AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Oye... no mal entiendas estoy agradecida pero cuando no me da la gana no me da la gana [Privado]
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Oye... no mal entiendas estoy agradecida pero cuando no me da la gana no me da la gana [Privado]
Su voz era suave, cualquier hombre al oírla con aquel acento exótico caería a sus pies, ya había habido varios hombres que le habían ofrecido cantidades de riquezas solo por ser de ellos, tal vez alguien inteligente lo hubiera aceptado, pero tal vez ella no era lo suficientemente inteligente para aceptar el dinero que la sacaría de manera definitiva de aquella vida. Una vez había caído en esa trampa y no deseaba volver a sentir ninguna humillación, prefería quedarse como estaba.
Irvine había sido muy generoso aquella noche cuando la encontró escapando nuevamente de su antiguo jefe, por suerte había cierta enemistad en ellos y eso hizo que Irvine la aceptara bajo su protección, solo para quitarle una buena entrada de ingresos a ese idiota que no tenía muchos cojones como para enfrentarse a Irvine, bueno después de todos el tenia uno de los mejores burdeles de la ciudad de parís. ¿Cómo se enfrentaría a el?. Tania estaba bien donde estaba, en algunas ocasiones se metía en problemas, pero fácilmente salía, parecía de alguna forma una hija mimada de aquel cambiaformas, parecía que no, pero los gestos de los dos decían lo contrario, claro esta no era nada carnal ni mucho menos amor, era un cariño y respeto por simplemente tener una deuda aun pendiente.
Aquel día no estaba de un humor respetable, le dolía la cabeza y había peleado con un estúpido ebrio que casi la desnuda en medio del publico mientras iba a ver cómo iba las cosas en el burdel, en ocasiones desaparecía hasta una semana y luego volvía para ver a Irvine hecho un manojo de nervios y muy enojado por su desaparición. Esa vez sí que se había pasado, ya había pasado unos dos meses que no iba al burdel, había hecho una buena ganancia y pudo sobrevivir muy bien con aquello en su bolsillo, además siempre que se levantaba no tenía ganas de moverse de la cama, apenas lo hacía para comer e ir al baño ¿Cómo carajo lo haría al trabajar? Prefiero ni pensar, tenia suficiente dinero para vivir unos meses, cuando se le acabara volvería.
Su dinero había acabado… ahora tenía que volver a trabajar, pero antes debía ver a su lindo jefecito para que no hubiera relativamente problemas cuando estuviera en la noche trabajando. Abrió las puertas del burdel y todos quedaron algo sorprendidos… ¡la latina había vuelto! Por los murmullos parecía que Irvine estaba realmente enojado por su desaparición, pero ella no le hizo mucho caso a aquellos comentarios y siguió caminando hasta llegar a una pequeña habitacion que normalmente era donde su jefe descansaba –Jefe?- llamo asomando su cabeza
Irvine había sido muy generoso aquella noche cuando la encontró escapando nuevamente de su antiguo jefe, por suerte había cierta enemistad en ellos y eso hizo que Irvine la aceptara bajo su protección, solo para quitarle una buena entrada de ingresos a ese idiota que no tenía muchos cojones como para enfrentarse a Irvine, bueno después de todos el tenia uno de los mejores burdeles de la ciudad de parís. ¿Cómo se enfrentaría a el?. Tania estaba bien donde estaba, en algunas ocasiones se metía en problemas, pero fácilmente salía, parecía de alguna forma una hija mimada de aquel cambiaformas, parecía que no, pero los gestos de los dos decían lo contrario, claro esta no era nada carnal ni mucho menos amor, era un cariño y respeto por simplemente tener una deuda aun pendiente.
Aquel día no estaba de un humor respetable, le dolía la cabeza y había peleado con un estúpido ebrio que casi la desnuda en medio del publico mientras iba a ver cómo iba las cosas en el burdel, en ocasiones desaparecía hasta una semana y luego volvía para ver a Irvine hecho un manojo de nervios y muy enojado por su desaparición. Esa vez sí que se había pasado, ya había pasado unos dos meses que no iba al burdel, había hecho una buena ganancia y pudo sobrevivir muy bien con aquello en su bolsillo, además siempre que se levantaba no tenía ganas de moverse de la cama, apenas lo hacía para comer e ir al baño ¿Cómo carajo lo haría al trabajar? Prefiero ni pensar, tenia suficiente dinero para vivir unos meses, cuando se le acabara volvería.
