AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Descansando {Gerard}
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Descansando {Gerard}
Eran las diez de la noche quizás un poco más y en aquel lugar el mundo parecía haber acabado; no había ningún sonido fuera de lo común, ni gritos, ni carruajes,ni voces descaradas sólo el sonido de la naturaleza el cual adornaba toda aquella naturaleza. A esas horas las visitas eran prácticamente nulas puesto que la población no se atrevía a que la integridad física de cada una de las personas fuese dañada por malhechores y seres fantásticos que sólo eran leyendas a ojos de los humanos…
A medida que alguien se acercaba a su posición, ligeramente escondida por altos matorrales, se podía ver en el suelo alguna que otra mancha de sangre, un zapato, el otro, una media… y finalmente el vestido aunque no en su totalidad puesto que la muchacha conservaba unos ligeros pantalones blancos que llegaban a sus rodillas y el corsé blanco del cual prendían cintas de tonalidad marronea que se ceñían a su delgada figura. La mujer reposaba sobre la rama de un árbol bocabajo, y dicha rama se deslizaba hacia delante rozando el agua con las puntas de las hojas como si estuviese a mercerd de aquella laguna.
La mejilla de Elora permanecía apoyada en el tronco y las yemas de sus dedos rozaban el agua mientras sus piernas se flexionaban y se cruzaba acariciando los dedos de sus pies entre ellos mismos; los cabellos se deslizaban por el labio derecho cayendo en forma de cascada y rozando las puntas el agua; de sus labios salía una suave cancioncilla posiblemente cuyo artista sería desconocido.
La posición de ella era relajada, despreocupada y una mano se paseaba rozando el agua mientras su mirada verdosa estaba puesta en el lago cristalino; ciertamente conseguía relajarse de aquella manera y aislarse de la vida social.
A medida que alguien se acercaba a su posición, ligeramente escondida por altos matorrales, se podía ver en el suelo alguna que otra mancha de sangre, un zapato, el otro, una media… y finalmente el vestido aunque no en su totalidad puesto que la muchacha conservaba unos ligeros pantalones blancos que llegaban a sus rodillas y el corsé blanco del cual prendían cintas de tonalidad marronea que se ceñían a su delgada figura. La mujer reposaba sobre la rama de un árbol bocabajo, y dicha rama se deslizaba hacia delante rozando el agua con las puntas de las hojas como si estuviese a mercerd de aquella laguna.
La mejilla de Elora permanecía apoyada en el tronco y las yemas de sus dedos rozaban el agua mientras sus piernas se flexionaban y se cruzaba acariciando los dedos de sus pies entre ellos mismos; los cabellos se deslizaban por el labio derecho cayendo en forma de cascada y rozando las puntas el agua; de sus labios salía una suave cancioncilla posiblemente cuyo artista sería desconocido.
La posición de ella era relajada, despreocupada y una mano se paseaba rozando el agua mientras su mirada verdosa estaba puesta en el lago cristalino; ciertamente conseguía relajarse de aquella manera y aislarse de la vida social.
Elora Soulacroix- Mensajes : 106
Fecha de inscripción : 30/06/2010
Localización : Una loba en el armario...(8)
Re: Descansando {Gerard}
Salí corriendo de un bar, como de costumbre me había metido en una trifulca por unas monedas, nunca aprendería. Llevaba en mi mano una botella de brandy, qué mejor que un buen compañero de fatigas, oí alboroto dentro del bar, así que aceleré el paso y me introduje en la frondosidad del bosque, “precioso” pensé, perderse por aquí, escapar de la abarrotada ciudad, sí, eso era lo que deseaba, me abrí dos botones de mi camisa blanca, y seguí corriendo a trompicones, mientras daba sorbos a la botella. Cuando echaba la cabeza atrás veía una inmensidad de estrellas brillando entre las altas ramas de los árboles. “Sí, tengo que pintar esto.”
Esperaba no encontrarme a nadie, qué podrían decirme, ¿tenía que temer algo? La gente siempre habla, pero yo nunca me creí ninguna de las historias que en esas reuniones se contaban, es más, a mi nunca me había pasado nada semejante, mi vida es demasiado aburrida para que la gracia me caiga de esa manera.
Me apoyé de espaldas en un árbol, y volví a beber de la botella. Y sonreí al cielo, bajé la cabeza para mirar de frente mío, avancé porque creí ver una laguna entre toda la maleza, tropecé debido a una maldita rama, tres cuartos de mi brandy se derramó “maldita sea” me levanté enfurecido hasta toparme con el agua, me arrodillé ante la orilla, observé mi reflejo, y la luna, así estuve un rato, me fui calmando.
Levanté la vista, y no pude creerme lo que vi, al otro lado de la orilla había una mujer, si mis ojos no me fallaban, tendida en una rama. Dios…juro que pensé que la rama se iba a caer en cualquier momento.
No sabía si acercarme, dando la vuelta a todo el lago, o gritarla. O qué demonios quedarme quieto observándola.
Di unos pasos hacia atrás para sentarme en una piedra. Quería quedarme con el más mínimo detalle de la escena, di otro sorbo a la botella y respiré profundamente.
Esperaba no encontrarme a nadie, qué podrían decirme, ¿tenía que temer algo? La gente siempre habla, pero yo nunca me creí ninguna de las historias que en esas reuniones se contaban, es más, a mi nunca me había pasado nada semejante, mi vida es demasiado aburrida para que la gracia me caiga de esa manera.
Me apoyé de espaldas en un árbol, y volví a beber de la botella. Y sonreí al cielo, bajé la cabeza para mirar de frente mío, avancé porque creí ver una laguna entre toda la maleza, tropecé debido a una maldita rama, tres cuartos de mi brandy se derramó “maldita sea” me levanté enfurecido hasta toparme con el agua, me arrodillé ante la orilla, observé mi reflejo, y la luna, así estuve un rato, me fui calmando.
Levanté la vista, y no pude creerme lo que vi, al otro lado de la orilla había una mujer, si mis ojos no me fallaban, tendida en una rama. Dios…juro que pensé que la rama se iba a caer en cualquier momento.
No sabía si acercarme, dando la vuelta a todo el lago, o gritarla. O qué demonios quedarme quieto observándola.
Di unos pasos hacia atrás para sentarme en una piedra. Quería quedarme con el más mínimo detalle de la escena, di otro sorbo a la botella y respiré profundamente.
Gerard Montefeltro- Humano Clase Media
- Mensajes : 402
Fecha de inscripción : 30/06/2010
Edad : 41
Localización : York (Inglaterra). Residente en Paris.
Re: Descansando {Gerard}
El olor que desprendía a Gerard comenzó a hundir los pulmones de la mujer, notaba su presencia pero hasta que no fuese el momento más oportuno no se giraría, también olía el olor a alcohol cosa que le disgustaba al tener un olfato tan sensible… a fin de cuentas sabía que no era peligroso, quizás estaba demasiado segura, y continuó en aquella posición sonriendo tenuemente al pensar en qué pensaría él cuando la viese colgada de una rama como si se tratase de una ninfa o en aspectos más reales de una mujer indefensa a punto de caerse pero resultaba que tras aquella faceta tan agradable se encontraba otro ser que latía por salir en el momento menos inesperado.
La mirada de Elora se alzó lentamente y al otro lado se fijó en la figura de Gerard el cual estaba acompañado de una botella; sus labios se abrieron y figuraron una cara de asombro digna de ver así apoyó una mano en falso, aparentemente, y su figura se precipitó al agua soltando un agudo chillido y escuchándose el sonido de su cuerpo caer en las cristalinas aguas.
¿Y ahora qué? ¿Fingiría que no sabía nadar? Sí, quizás sí pero sólo porque le parecía divertido… dicho esto su cabeza salió del agua y comenzó a gritar desesperadamente que no sabía nadar, pataleando mientras reía para sus adentros y su rostro fingía total preocupación. ¡Oh! ¡Se ahogaría si él no la ayudaba a salir! ¡Oh! ¿Cómo podía fingir de aquella manera? Quizás, lo más segura, era porque se aburría demasiado en aquella larga vida de licántropa de la que gozaba…
Elora se quedó pensativa unos instante pensando que si tenía que dar toda la vuelta ala laguna la encontraría completamente ahogada y si se lanzaba al agua sería mas o menos lo mismo pero le daba igual fingir que estaba completamente muerta. No tuvo que fingir mucho más y su pálida figura se terminó de hundir fingiendo que estaba ahogada. Por supuesto sabía nadar y aguantaba bastante bien la respiración bajo el agua…
Ella frunció el ceño un instante pensando que no había hecho aquello en su vida pero, ¿Y qué mas daba? Sólo iba a darle ese pequeño susto.
La mirada de Elora se alzó lentamente y al otro lado se fijó en la figura de Gerard el cual estaba acompañado de una botella; sus labios se abrieron y figuraron una cara de asombro digna de ver así apoyó una mano en falso, aparentemente, y su figura se precipitó al agua soltando un agudo chillido y escuchándose el sonido de su cuerpo caer en las cristalinas aguas.
¿Y ahora qué? ¿Fingiría que no sabía nadar? Sí, quizás sí pero sólo porque le parecía divertido… dicho esto su cabeza salió del agua y comenzó a gritar desesperadamente que no sabía nadar, pataleando mientras reía para sus adentros y su rostro fingía total preocupación. ¡Oh! ¡Se ahogaría si él no la ayudaba a salir! ¡Oh! ¿Cómo podía fingir de aquella manera? Quizás, lo más segura, era porque se aburría demasiado en aquella larga vida de licántropa de la que gozaba…
Elora se quedó pensativa unos instante pensando que si tenía que dar toda la vuelta ala laguna la encontraría completamente ahogada y si se lanzaba al agua sería mas o menos lo mismo pero le daba igual fingir que estaba completamente muerta. No tuvo que fingir mucho más y su pálida figura se terminó de hundir fingiendo que estaba ahogada. Por supuesto sabía nadar y aguantaba bastante bien la respiración bajo el agua…
Ella frunció el ceño un instante pensando que no había hecho aquello en su vida pero, ¿Y qué mas daba? Sólo iba a darle ese pequeño susto.
