Disaster {Yude}

Sintió que la piel se le erizaba con su tacto y palabras de nuevo esa sensación sobre su pecho, le dolía aquello, escucharlo así, poco a poco abrió los ojos viéndole, se incorporo sentándose a su lado y bajo la mirada con ganas de llorar de pronto aquello pero solo escucho atenta a aquellas cosas que decía, con lentitud se levanto pareciera como si lo evitara. Solo se puso de rodillas ante él y con un poco de presión sobre los hombros le obligo a sentarse, se acercó entre aquel pequeño espacio que su entrepierna formaba y le abrazo pasando los brazos por su cuello, lo abrazo con fuerza, -Diles que se callen –Susurro inconscientemente, aquello quizás le había dejado sensible, pero hasta ella creía que había demasiadas voces a su alrededor…Eran un constante martirio escucharles hablar o susurrar cosas, incluso si era para llevarla a ese borde sin fondo.

Sus lagrimas comenzaron a rodar por sus mejillas y solo le observo regresando el rostro donde el ajeno –Lo siento mucho…-Su voz estaba demasiado afectada, recargo su frente contra la ajena, no deseaba hacerle eso, ni siquiera intentaba proyectarlo así –Es que te amo tanto… No quiero hacerte daño, perdóname… solo, es que no puedo con tanto, me duele todo, el cuerpo, el alma, tengo miedo a la oscuridad, a que seas como siempre tan callado, eso me da miedo, siento que no hablo con nadie…-Se aferro a él con la poca fuerza que tenía, sintiendo que todo el cuerpo le temblaba al verle a través de las lágrimas – Yo tampoco he sentido jamás nada por nadie, cuando estas junto a mí no entiendo nada y siento que lo que hago es inútil para complacerte solo puedo callarme y alejarme porque no sé que más hacer o de que forma hablarte y hacerte sentir esto que yo siento… Quizás es tu seriedad la que me lastima…- musito después de darle un beso suave sobre aquellos labios, no quería decir algo inapropiado a ello.

Nunca antes había sido tan expresiva, inclusive su silencio aunque pareciera de lo más sepulcral tenía algo que los demás malinterpretaban –Solo háblame, solo eso, envuélveme en tus palabras, no necesito mucho, solo sentirte más cerca e intimo quiero que seas parte de mí, solo eso, este dolor no se va ir, Alexis… No es demasiado tarde… no lo veas así… -sus manos se desviaron a ese rostro tan varonil, la piel suave y cálida, cerro por un momento los ojos –Es doloroso estar así, pasar por esto, pero seguiremos aquí, aun debes protegerme aunque sean de mis propios miedos… -Quería dejar de sentirse así, de darle aquella imagen a él, solo no quería llevarlo a ese dolor también, quizá compartirlo pero no hundirse como ella lo hacía…-vamos estar aquí, aun me tienes, no es tarde y después el tiempo dirá…-dejo de hablar viendo aquella casa, quería decir más, pero por ese momento solo quería sentir el cuerpo ajeno envolviendo el suyo… -Gracias, seguiremos aquí, no hagas caso de esas voces… Esta casa volverá a ser tu hogar, lo prometo… -Acaricio su espalda, abrazándose con fuerza aun sollozando, se acercó a su mejilla y le beso recostando el rostro sobre aquel hombro, sin dejar de verle.

Se soltó a llorar entre sus brazos, amaba ese calor que solo él podría proporcionarle en un momento cuando su cuerpo parecía más gélido que de costumbre, se había aferrando a él, sin separar su mirada, sin dejar de escuchar aquellas voces, no sabía si eran producto de su imaginación, solo se quedo de esa manera junto a él, escuchando lo que tenía que decir, sin embargo aquello que pedía era realmente difícil. – No eres él único que ha pasado demasiadas cosas solo, también es tan desesperante no poder dejar que formes parte de todo lo que he pasado. Solo que transmitirte este dolor es mucho más difícil… -se limpio las lagrimas de una manera brusca porque estas no paraban de empaparle el rostro –Que tu cuerpo sea tomado en contra de tu voluntad, que te desgarren por dentro hasta arrancarte más que una vida… es muy difícil y no me importa, solo me conformaría con que me repitieras que todo esta bien, que no va a pasar nada, que no te alejes cuando yo lo hago, perdón no suelo pedir las cosas, menos cosas como esas pero en este momento es lo que necesito. –Se aferro a su cuello dejando que las lágrimas salieran de nuevo.