Su dinero había acabado… ahora tenía que volver a trabajar, pero antes debía ver a su lindo jefecito para que no hubiera relativamente problemas cuando estuviera en la noche trabajando. Abrió las puertas del burdel y todos quedaron algo sorprendidos… ¡la latina había vuelto! Por los murmullos parecía que Irvine estaba realmente enojado por su desaparición, pero ella no le hizo mucho caso a aquellos comentarios y siguió caminando hasta llegar a una pequeña habitacion que normalmente era donde su jefe descansaba –Jefe?- llamo asomando su cabeza
Tania Fernandez- Prostituta Clase Baja
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Re: Oye... no mal entiendas estoy agradecida pero cuando no me da la gana no me da la gana [Privado]
-La próxima vez....-Podría hablar para mi mismo que nunca la iba a volver a ver de nuevo, pero enseguida ya no se qué hacer o que. Escuche algo. Bien o podía ser una de mis cortesanas o bien era Tania, aquella en la que me había molestado en recoger de las calles, dándola trabajo y algo de comida dependiendo en lo que ella pudiera apañarse. Daba vueltas sin ton ni son por alrededor de la sala que cada vez o a mi inventiva me parecía cada vez más pequeña. Me acordaría del momento en el que me acorde de Daito, parecía que era ayer cuando me lo encontré, cuando puso un pie en mi despacho. No sabía, pero el tiempo pasa deprisa cuando no te mantienes desocupado.
Quise entender el porqué de la huida si se le podía llamar así. No me parecía un trato justo. De cualquier modo, bien, ahora podría decir que estaba un poco impaciente. Logre calmarme, sentarme en el sillón que tenía delante del escritorio en el que había un montón de papeles sin firmar, sin mirar, un desorden. Estaba harto de tanto papeleo, aunque la verdad lo hacía todo Daito, yo me interesaba de vez en cuando, pero se ocupaba Daito de todo.
¿Qué quería en esta vida?
Quizás nada. Nada en absoluto. De algún modo, necesitaba darme cuenta de que iba a tener que hablar seriamente con la empleada, Tania...latina, ojos ¿Castaños? La verdad, no me fijo mucho en las características femeninas, son todas iguales. Con curvas, senos y un descaro tremendo a la hora de pedir un favor o el fajín de billetes de dentro de la cartera.
Mujeres. ¿Quién las podría entender o al menos, que podrían hacer si les tocara un marido bebedor? Yo tengo la suerte de que ando en el campo de en medio, libertad seguramente, mi corazón es de un lado, al igual que mi cuerpo y mente.
-Quien no aguanta en el primer asalto, no merece amar...-Solté mirando al frente, al cuerpo curvilíneo de Tania, la latina perdida.
Quise entender el porqué de la huida si se le podía llamar así. No me parecía un trato justo. De cualquier modo, bien, ahora podría decir que estaba un poco impaciente. Logre calmarme, sentarme en el sillón que tenía delante del escritorio en el que había un montón de papeles sin firmar, sin mirar, un desorden. Estaba harto de tanto papeleo, aunque la verdad lo hacía todo Daito, yo me interesaba de vez en cuando, pero se ocupaba Daito de todo.
¿Qué quería en esta vida?
Quizás nada. Nada en absoluto. De algún modo, necesitaba darme cuenta de que iba a tener que hablar seriamente con la empleada, Tania...latina, ojos ¿Castaños? La verdad, no me fijo mucho en las características femeninas, son todas iguales. Con curvas, senos y un descaro tremendo a la hora de pedir un favor o el fajín de billetes de dentro de la cartera.
Mujeres. ¿Quién las podría entender o al menos, que podrían hacer si les tocara un marido bebedor? Yo tengo la suerte de que ando en el campo de en medio, libertad seguramente, mi corazón es de un lado, al igual que mi cuerpo y mente.
