AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Disaster {Yude}
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Disaster {Yude}
Por una vez aquel par de espíritus no estaban cerca, les había alejado porque no quería tenerlos allí en ese momento, ya habían hecho suficiente. Y para ello no había escuchado todo lo que querían decirle, Se había sentado a esperar fuera de esa casa, más humilde de lo que tal vez le hubiese gustado, pero intentaba desde hace un tiempo corregir sus pasos a pesar de la ausencia de su maestro, que era el mejor guía que había tenido para ello, estricto pero que le había hecho ver las cosas de forma diferente.
No sabía cuánto tiempo llevaba ahí y en ese punto tampoco distinguía lo que sentía, entre una cosa y otra solo se notaba que su humor no ea el mejor, no sabía si estaba dolido por una u otra cosa y además nunca le había pasado antes el sentirse de aquella forma. Se había sentado viendo al frente, hay cosas que puedes dejar pasar con una sonrisa, otras cosas que te hacen pensar que haces mal la cosas y otras que solo te hacen creer que tienes la peor suerte del mundo. Todo era un espacio en el que solo te dejabas llevar por las cosas.
Como brujo se le había enseñado que no podía dejarse atrapar por las emociones, no al punto de que su energía se viese afectada por ello, pues para lo que hacía, necesitaba toda la cordura y la ecuanimidad que pudiese tener. Y aun con su carácter, hasta ese momento lo había hecho bien. Pero ahora comprendía aquellas palabras de aquella persona que le había inmiscuido en eso. Sentía que si hacía algo podía terminar revirtiéndosele por cómo sentía su propia energía afectarse notoriamente. Era porque no podía hacer nada por lo que ya había pasado, se suponía que no lo sabía, lo cual era aun más frustrante. Apenas y se le dijo un indicio tuvo que deshacerse de todos los hechizos, conjuros y demás que tenían en funcionamiento para continuar buscando sin remedio, aunque ya sabía a donde ir, aún quería saber más, pero ahora, ya no podía pensar en ir a intentar salvara nadie, solo quería saber lo que asaba en sus narices sin que nadie le dijera al respecto. ¿Qué imagen daba como para que sucediera de ese modo.
Su mente estaba en blanco y aún no conocía ningún detalle. solo el ruido de unos pasos ligeros pudo regresarle a la realidad, vio los pies y subió la mirada, deteniéndola a medias, sin llegar a ver nunca aquel rostro. Calma, necesitaba mantener la calma de momento. Aspiró aire y se puso de pie.
No sabía cuánto tiempo llevaba ahí y en ese punto tampoco distinguía lo que sentía, entre una cosa y otra solo se notaba que su humor no ea el mejor, no sabía si estaba dolido por una u otra cosa y además nunca le había pasado antes el sentirse de aquella forma. Se había sentado viendo al frente, hay cosas que puedes dejar pasar con una sonrisa, otras cosas que te hacen pensar que haces mal la cosas y otras que solo te hacen creer que tienes la peor suerte del mundo. Todo era un espacio en el que solo te dejabas llevar por las cosas.
Como brujo se le había enseñado que no podía dejarse atrapar por las emociones, no al punto de que su energía se viese afectada por ello, pues para lo que hacía, necesitaba toda la cordura y la ecuanimidad que pudiese tener. Y aun con su carácter, hasta ese momento lo había hecho bien. Pero ahora comprendía aquellas palabras de aquella persona que le había inmiscuido en eso. Sentía que si hacía algo podía terminar revirtiéndosele por cómo sentía su propia energía afectarse notoriamente. Era porque no podía hacer nada por lo que ya había pasado, se suponía que no lo sabía, lo cual era aun más frustrante. Apenas y se le dijo un indicio tuvo que deshacerse de todos los hechizos, conjuros y demás que tenían en funcionamiento para continuar buscando sin remedio, aunque ya sabía a donde ir, aún quería saber más, pero ahora, ya no podía pensar en ir a intentar salvara nadie, solo quería saber lo que asaba en sus narices sin que nadie le dijera al respecto. ¿Qué imagen daba como para que sucediera de ese modo.
Su mente estaba en blanco y aún no conocía ningún detalle. solo el ruido de unos pasos ligeros pudo regresarle a la realidad, vio los pies y subió la mirada, deteniéndola a medias, sin llegar a ver nunca aquel rostro. Calma, necesitaba mantener la calma de momento. Aspiró aire y se puso de pie.
Alexis VanVollehoven- Hechicero Clase Baja
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Re: Disaster {Yude}
Todo lo que recordaba en su mente era aquel destello escarlata en los ojos de un lienzo negro, oscuro que la consumía y dejaba con demasiado dolor, destrozada, casi sin vida, no sabía donde estaba, no era consiente aun de todo aquello, su mete era la que divagaba en un sueño ¿será acaso que la muerte le había acunado?... Pero las pesadillas en sus memorias, no dejaban de aparecer, eran bosquejos de los actos, pinturas rotas, lienzos sin terminar, ahora ya no podía pintar con detalles las escenas de aquella noche.
Sentía que era solo el alma la que tenia, su cuerpo estaba paralizado, más bien no existía, el tratar de armar el rompecabezas dentro de aquello era imposible, sintió de nuevo con fuerza, con todo lo desgarrador que aquello podría ser el dolor, de pronto se sintió viva, viva pero a su vez tan ausente, se quejo con fuerza al intentar moverse, una mano se puso sobre su frente, como intentando calmarla, visualizaba sombras, alguien le murmuraba que no intentará nada y el miedo le recorrió por todo el cuerpo.
Esas palabras le hicieron recordar aquello, ese rostro se hizo visible en su mente, aquellos actos, le dolía la cabeza y comenzó a moverse de aquel lugar, pero no fue una sino dos personas las que le detuvieron, no gritaba, no podía hacerlo, recordó aquello, ‘nadie podrá salvarte’…
Comenzó a respirar con dificultad, la pesadez y dolor que sentía en las piernas en toda esa zona, pero era un dolor más allá, su ser estaba impaciente, su aura totalmente apagada, absuelta en una oscuridad, recupero la visibilidad viendo a esas personas, aquel hombre se lavaba las manos en un recipiente a los pies de una cama.
No recordaba nada, ni siquiera como había llegado a ese lugar, su vista examino cada rincón, ¿Dónde diablos estaba?, ¿Era ella, o eso era una ilusión?, las mujeres que le sostenían, le dedicaron una sonrisa, aunque la que estaba a su derecha parecía más apacible y alegre, la gitana parpadeo tratando de ubicarse. Y la otra voz fue lo que la saco de cualquier deformación de imágenes.
‘Lo siento mucho’… ahora debes descansar...A ¿Qué se refería con ello?, ¿Qué era lo que sentían?, ¿Qué hacia ella ahí como un rata de laboratorio? La mujer de la derecha le presiono el hombro y la gitana le miro, ‘Aun eres bastante joven, has tenido suerte, pequeña’… Trago saliva, sabia que sino regulaba la respiración y si dejaba que esa sensación de miedo le recorriera podría desmayarse. ‘Hemos limpiado los restos que han quedado de esa criatura’ movió la cabeza sin decir nada y aquellas personas le dejaron completamente sola.
Deseaba que alguien le explicase que estaba sucediendo y pronuncio con debilidad aquel nombre, simplemente era la persona que necesitaba para comprender aquello, se miraron entre si, se incorporo sentándose con la mirada fija en las manos, incapaz de dar un paso, abandonaron aquella habitación, el silencio se hizo eterno y el miedo como las lagrimas vinieron solas, era eso, el miedo, miedo a todo aquel silencio y vacío.
Llevo las manos a su cabeza y las imágenes llegaron una tras otra, el cementerio, ese demonio, nada, el campamento, el cementerio, ese demonio, nada, oscuridad, este lugar…, ese demonio… Su voz… ‘voy a matar aquella aberración que llevas dentro, correrá mucha sangre’… Le paralizo recordar aquello.
Los pasos de alguien se aproximaban a donde se encontraba, se dejo caer y comenzó a llorar como si jamás lo hubiese echo, el rostro se le enrojeció y los puños se aferraban con demasiada fuerza a las sabanas, sus labios comenzaron a sangran por la mordida, no quería dejar escapar ni un sonido, sus rubios cabellos cubrían ese rostro y un nudo en el estomago comenzó a formarse.
Y aquellos pasos como ese aroma, se le había hecho conocidos, tan tranquilos, pero fue imposible verle a la cara, sabía quien era y sin embargo ella se sentía culpable, avergonzada como la mala de la historia…
Sentía que era solo el alma la que tenia, su cuerpo estaba paralizado, más bien no existía, el tratar de armar el rompecabezas dentro de aquello era imposible, sintió de nuevo con fuerza, con todo lo desgarrador que aquello podría ser el dolor, de pronto se sintió viva, viva pero a su vez tan ausente, se quejo con fuerza al intentar moverse, una mano se puso sobre su frente, como intentando calmarla, visualizaba sombras, alguien le murmuraba que no intentará nada y el miedo le recorrió por todo el cuerpo.
Esas palabras le hicieron recordar aquello, ese rostro se hizo visible en su mente, aquellos actos, le dolía la cabeza y comenzó a moverse de aquel lugar, pero no fue una sino dos personas las que le detuvieron, no gritaba, no podía hacerlo, recordó aquello, ‘nadie podrá salvarte’…
Comenzó a respirar con dificultad, la pesadez y dolor que sentía en las piernas en toda esa zona, pero era un dolor más allá, su ser estaba impaciente, su aura totalmente apagada, absuelta en una oscuridad, recupero la visibilidad viendo a esas personas, aquel hombre se lavaba las manos en un recipiente a los pies de una cama.
No recordaba nada, ni siquiera como había llegado a ese lugar, su vista examino cada rincón, ¿Dónde diablos estaba?, ¿Era ella, o eso era una ilusión?, las mujeres que le sostenían, le dedicaron una sonrisa, aunque la que estaba a su derecha parecía más apacible y alegre, la gitana parpadeo tratando de ubicarse. Y la otra voz fue lo que la saco de cualquier deformación de imágenes.
‘Lo siento mucho’… ahora debes descansar...A ¿Qué se refería con ello?, ¿Qué era lo que sentían?, ¿Qué hacia ella ahí como un rata de laboratorio? La mujer de la derecha le presiono el hombro y la gitana le miro, ‘Aun eres bastante joven, has tenido suerte, pequeña’… Trago saliva, sabia que sino regulaba la respiración y si dejaba que esa sensación de miedo le recorriera podría desmayarse. ‘Hemos limpiado los restos que han quedado de esa criatura’ movió la cabeza sin decir nada y aquellas personas le dejaron completamente sola.
Deseaba que alguien le explicase que estaba sucediendo y pronuncio con debilidad aquel nombre, simplemente era la persona que necesitaba para comprender aquello, se miraron entre si, se incorporo sentándose con la mirada fija en las manos, incapaz de dar un paso, abandonaron aquella habitación, el silencio se hizo eterno y el miedo como las lagrimas vinieron solas, era eso, el miedo, miedo a todo aquel silencio y vacío.
Llevo las manos a su cabeza y las imágenes llegaron una tras otra, el cementerio, ese demonio, nada, el campamento, el cementerio, ese demonio, nada, oscuridad, este lugar…, ese demonio… Su voz… ‘voy a matar aquella aberración que llevas dentro, correrá mucha sangre’… Le paralizo recordar aquello.
Los pasos de alguien se aproximaban a donde se encontraba, se dejo caer y comenzó a llorar como si jamás lo hubiese echo, el rostro se le enrojeció y los puños se aferraban con demasiada fuerza a las sabanas, sus labios comenzaron a sangran por la mordida, no quería dejar escapar ni un sonido, sus rubios cabellos cubrían ese rostro y un nudo en el estomago comenzó a formarse.
Y aquellos pasos como ese aroma, se le había hecho conocidos, tan tranquilos, pero fue imposible verle a la cara, sabía quien era y sin embargo ella se sentía culpable, avergonzada como la mala de la historia…
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Re: Disaster {Yude}
Cuando vio a aquellas personas salir, alzó el rostro pero es sus pupilas no se discernía absolutamente nada. No se despidió de ellos ni les dio las gracias, ciertamente lo entendieron por la forma en la que le sonrieron y le observaron antes de dar la vuelta, como compadeciéndose de él. Eso no le gustaba, siempre había odiado esa mirada, más aún ahora.
