AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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What do You Got? [Yude]
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What do You Got? [Yude]
Ese día había sido un tanto pesado, seguía haciéndose cargo de la propiedad de su maestro, incluso si no sabía en qué momento tendría oportunidad de verle de nuevo. Lo cierto es que era su obligación hacerse cargo de todo más ahora que no estaba. Sonrió con la pequeña caja en sus brazos mientras abría las puertas de aquella casa, en la que muchos años atrás había vivido con sus padres y ahora volvía a ser su hogar. Su expresión era algo rara vez visto en sus facciones, no imposible, pues muchas veces su rostro tomaba esos gestos infantiles al sonreír o cuando se sentía emocionado en ocasiones.
Entró y el par de fantasmas que siempre le acompañaban se dispersaron al entrar. No eran sus hechizos, pues ellos estaan atados a él y podían pasar a través de ellos. Buscó con la mirada a la chica que debería estar ahí o en alguna de las habitaciones -Yude... He llegado- Dijo por si el ruido de la puerta y de sus pasos no habían sido escuchados donde quiera que estuviese. Se quitó los zapatos en el pasillo recogiéndolos y se dirigió al patio antes que a la habitación. Dejó la caja en el suelo sentándose en el piso que estaba algo frío. Cruzó las piernas -¿Estás en casa?- Preguntó al no escuchar nada.
Abrió las solapas de cartón y el sonido que hasta ahora había sido suave se hizo un tanto más fuerte. El piar de unos pollitos inquietos como esos le hizo sonreír. Los dejó ahí un momento. No sabía si soltarlos, viendo el patio, que no era tan grande, pensó que de momento podrían estar ahí. Tal vez al día siguiente llevara lo necesario para construirles un pequeño corral allí. Tomó a uno d los pequeños animalitos entre sus manos y vio el lugar. Se veía tan diferente a sus recuerdos, pero no estaba tan seguro, en realidad recordaba el día en que sus padres habían muerto, tal vez por eso le parecía muy diferente.
Los politos se los habían dado en la finca, diciendo que podía llevarlos y que su maestro probablemente no diría nada aún si regresaba. Tal vez él lo viese antes y le diría sobre aquello. Se había quedado observando a los pollos en cuanto los vio, tal como un niño pequeño y probablemente por eso le habían ofrecido aquello. Después de un rato y un poco de insistencia, decidió llevarlos a casa. Nunca había tenido animales, pero tampoco un lugar fijo para quedarse desde hacía años. Pensó no necesitarlo, pero no era tan malo de esa manera, más bieen, podía decir lo contrario. Era bueno, pero el problema radicaba en que tal vez quien le perseguía llegaría a encontrar esa ubicación. Esperaba que no sucediese tal cosa, pero había que pensar en ello. A pesar de todos los hechizos, maldiciones o lo que pudiese poner ahí, existía la posibilidad. Claro que haría todo lo que estuviese en su mano para evitarlo. Porque para esto, tenía que proteger a la mujer que había llevado consigo ahí.
Caminó hasta quedar en medio del patio, muy cerca de aquel árbol, que indudablemente estaba mucho más alto de lo que recordaba. Menos mal el lugar aún estaba ahí, pensó que ya habría alguien habitándolo o bien que habría una casa diferente, cuando vio que no era así se había esforzado todo lo que podía por reunir lo necesario para que eso volviera a ser algo que tuviese un lazo con él. Se alegraba de haberlo hecho. Cuando por fin había ido a dar la noticia a la que ahora resultaba ser su esposa el cuadro no había pintado bien al encontrarla al borde de la muerte. Pero ahora estaba bien. Suponía que todo iba medianamente tranquilo y eso le agradaba de momento.
Dejó que los pollitos saliesen de la caja y les observó moverse por ahí mientras él se quedaba quieto y de pie en ese sitio. La suave briza producía aquel sonido calmante al mover las hojas en la copa del árbol. Se sentía como ajeno a todo eso, pero era agradable de alguna extraña manera, porque nunca pensó verse así en algún momento anterior en su vida.
Entró y el par de fantasmas que siempre le acompañaban se dispersaron al entrar. No eran sus hechizos, pues ellos estaan atados a él y podían pasar a través de ellos. Buscó con la mirada a la chica que debería estar ahí o en alguna de las habitaciones -Yude... He llegado- Dijo por si el ruido de la puerta y de sus pasos no habían sido escuchados donde quiera que estuviese. Se quitó los zapatos en el pasillo recogiéndolos y se dirigió al patio antes que a la habitación. Dejó la caja en el suelo sentándose en el piso que estaba algo frío. Cruzó las piernas -¿Estás en casa?- Preguntó al no escuchar nada.
Abrió las solapas de cartón y el sonido que hasta ahora había sido suave se hizo un tanto más fuerte. El piar de unos pollitos inquietos como esos le hizo sonreír. Los dejó ahí un momento. No sabía si soltarlos, viendo el patio, que no era tan grande, pensó que de momento podrían estar ahí. Tal vez al día siguiente llevara lo necesario para construirles un pequeño corral allí. Tomó a uno d los pequeños animalitos entre sus manos y vio el lugar. Se veía tan diferente a sus recuerdos, pero no estaba tan seguro, en realidad recordaba el día en que sus padres habían muerto, tal vez por eso le parecía muy diferente.
Los politos se los habían dado en la finca, diciendo que podía llevarlos y que su maestro probablemente no diría nada aún si regresaba. Tal vez él lo viese antes y le diría sobre aquello. Se había quedado observando a los pollos en cuanto los vio, tal como un niño pequeño y probablemente por eso le habían ofrecido aquello. Después de un rato y un poco de insistencia, decidió llevarlos a casa. Nunca había tenido animales, pero tampoco un lugar fijo para quedarse desde hacía años. Pensó no necesitarlo, pero no era tan malo de esa manera, más bieen, podía decir lo contrario. Era bueno, pero el problema radicaba en que tal vez quien le perseguía llegaría a encontrar esa ubicación. Esperaba que no sucediese tal cosa, pero había que pensar en ello. A pesar de todos los hechizos, maldiciones o lo que pudiese poner ahí, existía la posibilidad. Claro que haría todo lo que estuviese en su mano para evitarlo. Porque para esto, tenía que proteger a la mujer que había llevado consigo ahí.
Caminó hasta quedar en medio del patio, muy cerca de aquel árbol, que indudablemente estaba mucho más alto de lo que recordaba. Menos mal el lugar aún estaba ahí, pensó que ya habría alguien habitándolo o bien que habría una casa diferente, cuando vio que no era así se había esforzado todo lo que podía por reunir lo necesario para que eso volviera a ser algo que tuviese un lazo con él. Se alegraba de haberlo hecho. Cuando por fin había ido a dar la noticia a la que ahora resultaba ser su esposa el cuadro no había pintado bien al encontrarla al borde de la muerte. Pero ahora estaba bien. Suponía que todo iba medianamente tranquilo y eso le agradaba de momento.
Dejó que los pollitos saliesen de la caja y les observó moverse por ahí mientras él se quedaba quieto y de pie en ese sitio. La suave briza producía aquel sonido calmante al mover las hojas en la copa del árbol. Se sentía como ajeno a todo eso, pero era agradable de alguna extraña manera, porque nunca pensó verse así en algún momento anterior en su vida.
Alexis VanVollehoven- Hechicero Clase Baja
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Re: What do You Got? [Yude]
¿Cuánto tiempo había pasado desde entonces?, ahora estaba un poco más calmada, todo parecía ir mejor junto a ‘él’, como siempre se había quedado en casa, eran pocas la veces en las que se sentía sola cuando no había nadie, pero trataba de mantenerse firme en todo el cuadro, siempre había algo que hacer, aunque solo eran dos y ella la que se encargaba de todo, la manera en la que se iban tratando se hacía más amena conforme pasaba el tiempo, estaba esperando por él, mientras hacía unas cosas en la cocina, a veces se absortaba demasiado para prestar atención en lo que estaba ocurriendo, sonrío pensando en la tranquilidad que tenían en ese momento.
De pronto aquello se vio esfumado por un ruido, ¿era su imaginación?, aun no terminaba nada de sus tareas domesticas o inclusive la comida aun estaba bajo el fuego, ¿sería él?, juraba que había escuchado su nombre, pero casi no hizo caso, hasta una segunda llamada, claro que era él, observó la sombra al asomarse por el umbral de la cocina, incluso ahora que la llamaba decidió esperar un poco, tan solo en lo que terminaba de acomodar unas cosas, se preguntaba porque había llegado tan temprano, se asomo por la ventana que daba la vista al patio y a ese inmenso árbol, en parte le gustaba como daba tranquilidad cuando había viento y las hojas se mecían de un lado a otro, por otro lado a veces en las noches más oscuras llenas de ventiscas no podía evitar una historia de terror con los ecos que provenían del fondo de aquellas ramas.
Acomodo los utensilios y tapo bien las ollas, mientras se dirigía a la habitación para cambiarse un poco la ropa y arreglarse el cabello, no lo iba a recibir tal cual estaba, aunque termino por desatar la trenza que formaban ahora sus desparramados cabellos rubios, sus pasos fueron tranquilos y lentos sobre el piso, la madera rechinaba un poco, como siempre andaba sin calzado alguno, le gustaba cuando la madera se enfriaba más en esa época donde el calor se apoderaba un poco de la ciudad, lo observó desde ahí antes de acercarse, observándolo desde lejos, a veces se preguntaba que pensamientos estaba albergando, sus facciones casi le parecían las mismas, aun no le conocía del todo por lo cual le era difícil saber cuando estaba tranquilo o molesto, o algún sentir más, lo vio pasearse de un lado a otro.
Le gustaba como el poco viento que había movía sus castaños cabellos medianamente largos, parecía que observaba un trigal o algo parecido, se concentró tanto en su rostro, de manera que pudiese grabar aquella imagen de él, pero su vista se desvió a aquellas manos que poseían algo tan pequeño que apenas se podía vislumbrar, achico la mirada enfocándola de momento a ello, ¿un animal?, le parecía algo como un patito, quizás un pollo por los colores y el como se había hecho bolita en sus grandes manos, se acercó viéndole desde ahí sentándose mientras observaba a todos los pollitos caminado de aquí por allá buscando alimento en la hierba, sonrío porque intento contarlos, pero la manera inquieta en la que se movía se lo impedían, se acercó hasta donde estaba él, pero sin dejar de ver a los pequeños animales, tenía miedo de que alguno se pusiera en su camino porque no deseaba aplastarlo.
-Perdón estaba acomodando unas cosas ahí dentro– Susurró viéndole fijamente se agacho y cogió a uno de los polluelos, para después acurrucarlo en su pecho -¿Cuántos son?– Murmuró poniendo el dedo contra el piquito del pollo, le había sacado una sonrisa con eso al ver como intentaba picarle la yema del dedo -¿Los has comprado?–ladeo el rostro viéndole esperando alguna respuesta mientras colocaba de nuevo al ave sobre la hierba viendo como los demás corrían de un lado a otro, parecía que en algún punto chocarían unos contra otros, incluso el piar le parecía curioso de alguna forma, se sentó sobre la hierba viendo como se le acercaban uno que otro picaba la tela de la falda que traía puesta lo que le hizo olvidarse de casi todo para reír un poco conforme observaba al animalillo y a la par a él. –Alexis…- Pronuncio su nombre como si este fuese prohibido, pues temía preguntar algo que incomodará al otro-¿En que pensabas mientras observabas aquel árbol?– Le observó fijamente clavando esos ojos azules en los casi verdes de su compañero.
De pronto aquello se vio esfumado por un ruido, ¿era su imaginación?, aun no terminaba nada de sus tareas domesticas o inclusive la comida aun estaba bajo el fuego, ¿sería él?, juraba que había escuchado su nombre, pero casi no hizo caso, hasta una segunda llamada, claro que era él, observó la sombra al asomarse por el umbral de la cocina, incluso ahora que la llamaba decidió esperar un poco, tan solo en lo que terminaba de acomodar unas cosas, se preguntaba porque había llegado tan temprano, se asomo por la ventana que daba la vista al patio y a ese inmenso árbol, en parte le gustaba como daba tranquilidad cuando había viento y las hojas se mecían de un lado a otro, por otro lado a veces en las noches más oscuras llenas de ventiscas no podía evitar una historia de terror con los ecos que provenían del fondo de aquellas ramas.
Acomodo los utensilios y tapo bien las ollas, mientras se dirigía a la habitación para cambiarse un poco la ropa y arreglarse el cabello, no lo iba a recibir tal cual estaba, aunque termino por desatar la trenza que formaban ahora sus desparramados cabellos rubios, sus pasos fueron tranquilos y lentos sobre el piso, la madera rechinaba un poco, como siempre andaba sin calzado alguno, le gustaba cuando la madera se enfriaba más en esa época donde el calor se apoderaba un poco de la ciudad, lo observó desde ahí antes de acercarse, observándolo desde lejos, a veces se preguntaba que pensamientos estaba albergando, sus facciones casi le parecían las mismas, aun no le conocía del todo por lo cual le era difícil saber cuando estaba tranquilo o molesto, o algún sentir más, lo vio pasearse de un lado a otro.
