Un Castigo Aparentemente Común [Privado Azahar]

por **Joao Alves** Sáb Mayo 05, 2012 11:38 pm

Aquel último golpe me había dejado fuera de combate, y no supe nada del mundo (ni siquiera sabía si estaba vivo, por cierto...) hasta que abrí los ojos lenta y pesadamente en una nube de polvo. Escuché un galope hacerse cada vez más lejano y supuse lo que había pasado, y quién era la persona que ahora se marchaba dejándome solo a mi suerte. Me senté y de inmediato me llevé una mano a la cabeza, la cual tenía un líquido inconfundible saliendo desde mi costado izquierdo, manchando de paso mi sucio cabello rubio que a esas alturas parecía café oscuro. Traté de hacer memoria de lo que había pasado, y tras largos minutos me acordé, suspirando apenado. Apoyé mi mano ensangrentada en el suelo y me puse de pie con dificultad, notando que mis piernas temblaban; lo que significaba que no iba a poder avanzar mucho antes de volver a caer...y mucho menos regresar a la hacienda. ¡Otra vez a la intemperie!

Y en efecto no duró mucho mi aguante en pie: con la sangre corriendo por mi cabeza, cuello y parte de la camisa harapienta volví a reencontrarme con el suelo, quedándome allí con el cuerpo extendido y la frente contra la tierra, suspirando pegado a ella lo que me hizo levantar una nube de polvo. Tosí volviendo a sentarme y un escalofrío me recorrió completo. Acaso...¿no estaba solo? ¿A-acaso...e-era mi Ama?

por **Azahar Fa'har** Dom Mayo 06, 2012 7:16 am

Aquella era una noche extraña. Aunque había salido de mi horrible prisión volvía a tener aquella melacolía que solía dominarme, la que solo conseguía hacerme llorar durante todas las malditas noches de mi encierro. Pensé que, una vez fuera, no volvería a sentirlo, que era todo añoranza a la libertad, pero estaba completamente claro que había algo más. Anhelaba a mi maestro y ni si quiera sabía si seguía vivo o no. Seguro que le habían matado, o en aquellos quinientos o seiscientos años que pasaron él se habría olvidado de mí... No sabía cual de esas dos opciones dolía más.

Fue entonces cuando lo escuché, ¿una pelea? Me acerqué con velocidad pero con muchísima cautela. Olía a sangre, sangre humana. La boca se me hizo agua mientras contemplaba aquel último golpe de una vampira a un humano. Fruncí el ceño confusa y luego me invadió hasta la rabia al comprender lo que ocurría. Me habían tenido encerrada durante tanto tiempo que cualquier tipo de esclavitud me ponía enferma, fuera comida o no. Todos aquellos seres se merecían la muerte tanto como aquellos horribles cazadores que quería ver muertos. O mejor dicho, los vería muertos en cuanto los pillara.

Me acerqué al humano con lentitud, controlando la sed que luchaba por tirársele al cuello, y contemplando incluso preocupada. No parecía un humano normal, sino, ¿por qué la vampira tenía tanto interés? Me agaché a su lado y con una mano que posé en su barbilla, le levanté el rostro para que me mirara a los ojos. No se le veía bien, parecía un ser que sufría y no desde hacía poco. Eso me enfadaba muchísimo pero, ¿por qué iba yo a preocuparme? En el fondo aún me quedaba algo de humanidad y lo detestaba.

