería capaz de asesinar por estar bajo su regazo.
Es un arma letal que vaga en la penumbra con la palidez de su piel adoquinando las tinieblas. El resplandor de su cabello es idéntico al color en las llamas de un volcán, pero tan irónicamente sedoso como tocar las nubes del cielo. Ella es una poesía detallando a la perfección la belleza en todo su esplendor. Su voz deja un eco impecable en los pensamientos de quien la escucha y aún así no se puede estar seguro si es admiración o temor lo emerge desde las entrañas. Estética, cuidadosa y lo suficientemente pulcra para denotar que su belleza no es culpa de su vampirismo si no de toda esa parafernalia para resultar atractiva a los demás. A diferencia de Hannes, ella aún posee la sensibilidad en su ser hasta la más ínfima parte. Sus andanzas, la gracia con la que se mueve, la sutileza de sus palabras y el encantador movimiento de sus extremidades... son el toque perfecto para convertirla en un depredador como no existe otro.
Su apariencia no ha cambiado nada desde que Hannes la conoció, siempre tan cálida... o al menos eso es lo que aparenta físicamente aunque por dentro esté tan vacía como la nada. La edad puede oscilar fácilmente entre los 30 y 35 años, época en la cuál el la observó encaprichándose con la vitalidad de su corazón. Hasta la fecha, Aria conserva aquellas finas marcas en su cuerpo que apenas si disimulan su edad real, parecer ser que se ha convertido en la ideología personal de una utopía en hermosura... Si se lo preguntan a él, no existe nada que pueda hacerle frente a esa mujer. Despierta en los hombres lascivia y deseo, en las mujeres envidia y odio. La ninfa del fuego, dueña de fantasías impúdicas; caer en su regazo y esperar a que no se de cuenta sólo para estar cerca de ella y respirar su embriagadora esencia...
Entonces el demonio se vistió con los trajes de deseos;
causó fracasos en la mente del hombre y debilidades insaciables.
causó fracasos en la mente del hombre y debilidades insaciables.
- Siempre Aria:
HANNES BERGSTRÖM
"Más sabe el diablo por viejo..." -Te equivocas, las canas no son sinónimo de sabiduría.- DATOS BÁSICOS: Vampiro // 639 años // Clase Alta Heterosexual // Sueco HABILIDADES: Volar // Ilusión Infringir dolor por medio de la mente |
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• Psicológica:
La caballerosidad nada tiene que ver con la retorcida mentalidad de un individuo. Se puede ser un hombre con educación ante la presencia de una dama, actuar con la diplomacia adecuada mientras se está pensando en cómo desollarle y lo gloriosa que se vería bañada de sangre bajo la flagelación de su amo, esto exclusivamente para saciarlo de una forma tan morbosa como el mismo pensamiento. Precisamente de esta forma es como se muestra Hannes. Es un joven dentro del cuerpo de un anciano, podría incluso ser un anciano atrapado en el cuerpo regocijante de un joven; esto hasta cierto punto se escucha contradictorio, pero con el paso del tiempo se comprobará que la lógica no siempre tiene la razón y la metáfora resulta más interesante que cualquier otra cosa.
Los seres humanos están condicionados a ser ambiguos en algún punto de su desarrollo psicológico, criaturas que resultan fáciles de convencer con la utilización apropiada de las palabras y él es quien las promulga como una fe llena de proezas. Como la mayoría de los vejetes, ha recorrido un largo camino para poder forjar esta habilidad. Pareciera que no es nada difícil el alojar las frases una a una en el oído del sordo para hacer que cumpla con la voluntad de su titiritero, pero aún la mente más débil tiende a resistirse al allanamiento de un extraño, no para él. Hannes es un hombre sofisticado y realmente culto, puede dar toda una cátedra de cualquier tema o alguno en particular sin ningún titubeo. Quizá en sus pensamientos logre dudar de lo que dice pero sabe que, si lo pronuncia con tal seguridad, el ignorante le creerá la farsa. Aprendió a observar cada detalle que nos rodea, utiliza sus sentidos al máximo, percibe los colores con el sentido del olfato, los perfumes con el tacto, y las texturas con la vista. Resulta irónico, pero la vida le mostró que para lograr la comprensión total de las cosas, es necesario conocerlas con más de un sentido.
Es cierto que su cerebro funciona de una forma y actúa de otra, pero siempre con un objetivo en común, su propio beneficio. La arrogancia, para tener derecho a presumirla hay que habérsela ganado -con todo el respeto y el riesgo a sonar ególatras- Hannes de idiota no tiene ni un solo cabello. Su inteligencia es la mejor arma jamás conocida y recorrerá cada rincón de sus pensamientos antes de esbozar cualquier estupidez. Sabe como actuar, como moverse entre la incertidumbre y extrañeza que despierta en quienes le rodean. Aprovecha las dudas de sus enemigos para cavar hasta las profundidades encontrando la ruptura que le dará la victoria ante cualquiera. Las pesadillas de los demás son el alimento con el cual él se embriaga, es como sentirse vivo después de haber estado dormido durante milenios. Tiene un sentido de la frivolidad bastante desarrollado. Cortante al hablar si no le interesa en lo absoluto mantener el hilo de la plática, esto quiere decir que aquella persona le resulta aburrida o insignificante. ¿A quién engañamos? Todos, excepto Aria le resultan indiferentes.