Elora Soulacroix- Mensajes : 106
Fecha de inscripción : 30/06/2010
Localización : Una loba en el armario...(8)
Re: Descansando {Gerard}
Me quedé mirando a la joven, no supuse que se había percatado de mi presencia, era imposible que eso pasase, a no ser que... pero no, es absurdo hasta pensar en esa hipótesis.
Bebí de nuevo, ese sabor se apoderaba de mí, ya estaba, ¿cómo decirlo? contentillo.
De improvisto ví como aquella mujer se incorporaba en la rama, y sus ojos se clavaron en mí, en aquellos momentos no me lo podía creer ¿me había visto? mi rostro también reflejo mí asombro. Estabamos a varios metros de distancia, no pudé formarme una idea clara de su rostro, mientras pensaba estas cosas. La vi caer al agua, "oh dios mio, oh-dios-mio." Imaginé que era el único que rondaba por allí, a mí nunca me había pasado nada así, nunca fui salvador de nadie, ¿debía tirarme al agua a rescatarla o quedarme donde estaba? ¿por qué me hacía esas preguntas tan estúpidas? Tenía que...ir...aquella mujer estaba gritando, necesitaba socorro, aunque yo estuviera ebrio. Bueno, por un acto bueno al año, no me haría daño.
Me desabroché la camisa por completo y me quité los zapatos, no puedo decir que tenga un cuerpo atletico, pero en esta situación no estabamos para exigir menos. Dí unos pasos y me adentré en el agua, no sabía cuánto tardaría en llegar a su lado, es más, NO LA VEÍA, me desesperé en el agua, me llevé las manos a la cabeza, estaba helada, qué pasa que Dios no estaba cuando se le necesitaba o qué.
Estaba perdiendo el tiempo pensando, así que me puse a nadar lo más rápido que pude, tenía el cuerpo entumecido, pero debía acabar lo que había empezado, sino quería que esto me persiguiera el resto de mi vida ¿qué era si la dejaba morir? un asesino, eso sería.
Llegé al rato a donde se supone que se encontraba la joven, cogí aire y me adentré en la cristalina agua, y gracias a eso logré dar con ella, agarrándola de los brazos, su pelo le cubría el rostro, ese era el menor de mis problemas.
- Dios santo ¿está bien? Madre mía como esté muerta me, me, me…- al final terminé hablando conmigo mísmo, no salía de mi asombro. Con toda la fuerza de la que era capaz la llevé hasta la orilla.
-El alcohol a este paso va a acabar conmigo- La coloqué con cuidado en verde tierra, pasé mi mano por su rostro, ¿debía hacerle el boca a boca o ya era demasiado tarde? Me llevé la mano a la frente "joder, joder..." acerqué mi oido a su pecho, por lo que creí notar creí que seguía viva.- ¡Gracias a Dios!- Me juré a mi mismo beber menos la próxima vez. Cogí sus brazos, no estaba tan fría como estaba mi piel, fue extraño, lo achaqué al alcohol, la agarré del rostro y la sacudí debílmente "vamos...vamos preciosa" estaba exhausto, lo más posible era que cediera al cansancio y cayera a su lado, así nos darían por muertos a ambos.Bebí de nuevo, ese sabor se apoderaba de mí, ya estaba, ¿cómo decirlo? contentillo.
De improvisto ví como aquella mujer se incorporaba en la rama, y sus ojos se clavaron en mí, en aquellos momentos no me lo podía creer ¿me había visto? mi rostro también reflejo mí asombro. Estabamos a varios metros de distancia, no pudé formarme una idea clara de su rostro, mientras pensaba estas cosas. La vi caer al agua, "oh dios mio, oh-dios-mio." Imaginé que era el único que rondaba por allí, a mí nunca me había pasado nada así, nunca fui salvador de nadie, ¿debía tirarme al agua a rescatarla o quedarme donde estaba? ¿por qué me hacía esas preguntas tan estúpidas? Tenía que...ir...aquella mujer estaba gritando, necesitaba socorro, aunque yo estuviera ebrio. Bueno, por un acto bueno al año, no me haría daño.
Me desabroché la camisa por completo y me quité los zapatos, no puedo decir que tenga un cuerpo atletico, pero en esta situación no estabamos para exigir menos. Dí unos pasos y me adentré en el agua, no sabía cuánto tardaría en llegar a su lado, es más, NO LA VEÍA, me desesperé en el agua, me llevé las manos a la cabeza, estaba helada, qué pasa que Dios no estaba cuando se le necesitaba o qué.
Estaba perdiendo el tiempo pensando, así que me puse a nadar lo más rápido que pude, tenía el cuerpo entumecido, pero debía acabar lo que había empezado, sino quería que esto me persiguiera el resto de mi vida ¿qué era si la dejaba morir? un asesino, eso sería.
Llegé al rato a donde se supone que se encontraba la joven, cogí aire y me adentré en la cristalina agua, y gracias a eso logré dar con ella, agarrándola de los brazos, su pelo le cubría el rostro, ese era el menor de mis problemas.
- Dios santo ¿está bien? Madre mía como esté muerta me, me, me…- al final terminé hablando conmigo mísmo, no salía de mi asombro. Con toda la fuerza de la que era capaz la llevé hasta la orilla.
Gerard Montefeltro- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 30/06/2010
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Localización : York (Inglaterra). Residente en Paris.
Re: Descansando {Gerard}
A través del agua los sentidos de Elora estaban agudizados como era de esperar y podía escuchar sus quejas y cómo chapoteaba en el agua con nerviosismo algo que la hizo gracia pero se retuvo de reir puesto que sabía que si tragaba agua posiblemente sí se ahogaría y tendría que salir del agua.
Los ojos de la mujer se mantuvieron cerrados, los labios entreabiertos y su cuerpo flotando de tal manera que pareciese estar muerta… menos mal que él sabía nadar hubiera sido una situación pésima si el hombre no supiese moverse en el agua con gracia. Ella notaba la temperatura del agua pero estaba más que acostumbrada así que no le afectaba tanto aunque reconocía que estaba fría para estar en verano pero quizás la superficie de la laguna era tan grande que para que esta tomase una temperatura aceptable se necesitaba bastante tiempo eso sin mencionar que con la caída del sol las condiciones de estas cambiaban.
Pasó algo de tiempo hasta que ella notó cómo la cogían de los brazos y la sacaban del agua aprovechando así para coger una pequeña dosis de oxígeno, la suficiente para que sus pulmones se renovasen además le ayudaba el hecho de que tenía el cabello por el rostro en aquel momento. Como era obvio no contestó a nada de lo que le dijo el hombre sólo se dedicaba a escuchar cada una de las palabras que se deslizaban por los labios del humano..
A fin de cuentas, el corsé continuaba ceñido a su torso y los finos pantalones blancos traslucían parcialmente dejando ver aquella clara piel de la que gozaba la cual no tenía ni un solo arañazo o rasguño. Su respiración era lenta pero suficiente y como era de esperar tenía un pulso medio.
No hubo respuesta alguna es más permaneció en aquella posición esperando ver qué hacía el hombre porque, ¿Qué esperaba? ¿Qué se levantase sólo por haberla sacudido? Vamos, eso no lo hacía ni un muerto… aunque, por otro lado tenía la sensación de que el que se iba a morir era el hombre por lo nervioso y cansado que estaba, al final ella tendría que ayudarlo a él.
Los ojos de la mujer se mantuvieron cerrados, los labios entreabiertos y su cuerpo flotando de tal manera que pareciese estar muerta… menos mal que él sabía nadar hubiera sido una situación pésima si el hombre no supiese moverse en el agua con gracia. Ella notaba la temperatura del agua pero estaba más que acostumbrada así que no le afectaba tanto aunque reconocía que estaba fría para estar en verano pero quizás la superficie de la laguna era tan grande que para que esta tomase una temperatura aceptable se necesitaba bastante tiempo eso sin mencionar que con la caída del sol las condiciones de estas cambiaban.
Pasó algo de tiempo hasta que ella notó cómo la cogían de los brazos y la sacaban del agua aprovechando así para coger una pequeña dosis de oxígeno, la suficiente para que sus pulmones se renovasen además le ayudaba el hecho de que tenía el cabello por el rostro en aquel momento. Como era obvio no contestó a nada de lo que le dijo el hombre sólo se dedicaba a escuchar cada una de las palabras que se deslizaban por los labios del humano..
A fin de cuentas, el corsé continuaba ceñido a su torso y los finos pantalones blancos traslucían parcialmente dejando ver aquella clara piel de la que gozaba la cual no tenía ni un solo arañazo o rasguño. Su respiración era lenta pero suficiente y como era de esperar tenía un pulso medio.
No hubo respuesta alguna es más permaneció en aquella posición esperando ver qué hacía el hombre porque, ¿Qué esperaba? ¿Qué se levantase sólo por haberla sacudido? Vamos, eso no lo hacía ni un muerto… aunque, por otro lado tenía la sensación de que el que se iba a morir era el hombre por lo nervioso y cansado que estaba, al final ella tendría que ayudarlo a él.
Elora Soulacroix- Mensajes : 106
Fecha de inscripción : 30/06/2010
Localización : Una loba en el armario...(8)
Re: Descansando {Gerard}
Me quedé mirándola desconcertado, mi respiración se agitó ¿qué debía hacer? No había dado ninguna lección sobre el rescate, es más si hacía cualquier cosa de la que se dice se debe hacer, puede que la matase del todo, o quien sabe.
Si me hubiera pasado eso a mí, no habría pasado nada ¿quién me habría echado de menos? Pero aquella joven, tenía un futuro brillante, seguro, y una futura familia, sino la tenía ya.
-Quiero que sepa que no he hecho esto nunca, no va conmigo.- me llevé una mano al mojado cabello y lo eché hacia atrás. – Pero voy a intentarlo, así que le
pido permiso. – me quedé unos segundos entrecerrando los ojos, intentando escuchar algo, sonreí irónico- Bueno mejor decir lo siento, que permiso en este caso.
