un simple respiro [Privado]

por Invitado Jue Mar 15, 2012 1:50 am

La felicidad no consiste en realizar
nuestros ideales,
sino en idealizar lo que realizamos
Alfred Tennyson

Varias veces dudo de la existencia real de peligro, pero había visto en las cartas de una de sus amigas que mostraba oscuridad por donde sea que caminara y eso no traía ningún significado bueno por mucho que buscara, así que esa ultima semana se había dedicado a disfrutar, disfrutar una semana libre de pecado, dolor e incluso libre de si misma y de las cadenas que le ataban a un solo destino, libre de pensamientos y venganza y aun mas de su propia maldad que parecía satisfacerse en el dolor, que parecía vivir de su odio y sentir el mas exquisito placer al sentir caer una lagrima por las mejillas de Adda….
Esta semana estaría libre de todo, y eso supondría hacer cosas nuevas, una amiga le había invitado a la corte de los milagros, pero en realidad aun no quería hacer aquello y es por eso que se hallaba en el parque de diversiones, no había nada que Adda no hubiese visto antes, solo era el contagio de la alegría en la gente a su alrededor, los niños corriendo, disfrutando, comiendo dulces y gritando, algunos llorando por que no se les estaba permitido entrar a muchos de los juegos y otros simplemente riendo por que unos lloraban.
Adda no subió a ningún juego en particular, su decisión de disfrutar no requería que se sentara en la fila para subir en la rueda de la fortuna, mucho menos en aquellos columpios y no iría a la casa del terror donde vería prototipos de monstruos que jamás existirán en la realidad, la casa de los espejos parecía buen lugar a lo que tuvo que meditarlo mientras jugaba con sus guantes y trataba de imaginarse que seria entrar a aquel lugar, aunque de pronto algo muy extraño, reconocible y diferente atrajo su atención, le pudo divisar a lo lejos aunque sabia ella que el le había visto a kilómetros por que al parecer se dirigía en su dirección, ladeo el rostro, si alguien le hubiera dicho que aquel vampiro estaría en aquel lugar ella no lo hubiese creído de primera, ¿por que? por que el parecía de esas personas misteriosas que se hallaban por lugares apartados y solitarios en vez de lugares tan concurridos como aquel, y en ese momento se pregunto el por que de su venida al parque de diversiones.

Raphael, decidido, fuerte, inteligente con una gran capacidad de maldad, tanto así que la misma Adda se sorprendía de que aquel joven no entrara a su circulo de los mas odiados, sonrió de lado por que pensaba en joven cuando le hablaba sin embargo sabia muy bien que de joven no tenia nada, aun así no se pudo quitar aquella costumbre nunca, desde que le había visto y aun así ni ocupaba la palabra solo le llamaba por su nombre, Raphael
-No me parece que este sea su lugar favorito en el mundo, sin embargo me alegra encontrarlo por estos lugares ¿a que se debe? Si puedo preguntar claro…–hablo con cautela y suavidad a medida que se acercaba a Raph con cierta prudencia, aquel parecía sacado de un cuento, conocía a los malos de los libros pero nunca se había jactado de conocer a uno real hasta que lo conoció a el, nunca había visto a alguien con su destreza ni un vampiro que conociera a excepción de yudea que tuviera aquel brillo de odio en sus ojos aunque los dos fueren completamente distintos, ¿la diferencia? Raph no le haría daño, lo había prometido por ende confiaba en el… -y ya que si estamos aquí y yo estaba con la disyuntiva de entrar o no a la casa de los espejos me preguntaba si querrá acompañarme?- camino en aquella dirección mientras posaba sus manos al frente del vestido y una en uno de los pequeños bolsillos no solo palpando en su interior los boletos de la entrada si no que algo seco y espinoso, una rosa… y miro su vestido ¿Por qué se hallaba ahí si ese no había sido el vestido que había usado aquella vez que le regalo su primera rosa?

Su mirada quizás pareciese desconcertada por lo que quiso aclararlo - lo siento, creo que de repente viajo a dimensiones que ni siquiera yo me entiendo y ya se que debo cambiar aquello… pero habrán otros días… - se adentro en la casa de los espejos mientras avanzaba por el pasillo sentía que el no estaba muy lejos, de cualquier manera Raphael era de aquellos seres en quien no se podía confiar mucho pero a su vez uno debía entregar todo, saco la flor de su bolsillo mientras se adentraba hacia aquel salón y antes de poder entrar sonrió de lado volteándose a el – ¿le trae recuerdos esta marchita y seca flor? – se la entrego en sus manos y sonrió, recordando que la primera vez que la había recibido fue la primera vez que se habían visto y desde aquella vez una flor siempre aguardaba en sus manos, pero la primera jamás la había olvidado – pero no me pregunte como rayos vino a parar a este vestido por que no tengo la menor idea aunque si se como averiguarlo

Se volteaba para entrar al salón de espejos, la simple idea de ver miles de espejos y miles de formas le parecía divertido y fascinante, eso sin contar que esperaba ver una, solo una aunque fuera minima y pequeñísima sonrisa de los labios de Raphael.

por **Raphael** Jue Mar 15, 2012 1:07 pm

Con una hambre que no me deja marchar,
En mi muerte el oscuro me mantiene,
Cuando yo te vi en la lluvia me prometiste tu sangre,
Yo no me quedo...