-No tengas miedo de mí, pequeño. No pienso hacerte daño.-me resultaban extrañas mis propias palabras pero eran completamente sinceras.-Deberíamos parar esa hemorragia.-me quité la chaqueta y la rompí en dos trozos con tranquilidad, poniéndole uno sobre la herida de la cabeza, para que uno, no se desangrara,y dos, aminoraran las ganas de matarlo.

por **Joao Alves** Miér Mayo 09, 2012 12:10 am

- ¿Q-quién es?...¡N-no venga! - grité a la nada representada por el silencio, retrocediendo luego como pude con las manos para ocultarme, pero no sirvió de nada. A los segundos después un segundo escalofrío me recorrió porque vi a una figura acercárseme. Ay Dios, ¿por qué yo? Seguí retrocediendo hasta chocar con un árbol (¡maldita naturaleza que no me ayudaba!) y cerré los ojos con fuerza, esperando mi destino que seguro no sería más cruel que mi vida actual, pero enorme fue mi sorpresa (y el nerviosismo que me recorrió) cuando me cogió del mentón para mirarla. Era atractiva, y pálida...así que asumí que era del tipo de personas que era mi Ama. ¡Maldición, estaba muerto! (¿Cuántas veces había dicho ya esa frase y había sobrevivido? Pero eso era estando con Doña Catalina...nada me aseguraba que iba a seguir vivo tras esa noche...) Grité y moví mi rostro quitando su agarre para cubrirme la cabeza casi tocándome la nuca con los brazos heridos, y mi corazón se puso a temblar más fuerte aún cuando escuché el sonido de algo rasgarse. ¿Eh? ¿No era yo? Abrí los ojos lentamente y aún temblando le miré posar lo que supuestamente era hace pocos instantes su chaqueta sobre mi herida. ¿Me estaba ayudando? ¿O sólo se iba a inhalar con mi sangre? ¡¡¿O quizás quería distraerme para luego clavarme los colmillos?!! ¡¡¡¿Y así quería que no tuviera miedo?!!! - ¡¡S-s-suélteme!! - grité tratando de moverme, pero no podía derribar el árbol sólo con mi espalda. Al menos pude sacarle las manos de encima de mi herida con un arranque de valor (¿De dónde había salido?) y hacerme un ovillo - ¡¡D-déjeme en paz!! ¡¡M-mi sangre n-no e-es b-buena!! ¡¡Y-y-y mi cuerpo t-tampoco!! ¡N-no me toque!

Si lograba sobrevivir, y Doña Catalina percibía el aroma de la vampira en mí, mi vida estaría en peligro...otra vez.

por **Azahar Fa'har** Jue Mayo 10, 2012 8:04 am

Mis ojos le contemplaban con tranquilidad y frialdad. Parecía una pobre alma en pena, realmente aterrada por todo en aquel mundo que tan mal le había tratado. Pero, ¿por qué iba a tener miedo de mí? Quizá no le hubiera costado deducir que es lo que era, cual era mi condición en aquel mundo de locos, pero le estaba ayudando, y su reacción me parecía totalmente de una postura insolente y desagradecida. Aunque sus últimas palabras me hicieron mirarle con las cejas alzadas, sorprendida ante aquella valentía u osadía que estaba cometiendo. ¿Acaso un vampiro que quisiera devorarlo se molestaría tan solo en escucharle? O simplemente en intentar para aquella hemorragía de su cabeza. Me parecía estúpido, pero comprendía el miedo y la desesperación que aquel ser albergaba en su interior. Volví a coger su mentón para poder mirarle a los ojos.

-O te tranquilizas, o usaré mi poder para que lo hagas... Y créeme, no quiero hacerlo.-Volví a coger el trozo de mi antigua chaqueta y se lo puse en la herida, apretando suavemente.- Eres un maleducado, ¿lo sabías? Si te dejara aquí tirado serías incapaz de volver a tu hogar, y tu sangre tiene que estar riquísima, porque solo olerla mi boca se vuelva agua, pero no voy a morderte, así que cálmate, que acabas de soportar a un vampiro mil veces peor que yo.

Bueno, lo de que esa mujer era peor que yo era totalmente discutible, pero con ese pequeño humano se llevaba la palma. No sabía que había visto en él, pero no quería que muriera así y menos que fuera tratado de semejante manera. En mi mente apareció una curiosidad, deseaba saber que ocurría realmente con él y la vampira, que le hacía exactamente. ¿De dónde salía tanta curiosidad?

