[Diègue Theodor Döhler]Debería comenzar a reir por tal casualidad [Privado]

por **Aitziber D’ Lemoine** Sáb Jul 21, 2012 12:30 pm

en ocasiones los lugares elegidos son los mas relevantes, cuando había una cita importante, el sitio en donde se daba tenia de suma importancia. ¿a que jugaba Aitziber? Prácticamente se estaba metiendo a la boca del lobo, comenzaba zapatear en la cueva del dragón con tanta intolerancia que debía hacer mucho esfuerzo de no vomitar al ver los adornos que idolatraban a un ser muerto. Se había vestido con un elegante vestido azul opaco, que la hacía parecer una fiel devota, no estaba en desacuerdo con la iglesia, pero ya sentía disgusto por el hecho de haber matado a su maestro, aquello la llenaba de ira.

Ironía… había vuelto al mismo lugar a donde se conocieron, recordaba muy bien todo lo que él había hecho en ese lugar, se sentía bien, aquel ligar para ella no significaba una casa de dios, significaba un fragmento de sus recuerdos, un recuerdo que lo mantiene tan cerca de su conciencia para nunca olvidarlo. Gracias a el había podido abrir sus ojos y como un ave cuando abre sus alas, dejarse llevar por el viento.

Ya no había tiempo para respirar, no había podido hacer nada para salvarlo, aun así… lucharía por sus ideales, que eran por suerte casi los mismos de ella. Había dejado a su caballo negro que eligió del establo de su padre lejos de la catedral, a salvo de cualquier peligro, pero sin la libertad que tal vez deseaba, no tenía ni idea de su nombre, parecía ser un potranco que aun no había sido domado, pero con su firmeza lo llevo, no perdería contra un animal. Un ruido la hizo girar del asiento que estaba, parecía que había otra persona cerca… las ironías crecían… las cosas inesperadas parecía que la llamaban y eso era lo que más le gustaba.

-Monsieur Döhler- susurro sonriendo levemente mientras veía la figura aparecer cerca de ella -no se si decir que es una sorpresa para mi verlo… o simplemente mostrarme fascinada… el tener una similitud en un recuerdo… casi se podría decir que es un Deja vu… pero estoy cien por ciento segura que no lo es- giro su cuerpo quedándose sentada en aquel banco de madera en donde los devotos se quedaban por horas escuchando las predicas del padre.

por **Diègue Theodor Döhler** Jue Ago 02, 2012 2:02 am

--Esta noche si--

-No esta noche no-

--Si no es hoy entonces cuando joder, maldita seas, vamos macho que necesitamos trabajar--

-Si pero hoy estoy cansado-

--Cansado de que? Sino te has cogido a ninguna en el burdel, joder a bañarse y largar--

-Jajajaja no es necesario el sexo-

--INFARTO INFARTO como osas injuriar de esa manera cabron--

-Vamos no es para tanto-

--Me jode me toca entonces hoy…--

Y así comienza la noche, el agua corriendo nuestro cuerpo siendo mojado, la ropa lista, solo falta el destino…cual sería esta noche, quizás de nuevo los burdeles o quizás… ¿qué es eso?...una carta entrando por debajo de la puerta, la alcanzamos a divisar mientras bajábamos por las escaleras arreglando los puños de la camisa…al parecer era una misiva…la inquisición…Theodor…iglesia…

--Pero qué coño es esto--

-Es de la inquisición, que vayas a una iglesia-

--Eso ya sé idiota –zape- la pregunta es a qué coño debo ir y porque madres me envían a mi--

-Ahm quizás porque eres el más vago, no hace mucho…o porque no hacemos mucho gracias a mi posición de Conde…que por cierto estamos quedándonos mucho tiempo en Francia…debemos regresar a Silicia…-

--J.O.D.E.T.E .i. --

-Risas-

Lo noche ya tenía algo de emoción pues estábamos ambos pensativos no sabíamos si asisitir o no…era un dilema…podíamos decir no, por la integridad el conde…o Podríamos decir sí y ser la integridad del inquisidor…pero eso significaba que debí poseer el control del cuerpo Theodor…pero el no se quería arriesgar…así que..

--Ambos-

No era tan lejos la cita, estuvimos ahí en pocos minutos…la iglesia al verla nos santiguamos e ingresamos con el cigarro en mano, el monaguillo nos había hecho seña de que apaguemos aquello pero nah…éramos demasiado para hacer caso…seguimos mirando los cuadros, las estatuas, las velas, las imágenes unas hermosas imágenes

--Hermosas(¿?) yo diría follable que están. --

-Calla impío…tu perteneces a la inquisición y hablas así…-

--Tu eres un Conde y no te jodes a ninguna mujer ni piensas en nada serio aún.. --

-… -

--Puntos como pensamiento--

-Cállate-

El ruido era leve dentro de aquel lugar de santidad y perversiones ocultas…sentados arriba dejando el humo correr del cigarro saliendo de nuestra boca pensábamos si era verdad o no o solo era una trampa más…en eso el ruido del galopar de un caballo nos despierta de lo profundo de nuestro ser ¿quién sería? Acaso sería alguien más para el juego de azar? O quizás era la persona que debía matar, pues la carta solo traía ninguna indicación sobre alguien más…solo decía que debíamos estar ahí y observar…¿que? No teníamos idea…pero observaríamos atentamente…Bajamos del lugar para acercarnos cuando de pronto o sí…

--Es aquella bruja…como era su nombre….--

-Aitziber -

--Esa misma…pero no es de la sociedad la brujita--

-Correcto-

--COÑO LA MADRE QUE…--

El tiempo apremia…la vida se pierde por segundos…hizo una reverencia y pasó junto a la chica…como si no la conocía…pues en su carta decía “Observa, vigila, persigue, indaga e informa”…pero sería doble traición…

--iglesia-

Una palabra dimos pasos como si fuéramos de largo…la verdad que le invitamos a esconderse en la iglesia…refugio del mismo enemigo…pero al menos sería más disumalado…

por **Aitziber D’ Lemoine** Lun Ago 13, 2012 3:30 pm

Frunció el ceño apenas noto el rostro de aquel hombre, no sabía exactamente si debía confiar en la totalidad en el, pero había sido aceptado en Agharta así que no debía sentirse así. Las personas eran extrañas, eso lo sabía, aquel hombre le parecía aun más, pero bueno no entraría en detalles de lo que una persona le parecía.

-Sabe? – susurro desviando la mirada hasta posarla en uno de aquellos cuadros. –aquí fue donde conocí a Amel… aquel viejo que me enseño algunas cosas más…- cierta melancolía había en su voz, le había querido mucho, eso se podría apreciar en sus ojos, pero el ya no estaba y ella no era persona que se estaría lamentando por la muerte de una persona. Si pensaban que buscaría venganza por su muerte, estaban equivocados, era cierto que había sido uno de sus mejores estudiantes y uno de los más cercanos, pero tenía en mente algo diferente, deseaba seguir manteniendo la paz en Agharta.

La paz era después de la guerra, primero debía haber un enfrentamiento entre el enemigo más notable de la ciudad secreta. Miro al hombre que parecía interesado más en observar lo que hacia ella que en hablar, no entendía muy bien lo que sucedía. No había captado por ningún momento que unos muy buenos espías habían encontrado sus irregularidades, por suerte los había captado gracias a Isabel que siempre estaba resguardándola, ahora se había encontrado en aquel lugar para poder distraerse un momento, ordenar las ideas que en ella rondaban para luego salir a la guerra que le esperaba… tal vez se iría definitivamente a encontrarse con el Sanat Kurama para aceptar un puesto que estaba destinado a ser de ella.

Se giro para quedarse viendo al hombre con una leve sonrisa -¿También tiene problemas?- ladeo su rostro dulcemente. Era increíble que aquella jovencita que parecía apenas una quinceañera tuviera una edad mas avanzada. –La iglesia siempre ha sido buena para pensar…-

por **Diègue Theodor Döhler** Vie Ago 17, 2012 12:42 am

Mirábamos a la pequeña bruja…Theo como siempre dentro de mi mente se reía…se burlaba de los hechos que pasaban pues la verdad yo no los comprendía…la iglesia y la sociedad de Agartha me era indiferente, más tenia en mente mi puesto de conde, pero gracias a mi hermano tenía que estar empapado en ambos temas algo que detestaba profundamente.

Botamos el cigarro por una de las ventanas dejando escapar el humo de nuestra boca, una sonrisa algo ladina dejamos escapar, la verdad la respuesta a la pequeña la teníamos

La decimos

Mejor mantenernos al plan

Cual plan

El plan

Ah ya

Observar, analizar, inferir y descubrir.

Nuestra mente cerrada pero dividida, estábamos los dos presentes…aquello sería un caos o una catástrofe, miramos a la bruja con incredulidad y más que eso el sarcasmo de Theo mezclada con el tono de seguridad y poder mio.

--La iglesia es el mejor lugar para follar-- sonrisas

-Si la iglesia es el escondite de los pecados y pecadores, además de ser una hermosa fuente de arte-

Ambos sonreímos y la mirábamos desafiante…le color de nuestros ojos era como el ámbar, pues estábamos los dos en el dominio del cuerpo del momento.

--Aunque para ti, quizás solo sea, una foco de infección social, pero bueno quien sabe , si lo es o no-

Nos acomodamos en aquella banca dentro de la iglesia mirando las imágenes…mirando a la bruja algo despectivamente por parte de Theo

--Ante dios firma como Agartha o como Bruja- -

Que haces

Es lo que se me ocurre

La vas a asustar

Tengo que trabajar…por dos…no jodas

Esperamos pues Theo estaba como Inquisidor y como parte de Agartha…yo estaba como Conde y como parte neutral de los dos…solo un corazón puro y noble es capaz de mostrar luz en las tinieblas.

Off: lo que esta sin los guiones (-) (--) es lo que hablan los hermanos en su mente, lo de guiones es lo que se habla con los demás como dialogo.

por **Aitziber D’ Lemoine** Vie Ago 31, 2012 1:11 am

No era que desconfiara en el, pero tampoco confiaba plenamente, si pensaba que ella diría algo que pudiera relacionarle de alguna manera con Agartha el estaría equivocado, la bruja no era de aquellas que caían rápidamente, por alguna razón estaba en aquel lugar, pero debía admitir que tenía mucha curiosidad de él… aquel hombre que pudo llegar a enterarse de la cuidad Idílica, aquello era lo que más le preocupada ¿y si era algún espía? Siempre caía aquella posibilidad, pero en aquel lugar todo podrían ser espía hasta ella misma podría hacerlo, pero claro… aquello no era realidad. Cuando escucho la voz del hombre dejo salir una sonrisilla, era algo acido, ella también lo era, la verdad que las palabras que salieran de su boca no le molestarían mucho.

