En los bordes de la ciudad de los palacios

por **Rahman Al'Ramiz** Vie Abr 27, 2012 1:09 am

(* despertó hace apenas unos instantes, volviendo de un viaje astral )

Camina pensativo por las avenidas de la Necrópolis, sus pensamientos están enmarcados por el silencio de los muertos en sus tumbas, sumidos en esa clase profunda de sueño que es la muerte ¿aunque cabía preguntarse si realmente era un sueño la muerte? Así como él mismo despertara a una nueva vida hace miles de años, bien pudieran haber despertado aquellos cuya memoria custodiaba el Jeque de Luxor.

Sus espectros guardianes se mantenían a distancia, removiendose inquietos bajo la tierra o por sobre las corrientes de aire, invisibles, viglantes. Ellos también tuvieron vida alguna vez, otros sueños; que ahora olvidaron. Sus espíritus consumidos ahora son sólo el residuo de lo que una vez fue su vida, animados ahora, como titeres por otras fuerzas mas antiguas que ellos, viven su nueva existencia; su no-vida dependiente de la mía. Atados a mi como yo al trono de esta ciudad. ¿Que somos, sino muertos animados? Recuerdos condenados a repetirse. Ecos de antiguas batallas que nunca entre estas calles desiertas dejarán de errar.

Mas una perturbación en el ether ocurría. En algun lugar de la Ciudad de los Palacios, una puerta se abrió, o mejor dicho, alguien habia cruzado el Umbral, el delgado Umbral que separa los mundos de los vivos y los muertos.

(* La sensación harto conocida por Rahman vino esta vez como un mal presagio. ¿Que espiritu le visitaba en esta noche cerrada, acechada en sus bordes por densas nubes que avanzan con el sonido del trueno y anunciadas por la luz de sus relámpagos?)

por **Kallisté** Lun Abr 30, 2012 4:07 am

Cuatro años eran los que habían pasado desde que había fallecido. En ocasiones gritaba al viento para ser escuchada. -"Pero sigo viva" - Se decía frente a un espejo, ella podía ver si reflejo, un reflejo imaginario, su mente le jugaba malas pasadas, tantas que en ocasiones creía que le hablaban, en ocasiones sentía que la tocaban, pocas veces se había dejado ver, en realidad solo había sido una ves, había confundido a un apuesto caballero con su ex marido. Con la poca practica que tenía para hacerse corpórea, solo algunas partes de su cuerpo podían hacerse visibles, así que imaginaran el susto que le dio a aquel hombre.

En ocasiones Kallisté reconocía su falta de cordura, en ocasiones se daba cuenta que había muerto, otras creía que estaba pagando alguna clase de maldición pagana. Aun no se iba a dar por vencida, necesitaba que Christos encontrara al pequeño Freddy. A su favor podía decir que aquella luz no la dejaba, que podía verla todos los días, todo el tiempo, para su mala suerte aquella luz en ocasiones la cegaba.

Sin poder entender demasiado sus nuevas formas de ser, la incorpórea se había impregnado en el cuerpo y alma de un hombre, su patetismo tan alegre la había atraído por completo, la mujer ni siquiera había notado el tiempo que llevaba con él, ni siquiera que se encontraba lejos de Paris hasta que escuchó el nombre del lugar en el que se encontraba. Se desprendió del ser humano, siguió una línea de espíritus que la llamaba, la llevaban con ellos a un lugar sagrado. ¿Acaso podía entrar? Si podía. Se escondió detrás de una puerta al notar a un hombre que desprendía de él el aura de la misma muerte, sabía que de esa manera no podría verla pero de igual manera no quería que sombras negras se la llevaran.

por **Rahman Al'Ramiz** Mar Mayo 08, 2012 2:20 am

Un fantasma cruzò el Umbral, no pudo hacerlo por si solo. ¿O SI? ¿que clase de ser entraba sin ser visto en la Necrópolis? Podía sentir la actividad en los planos mas profundos de la energía, muy cerca de donde el se encontraba. Alguien debió traerla desde el seol hasta aquí, sin embargo nadie aún le habia venido a presentar a este nuevo muerto. Alguien...

(* Rahman ya sospechaba desde que puso un pie fuera de sus reales aposentos que esta caminata no sería un simple paseo de rutina. Algo en el aire presagiaba ya este encuentro que se dilataba de una manera extraña, entre la ausencia de presentaciones. - No viene anunciado por ninguna aurora, ni precedido por ninguna cola cola de cometa - sin embargo el vampiro ya siente que esta ahí, que hasta podría escuchar si le hablase; decide callar, en cambio y esperar a que sea el espíritu el que hable primero. Que diga quien es y que busca en la Ciudad de los Muertos. )

- Surgite mortui. Venite!

(* Mas el silencio impera y el viejo vampiro, golpea la tierra con su mano derecha. Al entrar en contacto el anillo que en ella porta, los espectros guerreros se aprestan a sus ordenes.