Un hombre sin lujuria no merece ser llamado hombre. Incluso el sacerdocio tiene comportamiento pecaminoso y trata de ocultarlos bajo una red de mentiras. No se puede engañar a Dios según sus creencias y sin embargo, lo hacen a cada instante, debería de darles vergüenza tener tan poco sentido de la ética. Él disfruta de su depravación a sobre manera, el morbo, el deseo, el placer, el delirio, la inconsciencia de perderse en las caderas de una mujer. Hannes ama a las mujeres, no esa no es la definición apropiada, digamos que él disfruta de ellas. Sus curvas, la suavidad de su piel, el color de sus ojos, el sabor de su… (No es la sangre) Les colocaría un altar y las idolatraría de no ser que ya se encuentra ocupado el pedestal. Antes se encontraba él allí arriba, ahora… es sólo ella quien se eleva por encima de su todo.
¿Puede un demonio caer en las caóticas garras del amor? La respuesta es irrelevante. Los hechos son mejor. Los hombres les han concedido un poder a las mujeres que desconocen y que utilizan sin consciencia alguna. Aria llegó a él como una estaca al corazón, cruelmente inesperada pero ansiada después de una eternidad en soledad y naufragios. Por ella Hannes sería capaz de cualquier cosa “Amor incondicional” juntar esas dos palabras en una oración no es un juego, hace falta saber que es lo que quiere decir cada una de ellas por separado… implican sacrificios, dolor, angustia, desesperación, amargura, pero al final del recorrido, la recompensa es simplemente indescriptible. Para hacer una comparación baladí, Hannes la describe como sentir el calor del sol a través de su piel cada que rosa el cuerpo de Aria, poder distinguir la gama de colores en un amanecer y bajo los rayos del sol, en instante en que besa sus cabellos y presenciar con todo su cuerpo las pulsaciones de su corazón una vez más… y esque Aria es la debilidad de su fortaleza.
Pero el amor tiene un lado obscuro. En las últimas décadas, Hannes ha cambiado su forma de tratarla y vive noche tras noche el coraje y la frustración de no poder sentirla como mujer debido a su incapacidad. Al igual que ella, le resulta devastador. Le enerva el hecho de pensar que ella podría descargar su necesidad en otros hombres. Imaginarla vertiendo sus jugos en el cuerpo de alguien que no es él, catastrófico. No puede siquiera permitirse creer que Aria ve a otros hombres, no obstante, es tan infinito su amor por ese súcubo que estaría dispuesto a dejarla partir con su amante, si ella así lo desea. La ira irreconocible con la cual llena el vacío de su pecho sólo puede ser saciada con la matanza, uno de sus deportes favoritos para distraer sus pesares y la tortura, es sólo una forma de trasladar hasta otro cuerpo lo que él mismo siente; oculto bajo una máscara de indiferencia, se hallará lo impensable, el reprimido dolor de una bestia.
• Física:
¿Qué es lo primero que se juzga en una persona adulta? ¿Las arrugas en su cuerpo? ¿Las canas de su cabello? ¿Lo abatido en su mirada? ¿Lo seco de su piel? Es realmente fascinante poder imaginarse a si mismo alcanzando la vejez frente a un espejo y sonreír con la misma cantidad de dientes con los cuales se llegó a este mundo. Desgraciadamente, para algunos, la belleza lo es todo en la vida... incluso después de la muerte.
Hannes poseía un físico envidiable en sus años de juventud. Un porte excepcional, sus ojos penetraban más allá de lo que se puede desear. Sus labios una fuente de idílica ponsoña, su cuerpo fue esculpido por los dioses y su perfume, ¡Oh...! su embriagadora esencia que desquebrajaba la voluntad de las damas. Todo eso terminó y en su lugar, sólo un saco de huesos es lo que yace sobre la cama. Vestigios se vislumbran entre tanta opacidad de lo que alguna vez fue conocido como belleza. Un cuerpo decrépito que bien podría quedarse varado a mitad de la calle sin nadie que lo reclame. Sus piernas están mutiladas, no puede caminar, sus brazos carecen de músculos, no se puede mover. Las fauces que portaron en sus años dorados los más perfectos colmillos, ahora sólo se abren para escurrir la baba de su interior cuando su mujer hace pasar una bandeja con sangre fresca delante de él. La enloquecedora mirada de un casanova desapareció dejando tan sólo un sueño lejano de lo existido. Los cadáveres no deberían regresar a andar en la tierra, él es un claro ejemplo del por qué. Se cae a pedazos mientras se pudre por dentro lenta y dolorosamente. Donde se derrochaba perfume, por un hedor insoportable ha sido suplantado. Las ropas más finas de todo el maldito continente, lo vistieron y sin embargo, ya no tiene nada de eso.