Había dos forma de ser… la forma dulce que casi siempre era cuando estaba con una persona totalmente amable y muy linda, y la otra parte de ella que debería estar en estos momentos en funcionamiento; una Aitziber fría y misteriosa. Pero tenía muchas ganas de saber cómo era poder comportarse de forma coqueta y tierna mientras jugaba al ajedrez con aquel hombre… joven sonrió complacida, eso sería interesante… ya que no sabía hasta donde llegaría este encuentro. ¿el ya comenzaba a darse algo de idea de lo que deseaba en aquel encuentro? ¿Quería sacar algo? Si así era ¿Qué quería?.

Dejo salir una risilla –En realidad… aquella pregunta es difícil de responder- dijo mientras su rostro se ladeaba y le ponía atención a una de las pinturas que estaban realzadas –de bruja creo…- dijo al fin luego de unos minutos de pensar. De pensar de verdad, aquello le daba un poco de rabia, pues había tenido que analizar. ¿Por qué no había dicho Agartha? Tal vez porque aunque era algo que defendía y reguardaba con su vida, no era algo a lo que estuviera aferrada, es decir, nada había hay que en realidad la motivara a apoyarlos, lo que había se había ido, pero su visión y su misión era lo que la mantenía en ese lugar, porque sabía que dios se podría equivocar…

-Ah… ¿Sabe? Con Lucifer se fueron la mitad de los ángeles, eso quiere decir que algo tenía la razón, dios se puede equivocar- susurro para luego quedársele mirando con una sonrisa en sus labios-Yo ya he elegido mi lugar, seré desterrada del cielo para poder proteger lo que creo correcto… usted también debería pensar en qué lado debe estar- dijo en un tono desafiante, retador en todos los ámbitos que se viera, en todos los ángulos que se pudiera apreciar –y usted… ¿Qué opina?-

por **Diègue Theodor Döhler** Miér Sep 05, 2012 12:05 am

Dijo bruja
Dijo Bruja
DIJO BRUJA
Sí ya escuché que dijo ser bruja ¿y?
Como que ¿y?, si es bruja es más fácil la proyección Astral
Ser uno…siendo dos…
Ser dos…siendo uno…

Sonreímos…los dos juntos en nuestro rostro se podía palpar la sonrisa de Theo y la mia a la vez cada lodo…el lado izquierdo del cuerpo de Theo y el derecho mío…pero la parte de la sonrisa del lado derecho tenía la característica de Theo y el otro lado tenía la dulce característica de mi sonrisa…si algo loco y cambio pero nos daba el punto exacto de que los dos controlamos el cuerpo y en ese momento tanto la cortesía y dulzura se mezclaba con el amargo y la irreverencia de mi hermano.

-Sabes lo difícil es lo más fácil de contestar…-

--Lo fácil es lo más difícil de ver o presenciar--

Otra vez no podíamos quedarnos callados…o dejar al otro actuar…era un trabajo de dos para luego dejar a uno actuar…

--Si lucifer se llevo a la mitad, pero la mitad que se fue tuvo una razón poderosa…se dejaron tentar por el pecado de la vanidad…un fuerte pecado que comparte con otros…- suspira

Oh Oh…ahora venían los dilemas de la iglesia…aun cuando Theo que era inquisidor trabajaba para la iglesia…sabía él y yo que no era más que una maraña de pecados tan grandes como el mismo mundo…era la madre de los pecados…la suciedad de la sociedad era el reflejo de la suciedad de la iglesia…pero aun así solo trabajaba por su conveniencia no hacía caso a lo que le digan…solo cuando venía firmada por su santidad…el resto solo hombres…y aun cuando el papa era un hombre sabía que si se estaba en su contra o en su camino…podía quedar el individuo como polvo o cenizas porque ni en recuerdos quedaría…

--Dios o Jesús eran hombres…incluso ellos siendo divinos pecaban…si, tenían el pecado de la ira. Un Pecado tan mortal para ellos como para nosotros…entonces ¿Qué es divino y que es humano?...¿donde se separa lo santo por lo terrenal?--

-si lo terrenal es lo que podemos palpar, porque hacemos divino a lo que no vemos ni sabemos si existe-

--El dolor, la culpa, El temor de lo desconocido-

Las intervenciones se hacían notorias…el matiz de nuestras voces era más que evidente…cuando Theo hablaba era la voz grave de los muertos…mi voz en cambio era dulce de los vivos…incluso la mirada fuerte, apacible…todo matiz del cuerpo cambiaba…o se hacía más fuerte y visible aun así el color de los ojos se quedo en aquel ambarino, pues los dos estábamos y no podía ponerse azules y negros (cafés) sino más bien un punto intermedio. Que mostrara que no éramos normales ni comunes…

--Mi lugar es el mio…y el tuyo--

-Mi lugar esta aquí-

Una pregunta para dos…la miramos quedando a su costado…para luego dar pasos y mirar por el corredor…

-Si bien has escogido tu lugar porque consideras bien aquello, no se te ha repudiado del cielo…que es el bien y que el mal…-

--relativo o absoluto--

Esta vez nuestra mirada…de ambos…se volvió seria al unísono, juntas mostrando ahora nuestro interés.

-Tú, dinos ahora, si lo que ves es lo que es, que es lo absoluto y que es tu relativo--

Preguntas...juegos...que más podían hacer los gemelos (?)

por **Aitziber D’ Lemoine** Miér Oct 03, 2012 8:36 pm

¿Su intención era marearla? Porque lo estaba logrando. Aitziber levanto su mentón con el ceño fruncido e notablemente irritada por todas las estupideces que salían de aquella boca que comenzaba a verse venenosa y putrefacta… pero luego de unos segundos dejo salir una risilla, era suave, una risa de dama de la alta sociedad, llena de sarcasmo y altanería, era mejor poner los puntos sobres las “i” de una vez antes de que aquel hombre se sintiera tan tranquilo que olvidara a quien tenía al frente. Los espíritus siempre estaban rondando, siempre estaban cerca de los que podrían escucharlos, porque adoraban ser oídos, estaban cerca de los que podían verlos porque amaban ser vistos. Algunos tenían serios problemas con ser el centro de atención, pero aquello era lo que a los brujos como ella podría ser conveniente… ellos hablaban… le susurraban cosas que podría ser información vital, algunos jugaban mientras daban la información, era hijos de puta que adoraban ver en el rostro del brujo aquella escancia de necesitar y de tener que buscarlos. Pero, aunque eran ruines, juguetones, y tramposos, había algo interesante… su información siempre era de primer, nunca mentían, si decían algo, era porque aquellas palabras les serian útil al brujo algún día… lejano o no muy lejano.

-Ah… ¿Sabe quién puede hablarnos? Muchos desean ser escuchados, traen a nosotros información; que quizás en ese momento no necesitemos. Que nos puede ayudar-le miro de reojo; su mirada estaba centrada en aquel hombre pagando por los pecados de la humanidad. –Su rostro es extraño…- dijo ladeando su rostro para ponerle cuidado a algunas expresiones… -¿pero sabe qué? Es interesante… hasta divertido ver esos gestos de forma tan diferentes…- se había desviado del tema, sacudió su cabeza dejando mover aquellos cabellos cortos que comenzaban a crecer cada día más, le gustaba tener el cabello así, le recordaba aquel suceso que marco de alguna forma su vida, pero deseaba poder volver a tener el largor que siempre había mantenido, desde niña.

-El pecado no existe…- declaro de forma clara y firme –los integrantes de la iglesia lo saben… por eso no sienten culpa al momento de matar a un inocente-se quedo pensando por unos segundos –Son estúpidos muchas de sus creencias, erradas están y lo peor que la masa los siguen sin pensar… pero ahh… mi absoluto… es… lo que no rige ni es regido, asi de fácil ¿no cree?- pregunto riendo levemente para luego inclinarse hacia adelante mirando la pintura por unos segundos hasta que seguidamente se arregosto al apoyo del espaldar y sonrió ampliamente – y sobre lo relativo… dime ¿Cuál es para ti la importancia de ella?- ladeo su rostro. No era que buscara marearlo, simplemente ¿hartarlo? Si pensaba que sacaría algo que ella no debía decir, eraba equivocado.

-Mire- le dijo para levantarse y dar unos pasos hacia adelante –lo que he dicho hasta ahora es porque estamos “Iguales” así que no se sorprenda mucho el que tenga las mismas habilidades que usted- se inclino un poco hacia adelante sonriéndole levemente –Ah… los fantasmas en ocasiones son muy buenos dando chismes… aunque claro en ocasiones no son específicos y parecen divertirse más dejando migajas- volvió a acomodarse dándole la espalda al mismo tiempo que suspiraba levemente –Asi que… ¿A dónde nos llevara esto? ¿a quién tengo que preguntar?-

Uss: ¿a sus usser? xD lol somos sus dioses (¿)

por **Diègue Theodor Döhler** Lun Oct 15, 2012 4:47 pm

Canto de los espíritus

Joder a callar espíritus o los mando derechito para el infierno
Oye ellos no tienen la culpa de lo que pensamos y de lo que tienen que decir
Ah si, entonces la culpa es tuya
Nop, es tuya
No tuyo maldito bastardo
Tuya engendro de los avernos
ES DE LOS DOS
RISAS

La bruja al parecer parecía algo interesante pero hasta el punto más interesante puede caer en las garras de un verdugo fantasmal que al parecer busca jugar con las mentes de todos en aquel lugar…

Sus ojos se cerraron, cayendo en el abismo de las penumbras…las ilusiones hacían su cometido…con sus palabras en susurro y en sus mentes…

videamus nostram neminem scire

--videamus nostram neminem scire-

Sus parpados se abren lentamente las ilusiones de su poder hacen lo suyo, en un momento la iglesia se lleno, estaban hombres, mujeres, familias, niños, bebés…de todo ahí unos sentados rezando, otros en las esquinas llorando…los niños corriendo por todo el lugar con sus risas…la mirada de, bueno de los dos brujos, pero solo un par de ojos del cuerpo miraban al unisono…miraban a todos aquello seres inanimados que quizás nadie los pueda ver o escuchar como ese par…

Un niño a su lado le entregó una moneda a los brujos acercándose para susurrarles un secreto, ellos se ríen y afirman.