Pensaba que aquello podría ser superado pero cada que cerraba los ojos o daba un paso el dolor estaba ahí y lo que se había perdido no podía ser recuperado, era demasiado tonta e ingenua al a verse hecho ilusiones con algo así, solo por eso se sentía estúpida cargando con ese dolor, eso era lo que más le dolía y era como un secreto le avergonzaba ese simple hecho, eso quería guardarlo y conservarlo, tampoco quería decirle a él, sentía que sonaría de esa manera a oídos de cualquiera y le daba miedo que le dijeran algo totalmente diferente. Simplemente se quedo ahí aferra al calor que le proporcionaba ese cuerpo y del cual necesitaba en esos momentos.

Se separo cuando sus manos estuvieron de nuevo sobre su cuello, le escucho tratando de comprender aquello, observo aquella piedra, aquel objeto sobre su cuello, y le sonrío, él estaba haciendo demasiado por ella, eso lo agradecía con un pequeño roce en los labios, asintió a todo lo que decía, a cada una de sus palabras, incluso aunque le parecieran extrañas. ¿Su única familia?, eso sonaba bien, por ahora en ese momento todo parecía mejor.

Se le abrazo con fuerza sin embargo cuando le estrecho de esa manera un quejido salió de sus labios. Se llevo la mano a la espalda, observo un poco de sangre en sus dedos, se obligo a separarse y quitarse esa única prenda que llevaba encima poniendo la espalda frente a él –Creo que el vendaje no sirve –susurro sabiendo que aquello le ardía y calaba, las garras de aquel vampiro habían rasgado demasiadas partes de su cuerpo, se encorvo recargándose sobre sus rodillas, sintiendo que la piel se le abría al hacerlo – ¿Puedes hacer algo, para curar todas esas heridas? – le observo de reojo.

Aquello ardía, le quemaba la piel, esas heridas eran demasiadas profundas, pero sin querer se había quedado concentrada en otra cosa, en algo que su mente insistía, esas ideas aun no se iban de su cabeza, si le había hablado ella no habría sido capaz de darse cuenta, solo se quedo ahí sintiendo la calidez de esas manos, aun le era difícil hablarle, dejo que una débil pero amable sonrisa surcará su rostro, no quería hablar, no porque estuviera cansada o algo parecido, es solo que ya no quería ni podía permitirse hacerlo, suspiro cuando el termino y le acaricio levemente el rostro.

El silencio era costumbre en esa relación así que no hizo mucho caso, bajo un poco la mirada e hizo un esfuerzo para bostezar, sentía que se iba a quebrar había algo que la tenía con inquietud, no dijo nada cuando aquel se disculpaba, solo se volvió a recostar esta vez boca bajo, no quería sentir el brillo de la luz, ni verle, ni sentirle, solo quería descansar, era algo natural después de todo, sin embargo busco su tacto, con debilidad pero lo hizo, eso estaba bien, un roce así como ese, no necesitaba mucho, tampoco le iba a pedir las cosas, esa no era su costumbre.

Poco a poco comenzó a ceder al sueño, a quedarse de esa manera dormida, sentía el peso de la oscuridad ahí, como su tacto abandonaba al ajeno, fue como si desapareciera de pronto entre todo aquello, el cuerpo se le había vuelto aire y seguro que estaba por el ambiente, desaparecería poco a poco.

¿Y si estaba muerta?, por fin ese deseo que había obligado en convertirse en realidad estaba llegando, quizás era el peso de la muerte lo que le estaba consumiendo, eso se sentía tan bien era lo que le reconforto para dormir, como si jamás fuera a despertar de nuevo.

