Ataúd vacío [Privado]

por **Dalila Doucet** Vie Mayo 18, 2012 5:51 pm

Ahí estaba de nuevo, sola, pérdida, vagando en algo y a la vez en nada. Tenía lapsos, momentos como esos donde se sentía como lo peor. Con la incapacidad de no ser vista a no ser por conciencia propia, por el hecho de no haber completado lo que en vida deseaba y que eso ahora se quedara todo a medias. Ah, sí que la vida era injusta en ocasiones. Casi como arrastrada por el viento se dejó llevar hasta el cementerio. Apareció en medio del lúgubre lugar y el césped verde con algunos parches marrones apenas se movió. A lo lejos escuchaba llantos, el desesperado dolor de una mujer enterrando a lo que suponía era su marido. Lo vio desde lejos y se acercó a pesar de que ningún humano pudiera observarla. Estaban ahí, llorando con un dolor profundo. Sintió nostalgia. Quería pensar que así se debió haber sentido su papá cuando se enteró que no volvería, porque ella nunca se atrevió a averiguar la reacción del hombre ni aparecerse a su lado. Sería demasiado doloroso y devastador.

Permaneció sentada en una de las lápidas viendo el sepelio del difunto esposo. Unos cuchicheaban entre sí, otros sólo se decían lo lamentable que fue la pérdida del formidable agente de policía, que era un gran hombre, mera hipocresía barata que usaba la gente como consuelo al alma del hombre y a la familia devastada. Suspiró junto a la brisa que soplaba. Para cuando se dio cuenta estaba atardeciendo y el sepelio había terminado. A la noche ya no había ni un alma en el cementerio. Vaya ironía. Estuvo sentada en el mismo lugar por horas, tantas que perdió la cuenta. La luna iluminaba el cielo, apenas siendo cubierta por las nubes oscuras que aún así no impedían que alumbrara las infinitas cantidades de lápidas. Fue entonces cuando sintió curiosidad.

Su lápida, su tumba, sabía que debía tener una. La búsqueda comenzó, vagó y vagó hasta hallarla. Ahí estaba, tallado su nombre en la piedra de mármol bien esculpida. Unas rosas marchitas y secas la adornaban, tan viejas como el frío. —“Dalila Doucet”—Pronunció en voz alta. Se dejó apenas ver, no tomando forma corpórea pero quien pasara por allí podría verle y asustarse. Su traje roto, la piel marcada por los golpes y el área del pecho llena de una gran mancha roja, justo como estaba desde el día que murió hace más de veinte años. Esa era su verdadera apariencia, una que no mostraba al tomar una forma completamente corpórea. Volvió a suspirar. Jamás pensó que algún día de la vida que ya no tenía, llegaría a ver su propio epitafio.

por **Jacqueline S. Ritchway** Vie Mayo 18, 2012 6:20 pm

Aqui yacen Victoria y Eleazar Von Tassell. Muertos en Noviembre 12 de 1780. Amados esposos, amigos por siempre, inmortales de cuerpo, amor y alma.

Esa era la inscripcion en la tumba doble de aquellos seres que alguna vez pisaron la tierra. Corrieron por los prados de la vida, caminaron juntos por el valle de la muerte y sonrieron en el altar vampirico...hasta que la inquisicion los mató. Todo por salvarme a mi. Aun me siento culpable y siempre que rememoro esa fecha y ese acto tan noble...me lleno de tristeza...no debio acabar todo asi, ellos merecian algo mejor.

Tome las rosas blancas que consegui para ellos y les puse un ramo de 12 rosas, quedandome de impar una. Me la quede y me la lleve conmigo luego de rezarles. Ojala el infierno no sea tan severo con ellos...

Segui caminando, mas que nada paseando, mis pies descalzos no sentian el frio de la noche y mi velo ondeaba un poco en la brisa. Caminaba por entre las tumbas, quizas pudiera darle la rosa a alguien en su tumba, en señal de pureza y amistad. Mejor aun, podria encontrar una tumba familiar.
Entonces...la vi...

