What do You Got? [Yude]

Alexis se rió al escucharla decir el nombre del fantasma y su idea de conocerlos mejor -Conocernos llevará un tiempo -Alexis se había movido de lugar mientras el aludido intervenía, solo para acercarse a la gitana. De algún modo se sentía tranquilo ahora. No había tenido intención de contarle nada en un inicio, o diciéndolo de la forma que era, no se le había ocurrido que podía realmente presentarlos.

La costumbre era que él sabía de ellos y rara vez otros se percataban, a menos que fuese otro brujo como él. Suspiró y dejó que ellos siguieran ahí, era como si tuviese un peso menos encima, incluso si no lo había sentido como tal.

El brujo abrazó a la chica, pero no respondió a las preguntas, al ver eso, Arthur se dio cuenta de que era por que era una cuestión que él probablemente no sabría cómo responder.

-Lo hay, pero aquel hombre tenía una habilidad superior - No es que hiciera menos al joven que estaba con ellos, su potencial era bueno, pero aún no había aprendido tanto como lo había hecho su progenitor.

-Físicamente, él probablemente se parezca más a su madre, pero tiene unos rasgos de su padre que saltan a la vista, como el color de sus ojos - No es que lo hubiese visto mucho tiempo, apenas habían sido unos minutos pero su memoria no era como la de un ser humano, así que podía recordar eso con una facilidad que no habría tenido en vida.

Las preguntas que ella hacía dibujaron en uno una sonrisa y en el otro algo parecido a la preocupación. Pero ninguno parecía no querer responder -No ha sido el equilibrio - Arthur miró con serenidad a Yude por un instante -Habrá creído que de traer a alguien de la muerte debía elegir dos posibilidades que pudiesen cumplir su deseo, así fuesen polos contrarios... - Arthur miró a Egyed, ciertamente se veían diferentes, habían pertenecido a épocas y lugares distintos-Alguien que es conocido por las leyendas que surgieron en su nombre, uno por el honor y la moralidad que el otro no tendría - En la voz de él había un tanto de ironía -No he sido simplemente un asesino, he vivido conforme a lo que he creído y lo que disfrutaba... -Dijo como si eso lo justificara.

Por un momento, el muchacho sintió algo que rara vez sentía, aquella ligera opresión en el pecho mientras escuchaba. Arthur había sonreído -Ha sido el mismo color e intensidad en su mirada lo que he visto- El brujo no podía saberlo, apenas lo recordaba y a través del tiempo las memorias podían ser engañosas.

Y hubo un asentimiento, pero Alexis había bajado la mirada. Él nunca había hecho preguntas, no demasiadas, no desde hace mucho tiempo. Sabía que ellos no eran solo personas cualquiera, pero de algún modo había evitado preguntar cosas concretas acerca de ellos. Era algo que no tenía fundamento, pero cierto temor le había acompañado ese tiempo.

Ambos fantasmas sabían bien la respuesta y ningún daño haría revelarla, además probablemente eso explicaría la razón que había guiado su decisión de quedarse -Su deseo... salvar a su familia... - Y una discreta mirada paso al muchacho mientras decía eso, el cual solo afirmó el abrazo que tenía sobre la que era su esposa.

-Pero ha sido en el último instante.. -soltó un suspiro apagado mientras le soltaba -La única persona que se ha salvado de morir ese día he sido yo...- Agradecía eso, no se sentía culpable en ese sentido -Los ha invocado... no sé cómo ha pensado justo en ellos... - No, en verdad, el había hojeado todos aquellos libros, de los cuales muchos habían sido devorados por el fuego aquel día.

-Ha invocado a dos personas diferentes, pero ambas capaces de romper las barreras que él se creía incapaz... pero lo ha logrado - Egyed parecía confiado, tal vez demasiado.

Y entonces ella pareció dar en el clavo, una leve reacción en el rostro del que parecía más jóven-Justo como eso - Respondió y el solo se quedó quieto, sin mirarlo. Arthur por su lado lo sabía, que incluso si se fingía ignorante, durante aquellos años no podría haberlo sido por completo, al menos no con quien era él. Egyed era un cuento aparte, de algun modo, aunque era más cínico, el hecho de que no llevara su nombre real ahora hacía un poco difícil a veces tener idea de quién había sido.