Manchas en sus manos, piel flácida, seca... muerta. Es un reverendo asco tener que estar cerca de él, no se preocupa por su aseo personal y ha dejado que la peste, mugre y demás se acumulen en su ser. Sólo se muestra presentable cuando es Aria quien lo procura. Los huesos de su cuerpo se resaltan a la vista, pareciese que está a punto de romperse y quizá se esté en lo correcto al mirarlo con un poco de compasión/pena/lástima. Suena extraordinario el hecho de aceptar que no todos los vampiros, son acreedores de una belleza inigualable, Hannes es el error imperdonable de la fábrica. Es un maldito inservible. Un parásito que sólo está a la espera de lo que Aria le de. No puede verse al espejo sin sentir repugnancia ante su reflejo. Hannes es la viva representación física de un anciano mayor de los 70 años, el problema no está en que los tenga realmente o no... la temática que ha capturado la locura del propio, es el dato curioso que fue convertido cuando apenas tenía 27 años de edad. ¿No se supone que el vampirismo proporciona longevidad? Sí, pero no defensa contra las artes obscuras. Él lo aprendió por su cuenta y ese esqueleto con una fina membrana cubriéndole de pies a cabeza, es la advertencia.
Se sabe que ha perdido la sensibilidad en la mayor parte de su cuerpo, ni siquiera siente libido ante la presencia de su encantadora mujer... Es decepcionante. Un parásito, eso es en lo que Hannes se convirtió, depende total y completamente de Aria, ella lo arrastra a donde va, necesita transportarlo en una carroza ya que el infeliz está inválido de la cintura para abajo. He allí el pequeño problema que agravia su carácter, no puede ofrecerle placer carnal a su hembra. Patético. No podemos decir que así nació Hannes, porque la verdad les sorprendería. Sí, a simple vista sólo es un patético viejo como los demás, pero que su apariencia no te engañe porque eso es tan sólo el envase de toda la maldad que reside en las profundidades de sus pensamientos. Aunque pueda no poseer una vitalidad semejante a la de un espectro de su edad, es su cerebro quien continúa ejercitándose noche tras noche...
La caballerosidad nada tiene que ver con la retorcida mentalidad de un individuo. Se puede ser un hombre con educación ante la presencia de una dama, actuar con la diplomacia adecuada mientras se está pensando en cómo desollarle y lo gloriosa que se vería bañada de sangre bajo la flagelación de su amo, esto exclusivamente para saciarlo de una forma tan morbosa como el mismo pensamiento. Precisamente de esta forma es como se muestra Hannes. Es un joven dentro del cuerpo de un anciano, podría incluso ser un anciano atrapado en el cuerpo regocijante de un joven; esto hasta cierto punto se escucha contradictorio, pero con el paso del tiempo se comprobará que la lógica no siempre tiene la razón y la metáfora resulta más interesante que cualquier otra cosa.
Los seres humanos están condicionados a ser ambiguos en algún punto de su desarrollo psicológico, criaturas que resultan fáciles de convencer con la utilización apropiada de las palabras y él es quien las promulga como una fe llena de proezas. Como la mayoría de los vejetes, ha recorrido un largo camino para poder forjar esta habilidad. Pareciera que no es nada difícil el alojar las frases una a una en el oído del sordo para hacer que cumpla con la voluntad de su titiritero, pero aún la mente más débil tiende a resistirse al allanamiento de un extraño, no para él. Hannes es un hombre sofisticado y realmente culto, puede dar toda una cátedra de cualquier tema o alguno en particular sin ningún titubeo. Quizá en sus pensamientos logre dudar de lo que dice pero sabe que, si lo pronuncia con tal seguridad, el ignorante le creerá la farsa. Aprendió a observar cada detalle que nos rodea, utiliza sus sentidos al máximo, percibe los colores con el sentido del olfato, los perfumes con el tacto, y las texturas con la vista. Resulta irónico, pero la vida le mostró que para lograr la comprensión total de las cosas, es necesario conocerlas con más de un sentido.
Es cierto que su cerebro funciona de una forma y actúa de otra, pero siempre con un objetivo en común, su propio beneficio. La arrogancia, para tener derecho a presumirla hay que habérsela ganado -con todo el respeto y el riesgo a sonar ególatras- Hannes de idiota no tiene ni un solo cabello. Su inteligencia es la mejor arma jamás conocida y recorrerá cada rincón de sus pensamientos antes de esbozar cualquier estupidez. Sabe como actuar, como moverse entre la incertidumbre y extrañeza que despierta en quienes le rodean. Aprovecha las dudas de sus enemigos para cavar hasta las profundidades encontrando la ruptura que le dará la victoria ante cualquiera. Las pesadillas de los demás son el alimento con el cual él se embriaga, es como sentirse vivo después de haber estado dormido durante milenios. Tiene un sentido de la frivolidad bastante desarrollado. Cortante al hablar si no le interesa en lo absoluto mantener el hilo de la plática, esto quiere decir que aquella persona le resulta aburrida o insignificante. ¿A quién engañamos? Todos, excepto Aria le resultan indiferentes.