Una figura que se alzaba mirando una lapida con flores marchitas. Crei estar viendo mal pero luego me plantee que habia leido sobre seres y apariciones que a veces quedaban atrapadas en el mundo humano, como los vampiros, pero estos no tenian formas propias organicas. Mushis, spectrum, o apariciones...pero creo que se les dicen Fantasmas.

Me acerque despacio cosa de no asustarle y le dije en voz suave:
-Hola...

por **Dalila Doucet** Vie Mayo 18, 2012 6:48 pm

De poder sentir todo como un humano, seguro sentiría frío al estar a la intemperie. En un acto natural que no pudo dejar nunca atrás se abrazó a ella misma sin dejar de visualizar la lápida de perfecto mármol blanco. ¿Tanto la quiso el señor Doucet para dejarle una lápida como recuerdo? Allá abajo, metros bajo tierra, había solo vacío, no había cuerpo, estaba perdido entre los campos franceses, sólo debería quedar polvo en lugar de lo que fue su cuerpo. Era triste el recordarlo y horrible el pensarlo. Se acarició los brazos en la búsqueda de aliviar los sentimientos negativos. Las rosas le hacían pensar en hace cuánto fue la última visita que hicieron a su lápida y quién pudo haber sido. Lástima que su madre Fleur no tuviera una para ella poder hacer lo mismo…

Una voz suave y fina la sacó del mundo efímero donde vagaba. Reaccionó dando un sutil respingo, una reacción innata al sentirse pillada. ¿Quién estaba a esa hora de la noche en un cementerio? Pero lo que más curiosidad le daba, ¿qué clase de persona se le acercaba a alguien con una apariencia tan fantasmal y fea como la propia? No se lo preguntaba. Con el cabello siendo mecido por la brisa se fue girando sobre los pies para dar con la dueña de tan suave voz. Portaba una mirada triste y dejó ver su rostro con varios moretones y heridas. No estaba equivocada.

Le habían hablado…la habían notado.

—Hola...—Enunció con voz neutra, con la cual no se definía su estado de ánimo. Se sintió desastrosa, esa joven tenía ropa decente y ella sin embargo cargaba con esos harapos rotos y llenos de suciedad junto con la sangre escarlata vieja, ya de un color marrón en algunas partes. Se llevó las manos al vestido y lo acomodó en lo que fue posible. Seguía viéndose igual y a pesar de todo volvió a observar a la muchacha.

— ¿No tiene miedo?—Indagó víctima de la curiosidad e incapaz de morderse la lengua una vez más.

por **Jacqueline S. Ritchway** Vie Mayo 18, 2012 6:56 pm

No estaba equivocada, aquel ser estaba alli. Era un ser...o fue un ser...No, lo era, si habia vivido pero aun estaba aqui, lo seguiria siendo. Yo lo era, ella tambien. Era una joven algo lastimada y con ropas un poco viejas. No podria determinar con exactitud su edad. Se acomodo un poco. Su voz era algo inexpresiva, pero parecio asustarse un poco cuando le salude.

Me atrevi a caminar unos pasos más hacia ella, en un esfuerzo por verla mejor. Me pregunto si no tenia miedo por lo que tuve que serle sincera:
-No...-dije suavemente pero tambien algo confundida. Porque no le tenia miedo?-...es la primera vez que veo a alguien como tu...creo que más que miedo siento curiosidad.-supongo que esa era la mejor palabra para describirme, curiosa. Lo unico que me asustaba un poco es que no sabia de que podria ser capaz ese ser.