Juguemos los tres entonces…
Ea seamos tres.
Pobre chica
Pobre nosotros
POBRE TODOS

--Perdon decías algo, no te estaba prestando atención…--

-Comprenderá que no solo hay dos trabajos…-

--Sino trés--

-O más-

--dependiendo del día--

-dependiendo del mes-

--Dependiendo del estado de ánimo-

Una sonrisa más grande vino cuando subió los pies sobre la banqueta próxima…mirando al espíritu que estaba ahí

--Lo siento no te vi--

-Pero ya te ví así que disculpas-

-No hay de que Döhlers-

--En que íbamos …ah sí ya me acordé…bueno si ese es tu absoluto, pues tu relativo sería que eres el bien , o sea la virtud que repele al pecado si es así… entonces mi relativo sería que soy el pecado dentro de la virtud de una iglesia …y lo absoluto es que vivo en algo edificado por hombres para controlar a las masas …pero a su vez ayuda a los mismos con la fe de algo superior …pero y ¿Dónde queda los monarcas?.... así ellos quedan como los protectores del pueblo, pero ¿Quién los asigno en su relativo y absoluto ser? En su relativo Dios, en su absoluto son descendientes de otros que han sido en épocas pasadas grandes líderes y fueron nombrados reyes para proteger, como ya antes dije, a sus pueblos aledaños.-

-APLAUSOS DE LOS ESPÍRITUS-

-Gracias--

Sonríen y se levantan y hacen una venia ante todos agradeciendo sus aplausos y sonrisas…mirando a los niños a su alrededor riéndose de los disparates y la vez verdades de lo que pasa en el mundo de los vivos…

-Los espíritus ven lo que nadie más ve , ven las verdades o lo que se oculta tras las máscaras…--

--Ocultas algo tras tu máscara?...porque yo si …el dilema con las máscaras es que hay que saberlas jugar-

-Quieres jugar….soy hábil con los juegos…no, tu no lo eres, no yo si lo soy…entonces si somos habilidosos en los juegos , te animas a ver el rostro de la muerte, el pecado y la virtud conviviendo juntos?- cuestiona con una sonrisa macabra en su rostro…pues el juego se estaba volviendo intenso.

Off: disculpa la tardanza Razz

por **Aitziber D’ Lemoine** Jue Nov 08, 2012 8:57 am

Que gracioso podrían ser los momentos como ese cuando las expresiones del rostro de aquel hombre cambiaban de un momento a otro, no podía negar que aquello la llenaba de simple existís al estar con un ser humano tan completo que tal vez ni dios podría saber cómo había creado alguien así. La joven bruja dejo salir una risilla, busco bajar la cabeza para de forma educada tapar su boca con el dorso de su mano mientras aquel hombre procesaba lo que ella había dicho ¿estaba sorprendido? Sus habilidades se centraban en jugar con las almas, dentro o fuera del cuerpo. Aitziber tenia la habilidad de jugar con la energía para así captar la atención de los espiritas, que en algunas ocasiones se acercaban a ella para susurrarle secretos a su oído, como deseando llamar su atención.

¿videamus nostram neminem scire? Frunció el ceño levemente al oír aquellas palabras salir de los labios de aquel hombre, luego un chasquido de lengua salió de sus pequeños y rosados labios al sentir como el ambiente cambiaba, pero aquello no le produjo preocupación, es más le causo gracia y comenzaba a divertirse aun más. Los espíritus que en ese lugar estaban se habían vuelto más tangentes, los podía ver con claridad, con los colores más vivos, como si en realidad estuvieran en este mundo terrenal con cuerpos de carne y hueso, pero debían aceptar la realidad, sus cuerpos yacían en una tumba descomponiéndose debajo de sus pies, así que para aquella bruja no era nada, no le causaba ningún sentimientos negativo, nada de angustia, solamente curiosidad y mucha más diversión.

Los llantos de los niños comenzaban a irritarlo, parecía una canción de lamento de aquellos que no deseas escuchar, acompañado de lo que seria las voces bajas que eran los rezos apresurados, angustiados de aquellos espíritus atrapados en una ilusión provocada por aquel hombre. Aitziber suspiro levemente al escuchar unas risas elevarse a lo más alto de la catedral, aquello le produjo un escalofrió que hizo que todo su cuerpo se moviera por unos momentos como si una gran corriente eléctrica se apoderara de su cuerpo, solo por unos segundos, aquella sensación la odio y eso hizo que comenzara a odiar aquella ilusión, aquella situación, pero no el encuentro con aquel brujo. A él, aunque deseara, aunque todo lo que estaba a su alrededor le decía que debía odiarlo, eliminarlo y hartarlo con su presencia, para que mas nunca apareciera ante ella. No podía hacerlo, era demasiado interesante como para dejarlo ir así como si nada, sin antes tener un poco de diversión.

-Juegos infantiles…- susurro Aitziber desviando la mirada hacia un lado, haciendo que su cabello bruscamente callera en su rostro. Los acertijos de aquel hombre, eran fáciles de comprender, difíciles de analizar. Dos, tres más… ¿acaso estaba diciendo que había más de uno de el? ¿O se refería a los trabajos que como humano se encargaba? ¿Uno de ellos seria ser brujo? ¿O eso no lo veía como trabajo? Tantas preguntas nacían de sus incoherencias que para el tenían mucha coherencia. Escuchaba lentamente lo que tenía que decir el hombre, ella dejo salir una risilla, le gustaba lo que oía, pero claro solo hasta cierto punto de esa conversación

“algo edificado por hombres para controlar a las masas” oh dios mío ¿acaso era poeta? Pues si lo era comenzaría a enamorar a aquella bruja con sus palabras tan certeras que hasta daban envidia que salieran de aquellos labios, la bruja lo miro de reojo con notable curiosidad, escucho los aplausos de los espíritus, ella misma deseaba aplaudirle por aquella buena interpretación, por aquella elección de las palabras que hacían que Aitziber se sintiera como una fans “los protectores del pueblo” otra buena frase, pero… ¿Cuál era el mayor enemigo de los Monarcas? La organización que tenía tal vez, el mismo o más poder que ella: la iglesia. Pero ilógico, muy ilógico como se movía el mundo, supuestamente los monarcas tenían que venir de un gran linaje que solamente podrían ser elegidos por dios, eso quería decir que esos descendientes eran por decirlo así, superhumanos que tenían muchas mayores ventajas de quien llegara a nacer en una familia de clase baja -…- iba a decir algo pero los aplausos la callaron por unos segundos, así que decidió quedarse callada… pronto habría que terminar la función, la ilusión, la música que daban ganas de vomitar.

-¿Quién es hábil y quien es torpe?- pregunto curiosa por esa incoherencia como otras mas –un “Nosotros” es una palabra que se que no estás utilizando para el “nosotros” de nosotros- susurro bajando la mirada mientras obviaba alguna que otra pregunta que su mente no capto por no desear hacerlo. Miro a su alrededor y dejo salir un chasquido entre sus dedos –Buena ilusión, pero si utilizas espíritus, es algo peligroso – susurro sonriendo mientras miraba como cada uno de los espíritus presentes se transformaban en marionetas suyas, los que solamente eran ilusiones se esfumaban como el humo de un cigarrillo. Estaban conectados a ella gracias a unos largos hilos que dividió para apresar a todos los que estaban en ese lugar. Su cuerpo se convirtió en madera, porque en ese momento esa era la forma que ellos sentían tener. Algunos chasqueaban sus dientes y reían aun mas, a carcajadas mientras se movían de un lado a otro como objetos inanimados siendo controlados por un habilidoso artista –No, no tengo mascaras, soy como soy porque así soy- dijo levantándose mientras acercaba a unos de ellos con una señal de manos hacia el rostro del hombre, solamente lo suficiente como para que estos se rieran en su cara y chasquearan sus dientes de madera. Los cabellos y las articulaciones se movieron como ramas en un viento de verano recio mientras los apartaba para alejarlos de el –Soy como una titiritero… muevo diferentes hilos, diferentes personajes, hago bailar los momentos en diferentes ritmos, diferentes momentos- dos parejas comenzaron a danzar un improvisado ballet, sin música alguna –pero nunca he sido una doble cara, mi rostro es mi rostro y son muy hermosa para estar ocultándolo entre mascaras o…- iba a decir algo mas, pero no consiguió las palabras adecuadas así que cayó dejando al aire otro chasquido de dedos para que los hilos desaparecieran y los espíritus asustados y enojados por haber sido controlados de esa forma salieran disparados del lugar. Cuando estuvieron completamente solos la bruja miro al otro sonriendo mientras ocultaba sus manos por detrás de la espalda –y… ¿a que jugaremos? Soy habilidosa en los juegos, pero no se si “usted lo es-

por **Diègue Theodor Döhler** Jue Nov 08, 2012 7:57 pm

Hay que reconocer
¡Hay que reconocer!
Se lo reconocemos
Tenemos que?
Ni modos
Ni modos
RISAS

Aun entre asombros la pequeña bruja mostró lo que ellos querían saber su mayor habilidad y más que eso le había dado a otro nigromante una ventana a los juegos macabros, bien o mal, sería para disfrutar un juego debía empezar…pero entre risas y aplausos de los pocos espíritus que quedaba uno de los niños susurró algo al oído de los brujos..

--En serio, podemos , entonces hagámoslo-

Entre sonrisas se levanta caminando hasta el altar y colocándose tras él donde el sacerdote celebraría una misa cualquiera…sus manos se crujen y su cuello igual entre sonrisas piensan jugar, ella quería un juego más bueno jugaríamos ahora en lo que era la rama de Theo…

-La habilidad y la torpeza es algo con lo que se convive, solo debes saberlas utilizar y mover a tu antojo, lo sabes hacer?.. .yo si lo sé hacer, el no muchas veces…pero lo llevamos bien , ¿Quién crees tú que sea el torpe y el hábil?... el o yo…--

Sonríe y los niños se van acercando al altar riendo y con canicas dejadas sobre esta…uno de ellos se coloca bajo una de las imágenes santas y sonríe subiendo la mirada de los brujos se centra en los otros…
Pero sus mentes “unus puer inter tenebra filius eius exhausit et in manibus simulacrum” un pequeño truco de titiritero los niños ponían sus ojos en blancos volteando hacia ella con sus brazos extendidos mientras en las manos de él yacían las canicas de los pequeños, el que quedó bajo la estatua entro a esta y se bajó la estatua de maría moviendo sus brazos hacia los pequeños para que la abracen pero un momento los niños comenzaron a gritar espantosamente que quebraron los cristales de la catedral y esos gritos destrozaron la imagen en mil pedazos…

-Utilizar espíritus es más fácil de lo que tu crees y sabes manejarlos y sabes darles lo que les gusta… el infierno les aterra pero la luz y no ver a sus seres queridos les tiene en pánico también… no te has dado cuenta de todos aquí presentes se molestaron porque antes de usar al títere se pide a este que se ate a los hilos solo , como un favor, no como una imposición, si impones se te revelan y te puede costar, pero si es una petición será mejor, sabes tu máscara se va develando, no la que oculta a tu rostro ni lo que eres sino lo que muestras en realidad, dices que te muestras como eres, mentira, no lo haces sabes ¿por qué? Porque si fuera así no estarías aquí ante mi… no estarías ante nadie esperando respuestas que nadie te las dará sino sabes formular las preguntas correctas--
Dejaron de gritar y agacharon sus cabezas y bajo sus pies una espesa niebla negra comenzó a surgir, mientras ellos se hundían en un fango pútrido…aquella niebla cubría la catedral por completo dejándola a oscuras…en eso los chasqueos de los dedos de los brujos encienden las velas pero estas están de cabeza y la cera que corre hacia el techo es roja como la sangre la llamarada es grande y una risa macabra se vislumbra en el rostro de ellos…

-Nosotros, tu no entras, pero el si, yo si, los dos entramos, no te has dado cuenta , oh no, si te has dado cuenta pero no sabes bien de lo que se trata verdad…veamos entonces-- enarca una ceja y la mira aun entre la niebla espesa