Pocas horas habían pasado después de haber ‘descansado’, pero ella aun tenía miedo de la propia oscuridad que se reflejaba dentro de su cabeza, incluso los sueños se apoderaban de ella, con esas amorfas figuras, apenas despertó, vislumbro aquella oscuridad invadiendo la casa, todo y cada uno de los rincones, le observo a su lado dejando aquella mano sobre las sabanas, parecía cansado, trato de no moverse demasiado, buscando algo donde escribir, esa maldita costumbre de levantarse y a escondidas hacer aquello, pero esta vez no lo hizo, solo se quedo ahí sentada viendo el filo de aquella arma blanca que cargaba, ¿Qué pasaría si ella también dejaba de existir?, seguramente él no tendría por qué sufrir, era joven, era un simple suceso y ella no era nada, fuera lo que fuera se le pasaría en poco tiempo, habría luego alguien que se pusiera en su camino… Paso las yemas sobre el filo, haciendo poca presión aquel dolor no era nada, de verdad no lo sentía, incluso se atrevía a decir que le gustaba, no hizo nada, aun era lo suficientemente cobarde para realizar aquel acto.

Volvió a su lado, sentándose en la cama, hundiendo el rostro sobre sus rodillas, es que no podía dejar de llorar, ese dolor se apoderaba de ella, incluso aunque su cuerpo se sentía débil y cansado debido a toda la perdida de sangre, se negaba a dormir, no podía estar ni segura en sus sueños, aun sentía los brazos, la voz y todo el tacto de aquel ser recorriéndole el cuerpo, su dolor era fuerte, tanto que deseaba deshacerse de su cuerpo, de todo lo que le recordara dicho suceso… Incluso teniendo a esa persona cerca… se recostó a su lado acariciando con esas yemas heridas su rostro, las lagrimas distorsionaban sus facciones a través de su visión, ¿Cómo podía llegar a esa persona?, ella no cambiaría, aunque estuviera dispuesta, su personalidad ya era así.

No sentir a la persona que estaba a su lado, pensar que era un extraño más, una persona común y corriente, ¿Por qué ese lazo no existía entre ellos?, ella no estaba conectada, ni en sincronía con su compañero, era tan doloroso… Ni siquiera sus palabras le hacían sentir completa, ¿Por qué se mentía y le mentía a él?...Le observo despertar, esos ojos claros entre un color marrón y avellana, eran como la miel, solo en apariencia, la dulzura no la encontraba, se limpio las lagrimas con el dorso, alejándose de él, su rostro severo le intimidaba, había algo en él que le hacía poner distancia, una cosa inalcanzable...-¿Pudiste descansar?– Bajo la mirada, no supo que decir así que esa pregunta salió en automático de sus labios al encontrarse con esos orbes.

En ese momento le era imposible hablar o algo similar, pero hizo acopio de todas las fuerzas que le quedaban por no desmoronarse, se levanto sentándose de nuevo y viéndole con una sonrisa suave en el rostro –No pasa nada, solo necesito la normalidad de mi vida -¿Cuál era esa normalidad?, ¿Estar encerrada como un pajarillo en esa casa, salir y ver lo mismo de siempre, que él no estuviera?, si, quizás lo ultimo, era agobiante tenerlo tan cerca y que se estuviera preocupando cuando nadie lo hizo, eso lastimaba, era tan estúpido pero la lastimaba con ese hecho, sin embargo debía aprender algo muy importante, que no estaba sola, que ahora tenía a alguien y por ese momento fue como si su mente, en medio del trastorno lo hubiera aceptado, se le abrazo con fuerza.