Extendi mi mano hacia ella pero sin atreverme aun a tocarla.
-Eres...? Digo...Realmente estás aqui?-no sabia muy bien como expresarme. Realmente estaba ahi o era yo que estaba viendo ilusiones de nuevo?

por **Dalila Doucet** Vie Mayo 18, 2012 7:12 pm

No le tenía miedo. Debía admitirlo, eso le sorprendía. Todo humano que pudiera verla así, saldría despavorido corriendo y lo curioso era que la de pelo azabache estaba consciente de lo que ella era. Una fantasma. No supo si tomar como ofensa el que se dirigiera como si fuese un ser raro, pero es que no todos los días se veía un fantasma, ¿verdad? En el fondo sintió una pequeña chispa de alegría que se disipó tan pronto nació. ¿Y si no tenía curiosidad y sí miedo? ¿Y si la criticaba y odiaba sólo por ser un fantasma? Maldita sea el que dirán.

—Podría decir que me “alegra” el hecho de no causarle miedo. —La notó acercarse y retrocedió por acto reflejo un par de pasos. Sin poder evitarlo una risa muy suave se le escapó. Sonaba ingenua la pregunta de la chica, tan inocente a lo que ella en realidad era. No lo hacía por ánimos de burlarse, sólo que no se le daban esas situaciones desde que recordaba.

—Soy y no soy, estoy pero no estoy. —Contestó a la pregunta desde el lugar donde estaba. Portaba una sonrisilla en los labios maltratados y así como se alejó, comenzó a acercarse.

—Soy porque sigo aquí y no porque se supone que ya no existo. Estoy porque me ves y me escuchas, pero no estoy porque…—Dejó la frase inconclusa al seguir caminando como si fuera arremeter con la muchacha. ¿Qué pasó? Sólo la traspasó sin hacerle el menor daño, quedando detrás de ella de pie como si hubiera sido sólo una brisa. Se giró para verla. —no puedes sentirme del todo. —Acabó la oración a la par que borró la sonrisa pasando a una expresión llena de terrible tristeza. —Fuera de ese ámbito, señorita, podría decirle que soy real. —Una última sonrisa cargada con aire de melancolía adornó la oración.

por **Jacqueline S. Ritchway** Vie Mayo 18, 2012 7:30 pm

No sabia exactamente el como debia sentirse por el hecho de que yo la descubriese, parecia feliz pero aun asi algo triste. Escuche sus palabras y le sonrei, no estaba deprimida por haberla visto. Suspire y entendi lo que decia. Los espiritus estaban pero a su vez no lo estaban. Era como un amigo me habia dicho: "estoy en todas partes y en ningun lugar a la vez."

Ella camino hacia mi pero luego algo raro paso: desparecio delante de mi y luego la oi a mis espaldas. Mire mi pecho y me pregunte si acaso me habia traspasado. Exhale aire sorprendida.
-Es...increible...-dije luego mirandola. Algo en su frase me hizo sentir empatia.-En ese caso, yo soy porque sigo aqui y no porque se supone que ya estoy muerta.-no habia porque ocultar mi verdadera identidad a un ser espectral. La segui mirando, algo en ella me llamaba mucho la atencion. Quizas por que era el primer contacto con un ser como ella.-Tuviste...-no, esa palabra no era la adecuada.-Tienes nombre?

por **Dalila Doucet** Vie Mayo 18, 2012 7:40 pm

Con que ya estaba muerta… ¿estaba muerta? La hizo cuestionarse muchas cosas y sólo una conclusión le llegó a la cabeza. Cuando era humana estaba absorta a las otras razas de la sociedad, pero una vez se hizo fantasma, descubrió y se inmiscuyó en casas ajenas, descubrió lo que eran las otras razas, que de una forma u otra, ella no estaba sola. Si estaba muerta sólo podía pensar una cosa: era un vampiro. Lejos de sentirse asustada, pareció agradarle por el gesto más despreocupado que se le pos en las facciones. Ningún vampiro podría alimentarse de un fantasma. Era ilógico.