Se levantó casi de inmediato. Aquel lugar no era la casa que compartía con aquella chica que ahora era su esposa. En su desesperación en su mente no había aparecido otro lugar más que ese, probablemente porque sin querer lo consideraba más seguro que cualquiera que pudiese pasar por su mente. Y al estar ahí, de golpe todo le había venido a la mente, lo que tenía que hacer, lo que debería hacer por ella... Se sentía ligeramente fuera de sí.
Caminó despacio hasta donde ella se encontraba y por un momento se quedó en la puerta. Sintió una opresión en el pecho. Estaba enojado, frustrado, triste, ya no sabía ni qué era ni se estaba preocupando en averiguarlo. No era momento y dudaba que le ayudara en algo discernirlo. Le vio sollozando y se acercó casi sin pensar, del mismo modo que una mano se posó sobre aquellas que se veían aún más pálidas de lo que solía verlas.
Aspiró profundo, como si eso fuese a desaparecer el peso inexistente que sentía sobre sí. Por una vez no se sentía como el brujo, solo como lo que era, un simple ser humano, incapaz de haber ayudado a la persona que estaba con él y ahora la veía en ese estado, pensando en todo y en nada a la vez. No estaba seguro de qué hacer y estaba peleando consigo mismo. El rencor que sentía en ese instante, no debía dejar que lo controlara o su poder iba a traicionarle.
En gran medida sus poderes eran negativos, pero que algo como eso tomara control era peligroso para sí mismo. Enojado podías hacer cosas que no habías esperado y cosas a veces irreversibles, lo había aprendido de alguna forma. También era más vulnerable a ciertos ataques y no se refería a algo físico. Suspiró jalando una silla sin apartar su mano y recargándose en la cama. -Yude... ¿qué es lo que ha pasado? - Su voz era tranquila, quería saber más de una cosa, pero no sabía cómo preguntar.
Él no había llegado a tiempo y se sentía culpable por eso, pero había más, era por ello que su voz estaba apagada, ya el médico había hablado con él justo antes de que decidiera salir de la habitación para dejarles hacer lo que debían para ayudarla. Afortunadamente los había encontrado rápidamente por lo que aquello no había resultado en algo peor. Observó a Yude aunque no podía verle el rostro -Yude... ¿Por qué no me dijiste nada? - No era necesario darle vueltas a las cosas y en su interior estaban pasando ideas una tras otra. Necesitaba saber por un lado eso, antes que otra cosa. No sabía si agradecer o no una u otra cosa. Había hecho que aquellos dos espíritus le dejaran solo justo antes, aún cuando era gracias a ellos que la había encontrado en aquel lúgubre lugar.
Se levantó casi de inmediato. Aquel lugar no era la casa que compartía con aquella chica que ahora era su esposa. En su desesperación en su mente no había aparecido otro lugar más que ese, probablemente porque sin querer lo consideraba más seguro que cualquiera que pudiese pasar por su mente. Y al estar ahí, de golpe todo le había venido a la mente, lo que tenía que hacer, lo que debería hacer por ella... Se sentía ligeramente fuera de sí.
Caminó despacio hasta donde ella se encontraba y por un momento se quedó en la puerta. Sintió una opresión en el pecho. Estaba enojado, frustrado, triste, ya no sabía ni qué era ni se estaba preocupando en averiguarlo. No era momento y dudaba que le ayudara en algo discernirlo. Le vio sollozando y se acercó casi sin pensar, del mismo modo que una mano se posó sobre aquellas que se veían aún más pálidas de lo que solía verlas.
Aspiró profundo, como si eso fuese a desaparecer el peso inexistente que sentía sobre sí. Por una vez no se sentía como el brujo, solo como lo que era, un simple ser humano, incapaz de haber ayudado a la persona que estaba con él y ahora la veía en ese estado, pensando en todo y en nada a la vez. No estaba seguro de qué hacer y estaba peleando consigo mismo. El rencor que sentía en ese instante, no debía dejar que lo controlara o su poder iba a traicionarle.
En gran medida sus poderes eran negativos, pero que algo como eso tomara control era peligroso para sí mismo. Enojado podías hacer cosas que no habías esperado y cosas a veces irreversibles, lo había aprendido de alguna forma. También era más vulnerable a ciertos ataques y no se refería a algo físico. Suspiró jalando una silla sin apartar su mano y recargándose en la cama. -Yude... ¿qué es lo que ha pasado? - Su voz era tranquila, quería saber más de una cosa, pero no sabía cómo preguntar.
Él no había llegado a tiempo y se sentía culpable por eso, pero había más, era por ello que su voz estaba apagada, ya el médico había hablado con él justo antes de que decidiera salir de la habitación para dejarles hacer lo que debían para ayudarla. Afortunadamente los había encontrado rápidamente por lo que aquello no había resultado en algo peor. Observó a Yude aunque no podía verle el rostro -Yude... ¿Por qué no me dijiste nada? - No era necesario darle vueltas a las cosas y en su interior estaban pasando ideas una tras otra. Necesitaba saber por un lado eso, antes que otra cosa. No sabía si agradecer o no una u otra cosa. Había hecho que aquellos dos espíritus le dejaran solo justo antes, aún cuando era gracias a ellos que la había encontrado en aquel lúgubre lugar.
Alexis VanVollehoven- Hechicero Clase Baja
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Re: Disaster {Yude}
La voz ajena llego rápidamente a invadirle, todo se hizo lento y denso en ese momento, su respiración estaba tan agitada y las lagrimas no cesaban no podía frenar aquello, ¿Qué había pasado?, ella misma buscaba la respuesta, sintió aquella mano y le capturo entre las suyas, no le quiso ver al rostro así que bajo la cabeza clavándola en el edredón de esa cama, su rubia melena le cubría la mirada y todo el rostro no deseaba mirarlo, observo aquella mano, las lágrimas caían presurosas en esos dedos, si doblaba un poco más la espalda al estar sentada y casi encorvada hacia enfrente podría quebrarse, le daba miedo el silencio que se fue creando en la habitación, el pánico se apoderaba de ella, incluso cerrar los parpados le hacía sentir eso, suspiro y sollozo intentando que sus labios fueran capaces de coordinar con su cerebro y así emitir palabra alguna.
−Lo siento – Aquello fue lo primero que salió y su voz quedo totalmente quebrada, no era ella la culpable pero así lo sentía, aquella noche, no estaba del toda clara, pensaba en las palabras de ese ser murmurándole al oído una y otra vez cada una de las cosas, sacudió la cabeza y el nerviosismo difícilmente bajo de su sistema, cada vez se incrementaba más, acaricio lentamente esa mano limpiando las lagrimas, de verdad lo quería ver a la cara, pero no tenia el valor suficiente para hacerlo, le avergonzaba – Esa noche…-trago saliva –Días antes de esa noche, fui a… - No recordaba con exactitud, trato de hacerlo – con un médico y me enteré de ello… de estar embarazada... – había sonreído solo de recordarlo, pero aquello se borro tan pronto – Pensé en decirte en otro momento, de esperar a que estuvieras en casa – se le hizo un nudo en la garganta, la vista se le nublo, ahora solo veía las gruesas lagrimas brotar – Esa noche te lo iba a decir, pero ya no fue posible, lo siento mucho, no quería ocultarlo, no era lo que quería… - le fue imposible seguir o recordar la siguiente faceta de aquello.
Soltó su mano y doblo por completo el cuerpo hundiendo la cabeza entre las piernas que parecían no responderle, la espina dorsal parecía que se iba a quebrar en cualquier momento, era la impotencia y rabia de aquella noche, debió decirle antes, no importando si él estaba ocupado, maldita personalidad sumisa, justo ahora se maldecía – De verdad yo…quería a ese niño –murmuro o eso creyó, ya no sabia, sentía ahogarse en tan poco, ¿Por qué dolía tanto todo aquello?, apostaba a que a él también, es que amaba ya sin remedio a esa persona y quizá a su ausencia aquello vendría bien al menos para ella, no podía tenerle las veinticuatro horas del día y aun así el peso de la soledad se volvía más tenebroso cada día.
−Lo siento – Aquello fue lo primero que salió y su voz quedo totalmente quebrada, no era ella la culpable pero así lo sentía, aquella noche, no estaba del toda clara, pensaba en las palabras de ese ser murmurándole al oído una y otra vez cada una de las cosas, sacudió la cabeza y el nerviosismo difícilmente bajo de su sistema, cada vez se incrementaba más, acaricio lentamente esa mano limpiando las lagrimas, de verdad lo quería ver a la cara, pero no tenia el valor suficiente para hacerlo, le avergonzaba – Esa noche…-trago saliva –Días antes de esa noche, fui a… - No recordaba con exactitud, trato de hacerlo – con un médico y me enteré de ello… de estar embarazada... – había sonreído solo de recordarlo, pero aquello se borro tan pronto – Pensé en decirte en otro momento, de esperar a que estuvieras en casa – se le hizo un nudo en la garganta, la vista se le nublo, ahora solo veía las gruesas lagrimas brotar – Esa noche te lo iba a decir, pero ya no fue posible, lo siento mucho, no quería ocultarlo, no era lo que quería… - le fue imposible seguir o recordar la siguiente faceta de aquello.
Soltó su mano y doblo por completo el cuerpo hundiendo la cabeza entre las piernas que parecían no responderle, la espina dorsal parecía que se iba a quebrar en cualquier momento, era la impotencia y rabia de aquella noche, debió decirle antes, no importando si él estaba ocupado, maldita personalidad sumisa, justo ahora se maldecía – De verdad yo…quería a ese niño –murmuro o eso creyó, ya no sabia, sentía ahogarse en tan poco, ¿Por qué dolía tanto todo aquello?, apostaba a que a él también, es que amaba ya sin remedio a esa persona y quizá a su ausencia aquello vendría bien al menos para ella, no podía tenerle las veinticuatro horas del día y aun así el peso de la soledad se volvía más tenebroso cada día.
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Re: Disaster {Yude}
¿Qué podía decirle? No había palabras en ese momento para dejarle saber que no podía culparla. Se sentía impotente, sin saber cómo es que todo pasaba frente a sus ojos sin que se diese cuenta de ello hasta que era tarde para evitar algo como aquello. Describir aquella desesperación que sintió con cada palabra era algo que no podía hacer, solo sentía aquella sensación que le estaba carcomiendo desde muy dentro. De no ser porque creía firmemente que en ese momento era él quien debía mantenerse para poder hacer algo por ella, seguramente se habría dejado vencer por ese sentimiento amargo que no podía asimilar. Pero no, aún estaba la mujer a la que le había prometido no solo protegerla sino estar con ella cuando más lo necesitara. Este era uno de esos momentos y sentía que iba a quebrarse.
Hay momentos en los que tienes que elegir. Quería gritar, llorar de rabia, vengarse, muchas cosas que sin duda, aunque pudiese realizarlas no le traerían ninguna calma. Mientras le observaba, llorando y diciendo todas esas cosas, supo que no podía hacer en ese momento ninguna de ellas. Se sentó en la cama, a su lado, no era solo su cuerpo, también su mente parecía estar sufriendo las consecuencias de aquello –Te dije que no salieras sin mí, no por las noches, hay tantos peligros fuera, nuestra casa, la llené de hechizos, de amuletos, de todo lo que pudiese proteger aunque sea un mínimo, pero fuera de allí, lo que hice no tenía sentido… No tendrías que haberlo callado… Si yo… - No, no había porque suponer nada, las cosas habían pasado, no había ni un pretexto, si él hubiera hecho esto o aquello, eso no valía nada en ese momento. Su voz sonaba clara, calmada, pero el volumen era muy bajo, era lo único que le delataba, era apenas un susurro, pero en ese momento solo esperaba que ella lo escuchara. Tampoco tenía sentido decirle aquello, lo que había pasado ya no podía ser cambiado, las advertencias salían sobrando ahora.
-Es mi culpa también…- Quería decirle que no llorara, que con eso se le partía el alma. Para él había sido un doble golpe. Pero no podía decirle eso, muy al contrario, y la contradicción era que también quería que lo hiciera –Llora… llora hasta que no puedas más… hasta que esa sensación se calme o el suelo te venza…-Le movió para atraerla a sus brazos, apretándole ligeramente, enredando sus manos en su cabello rubio, pasando por su rostro, sintiendo la humedad de aquellas lágrimas, mientras él se mantenía en silencio. Estaba sufriendo, pero no iba a demostrarlo frente a ella en ese momento, porque ella lo necesitaba ahora y no podía más que hacer eso. Miró el techo. Bien le había dicho aquella persona que no esperara que la vida fuese justa, porque siempre habría momentos como aquel, en el que todo parece ir en contra y las corrientes se mueven para complicarte el avance hacia ese lugar que anhelas.