Las velas se detienen y explotan una a una pero las llamas siguen es más se expanden y las pinturas de los santos van llorando sangre moviéndose clamando en gritos, una que otra estatua se mueve cambiando de posición santa a posición de grito y plegaria con sus manos sangrando y sus ojos que esbozan un tinte negro…

--Jugamos a quien ve primero el fuego y quien lo lleva hasta quemar las almas- unos gritos de niños desesperados comienzan a surgir levemente que luego se va transformando en risas macabras, antes que nada sabía con que espíritus jugar y lo que él estuvo en el altar era hablando con los niños para mostrar su retorcido plan del cual ellos tendrían diversión --jugar entre dos titiriteros no tiene caso pero si jugamos a dos contra uno quizás así podamos divertirnos los tres…no los diez presentes tu, nosotros y los pequeños--rie dejando que la oscuridad cubra toda la catedral, se habían salido un poco de control pero la ilusión, hechicería y el poder oscuro del nigromante de Theo habían abierto las puertas del purgatorio y pronto descenderían al infierno o al cielo…

No se sabe a donde se iría con tal de jugar y mostrar sus dos lados a una bruja más…

por **Aitziber D’ Lemoine** Sáb Dic 08, 2012 11:28 am

realizo un gesto una mueca que mostraba el poco interés que ella tenía con las palabras que salían de su boca, estuvo a punto de sacarle la lengua, pero sería muy infantil de su parte y además sus labios ya estaban fruncidos como su ceño en signo de completo disgusto. Comenzaba a desear una buena cerveza, fría y deliciosa, tanta santidad de un lugar le daba sed y ganas de cometer uno que otro pecado, si tuviera la oportunidad, siendo como sabía que era, podía escupirle al mismísimo papa en la cara y orinarse en la virgen maría si se lo permitieran, pero claro soñar no cuesta mucho, no quería ni imaginar cómo sería la reacción de todos, era mejor o imaginar pues comenzaría a reír y moriría de una diversión ficticia, solamente hecha por su gran imaginación.

Los pequeños se acercaban, pero fácilmente ella los evadía sin moverse, era la pelea de dos hilos que danzaban de forma armoniosa, Aitziber se encargo de crear un rango en donde ellos no pudieran tocarla, sus hilos le detendrían, así que aquel hombre podía hacer aquello toda la noche ella lo repelaría como insecto cuando tocan la luz

-Ah… bueno, ya dejémonos de tonterías- dijo mostrando una actitud más suave, pero eso no quería decir confiada-le di lo que usted deseaba y usted confirmo mis sospechas- todo era como un circo combinado con una fiesta pagana y un funeral, tanto ruido comenzaba a irritarla, por eso había ahuyentado a los espíritus de su presencia porque sabía lo asquerosamente irritantes que podrían ser aquellos desgraciados. Se había levantado quedándose al frente del altar mientras el hombre realizaba su sermón del día. Dejo salir una leve risa, altanera y amplia, él era el estúpido más grande que el planeta haya podido albergar, pero no dijo ninguna palabra insultándolo, se cruzo de brazos ladeando su cabeza mientras levemente negaba haciendo que algunos de sus cabellos se movieran frenéticamente mientras en sus ojos decía claramente lo que las palabras tal vez hubieran formulado “Eres un idiota” pero como niña buena solamente bajo la mirada riendo para ella, en voz baja.

Abrió sus ojos levemente intrigada por lo que su vista lograba a divisar en sus pies, el olor de la putrefacción le llego a su nariz, siempre le había interesado aquellas ilusiones tan reales, que alteraba los sentidos, pero no era lo de ella, aun así lo disfrutaba mucho, más de lo que creían a ella no le creaba un temor del cual pensaba que debía salir rápidamente, al contrario, aquello le entretenía tanto que deseaba saber más de lo que aquel hombre podría ofrecerle. Un toque interesante, pensó mostrando en su rostro que estaba levemente impresionada, asintió mientras una mueca en su rostro aparecía, estaba aceptando que la había impresionado, pero a impresionar a que le provocara un miedo estaba muy lejos.

Levanto la mirada sonriendo “oh no, si te has dado cuenta” asintió ante todo, si tenía razón. La neblina comenzaba a ser un problema, pero no la quitaría, ni realizaría algún truco para evitar que se volviera más densa, pues le gustaba la sensación que daba y sentía que era muy bonita y perfecta para la ocasión-¿Acaso piensas que soy una aprendiz de bruja?- susurro mirando hacia abajo notando que ya no podía ver el suelo ni tampoco sus pies –ah… de verdad eres un idiota, apuesto que ya alguna cortesana debió pasarte una enfermedad venérea y eso te ha afectado el intelecto- mascullo mientras estiraba su cuerpo, moviendo cada uno de sus músculos –o tal vez ustedes ya habían nacido así, tal vez la segunda opción es más creíble- sentencio mientras le daba la espalda y caminaba hacia atrás buscando un claro, un rayo de luz que pudiera estabilizar su visión, pronto dedujo que cerca había una ventana y logro encontrar una pequeña luz que entraba escasamente –Isabel…- susurro mirando a su lado mientras una neblina rosada aparecía entre todo aquello formando apenas una figura visible –Creo que dos contra uno es trampa así que te presento a mi compañera de juego- señalo al espíritu que comenzaba a formar un cuerpo corpóreo y tangible con varias moléculas que se unían y condensaban –no diré mucho de ella, solamente diré que vive dentro de mi así que de ciertamente no es ninguna trampa y es más divertido- dejo salir una picara sonrisa al mismo tiempo que el fantasma que normalmente se dejaba ver como una niña, prefirió aparecerse como una hermosa joven menor que Aitziber, por unos cinco años, tenía rasgos europeos, como siempre rasgos italianos, su larga cabellera ondulada marrón cayendo mas debajo de la cintura, un vestido blanco que se perdía entre la neblina y su estrecha caderas y unos hermosos ojos ámbar que expresaban ternura pero a la vez infinita sabiduría.

Solamente aceptaría el juego por interés en saber cuáles eran sus límites y además porque un ganador debía estar entre ellos y no deseaba que fuera él, buscaría la manera de demostrarle que no era cualquier chiquilla que se encontraba en una catedral jugando a ser bruja –Entonces dígame… ¿Cuándo se termina el juego? Y cuáles son las condiciones?- pregunto ladeando un poco su rostro, pero algo la distrajo, la sed comenzaba a ser más notable en su garganta, chasqueo su lengua frunciendo el ceño levemente –De veras deseo una cerveza… oye el que pierda invita ¿vale?- dejo salir una leve risa mientras miraba al hombre que estaba al frente de ella con un aire tan fantasmal que ya muchas personas habían corrido, pero por suerte ella no era una de aquellas personas.

por **Diègue Theodor Döhler** Sáb Dic 29, 2012 4:09 pm

Es ingeniosa
Odia a la Iglesia
Te odia?
No a mi no…soy alguien más
Entonces a mi?
Si
Pero vine del infierno
Por eso te odia
RISAS

Aun entre la niebla y las risas de los niños y sus actos infantiles ambos sabíamos a donde llegar…una media sonrisa dejamos que nuestro cuerpo mostrara nuestros ojos se estaban volviendo blancos por completo no había más los candelabros se encedieron a todo su fulgor pero la cera no se derretía…el sonido de un candado rompiéndose se escuchó…los niños comenzaron a gritar y se pegaron a las paredes llorando piedad las estatuas se rompieron con tanto grito que pulverizaron a cada representación…el techo de la catedral no ya no estaba, la visión era más larga un cielo negro sin estrellas pero la luna siendo roja…truenos y rayos y pequeñas gotas cayendo en forma de sangre que quemaban como el ácido…

Una voz gruesa empezó a retumbar…con un ligero matiz de los brujos

-Acaso crees que alguna ramera vagabunda nos dejó así, se ve que te han encerrado mucho en la idílica pero bueno ya que vamos a ser dos contra dos que me parece perfecto, por cierto mucho gusto Isabel, un placer conocer a…-

El eco del silencio y un espectro horrible salió entre las nieblas su ropaje era negro como una capucha que lo cubría por completo se acercó a ellos susurrando algo

-Oh si Isabel y Aitzber, bueno el gusto es nuestro-

Una sonrisa y los ojos se oscurecieron negros como el agua bendita de las piletas que comenzó a rebosar y rebosar hasta cubrir el piso las bancas desaparecieron…

-Ilusión oh no pequeña es real más de lo crees, digamos que a veces una ilusión es más real de lo que parece…y bla bla bla ya sabes donde termina eso…o si quieres pregúntale a Isabel-

Una sonrisa y los brazos bajaron…en eso los niños se lanzaron contra los brujos cubriéndolos de luz negra y roja entre llamas

-Me parece perfecto, invitará a comer y beber…-

Desparecieron de la vista de la joven pero su voz seguía en lo alto de la catedral

-Créenos no te hemos subestimado en lo más mínimo de hecho creemos que el primer infierno has pasado sigamos con el resto…no te preocupes lo único aquí es no lastimar al contrario y si algo no se puede controlar decir una palabra…que te parece la palabras “redención” así sabremos los cuatro que algo se salió de control y podremos juntos quizás controlar-

El calor comenzó a subir las pinturas se comenzaron a derretir pero las ceras de las velas seguían intactas y el sonido de un segundo candado rompiéndose se escuchó por toda el lugar y un gruñido gutural saliendo por el candado…los niños desaparecieron y dos quedaron en el centro, dos jóvenes de cabellos castaños y ojos azules y negros en sus manos ambos niños tenían flores una de lavanda y otra de jazmín…sus ropas todas rasgadas y andrajosas…ambos pequeños sucios y con lágrimas en sus ojos tiernos…la sangre caía por sus cabezas y sus pies estaban llenos de vidrios y de estos emanaba un fuerte aroma de putrefacción...ambos estaban tomados de las manos arrodillados rezándole al espectro de capucha negra el cual cerraba un circulo con sangre y tierra mezclada con cuatro puntas que sobresalían del circulo y de esas cuatro puntas otros espectros más pequeños como niños de 4 o 5 años parados mirándolos sonriendo…pero su sonrisa era fuego…fuego puro y ardiente…el fuego los cubre por completo y se va volviendo azul en ellos…se levantan y los espectros desaparecen menos uno el mayor, el que primero estuvo, alza su cabeza y no hay nada un vacío dentro de la capucha pero hay un brillo sobre esta…como si fuera el mismo universo pero no hay nada…miran a la bruja y a su acompañante

-Y crees ahora que esto es una ilusión…toca la sangre que cae y verás que te quemará…Yo, no hago ilusiones niña, quizás mi hermano si, pero yo no, y tu sabes bien a que punto estoy tratando…si unes un poco de la luz con la oscuridad que crees que obtendrás…-

Una sonrisa cadavérica se ve en el cristo crucificado que comienza sangrar por sus heridas ríos de sangres inundando todo la parte de atrás del altar mayor…

Un poco de infierno y cielo…la gloria y el sufrimiento
Una ilusión que no es del todo ilusoria

por **Aitziber D’ Lemoine** Miér Ene 16, 2013 5:03 pm

¿En que se había convertido aquello? ¿En una especie de circo que dejaba ver las pesadillas de todas las personas en un solo escenario? Si eso era así, tal vez ella pagaría por volver a estar en ese lugar. ¿Acaso no tenía miedo? La respuesta era positiva, tenía miedo y tal vez un manto de sudor en su frente dejaba ver una tonalidad peraleda y brillante, era muy probable que sus pies pudieran estar temblando o simplemente sintiendo como el extraño cosquilleo comenzaba a recorrer su cuerpo. Sentir mil y una sensaciones mezcladas y alborotadas en todo su cuerpo, no la hacía sentir mal, ni desorientada, tenía el efecto contrario que tal vez en muchos cuerpos de brujos de su misma edad tendría. Se sentía ansiosa, feliz y emocionada y sus ojos negros celebraran la oportunidad que estaba presenciando y agradecía el poder estar presente y poder estar dentro de aquel cuadro abstracto que un artista con al menos tres tornillos o más suelto.