Me senté encima suya, pero sin dejar mi peso sobre ella, eso si que lo sabía, y palpé su torso, con el corset no lograba hacer lo que se supone que se debe hacer.
-De verdad, que no es mi intención, nunca me aprovecharía de una dama, lo juro. – dije esto mientras empezaba abrírselo, no del todo ya que no hacía falta. Un cuerpo escultural, sí, pero ahora no había tiempo para deleitarme.
Ejercí presión entre sus pechos, creo que ahí fue, me acerqué a su rostro ¿ahora tengo que hacerle el boca a boca? Me van a matar por esto. Cuando estuve cerca de la comisura de sus labios dije – Sería un hipócrita al decir que lamento hacer esto.
Si me hubiera pasado eso a mí, no habría pasado nada ¿quién me habría echado de menos? Pero aquella joven, tenía un futuro brillante, seguro, y una futura familia, sino la tenía ya.
-Quiero que sepa que no he hecho esto nunca, no va conmigo.- me llevé una mano al mojado cabello y lo eché hacia atrás. – Pero voy a intentarlo, así que le
pido permiso. – me quedé unos segundos entrecerrando los ojos, intentando escuchar algo, sonreí irónico- Bueno mejor decir lo siento, que permiso en este caso.
Me senté encima suya, pero sin dejar mi peso sobre ella, eso si que lo sabía, y palpé su torso, con el corset no lograba hacer lo que se supone que se debe hacer.
-De verdad, que no es mi intención, nunca me aprovecharía de una dama, lo juro. – dije esto mientras empezaba abrírselo, no del todo ya que no hacía falta. Un cuerpo escultural, sí, pero ahora no había tiempo para deleitarme.
Ejercí presión entre sus pechos, creo que ahí fue, me acerqué a su rostro ¿ahora tengo que hacerle el boca a boca? Me van a matar por esto. Cuando estuve cerca de la comisura de sus labios dije – Sería un hipócrita al decir que lamento hacer esto.
Gerard Montefeltro- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 30/06/2010
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Localización : York (Inglaterra). Residente en Paris.
Re: Descansando {Gerard}
La situación era curioso y en momentos como aquellos se podía interpretar de muchisimas formas es más incluso si llegase la guardia esta podría apresar a Gerard pensando que estaba abusando de una mujer de clase media-alta o quizás ya lo había hecho al ver la falta de ropa de la que constaba la mujer cuyo cuerpo permanecía sin moverse, completamente mojado y con una respiración en apariencia casi nula. Por otro lado, a todo aquello se le sumaba que Elora estaba casada pero sólo era un matrimonio convencional, su marido jamás estaba en casa pues siempre viajaba por cuestiones de “trabajo” y claro estaba no sabía que ella era una licántropa ni mucho menos.
Elora se dedicó a escuchar sus palabras las cuales en algunas ocasiones parecían sonar de arrepentimiento mientras que otras se deleitaban frente a aquella figura; la verdad es que por el sonido de su voz pudo deducir que era un muchacho joven aunque no llegaba a imaginarse sus rasgos cosa que sí haría cuando abriese los ojos pero aquel no era ese momento, aún no…
“Mejor decir lo siento que pedir permiso”… Que buen dicho, pensó la mujer de cabellos negros notando como el cabello ya no tapaba su rostro. El peso de él no le molestaba en absoluto así que no hubo ninguna queja por parte de sus labios sólo se dedicó a notar como deshacia las cuerdas del corsé abriéndolo suponiendo que con la intención de que entrase el aire en sus pulmones… sólo el taco de sus manos, el roce de sus dedos había que el cabello de la mujer se le erizase… ciertamente, los humanos tenían algo que ella no era capaz de comprender. Había una belleza en ellos que no era equiparable a los de su raza o a la de los vampiros quizás por eso mismo muchos de ellos eran convertidos por “amor”.
Al notar los labios de él cerca de los suyos hizo un amago de mover una mano pero luego retiró el acto pensando que no lo habría visto al estar mirándola a ella aunque ciertamente no estaba segura al tener los ojos completamente cerrados; sus labios se abrieron muy ligeramente y se dedicó a sentir el tacto de sus dedos entre su pecho…
Ahora sólo tenía que esperar unas fracciones de segundos y estarse completamente quietecita manteniendo la apagada respiración; nada podía estropearle aquel momento que se daba sin ninguna justificación…simplemente por una vez en su miserable vida quería disfrutar, tener un momento de distracción.
Elora se dedicó a escuchar sus palabras las cuales en algunas ocasiones parecían sonar de arrepentimiento mientras que otras se deleitaban frente a aquella figura; la verdad es que por el sonido de su voz pudo deducir que era un muchacho joven aunque no llegaba a imaginarse sus rasgos cosa que sí haría cuando abriese los ojos pero aquel no era ese momento, aún no…
“Mejor decir lo siento que pedir permiso”… Que buen dicho, pensó la mujer de cabellos negros notando como el cabello ya no tapaba su rostro. El peso de él no le molestaba en absoluto así que no hubo ninguna queja por parte de sus labios sólo se dedicó a notar como deshacia las cuerdas del corsé abriéndolo suponiendo que con la intención de que entrase el aire en sus pulmones… sólo el taco de sus manos, el roce de sus dedos había que el cabello de la mujer se le erizase… ciertamente, los humanos tenían algo que ella no era capaz de comprender. Había una belleza en ellos que no era equiparable a los de su raza o a la de los vampiros quizás por eso mismo muchos de ellos eran convertidos por “amor”.
Al notar los labios de él cerca de los suyos hizo un amago de mover una mano pero luego retiró el acto pensando que no lo habría visto al estar mirándola a ella aunque ciertamente no estaba segura al tener los ojos completamente cerrados; sus labios se abrieron muy ligeramente y se dedicó a sentir el tacto de sus dedos entre su pecho…
Ahora sólo tenía que esperar unas fracciones de segundos y estarse completamente quietecita manteniendo la apagada respiración; nada podía estropearle aquel momento que se daba sin ninguna justificación…simplemente por una vez en su miserable vida quería disfrutar, tener un momento de distracción.
Elora Soulacroix- Mensajes : 106
Fecha de inscripción : 30/06/2010
Localización : Una loba en el armario...(8)
Re: Descansando {Gerard}
Bueno, ahí estaba, lo del pecho no funcionaba, así que llevé mis manos a su rostro, estábamos a escasos centímetros, pude sentir su débil respiración, esperé que no fuera demasiado tarde, además cambiando de tema, hacía tanto tiempo que no…que no tenía a una mujer que no fuera una mera fulana tan cerca.
Cogí aire, con una mano abrí ligeramente su mandíbula, y con la otra mano la sostuve para atraerla a mi, estaba nervioso, oh si.
Mi primer acercamiento fue repentino, sus labios eran calidos, los míos, seguro que no lo eran. El aire entró en el cuerpo de la joven, me aparté para mirar si había tenido algún resultado. En dos segundos no se creó el mundo, suspiré. Miré a mí alrededor, su vestido estaba tirado a escasos metros de donde nos encontrábamos, no logré ver más.
Decidí volver a intentarlo, tomé otra bocanada de aire y lo solté en su boca. Mi corazón latía con fuerza, dejé el cuerpo de nuevo en el suelo, me levanté para coger su vestido, y volví a donde estaba su cuerpo, me arrodillé a su lado.
-Esto está siendo más difícil de lo que pensaba.
Cubrí el cuerpo con el vestido, para que aquello no me diera tanta vergüenza. Miré al otro lado de la laguna, vi mi camisa blanca, y mis zapatos, junto con la botella de brandy que para mi infortunio estaba rota.
Sería cierto eso que dicen que cuando ves a alguien en apuros dejas todo para ayudar, pues cierto era que nunca había hecho tal proeza, me extrañaba hasta yo mismo.
Bajé la cabeza para mirarla, pasé mi mano por su mejilla.
– No puedo dejaros aquí. Puede ser peligroso. -¿y a dónde la llevaría? – Sí, ya...no tengo la fuerza suficiente para llevarte a ningún sitio, estamos lejos de la urbe. Bueno no te preocupes, si tenemos que morir, moriremos los dos aquí.- Me reí, pero más que una risa era una agonía, la acomodé entre mis brazos, su cuerpo me daba la calidez que necesitaba en esos momentos. Cerré mis ojos, esperando, a no sé qué. – Siento no poder hacer más.
Cogí aire, con una mano abrí ligeramente su mandíbula, y con la otra mano la sostuve para atraerla a mi, estaba nervioso, oh si.
Mi primer acercamiento fue repentino, sus labios eran calidos, los míos, seguro que no lo eran. El aire entró en el cuerpo de la joven, me aparté para mirar si había tenido algún resultado. En dos segundos no se creó el mundo, suspiré. Miré a mí alrededor, su vestido estaba tirado a escasos metros de donde nos encontrábamos, no logré ver más.
Decidí volver a intentarlo, tomé otra bocanada de aire y lo solté en su boca. Mi corazón latía con fuerza, dejé el cuerpo de nuevo en el suelo, me levanté para coger su vestido, y volví a donde estaba su cuerpo, me arrodillé a su lado.
-Esto está siendo más difícil de lo que pensaba.
Cubrí el cuerpo con el vestido, para que aquello no me diera tanta vergüenza. Miré al otro lado de la laguna, vi mi camisa blanca, y mis zapatos, junto con la botella de brandy que para mi infortunio estaba rota.
Sería cierto eso que dicen que cuando ves a alguien en apuros dejas todo para ayudar, pues cierto era que nunca había hecho tal proeza, me extrañaba hasta yo mismo.
Bajé la cabeza para mirarla, pasé mi mano por su mejilla.