-Quien no aguanta en el primer asalto, no merece amar...-Solté mirando al frente, al cuerpo curvilíneo de Tania, la latina perdida.
Irvine Sutharlan- Cambiante Clase Alta
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Re: Oye... no mal entiendas estoy agradecida pero cuando no me da la gana no me da la gana [Privado]
Había llegado de unas vacaciones que ella misma se había propuesto y las que no le cayeron nada mal, apenas entro en la habitación se dio cuenta de que su jefe estaba más bien deprimido por algo en su vida personas. Se acerco a él danzando con sus provocativas caderas mientras le miraba, se aproximo a una pared para arregostarse en ese lugar mientras suspiraba para luego mirar al piso. –por eso soy cortesana y no una persona normal que busca amor….- soltó ella mientras le echaba una mirada.
No era buena para cosas del amor… era pésima para las cosas del amor, si le preguntaba si alguna vez se enamoro respondería que no, porque aquel dolor profundo que se siente en el corazón es tan descaradamente fuerte y jodidamente doloroso que no quedaba ganas de sentirlo otra vez, así que la solución más practica era nunca mas enamorarse de otra persona, de ningún hombre o mujer. Si deseabas darle amor incondicional a una persona debía buscarse una mascota.
-¿sufres de desamor…?- pregunto ladeando su cabeza –olvídalo y búscate a un perro- le aconsejo vagamente. Dejo salir una risa juguetona mientras le veía moverse por aquella habitación –pueden hacer lo mismo por ti, además te dan amor… y su amor es mucho mas puro…-
No era buena para cosas del amor… era pésima para las cosas del amor, si le preguntaba si alguna vez se enamoro respondería que no, porque aquel dolor profundo que se siente en el corazón es tan descaradamente fuerte y jodidamente doloroso que no quedaba ganas de sentirlo otra vez, así que la solución más practica era nunca mas enamorarse de otra persona, de ningún hombre o mujer. Si deseabas darle amor incondicional a una persona debía buscarse una mascota.
-¿sufres de desamor…?- pregunto ladeando su cabeza –olvídalo y búscate a un perro- le aconsejo vagamente. Dejo salir una risa juguetona mientras le veía moverse por aquella habitación –pueden hacer lo mismo por ti, además te dan amor… y su amor es mucho mas puro…-
Tania Fernandez- Prostituta Clase Baja
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Re: Oye... no mal entiendas estoy agradecida pero cuando no me da la gana no me da la gana [Privado]
No pude evitar reírme de modo que me sintiera halagado a mí mismo. No sufría de desamor, pero estaba cansado de tantas gilipolleces-Dichosa puta, ¿crees acaso que tengo desamores? –Parecía algo inquieta-¿Sabes dar amor y que no sea solo sexo?-La miraba desde el sillón, con los brazos cruzados sobre el pecho y mirándola sonriente. Me preguntaba qué diría, que quejas o con que saldría-Ponte en la cama como la prostituta...no...-me levante del sillón en el que estaba sentado, me acerque lentamente hasta la cortesana para rodearla la cintura y pegarla contra mi cuerpo, hacer que notara mis caderas contra las ajenas y así poder llevarla contra una pared de la habitación del despacho.
-... ¿sabrás aguantar una semana sin tener sexo?-Iba a ponerla a prueba, acercaba mi rostro hacia el cuello ajeno para poder suspirar sobre la piel de la latina a la vez que interponía una de las rodillas entre las piernas de la mujer-..Ah...vaya...-Levante aquella falda turquesa con rapidez con ambas manos, dejando a la vista la ropa interior de la fémina ante mis ojos y pasar dos o tres dedos sobre la superficie de la braga, notando así su prematura humedad-No estés tan impaciente...-lamí la curvatura de su cuello, sintiendo el sabor de Tania en mis pupilas gustativas, oliendo ese aroma que vestía.