- Alguien ha cruzado el Umbral - dice ante la presencia de sus esbirros que emergen de debajo de la tierra - traedle ante mi.

y al instante un grupo de doce sombras se repliegan para buscar al fantasma invasor.

por **Kallisté** Dom Mayo 13, 2012 5:16 am

Kallisté se dio cuenta que esas sombras no eran malas, que al igual que ella, eran almas perdidas que obedecían a un ser que podía permanecer corpóreo. No entendía bien porque le hacían caso. Los vivos ya no tienen poder sobre los puertos. Los fantasmas pueden verlos, ellos pueden guiarlos al bien o al mal, depende de la situación en la que se encuentren, y depende también de las intenciones del espíritu. Para la buena fortuna de todos, ella era un espíritu lleno de luz, lleno de paz, y lleno de amor. Nunca había importado la manera en que había muerto, y toda su locura, y su parte "maldita" la canalizaba en su meta, aquella meta que estaba segura cumpliría: Matar a la que le había arrebatado su vida.

Aquellas sombras llegaron hasta a ella, pudo observar el rostro de aquellos que antes estaban con vida, Pudo notar que algunos tenían marcas horrorosas, otros simplemente mostraban tristeza, y otros parecían complacidos con su nueva forma. Kallisté no entendía como cada uno de ellos estaban en el mismo grupo siendo tan diferentes. Sintió una especie de pesar en ese interior que ya no poseía, pero que se aferraba tanto a él que aun sentía. Quizás ella no tenía un cuerpo, pero estaba comprobando que el alma si existía, que dentro de ella todos los sentimientos aun permanecían, y que de esa manera se le hacían más intensos, incluso más dolorosos.

No dijo nada, simplemente asintió a las sombras. Avanzó, no con aquella figura humana que todos los seres de la tierra piensan poder contemplar, se había vuelto una especie de aire espeso, de ese que no puedes ver, pero que al avanzar cerca o a través de él te hace sentir pesadez. La joven no sabía como debía presentarse, y entonces absorbió la energía oscura del vampiro, con ella pudo hacer que su rostro se mostrará - Usted los a mandado por mi de una manera muy grosera, debería respetar a aquellos que ya no podemos poseer un cuerpo - Le indicó al vampiro con su rostro endurecido, pero pronto sonrió - Debo reconocer que pocos son aquellos que pueden sentirnos tan fácilmente ¿Cómo logra hacerlo? - Le sonrió, de manera amplia, sincera y curiosa. De saber como le hacía aquel vampiro, podría mostrarle el camino a Christos, y así, lograr que encontrará a su hijo.

por **Rahman Al'Ramiz** Lun Mayo 14, 2012 5:14 pm

- Será que ignoras donde te encuentras parada...

Miró al espiritu con interés. Estaba seguro que alguien se lo había enviado, mas este no se presentaba formalmente como aquellas almas destinadas a cruzar el umbral. Este espectro tenia un carácter diferente. ¡Inclusive pedía ser tratado diferente! El viento gemía elevando la arena que le daba mas cuerpo a esa invisible voz; a pesar de todo bastaba concentar un poco los sentidos para ubicar un centro desde el cual partía la helada energía del fantasma.

- Esta es la ciudad de los muertos y yo soy Rahman... el portero.

Sonrió ampliamente entonces al sentir notas de dolor en el aire, emitidas por la helada materia de que el rostro comenzaba a formarse. Era bueno mirar un rostro en lugar de solo hablar con una voz cuyo cuerpo apenas se dejaba sentir en el ether.

- Paso el tiempo mirando las almas cruzar, aunque de vez en cuando alguna se pierde. ¿Es eso lo que te ha pasado a ti mujer? ¿Perdiste el camino a la luz? O quizás es que tu camino es hacia las sombras y te ha dado miedo cruzar al llegar a las orillas del oscuro Éstige... ¡Dí de una vez que haces con un pie en lo oscuro y otro en lo claro! Habla con confianza que en mí encontrarás a alguien que te entiende, pues tambien ha pasado por ese trance que es la muerte.

por **Kallisté** Miér Mayo 16, 2012 2:15 am

De su pecho brotó una especie de luz, inundó el lugar, y luego se apagó. Kallisté no sabía porque había pasado aquello, tampoco se había mostrado en su esplendor frente a alguien, pero estuvo segura que esa era algún tipo de señal. Se acercó un poco más, y su alma giraba alrededor del vampiro queriendo robarle para de su patetismo para materializarse un poco más, con la poca energía que tenía encima no podría hacer nada, incluso el sonido de su voz se extinguiría.

Prestó atención a sus palabras, y se quedó meditando, no sabía si era correcto o no hablar, pero dado que podía extinguirse en cualquier momento sin que la atraparan, no le importó intercambiar palabras, pensamientos, y sobretodo esos sentimientos encontrados que tenía guardados. - He visto la luz blanca, incluso en este momento esta frente a mi, pero no puedo adentrarme a ella, necesito permanecer aquí, en este mundo que ya no es el mío, todavía tengo que terminar algo… Necesito terminar con algo - Y al recordar el porque seguía en el mundo de los vivos la energía que de su cuerpo emanó se volvió pesada, oscura.

