De sueños y otros análogos [Privado].

por **Carmen M. Salazar** Lun Feb 27, 2012 5:25 am

Estaba mirando el escaparate de una panadería. El olor a pan recién horneado se colaba por mis fosas nasales y me abría el apetito, rugiendo mi estómago vacío como si no hubiese comido en meses. De hecho, esa idea no iba tan desencaminada si tenías en cuenta que pocas cosas éramos capaces de llevarnos a la boca en tiempos como aquellos.

Si la cosecha de beneficios por día no iba bien nos quedábamos sin cenar. Eso todos los de la troupe lo sabíamos, y es por eso que yo había perfeccionado mi habilidad para hurtar cosas sin que nadie se diese cuenta. Manzanas, panecillos, algún que otro resto de pescado o carne... El día que había conseguido un filete de cerdo a medio pudrir había sido un gran logro para mí, y el festín lo había acompañado. La semana siguiente, no obstante, estuve vomitando por comer carne en mal estado y no había vuelto a probar suerte.

Sin embargo, observando el cristal transparente donde miles de panes y dulces se amontonaban y escuchando a mi cuerpo pedir algo que llevarse a la boca era difícil hacer justicia a mi silenciosa promesa.

Por eso mis puños estaban cerrados con fuerza, marcándoseme los nudillos finos en la piel morena. No sabía cuánto tiempo llevaba mirando, pero sí que desde que yo estaba allí, parada, nadie pasaba por mi lado ni mucho menos entraba a la panadera. ¿Olía yo mal? ¿O simplemente mi apariencia les hacía repudiarme?

Cuando por esa misma razón el panadero salió enarbolando una sartén para echarme lejos de allí y dejar de espantar la clientela, yo salí disparada de allí, corriendo como alma que se lleva el diablo hasta que. inevitablemente, al girar una calle me choqué estrepitosamente con alguien y caí de culo a la calle, jadeando por la fuerza del impacto. Tanto dolió que por eso mismo se me pasó por alto a priori el aura que emanaba de ese hombre, y supe, con horror, que no era un humano normal.