Le gustaba como el poco viento que había movía sus castaños cabellos medianamente largos, parecía que observaba un trigal o algo parecido, se concentró tanto en su rostro, de manera que pudiese grabar aquella imagen de él, pero su vista se desvió a aquellas manos que poseían algo tan pequeño que apenas se podía vislumbrar, achico la mirada enfocándola de momento a ello, ¿un animal?, le parecía algo como un patito, quizás un pollo por los colores y el como se había hecho bolita en sus grandes manos, se acercó viéndole desde ahí sentándose mientras observaba a todos los pollitos caminado de aquí por allá buscando alimento en la hierba, sonrío porque intento contarlos, pero la manera inquieta en la que se movía se lo impedían, se acercó hasta donde estaba él, pero sin dejar de ver a los pequeños animales, tenía miedo de que alguno se pusiera en su camino porque no deseaba aplastarlo.
-Perdón estaba acomodando unas cosas ahí dentro– Susurró viéndole fijamente se agacho y cogió a uno de los polluelos, para después acurrucarlo en su pecho -¿Cuántos son?– Murmuró poniendo el dedo contra el piquito del pollo, le había sacado una sonrisa con eso al ver como intentaba picarle la yema del dedo -¿Los has comprado?–ladeo el rostro viéndole esperando alguna respuesta mientras colocaba de nuevo al ave sobre la hierba viendo como los demás corrían de un lado a otro, parecía que en algún punto chocarían unos contra otros, incluso el piar le parecía curioso de alguna forma, se sentó sobre la hierba viendo como se le acercaban uno que otro picaba la tela de la falda que traía puesta lo que le hizo olvidarse de casi todo para reír un poco conforme observaba al animalillo y a la par a él. –Alexis…- Pronuncio su nombre como si este fuese prohibido, pues temía preguntar algo que incomodará al otro-¿En que pensabas mientras observabas aquel árbol?– Le observó fijamente clavando esos ojos azules en los casi verdes de su compañero.
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Re: What do You Got? [Yude]
Giró apenas el rostro cuando escuchó la voz de Yude a sus espaldas -Son diez -contestó a la pregunta mientras soltaba al que tenía entre las manos -No, me los han dado en la finca hoy - Metió las manos en los bolsillos irguiéndose mientras le veía. Qué curioso era, pero como verle reír o sonreí así casi no sucedía, se quedó observándole con atención.
Aunque no se esperaba que le peguntara aquello. Sonrió viendo hacia el árbol al voltear el rostro hacia él -Nada particular... pero ese árbol estaba ahí cuando era niño, estaba pensando que regresar aquí había sido algo bueno... - encogió los hombros. Nunca pensó sentirse a gusto en el mismo lugar que vio morir a sus padres, pero por un lado Arthur decía que aquello era lo mejor. Al menos sabía que aquello no le quitaría el sueño. Aunque sinceramente pensaba que la presencia de alguien más ahí era lo que le había hecho como pasar un poco de los recuerdos.
Vio la casa desde donde estaban, no era tan grande, pero por la forma que tenía a él siempre se lo había parecido, aunque si lo pensaba tampoco era tan pequeño el lugar. Contando ese patio, en realidad era un buen espacio. -Es la misma casa... - Dijo recorriéndola con la mirada. Claro, después del tiempo que había pasado, había tenido que pintarla y componer algunas cosas, pero era básicamente la misma. Por eso había estado un poco ausente. Después del trabajo iba ahí y componía por poco lo que hacía falta. Pero si hubiese estado con ella, no habría podido evitar lo que había pasado. No pensaba en eso, pero cuando observaba eso sin querer las ideas se le enlazaron. Sonrió quitándoselo de la mente.
El piar de los animalitos y el aire fue lo que escuchó ahora que estaba en silencio mientras observaba a los pollitos picar por todos lados. Les había dado de comer antes de ir a casa -Crecerán rápido, pero son bonitos ¿no?- Sinceramente había pensado que a ella tal vez podrían gustarle, porque a él lo hacían, pero casi no estaba en casa durante las mañanas, regresaba en las tardes o casi cayendo la noche a veces, dependía de lo que hubiese de trabajo -Pensé que un poco de ruido no le vendría mal a este lugar. Csi siempre era silencioso. Eso en ocasiones, cuando estaba solo, aunque eso no ocurría mucho últimamente, le provocaba una sensación extraña y le hacía caer en quedarse solo pensando y recordando algunas cosas. No era malo, no hasta que llegaba a algún punto concreto. Aunque bien, el casi nunca estaba sol, fuese vivo o un espíritu, casi siempre había alguien con él.
-Te gusta estar aqui? - Preguntó ahora. Si se fijaba, jamás le había preguntado. Habia sido algo que el había querido y simplemente lo había hecho. Si le contestaba que no... realmente no había nada que hacer, el no quería irse de momento. Y ella estaba protegida ahí. Antes, los hechizos eran su punto débil, sabía muy pocos, gracias a su maestro ahora podía usarlos con mucha facilidad para ciertas cosas. Sonrió. ahora que lo pensaba, había llegado a Yude, pero usando la dominación en medio de un escape.
Aunque no se esperaba que le peguntara aquello. Sonrió viendo hacia el árbol al voltear el rostro hacia él -Nada particular... pero ese árbol estaba ahí cuando era niño, estaba pensando que regresar aquí había sido algo bueno... - encogió los hombros. Nunca pensó sentirse a gusto en el mismo lugar que vio morir a sus padres, pero por un lado Arthur decía que aquello era lo mejor. Al menos sabía que aquello no le quitaría el sueño. Aunque sinceramente pensaba que la presencia de alguien más ahí era lo que le había hecho como pasar un poco de los recuerdos.
Vio la casa desde donde estaban, no era tan grande, pero por la forma que tenía a él siempre se lo había parecido, aunque si lo pensaba tampoco era tan pequeño el lugar. Contando ese patio, en realidad era un buen espacio. -Es la misma casa... - Dijo recorriéndola con la mirada. Claro, después del tiempo que había pasado, había tenido que pintarla y componer algunas cosas, pero era básicamente la misma. Por eso había estado un poco ausente. Después del trabajo iba ahí y componía por poco lo que hacía falta. Pero si hubiese estado con ella, no habría podido evitar lo que había pasado. No pensaba en eso, pero cuando observaba eso sin querer las ideas se le enlazaron. Sonrió quitándoselo de la mente.
El piar de los animalitos y el aire fue lo que escuchó ahora que estaba en silencio mientras observaba a los pollitos picar por todos lados. Les había dado de comer antes de ir a casa -Crecerán rápido, pero son bonitos ¿no?- Sinceramente había pensado que a ella tal vez podrían gustarle, porque a él lo hacían, pero casi no estaba en casa durante las mañanas, regresaba en las tardes o casi cayendo la noche a veces, dependía de lo que hubiese de trabajo -Pensé que un poco de ruido no le vendría mal a este lugar. Csi siempre era silencioso. Eso en ocasiones, cuando estaba solo, aunque eso no ocurría mucho últimamente, le provocaba una sensación extraña y le hacía caer en quedarse solo pensando y recordando algunas cosas. No era malo, no hasta que llegaba a algún punto concreto. Aunque bien, el casi nunca estaba sol, fuese vivo o un espíritu, casi siempre había alguien con él.
-Te gusta estar aqui? - Preguntó ahora. Si se fijaba, jamás le había preguntado. Habia sido algo que el había querido y simplemente lo había hecho. Si le contestaba que no... realmente no había nada que hacer, el no quería irse de momento. Y ella estaba protegida ahí. Antes, los hechizos eran su punto débil, sabía muy pocos, gracias a su maestro ahora podía usarlos con mucha facilidad para ciertas cosas. Sonrió. ahora que lo pensaba, había llegado a Yude, pero usando la dominación en medio de un escape.
Última edición por Alexis VanVollehoven el Dom Nov 18, 2012 7:33 pm, editado 1 vez
Alexis VanVollehoven- Hechicero Clase Baja
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Re: What do You Got? [Yude]
Se había quedado en silencio, viéndole fijamente sin reparar si el otro se daba cuenta, porque parecía que el muchacho ahora estaba distraído, más al ver aquel árbol, la gitana siempre pensaba en Alexis como un niño, un pequeño desamparado, triste y solo, que solo esperaba la llegada de las personas que amaba, solo esperaba el abrazo de una madre protectora o que su padre lo cargara en la espalda como solía ver en las plazas, eso era lo que el brujo le hacía recordar, por una parte sintió tristeza por la manera en la que perdió a sus padres pero por otra sentía que no era muy su asunto, que él sabía lidiar con ello y era por eso que estaba ahora ahí, que sabía sobrellevar algunas cosas, aunque el otro fuera impulsivo y poco hablador. Se acercó sacudiendo las telas de la falda que llevaba, hizo una mueca borrando todo rastro de aquella sonrisa.
Observó a los pollitos porque bajo la mirada, aun le apenaba preguntar o incluso seguir la conversación porque aquello era un poco extraño, tenía la sensación de tener cuidado con sus palabras, de no hacerlo enfadar. -¿Los extrañas mucho? –Murmuró viéndole fijamente, sabía leer algunas expresiones, porque en esos momentos él se mostraba como un chiquillo. Sentía que en ese momento ella no era más que una extraña, no observó el árbol ni nada, siempre creyó que emanaba un tipo de aura extraña, algo que estaba fuera de su alcance, incluso cuando echaba las cartas, sentía que había algo que no descifraba al leerlas.
Asintió besando sus propias manos al contacto con sus labios –Me gustan mucho, son como pequeñas bolas de algodón pero de otro color y no importa que crezcan habrán más–Murmuró pensando que eso era algo infantil, pero estaba contenta de tener un poco de compañía, ya que no hacía demasiado más que bordar en su tiempo libre el cual a veces era demasiado a menos que tuviera que hacer más cosas o ir a algunos lados para conseguir algo para la comida o simplemente siempre iba a sentarse en las bancas del parque viendo a los pajarillos volar. Suspiró antes de dedicarle una mirada, casi apenada por hacerlo pues pocas veces lo observa con fijeza.
-La misma casa… Es hermosa, quizás le faltan unas cosas, pero jamás me he sentido más cómoda que aquí, quizás es el calor de tu presencia –Le apeno decir eso, aunque su voz era tranquila, seca y fría, sin denotar algún sentimiento. –Es parte de ti, de lo que eres y se ve que te encanta el lugar de algún modo,… pero hay una cosa que no me gusta –Confesó intentando decirle todo, si había algo que ella tenía, era el ser muy directa, se lo pidieran o no, simplemente lo hacía y consideraba que era una de sus mayores cualidades –Tus ojos se tintan grises, tu rostro parece infeliz en estos momento, eso es lo único que no me gusta, Alexis, porque siento que jamás disipare eso de tu mente. A la vez me das ternura, tu rostro de niño demuestra esas carencias, pero también me da un poco de impotencia y celos sintiendo que no soy parte de ello y que no podré jamás serlo, ni ayudarte en nada.–Suspiró bajando la mirada, sintiendo como los pollitos la rodeaban y picoteaban la tela de la larga falda.
Observó a los pollitos porque bajo la mirada, aun le apenaba preguntar o incluso seguir la conversación porque aquello era un poco extraño, tenía la sensación de tener cuidado con sus palabras, de no hacerlo enfadar. -¿Los extrañas mucho? –Murmuró viéndole fijamente, sabía leer algunas expresiones, porque en esos momentos él se mostraba como un chiquillo. Sentía que en ese momento ella no era más que una extraña, no observó el árbol ni nada, siempre creyó que emanaba un tipo de aura extraña, algo que estaba fuera de su alcance, incluso cuando echaba las cartas, sentía que había algo que no descifraba al leerlas.
Asintió besando sus propias manos al contacto con sus labios –Me gustan mucho, son como pequeñas bolas de algodón pero de otro color y no importa que crezcan habrán más–Murmuró pensando que eso era algo infantil, pero estaba contenta de tener un poco de compañía, ya que no hacía demasiado más que bordar en su tiempo libre el cual a veces era demasiado a menos que tuviera que hacer más cosas o ir a algunos lados para conseguir algo para la comida o simplemente siempre iba a sentarse en las bancas del parque viendo a los pajarillos volar. Suspiró antes de dedicarle una mirada, casi apenada por hacerlo pues pocas veces lo observa con fijeza.
-La misma casa… Es hermosa, quizás le faltan unas cosas, pero jamás me he sentido más cómoda que aquí, quizás es el calor de tu presencia –Le apeno decir eso, aunque su voz era tranquila, seca y fría, sin denotar algún sentimiento. –Es parte de ti, de lo que eres y se ve que te encanta el lugar de algún modo,… pero hay una cosa que no me gusta –Confesó intentando decirle todo, si había algo que ella tenía, era el ser muy directa, se lo pidieran o no, simplemente lo hacía y consideraba que era una de sus mayores cualidades –Tus ojos se tintan grises, tu rostro parece infeliz en estos momento, eso es lo único que no me gusta, Alexis, porque siento que jamás disipare eso de tu mente. A la vez me das ternura, tu rostro de niño demuestra esas carencias, pero también me da un poco de impotencia y celos sintiendo que no soy parte de ello y que no podré jamás serlo, ni ayudarte en nada.–Suspiró bajando la mirada, sintiendo como los pollitos la rodeaban y picoteaban la tela de la larga falda.