Un hombre sin lujuria no merece ser llamado hombre. Incluso el sacerdocio tiene comportamiento pecaminoso y trata de ocultarlos bajo una red de mentiras. No se puede engañar a Dios según sus creencias y sin embargo, lo hacen a cada instante, debería de darles vergüenza tener tan poco sentido de la ética. Él disfruta de su depravación a sobre manera, el morbo, el deseo, el placer, el delirio, la inconsciencia de perderse en las caderas de una mujer. Hannes ama a las mujeres, no esa no es la definición apropiada, digamos que él disfruta de ellas. Sus curvas, la suavidad de su piel, el color de sus ojos, el sabor de su… (No es la sangre) Les colocaría un altar y las idolatraría de no ser que ya se encuentra ocupado el pedestal. Antes se encontraba él allí arriba, ahora… es sólo ella quien se eleva por encima de su todo.
¿Puede un demonio caer en las caóticas garras del amor? La respuesta es irrelevante. Los hechos son mejor. Los hombres les han concedido un poder a las mujeres que desconocen y que utilizan sin consciencia alguna. Aria llegó a él como una estaca al corazón, cruelmente inesperada pero ansiada después de una eternidad en soledad y naufragios. Por ella Hannes sería capaz de cualquier cosa “Amor incondicional” juntar esas dos palabras en una oración no es un juego, hace falta saber que es lo que quiere decir cada una de ellas por separado… implican sacrificios, dolor, angustia, desesperación, amargura, pero al final del recorrido, la recompensa es simplemente indescriptible. Para hacer una comparación baladí, Hannes la describe como sentir el calor del sol a través de su piel cada que rosa el cuerpo de Aria, poder distinguir la gama de colores en un amanecer y bajo los rayos del sol, en instante en que besa sus cabellos y presenciar con todo su cuerpo las pulsaciones de su corazón una vez más… y esque Aria es la debilidad de su fortaleza.
Pero el amor tiene un lado obscuro. En las últimas décadas, Hannes ha cambiado su forma de tratarla y vive noche tras noche el coraje y la frustración de no poder sentirla como mujer debido a su incapacidad. Al igual que ella, le resulta devastador. Le enerva el hecho de pensar que ella podría descargar su necesidad en otros hombres. Imaginarla vertiendo sus jugos en el cuerpo de alguien que no es él, catastrófico. No puede siquiera permitirse creer que Aria ve a otros hombres, no obstante, es tan infinito su amor por ese súcubo que estaría dispuesto a dejarla partir con su amante, si ella así lo desea. La ira irreconocible con la cual llena el vacío de su pecho sólo puede ser saciada con la matanza, uno de sus deportes favoritos para distraer sus pesares y la tortura, es sólo una forma de trasladar hasta otro cuerpo lo que él mismo siente; oculto bajo una máscara de indiferencia, se hallará lo impensable, el reprimido dolor de una bestia.
Sociópata y romántico; jodidamente condenado...
• Física:
¿Qué es lo primero que se juzga en una persona adulta? ¿Las arrugas en su cuerpo? ¿Las canas de su cabello? ¿Lo abatido en su mirada? ¿Lo seco de su piel? Es realmente fascinante poder imaginarse a si mismo alcanzando la vejez frente a un espejo y sonreír con la misma cantidad de dientes con los cuales se llegó a este mundo. Desgraciadamente, para algunos, la belleza lo es todo en la vida... incluso después de la muerte.
Hannes poseía un físico envidiable en sus años de juventud. Un porte excepcional, sus ojos penetraban más allá de lo que se puede desear. Sus labios una fuente de idílica ponsoña, su cuerpo fue esculpido por los dioses y su perfume, ¡Oh...! su embriagadora esencia que desquebrajaba la voluntad de las damas. Todo eso terminó y en su lugar, sólo un saco de huesos es lo que yace sobre la cama. Vestigios se vislumbran entre tanta opacidad de lo que alguna vez fue conocido como belleza. Un cuerpo decrépito que bien podría quedarse varado a mitad de la calle sin nadie que lo reclame. Sus piernas están mutiladas, no puede caminar, sus brazos carecen de músculos, no se puede mover. Las fauces que portaron en sus años dorados los más perfectos colmillos, ahora sólo se abren para escurrir la baba de su interior cuando su mujer hace pasar una bandeja con sangre fresca delante de él. La enloquecedora mirada de un casanova desapareció dejando tan sólo un sueño lejano de lo existido. Los cadáveres no deberían regresar a andar en la tierra, él es un claro ejemplo del por qué. Se cae a pedazos mientras se pudre por dentro lenta y dolorosamente. Donde se derrochaba perfume, por un hedor insoportable ha sido suplantado. Las ropas más finas de todo el maldito continente, lo vistieron y sin embargo, ya no tiene nada de eso.