Kallisté siempre había sido una mujer buena, había creído en Dios porque este siempre le había dado demasiadas cosas, incluso la familia que de algún momento gozó - Necesito encontrar a mi hijo, y que mi esposo pueda recordar nuestro pasado, necesito que se encuentren, pero sobretodo, necesito que cuide de él, así mi alma podrá ir a la luz, así podré descansar en paz - El rostro traslucido de la fantasma se tornó triste, afligido, y la desesperación le inundó la expresión. Freddy debía volver con Rudd, no le importaba si en el intento su cordura se fuera perdiendo, si su alma terminaba siendo oscura, necesitaba poder hacer eso.

por **Rahman Al'Ramiz** Jue Mayo 24, 2012 1:18 am

- Toma de mí la energía que necesites. Mi poder mantiene este lugar de pie -

Caminó muy lentamente mirando el cuerpo de la mujer desvanecerse y volver a aparecer. Su alma debió haberse disipado hace mucho mas se mantenía aun unida la energía con una necedad impresionante. Su forma de aferrarse a la vida despertaba en ella un poder del cual yo me estaba alimentando. Pocas veces se encuentra uno un muerto tan vivo...

- No sé como has llegado hasta aquí, niña, alguien debió enviarte a mi. Hasta este sitio sólo llegan las almas de los guerreros que deben purgar alguna culpa, y cada uno de los espectros que están bajo mis órdenes me debe 10 000 días de servicio, ni mas ni menos.

Observaba con interes al espectro mientras le rodeaba, podría ser un fantasma, pero tenía corazón, mucha falta rodearme de energía como la suya en estos momentos.

- Digamos que tengo los medios para ayudarte a reunir a tu familia. ¿Que me ofrecerás tú a cambio?

por **Kallisté** Mar Mayo 29, 2012 4:10 pm

Lo observó con detenimiento. Se negó para ella misma repetidas veces y luego le negó a él, aunque de manera poco visible. - No quiero tu energía. Tú energía es oscura, es pesada, y molesta, estás muerto, y no quiero morir más de lo que ya estoy, necesito energía de los vivos para poder cumplir mi misión - La voz de la fantasma se distorsionó ligeramente, tomando matices de niño, de adulto, de amabilidad, pero con un poco de maldad, como si de un demonio se tratara. No estaba dispuesta a dejarse llevar por esas almas, y si había llegado ahí era porque así lo quiso - Nadie me trajo aquí, yo me pegué a una persona, y por eso ando deambulando de un lado a otro. - La molestia de la mujer era evidente.

Se alejó del vampiro, colocándose cerca de una pared, gracias a su estado traslucido, podría atravesar la pared si era necesario, incluso comprimir su energía, hacer que esta misma se transportara a otro lado. - Si usted desea algo a cambio por ayudarme entonces no, no quiero que me ayude, no quiero deberle nada a nadie, y aunque pudiera, no tengo que ofrecerle - Kallisté comenzó a sentir un gran cansancio. Uno que quizás sólo era provocado por sus pensamientos, por esa mente que ya no estaba encerrada en un cuerpo. Era un espíritu, y nadie podría retenerla, mucho menos cuando esa luz blanca se le había mostrado innumerables veces.

Se quedó tranquila, sin apartar su mirada inquisitiva del vampiro. - Mejor dígame, ¿Por qué cuida este lugar? ¿La soledad no lo acongoja? - Y para ella quizás eso era lo que verdaderamente estaba matando su alma dispersa, la soledad, el que en ocasiones recordara que había estado casada, que había sido feliz, y que ahora nada de eso podría volver.

por **Rahman Al'Ramiz** Jue Mayo 31, 2012 6:54 am

- Oh! el pequeño esperpento está sensible... En este momento no tienes muchas alternativas. Viendo tu condicíon actual bien podrías desvanecerte en el aire sin dejar rastro en cualquier momento, ante la impasividad de las estrellas...

Detuvo su sermón mientras sonreía. Le divertía la actitud tan diferente de este Fantasma. ¿Será posible que por su propio karisma haya conseguido hallar esta puerta? Era retadora, tal vez no comprendía del todo su actual estado. ¿Será su sola voluntad la que mantiene a esta mujer del lado de los vivos sin intervención de algún ente superior? Grande debe ser la culpa que tiene por dejar un hogar roto. Solo el arrepentimiento puede generar una fuerza tan poderosa como para arrojar un alma errante hasta esta puerta.

- ¿Si no quieres mi ayuda que haces entonces como un mendigo a las puertas de mi ciudad? Este sitio es mi hogar, aqui me asenté hace muchos mas años de los que tu caminaste por la tierra en carne y hueso. Nunca se esta solo en ese sitio, me encuentro rodeado de las almas de los muertos, espectros que cruzan y se van o que se quedan a arrastrar su miseria por las calles desiertas de la necrópolis.

No sabía que esperar de aquella criatura... algunos fantasmas no resistían tanto, pero otros podían permanecer por dias, meses o inclusive años, antes de que consumirse. A menos que hallara como exorcisarlos. La vida debió latir con fuerza dentro del corazón justo antes de perecer, pues el pulso vital aun conservaba un impetú irrefrenable por existir.

- ¡Vuelve a la grieta de la cual saliste o únete a esta comitiva triste de espectros que yo presido! Es tu decisión... como sea, ¡no tienes nada que perder!- y remató murmurando - tienes, en cambio, mucho por ganar...-

(* dicho lo cual, siguió su camino cruzando el Umbral hacia el perímetro exterior de Al-Uqsur.)