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Re: What do You Got? [Yude]
Alexis se rió –No, no los extraño- Era cierto, había pasado demasiado tiempo como para hacerlo. Cuando acababa de suceder si qué lo hizo, pero había pasado tan de repente que le costó ser consciente de muchas cosas. Por suerte, no había estado solo, incluso si su compañía no era algo vivo, le habían enseñado lo suficiente como para pasar de eso.
Retrocedió hasta quedar en el corredor y sentarse en la orilla del piso de este que quedaba sobre el nivel del suelo del patio por una diferencia notoria –Bolitas de algodón, eh?- Sonrió. No esperaba esa comparación, pero si, podía decir que lo parecían y le hizo gracia verle de aquella forma con los animalitos. Fue entonces que prestó atención en ella mientras le escuchaba –Porque yo no sé de esas cosas.. nunca he tenido que hacerme realmente cargo de una casa–Lo que se necesitaba en una o lo que debería haber tenido desde un inicio –Pero ya veremos sobre eso, tiene poco que llegamos aquí –Dijo como dando por sentado eso, porque no veía de que otro modo hacerlo. Aunque él no sabía que faltaba ni nada similar, apenas y se daba una idea con lo que había visto en otros sitios.
Cuando dijo lo siguiente se quedó un poco sorprendido, le dejó terminar viéndole desde ahí –Es porque a veces es como un deja vú… estuve mucho tiempo alejado de este lugar, así que me sorprende aún la similitud con aquel entonces… pero Yude… - Le vio al rostro y alargó un brazo para que se acercara –No sé de dónde has sacado tales ideas – Se estiró un poco para jalarle hacia él y tenerla de frente –Ese es mi pasado, no te sientas así por algo como eso, y lo que me preocupa no esta en lo que ya sucedió ¿de acuerdo? – No, su presente era un caos como para pensar mucho en algo que no le servía de nada –Y deja de sentirte de esa forma – Pasó sus manos por los cabellos rubios. Ella aún le parecía algo como una muñequita. Era un poco difícil concebir el hecho de que estaba ahí con él a veces. Pero muchas de esas decisiones las había tomado pensando que no podía pasar de ella. No era muy expresivo ni decía mucho, porque lo creía innecesario y no estaba seguro de lo que ella podía llegar a pensar, como en ese momento, que realmente no esperaba tales palabras –¿Esta bien? – Preguntó viendo la expresión en su rostro viendo si había un atisbo en aquel aquel de piel pálida y fría.
Retrocedió hasta quedar en el corredor y sentarse en la orilla del piso de este que quedaba sobre el nivel del suelo del patio por una diferencia notoria –Bolitas de algodón, eh?- Sonrió. No esperaba esa comparación, pero si, podía decir que lo parecían y le hizo gracia verle de aquella forma con los animalitos. Fue entonces que prestó atención en ella mientras le escuchaba –Porque yo no sé de esas cosas.. nunca he tenido que hacerme realmente cargo de una casa–Lo que se necesitaba en una o lo que debería haber tenido desde un inicio –Pero ya veremos sobre eso, tiene poco que llegamos aquí –Dijo como dando por sentado eso, porque no veía de que otro modo hacerlo. Aunque él no sabía que faltaba ni nada similar, apenas y se daba una idea con lo que había visto en otros sitios.
Cuando dijo lo siguiente se quedó un poco sorprendido, le dejó terminar viéndole desde ahí –Es porque a veces es como un deja vú… estuve mucho tiempo alejado de este lugar, así que me sorprende aún la similitud con aquel entonces… pero Yude… - Le vio al rostro y alargó un brazo para que se acercara –No sé de dónde has sacado tales ideas – Se estiró un poco para jalarle hacia él y tenerla de frente –Ese es mi pasado, no te sientas así por algo como eso, y lo que me preocupa no esta en lo que ya sucedió ¿de acuerdo? – No, su presente era un caos como para pensar mucho en algo que no le servía de nada –Y deja de sentirte de esa forma – Pasó sus manos por los cabellos rubios. Ella aún le parecía algo como una muñequita. Era un poco difícil concebir el hecho de que estaba ahí con él a veces. Pero muchas de esas decisiones las había tomado pensando que no podía pasar de ella. No era muy expresivo ni decía mucho, porque lo creía innecesario y no estaba seguro de lo que ella podía llegar a pensar, como en ese momento, que realmente no esperaba tales palabras –¿Esta bien? – Preguntó viendo la expresión en su rostro viendo si había un atisbo en aquel aquel de piel pálida y fría.
Última edición por Alexis VanVollehoven el Miér Ene 16, 2013 8:44 pm, editado 1 vez
Alexis VanVollehoven- Hechicero Clase Baja
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Re: What do You Got? [Yude]
¿De alguna manera había metido la pata?, algo así, se decía la gitana al escucharlo, ahora estaba avergonzada de lanzar comentarios como esos sin conocer si quiera a la persona que estaba ahí con ella. Había bajado la mirada un tanto al verle, se había sonrojado, era evidente en su piel, sin embargó no dijo mucho al respecto, menos al tenerle tan cerca, simplemente se acercó y se sentó a su lado recargándose en su hombro deseando que él no observara dicho sonrojo –Lo siento mucho– Dijo con ese tono insípido que poseía, bajando un poco la mirada a sus manos las mismas que tenía sobre su regazo –Entiendo todo.– Susurró viendo a los pollitos, aquellas bolitas de algodón que daban un poco más de vida a ese lugar tan silencioso donde se encontraban, se quedó un poco absorta, mientras estaba de esa forma con él.
-Sería lindo tener muchos animales, hay espacio suficiente, además no alcanzarían a entrar a la casa, o tener un perro por si acaso– Murmuró viendo a los polluelos y la forma que tenían. Le miró de reojo intentando no pensar demasiado en lo que había dicho, eso quizás le serviría de lección, pero a veces se preguntaba si ambos eran iguales y si eso representaba problemas para la relación que tenían, ella hablaba poco, él también, la mayoría de las veces simplemente era el silencio el cual los acompañaba, a veces eso estaba bien, pero otras sentía el peso de la soledad y eso le asfixiaba un poco, más cuando había alguien tan cercano a su lado. Buscaba en aquellas facciones algo que pudiese servirle, algo que fuera de utilidad para seguir con aquella platica, pero solo se quedaba en lo mismo.
-Lamento haber dicho demasiadas tonterías, también dejaré de sentirme así– Se separó de él y esas palabras habían salido como si prometiera algo, estaba algo cansada de abrir la boca para cosas como esas, sin embargó lo que deseaba o más interesaba de momento era poder conocerle, aunque sea un poco, saber todo de él y así tener de que hablar siempre -¿Qué hiciste hoy en el trabajo?, llevó tiempo preguntándome a que vas a esa finca o porque no trabajas de otra cosa como antes, eso de robar y matar gente– Musitó, lo último no sabía si era cierto pero si él se dedicaba a robar y demás seguro que alguna persona debió matar o herir. Solo esperaba que él no se lo tomara a mal, solo eran pequeñas cosas que ella debía conocer, solo lo veía salir y entrar de la casa como si nada y hasta ahora la tenía bien dentro de todo lo que les faltaba.
-Sería lindo tener muchos animales, hay espacio suficiente, además no alcanzarían a entrar a la casa, o tener un perro por si acaso– Murmuró viendo a los polluelos y la forma que tenían. Le miró de reojo intentando no pensar demasiado en lo que había dicho, eso quizás le serviría de lección, pero a veces se preguntaba si ambos eran iguales y si eso representaba problemas para la relación que tenían, ella hablaba poco, él también, la mayoría de las veces simplemente era el silencio el cual los acompañaba, a veces eso estaba bien, pero otras sentía el peso de la soledad y eso le asfixiaba un poco, más cuando había alguien tan cercano a su lado. Buscaba en aquellas facciones algo que pudiese servirle, algo que fuera de utilidad para seguir con aquella platica, pero solo se quedaba en lo mismo.
-Lamento haber dicho demasiadas tonterías, también dejaré de sentirme así– Se separó de él y esas palabras habían salido como si prometiera algo, estaba algo cansada de abrir la boca para cosas como esas, sin embargó lo que deseaba o más interesaba de momento era poder conocerle, aunque sea un poco, saber todo de él y así tener de que hablar siempre -¿Qué hiciste hoy en el trabajo?, llevó tiempo preguntándome a que vas a esa finca o porque no trabajas de otra cosa como antes, eso de robar y matar gente– Musitó, lo último no sabía si era cierto pero si él se dedicaba a robar y demás seguro que alguna persona debió matar o herir. Solo esperaba que él no se lo tomara a mal, solo eran pequeñas cosas que ella debía conocer, solo lo veía salir y entrar de la casa como si nada y hasta ahora la tenía bien dentro de todo lo que les faltaba.
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Re: What do You Got? [Yude]
Tuvo que reírse, a veces la cosas resultan demasiado curiosas o diferentes a lo que uno pensaba -¿Sabes algo? - Miró el cielo, nunca lo hacía pero en ese instante lo hizo como para centrar sus pensamientos -Cuando estoy contigo es extraño, porque mi carácter se calma un poco - No había esos cambios de humor que eran tan comunes cuando hablaba con las personas, al menos de inicio -Pensé en algo, pero yo no fui capaz de protegerte- No se lamentaba, a estas alturas no era algo que le atormentara, un par de días lo fue porque ya no sabía si quería o no seguir con eso -Si lo sientes, deja de disculparte por ello... se siente extraño - No le dolía, así que estaba bien. Y era como desconcertante pedirle disculpas cuando él solía decir cosas muchas veces sin fijarse en ello y rara vez se disculpaba por cosas como esa.
Una sonrisa algo tenue se formó en sus labios -¿Quieres animales? Suena bien - Porque era un cambio y él necesitaba uno, aunque no de ese tipo -Nno me importaría tener un perro o un gato - Claro, el no había tenido nada de ello, era realmente tentador si le preguntaban. Trataría de conseguir eso tal vez, no sonaba mal.
Tuvo que reírse por sus últimas palabras -¿Qué hice hoy?- Su expresión se suavizó y tomó aire -Sigo yendo a ese lugar porque pertenece a una persona que me ha ayudado mucho y me ha enseñado demasiado, tanto que no podría realmente agradecerle por ello - Y porque no era posible pagarle eso y el hecho de que le había cambiado el panorama en aquella ocasión en que lo encontró.
-Hago lo que él hacía -Hizo un movimiento con la cabeza, estaba dudando, lo intentaba, pero dar órdenes por todos lados y tener en la mente todo lo que debía hacerse, que poco no era con un lugar como ese, le resultaba complicado -Bueno, no como él, realmente a mi me han estado ayudando todas esas personas que trabajan para él, hasta que él regrese - No sabía cuándo sucedería, que pudiese salir del lugar en donde le tenían. Hacía de todo al ir a la finca, por eso se ausentaba tanto tiempo, un lugar tan grande requería muchas cosas.
Le dirigió la mirada a la chica a su lado -Mm ¿Quieres saber eso? - Lo pensó antes de contestar y suspiró -Porque él dijo que debía ser una buena persona, robar no era algo que debiese hacer cuando podía con mis propias manos construir algo... - O algo similar le había dicho, no recordaba las palabras pero si sabía lo que significaban y dado que había empezado a admirarlo, había decidido que quería ser alguien en alguna forma como él, no igual, pues se le hacia que su maestro era demasiado serio -Nunca he matado a nadie... aunque probablemente antes no habría dudado en hacerlo si resultaba en algo conveniente para mi...
Alzó la mirada, esta vez no veía el cielo, veía a los dos espíritus que estaban frente a ellos -Pero siempre hubo alguien allí para decirme que yo no debía ni tenía por qué hacer eso- Arthur y sus sermones habían hecho algún efecto en él. Escuchándole decir que no podía tomar una vida a la ligera y otras miles de cosas que le habían entrado por un oído y salido por el otro de igual forma. Pero de tanto y tanto si que le había hecho pensar muchas veces antes de causar un daño irreversible a una persona. Si había hecho sus cosas, malas, no iba a negarlo, pero no como esa -¿Qué clase de persona crees que soy?- Dijo con fingida indignación -Debo admitir que a veces aún creo que podría seguir haciéndolo. Robar y esas cosas... -Pero, siempre había un pero, y su conciencia reaccionaba o algo. Como fuese tampoco es que hubiese tenido realmente una oportunidad de hacerlo últimamente, tenía la mente ocupada, por eso en su mayoría no pensaba en hurtar o engañar gente, no tenía la concentración puesta en eso. Había tenido como mantenerse este tiempo, lo cual era bueno, aunque creía que en un momento podría recurrir a los viejos hábitos y las malas costubres de antaño -Yude... yo tampoco se nada de ti... - Dijo tras un momento de silencio en el que observó el jardín que solo tenía aquel árbol de momento.
Una sonrisa algo tenue se formó en sus labios -¿Quieres animales? Suena bien - Porque era un cambio y él necesitaba uno, aunque no de ese tipo -Nno me importaría tener un perro o un gato - Claro, el no había tenido nada de ello, era realmente tentador si le preguntaban. Trataría de conseguir eso tal vez, no sonaba mal.