Enseguida me separe de su cuerpo, dejándola prácticamente casi con que la tocara mas. O eso quería hacerme entender. Llegue hasta el cajón del escritorio para coger la pipa que podría haber estado fumando hace un rato-Vienes a por algo... ¿qué quieres?-comencé a encender la pipa sin prisa alguna, esperando lo que me pudiera decir la cortesana-Vamos Tania, no desistas mas...y dime lo que me tengas que decir...-Comenzaba a volver a irritarme, aquel silencio, hasta que la mire y ahí estaba, quieta, seria ¿quizás aturdida?
-... ¿sabrás aguantar una semana sin tener sexo?-Iba a ponerla a prueba, acercaba mi rostro hacia el cuello ajeno para poder suspirar sobre la piel de la latina a la vez que interponía una de las rodillas entre las piernas de la mujer-..Ah...vaya...-Levante aquella falda turquesa con rapidez con ambas manos, dejando a la vista la ropa interior de la fémina ante mis ojos y pasar dos o tres dedos sobre la superficie de la braga, notando así su prematura humedad-No estés tan impaciente...-lamí la curvatura de su cuello, sintiendo el sabor de Tania en mis pupilas gustativas, oliendo ese aroma que vestía.
Enseguida me separe de su cuerpo, dejándola prácticamente casi con que la tocara mas. O eso quería hacerme entender. Llegue hasta el cajón del escritorio para coger la pipa que podría haber estado fumando hace un rato-Vienes a por algo... ¿qué quieres?-comencé a encender la pipa sin prisa alguna, esperando lo que me pudiera decir la cortesana-Vamos Tania, no desistas mas...y dime lo que me tengas que decir...-Comenzaba a volver a irritarme, aquel silencio, hasta que la mire y ahí estaba, quieta, seria ¿quizás aturdida?
Irvine Sutharlan- Cambiante Clase Alta
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Re: Oye... no mal entiendas estoy agradecida pero cuando no me da la gana no me da la gana [Privado]
-al menos se que yo no los tengo- dijo retándolo mientras se quedaba quieta con los ojos entrecerrados. Bostezo demostrando que aquello le aburría considerablemente. Sus palabras no parecían afectarlas, ella sabía lo que era, ella tenía en cuenta que no estaba apta para dar amor, solo tenía que dar un servicio, el abrir las piernas era más fácil de lo que verdaderamente parecía. Su cuerpo se vio envuelto entre sus brazos, por unos segundos se quedo mirándole cuidadosamente mientras sentía sus caderas tan cercas a las de ella, sonreía de forma picara ¿Qué pretendía hacer? Se preguntaba esperando su próximo paso.
Sintió la pared en su espalda y dijo salir una risa altanera y relajada-no sabía que se te ponía dura con una mujer…- dije con veneno mientras sentía su aliento en mi cuello, su voz resonándole en la cabeza. Era atrevido, era sexy, era un buen paquete, debía admitirlo, pero su orgullo siempre iba un poco más allá. Sus labios se relamían de tanta impaciencia que sentía. La presión de su rodilla hacia que sus piernas temblaran, por suerte para ella, el cambiaformas la sujetaba, no sabía que podría pasar si la soltaba. Chasqueo su lengua apenas sintió su húmedo sexo ser descubierta. Era mujer… no peor era cortesana, su cuerpo estaba ya acostumbrado a calentarse cuando apenas le tocaban, no media sexo ni mucho menos status.
Solo estaba jugando, lo sabía, sus clases de juegos eran mucho más complicados de los que las personas creían. Su cuerpo comenzaba a verse afectado por ello, cuando una mujer no tenia acto sexual después de ser excitada también sentía dolor en su aparato reproductor, pero bueno aquello se le quitaría dentro de unos minutos. Se acerco al sillón y le miro, para luego sentarse en el escritorio cruzando las piernas –ahhh… y el ansioso era yo- dijo suspirando levemente -¿no puedo venir a saludar a mi dulce Irvine luego de desaparecer por unas cuantas semanas?- dijo dejando que su cabello callera en su escritorio cuando ella se acostó en este. Siempre era lo mismo, juegos, juegos y mas juegos, no lo trataba como su jefe y mucho menos como su amigo ¿Qué rayos eran? –Oye… he oído que la encargada se ha ido… ¿tienes alguien pensado para el puesto?- se quedo boca arriba en el escritorio para luego sujetarle la pipa y dar una calada –dios eres lento…- dejo que el humo le diera en el rostro mientras ella disfrutaba la vista desde donde estaba.