Tomó aire como si el llenar sus pulmones de ese modo pudiese traerle la calma que añoraba. Besó sus cabellos y sus manos trataban de infundirle calma –No es tu culpa… las cosas suceden… a veces no son justas, no son lo que uno espera… Puedes sufrir por la perdida que has tenido, pero no te culpes ni te dejes derrotar, Yude… No importa que tan oscuro sea el camino… ni el vacío que sientas… porque no estás sola… puedes sentirme ¿no es cierto? … Estoy aquí contigo… - Recargó la cabeza en la de ella, sintiendo el temblor que aquellos sollozos provocaban en su frágil cuerpo de porcelana. Probablemente sus palabras no fuesen ningún consuelo, pero en ese mismo instante él estaba atrapado también en aquel abismo que le hacía difícil el respirar con tranquilidad.
Hay momentos en los que tienes que elegir. Quería gritar, llorar de rabia, vengarse, muchas cosas que sin duda, aunque pudiese realizarlas no le traerían ninguna calma. Mientras le observaba, llorando y diciendo todas esas cosas, supo que no podía hacer en ese momento ninguna de ellas. Se sentó en la cama, a su lado, no era solo su cuerpo, también su mente parecía estar sufriendo las consecuencias de aquello –Te dije que no salieras sin mí, no por las noches, hay tantos peligros fuera, nuestra casa, la llené de hechizos, de amuletos, de todo lo que pudiese proteger aunque sea un mínimo, pero fuera de allí, lo que hice no tenía sentido… No tendrías que haberlo callado… Si yo… - No, no había porque suponer nada, las cosas habían pasado, no había ni un pretexto, si él hubiera hecho esto o aquello, eso no valía nada en ese momento. Su voz sonaba clara, calmada, pero el volumen era muy bajo, era lo único que le delataba, era apenas un susurro, pero en ese momento solo esperaba que ella lo escuchara. Tampoco tenía sentido decirle aquello, lo que había pasado ya no podía ser cambiado, las advertencias salían sobrando ahora.
-Es mi culpa también…- Quería decirle que no llorara, que con eso se le partía el alma. Para él había sido un doble golpe. Pero no podía decirle eso, muy al contrario, y la contradicción era que también quería que lo hiciera –Llora… llora hasta que no puedas más… hasta que esa sensación se calme o el suelo te venza…-Le movió para atraerla a sus brazos, apretándole ligeramente, enredando sus manos en su cabello rubio, pasando por su rostro, sintiendo la humedad de aquellas lágrimas, mientras él se mantenía en silencio. Estaba sufriendo, pero no iba a demostrarlo frente a ella en ese momento, porque ella lo necesitaba ahora y no podía más que hacer eso. Miró el techo. Bien le había dicho aquella persona que no esperara que la vida fuese justa, porque siempre habría momentos como aquel, en el que todo parece ir en contra y las corrientes se mueven para complicarte el avance hacia ese lugar que anhelas.
Tomó aire como si el llenar sus pulmones de ese modo pudiese traerle la calma que añoraba. Besó sus cabellos y sus manos trataban de infundirle calma –No es tu culpa… las cosas suceden… a veces no son justas, no son lo que uno espera… Puedes sufrir por la perdida que has tenido, pero no te culpes ni te dejes derrotar, Yude… No importa que tan oscuro sea el camino… ni el vacío que sientas… porque no estás sola… puedes sentirme ¿no es cierto? … Estoy aquí contigo… - Recargó la cabeza en la de ella, sintiendo el temblor que aquellos sollozos provocaban en su frágil cuerpo de porcelana. Probablemente sus palabras no fuesen ningún consuelo, pero en ese mismo instante él estaba atrapado también en aquel abismo que le hacía difícil el respirar con tranquilidad.
Alexis VanVollehoven- Hechicero Clase Baja
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Re: Disaster {Yude}
Tenia que acostumbrarse, pensó que el apoyo que sentiría de parte de esa persona seria algo más cálido, pero no iba a reprocharlo ahora, sus palabras y actos no es lo que esperaba, pero que más daba, siempre lo que deseaba era aplastado de alguna manera, sino era por el destino, era por otros, era ese vacío que se volvió ahora más profundo, más tenue, frío, dejo de llorar como si no se sintiera en su cuerpo, ¿Qué más importaba a estas alturas de la vida que llevaba?...
Proteger y ser protegida ninguna de las dos cosas resultaba para ella, ni siquiera pudo hacer nada, y su mente trago un recuerdo, unas palabras tan hermosas, tanto que empezó a sonreír, soltando a esa persona, apenas moviéndose y recostándose, desviando la mirada a un punto… No esta vez no había punto fijo, solo se poso en eso, el vacío… “¡Retrocede! ¡Sigue retrocediendo! No hay escapatoria.”… Eso mismo, ya no había escapatoria para ella, no ahora, ya estaba encerrada en esa caja de pandora con esos demonios abusando de ella un tras otra vez… repetidas veces.
Ignoro la presencia de aquel hombre, ahora no era de él, no era de nadie, solo de aquel que cambio su vida y la llevaba por esa vivencia en un ataúd era de aquel demonio que veía como dios, porque le dio la vida matando otras dos… Sus labios soltaron unas pequeñas palabras que más bien eran un cantico, porque aquel ser lo pedía - ♪He de hacerte mía… Esta noche cantaré… Maldeciré hasta hacerte enloquecer, grita y llora porque no hay escapatoria ♪- su voz era acompañada de una risita…
¿Acaso estaba sumergida en una locura de la cual el dolor y el miedo se apoderaron?, ella solo sabía aquello, ciertamente todo eso termino, tenia un intenso dolor que jamás se borraría, ni quitaría y nadie iba a escucharlo, debía dejar las lagrimas, de sentir lastima porque ya no había nada en su ser, ni una gota de amor ni nada…
Solo dolor, mucho dolor, tanto que paralizo la mitad de su cuerpo, robo todo de ella, lo poquito que había obtenido, ahora incluso esa persona a su lado le era extraño, no lo quería, no quería ni verlo, ni tocarlo, si él hubiese dicho que no, que no la quería a su lado esto no hubiese pasado, era su culpa, pero… era mejor callarlo y esperar la muerte hasta que le llegara, sus fuerzas y ganas por ser libre o ser feliz fueron borradas, esas palabras nunca saldrían e su boca…
El dolor provenía de un amor arrebatado, si eso era, quizá no amaba del todo al padre de esa criatura que ahora era nada, solo sangre y… restos que botaron por ahí, pero era aquello que a Yude le robaron, ese pequeño ser era todo para ella fue una vida creada a través de caricias, de un amor que iba tomando fuerzas y ahora se condenaba a nada… El corazón, su corazón era ese pequeño ser, así como lo destrozaron, así como lo sacaron y lo mataron fue tratada ella, le quitaron su todo… Y ahora estaba envuelta en algo que nadie podía explicar, sentía nada… Es como cuando sacan todas la ganas y andan por el mundo como un cascaron…
Proteger y ser protegida ninguna de las dos cosas resultaba para ella, ni siquiera pudo hacer nada, y su mente trago un recuerdo, unas palabras tan hermosas, tanto que empezó a sonreír, soltando a esa persona, apenas moviéndose y recostándose, desviando la mirada a un punto… No esta vez no había punto fijo, solo se poso en eso, el vacío… “¡Retrocede! ¡Sigue retrocediendo! No hay escapatoria.”… Eso mismo, ya no había escapatoria para ella, no ahora, ya estaba encerrada en esa caja de pandora con esos demonios abusando de ella un tras otra vez… repetidas veces.
Ignoro la presencia de aquel hombre, ahora no era de él, no era de nadie, solo de aquel que cambio su vida y la llevaba por esa vivencia en un ataúd era de aquel demonio que veía como dios, porque le dio la vida matando otras dos… Sus labios soltaron unas pequeñas palabras que más bien eran un cantico, porque aquel ser lo pedía - ♪He de hacerte mía… Esta noche cantaré… Maldeciré hasta hacerte enloquecer, grita y llora porque no hay escapatoria ♪- su voz era acompañada de una risita…
¿Acaso estaba sumergida en una locura de la cual el dolor y el miedo se apoderaron?, ella solo sabía aquello, ciertamente todo eso termino, tenia un intenso dolor que jamás se borraría, ni quitaría y nadie iba a escucharlo, debía dejar las lagrimas, de sentir lastima porque ya no había nada en su ser, ni una gota de amor ni nada…
Solo dolor, mucho dolor, tanto que paralizo la mitad de su cuerpo, robo todo de ella, lo poquito que había obtenido, ahora incluso esa persona a su lado le era extraño, no lo quería, no quería ni verlo, ni tocarlo, si él hubiese dicho que no, que no la quería a su lado esto no hubiese pasado, era su culpa, pero… era mejor callarlo y esperar la muerte hasta que le llegara, sus fuerzas y ganas por ser libre o ser feliz fueron borradas, esas palabras nunca saldrían e su boca…
El dolor provenía de un amor arrebatado, si eso era, quizá no amaba del todo al padre de esa criatura que ahora era nada, solo sangre y… restos que botaron por ahí, pero era aquello que a Yude le robaron, ese pequeño ser era todo para ella fue una vida creada a través de caricias, de un amor que iba tomando fuerzas y ahora se condenaba a nada… El corazón, su corazón era ese pequeño ser, así como lo destrozaron, así como lo sacaron y lo mataron fue tratada ella, le quitaron su todo… Y ahora estaba envuelta en algo que nadie podía explicar, sentía nada… Es como cuando sacan todas la ganas y andan por el mundo como un cascaron…
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Re: Disaster {Yude}
Dicen que hay momentos que pueden partirte el corazón, una expresión como esa el no podía entenderla, siempre cerrándose a ese tipo de cuestiones y sin embargo, estaba inmerso en una. Vio sus ojos y se sintió en un mundo distante al suyo y entonces toda su convicción, toda su fuerza de voluntad se desvaneció. ¿A quién engañaba? A nadie, ni siquiera podía convencerse a sí mismo de que estaba bien o que podría con aquello.
Nunca había tenido una situación semejante o que le involucrara de tal manera como esta. Ella se apartó de él y escuchó su voz en aquella melodía y le pareció en ese breve momento, algo que no comprendía. En sus ojos se dejo ver el dolor que intentaba guardar en ese instante, al que no quería abandonarse.
Una tempestad se desataba, una diferente a las que habían inundado ante su alma, el resentimiento, la ira, los buenos sentimientos, la rabia, el miedo... todo se unía y lo que se erigía a través de ello era imposible de comprender a menos de que estuvieses en la mente de quien procedía. Algo en él cambiaba al verle, al ver sus ojos y aquel abismo que se abría frente a sus ojos sin que pudiese hacer nada.
Quiso decir algo, pero las palabras no llegaron a sus labios, por eso es que no le gustaba que la gente se acercase, pese a lo que demostraba él en ese aspecto no era tan indiferente, si bien no sabía cómo comportarse o qué decir a otros, lo cierto es que a ese nivel él era vulnerable. Sus ideas, que él mismo tachaba de estúpidas por ser las de un soñador, por saber que aún era como aquel chiquillo idealista que vio morir a sus padres.
Por eso era que intentaba no mostrar al mundo a esa persona, no quería que terminaran pasando sobre él al darse cuenta de ello. Pero hay ocasiones, en que no importa qué tanto quieras aparentar. Hay personas a las que dejas entrar a tu vida, a veces sin entera conciencia de lo que eso ocasionará un día.
Sus manos temblorosas fueron hasta ella, la estrecharon hacia él de nueva cuenta, y en su hombro, dejo que aquel dolor que sentía tomaran forma, con aquellas lágrimas silenciosas, le había abrazado por la espalda, ella veía un lugar que él no podía vislumbrar, su vista se perdía en un horizonte al que él no podía llegar y eso, más que otra cosa, hizo que toda su resistencia se perdiera, porque sintió aquel enorme peso sobre él, uno que no sabía si podía llevar en soledad. Pronunció su nombre, con la voz apenas en un murmullo callado, tenía miedo, por una vez tenía miedo... se preguntaba que seguiría del miedo ¿má desesperación? ¿o algo diferente?
Nunca había tenido una situación semejante o que le involucrara de tal manera como esta. Ella se apartó de él y escuchó su voz en aquella melodía y le pareció en ese breve momento, algo que no comprendía. En sus ojos se dejo ver el dolor que intentaba guardar en ese instante, al que no quería abandonarse.