Volvió a caminar otra vez, con las manos a la espalda, sujetando una con la otra. Daba la imagen de una niña pequeña observando a alguien muy interesante. Se detuvo para quedar frente a la inmortal.—Tuve y tengo un nombre.—Se mostró más educada y agradable.—Soy Dalila Doucet, señorita.—Contestó finalmente la pregunta. Muy educada retiró el agarra de las manos para poder hacer una reverencia digna de una dama. Al finalizarla la miró a los ojos. — ¿Podría saber el suyo?—Inquirió a cambio, con la curiosidad centelleante en los ojos.

Estaba considerando que si la chica le daba la suficiente confianza como para mostrarse, podría tomar forma corpórea para dejar de tener una apariencia tan demacrada y tan poco saludable.

por **Jacqueline S. Ritchway** Vie Mayo 18, 2012 7:52 pm

Pude notar que sus facciones incorporeas parecian aliviarse cuando le di a entender que era una no-muerta. Creo que alivia un poco, pues ahora, sabria que podia abrirse más. Entre muertos no hay secretos, y rei dentro de mi por esa frase en mi mente.
Me dijo su nombre y me reverencio como toda una dama muy bien portada a pesar de su aspecto tan joven. Cuantos años habra tenido desde su muerte? 17? 18? Su nombre y apellido me resultaron algo familiares pero no sabria muy bien donde ubicarla. No creo haberla visto en ninguna de mis vidas.

Retrocedi un paso y, reverenciandole con una mano en el corazon, me presenté:
-Soy Jacqueline Samantha. Es un placer.-luego me pare correctamente sonriendole.-Realmente...estoy muy sorprendida...jamás habia hablado con alguien como tu...-recorde que hacia unos momentos miraba una tumba. Me voltee y observe y alli habia una con el noimbre que me habia dicho.-Ahi es donde reposa?-porque tecnicamente si estaba aqui, en el mundo humano, no estaria descansando pero sus restos si lo estarian.

por **Dalila Doucet** Vie Mayo 18, 2012 8:10 pm

Jacqueline Samantha. Se repitió el nombre en la cabeza con la obvia intención de jamás olvidarlo. Quién sabe, podría serle de mucha utilidad en otras ocasiones y tal vez, y sólo tal vez, ese no podría ser el único encuentro que tendría con la vampiresa. No podía evitar una sonrisita divertida por la manera que lucía tan sorprendida. No era lo mismo ver a un vampiro que a un fantasma, suponía por enésima vez en la noche. Con muchísima suavidad acomodó su cabello y movió la cabeza para mirar la lápida tras Jacqueline. Se mostró nostálgica. —En efecto. — La hubiera traspasado de nuevo pero como fantasma lo consideraba una terrible falta de respeto. Puso una mueca de indecisión para poco a poco, comenzar a “materializarse”. Dejó de verse demacrada para adquirir un aspecto más humano, más saludable. La ropa rota y manchada por sangre ahora era un bonito vestido negro y blanco, su cabello alborotado estaba bien peinado. Ahora la piel le carecía de moretones.

— Aunque no lo está del todo, sabe. —Explicó de la nada. Pronto sus pies comenzaron a hundirse en el césped para pasar a un lado de la chica. —Es una lápida con mi nombre, pero yo no estoy aquí, ni lo estaré. —La diestra fue elevada con suavidad y posada sobre la tumba de mármol.—Creo que hablo demasiado, ¿no? Disculpe eso, tanto como mi anterior aspecto demacrado, señorita Jacqueline. —Sonrió débilmente.

por **Jacqueline S. Ritchway** Vie Mayo 18, 2012 8:23 pm

Entonces sí lo era. Al voltear de nuevo, me tope con una jovencita algo diferente a la joven fantasma de hacia solo unos segundos. Esta no tenia un aspecto tan lugubre como quien me habia cruzado recien: estaba más arreglada, su piel no tenia marcas y su cabello estaba peinado y lacio. Parecia mucho más humana que antes, tuve que realmente frotarme un poco los ojos por aquella extraña ilusion.