Manchas en sus manos, piel flácida, seca... muerta. Es un reverendo asco tener que estar cerca de él, no se preocupa por su aseo personal y ha dejado que la peste, mugre y demás se acumulen en su ser. Sólo se muestra presentable cuando es Aria quien lo procura. Los huesos de su cuerpo se resaltan a la vista, pareciese que está a punto de romperse y quizá se esté en lo correcto al mirarlo con un poco de compasión/pena/lástima. Suena extraordinario el hecho de aceptar que no todos los vampiros, son acreedores de una belleza inigualable, Hannes es el error imperdonable de la fábrica. Es un maldito inservible. Un parásito que sólo está a la espera de lo que Aria le de. No puede verse al espejo sin sentir repugnancia ante su reflejo. Hannes es la viva representación física de un anciano mayor de los 70 años, el problema no está en que los tenga realmente o no... la temática que ha capturado la locura del propio, es el dato curioso que fue convertido cuando apenas tenía 27 años de edad. ¿No se supone que el vampirismo proporciona longevidad? Sí, pero no defensa contra las artes obscuras. Él lo aprendió por su cuenta y ese esqueleto con una fina membrana cubriéndole de pies a cabeza, es la advertencia.
Se sabe que ha perdido la sensibilidad en la mayor parte de su cuerpo, ni siquiera siente libido ante la presencia de su encantadora mujer... Es decepcionante. Un parásito, eso es en lo que Hannes se convirtió, depende total y completamente de Aria, ella lo arrastra a donde va, necesita transportarlo en una carroza ya que el infeliz está inválido de la cintura para abajo. He allí el pequeño problema que agravia su carácter, no puede ofrecerle placer carnal a su hembra. Patético. No podemos decir que así nació Hannes, porque la verdad les sorprendería. Sí, a simple vista sólo es un patético viejo como los demás, pero que su apariencia no te engañe porque eso es tan sólo el envase de toda la maldad que reside en las profundidades de sus pensamientos. Aunque pueda no poseer una vitalidad semejante a la de un espectro de su edad, es su cerebro quien continúa ejercitándose noche tras noche...
Ojos azules, labios carnosos, piel marmórea, sedosa y perfecta, ¡Jáh!
Hoy por hoy, sólo una jodida momia es lo que queda...
Hoy por hoy, sólo una jodida momia es lo que queda...
- Pasado de Hannes:
- Presente de Hannes:
Historia
Historia narrada por Aria:
Desde que tengo uso de razón, me han llenado la cabeza de ideas, sueños e historias fantásticas. Muchas de estas hazañas se popularizaron gracias al temor del hombre por lo desconocido, un miedo que parte de lo irracional viéndose afectado por la curiosidad y el empeño de mantenerlo bajo control, pero existen cosas que es mejor ignorar. Cuando cruzas la puerta al otro lado, ya no hay marcha atrás.
La mitología Nórdica siempre fue bienvenida en mi hogar, se nos relataban cuentos fantásticos a mi y a mi hermano sobre las cruzadas de los Æsir y los Vanir para mantener el orden en Yggdrasil, el árbol gigante que sostenía los siete mundos. Como es de esperarse los dioses eran representados como la forma más pura que existía y en base a un equilibrio, opuestamente se encontraban las bestias y los Jotuns quienes eran un ejemplo de la tempestad y el caos. A menudo solía cuestionar a mis padres sobre esta mitología, el principio y el final de las creencias debido a que el cristianismo de apoderó de Suecia sustituyendo la tradición, pero en mi hogar el apego con la mitología provenía desde nuestros ancestros, así que la cultura no había sido olvidada del todo, al menos no para aquellos que portaban el apellido Bergström. Conocí a profundidad los detalles de nuestras raíces y me creí cada una de las odiseas que allí se contaban, la que más recuerdo y que hasta la fecha me resulta creíble era la notable preocupación de los Æsir al escuchar la profecía de la Sibila, donde narra el inicio del Ragnarök. Odín, el jefe del panteón de los dioses nórdicos, conjuró el espíritu de una Völva muerta (chamán o sibila) y le ordenó que revelara el pasado y el futuro. Ella es reacia: "¿Qué pedís de mi? ¿Por qué tentarme?"; pero ya que está muerta, no muestra miedo por Odín, y continuamente se mofa de él: "Bueno, ¿sabrías más?", pero Odín insiste: si va a cumplir su función de rey de los dioses, debe poseer todo el conocimiento. Una vez que la sibila ha revelado los secretos del pasado y el futuro, cae nuevamente en el olvido: "Ahora me hundo". Se creía que, las fuerzas del mal y el caos sobrepasarán en número y vencerán a los divinos y guardianes de los hombres del bien y el orden. Loki y sus monstruosos hijos romperán sus ataduras; los muertos navegarán desde Niflheim para atacar a los vivos. Heimdall, el vigilante de los dioses, convocará a los anfitriones celestiales con un bramido de su cuerno. Luego seguirá una batalla final entre el orden y el caos (Ragnarök), que los dioses perderán, ya que así es su destino. Ellos, conscientes de esto, juntarán a los mejores guerreros, los Einherjer, para pelear de su lado cuando el día llegue, pero en el final serán impotentes para prevenir al mundo de descender en el caos del cual una vez emergió; los dioses y su mundo serán destruidos. El mismo Odín será engullido por el lobo Fenrir. Sin embargo, habrá unos pocos supervivientes, ambos humanos y divinos, que poblarán el nuevo mundo, para volver a empezar el ciclo. O así la sibila nos cuenta; pero hoy me doy cuenta que sólo se trataban de historias para mantenernos alejados de la realidad en Suecia.