Una tempestad se desataba, una diferente a las que habían inundado ante su alma, el resentimiento, la ira, los buenos sentimientos, la rabia, el miedo... todo se unía y lo que se erigía a través de ello era imposible de comprender a menos de que estuvieses en la mente de quien procedía. Algo en él cambiaba al verle, al ver sus ojos y aquel abismo que se abría frente a sus ojos sin que pudiese hacer nada.
Quiso decir algo, pero las palabras no llegaron a sus labios, por eso es que no le gustaba que la gente se acercase, pese a lo que demostraba él en ese aspecto no era tan indiferente, si bien no sabía cómo comportarse o qué decir a otros, lo cierto es que a ese nivel él era vulnerable. Sus ideas, que él mismo tachaba de estúpidas por ser las de un soñador, por saber que aún era como aquel chiquillo idealista que vio morir a sus padres.
Por eso era que intentaba no mostrar al mundo a esa persona, no quería que terminaran pasando sobre él al darse cuenta de ello. Pero hay ocasiones, en que no importa qué tanto quieras aparentar. Hay personas a las que dejas entrar a tu vida, a veces sin entera conciencia de lo que eso ocasionará un día.
Sus manos temblorosas fueron hasta ella, la estrecharon hacia él de nueva cuenta, y en su hombro, dejo que aquel dolor que sentía tomaran forma, con aquellas lágrimas silenciosas, le había abrazado por la espalda, ella veía un lugar que él no podía vislumbrar, su vista se perdía en un horizonte al que él no podía llegar y eso, más que otra cosa, hizo que toda su resistencia se perdiera, porque sintió aquel enorme peso sobre él, uno que no sabía si podía llevar en soledad. Pronunció su nombre, con la voz apenas en un murmullo callado, tenía miedo, por una vez tenía miedo... se preguntaba que seguiría del miedo ¿má desesperación? ¿o algo diferente?
Alexis VanVollehoven- Hechicero Clase Baja
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Re: Disaster {Yude}
Seguía cantando, aun cuando sintió su tacto, la histeria mental se apodero de ella, al sentirle sobre su cuerpo, eso le estaba volviendo completamente tranquila y parcial, sintió el húmedo recorrido sobre las telas, sobre su piel, apenas se giro con demasiado trabajo para acariciarle el rostro y sonreírle y besar el camino donde se deslizaban esas lagrimas – No llores, silencio –Musito y tomo una de las manos ajenas, deslizándola suave por su silueta hasta su vientre, donde la poso –Esta tranquilo, esta durmiendo… Pronto lo vas a ver, ¿Puedes sentirlo? –
Aquello se había convertido en una especie de trance, la gitana había quedado en ese punto, en aquella divagación, como si nada le hubiera pasado, sonrío cálidamente ante él y le dio un beso en sus labios uno tranquilo y despacito – Es nuestro, pronto vendrá – le abrazo por el cuello con ambas manos dejando la ajena sobre esa parte de su cuerpo.
Parpadeo como no reconociendo nada, buscando la mirada de él, se veía tan gris, abrumador, como si no fuera él, ella no podía distinguir bien esa expresión - ¿Por qué estamos aquí?, me duele mucho el cuerpo, pero no importa, tu estas conmigo como siempre, eso me alegra, no llores… -se acurruco en su pecho, inhalando ese aroma peculiar que había perdido su fuerza, y siguió abrazada de él como si fuera una pequeña niña – Hazme el amor – musito suavecito, quizá la locura ya la había alcanzado en ese punto, la histeria mental al estar tan cerca de un hombre y de haber pedido aquello estaban consumiéndole poco a poco.
-Deseo sentirte, Alexis… Hazme el amor – Imploro buscando sus ojos, dejando que su mano se posará donde la ajena, apretándola lentamente – Ese angelito esta bien, esta durmiendo – Soltó un suspiro largo y comenzó a cantarle al oído al ‘padre de esa criatura’ - ♪A dormir va la rosa de los rosales; a dormir va mi niño porque ya es tarde. Mi niño se va a dormir con los ojitos cerrados, como duermen los jilgueros encima de los tejados. Este niño tiene sueño, muy pronto se va a dormir; tiene un ojito cerrado y otro no lo puede abrir. ♪- empezó a reír buscando los labios ajenos, besándolos con intensidad.
Con la mano libre empezó a acariciarle la entrepierna, lento y sensual, de verdad aquello estaba llevándola a un borde sin fin, algo pasaba y su actuar era tan inestable, tan incomprensible, como si fuera una locura total y es que lo era, ella ya no era Yude… Era… lo que quedo de la gitana, solo esperaba la muerte y la felicidad detenida en aquel punto.
Aquello se había convertido en una especie de trance, la gitana había quedado en ese punto, en aquella divagación, como si nada le hubiera pasado, sonrío cálidamente ante él y le dio un beso en sus labios uno tranquilo y despacito – Es nuestro, pronto vendrá – le abrazo por el cuello con ambas manos dejando la ajena sobre esa parte de su cuerpo.
Parpadeo como no reconociendo nada, buscando la mirada de él, se veía tan gris, abrumador, como si no fuera él, ella no podía distinguir bien esa expresión - ¿Por qué estamos aquí?, me duele mucho el cuerpo, pero no importa, tu estas conmigo como siempre, eso me alegra, no llores… -se acurruco en su pecho, inhalando ese aroma peculiar que había perdido su fuerza, y siguió abrazada de él como si fuera una pequeña niña – Hazme el amor – musito suavecito, quizá la locura ya la había alcanzado en ese punto, la histeria mental al estar tan cerca de un hombre y de haber pedido aquello estaban consumiéndole poco a poco.
-Deseo sentirte, Alexis… Hazme el amor – Imploro buscando sus ojos, dejando que su mano se posará donde la ajena, apretándola lentamente – Ese angelito esta bien, esta durmiendo – Soltó un suspiro largo y comenzó a cantarle al oído al ‘padre de esa criatura’ - ♪A dormir va la rosa de los rosales; a dormir va mi niño porque ya es tarde. Mi niño se va a dormir con los ojitos cerrados, como duermen los jilgueros encima de los tejados. Este niño tiene sueño, muy pronto se va a dormir; tiene un ojito cerrado y otro no lo puede abrir. ♪- empezó a reír buscando los labios ajenos, besándolos con intensidad.
Con la mano libre empezó a acariciarle la entrepierna, lento y sensual, de verdad aquello estaba llevándola a un borde sin fin, algo pasaba y su actuar era tan inestable, tan incomprensible, como si fuera una locura total y es que lo era, ella ya no era Yude… Era… lo que quedo de la gitana, solo esperaba la muerte y la felicidad detenida en aquel punto.
Contestar con el otro loco me puso loca a esta, perdón si quedo todo extraño.
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Re: Disaster {Yude}
Si alguien pudiese ver lo que había en su mente, no sabía lo que vería exactamente. Le escuchó, cada palabra, observó cada gesto y sus labios se abrieron ligeramente para decir algo pero ninguna palabra fue pronunciada por ellos, sintió los ajenos y aquella calidez que su cuerpo debía sentir, se convirtió en desesperación. Una que no cobraba forma, que se adueñaba y recorría su ser como un veneno. Sostuvo sus manos y le sonrió, una mezcla entre dulzura y algo parecido a la nostalgia, era el dolor que se reflejaba en aquel débil movimiento y en su mirada.
A veces, aún estando en el mismo lugar, puedes sentir la lejanía. Sus manos tocándole, aunque podían hacer algo en él, en ese momento había cosas de por medio; no le soltó, tampoco le sostenía con demasiada fuerza, como si no la tuviera. Pasó la mano que tenía libre posándola en su frente, viéndole calmadamente, poniendo su frente sobre esa mano y cerrando los ojos, apoyándose en ella -Yude...- La voz se le quebró, llorar en silencio, sin que puedas demostrar la mitad de lo que carcome tu alma en determinados momentos.
¿Cómo se había convertido en eso? Si alguien en ese momento le dijese que tenía una maldición que pesaba sobre él, probablemente le creería, porque no entendía cómo podía haber llegado a ese justo momento en el tiempo. Hacerle el amor decía... podía hacerlo, podía tomarla, pero temía lastimarle, aún cuando se lo pidiera... apenas y había podido llegar a tiempo a ella... sus lágrimas, entre la culpa, el dolor y la rabia no podían distinguir ya nada.
No quería ver su mirada perdida, o su mente en aquella negación, lo comprendía, pero eso le dolía como pocas cosas podían llegar a afectarle. Se sentía como si aquello le estuviese ahogando, necesitaba pensar, calmarse, darse cuenta de las cosas. Sus palabras le hacían comprender que aquello le estaba sobrepasando.
Todo calla, todo duerme... el sueño eterno es la muerte ¿Por qué le venían a la mente esas palabras cuando ni siquiera recordaba quién se las había dicho? Verle así le partía el alma, le dejaba sin aliento. Cada respiro que tomaba parecía en lugar de darle el aire necesario que necesitaba para respirar, que se lo quitaba. Como si su corazón fuese a dejar de latir en cualquier instante. Pero no iba a detenerse, lo sabía, pero eso no terminaba con la sensación sofocante que le agredía.
No podía ver el final de aquello… era como una puerta cerrándose, algo que podría arrebatarle el sueño, escuchaba el tictac del reloj como una mala señal... ¿Iba a detenerse su tiempo en ese momento? Le abrazó a él –Yude… Te amo…- ¿Se lo había dicho realmente antes? ¿Escuchaba su voz en aquel susurro que solo iba dirigido a ella?
A veces, aún estando en el mismo lugar, puedes sentir la lejanía. Sus manos tocándole, aunque podían hacer algo en él, en ese momento había cosas de por medio; no le soltó, tampoco le sostenía con demasiada fuerza, como si no la tuviera. Pasó la mano que tenía libre posándola en su frente, viéndole calmadamente, poniendo su frente sobre esa mano y cerrando los ojos, apoyándose en ella -Yude...- La voz se le quebró, llorar en silencio, sin que puedas demostrar la mitad de lo que carcome tu alma en determinados momentos.
¿Cómo se había convertido en eso? Si alguien en ese momento le dijese que tenía una maldición que pesaba sobre él, probablemente le creería, porque no entendía cómo podía haber llegado a ese justo momento en el tiempo. Hacerle el amor decía... podía hacerlo, podía tomarla, pero temía lastimarle, aún cuando se lo pidiera... apenas y había podido llegar a tiempo a ella... sus lágrimas, entre la culpa, el dolor y la rabia no podían distinguir ya nada.
No quería ver su mirada perdida, o su mente en aquella negación, lo comprendía, pero eso le dolía como pocas cosas podían llegar a afectarle. Se sentía como si aquello le estuviese ahogando, necesitaba pensar, calmarse, darse cuenta de las cosas. Sus palabras le hacían comprender que aquello le estaba sobrepasando.
Todo calla, todo duerme... el sueño eterno es la muerte ¿Por qué le venían a la mente esas palabras cuando ni siquiera recordaba quién se las había dicho? Verle así le partía el alma, le dejaba sin aliento. Cada respiro que tomaba parecía en lugar de darle el aire necesario que necesitaba para respirar, que se lo quitaba. Como si su corazón fuese a dejar de latir en cualquier instante. Pero no iba a detenerse, lo sabía, pero eso no terminaba con la sensación sofocante que le agredía.
No podía ver el final de aquello… era como una puerta cerrándose, algo que podría arrebatarle el sueño, escuchaba el tictac del reloj como una mala señal... ¿Iba a detenerse su tiempo en ese momento? Le abrazó a él –Yude… Te amo…- ¿Se lo había dicho realmente antes? ¿Escuchaba su voz en aquel susurro que solo iba dirigido a ella?
Alexis VanVollehoven- Hechicero Clase Baja
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Re: Disaster {Yude}
Había algo que no comprendía, por qué esa persona lloraba, dejo que sus manos cesarán de cualquier movimiento, observo sus ojos, no pudo encontrar nada, había perdido la capacidad de esas cosas, solo se le abrazo tan fríamente, era extraño que hubiese caído en ese estado, pero a través del dolor se llegan a muchos caminos, a senderos donde aquello pueda ser olvidado o pospuesto, era mejor olvidar todo aquello, de hecho su mente lo estaba haciendo.
Los recuerdos de esa noche habían sido bloqueados por un aparente estado de felicidad, le sorprendían las lagrimas de esa persona, que las retiro con suavidad de su rostro, aunque se vieran hermosas surcando sus mejillas, aquello le provocaba algo que no comprendía - ¿Por qué lloras? – Su voz y el que ladeara el rostro en aquella dirección le hacía parecer una chiquilla.