Igual es que no está lo bastante muerta. Aquí estan los límites de nuestros dominios y delante de ella corre un río. Es el río del tiempo. ¡Sólo almas arroja a esta orilla, mas todo el resto lo arrastra sin esfuerzo!

por **Kallisté** Jue Jun 21, 2012 1:33 am

La fantasma negó repetidas veces. Nadie le diría que hacer. Por más bueno que tuviera el corazón, nadie pasaría por encima de ella, nadie le diría a quien le tenía que brindar culto. Sonrió de manera amplia, incluso burlona. - Yo puedo desaparecer, y ninguna sombra negra tuya podrá tomarme entre sus translucidas manos, ya lo han intentado más pero al no ser corpórea nadie puede obligarme a moverme - Y era cierto, ningún fantasma podría doblegar el amor de una madre que estaba reencontrar a su familia.

Amplió su sonrisa burlona, se mantuvo tranquila. - Usted no puede decir que este lugar es suyo, cada pequeño rincón del planeta tierra es de Dios, usted sólo es un simple vigilante muerto, que debería atravesar esas puertas. Si llegué aquí a este momento es porque estoy buscando en este mar de almas, en este mar de vivos, buscando lo que en mi vida humana me hizo feliz, y lo que dejaré de manera correcta, no me iré a otro lado sino se me dice que todo esta bien, sin poder ver que todo estará bien con mi esposo y mi hijo. - Guardó silencio. La joven no quiso decir más, dejó que su energía se expandiera por el lugar, ni siquiera en forma de fantasma se le presentaría, nadie podía juzgar ni su forma traslúcida, porque nadie sabía lo que había vivido.

Sólo la delicada y casi erótica voz del fantasma, se hizo presente en la habitación - Las cosas que gane serán echas por mi cuenta, no necesito de un ser sin alma para poder sentirme mejor, necesito de alguien con un corazón puro, que este vivo, que me de las cosas sin necesidad de pedirme nada a cambio, usted no tiene que saber ya nada de mi, puedo arreglármelas sola - Y Kallisté salió de esa habitación, dejando en claro la molestia que sentía por la situación que estaba experimentando

por **Oxun** Mar Jul 10, 2012 1:11 am

Yohua...

Otra noche mas le descubre en esos aposentos extraños en los que el maestro Kayyam le confinó desde hace unos días. Le dijo que le asignaría su primera prueba muy pronto. ¿Que significaba ese concepto para él? Desesperaba ya; sin obtener respuestas cuando un espectro vino a ella. No hubo necesidad de mediar palabras para que supiera que debía seguirlo. Que el momento de su pimera prueba llegó.

Tras recorrer los amplios pasillos de la Necrópolis finalmente dimos con el maestro Kayyam que se encontraba en el umbral que da al primer patio. Desde que Oxun arribó a Tebas el maestro no le había dirigido la palabra de modo que esta era la primera vez que escuchaba su voz.

- Quenin o timo yohuilti?
(Como anocheció usted?)

Preguntó en náhuatl, sorprendiendo a la Cambiaformas que no se esperó escuchar su lengua materna de este lado de las grandes aguas. Se estremeció y reverencialmente contesto a su maestro.

- Cualli,Tlazocamati.

Este se movió en una fracción se segundo y se posó detrás de ella. Oxun pudo sentir sus manos rodearle el cuello con tacto helado. Imagenes fluían del vampiro hacia la mujer-ave transmitiéndole sensaciones que no tienen nombre, al tiempo que continuaba hablándole fluidamente.

- Cente cah animantzin. Chocacihuatl poloh Xocóyotl. Inin otli cacoltic, nican ilhuicac. (Ante ti, tienes a un Anima, Una mujer que llora por que perdió a su joven hijo, su espíritu ha errado hasta esta morada divina)

Le decía y de ese modo le transmitía la habilidad de poder sentir al fantasma, como una corriente helada, que era lo que Oxun percibía ante la mención de esta Anima... como la llamó Kayyam.

Se hizo un breve silencio pausado por las respiraciones del maestro en su oido mientras las manos recorrian su cuerpo perlado en una muy delicada capa de sudor. La temperatura aumentó imperceptiblemente.

- ¡Tlacatzintli!

-Pilztintli yolticah, Ompa inin tlaltipactli zechuihua to tlazohteopilzintli. Nehua quihuica ximohualica tatah, Cihuatl, toca Kallisté a noninequi.
(El niño vive, pero alla en la tierra de los vivos, padece frío y hambre. Yo puedo reunirlo con su padre, pero la mujer llamada Kallisté se niega a hacer un trato)

El vampiro entonces cerró su mente a la cambiaformas y las manos se desviaron hacia otras intenciones, mientras le hablaba ahora de una forma imperativa. Grabando las palabras en su oído.

- Xuiquiza ictualco, Ximehua qui-lo mitzhuicaz ipan ixtlahuatl. Tehua Zecpa titequiti, ica tehia cualli timuicaz, Ximehua Chocacihuatl Kallisté.

(Sal al patio, donde podrás sentirla. Ve a su encuentro y síguela a donde te lleve. Tu primer tarea será convencerla de que acepte un trato. Traedme al fantasma de Kallisté.)