Afuera, el país se sacudía entre guerrillas por el poder y la competencia entre los países Nordicos. Los reyes suecos también empezaron a expandir su territorio hacia Finlandia, creando conflictos con los rus, quienes se habían desprendido de toda conexión con Suecia. Necesitábamos mantenernos ocupados para no pensar que nuestro padre había sido alcanzado por la espada del enemigo, de esta forma nos sentábamos horas a escuchar leyendas e historias que erizarían los bellos de nuestra piel, después descubriría que las pesadillas son reales. Mi padre falleció después de combatir para el reino durante 5 años seguidos, esta habría sido la primer tragedia que cubría mi mi vida, el inicio de mi Ragnarök personal. Junto a mi madre y hermano, superé la ausencia del señor de la casa. Le fuimos indiferente al resto del mundo después de esto. Mi mellizo y yo contrajimos matrimonio casi al mismo tiempo y todos vivíamos aparentemente felices en casa de nuestra madre. Si no lo mencioné antes, lo hago ahora, nuestra familia descendía de los primeros reyes de Svealand (Suecia), por lo tanto éramos un apellido reconocido y su vez manteníamos una estabilidad económica afortunada. Basta con decir que en esa Mansión residíamos más 12 personas sin incluir a los sirvientes. Mi hermano engendró a tres hijos, el primero fue varón lo cual le daba el poder de la herencia sobre los míos y sus propias hermanas. Yo, junto a mi esposo, fuimos bendecidos con dos bebés, mellizos... la genética me alcanzó a mí. Eira y Erik; mis adorables bebés. Sus ojos eran verdes, al igual que los de su padre, su cabello intesamente rojo, como el mío y su piel era idéntica a la mi madre, una suavidad y una calidez sobrenatural. Extraño acojerlos en mis brazos y rosar su textura con mis labios, extraño escuchar el llanto de su hambre por las noches llamándome... ¡Oh, mis bebés!
Fue la maldita peste negra quien me los arrebató de las manos. No sólo a mis hijos, a toda mi familia. La pandemia se extendió por todo Europa asesinando a 25 millones de personas aproximadamente. La ignorancia de la gente fue de mucha ayuda para que las muertes se propagarán más allá de lo que una simple epidemia pudiese abarcar. El caos reinaba cada maldita esquina de los paises con esta afectación y, al no reconocer las causas de la enfermedad, comenzaron a surgir ideas absurdas sobre sus orígenes e incluso se llegó a pensar que era un ataque de las Brujas. Para estos tiempos se habían popularizado leyendas de este tipo, así como los vampiros y otras criaturas sobrenaturales que rondaban el mundo, para mí sólo existía una bestia sobre la fas de la tierra, el hombre. Tenía mi justificación para esto, eran los hombres quienes amenazaban mi hogar al saber que mi familia había sido contaminada por la peste... querían incendiar mi casa con ellos dentro, conmigo dentro. Mis abuelos, uno de los hijos de mi hermano, su esposa y yo, eramos los únicos que nos habíamos mantenido lejos de la enfermedad, pero todos los demás ya presentaban los síntomas. Se me acusó de pacto con el diablo al darse cuenta que la convivencia con ellos no me había afectado, pero se equivocaron, sí estaba contagiada, sólo que lo hice después. Pero fue demasiado tarde para convencerlos, una turba iracunda llegó hasta nuestras propiedades e incendiaron la casa. No los juzgo querían defenderse de la peste a como diese lugar, fue la única solución que encontraron. Debí haber muerto junto a ellos, pero no fue así.
Hannes Bergström; un hombre que era amigo de mi esposo, conocido de la familia y un maldito desgraciado para la gente que en verdad entendía la frialdad de sus palabras. Él estaba allí cuando todo ocurrió, trató de salvar a todos los que le fuesen posibles, pero el incendio se extendió demasiado rápido y en ese instante juzgue de muy mala gana sus intenciones. Malinterpreté su ayuda y la labor que realizó al arriesgar su vida por la mía, su temor por el fuego me hizo sospechar, tiempo después me daría cuenta de sus motivos y lo tonta que fui al juzgarlo. Bergström era el apellido original de mi marido, así que Hannes era un ancestro de él, pero no lo supe hasta después de conocer su verdad. Tragué demasiado humo, mis pulmones estaban colapsando desde dentro, no podía respirar y la enfermedad acabaría con vida tarde o temprano; recuerdo haberle gritado me matase, porque no podía vivir sin una razón de ser, para mí lo eran ellos, mi familia... Él tomó una decisión por mí, durante un tiempo lo aborrecí por eso. Pero ahora... ¡Maldita sea! ¡Si él jamás se hubiese metido conmigo, nunca habría pasado nada de esto! Fui convertida en vampiro esa noche. Cuando desperté, el hambre me calaba, la sed me quemaba y el dolor sentí por la pérdida de mi familia, había desaparecido sustituyéndose por un vacío enorme y una sensación de nada. Era de noche y Hannes no estaba cerca de mí, así que mi primer impulso fue correr a la cocina. Desconocía la residencia, tropecé varias veces y me perdí en sus laberintos antes de encontrarla, una vez allí traté de devorar la fruta que se encontraba sobre la mesa, pero era desagradable para mi paladar. Me sabía como si algo estubiese podrido, escupí los mordiscos y bebí agua, pero esta se deslizó por mi garganta de adentro hacia afuera en una forma de defensa para mi sistema, regurgité todo lo que probaba, hasta que me acerqué a un pedazo de carne crudo, en mi desesperación lo mordí y para mi sorpresa este sí pasó... fue delicioso el contacto que tuve, dos minutos después me di cuenta que no era la carne lo que estaba haciéndome bien, si no la sangre que escurría del corte, me odié a mi misma al saber lo repugnante que me veía de esa forma. Hannes llegó en el justo momento, después de eso todo fue más fácil.