Tuvo que reírse por sus últimas palabras -¿Qué hice hoy?- Su expresión se suavizó y tomó aire -Sigo yendo a ese lugar porque pertenece a una persona que me ha ayudado mucho y me ha enseñado demasiado, tanto que no podría realmente agradecerle por ello - Y porque no era posible pagarle eso y el hecho de que le había cambiado el panorama en aquella ocasión en que lo encontró.
-Hago lo que él hacía -Hizo un movimiento con la cabeza, estaba dudando, lo intentaba, pero dar órdenes por todos lados y tener en la mente todo lo que debía hacerse, que poco no era con un lugar como ese, le resultaba complicado -Bueno, no como él, realmente a mi me han estado ayudando todas esas personas que trabajan para él, hasta que él regrese - No sabía cuándo sucedería, que pudiese salir del lugar en donde le tenían. Hacía de todo al ir a la finca, por eso se ausentaba tanto tiempo, un lugar tan grande requería muchas cosas.
Le dirigió la mirada a la chica a su lado -Mm ¿Quieres saber eso? - Lo pensó antes de contestar y suspiró -Porque él dijo que debía ser una buena persona, robar no era algo que debiese hacer cuando podía con mis propias manos construir algo... - O algo similar le había dicho, no recordaba las palabras pero si sabía lo que significaban y dado que había empezado a admirarlo, había decidido que quería ser alguien en alguna forma como él, no igual, pues se le hacia que su maestro era demasiado serio -Nunca he matado a nadie... aunque probablemente antes no habría dudado en hacerlo si resultaba en algo conveniente para mi...
Alzó la mirada, esta vez no veía el cielo, veía a los dos espíritus que estaban frente a ellos -Pero siempre hubo alguien allí para decirme que yo no debía ni tenía por qué hacer eso- Arthur y sus sermones habían hecho algún efecto en él. Escuchándole decir que no podía tomar una vida a la ligera y otras miles de cosas que le habían entrado por un oído y salido por el otro de igual forma. Pero de tanto y tanto si que le había hecho pensar muchas veces antes de causar un daño irreversible a una persona. Si había hecho sus cosas, malas, no iba a negarlo, pero no como esa -¿Qué clase de persona crees que soy?- Dijo con fingida indignación -Debo admitir que a veces aún creo que podría seguir haciéndolo. Robar y esas cosas... -Pero, siempre había un pero, y su conciencia reaccionaba o algo. Como fuese tampoco es que hubiese tenido realmente una oportunidad de hacerlo últimamente, tenía la mente ocupada, por eso en su mayoría no pensaba en hurtar o engañar gente, no tenía la concentración puesta en eso. Había tenido como mantenerse este tiempo, lo cual era bueno, aunque creía que en un momento podría recurrir a los viejos hábitos y las malas costubres de antaño -Yude... yo tampoco se nada de ti... - Dijo tras un momento de silencio en el que observó el jardín que solo tenía aquel árbol de momento.
Alexis VanVollehoven- Hechicero Clase Baja
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Re: What do You Got? [Yude]
Se había quedado en silencio, mientras él hablaba, era extraño escucharle, casi nunca tenían momentos así, pero ahora eso estaba bien, el que trajera aquellos pequeños animalitos a casa, que se sentará a conversar, quizás ahora podía abrirle mejores panoramas a ella y destruir la imagen que tenía de él, sonrío cuando le escuchó, se aguantó las ganas de disculparse de momento, debía cambiar poco a poco ese carácter suyo.–Eso ya no importa, nada de eso importa ahora, estamos bien y eso me agrada, esa calma y paz de la que estamos disfrutando, quien sabe si es momentánea o no –Murmuró –Eso no importa –Dijo viendo las copa del árbol moverse con el viento. Sonrío cuando el preguntó acerca de los animales, le gustaban y tenerlos en casa pensó que no eran un problema grande.–Tuve un conejo cuando era niña –Susurró pero fue más un comentario que una anécdota.
-Me pregunto qué clase de hombre es tu maestro, siempre hablas de él como si fuera un padre para ti, no sé es un poco extraño, pero me alegra que te hayas encontrado gente así en tu camino, quien sabe dónde estarías ahora, se ve que le aprecias y quizás te sientes en deuda con él, hagas lo que hagas nunca olvides sus palabras, me gusta cómo eres ahora. –Se recargo en él, cerrando un poco los parpados, inundándose de aquel aroma peculiar que tenía, escuchando todavía lo mucho que tenía que decirle.
¿Matar a alguien?, aquello representaba demasiado, una locura total para ella, inclusive en ese estado, sonrío, y se le quedó viendo. –No lo hagas, espero que nunca tengas que verte obligado a hacer algo así, siento que te afectará mucho y no quiero perderte –se aferró a él con un poco de fuerza, sin quererlo lo quería tanto y deseaba mucho más, era extraño cuando apenas y se hablaban, pero habían pasado tanto juntos y no es que se fuera acostumbrando, simplemente estaba feliz a su lado, y esos sentimientos no los conocía incluso desde su nacimiento.
Sonrío levemente y se le quedó viendo, no es que creyera que fuera una clase de persona mala o algo, pero incluso la forma de conocerse había sido un tanto particular en esos momentos. –Bueno espero que esas personas sigan diciéndote por donde ir y que no caigas de nuevo en lo mismo, aunque si no fuera por eso, no nos hubiéramos conocido y eso sería una lástima–Suspiró y cuando dijo aquello simplemente se quedó en silencio.–La verdad es que tampoco sé que contarte, últimamente solo salgo para visitar el área de gitanos que está cerca de la entrada de Paris, no sé mucho de esas artes, me cuesta trabajo aun leer las cartas. De mi historia familiar no sé nada, de mi madre pues ella sigue viva y está en un hospital mental parisino, pero no me dan ganas de verle, no sé qué quieras saber.–Susurró viéndole a las pupilas, si él preguntaba sería más fácil.
-Me pregunto qué clase de hombre es tu maestro, siempre hablas de él como si fuera un padre para ti, no sé es un poco extraño, pero me alegra que te hayas encontrado gente así en tu camino, quien sabe dónde estarías ahora, se ve que le aprecias y quizás te sientes en deuda con él, hagas lo que hagas nunca olvides sus palabras, me gusta cómo eres ahora. –Se recargo en él, cerrando un poco los parpados, inundándose de aquel aroma peculiar que tenía, escuchando todavía lo mucho que tenía que decirle.
¿Matar a alguien?, aquello representaba demasiado, una locura total para ella, inclusive en ese estado, sonrío, y se le quedó viendo. –No lo hagas, espero que nunca tengas que verte obligado a hacer algo así, siento que te afectará mucho y no quiero perderte –se aferró a él con un poco de fuerza, sin quererlo lo quería tanto y deseaba mucho más, era extraño cuando apenas y se hablaban, pero habían pasado tanto juntos y no es que se fuera acostumbrando, simplemente estaba feliz a su lado, y esos sentimientos no los conocía incluso desde su nacimiento.
Sonrío levemente y se le quedó viendo, no es que creyera que fuera una clase de persona mala o algo, pero incluso la forma de conocerse había sido un tanto particular en esos momentos. –Bueno espero que esas personas sigan diciéndote por donde ir y que no caigas de nuevo en lo mismo, aunque si no fuera por eso, no nos hubiéramos conocido y eso sería una lástima–Suspiró y cuando dijo aquello simplemente se quedó en silencio.–La verdad es que tampoco sé que contarte, últimamente solo salgo para visitar el área de gitanos que está cerca de la entrada de Paris, no sé mucho de esas artes, me cuesta trabajo aun leer las cartas. De mi historia familiar no sé nada, de mi madre pues ella sigue viva y está en un hospital mental parisino, pero no me dan ganas de verle, no sé qué quieras saber.–Susurró viéndole a las pupilas, si él preguntaba sería más fácil.
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Re: What do You Got? [Yude]
Alexis le miró de reojo -Son momentos, pero eso los hace más importantes -Sonrió como pocas veces lo hacía, sin ese dejo de cinismo en su expresión -Yo nunca tuve mascotas - No es que hubiese pensado demasiado, apenas y podía alimentarse él, así que aunque fuese como fuese el no quería ser el responsable si no podía tratar a uno como le gustaría. Era más considerado con los animales que con las personas en su mayoría. Solo unos cuantos entraban en el rango de importarle lo suficiente.
La sonrisa se esfumó de su rostro -Es porque es importante para mí - Su mirada de ensombreció. Tenía la impresión de que él estaba muy lejos aún de ser una persona que pudiese ayudar a quien le había enseñado tanto -No tienes de qué preocuparte, no olvidaré lo que me ha enseñado con tanta facilidad -Eso decía pero en sus momentos, ser impulsivo tal vez lograse que lo dejase de lado. Aunque no pensaba matar a nadie, no a menos que fuese elegir entre la suya o incluso tal vez la de alguien importante para el y la de otra persona. Dudaba estar en un caso como ese -¿Qué clase de persona es? Creo que yo diría que es recto, estricto... pero justo y es de esas personas en las que podría confiar lo suficiente para no cuestionarle... - De esa forma le veía y asintió -Probablemente que es lo más cercano contra lo que puedo compararlo, como un padre para mí.... - No estaba muy seguro de eso, pero eso era lo más adecuado.
Soltó una risa por el comentario, porque quienes le guiaban eran ese par de fantasmas -No me dejarían en paz incluso si quisiera... –Esos fantasmas no se esfumarían tan fácilmente. Pareció sopesar lo que iba a decir después de que le dijese que podía preguntarle –No lo sé… Me gustaría preguntar muchas cosas, por otro lado, ya no sé qué preguntar… Es decir, no sé nada, y entonces pienso en detalles que pueden parecer sin importancia… Como tu color favorito o cosas así- Se rió, eso sonaba algo extraño si se lo pensaba –Suena tonto, pero realmente creo que otras cosas se dará el momento de hablarlas, no sé –se encogió de hombros, como si no le preocupara nada en ese momento, aunque claro que había una o dos cosas que no dejaban en paz su mente -Yude... ¿Qué te gustaría? ¿alguna vez has deseado algo? - La mayoría lo hacía ¿no? A veces tardabas en darte cuenta de lo que realmente querías, era como negarte a verlo, y a él le había costado darse cuenta de muchas cosas. Había creído que no deseaba nada, pero solo estaba negando el hecho de que era una especie de idealista y creía en cosas, que si bien negaba por pareer ingenuo pensarlas, muy en el fondo, aguardaba por ellas.
La sonrisa se esfumó de su rostro -Es porque es importante para mí - Su mirada de ensombreció. Tenía la impresión de que él estaba muy lejos aún de ser una persona que pudiese ayudar a quien le había enseñado tanto -No tienes de qué preocuparte, no olvidaré lo que me ha enseñado con tanta facilidad -Eso decía pero en sus momentos, ser impulsivo tal vez lograse que lo dejase de lado. Aunque no pensaba matar a nadie, no a menos que fuese elegir entre la suya o incluso tal vez la de alguien importante para el y la de otra persona. Dudaba estar en un caso como ese -¿Qué clase de persona es? Creo que yo diría que es recto, estricto... pero justo y es de esas personas en las que podría confiar lo suficiente para no cuestionarle... - De esa forma le veía y asintió -Probablemente que es lo más cercano contra lo que puedo compararlo, como un padre para mí.... - No estaba muy seguro de eso, pero eso era lo más adecuado.
Soltó una risa por el comentario, porque quienes le guiaban eran ese par de fantasmas -No me dejarían en paz incluso si quisiera... –Esos fantasmas no se esfumarían tan fácilmente. Pareció sopesar lo que iba a decir después de que le dijese que podía preguntarle –No lo sé… Me gustaría preguntar muchas cosas, por otro lado, ya no sé qué preguntar… Es decir, no sé nada, y entonces pienso en detalles que pueden parecer sin importancia… Como tu color favorito o cosas así- Se rió, eso sonaba algo extraño si se lo pensaba –Suena tonto, pero realmente creo que otras cosas se dará el momento de hablarlas, no sé –se encogió de hombros, como si no le preocupara nada en ese momento, aunque claro que había una o dos cosas que no dejaban en paz su mente -Yude... ¿Qué te gustaría? ¿alguna vez has deseado algo? - La mayoría lo hacía ¿no? A veces tardabas en darte cuenta de lo que realmente querías, era como negarte a verlo, y a él le había costado darse cuenta de muchas cosas. Había creído que no deseaba nada, pero solo estaba negando el hecho de que era una especie de idealista y creía en cosas, que si bien negaba por pareer ingenuo pensarlas, muy en el fondo, aguardaba por ellas.
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Re: What do You Got? [Yude]
Yude se quedó quieta, permaneció así hasta que el silencio les inundo, se levantó rápido y fue a la cocina, regreso con dos tazas con algo de hierbas dentro de ellas, esperando a que el agua estuviera, le parecía que aquello era perfecto, que la ocasión ameritaba algo como eso, -Espera –dijo olvidando algo, entró a la habitación y saco una caja metálica adornada con flores orientales, la llevó junto a la tetera que ya tenía el agua hirviendo. –Esto le dará un sabor mejor.–De la caja sacó unas flores secas en pequeñas bolsas y vació el contenido –Es un té oriental, es de cereza, es muy caro, por eso lo guardaba, para una ocasión especial –Murmuraba mientras servía el agua hirviendo viendo como el agua tomaba su color y se le quedó viendo extendiéndole una taza. Ella tomo la suya entre sus manos y dio un sorbo mientras le veía de reojo.