Se acurruco en el pecho de él, aferrándose a su camisa…-No me dejes dormir, tengo miedo a esa oscuridad – Nunca lo había tenido, pero sentía que si cerraba los ojos o se dejaba guiar por el sueño algo malo podría pasarle, algo despertaría y aquel estado neutro donde se encontraba podría desaparecer. Pero su cuerpo demandaba por descanso.
Sus piernas pesaban y el interior del abdomen como la espalda le dolían como nunca, como si pudiera quebrarse en cualquier instante, soltó un leve quejido de dolor al tratar de moverse – Siento que no podré más, no me dejes dormir –murmuro aferrándose con fuerza y sintiendo como algo cálido resbalaba su rostro.
Eran aquellas lagrimas, algo inexplicable, trato de mantenerse, cuerda y despierta, lo más que podía –Tengo miedo, Alexis…Tengo miedo a la oscuridad – Murmuro aferrándose a él, sintiendo que le faltaba la respiración que sus fuerzas se vencían. –Quiero agua –Demando buscando sus labios y robando la humedad de la boca ajena, se mantuvo así, sobre aquellos labios sin separarse de los suyos viendo las lagrimas de él.
Sus manos se situaron en aquel rostro, moviéndolo con suavidad, le sonrío y empezó a besarle, pensando que aquello le tranquilizaría, la voz y gestos ajenos eran tan fríos, que aquello comenzaba a dolerle. – Háblame Alexis, dime algo más que un te amo seco y frío, me haces sentir rara – sintió un cosquilleo que calo más allá de sus huesos, como si tuviera miedo y fuera a romperse cuando se genero aquel dolor.
Los recuerdos de esa noche habían sido bloqueados por un aparente estado de felicidad, le sorprendían las lagrimas de esa persona, que las retiro con suavidad de su rostro, aunque se vieran hermosas surcando sus mejillas, aquello le provocaba algo que no comprendía - ¿Por qué lloras? – Su voz y el que ladeara el rostro en aquella dirección le hacía parecer una chiquilla.
Se acurruco en el pecho de él, aferrándose a su camisa…-No me dejes dormir, tengo miedo a esa oscuridad – Nunca lo había tenido, pero sentía que si cerraba los ojos o se dejaba guiar por el sueño algo malo podría pasarle, algo despertaría y aquel estado neutro donde se encontraba podría desaparecer. Pero su cuerpo demandaba por descanso.
Sus piernas pesaban y el interior del abdomen como la espalda le dolían como nunca, como si pudiera quebrarse en cualquier instante, soltó un leve quejido de dolor al tratar de moverse – Siento que no podré más, no me dejes dormir –murmuro aferrándose con fuerza y sintiendo como algo cálido resbalaba su rostro.
Eran aquellas lagrimas, algo inexplicable, trato de mantenerse, cuerda y despierta, lo más que podía –Tengo miedo, Alexis…Tengo miedo a la oscuridad – Murmuro aferrándose a él, sintiendo que le faltaba la respiración que sus fuerzas se vencían. –Quiero agua –Demando buscando sus labios y robando la humedad de la boca ajena, se mantuvo así, sobre aquellos labios sin separarse de los suyos viendo las lagrimas de él.
Sus manos se situaron en aquel rostro, moviéndolo con suavidad, le sonrío y empezó a besarle, pensando que aquello le tranquilizaría, la voz y gestos ajenos eran tan fríos, que aquello comenzaba a dolerle. – Háblame Alexis, dime algo más que un te amo seco y frío, me haces sentir rara – sintió un cosquilleo que calo más allá de sus huesos, como si tuviera miedo y fuera a romperse cuando se genero aquel dolor.
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Re: Disaster {Yude}
Le abrazó no con fuerza, pero con determinación -Esta bien... no te preocupes... escucha, tienes que recuperarte... - había dicho que sus palabras eran frías. Y el que las estaba diciendo más en serio de lo que nunca creyó. Estarían bien, eso quería creer. De verdad que quería creer en eso, aferrarse a la idea y simplemente hacer las cosas pensando en que todo era posible. En que podían superar eso.
Seco y frío... eso le obligó a detener las lágrimas -Lo dije más en serio de lo que jamás lo he dicho, Yude... - susurró casi de forma inaudible, solo para él mismo. Si ella lo había escuchado así entonces no sabía qué podía hacer.
Tomó el rostro de ella entre sus manos viéndole directamente a los ojos y acercándolo al suyo, como si eso fuese también lo que intentaba hacer más allá de un simple gesto o una mirada -Yude... No estoy siendo frío, ni distante, te lo estoy diciendo con toda la sinceridad que poseo.. no te das cuenta? -Cerró los ojos, no sabía si era algo que estaba mal con él o si no podía ver a través de sus ojos.
-Tu cuerpo necesita el descanso, si el sueño te venciera, estaré aquí velando por tí...- No sabía de qué otra manera demostrárselo. No sabía qué palabras eran las correctas, solo quería llegar a ella. Aún si no se daba cuenta, él estaba allí en ese momento solo pensando en lo que pudiera sucederle. Él estaba asustado, increíblemente de perderla entre aquel desconcierto que se había formado. Sólo podía sostenerle de esa manera. Se acomodó sin soltarle –No sufras sola, estoy aquí contigo… voy a soportar la carga que sea necesaria… yo debía protegerte sin importar las circunstancias… no he podido hacerlo. Lo siento. Pero por eso mismo… déjame permanecer junto a ti… porque incluso este dolor pertenece a ambos –Desde el momento en el que había aceptado frente a aquel sacerdote aquella promesa de estar junto a ella, el brujo sabía que no podría romperla.
Tarareó una canción, era su forma de no quebrantarse en ese momento. Aún quería llorar, la vida daba tantas vueltas. Dicen que si recibes algo malo, se equilibrará con lo bueno. Eso era una mentira, si se fijaba tan solo en la suya, no había nada de eso, no había sido solo sufrimiento pero no había una equivalencia. Tal vez tenía que tener paciencia, pero en momentos como ese, en el que la desgracia acecha, no es posible ver la vida con los ojos del soñador, del idealista que se escondía tras su mirada. No había quien le brindara la ayuda que necesitara, la veía a ella y sabía que no podía caer, por ambos, porque si lo hacía sería solo caos.
Seco y frío... eso le obligó a detener las lágrimas -Lo dije más en serio de lo que jamás lo he dicho, Yude... - susurró casi de forma inaudible, solo para él mismo. Si ella lo había escuchado así entonces no sabía qué podía hacer.
Tomó el rostro de ella entre sus manos viéndole directamente a los ojos y acercándolo al suyo, como si eso fuese también lo que intentaba hacer más allá de un simple gesto o una mirada -Yude... No estoy siendo frío, ni distante, te lo estoy diciendo con toda la sinceridad que poseo.. no te das cuenta? -Cerró los ojos, no sabía si era algo que estaba mal con él o si no podía ver a través de sus ojos.
-Tu cuerpo necesita el descanso, si el sueño te venciera, estaré aquí velando por tí...- No sabía de qué otra manera demostrárselo. No sabía qué palabras eran las correctas, solo quería llegar a ella. Aún si no se daba cuenta, él estaba allí en ese momento solo pensando en lo que pudiera sucederle. Él estaba asustado, increíblemente de perderla entre aquel desconcierto que se había formado. Sólo podía sostenerle de esa manera. Se acomodó sin soltarle –No sufras sola, estoy aquí contigo… voy a soportar la carga que sea necesaria… yo debía protegerte sin importar las circunstancias… no he podido hacerlo. Lo siento. Pero por eso mismo… déjame permanecer junto a ti… porque incluso este dolor pertenece a ambos –Desde el momento en el que había aceptado frente a aquel sacerdote aquella promesa de estar junto a ella, el brujo sabía que no podría romperla.
Tarareó una canción, era su forma de no quebrantarse en ese momento. Aún quería llorar, la vida daba tantas vueltas. Dicen que si recibes algo malo, se equilibrará con lo bueno. Eso era una mentira, si se fijaba tan solo en la suya, no había nada de eso, no había sido solo sufrimiento pero no había una equivalencia. Tal vez tenía que tener paciencia, pero en momentos como ese, en el que la desgracia acecha, no es posible ver la vida con los ojos del soñador, del idealista que se escondía tras su mirada. No había quien le brindara la ayuda que necesitara, la veía a ella y sabía que no podía caer, por ambos, porque si lo hacía sería solo caos.
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Re: Disaster {Yude}
-¿Recuperarme de qué?- Musito despacio observándolo con mucha curiosidad y acomodándose entre esos brazos cálidos de alguna manera aquello le hacía sentir en una calma total como si nada pasará, en su mente nada pasaba, solo un rayo de felicidad que indicaba que estaba muerta, se sumió en ello solo dejándose llevar por esa falsa idea. – Pero si estamos bien, vamos a tener un hijo y todo esta bien, yo soy feliz contigo por eso Te amo mucho –Murmuro recargándose y pasando un par de dedos sobre el torso de aquel que se hacía llamar su marido.
Le estaba escuchando, deleitándose con aquello que tarareaba, solo se dejo llevar por la melodía, sin pensar en el abismo en el que se encontraba, no había nada más que ese momento, más que aquello. Se quedo ahí escuchándole y acariciando su rostro de una manera cálida, algo que en ella no existía porque no era capaz de proyectarlo.
Suspiro y quiso cerrar los ojos con esa calma que le estaba prometiendo, pero le fue imposible. Entonces escucho lo demás atenta, tanto que la palabra de dolor termino por cruzar sus oídos de manera desastrosa, desatando un estado de raciocino dentro de su aparente calma. – Alexis, un ángel quiere venir – Se levanto estrepitosamente sentándose y librándose de ese agarre con el miedo en el rostro, se aferro a las sabanas – Él quiere matarlo, él viene y quiere matar a nuestro hijo – ella comenzó a gritar como si fuera un peligro latente en el que estaba, se llevo las manos al estomago y siguió gritando sin poder parar con todas las fuerzas que le quedaban, incluso las lagrimas surcaron su rostro.
Era como si estuviera viendo a aquel ser, a ese demonio, solo recordó la escena una y otra vez y eso le dolía, estaba gritando y llorando, suplicando como esa noche en la que arremetieron con fuerza contra ella, no se podía detener, su locura estaba superando lo poco que le quedaba de razón.
Le estaba escuchando, deleitándose con aquello que tarareaba, solo se dejo llevar por la melodía, sin pensar en el abismo en el que se encontraba, no había nada más que ese momento, más que aquello. Se quedo ahí escuchándole y acariciando su rostro de una manera cálida, algo que en ella no existía porque no era capaz de proyectarlo.
Suspiro y quiso cerrar los ojos con esa calma que le estaba prometiendo, pero le fue imposible. Entonces escucho lo demás atenta, tanto que la palabra de dolor termino por cruzar sus oídos de manera desastrosa, desatando un estado de raciocino dentro de su aparente calma. – Alexis, un ángel quiere venir – Se levanto estrepitosamente sentándose y librándose de ese agarre con el miedo en el rostro, se aferro a las sabanas – Él quiere matarlo, él viene y quiere matar a nuestro hijo – ella comenzó a gritar como si fuera un peligro latente en el que estaba, se llevo las manos al estomago y siguió gritando sin poder parar con todas las fuerzas que le quedaban, incluso las lagrimas surcaron su rostro.
Era como si estuviera viendo a aquel ser, a ese demonio, solo recordó la escena una y otra vez y eso le dolía, estaba gritando y llorando, suplicando como esa noche en la que arremetieron con fuerza contra ella, no se podía detener, su locura estaba superando lo poco que le quedaba de razón.
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Re: Disaster {Yude}
No tuvo que decir nada, ella parecía estar mezclando las cosas, lo que había pasado, lo que quería que fuera y entre todo aquello vislumbró algo de lo que no se había dado cuenta, al menos no de la forma en la que lo veía ahora que ella gritaba y desgarraba su garganta de aquella forma. Se acercó, rodeándole, suavemente esta vez -Yude... No dejes que esto te lleve- Qué fácil era pronunciar palabras como aquellas cuando sentías que tu mismo estabas hundiéndote.
Pero él no tenía nada... no podía permitirse perderla. En ese momento ella era como el ancla de un barco, dependía de ella si él podía mantenerse firme en dónde estaba o iba a la deriva junto con ella. Que irónico resultaba eso al verla. Estaba acostumbradi a sufrir sólo, pensar que fuese alguien más, alguien que considerara cercano, fuese el que sufría y además el tuviese que ver con aquella enfrenta no era más que un desasosiego.