Me envenenó con su ira, con el odio que sentía por la humanidad en general. Había el tiempo suficiente como para verse morir una y otra vez en las manos de aquellos que se hacen llamar la raza superior. Conocí la peor faceta de Hannes, esa que libera sólo en las noches en las que los lobos le aúllan a la luna llena. Su maldad me devoró lentamente y el sentimiento de venganza crecía dentro de mi corazón. El mundo parecía no ser nada bajo mi poder y él tenía la culpa por concederme los caprichos que en mi mente se iban generando con el paso del tiempo. La peste sólo fue una máscara durante mis primeros años como neofita. Arrasé con la pequeña ciudad/aldea en la que me críe, en donde fui juzgada y asesinada. Pero no me bastó, la sed era cada vez más grande, me comportaba como un monstruo sanguinario y claramente no me importó destruir los hogares de miles de familias, mucho menos albergar piedad por todos esos niños que decapité. Y esque Hannes me arrebató los últimos segundos de vida, pero también se llevó mi dolor. Muchos podrían preguntarme el costo del pacto, escupirme en la cara que no soy más que un simple retazo repugnante de nada, que doy lástima... Pero entonces los pondría en mi lugar, ¿Qué elegirían? No, no respondan porque no están en mis zapatos y sería fácil refutar mis fundamentos, pero vivir la pena es diferente, es allí donde elegirían verdadera y no hipotéticamente. Fuimos amos del caos, sembramos el miedo a lo largo de Suecia, viajamos por los países Nórdicos, aterrorizamos toda Escandinava y nuestros nombres se conocieron, Surt soberano de Muspelheim y Sinmore guardiana de Lævateinn. Nombres que forman parte del basto mundo de la mitología Nórdica. En la Edda de Snorri Sturluson se le describe a él: "Surt es el que está en la frontera de Muspel, cuidando la tierra. Su espada está llameando y mientras el mundo termine saldrá, hará guerra contra y vencerá a los dioses. Y quemará el mundo entero con fuego"; no se equivocaban. De esta forma nos conoció Escandinava, aún cuando no ostentamos esos nombres, nada ha cambiado.
Entonces ocurrió, los dioses suelen pecar de confianza en si mismos, de arrogancia... Nosotros pecamos al subestimar al enemigo. Era una noche como cualquier otra, una aldea como cualquier otra... sólo que esta se encontraba en Rumania, era nuestro deber conocer el territorio hostil, pero poco nos importó. Se corrían los rumores que allí existieron influencias Celtas en el pasado y que su magia era bastante poderosa, pero era evidente que no tanto como nosotros. ¡ Estábamos muertos! ¿qué era lo peor que podría pasarnos? Quizá nunca debí preguntarme eso. Atacamos como siempre, pero se nos advirtió que parasemos. Una mujer llamada Cannette, nos miró fijamente a los ojos, se introdujo en mis pensamientos y en los de él. Un abismo negro se apoderó de mí por completo, sentí como era despojada de mi cuerpo lenta y dolorosamente. Fui arrancada de este como si de una rebana de carne se tratase, me colocaron al centro de la mesa para prestar atención a todo lo que ocurriría. Los gritos no se hicieron esperar, podía escucharlos en mi cabeza, observé con pavor la muerte que les había dado a todas esas personas en mi pasado, me vi a mi misma tragando los cuerpos mutilados de mis propios hijos y por primera vez durante décadas de no sentir nada, encontré el dolor en mi interior. Derramé las lágrimas que no pude derrochar la noche de mi conversión y en ese momento mi cuerpo fue presa de una fuerza extraña. "Nigromantes" Susurró Hannes, no entendí lo que quiso decir hasta que concentré mis fuerzas en algo más débil que yo. ¡Maldición era él!