Sintió la pared en su espalda y dijo salir una risa altanera y relajada-no sabía que se te ponía dura con una mujer…- dije con veneno mientras sentía su aliento en mi cuello, su voz resonándole en la cabeza. Era atrevido, era sexy, era un buen paquete, debía admitirlo, pero su orgullo siempre iba un poco más allá. Sus labios se relamían de tanta impaciencia que sentía. La presión de su rodilla hacia que sus piernas temblaran, por suerte para ella, el cambiaformas la sujetaba, no sabía que podría pasar si la soltaba. Chasqueo su lengua apenas sintió su húmedo sexo ser descubierta. Era mujer… no peor era cortesana, su cuerpo estaba ya acostumbrado a calentarse cuando apenas le tocaban, no media sexo ni mucho menos status.
Solo estaba jugando, lo sabía, sus clases de juegos eran mucho más complicados de los que las personas creían. Su cuerpo comenzaba a verse afectado por ello, cuando una mujer no tenia acto sexual después de ser excitada también sentía dolor en su aparato reproductor, pero bueno aquello se le quitaría dentro de unos minutos. Se acerco al sillón y le miro, para luego sentarse en el escritorio cruzando las piernas –ahhh… y el ansioso era yo- dijo suspirando levemente -¿no puedo venir a saludar a mi dulce Irvine luego de desaparecer por unas cuantas semanas?- dijo dejando que su cabello callera en su escritorio cuando ella se acostó en este. Siempre era lo mismo, juegos, juegos y mas juegos, no lo trataba como su jefe y mucho menos como su amigo ¿Qué rayos eran? –Oye… he oído que la encargada se ha ido… ¿tienes alguien pensado para el puesto?- se quedo boca arriba en el escritorio para luego sujetarle la pipa y dar una calada –dios eres lento…- dejo que el humo le diera en el rostro mientras ella disfrutaba la vista desde donde estaba.
Tania Fernandez- Prostituta Clase Baja
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Re: Oye... no mal entiendas estoy agradecida pero cuando no me da la gana no me da la gana [Privado]
-¿Qué pasa? ¿Quieres llegar a nivel de súper-prostituta?-Le mire con cierto aire repulsivo, pero tenía que admitir que estaba buena la cabrona, maldito aquel que se la llevara al huerto aunque si no fuera por mi lo haría, aunque no, no era mi tipo de mujer extrañamente y bueno, jugaríamos un poco , la llevaría hacia donde yo pudiera verla, tocarla hasta incluso quien sabe que-Mira....Como veo que quieres jugar...-cogí su pipa para demostrarla la poca experiencia que tenía en fumar pipa, la lleve a mi boca para darle una calada y echarle una línea horizontal de humo en su preciosa cara, llevar mis labios a los ajenos y finalmente darla un morreo mientras la tumbaba contra la pluma y la tinta en la que probablemente hubiera metido parte de aquella cabellera castaña que poseía-Oh...posiblemente la tinta de calamar poco salga con este precioso pelo que tiene....-No la deje hablar, tendría que demostrarme cual era merecedora de ese “puesto”
Volvía a besarla, de nuevo, pero con mis manos y ya levantado de aquella trona que utilizaba como sillón, me levante y con mis manos comencé leves masajes sobre pecho y pezones de la cortesana, pellizcando levemente mientras que dejaba una mano libre para coger la pluma de pincel con la que solía practicar parte de mis raíces asiáticas pese a mi apariencia sueca. Cogí el pincel y con suavidad, mientras iba besando el cuello, labios de la cortesana, con instinto iba llevando el pincel a la tinta y de la tinta al lienzo de tez morena y de curvas sensuales de las que se componía “la latina”-Para....-le mordí suavemente el labio inferior, deslizando con suaves trazos sobre el hombro de la cortesana, con suaves y cortos trozos de Kanji japonés iba escribiendo en su cuerpo-....la condiciones que se requieren....-Deslizaba de nuevo el pincel a la tinta, con una mano moví sujetando la pierna a un lado para meterme entre las piernas de la cortesana.