Sintiendo esa aroma peculiar en sus ropas, como si de momento esas cosas se hubieran dispersado, de repente supo quien era, que eso que sentía se llamaba vida y que ahora estaba consiente de ello, que incluso con esos hechos trágicos nada importaba más que ellos, lo que se perdió, se perdió que eran grietas que jamás se borrarían porque era doloroso, pero que si estaban ahí eran por algo –Ya no te preocupes, todo estará bien, solo debo sacar fuerzas de todo esto para afrontar esto contigo o sin ti…-Y eso era cierto, ella de alguna manera estaba sola, incluso si él se iba por cualquier momento, por trabajo o lo que fuera ella debía mantener el barco a flote, debía ser capaz de no necesitar de él ni de nadie para dar un paso a la vez –No lo tomes a mal, pero es cierto, por ahora esto es reciente y mi orgullo es grande, no necesito de ti ni de nadie, solo de mí… es una lucha interna, el dolor fue provocado por esos deseos estúpidos y me hacen sentir así por lo que paso, pero solo debo apagar eso para que no me destruya… -Tomo aire y se separo de él, viéndole con una expresión muy distinta, era porque se sentía un ‘poco mejor’-

Sabía que él no la comprendería, no después de esa mirada donde vislumbro aquel brillo peculiar en sus ojos, por un momento quiso golpearlo, pero eso de nada servía, sin embargo hablar como siempre lo hacía entonces quizás haría la diferencia. Ambos se sentían extraños incluso en ese momento difícil las cosas parecían decir algo increíblemente desafortunado, uno tras otro hecho, sintió la calma en sus brazos, recargando su rostro sobre aquel hombro, como si fuera una pequeña, aun lo era, ¿Qué estaría pensando él?, eso invadió su mente al tenerle de esa forma, solo consiguió aferrarse con fuerza a ese hombre, justo ahora ya no era un extraño para ella, incluso ese tierno calor, ese pequeño destello de cariño que le parecía antes lejano en medio de cualquier tempestad y sin embargo ahí estaba manteniéndose fuerte y sobreviviendo a todos aquellos obstáculos que parecían no dejarla en paz, trato de separase solo un poco, tan solo para ver su rostro, siempre serio y frío, a veces eso le partía el alma, como si el dolor golpeara de manera inmediata quebrantando todo su ser.

Sintió miedo al ir abriendo los labios, al ir dejando esas palabras, como si el eco de su voz la hiriera pero era necesario que el escuchara todo aquello, no podía con tanto, sabría que no sería fácil, que aquellos revueltos sentimientos harían lo que fuera para retenerla en ese vacío y que sino se dejaba ayudar sola no podría con tal carga que no solo le pertenecía a ella. –Va sonar muy estúpido, demasiado aunque no lo creas, pero es necesario que lo sepas, aunque no lo aparente me gusta estar contigo, no te dejaría por voluntad propia, incluso si tu deseas hacerlo en un momento, dudo que mi mente quiera abandonarte, dudo que estos sentimientos desistan aun cuando me digas lo más cruel del mundo –Se retiro de su cuerpo, tomando el rostro de él entre sus manos, recargando su frente sobre la ajena, viéndole fijamente a los ojos, para que él comprobará la sinceridad de las palabras –Y es por eso, que suena estúpido lo siguiente, por más que experimentara cambios en mi cuerpo y enterrarme por medio mundo de lo que vendría, lo deseaba, porque era algo que ambos construimos, tontamente uno hace planes para ello sin querer lo haces porque no tienes idea de lo que se avecina, ¿Verdad que suena idiota? – Sonrío pero entre aquello sus lagrimas escaparon rápidamente, abrazándolo por el cuello, solo quería borrar todo lo que su mente había traído al desear aquello. Simplemente quería que él entendiera esa pequeña parte que representaba un sufrimiento quizás momentáneo, quizás de por vida.