Su sangre corría por mis manos mientras mis colmillos devoraban incansablemente su cuerpo. Me abalancé contra él y traté de asesinarlo. Hannes gritaba mi nombre me pedía lo escuchase, que respondiese a su llamado como mi padre, deseaba responder pero mis labios se encontraron sellados por completo, no podía hablar, ni siquiera se me permitió esbozar una nota baja con mi garganta y esque toda yo era manipulada por algo o alguien. Sólo mi consciencia se encontraba libre de eso, fue lo peor. Saber lo que hice y disfrutarlo. Hannes luchaba contra mí sin hacerme daño realmente, no puedo decir lo mismo de mí y esque mutilé sus piernas una y otra vez, impidiendo que estas se regeneraran, clavé mis colmillos en su hombro derecho y dejé allí una marca imborrable. La única forma de matar a un vampiro es clavándo una estaca en su corazón o cortarle la cabeza y quemarlo. Una rama de olivo pendía cerca de mí, la corté y alcancé a lastimar mi mano, no me quejé, no dolía... no tanto como lo que iba a hacer. "Aria, ¡NO!" Esas fueron las palabras exactas que él me dedico antes de que atravesara su cuello con la rama. Sus ojos se llenaron de rabia, entonces hizo algo que jamás había conocido. Manipuló la mente de la bruja y la hizo retorcerse de dolor. Pero ella y yo estábamos conectadas de alguna manera, así que al mismo tiempo que ella cayó al suelo, yo también. Sentí como la mirada de Hannes me ardía, me quemaba por completo... Cannette se burlaba de nosotros, conocía su futuro entonces pasó... Arrojó un conjuro contra Hannes, fui incapaz de comprender lo que decía. Él me miro con miedo, pensó que el hechizo era para mí, pero no se dio cuenta... "Podrás tomar mi corazón esta noche Hannes, pero mi alma te seguirá hasta que el último de los míos muera" Con esa amenaza, la bruja pereció en manos de Hannes. Cuando su corazón dejó de latir en la palma de él, yo me sentí libre, pero era demasiado tarde... Observé las heridas que le dejé, verlo fue aterrador y entendí que no se repondría hasta que probase un bocado. Decenas de mujeres vírgenes, sus favoritas, niños, ancianos... de todo le llevé para que sanase, pero fue en vano. Allí nos dimos cuenta. El conjuro golpeó a Hannes y no a mí. Con el paso del tiempo él perdió la sensibilidad en ambas piernas, ya no podía caminar a mi lado, envejecía. ¡Se supone que los vampiros son eternos! ¿Por qué él se volvía más anciano? Busqué respuestas. Se me explicó y me atemoricé. La maldita bruja, me había aplicó "defixio-is" dominado con el poder de la nigromancia, manteniendome bajo su control hasta que Hannes rompió con el lazo. Sin embargo a él, le arrojó la maldición Miser. La cual produce que el cuerpo del no-muerte vaya pudriéndose desde el interior. Con el paso de las décadas el cuerpo de Hannes fue deteriorándose cada vez más. Intenté ayudarlo, contraté brujas y amenacé a gitanos, pero ambos me confesaron lo mismo, sólo la bruja que lanzó el conjuro podía retirarlo... Expliqué que él la había asesinado, alguien me sonrió y dijo que habría que acabar con toda la descendencia de esa bruja... O de lo contrario él moriría inevitablemente. Han pasado dos centurias y 60 décadas desde entonces, continuo con mi búsqueda y no repararé hasta ver al último de los Arsenics muerto.
Datos Extra
• Hannes padece discriminación de la sensibilidad y el movimiento de la cintura para abajo.
• Aria desconoce sobre las otras habilidades de Hannes.
• Mantienen a un grupo selecto de individuos que trabajan para ellos.
• Han exterminado a casi toda la descendencia Arsenics, excepto por un par de cabos sueltos.
• Son perseguidos por varios vampiros que fueron engañados por la pareja en sus años de gloria.
• Hannes siempre será el titiritero de Aria, sin importar lo que ocurra, ella lo obedecerá.
• Han aprendido evadir el poder de la nigromancia, esto requiere de una fuerte concentración y un desgaste físico enorme. No dura mucho tiempo pero sí el suficiente como para que uno de ellos destroce el cuerpo de la bruja. No funciona contra un aquelarre.
• Aria lleva a Hannes con ella a donde quiera que vaya.
• En su pasado, solían intimar con sus apodos, Surt y Sinmore. Aún suelen hacer mención efímeramente de esos tiempos.
• Aria desconoce sobre las otras habilidades de Hannes.
• Mantienen a un grupo selecto de individuos que trabajan para ellos.
• Han exterminado a casi toda la descendencia Arsenics, excepto por un par de cabos sueltos.
• Son perseguidos por varios vampiros que fueron engañados por la pareja en sus años de gloria.
• Hannes siempre será el titiritero de Aria, sin importar lo que ocurra, ella lo obedecerá.
• Han aprendido evadir el poder de la nigromancia, esto requiere de una fuerte concentración y un desgaste físico enorme. No dura mucho tiempo pero sí el suficiente como para que uno de ellos destroce el cuerpo de la bruja. No funciona contra un aquelarre.
• Aria lleva a Hannes con ella a donde quiera que vaya.
• En su pasado, solían intimar con sus apodos, Surt y Sinmore. Aún suelen hacer mención efímeramente de esos tiempos.
Última edición por Aria/Hannes Bergström el Dom Mar 04, 2012 12:27 pm, editado 6 veces
Mstislav Lèveque- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 72
Fecha de inscripción : 23/02/2012
DATOS DEL PERSONAJE
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Re: Leyenda Bergström
En cuanto la ficha esté terminada, postea aquí para que pasemos a revisarla.
Invitado- Invitado
Re: Leyenda Bergström
FICHA TERMINADA
Mstislav Lèveque- Cazador Clase Alta
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