-Me llamo Azahar-.mi voz pasó de la frialdad a la dulzura, quizá así conseguía que el colaborara un poco y hablará más calmádamente.

por **Joao Alves** Jue Mayo 17, 2012 12:56 pm

¡No! ¡No quería que usara sus poderes! Por eso fue que me quedé callado mirándole fijo, tragando visiblemente saliva para tratar (sí, sólo tratar) de mantener la calma, pero en realidad todavía estaba temblando y no iba a dejar de hacerlo, al menos hasta que terminara inconsciente, o lejos de ella...o ambas. Volvió a acercarse e insistió con la chaqueta, haciendo presión para que se detuviera la hemorragia. O realmente era una vampira muy resistente a sus impulsos, o derechamente no era una vampira. ¿Cómo podía aguantar tanto tiempo sin clavarme los colmillos? Mi Ama ya estaría abusando de mí en ese período de tiempo que había pasado...y en el fondo agradecía que no estuviera; aunque por otro lado también quería que estuviera, ¡para que me llevase a casa! Más vale diablo conocido que diablo por conocer...o eso había escuchado por ahí. - P-pero...-tartamudeé con el temor todavía muy presente. ¡Cómo se le ocurría decir eso! ¿Que su boca se hacía agua con mi sangre? ¿Qué diablos tenía yo que atraía tanto a los bebesangre? Además de la sangre, claro... Se presentó ante mí con un cambio radical en su voz. ¿Un nuevo engaño? ¿O acaso en verdad quería ser buena conmigo? Ella tenía un punto a favor...si fuera malvada ya se me habría tirado encima, así que con ese argumento me dejé hacer...y responder.- Y-yo...eh...m-me llamo...F-Fábio... - dije y le miré tratando de que mi corazón no quisiera salir corriendo de mi pecho, respirando agitado y relamiéndome un poco los labios secos, intentando no estar tan tenso. En eso, se me ocurrió una pregunta. - ¿P-por q-qué...u-usted m-me...m-me está...-tragué saliva otra vez- ayudando?

por **Azahar Fa'har** Jue Mayo 31, 2012 7:20 am

Parecía realmente nervioso, como si fuera a atacarle en cualquier momento y, para que mentir, si no hubiera visto esa escena con la vampiresa igual hubiera sido mi cena. Que hablando de cenar, con tanta sangre me estaba empezando a morir de sed. Apreté levemente el trozo de chaqueta que le había puesto en la cabeza, esperando que su hemorragia se cortara de una maldita veces para poder respirar tranquila. Entonces aquel humano habló y le volví a a sonreír, tratando que eso ayudara a que no me viera como enemiga y se calmara.

-Digamos que... Me siento levemente identificada con tu situación.-los recuerdos de aquellos siglos en el ataúd vinieron a torturarme en aquellos momentos. Aquella desesperación, aquel dolor que sentía... Los primeros días intentaba escapar, golpeaba y golpeaba aquel horrible ataúd sin conseguir nada hasta que me di por vencida y solo esperaba la muerte. Pero ningún cazador se apiadó de mí. Me dejaron sufriendo durante siglos.- ¿Te duele mucho?.

Sabía que en mi cara se reflejaba el dolor de aquellos momentos que sufrí, no podía evitarlo. Pero, después de salir me había vuelto una sádica sedienta de sangre y venganza... Aunque había cosas que, por lo visto, seguía sin poder tolerar o cambiar.

