El juego va a comenzar +18 [PRIVADO] Kiara y Hank

por **Kiara Ridrick** Mar Mar 13, 2012 5:15 pm

Kiara esperaba en la pequeña cabaña que tenía a las afueras de París al hombre cuya curiosidad le había echo pedir un encuentro con ella para enseñarle lo que sabía. Su cuerpo esperaba la anticipación y deseaba poder jugar un rato…

La cabaña constaba con una cama, una chimenea y una bañera, era pequeña pero eso no le quitaba que estuviera limpia. Grilletes estaban escondidos bajo el colchon y salian de las patas y cabecero de la cama, una mesa preparada con sus juguetes tapados con una sabana negra. Se había colocado uno de sus corsets favoritos y tras acompañarlo con un liguero y una bata de seda negra encima esperaba a su acompañante sobre la cama sentada, leyendo la respuesta que le dio al hombre citandole en su territorio…

Estimado señor Krauser:
Encantada estaría de poder recibiros y mostraros mis…”juegos” eso si señor, venid con la mente abierta pues aprenderéis todo de primera mano. Como en anteriores cartas las reglas están establecidas y le encontraré en una cabaña a las afueras de París. Mandaré a un siervo a buscaros en un carruaje y os devolverá a vuestro hogar cuando llegue el amanecer.
Le espera una vampiresa deseando jugar.

Kiara Ridrick

A su alrededor la noche había caído hace poco y el silencio de la noche dio paso a que a su oído llegara a lo lejos los cascos de caballos y las ruedas de un carruaje…El juego iba a comenzar.

por **Hank L. Krauser** Miér Mar 14, 2012 8:13 am

Su expresión se arrugo a la altura de la nariz con el consiguiente dibujo en su entrecejo de una arruga que expresaba un pensamiento forzado o, en este último caso, de sospecha. La palidez del cochero, sus pronunciadas ojeras y la babilla que le caía por la comisura no lograban despertar su confianza, pero por lo que sabía aquel era uno de tantos engendros con los que los nosferatu como la joven -al menos en apariencia- que le aguardaba lo era, con lo que limito su acto relejo y volvió a avanzar el pie que en primera instancia había echado hacia atrás.– Señor Krauser– Dijo el esperpento con voz sepulcral en el instante que le abría la puerta del carruaje para introducirse.– Señor… morenito– saludo con un ligero gesto de la cabeza y una sonora palmada en el hombro que crujió a hueso roto. Algo dentro de aquel maltrecho maniquí de hueso, carne, vísceras y -dudosamente- sangre parecía estar remendado y parcheado bajo un caro trajo del que aun colgaba una etiqueta, pero sin darle demasiadas vueltas termino tomando asiento en el interior recordándose a sí mismo que si no había muerto durante años de encierro, torturas y una larga travesía a nado por un agitado mar en plena tormenta, aquella tampoco podía ser su hora. Positiva actitud con la que dejo su cuerpo a manos de Morfeo en plena relajación, o en última instancia con fines de haber perdido el conocimiento antes de que el carruaje se precipitase por la mala praxis del conductor. En cierto modo estaba deseoso de llegar no solo por salir del trasporto, si no por lo que, o mejor dicho, quien le aguardaba. Pero lo que pretendía de aquella velada le tenía absolutamente a la defensiva pues ¿qué ideaciones tendría aquella ladina artera?

El salto de una rueda al pasar sobre un bache le hizo dar un respingo sobre su asiento sacándole de su ensoñación. A su parecer, debían estar aproximándose, pues los adoquines de la ciudad se había tornado en un camino de tierra bordeado de bastos arboles con retorcidas ramas, aun que poco o nada pudo disfrutar del nocturno paisaje, pues en breve el vehículo se detuvo y la puerta se abrió gracias a el bronceado cochero. Salió y se dirigió hacia la puerta notando como el carruaje volvía a ponerse en marcha perdiéndose en el paramo.

Toco la robusta madera que hacía de portón produciendo un sonido a hueco que retumbo y resonó por las proximidades.– Un regalo, tal vez debiera haber traído un presente.– Poco o nada le duro la cavilación ya que ¿con qué presente podría obsequiarle mejor que con su propio cuerpo?

por **Kiara Ridrick** Vie Mar 16, 2012 9:16 am

Escuchó como el carruaje paró en la puerta y como el humano bajó del mismo para comenzar a tocar la puerta. Se levantó guardando bien la carta, inspeccionó que todo estuviera como ella quería y seguidamente se dirigió a la puerta para abrirla quedando un poco impresionada por el que sería su acompañante.

No lo había visto físicamente pero su cuerpo le dio una alegría al no tener que “jugar” con un viejo y fofo pues aunque le gustaba todo tipo de personas no la hacía mucha gracia. El hombre estaba bien vestido, su pelo de color castaño no hacían mas que resaltar sus ojos del mismo color y su estatura y cuerpo…musculoso y mas alto que ella. Iba a ser todo un reto que ella gustosa iba a tomar.

Se apartó de la puerta y lo invitó a pasar, dirigiendo su mano a unas sillas delante de la chimenea pues deseaba dejar clara algunas cosas antes de comenzar y así ver por donde podría ir la noche. Le ofreció una copa de vino y tras tomar ella otra comenzó a hablar dejando que la bata mostrara sus firmes piernas para saber como reaccionaría el humano ante su cuerpo, aunque esta respuesta iba a ser bastante obvia...

-Bien señor Krauser veo que es valiente por venir… ademas de lo que hemos hablado por cartas, ¿qué es lo que desea saber?-movió la copa de vino en su mano y le dio un sorbo, dejando el sabor un poco en su boca antes de tragarlo. No sabía del todo mal pero ahora lo único que la estaba llamando de verdad era la sangre del hombre, su siervo le había cedido en los ultimos días casi toda la suya pero no le resultaba tan apetecible como la del señor Hank.

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