cuesta ser un gitano {Privado}

-Ya habia acabado su jornada de trabajo, pero estaba demasiado cansado... suspiró dejandose caer en uno de los sacos que tenia llenos de comida para los caballos, al menos que le dejasen descansar un poco, los trabajos se acababan demasiado rapido y no podia encontrar uno que fuera duradero ni bien pagado, a los gitanos les pegaban un sueldo demasiado bajo ¿eso era justo? pero como se quejase iba a la calle y eso lo sabian perfectamente con los que trabajaba. Tras un suspiro se levanto arreglandose la cola que sujetaba sus cabellos, de ese modo no se le metian completamente en los ojos y era mucho mas sencillo de ese modo. volvió a ver a los caballos que parecian mirarle de un modo divertido, l solo sonrio y les dio de comer, el dueño habia especidificado la cantidad, debia de vigilarlo muy bien en el caso de que al devolverlos tuvieran algun defecto y dios quisiera que no tuvieran nada-

Aqui teneis muchachos -sonrió mientras ellos comian felices, ojala pudiera ser un animal aunque a veces bien que se arrepentia de desearlo especialmente cuando habia noticias de que los animales abandonados creian en numero, eso le hervia la sangre y entonces pensaba que como era el no tendria mas que aguantarse. Alguien le miró con recelo, otra cosa por la que no gustaba ir al mercado a descansar era porque todos se aferraban a sus pertenencias como si fueran lo mas preciado del mundo, bueno y porque temian que el gitano ahi presente hiciera alguna cosa propia de gitanos como robar- Oh, señor ¿ya tiene mi paga?

-Un hombre bonachón asintió entregandole un sobre al gitano, le habia pagado lo justo cosa que ya era rara pues los hombres solian pagar menos y encima de todo reclamaban que habia sido culpas de que no habian trabajado bien- muchas gracias señor - con el pensamiento de que podia comer caliente ese dia guardó el dinero dirigiendose a algun lugar donde comer ¿cual seria bueno? todos donde pasaban le miraban de forma enrabiada como si quisieran decirle que a ese lugar no podian ir, suspiró tendria que conformarse con algun puesto callejero donde trataban a todos los demás por igual sin preocuparse por su economia-

¡ Lo siento ! -Clamaba cuando una mujer con un mandil sucio quiso hechar a golpes a Sinhue, era normal que los gitanos no fueran bien recibidos sus predecesores a veces eran los que se ganaban esa fama porque muchos eran los que habían comido lo que habían querido marchándose después sin pagar haciendo que los demás como sinhue pagasen los platos rotos. Tenía hambre su estómago gruñía pero una vez más estaba resignándose a pasar hambre al menos hasta encontrar un puesto en la calle que le permitiese comer...era dificil encontrarlo sinhue tenia toda la figura de un gitano, además extranjero porque el francés aún no lo dominaba del todo encontrando alguna dificultad con las palabras, metió la mano en el bolsillo mientras su rostro dibujaba decepción en todos sus rasgos ¿a donde iba a ir a comer a esas horas? se dio cuenta de lo caprichoso que sonaba pero también como iba olvidando el hambre de Egipto para estar en aquella ciudad donde podía alimentarse con lo que podía sin horarios a no ser que tuviera trabajo-

Oh -Alguien chocó contra él, aunque el cuerpo del gitano al ser musculoso no sintio más que un golpecito dejando estando en su sitio sin molestarse siquiera. Miró al que le estaba pidiendo perdón pero no se dio cuenta precisamente de sus palabras sino de que estaba sangrando por la nariz. ¿se había hecho daño con alguna parte del cuerpo de sinhue? se arrodilló haciendo caso omiso de las palabras del desconocido mientras tomaba su mentón para contemplar la sangre- Tenga pasará en unos minutos -sacó un pañuelo dejándolo sobre la nariz del muchacho. mientras aplicaba presión con otra mano limpiaba la sangre que había caído. Mirándole despues confuso- ¿Porqué corres? -no lo entendía, el hombre parecía bien vestido de hecho muchos ojos miraban al hombre con envidia, vino un carnicero moviendo su cuchillo con rabia-

Perdone -se levantó colocándose delante del cuerpo del muchacho escudándole, no fue dificil después de todo el cuerpo de Sinhue estaba bien formado con los hombros anchos, los músculos bastante visibles dando la sensación de que no eran solo un adorno, al menos los empresarios que le contrataban como mulo de carga bien sabían lo preciado que era el egipcio- Mi amo ¿ha hecho algo malo? me gustaría que lo perdonase -se inclinó, no había pronunciado hacía meses esa palabra, "amo" pero presentía que era la única manera de salvar a aquel hombre. El carcinero balbuceó cansado mientras algunos se reían del rostro sudoroso y rojizo del hombre que al ver al gitano solo pudo gruñir, señaló al que tenia detrás con una amenaza volviendo a dar la vuelta.