Dicho lo cual el vampiro se esfumó de pronto, convirtiéndose en una niebla incorpórea que desde nignún lugar le contemplaba, haciéndole sentir entre otras cosas que estaría vigilando cada uno de sus pasos. Ella no sabía que su maestro podía conocer los pensamientos de la mente de otros y que de ahí obtuvo la información que le revelaba sobre el fantasma de esa mujer, su primera prueba se le presentaba como un enigma y después de dudar durante unos instantes finalmente se decidió a cazar aquella helada sensación que se supone le indicaría la presencia del fantasma.

Tras caminar un rato por el patio creyó dar con ella... levemente llamó por su nombre... el nombre que, según Kayyam, ese fantasma llevó en vida:

- Kallisté... yo Oxun te llamo.

le dijo

- Se que me puedes escuchar...
murmuró después.

por **Kallisté** Jue Jul 12, 2012 3:20 am

La fantasma había absorbido demasiada energía, más incluso que una esponja impregnándose de agua. Estaba aprendiendo a utilizar su patetismo a su favor tanto como su forma incorpórea. Suspiraba, y sentía como su energía se volvía pesada a causa de su molesta. ¿Quién se creía ese muerto? ¿Acaso creía que por su cuerpo podía reclamarla como suya? No, estaba mal, muy mal, y no estaba dispuesta a entregarse, no cuando ella no había tenido la culpa de su muerte, no cuando siendo humana su corazón había sido puro aun cuando el deseo del cuerpo de su esposo se albergaba en su interior. Ella no podía pagar el precio de otras personas, ella simplemente quería cumplir su meta y después ir a esa luz tan insistente que no dejaba de llamarla.

Había salido de aquel lugar, rondando entre los patios sagrados de un no se que. Porque en realidad no sabía que era, o dónde estaba, se sentía confundida, y al mismo tiempo perdida en su interior. ¿Cómo podría regresar? Lo más sensato para ella sería avanzar sin poder detenerse, avanzar tanto que pudiera encontrar a un ser humano. Miró de un lado a otro. ¿Por dónde tendría que viajar? ¿Hacía dónde? Aquello era muy confuso, demasiado, le molestaba tanto tener que olvidar detalles como esos, le molestaba ser un fantasma, añoraba la vida, extrañaba poder respirar de manera necesaria.

Se quedó escondida entre algunos pilares. Escuchando el sonido del viento chocar contra ellos. Ni siquiera el viento rozaba su nuevo estado, sentía que todos la ignoraban, y estaba sola, que nadie podría compartir su dolor, y entonces lo que menos esperó aconteció. Arqueó una de sus cejas o al menos eso sintió hacer, cuando escuchó su nombre, y no era la voz del hombre que había dejado atrás, era de una mujer… ¿Una mujer? ¿Por qué se sabía su nombre?

Kallisté observaba a la mujer que le llamaban entre los muros. - ¿Quién eres? - Alzó la voz desde lo lejos. - ¿Qué quieres? Vete, yo no te conozco, y no confió en ti - Aunque lo estaba pensando demasiado, la energía de la intrusa no era como la del muerto que había visto con anterioridad, no, la de ella era colorida, pero con colores muy claros, de esos que te invitan a danzar a su lado. Kallisté salió de su escondite, dejándose ver solo el rostro, el resto de su cuerpo se mantenía sin visibilidad.

por **Oxun** Lun Jul 16, 2012 12:16 am

- Huey Cihuateteo (venerable fantasma) le dice con respeto - me envía el maestro a procurarte. Mi nombre es Oxun. No te pido que confíes en mi, mas te ruego escuches lo que tengo que decir...

Dice con voz fuerte mas duda de pronto. ¿Por donde empezar? El maestro le había pedido que la convenciera de ir con él. Mas ninguna seña le había dado al respecto. Tenia su historia sin embargo y esa condición de ser uno de los incorpóreos.

- El maestro ha sentido preocupación por ti. Lo cual es muy extraño por que Kayyam no se preocupa mucho por nadie, me ha pedido que te convenza de regresar a su vera y cumplir con tu estadía en el templo.

Se detuvo entonces pues se dió cuenta que se dirigía a aquella voz que le rechazó como si hablase consigo misma. Se dió cuenta que no había dicho mucho desde que llegó a Luxor.

- Debes saber que por cada alma que entra en el círculo del maestro, un alma es liberada de él. Si no te mueve el volver por liberarte a ti misma, piensa en aquellas almas que llevan mas tiempo atrapadas en este sitio.

Una de ellas podría cruzar al otro lado y finalmente hallar paz, gracias a ti.

Aquel fantasma a pesar de tener una escencia fría y de estar impregnada de rencor hacia otra mujer; también se encontraba envuelta de amor hacia su familia. Si algo puede salvar al mundo de su total colapso, es ese amor.

- Y si el alma de un guerrero no moviése tu compasión heme aquí ante tí como prueba de la buena voluntad del maestro. Yo tengo habilidades que te ayudarán a reunir a tu hijo con su padre...