-¿Me dejarás conocerlos? –Dijo finalmente con la voz firme, sabía de la capacidad de esos entes o espíritus, como les llamaran, había leído poco en los libros que descuidadamente Alexis dejaba por la casa, ella era curiosa como todo ser humano es por eso que sabía un poco, y ahora le daba más curiosidad, saber que había detrás, quienes eran y quizás charlar un poco con esas personas o algo. Suspiró esperando la respuesta, a su vez resolviendo aquellas cosas en su cabeza. –Espero que alguna vez pueda conocer a tu maestro, eso sería algo interesante de ver –Dijo mientras pensaba en que contarle, eso era difícil, más de lo que se había planteado.
Bebió de aquel té, se recargó en su hombro –Bueno, color favorito el azul y blanco, en realidad con esos dos no me puedo decidir, animales, me gustan los perros, pero más los gatos. –Le beso la mejilla –El té más que el café, caminar cuando hace frío, la ropa holgada en vez de esos vestidos ajustados y pomposos que usan las damas de sociedad. Cuando era niña deseaba no tener hijos, pero esa idea ha ido cambiando. También me gustan los días lluviosos, cuando sale el sol después de que llueve me encanta correr sobre la hierba y que mis pies sientan la humedad. –Se echó a reír después de imaginarse eso, pero eran pequeña cosas que en realidad disfrutaba. –Es algo muy simple. ¿No crees?, me gusta escuchar a los grillos por las noches, también me atraen las arañas, como tejen, una vez me quedé mirando una, es increíble, deberías verlas, pero me gustan las libélulas, más que nada las libélulas. Las mariposas no mucho, a veces me dan miedo. –Dejó su taza de té aun lado al finalizar, se levantó y se puso delante de él viéndole a los ojos.
Sus manos pasaron entre su cabellera castaña y echó los cabellos de él hacía atrás –también hay algo que me gusta, el color de tu cabello, lo largo y grueso que es, tus ojos color aceituna, tu olor a tierra mojada…-Se empezó a reír y dejó un beso sutil sobre sus labios. Ya no dijo nada y le abrazo fuerte -¿Qué quieres saber?, esas cosas ¿están bien? –Le susurró al oído mientras se sostenía de él aspirando su aroma, que era algo que le gustaba mucho, un tanto extraño pero era otra de sus manías.
-¿Me dejarás conocerlos? –Dijo finalmente con la voz firme, sabía de la capacidad de esos entes o espíritus, como les llamaran, había leído poco en los libros que descuidadamente Alexis dejaba por la casa, ella era curiosa como todo ser humano es por eso que sabía un poco, y ahora le daba más curiosidad, saber que había detrás, quienes eran y quizás charlar un poco con esas personas o algo. Suspiró esperando la respuesta, a su vez resolviendo aquellas cosas en su cabeza. –Espero que alguna vez pueda conocer a tu maestro, eso sería algo interesante de ver –Dijo mientras pensaba en que contarle, eso era difícil, más de lo que se había planteado.
Bebió de aquel té, se recargó en su hombro –Bueno, color favorito el azul y blanco, en realidad con esos dos no me puedo decidir, animales, me gustan los perros, pero más los gatos. –Le beso la mejilla –El té más que el café, caminar cuando hace frío, la ropa holgada en vez de esos vestidos ajustados y pomposos que usan las damas de sociedad. Cuando era niña deseaba no tener hijos, pero esa idea ha ido cambiando. También me gustan los días lluviosos, cuando sale el sol después de que llueve me encanta correr sobre la hierba y que mis pies sientan la humedad. –Se echó a reír después de imaginarse eso, pero eran pequeña cosas que en realidad disfrutaba. –Es algo muy simple. ¿No crees?, me gusta escuchar a los grillos por las noches, también me atraen las arañas, como tejen, una vez me quedé mirando una, es increíble, deberías verlas, pero me gustan las libélulas, más que nada las libélulas. Las mariposas no mucho, a veces me dan miedo. –Dejó su taza de té aun lado al finalizar, se levantó y se puso delante de él viéndole a los ojos.
Sus manos pasaron entre su cabellera castaña y echó los cabellos de él hacía atrás –también hay algo que me gusta, el color de tu cabello, lo largo y grueso que es, tus ojos color aceituna, tu olor a tierra mojada…-Se empezó a reír y dejó un beso sutil sobre sus labios. Ya no dijo nada y le abrazo fuerte -¿Qué quieres saber?, esas cosas ¿están bien? –Le susurró al oído mientras se sostenía de él aspirando su aroma, que era algo que le gustaba mucho, un tanto extraño pero era otra de sus manías.
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Re: What do You Got? [Yude]
Giró su cuerpo solo para verle desaparecer en el interior de la casa antes de volver con aquella cajita que no había visto hasta entonces. Sus palabras le hicieron centrarse en ella mientras seguía el movimeinto de sus manos al preparar la bebida. No solía tomar té. No había una razón, solo no lo hacía con regularidad. Y mucho menos habría probado uno que resultara caro, a menos que fuese el regalo de alguien más -¿Te parece una ocasión especial? - Tomó la taza -¿Está esto bien? -Debía ser considerado, eso pensó. Pero de cualquier forma ella ya lo había servido.
Suspiró -A ellos puedes conoceros en cualquier ocasión, incluso ahora si lo quieres -Después de todo estaban cerca y no era tan complicado, pero si era lo otro -Mi maestro... si un día llega a salir de aquel sitio... por supuesto... Te llevaré a conocerlo... -Sonrió con un dejo de melancolía al decir eso, uno que desapareció en lo que decía después. Probó el té. Ciertamente nunca había tomado nada que tuviese ese toque. Escuchó lo que le decía en silencio.
Asintió, justamente ese tipo de cosas quería saber. Simples pero que a veces eran necesarias. Podían ser trvialidades, pero eso hacía una diferencia. Escuchándole se dio cuenta de que no sabría que responder sobre él mismo si llegara a preguntarle algunas cosas. tuvo que reír después -Eso sería algo como lo que yo debiese decir de ti - O eso le parecía. Se levantó dejando la taa en el suelo, hasta quedar detrás de ella, poniéndole la mano en el hombro como diciéndole que no se moviese -¿Quieres que te diga algo que me agrada? -Se sentó abrazándole desde la espalda. Justo eso le gustaba. Porque era como si su cuerpo, delago y menudo se acomodara perfectamente entre sus brazos.
Claro que decirlo en voz alta era vergonzoso así que no lo hizo, se limitó a hacer eso y quedarse un momento así -Esas cosas están bien... cualquier detalle está bien... -Dijo en voz baja la tenerle cerca -Porque desconozco esas cosas - Tal vez habría podido adivinar alguna, pero era dierente que una persona te las dijese por cuenta propia. Como decir que quiere que sepan algo de tí. Y por ahora, siendo que estaba con ella, le pareció que debía pensar en ello. Cerró los ojos, sus cabellos también olían de una forma singular.
-¿Por qué has cambiado de parecer ahora? -Dijo simplemente para que siguiera hablándole. Los días de lluvia... no le gustaban en particular, al menos no cuando no tenía un lugar como aquel en el cuál resguardarse. A veces estaba bien salir, mojarte, pero para él no era una buena idea cuando vivía en las calles. Tal vez ahora pudiese ser diferente. Tampoco le molestaban los días lluviosos, no tenía recuerdos que le hicieran tener una sensación negativa hacia ellos. Prefería los días nublados en realidad.
Suspiró -A ellos puedes conoceros en cualquier ocasión, incluso ahora si lo quieres -Después de todo estaban cerca y no era tan complicado, pero si era lo otro -Mi maestro... si un día llega a salir de aquel sitio... por supuesto... Te llevaré a conocerlo... -Sonrió con un dejo de melancolía al decir eso, uno que desapareció en lo que decía después. Probó el té. Ciertamente nunca había tomado nada que tuviese ese toque. Escuchó lo que le decía en silencio.
Asintió, justamente ese tipo de cosas quería saber. Simples pero que a veces eran necesarias. Podían ser trvialidades, pero eso hacía una diferencia. Escuchándole se dio cuenta de que no sabría que responder sobre él mismo si llegara a preguntarle algunas cosas. tuvo que reír después -Eso sería algo como lo que yo debiese decir de ti - O eso le parecía. Se levantó dejando la taa en el suelo, hasta quedar detrás de ella, poniéndole la mano en el hombro como diciéndole que no se moviese -¿Quieres que te diga algo que me agrada? -Se sentó abrazándole desde la espalda. Justo eso le gustaba. Porque era como si su cuerpo, delago y menudo se acomodara perfectamente entre sus brazos.
Claro que decirlo en voz alta era vergonzoso así que no lo hizo, se limitó a hacer eso y quedarse un momento así -Esas cosas están bien... cualquier detalle está bien... -Dijo en voz baja la tenerle cerca -Porque desconozco esas cosas - Tal vez habría podido adivinar alguna, pero era dierente que una persona te las dijese por cuenta propia. Como decir que quiere que sepan algo de tí. Y por ahora, siendo que estaba con ella, le pareció que debía pensar en ello. Cerró los ojos, sus cabellos también olían de una forma singular.
-¿Por qué has cambiado de parecer ahora? -Dijo simplemente para que siguiera hablándole. Los días de lluvia... no le gustaban en particular, al menos no cuando no tenía un lugar como aquel en el cuál resguardarse. A veces estaba bien salir, mojarte, pero para él no era una buena idea cuando vivía en las calles. Tal vez ahora pudiese ser diferente. Tampoco le molestaban los días lluviosos, no tenía recuerdos que le hicieran tener una sensación negativa hacia ellos. Prefería los días nublados en realidad.
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Re: What do You Got? [Yude]
Quizás nunca lo había dicho y la vergüenza era una de las tantas razones que no la dejaban hacerlo, pero era así como se sentía, tan diferente a su lado pero al mismo tiempo demasiado ansiosa si no estaba, no era costumbre, estaba adaptándose a la persona que tenía a su lado, no solo eso, también había desarrollado sentimientos que parecían incomprensibles para su cabeza. Pero no era tan complicado cuando veía lo mismo en los ojos de él, era extraño pero ambos se encontraban de una manera extraña, tenían demasiado en común y la gente podría decir que parecían iguales, pero no lo era del todo. Sonrío asintiendo cuando él le pregunto eso, claro que era una ocasión especial, ¿Cuántas veces podían hablar así con completa libertad?, le entusiasmaba de alguna manera hacerlo, estar tranquilos por un momento, sin preocupaciones, preocupándose el uno del otro, tratando de que aquello funcionara y se estableciera en un punto.-A tu lado cada momento puede ser especial, pero este me parece más, es como un punto decisivo. No sé si me entiendas.–Se le quedó viendo mientras bebía de aquella taza.
Quería conocer tantas cosas de él, no tenía familia, pero quizás algo más, como era, si tenía alguna costumbre, ahora que toda esa inquietud había nacido en ella, entendía y comprendía lo que él le decía. Acerca de aquellos espíritus, le resultaba un poco difícil creer que en verdad existían, pero allá afuera había muchas criaturas con las que aún no se había topado. Y antes de emitir alguna respuesta noto aquel tinte fue mínimo pero se daba cuenta, Aquel hombre al que llamaba maestro parecía ser mas, y que las cosas no iban como él quería, Yude se hubiera acercado, pero opto por esperar y al notar aquel abrazo dejo la taza a un lado y paso sus brazos por los ajenos, acariciándole, se recargo sobre su torso y cerró los ojos un momento aspirando su aroma, esos pequeños detalles le gustan demasiado. –Dime todo lo que te gusta, estaré escuchando –Murmuró echando la cabeza hacía atrás viendo su rostro, jugando con un mechón de su cabello.
Y después de aquello se quedó así, el aire estaba fresco y el sol no era molesto, la copa del árbol se mecía de un lado a otro y todo parecía demasiado tranquilo y en calma, suspiró, y se quedó de esa forma –Te diría más, pero no quiero aburrirte, me gusta tejer, creo que eso lo puedes deducir. –Se acurrucó sobre él, buscando más de su calor, le gustaba, se sentía tan cómoda, especialmente porque sus brazos le cobijaban por completo. La otra pregunta le hizo sonrojarse y abrir los parpados de inmediato, se acomodó y le miró fijamente –He cambiado de opinión porque –Hizo una pausa bajando ligeramente la mirada. –Es que te amo, suena extraño quizás, pero quisiera tenerlo todo de ti, estar siempre así, de alguna manera quiero invadir tus pensamientos aunque eso es tan difícil–Susurró viéndole a las pupilas y le estrecho tan fuerte como pudo. –Alexis… quiero conocerlos justo ahora.–Se refería a los espíritus.Lo dijo como pidiendo un deseo a las estrellas, con esa calma, como si fuera algo realmente mágico.