Aquel era uno de esos momentos en los que podrías haber dado todo por un poco de calma, por detener o hacer retroceder el tiempo. Algo que sabías no era posible, pero que tu ser deseaba con demasiadas ansías. Momentos en los que te cruzaban por la mente toda clase de ideas ¿Y si borraba su mente? Probablemente aún cuando lo hiciera, ella se hundiría en un pesar aunque la causa desconociera. Esa era sin duda, total desesperación.
¿Ella había dicho que era feliz? ¿Lo había sido al saber que engendraría a una criatura que llevaría su sangre? ¿O solo eran palabras que causaba una tempestad robándose la calma? -Yude... Eso ya ha sucedido, pero no te pierdas.. mírame y no te pierdas... no te alejes de mi... por lo que más quieras... - si pudiese el cargara completamente con aquel peso lo haría sin dudar. Pero no era posible y el lo sabía con una claridad que era pasmosa. Cerró los ojos recargando su rostro, hundiéndolo entre sus rubios cabellos -No te alejes de mí... - Susurró despacio tratando de concentrarse. Sintió la energía de uno de aquellos espíritus regresar a él. Habían cumplido con lo que les había encomendado, en su delirio, las palabras en latín empezaron a ser recordadas en su mente.
Pero él no tenía nada... no podía permitirse perderla. En ese momento ella era como el ancla de un barco, dependía de ella si él podía mantenerse firme en dónde estaba o iba a la deriva junto con ella. Que irónico resultaba eso al verla. Estaba acostumbradi a sufrir sólo, pensar que fuese alguien más, alguien que considerara cercano, fuese el que sufría y además el tuviese que ver con aquella enfrenta no era más que un desasosiego.
Aquel era uno de esos momentos en los que podrías haber dado todo por un poco de calma, por detener o hacer retroceder el tiempo. Algo que sabías no era posible, pero que tu ser deseaba con demasiadas ansías. Momentos en los que te cruzaban por la mente toda clase de ideas ¿Y si borraba su mente? Probablemente aún cuando lo hiciera, ella se hundiría en un pesar aunque la causa desconociera. Esa era sin duda, total desesperación.
¿Ella había dicho que era feliz? ¿Lo había sido al saber que engendraría a una criatura que llevaría su sangre? ¿O solo eran palabras que causaba una tempestad robándose la calma? -Yude... Eso ya ha sucedido, pero no te pierdas.. mírame y no te pierdas... no te alejes de mi... por lo que más quieras... - si pudiese el cargara completamente con aquel peso lo haría sin dudar. Pero no era posible y el lo sabía con una claridad que era pasmosa. Cerró los ojos recargando su rostro, hundiéndolo entre sus rubios cabellos -No te alejes de mí... - Susurró despacio tratando de concentrarse. Sintió la energía de uno de aquellos espíritus regresar a él. Habían cumplido con lo que les había encomendado, en su delirio, las palabras en latín empezaron a ser recordadas en su mente.
Alexis VanVollehoven- Hechicero Clase Baja
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Re: Disaster {Yude}
Dentro de la desesperación aquellos deseos crecían rápidamente como si nada hubiera cambiado, él repetía que aquello había pasado pero eso no entraba en su cabecita, sintió el calor del cuerpo ajeno abrazarle, las sensaciones crecían de forma rápida y desmedida. Todo era rápido para un par de noches o de horas de lo que fuera se había perdido en esa sensación enloquecedora y se desvaneció de pronto su cuerpo quedo amarrado al ajeno, cayendo débil como una hoja en pleno otoño, dejando que la oscuridad empezara a apoderarse de ella.
Hubiera querido decir mucho respecto a aquella sensación pero no le fue posible, eso se apodero el cansancio, la idea y la confusión de si estaba bien o mal consigo misma, todo era parte de un limbo en el que prefería huir como una cobarde, solo el recuerdo del calor ajeno le dejo descansar por fin, se había cansado de llorar, de recordar y mentirse que el cuerpo le pesaba a tal grado de haberse desvanecido en un sueño, solo su mente se quedo con esa oscuridad vacía esta noche no había porque pensar en ello, no tenia porque recordarlo, el recuerdo de un acto destructivo no llegaba a su mente.
Quizá a lo que más miedo tenia era a esas pesadillas que se mostrarían, aquellas sensaciones de cansancio serian su anestesia temporal pero al amanecer habría algo de que preocuparse, si aquellas sensaciones de locura aun residían o era el trastorno del momento, por ahora sucumbir y desvanecerse le venia bien, no quería ser ya nada ni nadie para alguna persona, simplemente había dejado de existir con el trágico suceso.
Hubiera querido decir mucho respecto a aquella sensación pero no le fue posible, eso se apodero el cansancio, la idea y la confusión de si estaba bien o mal consigo misma, todo era parte de un limbo en el que prefería huir como una cobarde, solo el recuerdo del calor ajeno le dejo descansar por fin, se había cansado de llorar, de recordar y mentirse que el cuerpo le pesaba a tal grado de haberse desvanecido en un sueño, solo su mente se quedo con esa oscuridad vacía esta noche no había porque pensar en ello, no tenia porque recordarlo, el recuerdo de un acto destructivo no llegaba a su mente.
Quizá a lo que más miedo tenia era a esas pesadillas que se mostrarían, aquellas sensaciones de cansancio serian su anestesia temporal pero al amanecer habría algo de que preocuparse, si aquellas sensaciones de locura aun residían o era el trastorno del momento, por ahora sucumbir y desvanecerse le venia bien, no quería ser ya nada ni nadie para alguna persona, simplemente había dejado de existir con el trágico suceso.
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Re: Disaster {Yude}
Cerró los ojos sintiendo la fuerza de ella ir desvaneciéndose, quería gritar hasta que sintiese su garganta desgarrarse, pero continuo pronunciando esas palabras en latín, era un hechizo antiguo de protección que le habían enseñado. Sus manos se posaron en la frente de ella, como si con ello pudiese hacer desaparecer todo aquello.
Nunca en toda su vida la oscuridad de la noche se sintió con aquel peso que en ese momento parecía extinguirlo todo.Todo hombre es vulnerable al daño que pueda causársele. A vees no es algo directo, como lo era en ese momento, aquel dolor le llegaba por el daño hecho a alguien más, no a él o su cuerpo. Era incluso peor que eso. Cuando se trata de tí, sabes como afrontarlo, como curar tus heridas o como lidiar al menos con lo que puedas de ellas.
No iba a dejarla sola, iba a permanecer allí, acunándola entre sus brazos hasta que ella despertara o hasta que fuera necesario. No sabía qué haría ni qué camino seguiría, pero un paso a la vez tendría que ser, ojalá el pudiera encontrar algo dentro de esa bruma. Sus palabras empezaron a sonar más fuerte dentro de su propia mente, su concentración era prueba del delirio al que se negaba a caer. Se negaba a dejar que el frío le calara la piel.
Duerme, hermosa princesa, duerme en este momento si en donde quieres estar permanece dentro de un cuento de hadas, esta persona junto a tí está esperando por tí, pero no te quedes allí eternamente, abre tus ojos y mira a los que te esperan con un deseo mezclado, uno que es ni más ni menos que el de poder caminar y salir del fango que se arremolina bajo los pies de la doncella. Él está perdiendo algo que no creyó haber tenido. En algún punto necesitará alivio... por ahora, duerme, niña de ojos de cielo...
Nunca en toda su vida la oscuridad de la noche se sintió con aquel peso que en ese momento parecía extinguirlo todo.Todo hombre es vulnerable al daño que pueda causársele. A vees no es algo directo, como lo era en ese momento, aquel dolor le llegaba por el daño hecho a alguien más, no a él o su cuerpo. Era incluso peor que eso. Cuando se trata de tí, sabes como afrontarlo, como curar tus heridas o como lidiar al menos con lo que puedas de ellas.
No iba a dejarla sola, iba a permanecer allí, acunándola entre sus brazos hasta que ella despertara o hasta que fuera necesario. No sabía qué haría ni qué camino seguiría, pero un paso a la vez tendría que ser, ojalá el pudiera encontrar algo dentro de esa bruma. Sus palabras empezaron a sonar más fuerte dentro de su propia mente, su concentración era prueba del delirio al que se negaba a caer. Se negaba a dejar que el frío le calara la piel.
Duerme, hermosa princesa, duerme en este momento si en donde quieres estar permanece dentro de un cuento de hadas, esta persona junto a tí está esperando por tí, pero no te quedes allí eternamente, abre tus ojos y mira a los que te esperan con un deseo mezclado, uno que es ni más ni menos que el de poder caminar y salir del fango que se arremolina bajo los pies de la doncella. Él está perdiendo algo que no creyó haber tenido. En algún punto necesitará alivio... por ahora, duerme, niña de ojos de cielo...
Alexis VanVollehoven- Hechicero Clase Baja
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Re: Disaster {Yude}
¿De nuevo a lo mismo?... ¿Cuánto tiempo había transcurrido?... ¿Dónde estaba?, la mente se disloca y comienza a generar esa tensión el dolor en el cuerpo era intenso y la confusión aun más, observo a esa persona a su lado con la visión desenfocada y le abrazo pronuncio su nombre como queriendo despertarle, ¿Estaba cansando?, ¿Cuándo había llegado de trabajar?... Claro, debía apurarse y prepararle la comida, mejor aun darle esa noticia.
Así de confundida estaba, ni siquiera los rayos del sol y la anestesia le sirvió para poderse olvidar de los sucesos, se deshizo del agarré, se levanto con esa calma dejándolo descansar por completo, veía el cansancio en su mirada y después se dio cuenta que no estaban en el lugar de siempre dio el primer paso de la cama y vio a través de las ventanas, era un clima precioso, trato de que sus pisadas no se escucharán.
…Aunque todo le temblaba y el dolor se hacía más agudo en su vientre salió al jardín observo lo verde de la hierba y se recostó en ella dejando que el sol le diera en la piel, el clima era suave de un amanecer calmado y al alzar su vestimenta fijo la vista en sus piernas, ¿Por qué tenia demasiadas heridas?, ¿Dónde estaba?, ¿Era un sueño?, todo era hermoso de ser así, pero pico una de las heridas y si dolía significaba que no era un sueño, no, no lo era.
Camino por el alrededor, la casa era amplia, grande, de alguien con dinero, hasta había un pequeño lago, en el cual se metió, en el cual su mirada se perdió entre las nubes y el reflejo del cielo, dejo que le inundaran y al fijar la mirada en su rostro se dio cuenta que no soñaba, que aquel…. Que los miedos seguían, que las lagrimas vinieron de nuevo y dejo que el agua le inundara que le ahogará, sentía que los pulmones se le llenaban de agua y no de airé, el cielo se veía hermoso desde bajo del agua…
…. Su dolor se iba calmando, su conciencia poniéndose en blanco, sus manos dejándose de mover y sus piernas adormeciéndose, nada le importo más que la calma que respiraba y pronto eso terminaría la tela se desprendió de su cuerpo dejándole desnuda, todo se había ido hasta desnudarla y dejarla adormecida, mucho más adormecida, pronto tocaría las nubes…
… La haces soñar, le haces hundirse en felicidad, si nadie se da cuenta… sus pulmones se llenaron, sentía que el agua le atravesaba como grandes cuchillas sobre la piel y después nada…
Así de confundida estaba, ni siquiera los rayos del sol y la anestesia le sirvió para poderse olvidar de los sucesos, se deshizo del agarré, se levanto con esa calma dejándolo descansar por completo, veía el cansancio en su mirada y después se dio cuenta que no estaban en el lugar de siempre dio el primer paso de la cama y vio a través de las ventanas, era un clima precioso, trato de que sus pisadas no se escucharán.
…Aunque todo le temblaba y el dolor se hacía más agudo en su vientre salió al jardín observo lo verde de la hierba y se recostó en ella dejando que el sol le diera en la piel, el clima era suave de un amanecer calmado y al alzar su vestimenta fijo la vista en sus piernas, ¿Por qué tenia demasiadas heridas?, ¿Dónde estaba?, ¿Era un sueño?, todo era hermoso de ser así, pero pico una de las heridas y si dolía significaba que no era un sueño, no, no lo era.