– No puedo dejaros aquí. Puede ser peligroso. -¿y a dónde la llevaría? – Sí, ya...no tengo la fuerza suficiente para llevarte a ningún sitio, estamos lejos de la urbe. Bueno no te preocupes, si tenemos que morir, moriremos los dos aquí.- Me reí, pero más que una risa era una agonía, la acomodé entre mis brazos, su cuerpo me daba la calidez que necesitaba en esos momentos. Cerré mis ojos, esperando, a no sé qué. – Siento no poder hacer más.
Gerard Montefeltro- Humano Clase Media
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Edad : 41
Localización : York (Inglaterra). Residente en Paris.
Re: Descansando {Gerard}
Pobre Gerard, a Elora ya le estaba hasta dando lástima la situación así que consideró oportuno intervenir puesto que sentía que hasta le estaba haciendo padecer por la situación y eso la disgustaba ligeramente aunque en el fondo le hacía “algo” de gracia tal y cómo la trataba, parecía hasta una muñeca sino fuese porque detrás de esa apariencia se escondía nada más y nada menos que un lobo.
El roce de los labios de él con los de la mujer hicieron que sus mejillas adoptasen un color carmesí y posteriormente su torso se hinchó cuando el aire comenzó a circular por el interior de sus pulmones con habitualidad. En cuestión de segundos notó como su cuerpo se veía arropado por los brazos de Gerard que a ciencia cierta él estaba helado y ella emitía más calor de lo normal, vamos prácticamente parecía una estufa y eso era por su condición de licantropía la cual hacía que tampoco pudiese enfermar cosa que al muchacho sí le podía pasar, esperaba que por su culpa no se pusiese enfermo.
Ahora venía el momento en el que reaccionaría y así fue; tosió suavemente soltando una pequeña bocanadita de agua de la laguna y parpadeando varias veces para buscar con la mirada el rostro del muchacho el cual captó en pocos segundos, era hermoso y sus rizos hacían que llamase la atención de la mujer…-¿Qu...qué ha pasado?-Fingió volviendo a toser y pasándose la yema de un dedo por su mejilla, sin moverse sólo mirándolo con aquellas bonitas orbes de tonalidad esmeralda.
Elora se encogió de hombros viendo el vestido color verdoso sobre ella a modo de manta supuso puesto que el corsé estaba parcialmente desatado; pasó una mano por su cabello terminando de apartarlo por su rostro mientras observaba al muchacho pensando que por su culpa acabaría dándole un paro cardíaco o algo peor. La mujer dirigió una mirada hacia el árbol, luego al lago y pareció enlazarlo todo como si fuese capaz de hacerlo de aquella manera tan rápida...- ¿Me habeis salvado?-Preguntó.
Que buena actriz era cuando quería.
El roce de los labios de él con los de la mujer hicieron que sus mejillas adoptasen un color carmesí y posteriormente su torso se hinchó cuando el aire comenzó a circular por el interior de sus pulmones con habitualidad. En cuestión de segundos notó como su cuerpo se veía arropado por los brazos de Gerard que a ciencia cierta él estaba helado y ella emitía más calor de lo normal, vamos prácticamente parecía una estufa y eso era por su condición de licantropía la cual hacía que tampoco pudiese enfermar cosa que al muchacho sí le podía pasar, esperaba que por su culpa no se pusiese enfermo.
Ahora venía el momento en el que reaccionaría y así fue; tosió suavemente soltando una pequeña bocanadita de agua de la laguna y parpadeando varias veces para buscar con la mirada el rostro del muchacho el cual captó en pocos segundos, era hermoso y sus rizos hacían que llamase la atención de la mujer…-¿Qu...qué ha pasado?-Fingió volviendo a toser y pasándose la yema de un dedo por su mejilla, sin moverse sólo mirándolo con aquellas bonitas orbes de tonalidad esmeralda.
Elora se encogió de hombros viendo el vestido color verdoso sobre ella a modo de manta supuso puesto que el corsé estaba parcialmente desatado; pasó una mano por su cabello terminando de apartarlo por su rostro mientras observaba al muchacho pensando que por su culpa acabaría dándole un paro cardíaco o algo peor. La mujer dirigió una mirada hacia el árbol, luego al lago y pareció enlazarlo todo como si fuese capaz de hacerlo de aquella manera tan rápida...- ¿Me habeis salvado?-Preguntó.
Que buena actriz era cuando quería.
Elora Soulacroix- Mensajes : 106
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Re: Descansando {Gerard}
Estuve con ella en esa posición unos minutos hasta que, sentí como su cuerpo revivía, tosió derramando el agua que sin duda se había tragado, mis ojos la miraron sorprendidos, nuestras miradas se encontraron, yo no pude evitar sonreír, “por los pelos” pensé. Estuve a punto de soltarla, pero quién sabe si eso hubiera sido peor, tenía que sostenerla todavía hasta que supiera si estaba bien cien por cien.
Unas palabras brotaron de sus labios -¿Qu...qué ha pasado?- sin duda estaba bien, o eso era lo que aparentaba. Unos intensos ojos verdes me miraron con inocencia, o eso creí, perdida quizá, no lo sabía, estaba agotado para pensar.
Dejé que se incorporara para que viera donde estábamos, sí, tuve una buena idea al haberla tapado, podría haberme llevado una buena bofetada si se viera como estaba cuando la encontré, y mucho más como la dejé, con el corsé medio abierto, quiero decir.
Mi sonrisa quedó permanente en mi rostro, sentí que mis labios estaban helados, de haberme mirado en un espejo juraría que los tendría morados.
Me miró con preocupación, pero yo estaba tan contento por su vuelta al mundo, que nada más me importaba. Tras unos segundos preguntó -¿Me habéis salvado?- Poco a poco la solté y me aparté de ella sentándome cómodamente a su lado.
Me pasé las manos por mis brazos para recobrar algo de temperatura.
– Bueno, no sé. – De mi boca salió una ligera risa- se podría decir que sí. Pero ahora que me acuerdo fue por mi culpa por lo que usted cayó al agua.
Miré mis pies con el ceño fruncido.- Era lo mínimo que podía hacer.
Levanté la cabeza para mirarla, inclinando la cabeza.- Realmente me habéis asustado, no sé si haréis esto muy a menudo, pero creo que con esta vez, yo ya he salido escarmentado para el resto del año.- sonreí mirando la laguna.
– Creí que no salíamos de esta.- Hice una pausa, el silencio inundó mis oídos.
- Pero, lo más importante, ¿estáis bien? ¿Puedo hacer algo por vos?
Unas palabras brotaron de sus labios -¿Qu...qué ha pasado?- sin duda estaba bien, o eso era lo que aparentaba. Unos intensos ojos verdes me miraron con inocencia, o eso creí, perdida quizá, no lo sabía, estaba agotado para pensar.
Dejé que se incorporara para que viera donde estábamos, sí, tuve una buena idea al haberla tapado, podría haberme llevado una buena bofetada si se viera como estaba cuando la encontré, y mucho más como la dejé, con el corsé medio abierto, quiero decir.
Mi sonrisa quedó permanente en mi rostro, sentí que mis labios estaban helados, de haberme mirado en un espejo juraría que los tendría morados.
Me miró con preocupación, pero yo estaba tan contento por su vuelta al mundo, que nada más me importaba. Tras unos segundos preguntó -¿Me habéis salvado?- Poco a poco la solté y me aparté de ella sentándome cómodamente a su lado.
Me pasé las manos por mis brazos para recobrar algo de temperatura.
– Bueno, no sé. – De mi boca salió una ligera risa- se podría decir que sí. Pero ahora que me acuerdo fue por mi culpa por lo que usted cayó al agua.
Miré mis pies con el ceño fruncido.- Era lo mínimo que podía hacer.
Levanté la cabeza para mirarla, inclinando la cabeza.- Realmente me habéis asustado, no sé si haréis esto muy a menudo, pero creo que con esta vez, yo ya he salido escarmentado para el resto del año.- sonreí mirando la laguna.
– Creí que no salíamos de esta.- Hice una pausa, el silencio inundó mis oídos.
- Pero, lo más importante, ¿estáis bien? ¿Puedo hacer algo por vos?
Gerard Montefeltro- Humano Clase Media
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Re: Descansando {Gerard}
Las manos de Elora se deslizaron hacia su espalda cuando notó al muchacho que se apartaba y así sus dedos comenzaron a anudar cada uno de los nudos del corsé sin importarle el hecho de que lo hubiese desabrochado; las manos se deslizaron con presteza y concluyó haciendo un pequeño lazo para terminar de colocarlo entorno a su femenino torso. Posteriormente se colocó el cabello hacia un lado colocando debidamente las ondulaciones de tonalidad oscura las cuales rozaban el negro sin llegar a ser completamente.
La licantropa se fijó en el detalle de que tenía frío y era obvio ya que aunque era verano solía refrescar por las noches y más cerca de una laguna así que se colocó bien los finos pantalones blancos y se quitó el vestido de encima echándoselo al hombre por lo alto anudando una de las cintas entorno a su cuello ligeramente para que así la tela no cayese si se movía demasiado. Estaba segura que aunque la tela no era de las más gruesas, obvio, aquello por lo menos le quitaría algo de humedad a la fina piel.
-Os hará más falta que a mi, desprendo demasiado calor para variar.- Dijo la mujer sentándose a su lado a medida que cruzaba las piernas colocando una sobre la otra con facilidad.- La culpa fue mía por asomarme por precipitarme además si vos no hubierais estado aquí yo habría muerto ahogada.- Explicó a sabiendas de que no era así pero nunca estaba de más que el hombre se lo creyese.
Elora rio suavemente al escuchar el comentario.- Procuraré que no vuelva a ocurrir…- Afirmó ella mordiéndose levemente el labio inferior por pura manía; su mirada se paseó por la figura de el hombre analizando que estuviese en buen estado sino fuese porque tenía frío cosa de la que se sentía culpable…-Estoy bien, sólo he tragado un poco de agua y ya habeis hecho bastante por mi, dejad que yo haga algo por vos…- Dijo ella descruzandose de piernas y colocándose frente al muchacho para deshacer el nudo del vestido aunque dejando la tela sobre sus hombros.
