Placeres del gitano (Privado)

por **Baldr** Mar Ago 08, 2017 6:30 pm

La oscuridad de la noche me inundaba de alegría pues era el mejor momento para indagar cierto carisma en las damas. No hacía falta que yo me moviera del sitio pues ellas ya venían hacia mí, no me hacía falta si quiera levantar la mirada pues siempre a la misma hora todas se querían hacer un hueco entre mis piernas. Pero esa noche no me apetecía estar solo con tres o cuatro muchachas del campamento vecino. Me apetecía estar con Virginia pero esta no le apetecía verme ni en pintura. Por lo que decidí irme a mi carpa a pensar en las musarañas.

Cuando por fin estaba en mi tienda, me tumbé en la inmensidad de cojines de colores en los que me sentía completamente a gusto y acomodado. Miraba el techo pensando en cómo poder conquistar a la más tozuda de las gitanas o de las que estaban en el campamento. Habían puesto una norma que ambos campamentos habían acordado y era que a partir de cierta hora, las puertas entre el campamento vecino y el nuestro pues se cerraban, prohibiendo la entrada al otro campamento. Para tener ocultas las intimidades ajenas. Vamos, que Virginia tendría que haber hecho algo para convencer a su padre de que nadie de nuestro campamento nos pudiéramos acercar.

Vi como Brágil se metía en mi tienda, cogía algo sin verme si quiera y después se iba rápidamente de nuevo por la puerta de la opaca tela. No tenia tampoco interés en ver que era eso que mi hermano había cogido, pero entonces se me ocurrió una cosa que a lo mejor podría animarme en demasía - ¡JASMINE! – Grite el nombre de aquella muchacha en la que había descargado mis tensiones más profundas y no hablo de la violencia.

- ¡JASMINE! – Llame otra vez. Me levante un poco hastiado y saliendo de la tienda comencé a buscarla por todo el campamento. Volví a llamarla pero llamé la atención de mi padre quien empezó a ayudarme con la búsqueda de dicha sirvienta que me tenía que obedecer si o si. Fue entonces cuando la encontré llorando o eso interpreté estando ella cerca de mi tienda, sin yo saberlo apenas – Aquí estás – Tiré de ella hacia arriba para que se levantara del suelo con cuidado, la llevé hacia el interior de la tienda y con divertimiento la tiré sobre la pila de cojines de colores. Le abrí de piernas, pero algo llamo mi atención a las afueras por lo que lo que quería hacer con Jasmine tendría que esperar.

por **Jasmine** Lun Sep 11, 2017 10:37 pm

Jasmine habia estado bailando en de todo el dia con sus ensayos para la noche en el circo entre la flota de los gitanos. Ella espero a la noche para regresar a su campamento lo más rápido ante posible pero el jefe del campamento la ha mantenido entre ocupas y mandados de un lado a otro sin descansar hasta que la noche llegó y cons sus prisas trató de irse pero no pudo – voy ya de camino a mi carpa – solto a lo mas rapido que ha podido queriendo salir de aquel campamento

Una de las gitanas se llevó a Jasmine y al salir del campamento del Jefe pero había escuchado como la llamaba aquel gitano y por darse a media vuelta se golpeo con el rostro con uno de las ramas de uno de los árboles llorando de dolor, venga que la otra gitana se reía y entre las lágrimas y risas observó al gitano salir de su carpa. Jasmine limpio sus lágrimas cuando una mano la alcanzó por atrás llevandola a las rastras a entrar a una carpa siendo vejada y empuajda contra los cojines apilados.

Jasmine empujó a Bragil separandolo de contra suya – seras copullo que no voy a dejar que me pongais la mano gilipollas soltadme ahora misma o comenzaré a gritar tan fuerte que os rompera los putos oidos – se levantó al momento que el se retiró.

Jasmine aprovechó ese momento poniendose a de pies corriendo a cubrirse. El odio que sentía por aquel gitano la empujo a tomar uno de los cuchillos que estaba sobre aquella mesa apuntando a Bragil

por **Baldr** Dom Oct 08, 2017 5:25 pm

Lo único que pude hacer fue suspirar. La locura de la gitana esta era que cuando se ponía así no la aguantaba en absoluto. Lo primero que hice fue darle un manotazo a la mano que tenía agarrado el cuchillo pues no es que estuviera bien sujeto, después la golpee en el rostro y la empuje contra la pila de cojines de nuevo, con una cinta que encontré a mano me puse sobre ella y le ate ambas manos para juntaras a un poste, que estuviera bien sus manos atadas al poste para no recibir ningún manotazo de su parte.