-...Para ser....-lamí su lóbulo izquierdo, con la punta con demora-...la encargada, mano prácticamente derecha del dueño del burdel....-rio algo lascivo y tétrico a su oído-Ósea yo mismo....-Y mordí su cartílago con cierta suavidad para como yo lo hacía, pero tiraba de él hasta que me separe de sus labios, su cuerpo, su oreja y levantaba con una mano la pierna de Tania, cogida del tobillo para deslizar desde el comienzo de sus nalgas hasta su tobillo el pincel en otros mil trazos de kanjis cortos y detallados con estilo, parecía no haber error, parecía que no había perdido mi caligrafía-Ahora podría decirse que para gemir a una mujer, hay que saber leer su cuerpo....-Y sin pudor alguno mordí su muslo interior, que bien no estaba entintando con “tinta de calamar”.
Volvía a besarla, de nuevo, pero con mis manos y ya levantado de aquella trona que utilizaba como sillón, me levante y con mis manos comencé leves masajes sobre pecho y pezones de la cortesana, pellizcando levemente mientras que dejaba una mano libre para coger la pluma de pincel con la que solía practicar parte de mis raíces asiáticas pese a mi apariencia sueca. Cogí el pincel y con suavidad, mientras iba besando el cuello, labios de la cortesana, con instinto iba llevando el pincel a la tinta y de la tinta al lienzo de tez morena y de curvas sensuales de las que se componía “la latina”-Para....-le mordí suavemente el labio inferior, deslizando con suaves trazos sobre el hombro de la cortesana, con suaves y cortos trozos de Kanji japonés iba escribiendo en su cuerpo-....la condiciones que se requieren....-Deslizaba de nuevo el pincel a la tinta, con una mano moví sujetando la pierna a un lado para meterme entre las piernas de la cortesana.
-...Para ser....-lamí su lóbulo izquierdo, con la punta con demora-...la encargada, mano prácticamente derecha del dueño del burdel....-rio algo lascivo y tétrico a su oído-Ósea yo mismo....-Y mordí su cartílago con cierta suavidad para como yo lo hacía, pero tiraba de él hasta que me separe de sus labios, su cuerpo, su oreja y levantaba con una mano la pierna de Tania, cogida del tobillo para deslizar desde el comienzo de sus nalgas hasta su tobillo el pincel en otros mil trazos de kanjis cortos y detallados con estilo, parecía no haber error, parecía que no había perdido mi caligrafía-Ahora podría decirse que para gemir a una mujer, hay que saber leer su cuerpo....-Y sin pudor alguno mordí su muslo interior, que bien no estaba entintando con “tinta de calamar”.
Irvine Sutharlan- Cambiante Clase Alta
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Re: Oye... no mal entiendas estoy agradecida pero cuando no me da la gana no me da la gana [Privado]
Dejo salir una risa al oír aquello, le parecía cómico, gracioso digno de reírse un poco. El humo que le había tirado en la cara la había hecho toser un poco –Tu Pequeño…- susurro mientras tosía un poco más, pero antes de poder insultarlo sus labios fueron atrapado en un apasionante beso que prácticamente la dejo aturdida por unos momentos, bueno por varios en realidad, parecía que Irvine deseaba jugar. Ya se había levantado y comenzaba a tocar los senos de Tania que poco a como se endurecían en su tacto, ella no pudo evitar sentir como su entrepierna comenzaba a calentarse entre mas seguían en aquel acto. -Nhmm….- dejo salir un pequeño quejido al sentir que no le daba ni un momento de respirar, aunque tampoco le importaba, comenzaba a ser divertido sentirse sometida, obligada a seguir su lengua a abrirse cuando este lo ordenaba con firmeza.