Las manos se Elora se deslizaron por la espalda de Gerard y lo abrazó contra ella sabiendo que el calor que irradiaba le bastaría aunque la ropa mojada que llevaba posiblemente fastidiaría aquella cálida sensación pero tampoco no iba a decirle que se quitase el pantalón ni viceversa.-Si lo vais a preguntar, sí…siempre soy así de cálida.- Dijo crujiéndose el cuello hacia un lado mientras sus manos se deslizaban por la espalda desnuda de él intentando darle calor.
La licantropa se fijó en el detalle de que tenía frío y era obvio ya que aunque era verano solía refrescar por las noches y más cerca de una laguna así que se colocó bien los finos pantalones blancos y se quitó el vestido de encima echándoselo al hombre por lo alto anudando una de las cintas entorno a su cuello ligeramente para que así la tela no cayese si se movía demasiado. Estaba segura que aunque la tela no era de las más gruesas, obvio, aquello por lo menos le quitaría algo de humedad a la fina piel.
-Os hará más falta que a mi, desprendo demasiado calor para variar.- Dijo la mujer sentándose a su lado a medida que cruzaba las piernas colocando una sobre la otra con facilidad.- La culpa fue mía por asomarme por precipitarme además si vos no hubierais estado aquí yo habría muerto ahogada.- Explicó a sabiendas de que no era así pero nunca estaba de más que el hombre se lo creyese.
Elora rio suavemente al escuchar el comentario.- Procuraré que no vuelva a ocurrir…- Afirmó ella mordiéndose levemente el labio inferior por pura manía; su mirada se paseó por la figura de el hombre analizando que estuviese en buen estado sino fuese porque tenía frío cosa de la que se sentía culpable…-Estoy bien, sólo he tragado un poco de agua y ya habeis hecho bastante por mi, dejad que yo haga algo por vos…- Dijo ella descruzandose de piernas y colocándose frente al muchacho para deshacer el nudo del vestido aunque dejando la tela sobre sus hombros.
Las manos se Elora se deslizaron por la espalda de Gerard y lo abrazó contra ella sabiendo que el calor que irradiaba le bastaría aunque la ropa mojada que llevaba posiblemente fastidiaría aquella cálida sensación pero tampoco no iba a decirle que se quitase el pantalón ni viceversa.-Si lo vais a preguntar, sí…siempre soy así de cálida.- Dijo crujiéndose el cuello hacia un lado mientras sus manos se deslizaban por la espalda desnuda de él intentando darle calor.
Elora Soulacroix- Mensajes : 106
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Re: Descansando {Gerard}
Vi como se volvía a abrochar el corsé, pero me sentía tan avergonzado que aparté la mirada enseguida, cerrando los ojos, y poniendome nervioso.
Me quedé abducido mirando un hoja del suelo, sí, era lo mejor, mirar a otra parte. Pero de repente sentí como algo cubría mi espalda, salí de mi mundo particular, mirando en todas direcciones. Aquella mujer me había colocado su vestido, podría parecer ridículo, estaba seguro, pero lo agradecí, sonriéndola.
Hizo un nudo en mi cuello, provocando que la mirase con curiosidad ¿por qué hacia aquello? No soy quién para merecer ese gesto.
De que desprendía calor, ya me había dado cuenta, en verano debía pasarlo muy mal, me acordé de que odiaba el verano, pero el calor que desprendía aquella mujer no me incomodaba, al contrario.
¿Qué podría haber muerto ahogada de no haber sido por mí? Sonreí ante aquella frase, porque no estaba seguro de eso, podríamos haber muerto los dos, ella ahogada y yo en el intento de alcanzarla, pero ¡eh! Tuvimos suerte, eso fue, las gracias habrá que dárselas a ella, y al destino.
Ella también se reía, bueno por lo menos estábamos ambos “contentos”. Yo junté mis manos y las apoyé en mis rodillas, mientras la observaba.
-Estoy bien, sólo he tragado un poco de agua y ya habéis hecho bastante por mi, dejad que yo haga algo por vos…- Me pilló por sorpresa aquello, la miré interrogativamente, ¿qué iba ha hacer? Intenté articular palabra, pero no pude, apoyé mis manos en el suelo.
Me deshizo el nudo de mi capa improvisada. Y sus manos acariciaron mi espalda, provocándome mil sensaciones, el corazón me iba a salir por la boca. Estábamos ambos muy pegados, podía olerla, podía hacer cualquier cosa, pero seguí con las manos en la tierra.
-Si lo vais a preguntar, sí…siempre soy así de cálida.
Intenté coger aire, esos acercamientos me revolucionaban. – Sois muy amable madame, pero, pe…
Quise apoyar mi frente en la curva de su cuello, pero no me atrevía. Relajarme eso debía hacer, pero no podía. – Creo que…me estoy muy nervioso.- Me reí, y me mordí los labios para que mi risa cesara.- A ver si el remedio va a ser peor que la enfermedad.
No quise apartarla, habría sido muy descortés de mi parte, tenía que recobrar mi calor corporal, y ella me ayudaba, ¿por qué no aceptarlo? Qué mujer más extraña, cualquiera habría salido corriendo…
Me quedé abducido mirando un hoja del suelo, sí, era lo mejor, mirar a otra parte. Pero de repente sentí como algo cubría mi espalda, salí de mi mundo particular, mirando en todas direcciones. Aquella mujer me había colocado su vestido, podría parecer ridículo, estaba seguro, pero lo agradecí, sonriéndola.
Hizo un nudo en mi cuello, provocando que la mirase con curiosidad ¿por qué hacia aquello? No soy quién para merecer ese gesto.
De que desprendía calor, ya me había dado cuenta, en verano debía pasarlo muy mal, me acordé de que odiaba el verano, pero el calor que desprendía aquella mujer no me incomodaba, al contrario.
¿Qué podría haber muerto ahogada de no haber sido por mí? Sonreí ante aquella frase, porque no estaba seguro de eso, podríamos haber muerto los dos, ella ahogada y yo en el intento de alcanzarla, pero ¡eh! Tuvimos suerte, eso fue, las gracias habrá que dárselas a ella, y al destino.
Ella también se reía, bueno por lo menos estábamos ambos “contentos”. Yo junté mis manos y las apoyé en mis rodillas, mientras la observaba.
-Estoy bien, sólo he tragado un poco de agua y ya habéis hecho bastante por mi, dejad que yo haga algo por vos…- Me pilló por sorpresa aquello, la miré interrogativamente, ¿qué iba ha hacer? Intenté articular palabra, pero no pude, apoyé mis manos en el suelo.
Me deshizo el nudo de mi capa improvisada. Y sus manos acariciaron mi espalda, provocándome mil sensaciones, el corazón me iba a salir por la boca. Estábamos ambos muy pegados, podía olerla, podía hacer cualquier cosa, pero seguí con las manos en la tierra.
-Si lo vais a preguntar, sí…siempre soy así de cálida.
Intenté coger aire, esos acercamientos me revolucionaban. – Sois muy amable madame, pero, pe…
Quise apoyar mi frente en la curva de su cuello, pero no me atrevía. Relajarme eso debía hacer, pero no podía. – Creo que…me estoy muy nervioso.- Me reí, y me mordí los labios para que mi risa cesara.- A ver si el remedio va a ser peor que la enfermedad.
No quise apartarla, habría sido muy descortés de mi parte, tenía que recobrar mi calor corporal, y ella me ayudaba, ¿por qué no aceptarlo? Qué mujer más extraña, cualquiera habría salido corriendo…
Gerard Montefeltro- Humano Clase Media
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Re: Descansando {Gerard}
Las manos de Elora ascendieron por sus hombros masajeándolos y descendiendo por los brazos, pasando por los codos y llegando hasta sus manos frotándolas durante unos largos segundos para luego volver a pasarlas por su espalda suavemente pero de forma continua
para que así el calor no se perdiese y el hombre volviese a enfriarse.
-No quiero que cojais una pulmonía, no es momento para enfermar y además por lo que he podido ver no creo que vayan a visitaros buenos médicos, como mucho seréis de clase media no más así que procurad no rechistar demasiado.- Dijo ella estrechándolo contra ella mientras se recostaba ligeramente apoyando la espalda parcialmente en un tronco de un árbol haciéndose arrastrado antes un par de centímetros de la orilla evitando así las corrientes de aire.
Elora suspiró pesadamente pensando que al final mataría a ella al muchacho de un susto.- Oh venga, decidme cómo os llamáis y además no os voy a morder porque seguro que habéis estado con más mujeres y sólo os estoy abrazando…- Dijo ella a medida que sus manos descendían por sus costados lentamente presionando a medida que bajaba puesto que no había otra cosa mejor que el calor corporal, eso le ayudaría a borrar toda señal de frío.
Por otro lado ella sabía que aquello no era normal pero tampoco se consideraba así así que sencillamente dejaba pasar aquel detalle mientras se dedicaba a observar el cabello de Gerard que ciertamente le gustaba y quizás demasiado.- Teneis un cabello bonito, me gustan vuestros rizos…- Dijo ella asintiendo con firmeza a medida que apoyaba la cabeza en el tronco del árbol observando al muchacho el cual parecía que en cualquier momento iba a salir corriendo.
Una ínfima risa salió de sus labios...- Además, mi marido no está en la ciudad ni lo estará así que tampoco dirá nada por eso tampoco debeis preocuparos.- Una risotada volvió a salir de sus labios pensando que con aquel comentario acabaría por matarlo del todo.
para que así el calor no se perdiese y el hombre volviese a enfriarse.
-No quiero que cojais una pulmonía, no es momento para enfermar y además por lo que he podido ver no creo que vayan a visitaros buenos médicos, como mucho seréis de clase media no más así que procurad no rechistar demasiado.- Dijo ella estrechándolo contra ella mientras se recostaba ligeramente apoyando la espalda parcialmente en un tronco de un árbol haciéndose arrastrado antes un par de centímetros de la orilla evitando así las corrientes de aire.