Paso junto a mi, sin la intencion de volver a atravezarme y se paro junto a su lapida. Tambien me acerque un poco pero aun dandole espacio. Estaba su nombre, apellido, y año de muerte en una gran placa de marmol. Sus palabras me confundieron un poco. Hablaba de que su cuerpo no estaba alli o que su alma no estaba ahi? No quise preguntar por si la ofendia, realmente no sabia como comportarme junto a una joven asi.

Se disculpo por hablar demasiado y por haberle visto aquella otra forma. Eleve mis manos moviendolas un poco en señal de negacion.
-No digas eso. Me agrada escucharte y, aquella otra forma no me molesta. En lo absoluto. Solo que...de la nada ver aquella figura, voltear y luego verte asi...es muy extraño realmente.-tuve que confesarselo, más extraño que hablar con un vampiro es estar hablando con un fantasma.

por **Dalila Doucet** Vie Mayo 18, 2012 8:33 pm

No la culpaba que se extrañara por todo lo que estaba viendo y pasaba frente a los ojos inmortales de la chica. Ello causaba cierta gracia para ella, la fantasma, que se percataba del curioso desconcierto que embargaba a la centenaria muchachita atrás suyo. Como la ocasión anterior, una pequeña alegría la iluminó. Le gustaba escucharle, a una persona le gustaba oírla sin pensar que era aburrida. Negó en el interior. La mujer le inspiraba demasiada confianza y confidencialidad pero ella era retraída, se autoimponía barreras. Decidió sacarla de la duda.

—Verá, Jacqueline, esta es mi forma “corpórea”. Así puedo sentir lo que no como cuando soy “un fantasma”. Oh, espera, ya lo soy. —Se atrevió a burlarse de ella misma con una muy leve risa. —En esta forma puedo hacer cosas que con la otra no. Como por ejemplo,—Se alejó de la tumba para acercarse por enésima vez a la pelinegra. Extendió una mano para tomar un mechón de la abundante cabellera negra de ella, enroscarlo en el dedo índice y dejar un lindo bucle. —Puedo tocarle, lamento esa falta de educación, por cierto. —Tan pronto como acercó la mano la alejó. Giró apenas el torso para ver la lápida con su nombre y supuesta fecha de muerte.

—Y sobre lo otro…yo estoy aquí, tú me ves, pero mi cuerpo no está allá abajo. —Pasó saliva antes de seguir hablando. —Me refiero a que mi cuerpo no está en mi ataúd. Tengo un ataúd vacío, a eso me refería. —Al culminar la explicación la miró a los ojos, como si por medio de ellos buscara cerciorarse de que ésta la había entendido en lo absoluto.

por **Jacqueline S. Ritchway** Vie Mayo 18, 2012 8:47 pm

No pude evitar una ligera risa cuando se burlo de si misma pero aun asi, me mantuve en silencio escuchandola. Realmente me parecia increible y facinante.
Una forma corporea? Quizas es por eso que los libros datan de objetos en las casas que "volaban por la estancia". Seguramente los espiritus de aquella casa usaban ese poder para mover las cosas a su alrededor. Algo extraño si no lo ves desde el punto de vista que tengo ahora que he hablado con un ser como ella.

Note como se habia acercado y el como ahora no habia atravezado mi cabello cuando tomo un mechon de este. Realmente habia enmudecido, parecia una chica comun y corriente ahora.
Luego me explico mejor lo de su ataud y ahi fue cuando lo comprendi. Su cuerpo alli no estaba, solo era una placa conmemorativa por su muerte, pero eso era un tanto extraño.
-Pero...si ahi no esta su cuerpo, donde la enterraron?-la pregunta adecuada seria si la enterraron o si la abandonaron en algun lugar y ese lugar en el cementerio era el unico lugar donde podrian rezarle.