Era un cuadro con tantos detalles y cambios, que tal vez no podría memorizar todos. Sus sentidos comenzaban a perder fuerzas y se mezclaban por culpa de aquel lugar que hacía perderlos en un laberinto de estimulación directa. Isabel dedico una mirada preocupada a su compañera, ama o como deseara llamarla, era un ser sobreprotector y el notar la esencia de Aitziber perdiéndose comenzó a preocuparse un poco. Pero Aitziber D’ Lemoine no se había a dejar vencer tan fácilmente, ella sabía bien como controlar su cuerpo fastidiado por tantas estimulaciones descompuestas y laceradas. Entrecerró sus ojos tranquilamente, mientras Isabel fruncía levemente el ceño, ella la podía ayudar ¿Por qué no le pedía ayuda? Aquella bruja era terca, tal vez peor que una mula, así que Isabel solamente se dedico a ver aquellas estatuas que se pulverizabas por los gritos desgarradores que los niños habían hecho salir desde lo más profundo de su garganta. Aitziber se era consciente de todas las sensaciones de su cuerpo y comenzaba a minimizar su sensibilidad sin perder la sensibilidad necesaria para no perderse en este mundo y perderse en un limbo.

Abrió los ojos nuevamente e Isabel suspiro aliviada de que hubiera podido recuperarse, ahora se veía su energía más estable y sus sentidos expuestos se habían acostumbrado a al entorno distorsionado en donde ella estaba. Se regaño ella misma por no haberlo hecho antes, aquel hombre estaba acostumbrado a aquellos entornos, pero ella no tenia aquella habilidad así que era un poco más vulnerable, pero eso no quería decir que no se podría defender en aquel campo. La joven bruja frunció el ceño pero de forma tranquila, en sus labios había una sonrisa ladina mientras veía al brujo desaparecer entre un manto de llama roja. Le dedico una mirada al cielo oscuro y hermoso que estaba decorada con una luna redonda y grande con un exquisito noto carmesí, alrededor de ella caían aquellas gotas rojizas que cuando tocaban aquella sala convertida en una especie de panteón gótico dejaban mostrar su poder en el suelo, comiéndolo de forma voraz, los truenos retumbaban por todo el lugar, otorgando una sinfonía diferente, un instrumento más en aquella orquesta compuesto por gritos y llantos llenos de desesperación. Ellos habían desaparecido antes de que ella se hubiera podido percatar de eso, pero luego de no ver su figura, simplemente atendió a su voz, alzando la mirada hacia donde podría estar aquel hombre o mejor dicho su voz.

“Rendicion” sonrió ampliamente, asintiendo de forma instantánea como si entendiera y captara todo al mismo segundo que las palabras salían de su locutor. Sus ojos llegaban a ver todo lo que estaba sucediendo y su cuerpo temblaba al mismo tiempo que todo aquello, como una obra de teatro se diera al frente de ella, se mordió el labio inferior para evitar soltar un leve gemido de asombro cuando los niños andaban desapareciendo uno por uno, después del espectáculo que habían dado anteriormente, tal vez era demasiado para ella, tal vez no estaba lista para dar unos pasos en el cielo para luego saltar al infierno con los ojos cerrados, pero estaba consciente que tenía a su lado a su mejor cómplice en todo esto –No necesito tocar la sangre para saber que me quemara, esto ya paso más de nuestra realidad, ahora estamos en una realidad, que se convierte en nuestra realidad- aclaro la bruja, dejando en claro que sabía lo que estaba pasando, no escondería que estaba asustado, no, no lo escondería, pues algunos demonios se aprovecharían de aquella debilidad oculta, pero si lo exponías y lo trasformabas en algo diferente, se había dado la solución.

Había estado en una pequeña isla que solamente le permitía dar unos cuantos pasos, pues alrededor de ella había un mar rojo de sangre que parecía más lava ardiente a otra cosa, las paredes de la catedral comenzaban a caerse poco a poco, caían los pedazos de diferentes zonas al mar que parecía estar dominando, pero que no llegaba hasta Aitziber ni su pequeña isla. Giro su cuerpo alzando la mirada hacia el cielo amplio con aquella gran luna que parecía estar justo en lo más alto del cielo. Tan cerca y tan lejos a la vez, aquella luna roja se veía inmensa, parecía que si alzara las manos y saltara la podría llegar a tocar. Aitziber escucho un estruendo a lo lejos, su rostro rápidamente se apresuro a preguntarse que era, la pared de la catedral había sido derrumbaba, dejando ver a lo lejos otro horizonte que tenía un aspecto nada prometedor por los momentos, pero ella deseaba saber que era lo que aquella parte le ofrecía –Isabel…- susurro Aitziber al espectro que la acompañaba que flotaba cerca de ella, el fantasma asintió dejando que sus poderes crearan un camino de piedra para que la bruja caminara hasta lo que parecía una especie de isla luego de aquel mar. El cielo de ese lugar era azul pastel, perfecto, hermoso, Aitziber ladeo su cabeza mientras sin evitarlo giraba su rostro para notar todo lo que había en ese lugar. Había diferentes tipos de plantas, algún arroyo que parecía tener agua viscosa y negra, si se acercaba mucho el olor podría ser venenoso, era como un tipo de paraíso que se formaba al lado del infierno, pero no este no era el paraíso. Pronto vio a lo lejos varias personas fornicando, desnudas, juntas, como animales entre ellos, hombres con mujeres, mujeres con animales, personas de su mismo sexo, mostrando la lujuria en su tono más alto, algunos parecían convertirse en niños para ser follados por los hombres más viejos, los cuerpos de la personas cambiaban a gusto del amante de aquellos minutos.

-Los pecados Capitales…-susurro Aitziber mientras se cruzaba de brazos para analizar todo aquello. Había pequeñas cuevas de donde parecía provenir aquello putrefacto que había infectado el riachuelo que terminaba en lo que alguna vez fue una hermosa catedral de Paris –Iremos por ese lugar…- le indico a Isabel que pisaba tierra a unos pasos detrás de ella mientras ella misma miraba como algunos grandes árboles le daban sombra a aquellos hombres que buscaban solamente el cuerpo de la mujer para dejar sus fluidos –no les pongas cuidado Isabel, solamente son almas sin esencia representando uno de los 7 pecados capitales: Lujuria- indico la bruja mientras comenzaba a caminar en dirección de aquella gran cueva de donde salía aquel especie de agua viscosa.

por **Diègue Theodor Döhler** Lun Ene 21, 2013 11:52 am

Me la estoy pasando bien
Yo igual
Jamás había jugado así
No recuerdo la última vez que jugamos así
De niños recuerdas
Tu grimorio
Tu círculo
Nuestro pacto.
RISILLAS

Las ilusiones van cambiando el sonido de puertas se vuelve más intenso, las imágenes van siendo deformadas, el aroma igual…todo tiene un nuevo matiz, el calor y el fuego del infierno se va haciendo más intenso a medida que se va adentrando en el infierno, los látigos suenan contra las paredes, el cristo desaparece entre lágrimas de sangre y solo hay una espesa bruma alrededor, una realidad más llega profundamente de aquella mente dual perturbada.

-Bien bien ya pasamos la segunda puerta “lustful” y ahora nos vamos a la tercera puerta, lista pequeña- susurran en un matiz de voz unida, ya no era uno ni el otro, eran los dos juntos hablando por el cuerpo.

Esto nos va a cansar
Llegaremos hasta el final?
No creo
Que hacemos
Jugar hasta cansarnos.
RISAS

El hedor se fue haciendo más fuerte y más nauseabundo lentamente las sombras cubrieron todo a su alrededor como una cortina, parecía ahora no una catedral sino más bien una cueva, pero esta cueva tenía muchos pisos, y variaciones de la realidad, pues si mirabas hacía arriba veías un río de fuego moviéndose caudalosamente en varias direcciones formando torbellinos, si mirabas a tu derecha verías una brea negra y ácida que si tocabas te quemaba…y la izquierda encontrabas la carne human podrida llena de gusanos e insectos y en el piso el mar tan azul y negro como las lágrimas de las estatuas.

-Hambrientas pequeñas- un susurró como una pregunta más fuerte todavía y en eso se ve hombres, mujeres, niños y niñas famélicos mirando una mesa enorme del siglo XIV llena de deliciosa comida con siete personas en huesos y pellejo comiendo sin medida, prácticamente parecen cerdos y los otros están en hoyos de lodo o cera que no les deja avanzar los vuelve pesados y sus rostros están tan lánguidos…sus ojos ya no existen y solo hay cuencas vacías…sin lenguas pero los gemidos son guturales, pesados y sobre todo lastimeros a los oídos humanos los demonios se ríen de ellos y les muestran la comida…para entregarles y cuando lo hace esta se vuelve ceniza y lamen ellos esa ceniza cortándoles las lengua y sangrando sobre sus cuerpos…
Una niña de ojos grises y cabellos platinados largos que le caían como cascada hasta los pies, con una bata blanca muy del siglo XIV con arandelas en el cuello y con unas mangas bombachas…sus pies descalzos, pero no están sucios, en sus manos abrazaba un oso de peluche, sus ojos eran negros, completamente y aquellos labios finos eran morados, su piel extremadamente blanca y su voz era aterciopelada, tan dulce y suave…como el de una niña pequeña.