La cihuateteo permaneció en silencio, como meditando. Oxun no dijo mas, pero permaneció con la mirada fija a donde creía haber escuchado la sedosa voz.

por **Kallisté** Miér Jul 25, 2012 1:10 am

Estaba ahí, buscando más patetismo en el aire, más energía que pudiera ayudarle a volverse corpórea, pero no, todavía no podía presentarse ante nadie. Prefirió que lo más prudente era esconderse, observar la energía de la mujer, observar sus intensiones, si le era necesario se metería en su interior, desnudaría esa alma para entender si era buena como decía o no. Le tenía mucho miedo a los vivos, aunque fuera bastante ilógico, los vivos debían tenerle miedo a ellos, pues ellos podían alterar más de lo que imaginaban. Los fantasmas sabían controlar los alrededores de los vivos, ya habían pasado por esa vida, sin embargo los vivos no tenían idea de lo que había más allá, ni siquiera las criaturas de la noche, pues ellos se habían quedado en un estado medio.

La voz cantarina de la mujer hizo sonreír a la fantasma. Hace mucho tiempo no había escuchado un tono de voz tan cálido, le atraía bastante, eso la hizo trasladarse detrás de ella. Analizándola, no parecía mala persona, aspiró, el olor de la mujer le dejó en claro que humana no era. ¿Qué sería? - ¿Sabes mi nombre Oxun? - Preguntó de manera tranquila, sonriendo sin poder ser visible, hablándole desde atrás de ella, susurrando cerca de su oído, no quería asustarla, simplemente quería que notara no saldría huyendo.

- No quiero ir a ese lugar, necesito cumplir muchas cosas antes - ¿Acaso no lo entendían? La fantasma comenzaba a ponerse de malas, comenzaba a perder la paciencia. - ¿Por qué se preocupa por mi? Yo no necesito que nadie se preocupe por mi, las criaturas de tú mundo son crueles, nadie tiene buenas intenciones, ninguno, quien yo pensé que era alguien buena del corazón me traicionó - Siguió trasladándose a su alrededor. Sintió unas especies de palpitaciones, aunque aquello era extraño, ya no tenía palpitaciones.

-Tú maestro me da miedo, me mira de una manera muy fea, no me gusta que me miren así, si le me mirara de otra manera quizás me quedaría con él - Kallisté no olvidaba esas sensaciones humanas, deseaba volver a sentirlas, cariño, comprensión, un abrazo, un beso, si, por más irracional que sonara necesitaba quedarse con alguien que pudiera darle algo así, y sabía que Rudd al verla, al refrescarse la memoria volvería a darle el amor que antes le daba, nadie más - El me da miedo… - Confesó, colocándose a un lado de ella, y dejando que su figura poco a poco se fuera mostrando, la fantasma comenzaba a materializarse, a dejarse ver.

por **Oxun** Mar Ago 14, 2012 2:25 am

El miedo era el peor de todos los enemigos, Oxun sintió una gran pena al darse cuenta como seguia asediando a los humanos aun despues de su muerte impidiéndoles ver que la salida del laberinto que levantan con sus prejuicios esta justo frente a ellos. Tal vez era imposible librarse completamente del miedo como afirmaba Hagen, mientras uno estuviese vivo. Oxun sintió el peso de ese demonio llamado miedo en su propia espalda.

- Entiendo que te de miedo. Su aspecto atemorizaría a cualquiera y sin embargo parece querer ayudarte por motivos que se me escapan, pues bien podría dejarte vagar sin rumbo o hacer que sus espectros te arrastren al inframundo. Sin embargo me envía a mi para ayudarte a terminar aquello que dejaste pendiente.

Guardó silencio, pues no quería presionar al fantasma. Hasta ahora Oxun pudo pasar las pruebas de Rahman sin mayor titubeo, sin embargo tratar con espectros era algo que se salía completamente de lo que Oxun sabia manejar. - ¿que le hacia pensar a Kayyam que la cambiaformas podía hacerle cambiar de opinión? -

- Mira si puedes en mi corazón, pues se que tus ojos ahora ven mas claramente de lo que hiceron en vida. Verás que no hay intenciones ocultas en mis palabras.

Conforme pasaba el tiempo la mujer se fue haciendo cada vez mas concreta, pudo ver finalmente el rostro que llevaba en vida y sintió ternura por el gesto contraido por la confusión de aquel ser incorporeo. Quizo abrazarle pero en lugar de eso permaneció ahi, clavando la mirada franca en los recien aparecidos ojos, buscando en ellos algun rastro de antiguos resplandores.

- si tan sólo me dejaras a ayudarte...

Se contuvo de nuevo, pues nada de lo que dijera podría demostrarle sus sentimientos. Eso correspondía a una esfera mas profunda que el lenguaje mismo.

por **Kallisté** Dom Ago 26, 2012 12:26 am

Pudo entonces llenarse de energía, tanto que su cuerpo por fin se materializó por completo, ella estaba bien, incluso disfruto del viento chocar contra su cuerpo, cuando su estado es translucido, ni si quiera el aire le hace caso a su andar, de hecho se siente ignorada incluso por los rayos del sol, y la luminosidad de la luna. En ese instante todo cambió, se sentía parte del planeta dónde no pertenecía, alguien deseaba escucharla, y también poder ayudar en su meta. Pero como buen fantasma, tenía que dudar, pues su mundo era de duda, desconfianza y confusión ¿Qué más podía ser si no sabía que era uno o malo? Frío o caliente, todo cambia, todo se vuelve diferente para ella, nada es coherente. ¿Qué lo era? ¿Quién podía decirle qué lo era?