Recorde la rosa blanca en mis manos y mire su "sepultura". Con una sonrisa, me acerque y la deje en el marmol, cerca de las otras flores marchitas.
-Mi regalo para usted.-dije con toda calma y sinceridad.-No sabria decirle cual prefiero pues quizas le mentiria, pero ambas formas que tiene, corporea o no, son hermosas.

por **Dalila Doucet** Vie Mayo 18, 2012 9:32 pm

Entonces se quedó en silencio. ¿Dónde estaba el cuerpo, ese que alguna vez tuvo? Tenía claro que no le contaba la historia que la regodeaba a cualquier persona ni humano con el que hablara. Todos se asustaban y ahora que hablaba con una vampiresa, eso no quitaba el factor de que siguiera siendo muy reservada y exclusiva con su pasado, eso que la llevó a ser quien era hoy día, un fantasma que vagaba, con un pie en la luz y otro en la oscuridad. Otro suspiro se le escapó todavía sin contestar. Vio con un deje de ternura como le dejaban la flor frente a la tumba. La primera flor en años, demasiados años.

—Muchas gracias por el presente, señorita. —De haber sido humana estaba segura que los colores podrían habérsele subido a la cara. Que considerara que tanto mutilada y fantasmal como humana y corpórea era bonita, le pareció un halago. A cambio miró al suelo. —Gracias por eso también. —La volvió a mirar. —Estoy segura de que usted, humana o no, debió haber sido igual de bonita.—Asintió para enfatizar la reciente enunciación.

Al final de hablar recordó la interrogante que le fue hecha. Se llevó un mechón de cabello tras la oreja y paso a paso fue quedando cerca de la muchacha. En lugar de parársele al lado se puso de cuclillas para tomar la preciosa rosa que resaltaba entre la negrura de las más marchitas. La llevó a la nariz y aspiró el tan delicioso aroma que desprendía. —Mi cuerpo quedó olvidado en algún lugar en las afueras de París. —Ni más ni menos, esa era la explicación que creía justa y por demás concisa.

por **Jacqueline S. Ritchway** Vie Mayo 18, 2012 9:46 pm

Le sonrei, casi apoyando mi mano sobre mi hombro y cerrando los ojos. Ella era una jovencita muy hermosa, y su alago, no me llego mucho. No habia visto mi reflejo en años pero se dice que los vampiros eramos "bellos por naturaleza". Me daba mucha ternura esta jovencita. Ciertamente, yo hubiera llorado sobre esta tumba por su partida de haberla conocido antes, de viva.

Mi expresion cambio a la sorpresa en cuanto la vi con la rosa en la mano, oliendola, y habiendo dicho tan friamente donde podria estar su cadaver. Eso era algo horrible.
-Asi como asi? Nadie ha ido a buscarle?-o quizas lo hicieron pero no lograron hallarla, me senti mal por eso. Si alguien perdia algo, normalmente no para hasta encontrarlo, pero esta vez, parece que la joven estaba muy bien perdida y solo pudieron poner un ataud vacio y una placa para conmemorar su muerte. Era una pena.

-Lamento oir eso.-fue lo ultimo que dije. Senti como si el terreno se iluminase y note que la luna habia salido a mostrarse detras de las nubes. Su luz ilumino mi piel y me hizo resaltar aun mas, pues esta era casi tan blanca como su luz y llamaba más la atencion que mi bella acompañante.

por **Dalila Doucet** Vie Mayo 18, 2012 11:09 pm

Se delimitó a asentir por las preguntas. Si la enviaban a buscar hoy día el cadáver propio, podría hallar el lugar donde el bastardo de John Rosseau la dejó muerta. Era un lugar frío, desolado y demasiado bien oculto para que la encontraran. Por eso siempre pensó que ahora donde debió haber un cuerpo putrefacto sólo quedaba polvo de lo que alguna vez fue. Apartó la rosa de su nariz sólo para sostenerla entre las manos y acariciar así los suaves pétalos de blanco puro, un blanco que recordaba, era su color favorito para vestir, el color con el que toda dama desea casarse. Ese también era el color de la luna y de la pálida piel de la vampiresa, que parecía resaltar ente toda la espesura y negrura de la noche, llamando la atención y a sus curiosos ojos a mirar.