Se iba abriendo paso entre las decenas de hoyos pútridos y mientras pasaba y les sonreía aquellos agujeros se llenaban de gusanos y de una extraña acidez que les comía los pellejos a esos pobres miserables…ella se sentaba a la gran mesa mirándoles y con una lengua como de una serpiente lame toda la comida provocando gritos entre los fantasmagóricos seres…toma una manzana y la lame por completo arrojándola a una de las mujeres famélicas, esta la toma y cuando la muerde esta fermentada y con moscas, pero no para de comer es más cada uno comienza a recibir comida, carne, embutidos, sopas, de todo pero cuando la lengua de aquella víbora pasa por los alimentos les quita la vida.
Y después de ver las lágrimas vacías de aquellas almas se compadece de ellos y evapora la comida y les entrega ¿piedras?...si piedras, rocas, dureza de la tierra les entrega y ellos comienzan a morder uno a uno las piedras rompiéndose los dientes y eso les ayuda a salir de sus agujeros pero el hambre esta presente se respira la putrefacción de la comida y la ceniza, de los cuerpos cubiertos de moscas y cucarachas…y ahí, ahí comienza una pelea, se pelean por la comida que no es comida si no ellos mismos…

-Cuidado por donde van pisando pequeñas…no llamen la atención o la maldita pequeña bruja las verá y…no quisiéramos estar en sus zapatos…vamos vamos que al final nos van a encontrar…- una carcajada tétrica va haciendo eco en el lugar y la niña mira a las intrusas con una sonrisa cadavérica…¿la puerta? Esta adentrándose más allá de la muerte y la inmundicia de aquellas no vidas custodiada por el gran Cerbero

Se me agota la energía
Tranquilo, yo vengo de los infiernos hermano.
Si, pero yo vengo del cielo
Si, lo sé pero ahora que haces, no podemos parar en el segundo, ya abría las puertas.
Bueno un poco más hasta el pecado mío.
Y ¿Cuál es?
Tú sabes cual es.
Un largo camino queda entonces…
RISAS

Cuantas puertas más hay que abrir…cual fue la primera puerta que no se mencionó…hasta donde pensaban llegar los tres brujos y aquel espíritu…cual era la intención…preguntas sin respuestas y muchas respuestas sin preguntas…

por **Aitziber D’ Lemoine** Mar Feb 26, 2013 7:25 pm

Aquello era un pacto entre seres que pocas personas podrían llegar a entender. ¿Qué persona en su sano juicio se metería en un juego como ese? Solamente una persona con la suficiente confianza en sí mismo o tal vez la gran estupidez que nublaba su mente. Todo aquello era como de una historia fantástica y de terror que solamente se podría encontrar en las mentes esquizofrénicas y retorcidas. Sus mentes eran lo suficientemente retorcidas para hacer lo que estaban haciendo. Mentes abrumadas, cansadas y desorientadas se podían ver a donde la mirada girara, era una obra de teatro que solamente ellos podrían entender. Parecía que todo estaba estable, pero en aquellos lugares no se sabía lo que podría suceder, Aitziber siempre alerta miraba y atendía a cada una de las cosas que en aquel lugar sucedían. Habían llegado a aquel edificio, en donde se podía apreciar otra cara distinta del lugar. Personas hambrientas buscando comida, algo para poder dejar de sentir aquella angustia que sentían en sus estómagos y que como fuego los consumía desde adentro. Algunas de esas creaturas se le quedaron mirando por algunos segundos, para luego pasar a ver con sus ojos salido de sus cuencas a Isabel que observaba de forma atenta y sin decir ninguna palabra. Sus gemidos grotescos se elevaban al cielo, parecía que esperaban que de allí naciera como lluvia de verano, para calmar su dolor.

Era un lugar consumido por los placeres vanos de la vida, fachoso y para muchas almas desesperantes. Ella era como una joven observadora que simplemente estaba contemplando todo lo que podía en su plano seguro, si según ella no era necesario sacar a la luz sus poderes, no lo haría, por eso tenía a Isabel, que ya comenzaba a ser un parasito adicta a la energía que la bruja le daba, pero, debía admitir que era una buena aliada. Un sonido de alerta le hizo retroceder dos pasos, pronto sintió como sus pies habían tocado algo blando al retroceder, quiso dejar salir un gritillo al notar que eran los sesos de un cráneo roto, salían como frutas cortadas de una copa derramada, el olor del órgano pensador atrajo la mirada de muchos de aquellos cadáveres vivientes, sus ojos desorbitados buscaron aquella fuente de alimento, la cual necesitaban con urgencia. Una niña que parecía estar más arriba de los otros pareció fijarse en aquel lugar en donde estaba la joven bruja, pareció molestarle ver como los sesos de aquel hombre; o mujer. Estaban servidos como un bufet para los hambrientos zombis alrededor de ella. Dejo salir un grito desgarrador, un berrinche que hacía que todo temblara. Habían alterado su estado normal y de su boca nacía un peligro mayor.

Una puerta comenzaba a abrirse mientras la niña comenzaba a convertirse en algo mas grande, parecía que los alimentos la engordaban, la volvían rechoncha y mas grande, más grasa en su cuerpo y su cabello que quedaba corto y mugriento, caían a montones dejándola calva poco a poco. -¿Otra puerta?- susurro Aitziber notando que aun ellos deseaban seguir avanzar y no retroceder. Ella solamente dejo salir una risilla, un poco impresionada, pues le sorprendía la energía que tenía ese hombre. Algunos lacayos de aquella creatura enojada la señalo, como cuando una princesa señala lo que desea eliminar, pronto los lacayos se dirigieron a ella, con gritos escandalosos que buscaban romper los tímpanos de la bruja. –Isabel… ya es suficiente, elimínalos- ordeno la bruja. Era como un juego de ajedrez, la niña que ya no era niña, había movido sus piezas ahora Aitziber movería su pieza, la más poderosa que tenia. El espíritu rápidamente comenzó a disiparse, una especie de viento comenzó a rodear a la bruja, impidiendo que las manos asquerosas que aquellas bestias se acercaran a ella, pronto una neblina comenzó a emerger de todo aquello, de los alimentos, de las personas, hasta de la misma niña que parecía comenzar a volver a su forma normal, parecía Isabel robaba el aliento, la fuerza vital de todos los presentes.

Por unos segundos todo pareció estar en silencio, los gritos desaparecieron, dejando apenas unos murmullos que poco a poco comenzaban a hacerse menos fuerte hasta perderse entre los sonidos tan bajos que el oído humano no los podría oír, pero ellos sabían que estaba allí. Una luz brillante, cálida y fuerte comenzó a concentrarse al frente de la bruja, parecía que esta comenzaba a tener una forma diferente, comenzaba a volverse más grande, más densa, estaba comenzando a ser física. Una luz hizo que Aitziber cerrara sus ojos, temía que sus ojos se lastimaran por tanta luz proyectada por aquel ser que parecía ser de origen blanco. Se escucho el rugido de un agila y la sensación del batir de unas grandes alas, grandes pasos hicieron temblar la tierra, la niña ahora parecía aterrada con lo que veía. Era un gran grifo, tenía el cuerpo de león y también el frente de un agila, su cabeza grande y con plumas blancas dejaba salir un chillido que a más de uno de aquellos seres provoco temor, algunos comenzaron a gimotear mientras tenía como aquel ser de energía blanca y pura se apodera de la de ellos, dejándolos débiles y hasta un punto de estar a solo un suspiro de desaparecer. Parecía una esponja absorbiendo toda aquella energía maligna que se encontraba en el lugar.

-¿A dónde nos quieres llevar?- pregunto Aitziber dando unos pasos más, buscando estar cerca de aquella puerta, pues sabía bien, quien la había abierto -¿No crees que ya es suficiente? No creas que estoy en peligro- dijo riendo suavemente –es otro el que está en problemas ¿No es así? Has gastado mucha energía- sentencio sintiendo como el animal mitológico se acercaba hacia ella. Era mucho más grande que un león normal, acerco el rostro hacia el pequeño cuerpo de la bruja buscando algún cariño. Aitziber quedo por unos segundos dudosa, pero entendió luego que solamente se trataba de su vieja amiga –Nunca te había visto así- susurro la bruja sonriendo ampliamente para luego hundir su rostro en el suave plumaje de aquel extraño ser. Todo comenzaba a convertirse en un desierto, cada uno de los objetos y de los seres que estaba en ese lugar volvían a ser polvo ante los ojos de ellos. –¿Acaso… acaso no quieres decir la palabra?- pregunto Aitziber abrazando a su protector mimándole con una de sus manos.

por **Diègue Theodor Döhler** Dom Mayo 26, 2013 11:48 pm

No aguanto más
El fuego te lastima
El humo me sofoca
Solo un poco más
No podré
Claro que si, es solo un juego de niños
De niños no llegábamos al séptimo y se rompía y quedaba en estado vegetativo durante mese
RISAS

A medida que avanzan con cada paso, con cada soplido de la respiración, el ambiente se vuelve más denso, más brumoso los truenos ya no eran azules, el cielo no tenía más su brillo negro, aquello había sido cambiado, solo se observaba fuego, lava, niebla y una risa escabrosa recorriendo todo le lugar, los ríos y mares no eran azules, eran negros y pútridos con cadáveres flotando; la ilusión se iba rompiendo y cambiando por algo más oscuro e infernal, el follaje ya no era solo lo de la ilusión era marchito y muerto, pétalos cayendo en una parte del lugar cual lluvia de primavera y en otras solo piedras…en otro el sol quemando y derritiendo a quien cruce por ahí…de pronto todo comienza a quemarse el fuego lo toca pero no lo devora cual incendio voraz, sino que solo lo decora.

Un hombre sentando justo en el medio, su rostro? Es solo una calavera, sombría, oscura, y chupada cual muerto de semanas o meses, su sonrisa muestra unos dientes amarillentos y algo negros con su aliento que es un hedor de putrefacción de años…sus largos dedos huesudos y sus uñas largas y puntiagudas cual nocturno que roba vida, la silla en la que esta es una mecedora antigua, muy muy antigua, tiene inscriptos egipcios, griegos, romanos, nórdicos, lenguas muertas y sobre todo lenguas apócrifas, lenguas de la hechicería oculta y oscura.
Su traje, es un traje negro de rayas blancas, en su cuello rodea un pañuelo rojo desteñido que poco a poco va tornándose roja sangre, ¿sangre? Si de aquellos cadáveres que flotan, del paisaje, de agua, aire y fuego. Sus zapatos son negros relucientes, como si fueran nuevos pero todo el borde está lleno de sangre y clavos que lastiman los pies del hombre.

Se acerca a la niña y le sonríe sacando del bolsillo de su chaqueta una habano –Tu, has llegado aquí aun sin haberse mostrado todo el camino, pero tranquila que no verás nada que no hayas ya visto antes, aunque hubiera sido mejor que hubieras visto los otros lugares, pero como vez uno de nosotros no está en condiciones de sostener las puertas del infierno, así que ¿Qué dices? Nos adentramos tu y yo?- le mira mientras se mete en la boca el cigarro y de la nada este se enciende.

Vamos, ya mostrémonos como somos
Dijimos que le mostraríamos nuestro lugar[/i]
Si pero, tu sabes
[b]Si lo sé.
No estamos ni arriba, ni abajo, simplemente estamos
Entonces?
Entonces qué?
Déjala ya, vamos es hora de mostrarnos los dos
Primero que vea a nuestra marioneta que nos representa
A ti , no a mi
A los dos, si ves la silla es tu parte, no haces nada y solo eres el candado de mis poderes, además mira, yo aun quiero jugar
RISAS

Die descansa para recuperar su energía vital mágica, pero su presencia sigue intacta solo su acciones quedan limitadas como un simple oyente, o mejor dicho un simple espectador que habla pero no actua.