Egyed rió con ganas -¿A qué llamas amor, mujer? ¿a un amor como el tuyo? ¿Crees que no he snetido ninguna clase de amor? ¿que no he admirado a nadie? - Él lo había hecho, y había sentido amor por el reino en el que vivía, por la mujer que le hizo creer que podía llegar aún más lejos. Y había amado, entre muchas cosas la guerra, la sensación que le había traído en plena batalla. Era eso a lo que no había podido renunciar, incluso después -Tal vez tu amor y el mío, tu pasión y la mía... sean algo distinto... -se había acercado. Por mucho que tuviese aquella aura y esa aparente estatura que podía intimidar, Alexis se había acostumbrado a ello desde pequeño y no se inmutó, pero se mantuvo detrás de ella, podía ser que ella no retrocediera, pero aquella miradaera sin duda la de alguien que había tomado muchas vidas.

-Basta Egyed... -Y como si una llama se hubiese apagado, aquel brillo en los ojos del moreno se desvaneció mientras retrocedía y Arthur se ponía a su lado -Aburrido.. -masculló para el rubio.

Alexis negó -No, no tenía hermanos. Vivíamos solo los tres en esta misma casa - contestó de forma automática, sin atraer recuerdos incluso si se refería a la familia que había perdido. No imaginaba más allá de eso, así que era imposible para él pensar en algún hermano o algo similar, según había tenido la idea, nunca había tenido más familiares que sus padres, o nunca los conoció por lo menos.

Ninguno de los fantasmas imaginaba lo que la chica estaba pensando en un inicio. A Egyed le sorprendió un poco que ella aceptara con tal naturalidad las palabras de Arthur al decir que era justo aquella leyenda que se había convertido más como un cuento infantil a su gusto. Pero por el tiempo que llevaban viéndole de lejos, pensó que tal vez estaba esperando algo que no sucedería, aunque algo de sorpresa habría sido algo que cualquiera tendría, aunque en ella parecía ser curiosidad. Pero tanto como la había visto a ella, había mucho más que conocía del rubio como para conocer su respuesta aún antes de que la diese.

-Cuando las historias trascienden el tiempo, es mejor no develar su veracidad o su falsedad - La sonrisa tranquila y prudente como cada vez que se refería a aquel tema. Ciertamente mucha de su historia tenía los tintes de verdad que él recordaba. Su nombre traía a la mente de la mayoría que conocía su historia valores y una personalidad que era algo que él no podría acusar de cierto o falso -Mi tiempo ha pasado, si mi nombre ha de traer un sentimiento positivo, no importan tanto los detalles - Porque eran detalles al fin y al cabo.

Egyed se rió antes de contestar la pregunta que había sido dirigida a él -No soy ningún cuento para espantar niños, muchacha, pero mi historia puede saberse, como él...- señaló a Arthur que hizo un gesto antes de desviar la mirada -... mi nombre ha de trascender los tiempos, pero con una razón muy diferente... no te diré quien fui, no ahora -Dijo por una vez teniendo algo de consideración, tampoco era algo que pudiese decir en un momento así.

Se enderezó como si nada, como si así diese fin a la pregunta, sin haber saciado la curiosidad de la gitana. -Para hablar de nuestras vidas necesitaríamos más que una simple noche. Incluso vosotros, siendo más joven que nosotros al perecer, tendríais más que contar de lo que unas cuantas horas pueden darnos - Sabían bien que había amado cada uno y en ello había similitudes, incluso si eran polos opuestos de una moneda en cuanto a valores y acciones.

Alexis había omitido el responder al menos de forma inmediata a la pregunta, no hizo ningún gesto, pero no había esperado que ella le hiciese esa pregunta. De la nada, incluso sin prestar demasiada atención a sus dos aliados, soltó una respuesta -No podría hacerlo... no podría invocarles... Lo intenté, pero ellos ya no estaban en la tierra. No halle rastro de ellos... y no quise despertarlos de ese sueño eterno...- Sentía que no podía hacer tal cosa, probablemente ni siquiera hubiese podido llegar a hacerlo. Tenía todo lo que necesitaba para hacerlo, menos su corazón en ello. Le había dolido, había sufrido por la pérdida, pero  no tenía ningún pendiente como para hacer semejante acto. La única ocasión, de esa misma que hablaba, había ocurrido porque se había sentido solo, un par de años después del suceso, una vez que se había percatado que le era posible con lo que su padre le había enseñado. Era irónico como la vida te señalaba el camino sin saberlo. Acercándolo a ese mundo en el que la magia era real pero castigada con muerte.