- No puedo ver con claridad tú corazón, olvide lo que es tener uno y dejarse llevar por eso, ahora mi razón de ser es una meta, una que ni siquiera es clara, pero no pido la ayuda de alguien que desprende energía más oscura y pesada que la del mismo muerto ¿Por qué él quiere ayudarme? No quiero que el me ayude, tú me puedes decir maravillas de esa criatura, pero no puedo creerte, porque criaturas buenas son las que me han convertido en esto - ¿Alchemilla lo era? Ni siquiera porque la había matado de manera desastrosa la veía como un ser completamente maldito, quizás la bondad de su parte humana seguía despierta, diciéndole como actuar.

- Debes comprenderme Oxun, ponte en mi lugar, te lo pido como madre, aunque no sé si quiera si tienes hijos, o familia, espero que si lo tengas, y sino, que los tengas, pues ellos son la única razón por los cuales podemos salir, y tener un buen propósito, pero si tú hijo estuviera fuera, con alguien desconocido, y tú única tarea sería hacer que volviera con su padre, estarías en mi posición - Le sonrió mirándola de medio lado, queriendo que comprendiera porqué no deseaba ir con ese hombre, porqué necesitaba ser feliz y sin ataduras.

- Hagamos un trato Oxun, dile a esa criatura, que si me deja ir, que mi deja cumplir mi cometido sin problema alguno, yo me quedaré a su lado el tiempo que desee, pero que me cumpla esa última voluntad que no tuve en vida, por favor, hazlo, necesito volver a ver a mi hijo, necesito que vaya con su padre, es lo único que necesito para volver a este lugar - No estaba bromeando, la fantasma decía la verdad, cuando terminara esa tarea, regresaría, y de hecho, no pensaba tardarse demasiado, pues la vida de su hijo corría peligro, y él sólo podría estar bien en los brazos de su padre.

por **Rahman Al'Ramiz** Mar Sep 11, 2012 5:28 am

- POR SUPUESTO QUE NO!

gritó Rahman ante el relato de Oxun acerca de lo que aquel espectro dijo. Si bien, la Shifter había conseguído hacer cambiar de parecer al fantasma de Kallisté la prueba no podía ser considerada como superada a menos que el fantasma se presentase ante Rahman.

- No puedo dejar que se vaya sin haber cumplido al menos una parte de su sentencia aqui.

La mujer-cóndor atravezó al vampiro con una mirada con la que jamás se habia topado en sus muchos años de vida y que puso extrañamente incómodo.

- ¡Pero maestro Kayyam! 10,000 días es demasiado tiempo... para entonces su hijo será ya un adulto - si es que sobrevive - y el padre un anciano o, más probable, un cadáver.

Rahman no estaba seguro de poder detener a Kallisté en sus dominios, pues al parecer no se hallaba sometida al hechizo que ligaba a los espectros de Tebas al trono de esta Necrópolis. A decir verdad, aun era un misterio como es que el fantasma habia cruzado la celosía que divide las dimensiones para ir a aparecer precisamente en Luxor.

- Podría mi señor otorgar un plazo mas corto.

Esa mujercita daba la impresión de tener todo el asunto muy bien pensado, aquello sin embargo sonaba razonable y el vampiro sintió que no valía la pena encontrar argumentos para no dejarle obrar libremente.

- Vuelve con tu amiga. Dile que se quede a mi servicio tres noches seguidas, tal es el plazo que a petición tuya estoy dispuesto a concederle. Ni más ni menos. Luego tendrá mi permiso de partir a donde sea... Y tendrá que sellar un pacto de modo que alcanzada su meta regrese inmediatamente a cumplir su estadía completa en mi palacio.

por **Kallisté** Lun Sep 24, 2012 5:54 pm

Incluso en la lejanía, con sus sentidos tan poco familiarizados con la normalidad, pudo escuchar el grito de negación del hombre. Aquello hizo sentir temor a Kallisté, más de lo que normalmente llegaba a sentir, miedo, desesperación, angustia, todo se resumía a eso. Quizás su nueva naturaleza la ponía así. No lo sabía, pero por todo temía, por todo se ponía nerviosa, por todo buscaba una especie de explicación lógica para cubrir sus miedos, o aquellos miedos que se le imponían. Cerró la conexión con la visibilidad, y se enfocó a recordar el rostro de su hijo, de su amado esposo, y aferrarse a recuerdos que la hacían sentir bien, y que podía vivir de nuevo.

Ella no sabe ahora la diferencia entre la realidad y la ficción, se envuelve en la poca cordura que le queda, guarda silencio, escucha su interior y cree que aun tiene corazón. Se callada, analiza, respira y olvida que pensaba en su pequeño Freddy, de hecho comienza a olvidar en dónde está y porqué está ahí. No dice mucho pero dice todo, estaba sin mover un solo cabello, incluso el viento no se lo movía, era más pesada su aura que la naturaleza misma, y comienza a cantar para sus adentros, sintiendo como una especie de luz se hacía más luminosa o más oscura, dependiendo de las palabras que salen de su canto interno, de aquel corazón en proceso de marchitar.