Elora suspiró pesadamente pensando que al final mataría a ella al muchacho de un susto.- Oh venga, decidme cómo os llamáis y además no os voy a morder porque seguro que habéis estado con más mujeres y sólo os estoy abrazando…- Dijo ella a medida que sus manos descendían por sus costados lentamente presionando a medida que bajaba puesto que no había otra cosa mejor que el calor corporal, eso le ayudaría a borrar toda señal de frío.
Por otro lado ella sabía que aquello no era normal pero tampoco se consideraba así así que sencillamente dejaba pasar aquel detalle mientras se dedicaba a observar el cabello de Gerard que ciertamente le gustaba y quizás demasiado.- Teneis un cabello bonito, me gustan vuestros rizos…- Dijo ella asintiendo con firmeza a medida que apoyaba la cabeza en el tronco del árbol observando al muchacho el cual parecía que en cualquier momento iba a salir corriendo.
Una ínfima risa salió de sus labios...- Además, mi marido no está en la ciudad ni lo estará así que tampoco dirá nada por eso tampoco debeis preocuparos.- Una risotada volvió a salir de sus labios pensando que con aquel comentario acabaría por matarlo del todo.
Elora Soulacroix- Mensajes : 106
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Re: Descansando {Gerard}
Mientras me tocaba yo miraba cómo lo hacía, me entretuve con eso, parecía una mujer fuerte, o eso era lo que notaba en mis carnes. Sin duda ella sabía lo que estaba haciendo.
Vale, era cierto que no disponía de mucho dinero, pero para un simple medico, si me habría alcanzado, cerré los parpados ¿tanto se notaba mi clase social? Decidí callarme, no rechistar, como ella dijo.
Se iba apoyando en un árbol cercano, yo dejé mi cuerpo relajado, sin mirar a nada en concreto. La oí suspirar - Oh venga, decidme cómo os llamáis y además no os voy a morder porque seguro que habéis estado con más mujeres y sólo os estoy abrazando…- que dijera eso ella mientras me tocaba de esa manera me hacia gracia. Creí temblar, pequeños escalofríos recorrían mi cuerpo.
Me dijo que le gustaban mis rizos, aunque debo decir que ese día no lucían de la mejor forma, quizá lo decía porque no los veía demasiado bien, ya que la luna era lo único que iluminaba el lugar. Aún así sonreí, los halagos siempre son bien recibidos.
Alcé los ojos para mirarla, había apoyado su cabeza en el tronco del árbol, me escrutaba con la mirada, sí, yo entreabrí los labios, me intimidaba aquello, pero bueno…peor es la muerte.
La escuché reírse, no supe por qué hasta que dijo - Además, mi marido no está en la ciudad ni lo estará así que tampoco dirá nada por eso tampoco debéis preocuparos.
Abrí los ojos, “¿cómo?” - Genial madame.- dije sonriendo, me llevé las manos la cara, qué vergüenza me daba todo aquello. ¿Cómo no había caído en esos detalles? Era una falta de respeto todo aquello, si su marido se enteraba de esto, seguro que me mataba “soy tan joven, dios.” Aparté las manos de mi rostro para observarla, bueno su vida privada era obvio, que no me incumbía.
- Sobre mi nombre, os diré que me llamo Gerard Montefeltro, aunque no sé por cuánto tiempo.- reí, la verdad es que en pocas ocasiones perdía mi sentido del humor.
Me tapé un poco más con su vestido. - ¿…Y podría saber cómo os llamáis vos? solo por curiosidad.- Era cierto, tenía curiosidad.
Me di cuenta que estaba recuperando mi propio calor, no la dije nada sobre ese asunto, quizá ella también lo había notado.
Vale, era cierto que no disponía de mucho dinero, pero para un simple medico, si me habría alcanzado, cerré los parpados ¿tanto se notaba mi clase social? Decidí callarme, no rechistar, como ella dijo.
Se iba apoyando en un árbol cercano, yo dejé mi cuerpo relajado, sin mirar a nada en concreto. La oí suspirar - Oh venga, decidme cómo os llamáis y además no os voy a morder porque seguro que habéis estado con más mujeres y sólo os estoy abrazando…- que dijera eso ella mientras me tocaba de esa manera me hacia gracia. Creí temblar, pequeños escalofríos recorrían mi cuerpo.
Me dijo que le gustaban mis rizos, aunque debo decir que ese día no lucían de la mejor forma, quizá lo decía porque no los veía demasiado bien, ya que la luna era lo único que iluminaba el lugar. Aún así sonreí, los halagos siempre son bien recibidos.
Alcé los ojos para mirarla, había apoyado su cabeza en el tronco del árbol, me escrutaba con la mirada, sí, yo entreabrí los labios, me intimidaba aquello, pero bueno…peor es la muerte.
La escuché reírse, no supe por qué hasta que dijo - Además, mi marido no está en la ciudad ni lo estará así que tampoco dirá nada por eso tampoco debéis preocuparos.
Abrí los ojos, “¿cómo?” - Genial madame.- dije sonriendo, me llevé las manos la cara, qué vergüenza me daba todo aquello. ¿Cómo no había caído en esos detalles? Era una falta de respeto todo aquello, si su marido se enteraba de esto, seguro que me mataba “soy tan joven, dios.” Aparté las manos de mi rostro para observarla, bueno su vida privada era obvio, que no me incumbía.
- Sobre mi nombre, os diré que me llamo Gerard Montefeltro, aunque no sé por cuánto tiempo.- reí, la verdad es que en pocas ocasiones perdía mi sentido del humor.
Me tapé un poco más con su vestido. - ¿…Y podría saber cómo os llamáis vos? solo por curiosidad.- Era cierto, tenía curiosidad.
Me di cuenta que estaba recuperando mi propio calor, no la dije nada sobre ese asunto, quizá ella también lo había notado.
Gerard Montefeltro- Humano Clase Media
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Re: Descansando {Gerard}
Las uñas cortadas de forma cuadrangular y pintadas de color borgoña se paseaban rozando la piel del hombre la cual parecía ser tan suave y fina que en cualquier momento podría hasta romperse y hacer que brotase aquel líquido de color parecido al hierro y que tal anhelado era por algunas criaturas aunque ella no entraba dentro de ese conjunto ella prefería admirarlo como si se tratase de un retrato. En lo que respecta a su clase social, la de Elora era media-alta y quizás por eso mismo lo había reconocido…hasta las yemas de sus dedos eran cálidos y parecía mentira que desprendiese tantisimo calor.
La mujer de cabellos castaños oscuros volvió a estrecharlo contra ella al notar un pequeño escalofrío, sentía pasión por los seres humanos pero la mayoría de veces eso no era recíproco y en el caso de su marido la relación era completamente nula es más llevaba meses sin verlo…Ella dirigió una mirada hacia la luna fijandose en que estaba parcialmente oculta por algunas nubes, aquello era bueno puesto que si se viese completa el hombre tendría que salir corriendo mínimo.-¿Ibais a decir algo?-Preguntó al ver como entreabría los labios.
Una risotada brotó de sus labios al ver la cara que puso cuando mencionó lo de su marido y no era para menos; al cabo de segundos dejó de reir pensando que la situación sería más vergonzosa para él si continuaba riéndose…- No os preocupeis, no me quiere así que no os matará, ni yo a él así que no lo haré yo tampoco.-Sonrió con ironía pensando la gran verdad que acababa de decir. Elora notaba su cabello que estaba casi seco sino fuese por las puntas de la cual caía alguna que otra gota de agua que aún no se había evaporado en su totalidad.
-Un placer Gerard, soy Elora Soulacroix al menos durante una buena temporada.- Sonrió ella con un toque de ironía bajando el menton de forma seca para mirar al muchacho.- Si os incomodo sólo teneis que separaros aunque si sois capaces de resistir a mis manos…- Murmuró esperando alguna reacción.
Ciertamente, la actitud que tenía con él era la misma que un lobo podría tener con su cachorro pues la función principal era protegerlo y en el caso del joven humano estaba haciendo eso mismo; protegerlo de una posible enfermedad de la cual ella podía ser la causante.
Elora Soulacroix- Mensajes : 106
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Re: Descansando {Gerard}
-¿Ibais a decir algo?- Yo negué bruscamente con la cabeza ¿qué iba a decirle?
Continuó riéndose, no sabía si debía incomodarme por aquello, o reírme con ella, simplemente me encogí de hombros, seguro que estaba ruborizado, vamos, a punto de que me diera algo.
Me dijo que no me preocupara, que no le quería de esa forma, de esa forma para que él me matara por lo que estaba haciendo, “qué extraño” bueno, ella estaba bien, o eso parecía, no debía dolerle tanto la situación.
Me fijaba en su rostro para ver los cambios que en él se mostraban, la resignación se apoderó de ella, seguro.
Vi como goteaba su cabello ¿me estaba fijando tanto? Un buen pintor debe fijarse en esos detalles, sonreí. Elora tenía también un pelo muy bonito, con esta luz no sabía descifrar todos sus matices, pero supe que era bastante bonito.
- Mucho gusto – me quedé pensando sobre lo de “durante una buena temporada”, acaso no era su propio apellido, o cómo, bueno daba igual, estaba un poco borracho para plantear hipótesis, al fin y al cabo estaba casada, así que me figuré que el apellido que nombró era el de su marido, muchas mujeres suelen apoderarse de él, así que no me pareció extraño.
Me miró de nuevo, mi respiración se apagó en ese momento. - Si os incomodo sólo tenéis que separaros aunque si sois capaces de resistir a mis manos…- ¿tenía doble significado aquella frase? “ay dios, estoy medio corto hoy”.
- No, no, estoy bien, de veras. ¿Cómo iba a estar incomodo?- reí sarcástico.- Es cierto, vuestras manos son muy fuertes, eso está muy bien, porque pueden servir para muchas cosas…- asentí con la cabeza, iba a seguir la frase diciendo que podrían servir para talar árboles, pero me callé, sonriendo avergonzado, cuando estaba así de borracho la lengua me iba sola.