—Creo que no me equivoqué. Como vampiro incluso es muy bonita. —Habló con un tono sereno mientras observaba la luna. Nunca se tomaba demasiado tiempo para mirar al astro nocturno, que brindaba luz, lumbrera y esperanza a los más temerosos de la noche y sus misterios. —Y no debe lamentar eso, con el tiempo llega la resignación de que nunca encontrarán tu cuerpo. —Murmulló sin despegar la vista de la mujer inmortal que frente a sí yacía.

–Supongo que para un vampiro debe ser diferente. Poseen cuerpo, pueden estar con quienes quieren a pesar de todo, ¿no es así?—Lamentó el no haberse mordido antes la lengua curiosa que tenía. —No es necesario contestar. —Se remedió con cierto pesar y vergüenza.

por **Jacqueline S. Ritchway** Vie Mayo 18, 2012 11:24 pm

Escuche sus palabras cuando estaba mirando la luna y voltee un poco y le sonrei. No me gustaba que me alagasen tanto, me hacia sentir algo...incomoda por asi decirlo. Luego escuche lo que dijo de su cuerpo. Resignarse? Eso era sinonimo de rendirse y esa palabra, para mi, era inaceptable. Si yo me hubiera rendido cuando me dijeron "no puedes ser doctora, eres mujer" o "bruja, la curaste con magia, no existe la ciencia", entonces ya estaria o más muerta que lo usual o no hubiera salvado vidas humanas en el transcurso de mi no-vida.

Si no le contestaba, no iba a esclarecerle su duda y nunca es bueno quedarse asi.
-Los vampiros, por mas que tengamos cuerpos eternos, tambien podemos volver a morir...mi corazon se volvio a detener cuando mi esposo murio de anemia hace ya dos siglos...-dije algo triste pero necesitaba hacerle entender algo:-No por tener cuerpos, podemos tenerlo todo...hay cosas que nunca podemos volver a conseguir...A veces basta con solo recorrer el mundo, tengas o no un cuerpo, para luego entender que es lo que tienes que antes no tenias.

por **Dalila Doucet** Sáb Mayo 19, 2012 4:11 pm

Con tan sólo escuchar el principio de la historia de aquella mujer de la noche, sintió cierta tristeza por ello. Perder a quien amas no debería ser fácil, aunque ella nunca sabría del paradero de su amado, sentía como si lo hubiera perdido cada día, cada año que llevaba vagando entre la vida y la muerte como un vil fantasma sin ningún propósito en especial. Sin embargo, algo en la enunciación de la joven le causó gracia e hizo resaltar ese lado tan escéptico, tan poco creyente que la identificaba. Una risa se le escabulló de entremedio de los labios rosados y finos, risa que amortiguó con el levantar de la diestra que estaba enguantada por fina tela negra. Era una risa irónica, que a su vez se burlaba de sí por lo que la chica le decía.

—Lo siento, no quise reír, pero me ha sido imposible. No crea que me estoy burlando de usted. Es lo último que pretendo, pues ha dicho algo cierto.—Hablaba mientras retiraba con delicadeza la yema de los dedos de la boca, tomando aire por la nariz y dejándolo salir por la boca como un simple suspiro.—Sé lo que es perder a la persona que amabas, a medias, por supuesto.—No tardó en comenzar a darse explicar.—Usted, señorita, ha tenido mucho por vivir, de recorrer todo y darse cuenta de lo que falta.—Jugueteó con la rosa entre los dedos, acariciando los pétalos con infinita ternura la cual contrarrestaba con lo que estaba diciendo.