- Oxun, Oxun vuelve aquí que estoy a punto de olvidarte, de olvidarlo, no sé porque estoy aquí, ni que debo hacer, ni a donde ir, vuelve Oxun que comienzo a confundirme, que no puedo comprender nada, ¿Cómo me llamo, Oxun? ¿Por qué me sé tú nombre y no el mío? - Carraspeó, desesperada, perdiendo la fuerza que había obtenido de las auras humanas que se habían prensado a ese lugar. Ese lugar también le daba miedo, pues la hacían escuchar voces extrañas, y también una que venía de su interior y no conocía ¿Sería Freddy? No, él no podía hablarle así a mamá, porque de hacerlo estaría muerto, y su pequeño no lo estaba.

- ¿Dónde está Freddy? ¿Y Rudd? - Ahora esos recuerdos se habían ido al escusado. Debía recordar, ella debía hacerlo, porque de no hacerlo caería ante los deseos que ese muerto en vida, ella no podía mostrarse tan débil, no lo era, por algo estaba aferrada, por algo no pagaba ni una condena. - ¡OXUN! - Gritó aquel nombre. Kallisté no lo entendía, no sabía su poder, se esclavizaba en una debilidad, y no sacaba su potencial, y ponerla mal quizás la haría perder el control y ocasional dolor a aquello que dice ya no sentir nada.

por **Oxun** Lun Oct 01, 2012 5:59 am

Finalmente adivinaba lo que el maestro pretendía hacer. Kayyam había estado en discernimiento acerca de cual entre su corte de espectros sería el mas adecuado para convertirse en su lugarteniente. Lo sé por que me pidió mi opinión, teniendo yo una mirada imparcial de entre ellos. Sin embargo no pareció conforme con mi decisión de entonces y siguió meditándolo.

(* La mujer-cóndor se aleja pensativa, de regreso a las avenidas de la Necrópolis)

Creo que ha hallado otro ser imparcial en la persona de Kallisté y por eso le requiere con tanta urgencia a su servicio.

(* transforma su cuerpo, extendiendo los brazos como alas, su rostro se distiende en un largo y afilado pico, en un suspiro una enorme ave de pelaje negro sobrevuela con premura cada vez mayor por entre el laberinto de Al-Uqsur)

¡He escuchado mi nombre! La cihuateteo me llama por mi nombre, por eso debo usar los dones de Gaia para volar a gran velocidad a donde le vi por ultima vez. Ahí esta el lugar.

- Huey Kallisté! - le llamo buscando con la mirada. - ¡aparezca! -

(* escucha su propia voz desde la garganta de ave y duda si transformarse en humano de nuevo por un momento. Pero lo hace finalmente, por miedo a que el fantasma no le reconozca)

por **Kallisté** Mar Oct 16, 2012 4:16 pm

Se estaba perdiendo, no recordaba nada, no entendía en dónde estaba, no sabía como se llamaba, no sabía su pasado, sólo le quedaba el rostro dulce de un pequeño varoncito, quién era ese varoncito, no lo sabía pero lo sentía suyo, y su traslucido cuerpo llevó su mano a su vientre, y acarició de forma suave, delicado, como si estuviese de nuevo embarazada pero sin saber porque lo hacía y sin saber que era estar embarazada. Se sentía confundida, se sentía triste, y su energía se volvió oscura, como si demonios comenzaran a danzar a su alrededor, estaba enfadada, triste y desilusionaba, Kallisté sabía siempre que algo olvidaba, pero al mismo no sabía que, demasiadas complicaciones para una cabeza perdida.

- Mujer, ¿me conoces? ¿A qué vienes? ¿Cómo me conoces? - Miró a la cambiante sonriendo de forma amplia, se sentía ahora bendecida por tener a alguien que la recordara, y es que si ella misma no se recordaba entonces no era tan importante en el mundo ¿Alguien la extrañaría? Más valía que si, deseaba sentirse extrañada, de esa manera la buscarían y llegaría a estar en el lugar dónde pertenecía. Quizás nadie pertenecía a ningún lado y aquello eran anhelos humanos, ella no sabía nada, y la confusión la estaba comenzando a ahogar. Suspiró porque la mujer no hablaba nada, y deseaba poder escuchar, quizás así la reconocería.

- Este lugar me da mucho miedo, mucho, se siente la muerte transcurrir de un lado a otro, se siente como si mi alma fuera a ser tragada en cualquier lado, no quiero sentirme así, quiero salir de aquí, aquí nadie me va a poder rescatar, ¿usted me deja rescatarme? Aunque sea yo sola, es mejor ayudarse y darse amor propio a no ser nada, a no sentirse nada, yo me quiero, porque quiero a ese niño que está en mis pensamientos ¿Sabes quién es ese niño? Sé que es importante ¿es mío? ¿De quién es? - Ladeo el rostro y comenzaba a formar su figura con lentitud, estaba mareada sin marearse pues en ese estado solo eran alucinaciones.

- Dile al vampiro que no soy de él, y nunca perteneceré a éste lugar, pero una cosa si puedo hacer, ayudarle si él me ayuda, las luces blancas me ayudan, si el busca perturbarme yo lo haré antes con él, pues él tiene un físico con el cual andar, pero yo puedo no tenerlo y saín asía avanzando - Le voz de la fantasma sonó fría, incluso frívola y desafiante, lo que nunca había sido antes, estaba nerviosa pero al mismo tiempo contenta, ella sabía que estaba yendo por un buen camino.

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En los bordes de la ciudad de los palacios

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ten thousand days in the fire!

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