Camino por el alrededor, la casa era amplia, grande, de alguien con dinero, hasta había un pequeño lago, en el cual se metió, en el cual su mirada se perdió entre las nubes y el reflejo del cielo, dejo que le inundaran y al fijar la mirada en su rostro se dio cuenta que no soñaba, que aquel…. Que los miedos seguían, que las lagrimas vinieron de nuevo y dejo que el agua le inundara que le ahogará, sentía que los pulmones se le llenaban de agua y no de airé, el cielo se veía hermoso desde bajo del agua…
…. Su dolor se iba calmando, su conciencia poniéndose en blanco, sus manos dejándose de mover y sus piernas adormeciéndose, nada le importo más que la calma que respiraba y pronto eso terminaría la tela se desprendió de su cuerpo dejándole desnuda, todo se había ido hasta desnudarla y dejarla adormecida, mucho más adormecida, pronto tocaría las nubes…
… La haces soñar, le haces hundirse en felicidad, si nadie se da cuenta… sus pulmones se llenaron, sentía que el agua le atravesaba como grandes cuchillas sobre la piel y después nada…
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Re: Disaster {Yude}
El cansancio le había vencido, en algún momento sintió aquel movimiento, pero tardó en reaccionar a ello. Cuando abrió los ojos lo hizo lentamente y frunció el ceño al notar la claridad del día. El cuerpo lo sentía pesado y sus ojos recorrieron la habitación. Era como si no recordara nada, el sueño puede hacerte perder lanoción, pero un momento todo regresa de golpe a tu memoria. Cuando eso sucedió sus ojos se abrieron y se puso de ie impulsado por una fuerza que no podía distinguir. Le buscó, recorriendo las habitaciones. Pero no fue hasta que vio a través de una de las ventanas que le vio.
Casi corrió hacia aquel lugar. Creyó gritar su nombre al entrar en el jardín, todo fue como moverse en cámara lenta, verle a ella, sus propios movimientos para intentar alcanzarla, poder estrecharla contra él. Él no pudo observar lo hermoso que era ese día, toda su atención estaba en ello, así que aunque en el cielo el sol brillara en lo alto, las nubes se extendían sobre él. La luz le era demasiado brillante para alzar la mirada.
Le llamó por su nombre, esperando que aquellos ojos se abrieran para él. Escuchó las voces en su oído y las ignoró, escuchaba pero no entendía lo que le decían aquellos fantasmas aún cuando fuese acerca de lo que él mismo les había pedido. tardó un momento en reaccionar y verles. Levantó a la chica en brazos, llevándola al interior nuevamente. Buscó con que poder escribir en las paredes. Si alguien le hubiese visto pintando los símbolos en las paredes, lo habría tomado a loco o en su defecto como lo que era, un brujo.
Repetía las palabras que harían funcionar los hechizos para él, y seguía escribiendo ocultando los símbolos por doquier. Se giró de vez en vez para verla a ella y luego regresaba a aquello. Quería poner esos hechizos por toda la casa de ser posible. Entre el intento de ocultar la presencia de quien estuviese dentro de ese lugar, el de impedir a los espíritus entrar allí, cualquier cosa que se le ocurría que pudiese ayudarle en un momento dado. Él mismo pensó que había perdido la cabeza al notar lo que hacía, pero no era eso, para nada, estaba pensando bien lo que hacía, al menos de momento. Los espíritus que le acompañaban no eran afectados por esto porque tenían parte de su energía para mantenerse de la manera en que lo hacían. Cuando lo consideró, se apartó observando todos aquellos símbolos y palabras que él conocía ya bastante bien. Se acercó a la cama entándose allí viendo el techo y poniendo la mano sobre la frente de la mujer con la que se había casado.
Casi corrió hacia aquel lugar. Creyó gritar su nombre al entrar en el jardín, todo fue como moverse en cámara lenta, verle a ella, sus propios movimientos para intentar alcanzarla, poder estrecharla contra él. Él no pudo observar lo hermoso que era ese día, toda su atención estaba en ello, así que aunque en el cielo el sol brillara en lo alto, las nubes se extendían sobre él. La luz le era demasiado brillante para alzar la mirada.
Le llamó por su nombre, esperando que aquellos ojos se abrieran para él. Escuchó las voces en su oído y las ignoró, escuchaba pero no entendía lo que le decían aquellos fantasmas aún cuando fuese acerca de lo que él mismo les había pedido. tardó un momento en reaccionar y verles. Levantó a la chica en brazos, llevándola al interior nuevamente. Buscó con que poder escribir en las paredes. Si alguien le hubiese visto pintando los símbolos en las paredes, lo habría tomado a loco o en su defecto como lo que era, un brujo.
Repetía las palabras que harían funcionar los hechizos para él, y seguía escribiendo ocultando los símbolos por doquier. Se giró de vez en vez para verla a ella y luego regresaba a aquello. Quería poner esos hechizos por toda la casa de ser posible. Entre el intento de ocultar la presencia de quien estuviese dentro de ese lugar, el de impedir a los espíritus entrar allí, cualquier cosa que se le ocurría que pudiese ayudarle en un momento dado. Él mismo pensó que había perdido la cabeza al notar lo que hacía, pero no era eso, para nada, estaba pensando bien lo que hacía, al menos de momento. Los espíritus que le acompañaban no eran afectados por esto porque tenían parte de su energía para mantenerse de la manera en que lo hacían. Cuando lo consideró, se apartó observando todos aquellos símbolos y palabras que él conocía ya bastante bien. Se acercó a la cama entándose allí viendo el techo y poniendo la mano sobre la frente de la mujer con la que se había casado.
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Re: Disaster {Yude}
Sintió como el agua estaba saliendo al encontrarse con ese poco oxigeno que llegaba a ella, se levanto de golpe tosiendo y cayendo de la cama hasta escupir el agua, su mirada seguía calvada en ello, ¿Cómo podría terminar con todo ese dolor y las imágenes que veía cuando cerraba los ojos?, le observo y se acero no para abrazarlo, solo para verle fijamente con seriedad, no quería ni tocarlo, sentía repudió ante solo imaginar sus manos, parecía que de pronto la conciencia le había vuelto, sintió que el silencio se volvía incomodo, ni siquiera deseaba estar ya con él, quería salir, estar sola, lejos de esa persona, su sentimiento hacía él era de un completo odio que ya había sentido antes, pero estaba en un paz abandonada, algo llamado quietud aunque sus ojos se clavaran fuertemente en los ajenos.
-Déjame salir– Murmuro con fuerza, con determinación con ese airé de suspenso, quería ser esclava de su propio silencio. –Si no me vas a ayudar no me estorbes… No quiero estar contigo, déjame salir a la luz, solo quiero quedarme dentro de esta casa…-Se sentía ese poderoso sentimiento de asfixia, esa tenue oscuridad que tintaba aquello gris, solo quería salir, no haría nada, no quería ya estar con él ese simple hecho ya le dolía, la verdad le pesaba demasiado –Solo quiero estar allá fuera…-Susurro aun sin despegar la mirada, quería que él confiara, solo quería irse, sentarse bajo el sol hasta dormir, y llegada la oscuridad permanecer en pie por cualquier suceso, eso era lo único que podía tranquilizarle.
Busco acomodarse bien las ropas que habían dejado ahí ya limpias, ese mismo vestido, odiaba el blanco, detestaba ese maldito color, se había manchado y se suponía no era de esa manera pero no tenía nada más, solo se puso la primera prenda que iba antes que el vestido, aquel pequeño fondo de holanes, rasgo el vestido una y otra ves hasta romperle por completo, no lo quería y solo deseaba salir, ir a descansar allá fuera, su histeria aumentaría si él se atrevía a tocarla, si él no la dejaba salir, aquello podría ser contraproducente.
-Déjame salir– Murmuro con fuerza, con determinación con ese airé de suspenso, quería ser esclava de su propio silencio. –Si no me vas a ayudar no me estorbes… No quiero estar contigo, déjame salir a la luz, solo quiero quedarme dentro de esta casa…-Se sentía ese poderoso sentimiento de asfixia, esa tenue oscuridad que tintaba aquello gris, solo quería salir, no haría nada, no quería ya estar con él ese simple hecho ya le dolía, la verdad le pesaba demasiado –Solo quiero estar allá fuera…-Susurro aun sin despegar la mirada, quería que él confiara, solo quería irse, sentarse bajo el sol hasta dormir, y llegada la oscuridad permanecer en pie por cualquier suceso, eso era lo único que podía tranquilizarle.
Busco acomodarse bien las ropas que habían dejado ahí ya limpias, ese mismo vestido, odiaba el blanco, detestaba ese maldito color, se había manchado y se suponía no era de esa manera pero no tenía nada más, solo se puso la primera prenda que iba antes que el vestido, aquel pequeño fondo de holanes, rasgo el vestido una y otra ves hasta romperle por completo, no lo quería y solo deseaba salir, ir a descansar allá fuera, su histeria aumentaría si él se atrevía a tocarla, si él no la dejaba salir, aquello podría ser contraproducente.
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Re: Disaster {Yude}
Vio sus ojos y sus movimientos, escuchó sus palabras y lo único que hizo fue quedarse quieto. No necesitaba ver más allá de su mente, no necesitaba ser ni siquiera perceptivo, sus ojos refulgían aquello que sentía que se le clavaba en el alma, solo necesitaba su instinto para deirle lo que tal vez ya sabía y se negaba a ver -Puedes salir... no te estoy prohibiendo hacerlo... solo estaba preocupado de que te hubiese pasado algo malo - Su voz era tenue, tranquila, la fuerz abandonó sus manos y soltó aquel objeto que le había ayudado a grabar todos esos símbolos en las paredes. Aquello solo funcionaría para protegerla si se necesitaba en algún momento.
Sintió aquel cambio en su interior, la energía que fluctuaba cambió su forma de hacerlo. Su respiración no era agitada pero tampoco estaba en calma. Se acercó a las puertas abriéndolas de par en par y cerró los ojos al sentir el aire golpeándole el rostro. Se daba cuenta d que la quería, más de lo que habría podido admitir, más de lo que aquel 'te amo' que había pronunciado antes y que ella había visto como algo simple y vano. Aspiró el aire sintiendo que le lastimaba.
Todo está bien, Alexis... Malditas voces, espíritus errantes, por qué no podían guardar silencio ¿Acaso se sentían atraídos por su silencio y por lo que sentía en ese momento Deja que te ayudemos, muchacho No era ningún iluso, ellos querían algo que no podía darles. Respiró sintiendo temblar su respiración Ya la escuchaste... Si no vas a ayudar no estorbes…| Y sintió que su rostro se deformaba por aquel estúpido sufrimiento. Sintió de nuevo aquel nudo en la garganta, aún más que antes, sintiendo como si fuese a asfixiarle. No lo haría, estaba bien, no iba a ser así Deja que haga lo que quiera ¿y que podía hacer? No importaba cuánto la quisiera, cuánto quisiera ayudarla, si no sabía cómo y si ella no se lo permitía, si veía la furia nacer en sus ojos No quieres que te odie... Aparta Pero a veces es mejor el odio que no tener nada. ¿Dónde estaban aquellos dos espíritus a los que les había entregado en su infancia lo que era y lo que sería? No los sentía aún.
Cerró los ojos saliendo de allí, deseando huir sabiendo que no podía hacerlo. Se detuvo, recargándose en una de las paredes, donde aún pudiese verle ¿Quieres hablarle, estrecharle entre tus brazos? No seas ingenuo ¿Por qué diablos no se callaban? Es porque tu mente esta sucumbiendo, hechicero, que no puedes callar nuestras palabras Respiró hondamente quedándose allí, como si no existiese, tratando de recordar lo que le había sido enseñado, no debía perderse.
Hasta que sintió a uno de aquellos dos entes acercándose y como arte de magia el resto de las voces se disipó al instante. Escuchó lo que le dijo en calma, habían hecho lo que les había pedido. Habían ido por aquel gitano. Había visto a través de sus memorias mientras la inconsciencia la embargaba, había visto a través de sus recuerdos y entre aquel caos había logrado distinguir aquello. ¿Por qué quería verlo? Solo por que tal vez, él con la mente sin aquellos pensamientos como los suyos pudiese encontrar una forma, un camino que él no hubiese visto.
Se movió solo por hacerlo, por no quedarse quieto, pero regresó sobre sus paso buscándole con la mirada -Solo deseo que estés bien... solo eso...- Sus palabras fueron dichas con el mismo tono, con aquella voz que usaba para hacer un hechizo, este no lo era, eran las palabras que hacían evidente su deseo. Y algunas palabras en latín le siguieron para activar lo que había hecho en aquella habitación, dsplegando su energía en ella solo por el simple hecho de querer protegerla, pero de nada serviría si ella no quería estar allí. Esto era lo mucho o lo poco que podía hacer en aquel estado.