La combinación de sus besos con la fría tinta le dejo salir un leve gemido de su garganta, era una sensación extraña, la tinta húmeda y viscosa de calamar se mantenía en su piel al igual que los húmedos labios de Irvine que se apoderaban de los de ella cuando le venía en gana. Sus piernas fueron abiertas mientras no dejaba de sentir el pincel moverse entre su piel. Parecía una bestia jugando con su presa disfrutando cada reacción que provocaba ante ella. Tania no podía dejar de estremecerse por aquella tinta que recorría su cuerpo, que poco a poco comenzaba a llegar hasta sus nalgas. –Tks…- el mordisco en su oreja no le disgusto, pero tampoco le gustaba el tono de voz de aquel hombre, claro era un hombre, era un cortesano como ella, pero el tener que soportar sus juegos era un poco obstinante.
¿Cómo lo soportaba? Simplemente comparaba su vida anterior con esta y se daba cuenta que Irvine estaba siendo tan amable que pudiera decirse que no tenia malicia (algo equivocado y ella sabía que era así). Entrecerró sus ojos disfrutando como las miles de sensaciones invadían su cuerpo mientras el pincel hacia el trazo que aquel hombre deseaba, recorriendo completamente su glúteo hasta pasar por su muslo y seguir así hasta que dejo de sentir el pincel lejos de su piel y un mordisco suave que le hizo cosquillas y a la vez humedecer ya más de lo que estaba. –Entonces… ¿Cuáles son las condiciones para ser una super-puta?- pregunto riendo un poco, le parecía gracioso como aquello sonaba, no tenía la culpa de parecerle ridículo.
¿Por qué quería aquello? En realidad simplemente preguntaba por curiosidad, si él le decía que no o que si era algo simplemente vano para ella, no formaría ningún escándalo, era algo que no le tenía mucha importancia-A ver… seria tu mano derecha ¿cierto?- sujeto el cuello con una de sus manos acercando sus rostros con una sonrisilla traviesa –Mi objetivo sería reguardar tus finanzas, de que todo saliera perfecto y de que las demás no formen escándalos… suena un trabajo duro…- dejo salir un leve suspiro mientras se alejaba de el. Se acostó nuevamente en el escritorio para luego alzar sus partes pintadas y detallarlas un poco –Me pregunto en quien realmente confías y en quien no- susurro recorriendo con su mirada cada una de las trazadas –oh… aquí tu mano tembló- le señalo un trazo algo tembloroso y quebradizo, era minino pero se notaba levemente la imperfección.
La combinación de sus besos con la fría tinta le dejo salir un leve gemido de su garganta, era una sensación extraña, la tinta húmeda y viscosa de calamar se mantenía en su piel al igual que los húmedos labios de Irvine que se apoderaban de los de ella cuando le venía en gana. Sus piernas fueron abiertas mientras no dejaba de sentir el pincel moverse entre su piel. Parecía una bestia jugando con su presa disfrutando cada reacción que provocaba ante ella. Tania no podía dejar de estremecerse por aquella tinta que recorría su cuerpo, que poco a poco comenzaba a llegar hasta sus nalgas. –Tks…- el mordisco en su oreja no le disgusto, pero tampoco le gustaba el tono de voz de aquel hombre, claro era un hombre, era un cortesano como ella, pero el tener que soportar sus juegos era un poco obstinante.
¿Cómo lo soportaba? Simplemente comparaba su vida anterior con esta y se daba cuenta que Irvine estaba siendo tan amable que pudiera decirse que no tenia malicia (algo equivocado y ella sabía que era así). Entrecerró sus ojos disfrutando como las miles de sensaciones invadían su cuerpo mientras el pincel hacia el trazo que aquel hombre deseaba, recorriendo completamente su glúteo hasta pasar por su muslo y seguir así hasta que dejo de sentir el pincel lejos de su piel y un mordisco suave que le hizo cosquillas y a la vez humedecer ya más de lo que estaba. –Entonces… ¿Cuáles son las condiciones para ser una super-puta?- pregunto riendo un poco, le parecía gracioso como aquello sonaba, no tenía la culpa de parecerle ridículo.