por **Joao Alves** Sáb Jun 02, 2012 7:43 pm

- ¿I-identificada? - Musité sorprendido y nervioso, claro; tragando saliva otra vez porque la boca se me secaba demasiado pronto con el temor que sentía. ¿A qué se refería? ¿Era una esclava también...o mejor dicho fue? ¿Por eso realmente se había acercado a mí? ¿O era todo una treta para engañarme? ¡No podía dejar de desconfiar en ella! Siendo de la misma condición de mi Ama podía esperarme cualquier cosa....Ah, maldita incertidumbre...Cerré un ojo por una puntada sorpresiva que me dio en el costado de la cabeza e hice una mueca no muy convincente de mi respuesta a su interrogante - N-no, n-no tanto... - No me importaba tanto el dolor, estaba acostumbrado a cosas peores que eso. ¡Pregúntenle a mi espalda! ¡O a mis brazos! Más que dejar de sentir dolor, quería dejar de oler a sangre para no tener que lamentarme después de tener sus colmillos pegados a mi cuello. ¡Mi ama iba a matarme si eso sucedía! Si es que no moría esta noche, claro...

- ¿A-a q-qué se...refiere c-con...i-identific-carse conmigo? O-o sea...¿P-por qué?...- pregunté volviendo a tragar saliva, sintiendo que cada segundo que pasaba era un triunfo a mi sobrevivencia.

por **Azahar Fa'har** Lun Jun 04, 2012 4:25 am

Parecía sorprendido ante mis palabras, ¿acaso eran tan difícil pensar que un vampiro también podía sufrir? Aunque, si él solo conocía a aquella que le otorgaba tales palizas, veía normal su comportamiento. No solo la sorpresa, sino aquella desconfianza que notaba a cada momento. Suspiré, quizá si me descontrolaba y acababa mordiéndole él tendría problemas con la otra vampiresa.

-Creo que ya no sangras.-quité con cuidado la chaqueta y,en efecto, había dejado de sangrar. Sonreí complacida, pues podría respirar un poco más tranquila.- No te levantes aún, necesitas descansar.

Contemplé sus ojos cuando me pregunté el motivo de que me sintiera identificada. Al principio, no quería decirlo. ¿Por qué debería decirle a un humano lo que me ocurrió? Pero aquel ser no era malvado, no veía malicia en su semblante, más bien sufrimiento. Para ser un hombre, parecía una pequeña gacela indefensa y asustada. Suspiré, ¿se podía saber por qué me comportaba como un alma de caridad?

-Una noche, unos cazadores consiguieron apresarme.-le conté, intentando contener un poco la tristeza que salía de mi voz.- Prometieron que no me matarían, así que me sellaron en un ataúd durante seiscientos años...-tanto tiempo había permanecido encerrada, que el mundo se me tornaba casi imaginario. Me costaba adaptarme, aunque lograría hacerlo.

por **Joao Alves** Jue Jun 14, 2012 11:29 pm

¿Se puede estar tranquilo e intranquilo al mismo tiempo? El hecho de que el sangrado se detuviera le dio a mi garganta seca un trago corto de calma, pero que quitara la chaqueta no fue de mi agrado (¿Cuándo podía dar apreciaciones así? La falta de sangre me hacía desvariar...), aunque debiera hacerlo. Me sentía desprotegido sin ella. ¿Eso tenía sentido? Al menos sé que te protegen del frío, pero no sé si de un sangrado o de un vampiro hambriento.

Todo eso pasaba por mi cuerpo mientras era observado por sus ojos que no mostraban alegría precisamente. Se veía...¿triste? ¿Un vampiro podía estar triste? Porque mi Ama nunca se ha mostrado así...o quizás lo hace cuando no la vemos...mmm...no, no creo que algo así sea posible.

Finalmente me contó (menuda muestra de confianza...) y me quedé pensando cuántos eran seiscientos años contándolos con los dedos, deteniéndome de inmediato cuando me di cuenta de que me miraba. - P-perdón...-Susurré mirando el suelo - S-seiscientos...años...e-es mucho, ¿no? D-disculpe...e-es que yo...- ¡Qué verguenza me daba decirle que con suerte contaba hasta veinte! - ¿S-Sufrió mucho?...-pregunté repentinamente y me cubrí la boca. ¡No era mi intención hacerle recordar!

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