-Es por eso que duele, yo sé que no he sido la mejor, que no he demostrado lo que mis labios dicen, pero te amo, tanto como para encariñarme con algo así en tan poco tiempo, de pronto no sé que hacer, estoy bien cinco minutos y de la nada las imágenes me invaden, ver las marcas en mi piel me hacen recordarlo y lo harán cada que las vea, no puedo más con todo esto Alexis, jamás me sentí tan indefensa y débil, siento que en cualquier momento perderé la poca cordura que me queda, que la calma se volverá en tempestad, perdón pero debo decirlo, simplemente quiero perecer de este mundo, ¿Cómo borro esa idea y afronto todo esto? –La pregunta había sido más para ella que para el mismo muchacho, si aun él deseaba saber lo que le pasaba pues era eso, así de simple, no había demasiado que decir o añadir las cosas quedaron en esa simpleza, ahora solo se le aferro, quería que ese dolor se centrará en algo positivo, no quería distancias, ni momentos turbios, solo paz, un lapso eterno de paz, de amor, de aquello que ambos deseaban y necesitaban, el apoyo mutuo, aspiro ese aroma a lavanda, siempre le agradaba como él olía, incluso a ese pequeño olor de la tierra mojada que tenían sus cabellos castaños, podía fundirse en un paisaje nuevo con solo abrazarlo, le gustaba su aroma fresco como en los días de lluvia. –Te amo –Se fundió en aquel pequeño desvarió que su mente creaba alrededor del aroma.

El escucharle le calmo un poco el temor, incluso con ese volumen moderado en la voz, aun vagaba con ese olor peculiar que él tenía, tomo una de las manos del muchacho y la entrelazo con la suya mientras pronunciaba cada palabra sin dejarle de mirar, esa peculiar mirada clara que tenía le hacía sentir mil y una sensaciones como si de repente por un momento todo se esfumara, podía creer en él de esa manera tan fácil, sentir que podían salir de cualquier desgracia juntos, en ese momento se le abrazo refugiándose en su pecho como si lo demás dejará de existir. –Gracias Alexis –Murmuró de manera suave con un tono que jamás se le había escuchado, suave y dulce a la vez.

No era para menos ella se sentía tranquila y feliz en ese momento, esa especie de sentimientos jamás experimentados le hicieron entrar en calma, quizás todo aquello paso por varias razones, la primera era unirlos más o separarlos, hacer que ella detonara todos esos sentimientos que se quedaba guardados y de alguna manera jamás expresaba, pero justo ahora sintió esa especie de confianza que jamás con nadie había sentido, ahora mismo veía las cosas claras esa persona era lo único que tenía y lo único que quería importándole menos lo demás, se aferró a él con todas las fuerzas posibles deteniendo su llanto viéndole de reojo acariciando su rostro con una de sus manos en cuanto libero una. –Hay algo que nunca te he dicho, pero la primera vez que te encontré en mi camino desataste una caja de pandora, desde un frío sentimiento hasta el más dulce, ahora mismo me doy cuenta que en aquella ocasión la atracción, el cariño y la soledad fueron un conjunto que se identifico contigo y no quería nada más, solo estar a tu lado como ahora –Sonrío separándose un poco y haciendo que se recostará estando ella encima –Abrázame –Pidió con una sonrisa en el rostro.

Se fue acurrucando sobre él, buscando ese calor que derritiera lo gélido de su corazón un caparazón que había puesto con el paso del tiempo al darse cuenta y tratar de negar cualquier dejo de cariño hacía el brujo –Justo ahora no quiero nada más que estar contigo de esta manera, que me abraces fuerte, que no me sueltes, no importa sino dices nada quiero ver aquello que nunca me dices en tus ojos y creerlo con la mayor convicción, no importa si es odio…-Su voz se fue debilitando por el cansancio, tenía pocas fuerzas en el cuerpo, esos días de tristeza, de no comer, había perdido peso y demás en aquel acto cruel, pero justo ahora no le importaba. –Me he aferrado a ti desde entonces, queriéndome acercar y alejándome al mismo tiempo pero fracasaba con esto ultimo y es porque lo que siento es cada vez más fuerte, ya no importa nada siempre y cuando no te pierda a ti…entonces ahí si tendré deseos de seguirte ya sea hasta la muerte, solo porque te amo tanto que ni yo misma puedo creerlo –Se había recargado en su hombro descansando de esa manera, sintiendo los parpados más pesados e hinchados a causa del llanto lo que le traía el sueño aparte del hambre, dolor y otras cosas.