Junto a la silla había un pequeño y casi imperceptible jardín con lilas, rosas, jazmines y girasoles, etc., una de cada especie conocida y por conocer, comenzaban a rodear a la silla y la cubrían con un hermoso pasto verde ocultando los símbolos y cada vez que avanzaba aquello, una voz, cual serpiente, hablando en lengua parcel que era cada símbolo y otras demás hechicerías de protección y daño.

Aquel sujeto miró a la niña y señaló luego una puerta inmensa en medio de dos pilares, cerrada con un candado raro y grande, era la cabeza de un león vivo y toda la puerta tenía rostros y cadenas que goteaban sangre la cual era como ácido, lamentos y llantos y en centro de la puerta un enorme rostro que sonríe amablemente pero con algo de malicia y mentiras. Parecía una puerta de decoración pues aquella puerta entre pilares de piedra estaba en medio de un islote rodeado de una brumosidad negra. Parecería solo un mal chiste.

El sujeto miró a la guardiana de la niña y negó –No querida, tu no puedes venir, si entras te quedarás ahí para siempre, y no creo que eso es lo que queremos, ¿verdad? A menos que seas como todos y no te importe sacrificar a un estúpido espíritu en las llamas del inframundo, averno, infierno o como le quieras decir- sonrió de medio lado mientras caminaba hacia la puerta y el león le rugía y aquella cara con asombro le miraba –Peligro, no, aun no estamos en peligro, nosotros dos, ¿tú? No sé, pero él y yo aún no lo estamos, quizás sí, pero ¿Qué es peligro para ti y para él y para mí, que es peligro para tu amiga, y para aquellos que están mirando las profundas aguas de los pecados? Oh que bella palabra pecados…Muñequita cual es tu pecado?- una carcajada y una calada de su cigarro mientras el león cual cachorro busca como esconderse de su trampa y el rostro solo lloraba lágrimas de sangre con tierra.

Entraremos?
Por supuesto
Y yo?
Tranquilo tú no tienes energía, además estás conmigo y esta vez es mi parte, tu debe recuperar tu energía para sacarnos de algún lio
Estaremos bien?
Estaremos bien.
Seguro?
Más que eso.

Off: disculpa la tardanza, no tengo perdón esta vez Razz

por **Aitziber D’ Lemoine** Mar Jul 02, 2013 10:07 am

¿Cómo habían llegado a tal magnitud? Debía recordarlo, pues no encontraba un punto medio para poder saber de quién era la culpa, tal vez era de la monotonía que en sus vidas atacaban, que decidieron reunirse en el centro de los devotos, para así, juntos crear un hermoso estrago dentro de todo aquello. El grifo, aquello que había sido antes la pequeña niña que la acompañaba parecía que perdía el color puro que le había caracterizado desde su nacimiento, ahora comenzaba a verse más opaco, sus alas perdían ese brillo blanquizco que hacia entrecerrar los ojos para sentir que no se lastimaban con la pureza del animal mitológico. Aun no había cesado de absorber la energía maligna del lugar, tal vez sentía que necesitaba toda aquella energía para poder detener aquello, pero esa no era la adecuada, comenzaba a manchar su pureza, y lo ms probable era que no soportara tanta energía maligna acumulándose dentro de ella.

Fue como un imán que repela el polo opuesto, Aitziber tuvo que soltar a aquel animal, comenzaba a emitir una energía que simplemente la bruja no podía soportar, era demasiada energía negativa junta. Salto ágilmente hacia un lado, mientras veía como el rostro enfurecido del grifo parecía girarle a los contrarios. Un grito desgarrador, un chillido desgarrador, la bruja se tuvo que tapar los oídos, tuvo miedo de que se le rompieran los tímpanos. Parecía que habían cambiado, las piezas habían sido remplazadas ¿eso no era trampa? En aquel lugar todo se valía. El grifo le gruñía, con los pelos del lomo erizado al viejo de cabeza de calavera y zapatos impecables a Aitziber le interesaba la silla y todos aquellos fragmentos de diferentes lenguas que se presentaban en aquel lugar, pero no había tiempo de captarlas bien, aunque buscaba poder almacenar algunas palabras en su cerebro para luego descifrarlas.

Ahora ella tomaba el control, de cierta forma la bestia estaba más interesada en jugar que la propia Aitziber, se había interpuesto entre ellos, mirando detenidamente al hombre que estaba al frente de ellas. ¿Qué puedes proporcionarme tu? Se preguntaba detenidamente mientras como león sediento de sangre, le miraba –Ya es mucho para todos, debemos parar esto- dije la bruja, consciente de que su poder comienza a sentirse débil. ¿Qué sucedía? Miraba al grifo cada vez más grande y ella se quedaba tan pequeña delante de ellos -Isabel, deja los juegos para los niños, destruye esto- le había ordenado. La bestia cada vez se alimentaba más y más de cualquier cosa energética que pudiera encontrar, era como una esponja, no importaba cuan sucia estuviera el agua, la absorbía igual, convirtiéndose en una mezcla incontrolable.

¿Qué sucedía si estaban en un lugar maligno? Lo la mayoría de lo que recibía manchaba su esencia pura, ahora no distinguía bien de donde absorbía, se había vuelto ciega, se alimentaba de la energía vital de Aitziber, pues ahora que había gastado todos los otros recursos, ella era la única fuente que podía percibir como sostenible. Aitziber giro su cuerpo hacia la puerta, no aquella puerta no debía ser abierta… -No te ayudare- negó con rapidez, pero noto que el grifo ya estaba interesado en aquel lugar, pues podía sentir como una fuente mayor de poder emanaba de ese lugar. En sus ojos se veía, la conexión que había entre Aitziber y el espíritu le advertía lo que esta estaba deseando.

El poder, la vitalidad, la grandeza la habían cegado, ahora era un parasito buscando más de lo que ya había obtenido y aquel ser comenzaba a alentarla cada vez más para que hiciera una tragedia. La bestia se lamento, parecía no importarle lo que aquello significaba. Las piezas habían cambiado, ya no era Aitziber la que manejaba, la que era la jugadora principal. La bestia desapareció entre humos y cenizas que se remolinaron furiosamente en un solo lugar. El humo, las cenizas formaban un cuerpo negro, mucho más mayor de lo que habían visto antes, una nueva forma estaba creando el espíritu, una mujer alta de cabello castaño y ojos perdidos en el limbo. –¿No lo vez?- susurro aquella doncella bella de vestimentas tan blancas que se veía imposible que estuviera manchadas de tanta maldad acumulada, pero las apariencias engañaban tanto… -Yo te ayudare… yo quiero ayudarte-

No importaba las consecuencias lucharía contra quien debía hacerlo para sentirse satisfecha. ¿Qué hacer? Los aliados parecían unirse, formaban nuevos grupos, los prudentes se definían y los imprudentes avanzaban, sin temor a nada –Debemos detenerlo, no podemos seguir así… los dos, los dos, los tres pueden morir si siguen así. ¡Isabel destruye esto!- estaba muda, estaban sordos. No sentían dolor ni cansancio, un espejismo que pagarían muy caro. Miro entre el trono, encontró un pequeño jugando. Camino hacia él, pero parecía que comenzaba a alejarse de ella, la repelaba como todo en este lugar, tal vez porque era la más sensata y prudente o la más estúpida de todos. Escupió algunos insultos, para luego concentrarse en buscar algún hueco entre esos hechizos de protección. Musito algunas palabras que encontró entre los escombros perdidos y una de las llaves se abrió, pronto estaba más cerca de algo que parecía que la ayudaría, musitaba, palabras que encontraba dispersas, que llegaban a su mente como dulces melodías, estas le ayudaban a descifrar códigos y llegar al prado que rodeaba el asiento, en ese lugar estaba el pequeño, sentado mirando todo lo que habían logrado –Ya debes estar cansado- le susurro al pequeño, con una leve sonrisa -¿No quieres salir de aquí? Yo ya quiero…- dijo mientras podía escuchar las risas traviesas de los pequeños jugando con fuego.

por **Diègue Theodor Döhler** Lun Ago 26, 2013 10:58 pm

-Y ahora-
--Ahora qué?--
-Nos descubrió-
--Quién?--
-e.e-
--risas--
RISAS

El juego puede cambiar, los jugadores pueden ser relevados, es la regla general de un juego, y así es como terminan, como muertes, perdidas entrañables, y sobre todo con herencias que nadie pidió ¿acaso siempre serán así cada juego? Bueno eso depende del jugador y del juego en sí, en este caso un juego de magia ¿hasta dónde puede llegar? Hasta que se devele aquel disfraz que ocultan un par de jugadores.

Aquel espectro cadavérico, admiró al grifo y encendió otro puro, el fuego sobre aquel cigarro no era de color normal, al contrario con cada calada se volvía un rojo tinto, como negro casi ya, dejando caer la ceniza que se volvía gusanos en el piso, mientras el caminaba con su risa pútrida de dientes negrecidos, los gusanos se vuelven más gordos cada vez que él los aplasta con sus finas suelas; en eso un olor nauseabundo llegó a rodear el lugar que poco a poco iba destruyéndose poco a poco, cayendo cada pedazo cual polvo cósmico, pero en vez de eso eran insectos, cucarachas, escorpiones y un sinfín de animales rastreros, caían y terminaban explotados en el suelo cerca de él, como si le hicieron una alfombra de bichos.

La silla quedó cubierta por completo por la hierba y poco a poco se la iba tragando haciéndola desaparecer, tras ello quedó solo queda una rosa roja que poco a poco se iba volviendo blanca, los niños correteaban por todo el jardín, riéndose, hasta que miraron a la mujer, en ese momento un estruendo inmenso llegó a la puerta, que se comenzó a abrir lentamente, un viento mayor comenzó a hacer eco, y el aroma a jazmín, llenó la sala.