Quería conocer tantas cosas de él, no tenía familia, pero quizás algo más, como era, si tenía alguna costumbre, ahora que toda esa inquietud había nacido en ella, entendía y comprendía lo que él le decía. Acerca de aquellos espíritus, le resultaba un poco difícil creer que en verdad existían, pero allá afuera había muchas criaturas con las que aún no se había topado. Y antes de emitir alguna respuesta noto aquel tinte fue mínimo pero se daba cuenta, Aquel hombre al que llamaba maestro parecía ser mas, y que las cosas no iban como él quería, Yude se hubiera acercado, pero opto por esperar y al notar aquel abrazo dejo la taza a un lado y paso sus brazos por los ajenos, acariciándole, se recargo sobre su torso y cerró los ojos un momento aspirando su aroma, esos pequeños detalles le gustan demasiado. –Dime todo lo que te gusta, estaré escuchando –Murmuró echando la cabeza hacía atrás viendo su rostro, jugando con un mechón de su cabello.
Y después de aquello se quedó así, el aire estaba fresco y el sol no era molesto, la copa del árbol se mecía de un lado a otro y todo parecía demasiado tranquilo y en calma, suspiró, y se quedó de esa forma –Te diría más, pero no quiero aburrirte, me gusta tejer, creo que eso lo puedes deducir. –Se acurrucó sobre él, buscando más de su calor, le gustaba, se sentía tan cómoda, especialmente porque sus brazos le cobijaban por completo. La otra pregunta le hizo sonrojarse y abrir los parpados de inmediato, se acomodó y le miró fijamente –He cambiado de opinión porque –Hizo una pausa bajando ligeramente la mirada. –Es que te amo, suena extraño quizás, pero quisiera tenerlo todo de ti, estar siempre así, de alguna manera quiero invadir tus pensamientos aunque eso es tan difícil–Susurró viéndole a las pupilas y le estrecho tan fuerte como pudo. –Alexis… quiero conocerlos justo ahora.–Se refería a los espíritus.Lo dijo como pidiendo un deseo a las estrellas, con esa calma, como si fuera algo realmente mágico.
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Re: What do You Got? [Yude]
Era gracioso, porque nunca pensó que algún día al escuchar eso lo tomaría en serio. De hecho muchas cosas de las que acababa de decir le resultaban extrañas y algo ajenas por momentos. Como si engañara a una parte de su ser, solo que esta vez lo que había creído falso era verdadero y viceversa.
Verla acomodarse en su regazo le hizo envolverle presionando apenas sus brazos contra su cuerpo. Le parecía frágil, le parecía que realmente podría romperla. Verla nerviosa por lo que decía le hizo sonreír -¿En verdad es por eso? Si te soy sincero, desde el día en que te presentaste ante mí, pensé que nunca dirías algo como eso - Las razones, era como si lo presintiera de alguna manera -Una distancia que alguien como yo no puede atravesar, me preguntaba si pertenecías a este mundo, o como ellos, eras parte de algo distinto- Y no podían decirle que no había algo como eso, porque él mismo podía ver a los fantasmas y había otros seres que probablemente se alejaban de lo que alguna vez podía decirse era humano. La fantasía era diferente, incluso con todo ello, solo la creía en cuentos.
No negó nada de lo que ella dijo incluso si podría haber intervenido y decir que ella podía volverse su mundo entero. No quería engañarse y confiarse. Aun así, no era como si no hubiese llegado a crear lazos hacia ella. Vivían juntos y habían atravesado ya por algunas cosas, mal que bien, habían salido de alguna forma a salvo, lo cual estaba bien para él.
Tuvo que reír –¿Justo ahora? ¿Hay alguna prisa? –le besó la frente, como quien lo hace con un niño. Claro que alguien como él no había hecho eso nunca con un infante, y con él rara vez hubo personas que lo hiciesen con el, aunque si las hubo. Pero no había ningún problema con una petición como esa–Está bien... si quieres, puedo presentártelos ahora… –susurró en su oído. Él sabía que estaban cerca y probablemente escuchando la conversación. Tenían un contrato, uno que no se escribía sobre papel, aun así él no se consideraba su amo ni nada similar, si ellos no querían ir y presentarse ante ella no creía que pudiese obligarlos, pero algo le decía que lo harían, sobre todo Arthur.
Levantó la cabeza –Arthur, Egyed – su voz sin embargo, fue como una orden, con ese tono imperativo en la voz, estaba acostumbrado, de hecho, ninguna sola vez, aquellos dos no habían respondido a un llamado suyo. A veces cuando estaba solo, olvidaba que a pesar de que estuviesen a kilómetros de distancia, acudirían a él. Pero también cuando lo hacía premeditadamente, él estaba seguro de que eran su mejor arma. Al principio invocarlos parecía complicado, pero con el tiempo había pasado a ser algo que no requería tanto. No se daba cuenta, pero estaba seguro de que podía confiar en ellos, su pacto con ellos, sin embargo, no parecía que fuese a terminar esa unión pronto.
Sintió el cambio ligero en el ambiente, la baja temperatura cuando se acercaron. Estaba tan acostumbrado, aun así, detalles como ese eran algo que podía agradecer para quien pudiese ocultarse alguna vez a su vista o alguno de sus sentidos. Algunos fantasmas llevaban consigo un olor a flores, muy particular, pero ellos no. Nunca había preguntado de sus identidades, como ellos nunca habían cuestionado su pasado o lo que hacía, al menos no como lo harían otros. Arthur le mantenía a raya muchas veces, pero sabía que lo hacía con un motivo que probablemente comprometía su seguridad. Aun así, nunca le había detenido cuando quería hacer algo, solo le aconsejaba ciertas cosas. Se abrazó al cuerpo delgado que estaba sosteniendo, dejando que ellos decidieran realmente mostrarse. Tal vez ella tendría que hablarles, el británico normalmente tenía cuidado de no aparecer como un espejismo frente a las personas, incluso con él, que podía verle en esa forma incorpórea.
Verla acomodarse en su regazo le hizo envolverle presionando apenas sus brazos contra su cuerpo. Le parecía frágil, le parecía que realmente podría romperla. Verla nerviosa por lo que decía le hizo sonreír -¿En verdad es por eso? Si te soy sincero, desde el día en que te presentaste ante mí, pensé que nunca dirías algo como eso - Las razones, era como si lo presintiera de alguna manera -Una distancia que alguien como yo no puede atravesar, me preguntaba si pertenecías a este mundo, o como ellos, eras parte de algo distinto- Y no podían decirle que no había algo como eso, porque él mismo podía ver a los fantasmas y había otros seres que probablemente se alejaban de lo que alguna vez podía decirse era humano. La fantasía era diferente, incluso con todo ello, solo la creía en cuentos.
No negó nada de lo que ella dijo incluso si podría haber intervenido y decir que ella podía volverse su mundo entero. No quería engañarse y confiarse. Aun así, no era como si no hubiese llegado a crear lazos hacia ella. Vivían juntos y habían atravesado ya por algunas cosas, mal que bien, habían salido de alguna forma a salvo, lo cual estaba bien para él.
Tuvo que reír –¿Justo ahora? ¿Hay alguna prisa? –le besó la frente, como quien lo hace con un niño. Claro que alguien como él no había hecho eso nunca con un infante, y con él rara vez hubo personas que lo hiciesen con el, aunque si las hubo. Pero no había ningún problema con una petición como esa–Está bien... si quieres, puedo presentártelos ahora… –susurró en su oído. Él sabía que estaban cerca y probablemente escuchando la conversación. Tenían un contrato, uno que no se escribía sobre papel, aun así él no se consideraba su amo ni nada similar, si ellos no querían ir y presentarse ante ella no creía que pudiese obligarlos, pero algo le decía que lo harían, sobre todo Arthur.
Levantó la cabeza –Arthur, Egyed – su voz sin embargo, fue como una orden, con ese tono imperativo en la voz, estaba acostumbrado, de hecho, ninguna sola vez, aquellos dos no habían respondido a un llamado suyo. A veces cuando estaba solo, olvidaba que a pesar de que estuviesen a kilómetros de distancia, acudirían a él. Pero también cuando lo hacía premeditadamente, él estaba seguro de que eran su mejor arma. Al principio invocarlos parecía complicado, pero con el tiempo había pasado a ser algo que no requería tanto. No se daba cuenta, pero estaba seguro de que podía confiar en ellos, su pacto con ellos, sin embargo, no parecía que fuese a terminar esa unión pronto.
Sintió el cambio ligero en el ambiente, la baja temperatura cuando se acercaron. Estaba tan acostumbrado, aun así, detalles como ese eran algo que podía agradecer para quien pudiese ocultarse alguna vez a su vista o alguno de sus sentidos. Algunos fantasmas llevaban consigo un olor a flores, muy particular, pero ellos no. Nunca había preguntado de sus identidades, como ellos nunca habían cuestionado su pasado o lo que hacía, al menos no como lo harían otros. Arthur le mantenía a raya muchas veces, pero sabía que lo hacía con un motivo que probablemente comprometía su seguridad. Aun así, nunca le había detenido cuando quería hacer algo, solo le aconsejaba ciertas cosas. Se abrazó al cuerpo delgado que estaba sosteniendo, dejando que ellos decidieran realmente mostrarse. Tal vez ella tendría que hablarles, el británico normalmente tenía cuidado de no aparecer como un espejismo frente a las personas, incluso con él, que podía verle en esa forma incorpórea.
Alexis VanVollehoven- Hechicero Clase Baja
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Re: What do You Got? [Yude]
Suspiró al escucharle, estaba demasiado contenta que una sonrisa visible se asomo en sus comisuras. Pensaba que era el momento de ser un tanto ‘abierta y descarada’ tan solo le ganaron los impulsos de preguntar de saber algo más de lo que escuchaba y veía a veces le resultaba difícil, Alexis no era demasiado expresivo y a su vez eso le gustaba porque si no ella se obligaría a serlo ahora podía decir que los dos iban en la misma dirección con el mismo paso lento. Verlo sonreír era algo extraño pero esos gestos los guardaba muy, muy en el fondo. – ¿Ah sí? –Murmuró escuchando lo que él le decía. -¿Puedo saber qué mas pensabas cuando me viste por primera vez? –Expresar los sentimientos ante alguien no era demasiado común y daba demasiada vergüenza a decir verdad. Enarcó una ceja y le observó fijamente –Quien pertenecía a algo distinto eras tú. –Se le abrazo un poco más y se quedó así aunque le escuchaba hablar y aquel beso en su frente le hizo sentirse mas cómoda.
Sonrío y negó en realidad no tenía prisa su curiosidad es lo que le hacía hablar. Pero no hubo tiempo de plantar una segunda opción escucho los nombres y busco con la vista algún punto donde ‘aparecieran’ o algo -¿Arthur, Egyed? –soltó una risa y no era exactamente burlona, simplemente le parecía increíble como sacado de un cuento, no se creía que eso estaba por pasar, sin embargo sus habilidades eran nulas, no sabía mucho del cambio de aura o las cosas de las que se percataban las personas con mas experiencia. Sin embargo espero, pacientemente aunque de nuevo la curiosidad le tenía atada, estaba ahí preguntándose si podía ser inoportuna, o si se lo debería preguntar a él o algo. –Cuando ellos aparezcan tendrán un cuerpo ‘solido’ –En realidad era como preguntar si ellos volverían a ser humanos. Se preguntaba si podrían beber té o quizás podría tomar la taza y al beber el líquido se vería caer sobre su cuerpo semi transparente. No sabía y eso sonaba estúpido para cualquiera pero era un ‘simple’ humana.
-¿Cuánto tiempo llevan muertos? –No era una pregunta para Alexis ni para ellos la dejaba al aire para que cualquiera pudiera responder y aun no lograba verlos, el viento de pronto se tornaba mas frío y pensó que era por aquello. No parpadeaba por temor a perderse el ‘espectáculo’, apretó su cuerpo contra el ajeno, dejó un beso en su cuello, ¿Cómo se los imaginaba? , esa respuesta era un poco tonta y la respuesta absurda, pensaba que eran de la misma familia donde Alexis o algo así quizás por eso siempre estaban con él y la otra pregunta, ¿de verdad siempre estaban ahí a cada minuto y segundo?, eso sí que sería agobiante. Y de pronto observó cómo se formaban aquellas figuras humanas extrañas y como si fuesen una fotografía algo viejos de otra época como si hubieran pasado miles de años sobre ellos. Estaba demasiado sorprendida de ello.
Sonrío y negó en realidad no tenía prisa su curiosidad es lo que le hacía hablar. Pero no hubo tiempo de plantar una segunda opción escucho los nombres y busco con la vista algún punto donde ‘aparecieran’ o algo -¿Arthur, Egyed? –soltó una risa y no era exactamente burlona, simplemente le parecía increíble como sacado de un cuento, no se creía que eso estaba por pasar, sin embargo sus habilidades eran nulas, no sabía mucho del cambio de aura o las cosas de las que se percataban las personas con mas experiencia. Sin embargo espero, pacientemente aunque de nuevo la curiosidad le tenía atada, estaba ahí preguntándose si podía ser inoportuna, o si se lo debería preguntar a él o algo. –Cuando ellos aparezcan tendrán un cuerpo ‘solido’ –En realidad era como preguntar si ellos volverían a ser humanos. Se preguntaba si podrían beber té o quizás podría tomar la taza y al beber el líquido se vería caer sobre su cuerpo semi transparente. No sabía y eso sonaba estúpido para cualquiera pero era un ‘simple’ humana.