Cerró los parpados, pensando en aquella imagen que un niño como él le proyectaba, aun lo veía de esa manera, era para que estuviera casi jugando, en casa de sus padres o algo parecido, pero aquello había cambiado y ahora eran obligados a vérselas como pudieran, sonrío de manera cansada, pero quería hacerlo y se aferró a él acomodándose entre ese cuerpo buscando su calor, ese sentimiento, esas sensaciones que se desataban cuando él hacía actos como esos, los cuales eran contados, los cuales disfrutaba mucho. –Hueles a tierra mojada… A mediterráneo, a hierba húmeda recién cortada…-Murmuró tras haberle escuchando porque había una calma intensa, una pausa larga y sentía que podía salir de ello aunque llorara día tras día, no por haber perdido aquel ser, sino por haber sido ultrajada de esa manera que casi le dejo en la muerte, se prometía que ahora podía sonreír pero no fingir, que dejaría de sentirse culpable, que no quería perderle y después llorar por no haberle expresado todo aquello que albergaba en su interior. Al tanteo toco su rostro con una de sus manos que permanecía ligeramente fría, delineando su rostro de manera suave como una gota de agua sobre aquella piel.

Se aceró y dejo un beso en la comisura de esos labios, para volverse a hundir en aquel aroma extraño que le atraía, a su lado podía sentirse más cercana a él, no contesto a esa pregunta porque sabía que era cierto, que él más que ninguno se había aferrado a su ser, que nadie había peleado tanto por ella y lidiado con su manera de ser, quizás ese suceso cambiaría muchas cosas de ella, de él, por ahora solo quería permanecer en sus brazos, descansando con toda la seguridad posible. Su aroma le hacía viajar de manera increíble a un lugar de calma total, a pesar del hambre y la sed, su cuerpo se había dejado llevar al descanso pleno, eran los únicos que comprendían sus situación, ese dolor dentro no debía interferir en su camino, era dueña de lo que pasará ahora aunque su mar inmenso de porqués le agobiará, siempre podía recordar esos ojos color miel y ese rostro inexpresivo que le brindaría lo contrario para no caer en locura. ¿Aun estaba ahí?, es que el silencio y la nada en su mente le hicieron dibujar lo que deseaba, el dolor no podía perseguirle después de haber confesado todas esas cosas en ese momento.

Había escuchado sus palabras a través de todo ese tiempo mientras los parpados se le cerraban de sueño, de ese intenso cansancio, por un momento parecía todo en calma, como si hubiese desaparecido de una vez por todas, la calma invadió su cuerpo de repente y sentía que solo el calor que Alexis le proporcionaba era el responsable de todo eso, se abrazó fuerte a él hasta que empezó a perder aquella fuerza cayendo en aquel sueño, solo deseaba estar siempre así con esa persona, sin miedo a perderlo o algo más, quizás ahora todo podía cambiar. No volvería a pensar en ello, no se hundiría en aquel dolor, era cierto que ese hecho la había marcado de por vida pero no tenía caso absortarse en eso o en el pasado que alguna vez tuvo, no, ahora solo deseaba poder seguir, fuera como fuera, incluso si la persona que tenía a su lado para medio mundo parecía alguien malo y de poca confianza mientras ambos se demostraran lo contrario al estar juntos con eso podía seguir viviendo, claro que deseaba sonreírle, deseaba ser lo suficiente buena para él, ser todo lo que nunca fue porque aun no era demasiado tarde, quizás el tiempo le daría la oportunidad que tanto había estado esperando, acurrucada en el calor de esa persona que amaba se quedó profundamente dormida, tranquila, como si ese hecho apenas la hubiese marcado.

Creo que aquí cerramos tema, el problema es que debemos armar algo.
¡Gracias por el tema Mariado, digo Marido xD!