— Yo me he quedado así, y ni recorrer el mundo de pies a cabeza me devolverá lo que alguna vez perdí: mi vida, la persona que amé, el volver a recapacitar y hacer lo correcto. Lo que me hace falta ya lo he perdido. —Una sonrisa enigmática se le posó sobre los finos labios. —Pero no nos arruinemos la noche de ese modo, es muy bonita para ponerse a pensar en esas cosas, ¿no cree? –Era una manera simple de cambiar el tema.

por **Jacqueline S. Ritchway** Sáb Mayo 19, 2012 4:17 pm

Frunci el ceño al escuchar su risita. Acaso algo de lo que hablaba le estaba causando gracia? Si era asi, mejor decirmelo y evitar tal descortesia. Me relaje un poco al luego escuchar su explicacion pero aun no lograba comprender el motivo de su risa. No le di mas vueltas al asunto e hice como si no hubiera pasado. Me senti identificada con la joven, parecia ser que ella tambien habia pasado por un mal trago y lo habia perdido por siempre, atrapada en el mundo humano como vagabunda de la vida y la muerte.
-Parece ser que ambas estamos atrapadas en este mundo...-dije con una sonrisa comprensiva.

Asenti cuando dijo lo de la noche.
-Quieres caminar conmigo? La noche es joven y disfruto mucho de su compañia.-le dije sinceramente y con animos de poder seguir nuestra charla.

por **Dalila Doucet** Sáb Mayo 19, 2012 4:50 pm

Atrapadas…dolía admitirlo que la verdad es agria después de todo, ¿no? No quiso profundizar demasiado en el asunto. Sabía que podrían pasar horas o más de un par de minutos hablando sobre qué las estaba haciendo pensar de ese modo tan particular y desesperanzado, pero no, no era el momento para arruinarlo con cosas tan carentes de ánimo. Ante el ofrecimiento se limitó a asentir con cuidado y poniéndose de cuclillas abandonó la rosa blanca sobre la tumba, colocándola sobre el montículo de flores negras y marchitas, preguntándose aleatoriamente quién fue el último en dejarlas ahí. Tras aquello le regaló una muy pequeña sonrisa.

—Será un gusto caminar con usted, su compañía me es más que agradable. —Habló antes de ponerse de pie nuevamente. Acomodó las arrugas del vestido hechas al ponerse de cuclillas así como también los guantes en el área de las muñecas. Sin más la observó y esperó por la vampiresa antes de comenzar a caminar por el enorme cementerio, lleno de varios mausoleos familiares, criptas y tumbas de sabrá quién cuantas personas. La noche era bella, la luna iluminaba en todo su esplendor el caminar y la brisa que soplaba traía consigo un aroma que inspiraba tranquilidad. Era esa clase de tranquilidad la que sólo un cementerio podría brindar.

por **Jacqueline S. Ritchway** Sáb Mayo 19, 2012 10:29 pm

Al aceptar mi invitacion, dejo la rosa en la placa, acomodo su vestido y caminamos un poco por las tumbas. No sabia si como fantasma tenia que restringirse y quedarse en un solo lugar por lo que simplemente caminamos por el cementerio. Busque alguna otra lapida que me guiase a algun conocido mio pero no vi ningun nombre, algun que otro deja-vú pero nada más. Realmente parecia una joven normal, y me daba mucha ternura ademas, como si fuera una joven llena de vida, aunque no fuera tan asi.

-Esta forma corporea, representa a como era al estar viva o la adoptaste porque quisiste?-tenia muchas preguntas y mucha curiosidad al respecto. Cuantas veces en la vida, o no-vidas, te cruzas con un espiritu que luce como una humana y puede comunicarse contigo de forma normal? Pero luego cai en la cuenta de algo y agache un poco la cabeza al frente mientras aun caminabamos.-Lamento hacer tantas preguntas...es mi primer contacto con alguien como tu y...supongo que no sé cuando callar.-cuando la curiosidad me invadia, hacia de todo para calmarla.

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