-¿Cuánto tiempo llevan muertos? –No era una pregunta para Alexis ni para ellos la dejaba al aire para que cualquiera pudiera responder y aun no lograba verlos, el viento de pronto se tornaba mas frío y pensó que era por aquello. No parpadeaba por temor a perderse el ‘espectáculo’, apretó su cuerpo contra el ajeno, dejó un beso en su cuello, ¿Cómo se los imaginaba? , esa respuesta era un poco tonta y la respuesta absurda, pensaba que eran de la misma familia donde Alexis o algo así quizás por eso siempre estaban con él y la otra pregunta, ¿de verdad siempre estaban ahí a cada minuto y segundo?, eso sí que sería agobiante. Y de pronto observó cómo se formaban aquellas figuras humanas extrañas y como si fuesen una fotografía algo viejos de otra época como si hubieran pasado miles de años sobre ellos. Estaba demasiado sorprendida de ello.
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Re: What do You Got? [Yude]
Sonrió estrechándole -¿Yo? ¿Por qué? - Casi se rio ante el comentario -Yo creyéndote alguna creatura que la magia envolvía - Lo cierto es que él creía en la magia pero no en hadas no relatos que le parecían realmente poco creíbles. Si un día veía algo como eso, pensaría que de una ilusión se tratase -Además ... - Dijo eso acercándose a su oído, como quien cuenta un secreto -Parecías como una muñeca, de esas muñecas de porcelana que están en los aparadores de las tiendas... esas muñecas que parecen inalcanzables - el tono de su voz era más íntimo en ese momento -Y tu aura, tenía esos colores que yo no había visto antes - No sabía qué era, pero le había parecido algo entre natural y extraño para olvidar.
Deslizó sus manos por la delgada figura, por su vientre y sus piernas con ligereza. No prestó demasiada atención a la figura que apareció casi a su lado -Pueden hacerse corpóreos, aunque es más una ilusión a nuestros sentidos... No están vivos, es como aparentar ser uno de nosotros aún - Quien se había mostrado era Egyed, con su imponente porte y esa mirada penetrante que él nunca se interesó en saber qué ocultaba. Como usando su figura, de reojo vio aparecer a la figura de aquel de rubios cabellos y porte elegante. A Alexis siempre le había llamado la atención aquella forma de moverse que tenía, algo que no veía con regularidad por los lugares en los que él se movía.
Egyed era imponente, se veía más alto y se divertía de unas formas bastante extrañas en ocasiones. Alexis besó el hombro de Yude mientras los veía, recargándose en ella, demasiado acostumbrado a verlos como para sorprenderse aunque fuese un poco. Cerró los ojos alcanzando a ver al británico hacer una reverencia ligera hacia ellos. sonrió, parecían algo cohibidos ahora, porque no dijeron palabra alguna, como si esperaran que ella les dijese algo para no irrumpir con sus voces en aquel lugar.
No pensó en responder aquella última pregunta, pues desconocía la respuesta -Más de lo que una vida pudiese durar -Respondió la voz tranquila y amable de Arthur. Hasta donde el brujo sabía, no habían estado en el mismo lugar ni en el mismo tiempo. Arthur pertenecía sin que él supiese a una historia más antigua, Egyed, con un nombre que era diferente al que había tenido en vida, había muerto hacía más de que un par de cientos de años. No le importaba. Su padre les había invocado y ahora estaban aquí, prestándole su fuerza cuando era necesario. Era todo lo que necesitaba saber.
Deslizó sus manos por la delgada figura, por su vientre y sus piernas con ligereza. No prestó demasiada atención a la figura que apareció casi a su lado -Pueden hacerse corpóreos, aunque es más una ilusión a nuestros sentidos... No están vivos, es como aparentar ser uno de nosotros aún - Quien se había mostrado era Egyed, con su imponente porte y esa mirada penetrante que él nunca se interesó en saber qué ocultaba. Como usando su figura, de reojo vio aparecer a la figura de aquel de rubios cabellos y porte elegante. A Alexis siempre le había llamado la atención aquella forma de moverse que tenía, algo que no veía con regularidad por los lugares en los que él se movía.
Egyed era imponente, se veía más alto y se divertía de unas formas bastante extrañas en ocasiones. Alexis besó el hombro de Yude mientras los veía, recargándose en ella, demasiado acostumbrado a verlos como para sorprenderse aunque fuese un poco. Cerró los ojos alcanzando a ver al británico hacer una reverencia ligera hacia ellos. sonrió, parecían algo cohibidos ahora, porque no dijeron palabra alguna, como si esperaran que ella les dijese algo para no irrumpir con sus voces en aquel lugar.
No pensó en responder aquella última pregunta, pues desconocía la respuesta -Más de lo que una vida pudiese durar -Respondió la voz tranquila y amable de Arthur. Hasta donde el brujo sabía, no habían estado en el mismo lugar ni en el mismo tiempo. Arthur pertenecía sin que él supiese a una historia más antigua, Egyed, con un nombre que era diferente al que había tenido en vida, había muerto hacía más de que un par de cientos de años. No le importaba. Su padre les había invocado y ahora estaban aquí, prestándole su fuerza cuando era necesario. Era todo lo que necesitaba saber.
Alexis VanVollehoven- Hechicero Clase Baja
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Re: What do You Got? [Yude]
Yude sonrío al escuchar esas cosas, se lo habían dicho antes, pero que él las dijera le parecía algo menos común, algo especial y agradable, le abrazo con fuerza, antes de todo dejo un beso suave en aquellos labios que se atrevieron a dejar aquella caricia. –Al principio me causabas temor, habían colores tan oscuros rodeándote –Susurró –Jamás pensé que mi aura tuviera algo especial, la tuya más que nada se me hizo atractiva. –Besó la punta de su nariz y se quedó viendo sus ojos, eran profundos, ese color era hermoso, le hubiera gustado tener ese color pero ahora podía admirar los de él, le resultaba extraño mirar a alguien así tan fijamente pero con él no tenía problema alguno o eso parecía.
Se había removido por la caricia en ese momento tratando de escucharle con atención, pero sus caricias se habían vuelto más ‘especiales’ por decirlo de algún modo. –Corpóreos –Susurró, había leído el término, y de pronto parecía que todo había cambiado. De pronto la explicación termino en ese momento, sintió la caricia en su hombro, volteó cuando escucho la voz, no se había dado cuenta, casi quiso saltar de las piernas de Alexis, ¿tan cerca estaban?, es que no sentía su presencia, suponía que solo un brujo podía y ella no era nada de eso, solo una persona común comparada con el hombre que amaba.
Observó lentamente antes de decir algo, parecían sacados de un cuento, de algún libro, sus ropajes, e inclusive sus facciones, le parecía encantador la persona que hablaba, mordió su labio inferior, no quería ser irrespetuosa ni nada, pero aquel chiquillo le parecía sumamente atractivo, pequeño, era todo un niño ante sus ojos. –Es lindo –Susurró con ese tono lleno de encanto en su voz, -Es sumamente lindo –sus cabellos, su delgada figura y su manera de hablar, era una persona con modales. -¿Cuál es tu nombre? –No sabía que mas preguntar, Yude estaba maravillada con lo que estaba viendo, como si todo fuera simple ¿magia?, claro que lo era, era estúpido pero no encontraba otra palabra que lo definiera.
Y su mirada se desvió mas allá, lo que vio la dejo con las mejillas sonrojadas, bajo la mirada y a su vez busco el rostro de Alexis –Aquel es aun más atractivo pero parece un asesino –Murmuró sin más, estaba nerviosa, se levanto y camino donde el espíritu de rubios cabellos y acaricio su mejilla, quería comprobar, se sentía como una persona común y corriente. -¿Es qué usted no piensa acercase? –Preguntó al otro sujeto sin más, aunque por dentro estuviera nerviosa ante tal presencia, la cual le daba escalofríos.
Se había removido por la caricia en ese momento tratando de escucharle con atención, pero sus caricias se habían vuelto más ‘especiales’ por decirlo de algún modo. –Corpóreos –Susurró, había leído el término, y de pronto parecía que todo había cambiado. De pronto la explicación termino en ese momento, sintió la caricia en su hombro, volteó cuando escucho la voz, no se había dado cuenta, casi quiso saltar de las piernas de Alexis, ¿tan cerca estaban?, es que no sentía su presencia, suponía que solo un brujo podía y ella no era nada de eso, solo una persona común comparada con el hombre que amaba.
Observó lentamente antes de decir algo, parecían sacados de un cuento, de algún libro, sus ropajes, e inclusive sus facciones, le parecía encantador la persona que hablaba, mordió su labio inferior, no quería ser irrespetuosa ni nada, pero aquel chiquillo le parecía sumamente atractivo, pequeño, era todo un niño ante sus ojos. –Es lindo –Susurró con ese tono lleno de encanto en su voz, -Es sumamente lindo –sus cabellos, su delgada figura y su manera de hablar, era una persona con modales. -¿Cuál es tu nombre? –No sabía que mas preguntar, Yude estaba maravillada con lo que estaba viendo, como si todo fuera simple ¿magia?, claro que lo era, era estúpido pero no encontraba otra palabra que lo definiera.
Y su mirada se desvió mas allá, lo que vio la dejo con las mejillas sonrojadas, bajo la mirada y a su vez busco el rostro de Alexis –Aquel es aun más atractivo pero parece un asesino –Murmuró sin más, estaba nerviosa, se levanto y camino donde el espíritu de rubios cabellos y acaricio su mejilla, quería comprobar, se sentía como una persona común y corriente. -¿Es qué usted no piensa acercase? –Preguntó al otro sujeto sin más, aunque por dentro estuviera nerviosa ante tal presencia, la cual le daba escalofríos.
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Re: What do You Got? [Yude]
Suspiró apretándole contra su cuerpo por un momento, al menos hasta que ella habló. Lindo, el nunca había pensado algo así de él, pero era probablemente porque cuando le conoció el apenas llevaba unos cuantos años encima, insuficientes para verle salvo como un adulto y alguien responsable y con un honor que no había logrado inculcarle con su compañero dándole consejos.
Alexis permaneció en su sitio y soltó una risa que no pudo contener -Tal vez eso justamente era... - Aunque nunca había preguntado, en todo ese tiempo por supuesto que había logrado vislumbrar ciertas cosas de ambos. Pero no lo sabía con exatitud, pero muchas veces, cuando niño, había visto aquella mirada siniestra en los ojos oscuros del fantasma, como un pesadilla cobrase un tinte de vida. En algún momento habían dejado de darle escalofríos.
El de apariencia más joven siguió los movimiento de la gitana como si eso no fuese algo común, porque no lo era en realidad. Raras eran las veces que ellos conocían a alguien cercano a Alexis o bien, mucho más raro era poder estar de esa forma cerca de ellos. -Arthur - contestó el joven de cabellos rubios a la pregunta de la muchacha. Esa era la primera vez que Alexis pensó que había contestado con cierta simpleza a un cuestionamiento como ese. Decir solo su nombre, no era la primera vez pero normalmente alguna frase terminaba acompañando sus palabras.
Un momento y Egyed estaba a un lado de ambos, con esa sonrisa ligeramente torcida en la expresión de su cara -Si me desea más cerca, así será. O debería tal vez aludir a su sentido de dupervivencia - Egyed, por mucho, podía notar el efecto que causaba en otros. Lo sabía y parecía divertirle, al parecer, aqel dejo de temor en la mirada de quien le veía.
-No os preocupéis por sus palabras, ningún daño podría haceros - La mirada ojiazul se dirigió a Alexis. A pesar de todo, confiaban en el chico que les mantenía en este mundo, porque sabían que tenía el potencial suficiente como brujo, lo habían ido notando y gracias a eso no eran espíritus que hubiesen perdido la cordura en aquellos años -No sería prudente provocar la ira de quien nos da asilo - Dijo el moreno viéndola con fijeza. Era justamente hermosa, pero era el color de sus cabellos o algo en ella que le traía viejos recuerdos de una persona que había conocido y ppor quien hubiese hubiese luchado hasta su muerte.
Alexis permaneció en su sitio y soltó una risa que no pudo contener -Tal vez eso justamente era... - Aunque nunca había preguntado, en todo ese tiempo por supuesto que había logrado vislumbrar ciertas cosas de ambos. Pero no lo sabía con exatitud, pero muchas veces, cuando niño, había visto aquella mirada siniestra en los ojos oscuros del fantasma, como un pesadilla cobrase un tinte de vida. En algún momento habían dejado de darle escalofríos.
El de apariencia más joven siguió los movimiento de la gitana como si eso no fuese algo común, porque no lo era en realidad. Raras eran las veces que ellos conocían a alguien cercano a Alexis o bien, mucho más raro era poder estar de esa forma cerca de ellos. -Arthur - contestó el joven de cabellos rubios a la pregunta de la muchacha. Esa era la primera vez que Alexis pensó que había contestado con cierta simpleza a un cuestionamiento como ese. Decir solo su nombre, no era la primera vez pero normalmente alguna frase terminaba acompañando sus palabras.
Un momento y Egyed estaba a un lado de ambos, con esa sonrisa ligeramente torcida en la expresión de su cara -Si me desea más cerca, así será. O debería tal vez aludir a su sentido de dupervivencia - Egyed, por mucho, podía notar el efecto que causaba en otros. Lo sabía y parecía divertirle, al parecer, aqel dejo de temor en la mirada de quien le veía.