La negación de lo que había visto en sus ojos era lo que mantenía su cordura. Vio al segundo de aquellos dos entes que le acompañaban siempre, los que le informaban de todo. sonrió con melancolía -He visto el odio en su mirada- y ellos por una vez no dijeron nada. El silencio se le hizo pesado y agobiante -Si la pierdo a ella... no tendré nada...-Esa sentencia fue para sí mismo, no esperaba que nadie, ni ellos le contestaran. La sentía fuera de su alcance pero no quería renunciar. Estaba detenido, como un reloj cuyo funcionamiento ha parado por un error en los engranajes que le hacen funcionar con normalidad. Tal vez tengas que sacrificar más de lo que esperas, Alexis... ¿tanto la quieres? Vio a los dos espíritus, ignorando las voces del resto. Y en su mente apareció aquella frae, una que había escuchado hace tanto tiempo, parte de su formación "La voluntad es lo que puede darte el triunfo cuando tus pensamientos te dicen que estás derrotado. La voluntad es lo que te hace invulnerable. La voluntad es lo que manda a un brujo a través de una pared; a través del espacio; a la luna, si él lo quiere"
Sintió aquel cambio en su interior, la energía que fluctuaba cambió su forma de hacerlo. Su respiración no era agitada pero tampoco estaba en calma. Se acercó a las puertas abriéndolas de par en par y cerró los ojos al sentir el aire golpeándole el rostro. Se daba cuenta d que la quería, más de lo que habría podido admitir, más de lo que aquel 'te amo' que había pronunciado antes y que ella había visto como algo simple y vano. Aspiró el aire sintiendo que le lastimaba.
Todo está bien, Alexis... Malditas voces, espíritus errantes, por qué no podían guardar silencio ¿Acaso se sentían atraídos por su silencio y por lo que sentía en ese momento Deja que te ayudemos, muchacho No era ningún iluso, ellos querían algo que no podía darles. Respiró sintiendo temblar su respiración Ya la escuchaste... Si no vas a ayudar no estorbes…| Y sintió que su rostro se deformaba por aquel estúpido sufrimiento. Sintió de nuevo aquel nudo en la garganta, aún más que antes, sintiendo como si fuese a asfixiarle. No lo haría, estaba bien, no iba a ser así Deja que haga lo que quiera ¿y que podía hacer? No importaba cuánto la quisiera, cuánto quisiera ayudarla, si no sabía cómo y si ella no se lo permitía, si veía la furia nacer en sus ojos No quieres que te odie... Aparta Pero a veces es mejor el odio que no tener nada. ¿Dónde estaban aquellos dos espíritus a los que les había entregado en su infancia lo que era y lo que sería? No los sentía aún.
Cerró los ojos saliendo de allí, deseando huir sabiendo que no podía hacerlo. Se detuvo, recargándose en una de las paredes, donde aún pudiese verle ¿Quieres hablarle, estrecharle entre tus brazos? No seas ingenuo ¿Por qué diablos no se callaban? Es porque tu mente esta sucumbiendo, hechicero, que no puedes callar nuestras palabras Respiró hondamente quedándose allí, como si no existiese, tratando de recordar lo que le había sido enseñado, no debía perderse.
Hasta que sintió a uno de aquellos dos entes acercándose y como arte de magia el resto de las voces se disipó al instante. Escuchó lo que le dijo en calma, habían hecho lo que les había pedido. Habían ido por aquel gitano. Había visto a través de sus memorias mientras la inconsciencia la embargaba, había visto a través de sus recuerdos y entre aquel caos había logrado distinguir aquello. ¿Por qué quería verlo? Solo por que tal vez, él con la mente sin aquellos pensamientos como los suyos pudiese encontrar una forma, un camino que él no hubiese visto.
Se movió solo por hacerlo, por no quedarse quieto, pero regresó sobre sus paso buscándole con la mirada -Solo deseo que estés bien... solo eso...- Sus palabras fueron dichas con el mismo tono, con aquella voz que usaba para hacer un hechizo, este no lo era, eran las palabras que hacían evidente su deseo. Y algunas palabras en latín le siguieron para activar lo que había hecho en aquella habitación, dsplegando su energía en ella solo por el simple hecho de querer protegerla, pero de nada serviría si ella no quería estar allí. Esto era lo mucho o lo poco que podía hacer en aquel estado.
La negación de lo que había visto en sus ojos era lo que mantenía su cordura. Vio al segundo de aquellos dos entes que le acompañaban siempre, los que le informaban de todo. sonrió con melancolía -He visto el odio en su mirada- y ellos por una vez no dijeron nada. El silencio se le hizo pesado y agobiante -Si la pierdo a ella... no tendré nada...-Esa sentencia fue para sí mismo, no esperaba que nadie, ni ellos le contestaran. La sentía fuera de su alcance pero no quería renunciar. Estaba detenido, como un reloj cuyo funcionamiento ha parado por un error en los engranajes que le hacen funcionar con normalidad. Tal vez tengas que sacrificar más de lo que esperas, Alexis... ¿tanto la quieres? Vio a los dos espíritus, ignorando las voces del resto. Y en su mente apareció aquella frae, una que había escuchado hace tanto tiempo, parte de su formación "La voluntad es lo que puede darte el triunfo cuando tus pensamientos te dicen que estás derrotado. La voluntad es lo que te hace invulnerable. La voluntad es lo que manda a un brujo a través de una pared; a través del espacio; a la luna, si él lo quiere"
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Re: Disaster {Yude}
La confundía estar así de esa manera, sabía que lo tenía a él y de alguna manera lo culpaba de su sufrimiento, era por eso que le dolía todo, se quedo quieta, viendo la luz a través de aquella ventana, no dijo nada, su mente estaba completamente en blanco, nada había sido mentira, tampoco era un sueño todo aquello que estaba viviendo y sin embargo su sufrimiento se reflejaba en su silencio, pero así era ella, jamás había llorado tanto o sentido el apoyo de alguien para contarle lo que pasaba en su mente, lo que sentía su piel, sabía que todas esas emociones existían y que no las podía dejar disparatadas.
Sus manos se juntaron en su pecho sintiendo un gran hueco, como si todo se desmoronará, no quería llorar, sus ojos se fijaron en aquel panorama, no quería verle, esa distancia entre ellos era normal y también dolía, él y ella siempre se alejaban aunque en realidad querían ser cercanos, pero ni uno ni otro en sus intentos obtenía resultados, entre ese silencio y sentir aquello, era difícil de describir, en su mente había demasiadas ideas y deseos y aunque le negará ese sentimiento y lo observará de esa forma, ella lo quería tanto que no comprendía pero esos momentos de tragedia cada quien se encerraba en su burbuja, en sus propias ideas.
Observo con lentitud sus movimientos, sin quererlo ella había dado un mal concepto de sus sentimientos, incluso las palabras y la mirada que le había dirigido era demasiado sincera, con ese odio, por más que quisiera separarse de él eso no sería posible, solo a menos que él la abandonará entonces se detendría, mientras no, pero no encontraba la forma de ser dulce o sensible conforme a ello, se llevo una mano al cuello sintiendo el dolor de aquella heridas cuando su sangre había sido tomada, tan solo quería escucharlo, que él detuviera ese dolor, sin embargo el silencio que el proyectaba era como un espejo que repetía las escenas … ‘Háblame’… tan simple como eso, a esas alturas ni sabía si aun lo tenía o lo suyo ya estaba perdido, lo sentía muy lejos de su persona, inclusive aunque le dijera que la amaba no se sentía como tal.
Sus pies descalzos al tocar el suelo giraron al ver las puertas, ¿Qué era eso?, ¿La libertad?, así de fácil, se quedo viendo como actuaba y eso era aun peor, trato de no verle, de no pensar y claro no lo había visto apenas vislumbro sus pasos fuera de la habitación, no podía con ello y por más que tuviera los impulsos a flor de piel para querer abrazar y decirle todo aquello, se callaría porque el solo verlo así de silencioso era una barrera tan fuerte y sin embargo sus lagrimas no salieron de nuevo se las había tragado.
Sus ultimas palabras llegaron a ella al cruzar aquellas puertas, bajo la mirada sin verle siquiera, y sus labios se abrieron a una frase, solo la dijo así, no a él, no a ella, solo a la nada, sabía que él no la entendería puesto que estaba en su idioma natal - Я люблю тебя – sus pies dieron pasos lentos a aquel lugar, y de nuevo se fue a sentar en aquel suelo, abrazándose de sus piernas. Sintiendo el sol en su piel, empezó a cantar como si el francés se le hubiera olvidado, dejando aquel idioma natal en sus labios, camino por aquellos jardines con la mirada baja, sin pensamientos en la cabeza, solo quería un momento, donde su mente dejará de pensar en todo aquello.
Se dejo caer recostándose y viendo aquel firmamento, sintiendo que el cansancio vencía a sus parpados, solo los cerro sintiendo el calor inundar su pequeño cuerpo, quedándose ahí, quería verle o sentirlo a él… y una vez más pronuncio con un fugaz y débil susurro –Alexis – Aquel nombre, como si pidiese su presencia… sus labios aun se movían sin producir sonido, con una pequeña sonrisa aferrándose a aquellos pensamientos de total calma.
Sus manos se juntaron en su pecho sintiendo un gran hueco, como si todo se desmoronará, no quería llorar, sus ojos se fijaron en aquel panorama, no quería verle, esa distancia entre ellos era normal y también dolía, él y ella siempre se alejaban aunque en realidad querían ser cercanos, pero ni uno ni otro en sus intentos obtenía resultados, entre ese silencio y sentir aquello, era difícil de describir, en su mente había demasiadas ideas y deseos y aunque le negará ese sentimiento y lo observará de esa forma, ella lo quería tanto que no comprendía pero esos momentos de tragedia cada quien se encerraba en su burbuja, en sus propias ideas.
Observo con lentitud sus movimientos, sin quererlo ella había dado un mal concepto de sus sentimientos, incluso las palabras y la mirada que le había dirigido era demasiado sincera, con ese odio, por más que quisiera separarse de él eso no sería posible, solo a menos que él la abandonará entonces se detendría, mientras no, pero no encontraba la forma de ser dulce o sensible conforme a ello, se llevo una mano al cuello sintiendo el dolor de aquella heridas cuando su sangre había sido tomada, tan solo quería escucharlo, que él detuviera ese dolor, sin embargo el silencio que el proyectaba era como un espejo que repetía las escenas … ‘Háblame’… tan simple como eso, a esas alturas ni sabía si aun lo tenía o lo suyo ya estaba perdido, lo sentía muy lejos de su persona, inclusive aunque le dijera que la amaba no se sentía como tal.
Sus pies descalzos al tocar el suelo giraron al ver las puertas, ¿Qué era eso?, ¿La libertad?, así de fácil, se quedo viendo como actuaba y eso era aun peor, trato de no verle, de no pensar y claro no lo había visto apenas vislumbro sus pasos fuera de la habitación, no podía con ello y por más que tuviera los impulsos a flor de piel para querer abrazar y decirle todo aquello, se callaría porque el solo verlo así de silencioso era una barrera tan fuerte y sin embargo sus lagrimas no salieron de nuevo se las había tragado.
Sus ultimas palabras llegaron a ella al cruzar aquellas puertas, bajo la mirada sin verle siquiera, y sus labios se abrieron a una frase, solo la dijo así, no a él, no a ella, solo a la nada, sabía que él no la entendería puesto que estaba en su idioma natal - Я люблю тебя – sus pies dieron pasos lentos a aquel lugar, y de nuevo se fue a sentar en aquel suelo, abrazándose de sus piernas. Sintiendo el sol en su piel, empezó a cantar como si el francés se le hubiera olvidado, dejando aquel idioma natal en sus labios, camino por aquellos jardines con la mirada baja, sin pensamientos en la cabeza, solo quería un momento, donde su mente dejará de pensar en todo aquello.
Se dejo caer recostándose y viendo aquel firmamento, sintiendo que el cansancio vencía a sus parpados, solo los cerro sintiendo el calor inundar su pequeño cuerpo, quedándose ahí, quería verle o sentirlo a él… y una vez más pronuncio con un fugaz y débil susurro –Alexis – Aquel nombre, como si pidiese su presencia… sus labios aun se movían sin producir sonido, con una pequeña sonrisa aferrándose a aquellos pensamientos de total calma.
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