- Se está bien en este lugar, la verdad es que nunca me había adentrado en él, ya sabéis lo que dicen. Pero mire, yo pienso que peligrosos son todos los sitios, no sé por qué la gente tiene tanta tirria a este tipo de lugares, y sobre todo a estas horas.- Pensé en aquella gente, me daban lástima.- Allá ellos, no saben lo que se pierden.- dije mientras miraba a mi alrededor.
Continuó riéndose, no sabía si debía incomodarme por aquello, o reírme con ella, simplemente me encogí de hombros, seguro que estaba ruborizado, vamos, a punto de que me diera algo.
Me dijo que no me preocupara, que no le quería de esa forma, de esa forma para que él me matara por lo que estaba haciendo, “qué extraño” bueno, ella estaba bien, o eso parecía, no debía dolerle tanto la situación.
Me fijaba en su rostro para ver los cambios que en él se mostraban, la resignación se apoderó de ella, seguro.
Vi como goteaba su cabello ¿me estaba fijando tanto? Un buen pintor debe fijarse en esos detalles, sonreí. Elora tenía también un pelo muy bonito, con esta luz no sabía descifrar todos sus matices, pero supe que era bastante bonito.
- Mucho gusto – me quedé pensando sobre lo de “durante una buena temporada”, acaso no era su propio apellido, o cómo, bueno daba igual, estaba un poco borracho para plantear hipótesis, al fin y al cabo estaba casada, así que me figuré que el apellido que nombró era el de su marido, muchas mujeres suelen apoderarse de él, así que no me pareció extraño.
Me miró de nuevo, mi respiración se apagó en ese momento. - Si os incomodo sólo tenéis que separaros aunque si sois capaces de resistir a mis manos…- ¿tenía doble significado aquella frase? “ay dios, estoy medio corto hoy”.
- No, no, estoy bien, de veras. ¿Cómo iba a estar incomodo?- reí sarcástico.- Es cierto, vuestras manos son muy fuertes, eso está muy bien, porque pueden servir para muchas cosas…- asentí con la cabeza, iba a seguir la frase diciendo que podrían servir para talar árboles, pero me callé, sonriendo avergonzado, cuando estaba así de borracho la lengua me iba sola.
- Se está bien en este lugar, la verdad es que nunca me había adentrado en él, ya sabéis lo que dicen. Pero mire, yo pienso que peligrosos son todos los sitios, no sé por qué la gente tiene tanta tirria a este tipo de lugares, y sobre todo a estas horas.- Pensé en aquella gente, me daban lástima.- Allá ellos, no saben lo que se pierden.- dije mientras miraba a mi alrededor.
Gerard Montefeltro- Humano Clase Media
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Localización : York (Inglaterra). Residente en Paris.
Re: Descansando {Gerard}
Si algo le gustaba a Elora era observar y disfrutar del silencio así que su mirada anti-natural escuadriñó la figura de Gerar fijándose en todos aquellos pequeños detalles que le envolvían; su oído se agudizó y comenzó a captar sonidos como su respiración junto con los latidos del corazón, le parecía tan hermoso en su totalidad que no era capaz de entender cómo todo aquello desaparecía con el paso del tiempo, no era capaz de pensar en que envejecería y el corazón de aquel muchacho se acabaría parando. ¿Cómo podía ser tan cruel el tiempo con ellos? Sin embargo, ella sería joven durante mucho tiempo es más ya tenía cerca de cuarenta años aunque no aparentaba más de veintiun años y eso figuraba en el censo público de aquella parisina ciudad. El pensar todo aquello produjo que una de sus manos se alzase y rozase levemente la mejilla de el hombre con cierta nostalgia puesto que estaba segura de que como todo ser humano no valoraría lo que tenía… su mano se retiró en unos segundos y de sus labios salió un pequeño susurro a modo de disculpa por aquel gesto.
-Igualmente…- Murmuró, el tono de su voz era suave pero en su rostro cada vez que sonreía se dibujaba una amarga sonrisa pero pocas personas se atrevían a preguntarle porque y quizás fuese porque todo el mundo acababa acostumbrándose a aquella faceta que daba la sensación en la que la mujer pasaba las horas, los días desvanecida, como sino estuviese allí en ningún momento. Elora torció el gesto cuando notó cierto olor a alcohol inundar sus fosas nasales..- Oh, dios santo, ¿Cuánto alcohol lleváis en el interior de vuestro ser?-Presionó una de sus mejillas pensando que aquella situación de efimera felicidad podría quitarsela de un soplido. Dicho esto y pensando aquello otro paseó la mirada, agudizándola y localizando en la orilla opuesta la botella de alcohol…el olor la repugnaba al tener el olfato tan agudizado y perfecto.
Ella bufó pasándose una mano por la nariz intentando disipar aquel olor y aquel recuerdo de su mente, aquel era uno de los malos aspectos de tener un olfato de esas características.- Hace nada lo pareciais…- Dijo ella guiñándole a la vez que sus labios se curvaban asemejando una sonrisa en la cual en sus mejillas se formaron unos pequeños hoyuelos, al escuchar el último comentario arqueó una ceja y giró el rostro…- ¿Para qué cosas, Gerard? No me hagais pensar mal…- Dijo reteniendo una suave risa.
Si Elora hubiera sabido lo de los árboles posiblemente el muchacho se habría llevado una colleja y una momentánea cara de disgusto pero no, no lo sabía así que sus manos continuaron paseándose ascendiendo ahora por el centro de su columna, presionando con las yemas de los dedos para eliminar cualquier posible contractura por una mala posición.
-Bueno, todo lo que dicen son rumores es más yo paso muchisimas horas aquí y nunca me ha pasado nada; la gente habla demasiado y hace poco…- Dijo ella sonriendo para sus adentros y alzando la cabeza en seco al escuchar el sonido en una rapa superior,a simple vista no había nada pero ella había captado una ardilla…- Sólo ruidos, como siempre-Afirmó.
-Igualmente…- Murmuró, el tono de su voz era suave pero en su rostro cada vez que sonreía se dibujaba una amarga sonrisa pero pocas personas se atrevían a preguntarle porque y quizás fuese porque todo el mundo acababa acostumbrándose a aquella faceta que daba la sensación en la que la mujer pasaba las horas, los días desvanecida, como sino estuviese allí en ningún momento. Elora torció el gesto cuando notó cierto olor a alcohol inundar sus fosas nasales..- Oh, dios santo, ¿Cuánto alcohol lleváis en el interior de vuestro ser?-Presionó una de sus mejillas pensando que aquella situación de efimera felicidad podría quitarsela de un soplido. Dicho esto y pensando aquello otro paseó la mirada, agudizándola y localizando en la orilla opuesta la botella de alcohol…el olor la repugnaba al tener el olfato tan agudizado y perfecto.
Ella bufó pasándose una mano por la nariz intentando disipar aquel olor y aquel recuerdo de su mente, aquel era uno de los malos aspectos de tener un olfato de esas características.- Hace nada lo pareciais…- Dijo ella guiñándole a la vez que sus labios se curvaban asemejando una sonrisa en la cual en sus mejillas se formaron unos pequeños hoyuelos, al escuchar el último comentario arqueó una ceja y giró el rostro…- ¿Para qué cosas, Gerard? No me hagais pensar mal…- Dijo reteniendo una suave risa.
Si Elora hubiera sabido lo de los árboles posiblemente el muchacho se habría llevado una colleja y una momentánea cara de disgusto pero no, no lo sabía así que sus manos continuaron paseándose ascendiendo ahora por el centro de su columna, presionando con las yemas de los dedos para eliminar cualquier posible contractura por una mala posición.
-Bueno, todo lo que dicen son rumores es más yo paso muchisimas horas aquí y nunca me ha pasado nada; la gente habla demasiado y hace poco…- Dijo ella sonriendo para sus adentros y alzando la cabeza en seco al escuchar el sonido en una rapa superior,a simple vista no había nada pero ella había captado una ardilla…- Sólo ruidos, como siempre-Afirmó.
Elora Soulacroix- Mensajes : 106
Fecha de inscripción : 30/06/2010
Localización : Una loba en el armario...(8)
Re: Descansando {Gerard}
Su mano rozó mi mejilla, haciéndome arquear una ceja ¿a qué se debía eso? Se disculpó en apenas un susurro, yo me quedé mirándola con más curiosidad. El rostro de Elora se entristecía por momentos, y no sabía por qué, pero sabía que no era quién para preguntárselo, como digo de costumbre, meterme en la vida de la gente no es mi afición.
Estuve pensando cuando vi otro nuevo gesto en su rostro. ..- Oh, dios santo, ¿Cuánto alcohol lleváis en el interior de vuestro ser?- En ese momento otra ráfaga de vergüenza me invadió. Vi como su cabeza se movía en dirección al otro lado de la laguna, ¿vería mis cosas? Juraría que no le era agradable todo aquello, su bufido y el movimiento que hizo con la mano en su nariz, me lo afirmaron rotundamente.
¿Bueno qué? Ese era yo, no podía hacer nada por evitarlo, mejor que se diera cuenta ahora.
Era posible que supiera más cosas ella de mí, que yo de ella, vale que llevábamos largos minutos juntos, pero me pareció raro, la manera en que actuaba, la tranquilidad con la que hablaba. Yo moví las manos, dándola a entender que era una tontería lo que diría en relación a sus manos. – No penséis mal, mujer.- dije sonriendo inocentemente.
Sus manos recorriendo mi columna, ¿qué si dolía? Pues claro, pero apreté mis labios para no emitir ningún ruido ¿era tan débil comparado con ella? Según lo que estaba viviendo, podría afirmarlo.
-Bueno, todo lo que dicen son rumores es más yo paso muchísimas horas aquí y nunca me ha pasado nada; la gente habla demasiado y hace poco…- ¿Muchas horas? ¿Aquí? Pues sí que le iban los riesgos a esta mujer, vale que fuera bonito el lugar, pero no dejaba de ser escalofriante ante mis ojos.
Alzó la cabeza hacia arriba, dándome un susto, estaba a flor de piel, he de reconocerlo. -Sólo ruidos, como siempre- Me daba a mí, que hablaba con ella misma, así que no dije nada sobre su repentino movimiento, el cual me había dejado desconcertado.