-No os preocupéis por sus palabras, ningún daño podría haceros - La mirada ojiazul se dirigió a Alexis. A pesar de todo, confiaban en el chico que les mantenía en este mundo, porque sabían que tenía el potencial suficiente como brujo, lo habían ido notando y gracias a eso no eran espíritus que hubiesen perdido la cordura en aquellos años -No sería prudente provocar la ira de quien nos da asilo - Dijo el moreno viéndola con fijeza. Era justamente hermosa, pero era el color de sus cabellos o algo en ella que le traía viejos recuerdos de una persona que había conocido y ppor quien hubiese hubiese luchado hasta su muerte.
Alexis VanVollehoven- Hechicero Clase Baja
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Re: What do You Got? [Yude]
No se sentía rara o algo así, era mas bien algo ‘extraordinario’, no común, pero de alguna manera se le hacía como una especie de presentación. –Siento que estoy conociendo a parte de tu familia, sé que ellos no lo son, pero han estado contigo desde siempre, ¿no es así? –Susurró volteando donde se encontraba su esposo. Le parecían demasiado curiosos, claro no eran del todo ‘reales’ a la vista pero estaban ahí, era la prueba definitiva. Yude con mucho cuidado se acercó al otro sujeto no sin antes detener sus pasos quedando en medio de los dos espíritus. ¿Es que acaso le tenían miedo a Alexis?, era cierto que no se conocían aun del todo bien, pero no se imaginaba en ese momento ni en ningún otro de lo que el brujo sería capaz de hacer, ahora que veía bien las cosas Alexis bien podría ser igual a ese sujeto que cargaba un aura tan pesada y de colores tan vivos como el fuego. Sus facciones por un momento cambiaron al estar mirando al brujo.
-¿Cuál es su nombre? –Preguntó al otro sujeto, sin dejar de ver a Alexis, se preguntaba si a ella le pasará algo, él de qué sería capaz, era un brujo, no sabía que tan ‘experimentado’ pero sabía bien que no había pasado. Trataba de olvidar el tema y concentrarse en ellos, ahora que estaban presentes antes de que se desvanecieran porque si bien recordaba el brujo le había dicho que no por mucho estarían así. –Quizás no acierte a esto, pero déjeme adivinar. ¿Fue el típico matón cuando estaba vivo?, no es que sea demasiado buena en esto del aura pero ciertamente tiene un color negro, rojo… algo tan vivo y fuerte y sin embargo...–Volteó a ver al rubio que le parecía apenas un niño, claro un poco mayor pero con el rostro demasiado inocente. –Usted Arthur es totalmente diferente… quizás por eso están juntos. –Sí, algo complementario o así se le hacía la situación. Se acercó al moreno y tomo su mano, parecía tan real, tan fuerte, si quisiera podía tomar la cabeza de la gitana y apretarla para matarla. Le miró fijamente y le sonrío para después soltarle y acomodarse los cabellos.
-¿Recuerdan como murieron?... –Claro quería saber mucho de ellos pero no quería dar la impresión de que era demasiado curiosa. – He leído que cuando están aquí varados es porque tienen un asunto pendiente, ¿no saben qué los detiene o la razón que los mantiene aquí es diferente? –No sabía demasiado y no es que hablara mucho del asunto con Alexis, a veces solo leía los libros que el muchacho llevaba a casa pero nunca deseo molestarle con semejantes cosas.
-¿Cuál es su nombre? –Preguntó al otro sujeto, sin dejar de ver a Alexis, se preguntaba si a ella le pasará algo, él de qué sería capaz, era un brujo, no sabía que tan ‘experimentado’ pero sabía bien que no había pasado. Trataba de olvidar el tema y concentrarse en ellos, ahora que estaban presentes antes de que se desvanecieran porque si bien recordaba el brujo le había dicho que no por mucho estarían así. –Quizás no acierte a esto, pero déjeme adivinar. ¿Fue el típico matón cuando estaba vivo?, no es que sea demasiado buena en esto del aura pero ciertamente tiene un color negro, rojo… algo tan vivo y fuerte y sin embargo...–Volteó a ver al rubio que le parecía apenas un niño, claro un poco mayor pero con el rostro demasiado inocente. –Usted Arthur es totalmente diferente… quizás por eso están juntos. –Sí, algo complementario o así se le hacía la situación. Se acercó al moreno y tomo su mano, parecía tan real, tan fuerte, si quisiera podía tomar la cabeza de la gitana y apretarla para matarla. Le miró fijamente y le sonrío para después soltarle y acomodarse los cabellos.
-¿Recuerdan como murieron?... –Claro quería saber mucho de ellos pero no quería dar la impresión de que era demasiado curiosa. – He leído que cuando están aquí varados es porque tienen un asunto pendiente, ¿no saben qué los detiene o la razón que los mantiene aquí es diferente? –No sabía demasiado y no es que hablara mucho del asunto con Alexis, a veces solo leía los libros que el muchacho llevaba a casa pero nunca deseo molestarle con semejantes cosas.
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Re: What do You Got? [Yude]
Alexis parecía divertido solo viendo la escena. Incluso cuando Yude le miró solo le dedicó una mirada más bien divertida. Asintió, porque al pensarlo se daba cuenta de que aquel par era lo más cercano que había tenido a una familia, a alguien que velara por él, si bien no había sido lo convencional, pues cuando tuvo cierto poder de decidir, bien los había ignorado en más de una ocasión a pesar de lo reacios que podían ser ellos en cuanto a ciertas cosas.
-Egyed... -fue el brujo quien contestó por ambos, aquel nombre, del que sabía no era su nombre real, para alguien como él si ellos no querían hablar sobre ello, estaba perfectamente. Eran sus aliados, pero él nunca, después de un tiempo, había sido tan curioso como para rebuscar en sus identidades.
Y el moreno solo sonrió ante las palabras de la mujercita, menuda y delgada frente a él -Temo que su descripción sea demasiado ligera en contraste con la realidad -Era ser indulgente con los actos que había cometido. Con toda la historia que se había creado en torno a su figura. Sobre los colores en el aura, ellos no sabían nada, ni aun con lo que les decía el brujo, ni por cualquier cosa que ellos mismos pudiesen saber.
Arthur sintió algo curioso en lo que decía, ese contraste entre ambos era probablemente la razón por la que estaban juntos, pero no lo habían decidido ellos mismos. Habían estado observando a la muchacha justo a Alexis todo ese tiempo, así que en realidad ninguno de los dos se sentía especialmente tímido al respecto, sobre todo porque el carácter de ambos tenía esa seguridad que si bien no era algo que tuviesen realmente en común, pues la esencia de algo simple como ello variaba de tal forma en cada uno.
Y tan acostumbrados como estaban a su compañía a estas alturas, se miraron el uno al otro con esa última pregunta antes de intentar responderle -Las razones son regularmente las que mencionáis, pero no ha sido la razón por la que ambos estamos aquí. No hemos dispuesto alargar nuestra presencia en esta tierra por algo que en la vida no hubiesemos logrado- El joven británico observó a Alexis -Hemos sido invocados por un brujo a este mundo que ya habíamos abandonado. No hay ni asuntos pendientes ni algún resentimiento que nos mantenga atados en este lugar - Egyed señaló al jovenzuelo sentado detrás de ella a un par de metros.
Como si le tocase complementar sus palabras, Alexis suspiró -Han sido invocados por mi padre - explicó a muy grandes rasgos.
-Egyed... -fue el brujo quien contestó por ambos, aquel nombre, del que sabía no era su nombre real, para alguien como él si ellos no querían hablar sobre ello, estaba perfectamente. Eran sus aliados, pero él nunca, después de un tiempo, había sido tan curioso como para rebuscar en sus identidades.
Y el moreno solo sonrió ante las palabras de la mujercita, menuda y delgada frente a él -Temo que su descripción sea demasiado ligera en contraste con la realidad -Era ser indulgente con los actos que había cometido. Con toda la historia que se había creado en torno a su figura. Sobre los colores en el aura, ellos no sabían nada, ni aun con lo que les decía el brujo, ni por cualquier cosa que ellos mismos pudiesen saber.
Arthur sintió algo curioso en lo que decía, ese contraste entre ambos era probablemente la razón por la que estaban juntos, pero no lo habían decidido ellos mismos. Habían estado observando a la muchacha justo a Alexis todo ese tiempo, así que en realidad ninguno de los dos se sentía especialmente tímido al respecto, sobre todo porque el carácter de ambos tenía esa seguridad que si bien no era algo que tuviesen realmente en común, pues la esencia de algo simple como ello variaba de tal forma en cada uno.
Y tan acostumbrados como estaban a su compañía a estas alturas, se miraron el uno al otro con esa última pregunta antes de intentar responderle -Las razones son regularmente las que mencionáis, pero no ha sido la razón por la que ambos estamos aquí. No hemos dispuesto alargar nuestra presencia en esta tierra por algo que en la vida no hubiesemos logrado- El joven británico observó a Alexis -Hemos sido invocados por un brujo a este mundo que ya habíamos abandonado. No hay ni asuntos pendientes ni algún resentimiento que nos mantenga atados en este lugar - Egyed señaló al jovenzuelo sentado detrás de ella a un par de metros.
Como si le tocase complementar sus palabras, Alexis suspiró -Han sido invocados por mi padre - explicó a muy grandes rasgos.
Alexis VanVollehoven- Hechicero Clase Baja
- Mensajes : 632
Fecha de inscripción : 05/10/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: What do You Got? [Yude]
Por un momento Yude sintió una especie de celos y quizás envidia, era un poco ‘normal’, viendo a Alexis y aquellos dos seres frente a ella, le hubiera gustado demasiado aprender aquello de la magia y no ser un intento de gitana que ni las cartas sabía leer o ni los colores del aura descifrar, suspiró bajito, sin gestos para quien se decía llamar su esposo no captara nada de aquello. Recordando los libros que aquel dejaba parecía que sus sentimientos negativos ante Alexis crecían mas y si los leía era por ello, tan solo quería saber y no ser una persona tan simple como lo era ella, ‘inútil’ mas bien, pero claro si le decía eso al brujo quizás este creería mas en la locura de la gitana.
Parpadeo escuchando aquello. El nombre, algo extraño, como si no fuera real –E G Y E D –Pronunció cada silaba con ese toque ruso que caracterizaba su francés. Le observaba de pies a cabeza, diferente a Alexis y Arthur, incluso se veían demasiado niños a su lado. Sonrió de forma amable – Quizás si pudiéramos conocernos mejor aquella descripción dejaría de ser tan simple. –Dijo sin pensar, solo sabía que ambos eran algo fuera de lo normal, algo que ella jamás podría invocar, estaba mas allá de sus habilidades pero tenía la dicha interactuar con ellos.
Escuchó al rubio hablar para que después el moreno lo secundara, enarcó una ceja y después la voz de Alexis le hizo voltear, camino un poco alejándose de los tres viéndolos fijamente y alternadamente. -¿Tu padre? –Murmuró, claro ella no sabía nada de Alexis y es que tampoco el brujo sabía nada de su pasado y lo que vivió fue algo demasiado duro. -¿Cómo era el padre de Alexis?, ¿Se parecía en él?, ¿Sus habilidades eran igual de buenas? –La boca de la gitana comenzó a ‘descoserse’ por decirlo de alguna forma, sí, aquellos sabían todo y ella curiosa deseaba saber. -¿De qué época son?, sus vestimentas son tan diferentes… su carácter y lo sé que siempre debe existir un balance entre el bien –miró a Arthur –y el mal –fijo sus orbes azules en el moreno. -¿Pero por qué a un asesino tan frío? –quizás su pregunta no era la mejor formulada pero se daba a entender, quería saber los motivos y quizás su prudencia se perdió, quizás Alexis se molestaría pero en ese momento dejo de pensar.
Parpadeo escuchando aquello. El nombre, algo extraño, como si no fuera real –E G Y E D –Pronunció cada silaba con ese toque ruso que caracterizaba su francés. Le observaba de pies a cabeza, diferente a Alexis y Arthur, incluso se veían demasiado niños a su lado. Sonrió de forma amable – Quizás si pudiéramos conocernos mejor aquella descripción dejaría de ser tan simple. –Dijo sin pensar, solo sabía que ambos eran algo fuera de lo normal, algo que ella jamás podría invocar, estaba mas allá de sus habilidades pero tenía la dicha interactuar con ellos.
Escuchó al rubio hablar para que después el moreno lo secundara, enarcó una ceja y después la voz de Alexis le hizo voltear, camino un poco alejándose de los tres viéndolos fijamente y alternadamente. -¿Tu padre? –Murmuró, claro ella no sabía nada de Alexis y es que tampoco el brujo sabía nada de su pasado y lo que vivió fue algo demasiado duro. -¿Cómo era el padre de Alexis?, ¿Se parecía en él?, ¿Sus habilidades eran igual de buenas? –La boca de la gitana comenzó a ‘descoserse’ por decirlo de alguna forma, sí, aquellos sabían todo y ella curiosa deseaba saber. -¿De qué época son?, sus vestimentas son tan diferentes… su carácter y lo sé que siempre debe existir un balance entre el bien –miró a Arthur –y el mal –fijo sus orbes azules en el moreno. -¿Pero por qué a un asesino tan frío? –quizás su pregunta no era la mejor formulada pero se daba a entender, quería saber los motivos y quizás su prudencia se perdió, quizás Alexis se molestaría pero en ese momento dejo de pensar.
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