-Dos tres, tres cuatro, cuantas veces podrías soportar, si él y él están ahí bien cómodos en la oscuridad del infierno, que podrías sacarlos, ellos viven, comen y respirar, sienten este ambiente y lo demuestran, yo te di me preocuparía de tu mascota, si hace lo que sigue haciendo, se quedará encadenada de por vida, estaría entregando su lado— una calada mayor y en el humo con la ilusión se crea un pasaje de piedras, como una cuela, de la que cadenas a rojo vivo tiene atada a la mujer que ahora se mantiene frente a la puerta, y sus gritos desgarran y hacen retumbar a las piedras pero no se derrumban –lo que ves es lo que pasaría si no la detienes, en vez de estar con estos niños perdiendo tu tiempo --

Una risa de aquellas tétricas que te hielan la piel se hizo presente y de pronto de la nada, aquel ser desaparecer por completo, solo quedan sus zapatos de los cuales se ve atacado por una montaña de gusanos que salen de dentro cubriéndolos y luego desapareciéndolos, la tierra se sacudía con fuerza y en eso una voz grave, muy grave se escucha retumbar por aquel sitio –Si los tocas te quedarás con ellos, si los miras a los ojos te encerrarás para siempre, si no los buscas te quedarás atrapada con tu alma en el cementerio- otra risotada y aquel cadáver se acercó a los niños dándole chupetines negras “veneno” a los cuales uno de los niños devoró aquello y el otro con recelo lo guardó en su bolsillo derecho, luego aquel ser desaparece lentamente dejando solo aquella sonrisa amarilla, negra y podrida en el aire recitando unas palabras en latín con algo de lengua muerta y nórdica, una lengua prohibida y negra

-Se nos está pasando la mano-
--No, solo se nos está pasando la cuerda--
-idiota, sabes lo que acabas de hacer-
--Aaaa, si, acabo de cerrar este lugar--
-Si idiota, con nosotros dentro-
--Idiota yo? Idiota tú, mira no más--
-Oh ya veo-
--Retrasado, por eso yo soy el más inteligente en esto--
-RISAS-

Aquella creación de muerte aún no había sacado todas las cartas de debajo de la manga, es más apenas estaba dejando caer el velo, miró a aquella mujer y con la habilidad el títere de su titiritero hicieron callar a aquel espíritu, con un cantico versado de palabras raras, un eco silencio atacó a aquel espíritu, pues ahora no era solo los brujos, sino que eran los espíritus del averno que había usado, estaban en control, grandes generales del infierno, y ellos hicieron callar a la mujer, unas palabras más y la gravedad la hizo pegar al suelo, los niños fueron alejados y a su paso había rocas, lagos, fuego que salía del piso…

La ilusión, si se estaba saliendo de control y solo había una llave. “la muerte”, porque todo lo que ellos hicieron fue con generales de los ángeles y los caídos.

por **Aitziber D’ Lemoine** Sáb Sep 14, 2013 5:22 pm

La muerte te podía tocar, pero no sentirías el tacto de ella en tu piel, tal vez ya estaba tan cerca, abrazándolos, besándolos con la pasión recia que la caracterizaba y ellos no la sentían en sus cuerpos, pero como cuervos estaban las almas invisibles, esperando poder absorber un poco de su poder y así volverse más tangibles, recoger fuerzas. ¿Dónde estaba el dolor? No se sentía, porque no les convenía que lloraran, el dolor seria una distracción mientras las sanguijuelas absorbían toda su vitalidad. No solo ella podría quedarse en ese lugar, Isabel siempre había quedado en segundo plano, pero ahora se había convertido en el primero, en la causante y reaccionante. El alma perdida buscaba su protagonismo, quería ser la llave, la ideal para el trabajo, en tiempos de plaga.

Pero ahora ella se había convertido en el problema principal, ya todo había llegado a un segundo plano, la atención de todos estaba en aquella belleza que se consumía en la oscuridad, en la delicia de una droga, que; como todas. No dejaría ninguna recompensa buena. Tendría que hacer algo para detenerla. Había perdido la conciencia pura que tenia, gracias al ambiente maligno que la rodeaba, ahora estaba completamente ciega y como caballo desbocado iba por el lugar, sin medir los daños que causaría todo lo que estaba provocando. Estaba dando en bandeja de plata un poder que había estado resguardado por tantos años sin vacilar, parecía haber sido un parasito que la había llevado casi a la locura.

Cada segundo que pasaba se convertía en uno de ellos y Aitziber al estar unía en un lazo casi irrompible, la comenzaba a arrastrar a ella también y su compañero también estaba junto con ellos, atrapados. Jadeo un poco, ya comenzaba a sentirse cada vez con menos energía –Debemos salir de este lugar- se apresuro a decir. Se estaban marchitando de adentro hacia afuera, aunque no lo veían, poco a poco comenzaban a sentirlo. Aitziber miro al niño, y frunció el ceño. Solamente habría una salida de todo aquello o eso parecía.

La muerte estaba cerca, los invitaba a bailar a la par de la música, que mudamente recitaba, las bestias lloraban alegres del que el fin habría llegado, nuevos invitados tendrían, residentes permanente serian ellos en pocos momentos, sus poderes eran manjares, su energía vital una especie de elixir que disfrutaban a cada momento. –Ahg… la perla- susurro recordando escasamente en donde llegaría estar aquella perla que estaba destinada a darle protección y en donde Isabel, una vez durmió, como genio en una lámpara, en esos momentos cuanto se arrepentía de haberla “despertado” de atraído hasta ella y su plano, tal vez ella pertenecía a este lugar, al final de cuentas era un parasito que devoraba su vitalidad en pequeñas porciones.

Se acerco a la mujer, quien era Isabel, sus ojos negros, comenzaron a llorar sangre, apenas bajo la mirada para encontrarse con la mirada de su compañera, el dolor que sentía en ellos no era normal, bajo la mirada, queriendo quejarse, tanteo notando como sus ojos comenzaban a ser cortados quirúrgicamente, pero sin tener un bisturí en su cuencas. –No importa lo que hagas…- jadeo soportando el dolor, siguió llorando por el dolor, lloraba sangre, mientras sus ojos perdían poco a poco la visión. Alzo su mano temblorosa, en donde tenía un poco de sangre que había caído de sus mejillas, extendió su palma, logrando que una estela de luz brillante saliera de ella –Vuelve a tu perla Isabel…- cito en un todo firme, el espíritu se debatió, no quería hacer eso, no estaba dispuesta a volver, su cuerpo se retorció y parecía querer transformarse en aquel grifo, mas grande, mas malvado y negro, pero lo único que consiguió fue crear una masa negra que fue absorbida por Aitziber.

El dolor llego a su estomago, a sus extremidades, y cada célula interna, cubrió su mano, que parecía estar siendo consumida por un extraño calor interno, era Isabel que aun luchaba en su interior. Pero ella no la dejaría salir, ahora la fuente de poder estaba cortada, no había mas nadie que estuviera mandando el mana necesario para mantener aquel plano en su máxima expresión. El cielo comenzó a oscurecerse, luego cambio a rojo, como si el día del juicio final estuviera comenzando. ¿Llegaría la desgracia y ella no la podría ver? Había quedado ciega, su amada compañera, le había impuesto su poder, en su cuerpo, al menos sus ojos seguían en las cuencas, su rostro ensangrentado, buscaba ver la luz dentro de tanta oscuridad, no podría llorar porque sus lagrimales estaban dañados, pero el dolor, poco a poco cesaba de su cuerpo… Isabel, comenzaba a calmarse

por **Diègue Theodor Döhler** Jue Sep 26, 2013 8:10 pm

Find the place
Where you can be yourself
Stay there ´til the storm pass
And then, all will be in right place
And Never let me go, ´cause I´ll be death

La muerte iba cubriendo el lugar lentamente, con su paso todo se iba destruyendo, un temblor leve sacudió aquel lugar, luego otro más fuerte haciendo que le piso se cuarteara, las alimañas corrían despavoridas del lugar, los niños a su vez se sentaron y miraban el espectáculo con risas y aplausos, como si de ellos ya estuvieran acostumbrados el más cándido de todos miraba con una gran O en su boquita mientras que el otro chiquillo hace una mueca que decía “ah bah, eso ya lo vi, no es tan emocionante” el lugar comenzó a temblar por completo, cada temblor era cada vez más fuerte que el anterior, mientras más temblaba el lugar, todo cambiaba, el cielo rojo tinto cual sangre de dioses, luego era todo oscuro como la noche más densa, y al final se volvía todo blanco, como una luz cegadora que te envolvía y solo te transmitía paz, pero una falsa paz, de aquellas que no puedes dejarte llevar.
Miraron los dos niños a la jovencita con su espíritu al tiempo que se levantaron y sus ojos comenzaron a cambiar, el cándido, se puso delgado y con ojos blancos por completo, toda su órbita y sus cabellos castaños mientras que el otro niño se le presentaba con ojearas de años y aún era joven, sus ojos eran negros todo su iris negro, sus cabellos negros y su sonrisa macabra, los dos pequeños a esa edad representaban un terror de un adulto, o quizás eran adultos en cuerpos de niños.

-Ya es hora de parar, si no lo hacemos se romperá la mujer-
--Si lo hacemos te romperás tú--
-Entonces?, no podemos seguir con esto-
--Ella tiene que encontrar la solución a esto, está ahí frente a ella y no lo ha visto--
-Dicelo o se lo diré yo-
--NO, y no lo harás, ella debe hacerlo por si sola, o será peor la ilusión con el infierno en vivo--
-Pista-
--Ya se la di pero depende de ella, pronto lo entenderá, eso espero--
RISAS

Las puertas chillaban, cadenas siendo arrastradas y lamentos se oían, gritos desgarradores, que partían en dos las almas más puras un chasquido de lengua, pero no había nadie, solo los niños los cuales comenzaron a comer rápidamente la golosina que le dio aquel hombre, tan rápido acabaron que luego a sus pies se iban solidificándose lentamente, y así como se solidificaban cual estatuas, también se iban cuarteando, para destruirse.

--Pobre, pobre Isabela, pobre pobre Aitziber, pobre bruja y espíritu—un suspiro fuerte y ronco se escuchó pero no había nadie, solo una densa niebla pero no era cualquiera niebla, esta era espesa y cortaba el oxígeno, su color no estaba mezclada con el fuego que salía de la puerta –Vamos no me decepciones, quizás no solo yo haya perdido a alguien, pero tú no solo perderás quizás la vida sino también a tu Isabel querida sino sales de aquí en digamos 5 minutos—una diabólica risotada y un tic tac sonando por el lugar –ya te dimos como salir, si tu no lo has visto es problema tuyo, pero yo de ti me voy apurando o no será que no pueda contener las cadenas de los condenados y los infiernos se desaten, lo que hará que tu querida Isabel se condene a este eternamente y ya sabes lo que eso significa, castigos sin fin, su vida pasando en frente de ella diariamente castigándola, su muerte cada segundo siendo más dolorosa, ya sabes cosas insignificantes pero muy divertidas—

La niebla desciende más y más haciendo imposible ver y ya respirar por completo, a lo lejos una luz, cual faro ilumina un poco, es donde están los niños con sus piernas por completo petrificadas, el dulce niño canta levemente una canción lírica, muy dulce y suave, para llamar a la niña, quizás ya había comprendido como salir, pero no le sería fácil, el calor de la puerta había salido y llamas del suelo comenzaron a aparecer, las paredes se desgarraban y explotaban la pintura en fuego, puro fuego, que ayudaba a la niebla a estar más densa con el humo, las llamas el calor la niebla el humo…todo dificultaba la visión, el oído, el tacto y el andar, no había salida, oh bueno si la había y ya unos iban a logarlo ¿lo lograrían las últimas dos?

-Ya no siento cansancio-
--Te dije que lo lograríamos--
-Me preocupan ellas-
--Lo hiciste aun cuando te dije que no lo hicieras--
-Si no lo hacía, morirían en la ilusión, tu sabes bien hasta donde hemos llegado y no quería eso para ellas-
--Idiota- - rueda los ojos
-sonríe cándidamente-
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