- ¿Creéis que he pasado favorablemente la revisión?- dije tímidamente. Estaba seguro que ya había alcanzado la temperatura que me correspondía, además imagine que a la mañana siguiente tendría moratones por sus masajes, ¿cómo decirlo? Tan apasionados.
- Podríais sacar provecho de vuestra destreza con las manos, no sé, abriendo un centro de masajes. – Sonreí pícaro.
Estuve pensando cuando vi otro nuevo gesto en su rostro. ..- Oh, dios santo, ¿Cuánto alcohol lleváis en el interior de vuestro ser?- En ese momento otra ráfaga de vergüenza me invadió. Vi como su cabeza se movía en dirección al otro lado de la laguna, ¿vería mis cosas? Juraría que no le era agradable todo aquello, su bufido y el movimiento que hizo con la mano en su nariz, me lo afirmaron rotundamente.
¿Bueno qué? Ese era yo, no podía hacer nada por evitarlo, mejor que se diera cuenta ahora.
Era posible que supiera más cosas ella de mí, que yo de ella, vale que llevábamos largos minutos juntos, pero me pareció raro, la manera en que actuaba, la tranquilidad con la que hablaba. Yo moví las manos, dándola a entender que era una tontería lo que diría en relación a sus manos. – No penséis mal, mujer.- dije sonriendo inocentemente.
Sus manos recorriendo mi columna, ¿qué si dolía? Pues claro, pero apreté mis labios para no emitir ningún ruido ¿era tan débil comparado con ella? Según lo que estaba viviendo, podría afirmarlo.
-Bueno, todo lo que dicen son rumores es más yo paso muchísimas horas aquí y nunca me ha pasado nada; la gente habla demasiado y hace poco…- ¿Muchas horas? ¿Aquí? Pues sí que le iban los riesgos a esta mujer, vale que fuera bonito el lugar, pero no dejaba de ser escalofriante ante mis ojos.
Alzó la cabeza hacia arriba, dándome un susto, estaba a flor de piel, he de reconocerlo. -Sólo ruidos, como siempre- Me daba a mí, que hablaba con ella misma, así que no dije nada sobre su repentino movimiento, el cual me había dejado desconcertado.
- ¿Creéis que he pasado favorablemente la revisión?- dije tímidamente. Estaba seguro que ya había alcanzado la temperatura que me correspondía, además imagine que a la mañana siguiente tendría moratones por sus masajes, ¿cómo decirlo? Tan apasionados.
- Podríais sacar provecho de vuestra destreza con las manos, no sé, abriendo un centro de masajes. – Sonreí pícaro.
Gerard Montefeltro- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 30/06/2010
Edad : 41
Localización : York (Inglaterra). Residente en Paris.
Re: Descansando {Gerard}
Elora negó suavemente con la cabeza.- ¿Yo? ¿Pensar mal? Ni de refilón….-Bromeó ella riendo ligeramente asintiendo respecto a que pasaba bastantes horas en aquel lugar, y eso que no había mencionado que el resto las pasaba en las profundidades del bosque. Volvió a asentir…- Sí, tus constantes vitales están bien, la humedad no ha calado tus pulmones y se puede considerar que estáis lo suficientemente sano como para que no enferméis así que si queréis os podéis retirar para que mi presencia no os sea tan incómoda.- Afirmó ella
-¿Un centro de masajes? Me lo replantearé pero pocas personas asistirían, las personas tan “curiosas” hacen que las personas se acerquen poco a mi…-Bufó pesadamente e inclinó la cabeza acercando el rostro a la cabeza de Gerard como si fuese un lobo que va a golpear a su lobezno con la testa en la cabeza de forma cariñosa pero al darse cuenta que la situación para nada era así alzó el mentón ligeramente intentando disimular cómo si allí no hubiera pasado nada.
Arrugó la nariz al observar aquella sonrisa pícara que produjo que ella rodase la mirada verdosa para dirigirla hacia ningún punto en concreto quedándose pensativa unos instantes notando parte del cuerpo dormido aunque en el fondo le daba igual, total no lo sentía en absoluto. Su mirada se alzó para ver que la luna aún seguía parcialmente oculta lo que la reconfortó no quería acabar destripando a Gerard ahí mismo.
-¿A qué os dedicais? Porque no creo que sólo salveis damiselas de morir ahogadas…- Bromeó ella soltando una risotada y encogiéndose sobre si misma pensando que en cuestión de poco tiempo el aire terminaría enfriándose para pasar a ser una fría noche o todo lo contrario y moriría de calor; odiaba el verano con toda su alma.
-¿Un centro de masajes? Me lo replantearé pero pocas personas asistirían, las personas tan “curiosas” hacen que las personas se acerquen poco a mi…-Bufó pesadamente e inclinó la cabeza acercando el rostro a la cabeza de Gerard como si fuese un lobo que va a golpear a su lobezno con la testa en la cabeza de forma cariñosa pero al darse cuenta que la situación para nada era así alzó el mentón ligeramente intentando disimular cómo si allí no hubiera pasado nada.
Arrugó la nariz al observar aquella sonrisa pícara que produjo que ella rodase la mirada verdosa para dirigirla hacia ningún punto en concreto quedándose pensativa unos instantes notando parte del cuerpo dormido aunque en el fondo le daba igual, total no lo sentía en absoluto. Su mirada se alzó para ver que la luna aún seguía parcialmente oculta lo que la reconfortó no quería acabar destripando a Gerard ahí mismo.
-¿A qué os dedicais? Porque no creo que sólo salveis damiselas de morir ahogadas…- Bromeó ella soltando una risotada y encogiéndose sobre si misma pensando que en cuestión de poco tiempo el aire terminaría enfriándose para pasar a ser una fría noche o todo lo contrario y moriría de calor; odiaba el verano con toda su alma.
Elora Soulacroix- Mensajes : 106
Fecha de inscripción : 30/06/2010
Localización : Una loba en el armario...(8)
Re: Descansando {Gerard}
Para no tentar tanto a la suerte, agarré el vestido para dárselo.
– Creo que la que me ha salvado sois vos con vuestro especial masaje.- Sonreí, pero a la vez suspiré ¿Era tan raro darse cuenta de eso?
– No por dios, ¿cómo pretende que me retire con lo peligrosa que es la noche? No, no más incomodo sería leer el periódico mañana y ver en el apartado de sucesos, algo que no querría leer, me sentiría culpable, no, no, de eso nada madame ¿por quién me toma?
La miré serio por un momento, pero no me podía aguantar la risa, así que acabé riéndome.
– No me voy a mover de aquí, así que si se quereis iros por mi perfecto, aunque la seguiría hasta llegar a la ciudad. – Asentí mientras me reía.- Sí, sí, como una acosador, sé que lo está pensando.- dije señalándola, como si fuera un crío.
-¿Un centro de masajes? Me lo replantearé pero pocas personas asistirían, las personas tan “curiosas” hacen que las personas se acerquen poco a mí…
-Uy, pues no saben lo que se pierden porque esto le vendría la mar de bien a más de uno, tus manos bajan los humos rápidamente a cualquiera. – Seguí bromeando, borracho de mí.
Acercó su cabeza al mi rostro ¿me iba a golpear? Serían tonterías mías, aunque habría sido divertido.
-¿A qué os dedicáis? Porque no creo que sólo salvéis damiselas de morir ahogadas…- Yo acompañé a sus risas.
– Como ya le he dicho no suelo hacer esta serie de cosas, habéis tenido suerte al tenerme rondando cerca de vuestra.- pensé en lo que realmente había sucedido, me estaba comportando de una manera muy cómica, y yo lo sabía, pero seguí.
– Soy pintor, no creo que haya escuchado mi nombre aún, bueno algún día le llegará a sus oídos por mis meritos. – guiñé uno de mis ojos, y eché mi cabeza hacia atrás riéndome. – Pintar y beber es a lo que me dedico.
La miré con la mirada perdida. -¿Y vos? Sorprendedme.
– Creo que la que me ha salvado sois vos con vuestro especial masaje.- Sonreí, pero a la vez suspiré ¿Era tan raro darse cuenta de eso?
– No por dios, ¿cómo pretende que me retire con lo peligrosa que es la noche? No, no más incomodo sería leer el periódico mañana y ver en el apartado de sucesos, algo que no querría leer, me sentiría culpable, no, no, de eso nada madame ¿por quién me toma?
La miré serio por un momento, pero no me podía aguantar la risa, así que acabé riéndome.
– No me voy a mover de aquí, así que si se quereis iros por mi perfecto, aunque la seguiría hasta llegar a la ciudad. – Asentí mientras me reía.- Sí, sí, como una acosador, sé que lo está pensando.- dije señalándola, como si fuera un crío.
-¿Un centro de masajes? Me lo replantearé pero pocas personas asistirían, las personas tan “curiosas” hacen que las personas se acerquen poco a mí…
-Uy, pues no saben lo que se pierden porque esto le vendría la mar de bien a más de uno, tus manos bajan los humos rápidamente a cualquiera. – Seguí bromeando, borracho de mí.
Acercó su cabeza al mi rostro ¿me iba a golpear? Serían tonterías mías, aunque habría sido divertido.
-¿A qué os dedicáis? Porque no creo que sólo salvéis damiselas de morir ahogadas…- Yo acompañé a sus risas.
– Como ya le he dicho no suelo hacer esta serie de cosas, habéis tenido suerte al tenerme rondando cerca de vuestra.- pensé en lo que realmente había sucedido, me estaba comportando de una manera muy cómica, y yo lo sabía, pero seguí.
– Soy pintor, no creo que haya escuchado mi nombre aún, bueno algún día le llegará a sus oídos por mis meritos. – guiñé uno de mis ojos, y eché mi cabeza hacia atrás riéndome. – Pintar y beber es a lo que me dedico.
La miré con la mirada perdida. -¿Y vos? Sorprendedme.
Gerard Montefeltro- Humano Clase Media
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