En el infierno me duermo,
Por que el infierno es la única verdad.
Samael te persigo a ti,
Y si me quedo sin alas,
Nada mas me muero por ti...

¿Existiría aquel ser que no odiase simplemente por representar a la humanidad? ¿era posible dejar que aquella mujer le percuda la humanidad a la cual siempre se mantuvo apartado? ¿por qué? ¿debería dejar que lo haga? ¿acaso sería una bruja humana quien cambiará la forma de pensar del maldito? No, pero al menos a ella la respetaba, sin embargo, la razón no existía para él. Hubiera sido una gran mentira la negación de que esta vez una existencia humana capturara el interés del vampiro tras tantos milenios de no hacerlo, sus poderes mágicos no eran la causa efecto, antes ya había pisoteado las cabezas de brujos y brujas, por eso mismo le había estado observando, la bruja había desaparecido por un largo tiempo, Raphael ahora interferiría en sus asuntos, esperando que no se vuelva a alejar, o no podría resolver esa encrucijada que tanto le molestaba, no es qué sea negativo el interés, quizá una parte de su ser pensaba que si era negativo estar interesado en comprender a una humana, pero la molestia era por ignorancia, por no saber como quitarse eso de la cabeza o solucionarlo.

Su seguimiento le había llevado hasta un lugar detestable, lleno de risas, lleno de felicidad, luces, ruido, bullicio aún a sí, ella había escogido ese lugar y no le mandaría lo contrario o lo cambiaría, a fin de cuentas, tan solo era un espía, un silencioso espía que al sentir su sentidos deslumbrados por luz y sonido bajo la guardia, ya que aquella mujer ya había posado las orbes en él, si hubiera sido un enemigo quizá se lo hubiera reprochado hasta el alba, pero no fue así, vio que se acercaba, él hizo lo mismo, una vez la tuvo en frente le escucho hablar, ante sus palabras solo negó levemente - En definitiva, jamás estaré cómodo aquí, pero mi seguimiento me llevo aquí, eso es, usted me trajo aquí - vio que su caminar se alejaba ya que pensaba entrar donde los humanos se reflejaban, bien decían que un espejo refleja el alma y por eso él no se hallaba en ellos, pero le siguió igual, no tenía problemas en que alguien no viera su figura en algún espejo de aquel lugar, su estatus de inmortal jamás lo oculto y por eso mismo tuvo que asesinar tantas veces...Incontables

Le miró fijamente antes de hablar - Yo no olvido nada, mi memoria es casi perfecta, me dijeron quera un fallo considerarse perfecto, desde mi forma de pensar siento que lo soy, aunque a este paso usted va a cambiar esto, me hará fallar, me hará débil - Estar rodeado de un humano, interactuar con ellos, aceptar sus costumbres, inconcebible, recordaba esa rosa, fue justo antes de que la bruja partiera, días antes en que prometió no lastimar su cuerpo, ni beber de este, ¿por qué lo hizo? Era anti-natural en él darle seguro a un humano, explicaciones nulas, preguntas desbordantes, la mente del vampiro en este momento se encontraba vulnerable, como nunca antes, dudando de sus propios principios, dudando de los principios humanos, incluso ahora, ¿mezclandolos? No podía creer que eso estuviera ocurriendo.

Una vez dentro del lugar lo típico se hizo obvio, quien se encontraba al lado de la mujer con una camisa blanca y pantalones oscuros no tenía rostro en esas especies de torturas, para él lo eran, el no ser reconocido era lo que más le molestaba, mas no dejaba el lugar - Todos los caminos conducen a Roma, todo lo propio vive consigo mismo, no importa cuantas rosas se le entreguen y abandone, no dejarán de ser suyas, quizá es por eso que esa vino a reclamar el injusto abandono y una nueva a ser parte de - susurró dejando una rosa húmeda aún entre el busto de la humana - Quizá esta odisea al parque de "diversiones" termine con un camino bastante diferente y alejado de su inicio, eso espero - musitó sin dejar de caminar, no miró más a los espejos, tan solo a la humana.

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