El gitano tomó sin obstáculos al desconocido por un brazo para levantarlo- ¿está bien? -cuando noto que las piernas del muchacho temblaban,Sinhue no dudó en tomarlo entre sus brazos dando aun más que nunca la apariencia de que él era el servidor de aquel hombre- le llevaré donde pueda sentarse -se disculpó de sus acciones con una sonrisa bonachona buscando con la mirada un sitio donde dejar al muchacho-

Ahora los sucesos parecieron demasiado rápidos tanto que él apenas había captado algo de todo aquello, lentamente repaso las cosas, había chocado con aquel cuerpo, que más bien parecía que se había golpeado contra la pared, realmente estaba demasiado trabajado, se notaba el esfuerzo y trabajo duro además de aquel rostro peculiar, que hubiese jurado que en el momento en que sus pupilas se encontraron con las ajenas comenzó a sangrar de golpe, estaba como una damisela, una cuyo príncipe azul había encontrado casualmente en las calles y le había defendido a diestra y siniestra de aquellos ‘maleantes que le perseguían’, el rostro de Haine había sido alborotado en un sonrojo más que evidente, estaba embelesado con aquella belleza ajena, realmente el hombre le parecía atractivo, no solo por el físico (bueno demasiado por el físico), así que no dijo mucho porque estaba atareado en ese rubio cabello y esa piel que parecía bronceada a diferencia del carnicero que le perseguía, que tenía el aspecto de carne asada.

Pasaron unos segundos antes de que se diera cuenta que estaba intimidado con lo frágil que aquel hombre tomaba su mentón, se sintió como una chica cuando es cortejada por alguien, quería desviar la mirada pero le fue tan imposible, solo curvó los labios en una disque sonrisa, dejando que aquel pañuelo limpiara la sangre de su nariz, fue incapaz de pronunciar palabra alguna después de eso, sentía como llegaban las palabras pero su capacidad de hablar se había esfumado de manera gradual, tan solo tomo el pañuelo ensuciándolo por completo, aquel tacto se sentía bien, regreso a la realidad cuando aquel carnicero se había enfrentado a su ‘salvador’, en parte se sentía avergonzado por ser defendido, siendo incapaz de hacerlo el mismo, simplemente se quedo observando como el carnicero se marchaba dejando una mirada con algo de reproche en Haine.

Apenas se había dado un respiro con todos los sucesos y como si se tratará de nada, aquel hombre le cargaba entre sus brazos, como si cargase un costal de arroz o un montón de paja, se sintió tan cerca de él que si fuera una chica ya le hubiese besado la mejilla en agradecimiento, pero contuvo esos deseos pasivos que a veces tenía con otros hombres (lo cual era raro), desvió la mirada tratando de no verle, porque aun cuando la nariz le había parado de gotear, el sentía que podría volver a ocurrir por pervertido e imaginar cosas que no debía pero era normal pensar en ello… a veces…-Sabes, lamento haberte involucrado, pensé que me pondrías una paliza cuando choque y ensucie tu ropa –Suspiro y observo el lugar buscando algo en los al rededores –En la banca que esta ahí enfrente podría estar bien –Murmuró sintiendo el cosquilleo en sus piernas ligeramente acalambradas por esa actividad vigorosa con ese tipo –Quisiera agradecerte ese acto tan valiente que me ha salvado más que la vida –Regaños de sus padres al saber que el apellido había sido manchado con un pequeño crimen –Pide lo que sea, te lo daré…-Murmuró esto para si mismo pero convencido –Hasta mi cuerpo si quieres –No se atrevía a decirlo en voz alta, ni pretendía asustarlo, por eso pensaba que aquello no se había alcanzado a escuchar, pero otro ruido si que se escuchó.

El sonido vociferante de aquel estomago hambriento que Haine solía tener, a pesar de su complexión delgada comía demasiado y esa mañana ciertamente no lo había hecho, -Diablos –Exclamo llevando una mano a su abdomen y le observo con una sonrisa…-Tengo una idea, ¿Te gustaría comer conmigo?, quizás eso no page el acto valeroso que realizaste, pero mi estomago tiene una demanda –Murmuró quedándose tontamente embelesado por aquel hombre.