-Para empezar eres mi esclava, pague para que me hicieras caso y que te estuvieras calladita – Le abrí las piernas de nuevo de par en par, le quité el calzón de debajo de la falda arrastrándoselo por aquellas perfectas piernas, lo aparte y de nuevo le abrí las piernas para comenzar a tocarle su parte intima mientras mis labios comenzaban besar su pálida piel y una de mis manos degustaba la voluminosidad de su seno derecho, comenzaba a pellizcarle uno de sus pezones, mi polla estaba comenzando a ponerse duro por lo que de un momento a otro no podría aguantar estar dentro de Jasmine - ¿Te gusta? Sé que te gusta, te lo puedo ver en los ojos….-Lamí parte de su cuello con sumo gusto, me separé un poco de ella para comenzar bajar mis pantalones, pero en el momento en el que me los estaba bajando algo llamó mi atención.

Escuche que todos decían adiós a un carruaje, y en cuanto salí a ver qué pasaba o quien pasaba en carruaje, vi que era Virginia, una hermosa imagen que siempre se me quedara grabado en la retina. Estoy comprometido con esa mujer pero ella no me traga. Parece que va a un baile con sus padres en un carruaje prestado por alguien pero aquello no me interesaba en absoluto. Volví al interior de la tienda y pude ver a mi hermano Brágil que estaba desatando las manos de Jasmine - ¡EH BRÁGIL! – Grité cuando vi que la estaba liberando, vi que Jasmine escapó y solo pude empujar de enfado a mi hermano Brágil - ¡Luego hablaré contigo, estúpido! – Dije bastante enfadado por lo que enseguida me fui al interior de los bosques buscando a Jasmine y de verdad terminaría lo que había empezado.

por **Jasmine** Miér Oct 11, 2017 11:16 pm

Ante la sorpresa del ataque de Baldr Jasmine no tuvo opción màs que temblar, su cuerpo temblaba por completo por el miedo a las reacciones que tomaba Baldr contra ella y aunque se forcejaba por el escape que no lo conseguía mas solo lastimaba sus manos con aquella atadura. Jasmine querìa gritar con todas sus fuerzas pero que se sentía paralizada completamente y aturdida asi como asqueada por ser tocada con aquellas manos de Baldr.

Cerrò los ojos con fuerza y mordió duro sus labios hasta romperse un poco la carne del labio inferior sangrando que por lo menos aliviaba el dolor que sentía de ser tocada de aquella manera por la bestia del gitano, sentía que iba a llorar pero se tragò sus làgrimas lo mejor que pudo hasta que en un descuido vio como salìa para ver aquel bullicio antes de que tomara su virginidad. Apretò las piernas moviendo sus manos para deshacer el nudo pero era imposible. Jasmine temìa lo peor para ella, pero en a ese momento cruzò su amigo Bragil al que le silbò colo lo hacia de petirrojo, este escuchándola entro y al verla Bragil se horrorizo por su estado y como la tenia su hermano.

Bragil no dudo en desatar a Jasmine que cuando viò a Baldr regresar corrió con todas sus fuerzas lejos de ahí, no querìa estar màs cerca de aquel gitano, pero antes de alejarse girò mirándole con odio arrojándole una piedra – no soy tu esclava a que tu no me has comprado que si estoy aquí ha sido por la generosidad del lider no vuestra, dejad de pensar que os pertenezco solo porque sois hijo del anciano lider jamàs serè tu mujer Baldr jamàs antes la muerte que ser vuestra– Jasmine le arrojò otras piedras y salió corriendo con todas su fuerzas.

Sus pulmones se llenaban de aire y sentía que su pecho quemaba de tanto que corrìa y se agitaba, su vestido y apenas lo cargaba a las manos corriendo, estaba llena de lodo y cansada, sudorosa y aun asi no dejaba de correr por el bosque para llegar a algún poblado a una cueva a ocultarse, tanto querìa huir que tomo por el lado del camino de coches corriendo a todo pulmón sacándose las zapatillas hasta ver un carruaje al que se paro delante agitando las manos – por vuestra piedad ayudadme, no me dejéis aquí–

Jasmine estaba muy agitada tratando de tomar aire con sus manos sobre sus muslos recuperando el poco aliento ante la carroja de la que descendió un hombre alto y apuesto acompañado de una mujer extraña que tenía el aura oscura con una mirada salvaje como la de los animales

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