¿Por qué quería aquello? En realidad simplemente preguntaba por curiosidad, si él le decía que no o que si era algo simplemente vano para ella, no formaría ningún escándalo, era algo que no le tenía mucha importancia-A ver… seria tu mano derecha ¿cierto?- sujeto el cuello con una de sus manos acercando sus rostros con una sonrisilla traviesa –Mi objetivo sería reguardar tus finanzas, de que todo saliera perfecto y de que las demás no formen escándalos… suena un trabajo duro…- dejo salir un leve suspiro mientras se alejaba de el. Se acostó nuevamente en el escritorio para luego alzar sus partes pintadas y detallarlas un poco –Me pregunto en quien realmente confías y en quien no- susurro recorriendo con su mirada cada una de las trazadas –oh… aquí tu mano tembló- le señalo un trazo algo tembloroso y quebradizo, era minino pero se notaba levemente la imperfección.
Tania Fernandez- Prostituta Clase Baja
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Re: Oye... no mal entiendas estoy agradecida pero cuando no me da la gana no me da la gana [Privado]
Tenia ya a alguien en ese puesto pero el toque femenino de una mujer, no me vendria mal.
Demasiado cierto. ¡Ah! Pero olvidémoslo, por lo menos alguna vez: igual que lo he olvidado esta tarde, cuando los bueyes tiraban lentamente de mi calesa, serpenteando por valles interminables, arrastrándome por laderas interminables, con el susurrante e invisible torrente al fondo, en lontananza, y con sólo los picos grises y rojizos en derredor, escalando hasta esta ciudad de Urbania. Y cuando las enormes montañas cerraron la puesta del sol y los valles se llenaron de sombras azuladas y de niebla, sólo un girón de amenazador humo rojizo se rezagaba entre las torres y cúpulas de la ciudad en lo alto de las montañas Casi estaba seguro de que a cada curva del camino aparecería un grupo de jinetes, con picudos yelmos y calzados claveteados, con sus armaduras y pendones centelleando a la luz del atardecer.
Teniendola hablando del puesto ¿tanto lo queria? Mmm Entonces podria ser de fiar mas no bien la mire con ojos curiosos, volviendola a sentar sobre la mesa del escritorio-Dime preciosa.....Espero que no tengas a nadie detras que quiera el puesto-La mire y me quede mirando aquel caracter que habia dicho que habia temblado en hacerlo. Era una mujer prosaica, pero entonces, al mirar a su alrededor, quedó más perpleja delo que estimaba ser capaz tras las huellas de su larga experiencia de la vida, viendo la mancha amarillenta sobre la repisa de mármol de la chimenea, la rasgadura en el papel que cubría la pared donde siempre golpeaba el pomo cada vez que la puerta se abría bruscamente.
Demasiado cierto. ¡Ah! Pero olvidémoslo, por lo menos alguna vez: igual que lo he olvidado esta tarde, cuando los bueyes tiraban lentamente de mi calesa, serpenteando por valles interminables, arrastrándome por laderas interminables, con el susurrante e invisible torrente al fondo, en lontananza, y con sólo los picos grises y rojizos en derredor, escalando hasta esta ciudad de Urbania. Y cuando las enormes montañas cerraron la puesta del sol y los valles se llenaron de sombras azuladas y de niebla, sólo un girón de amenazador humo rojizo se rezagaba entre las torres y cúpulas de la ciudad en lo alto de las montañas Casi estaba seguro de que a cada curva del camino aparecería un grupo de jinetes, con picudos yelmos y calzados claveteados, con sus armaduras y pendones centelleando a la luz del atardecer.
Teniendola hablando del puesto ¿tanto lo queria? Mmm Entonces podria ser de fiar mas no bien la mire con ojos curiosos, volviendola a sentar sobre la mesa del escritorio-Dime preciosa.....Espero que no tengas a nadie detras que quiera el puesto-La mire y me quede mirando aquel caracter que habia dicho que habia temblado en hacerlo. Era una mujer prosaica, pero entonces, al mirar a su alrededor, quedó más perpleja delo que estimaba ser capaz tras las huellas de su larga experiencia de la vida, viendo la mancha amarillenta sobre la repisa de mármol de la chimenea, la rasgadura en el papel que cubría la pared donde siempre golpeaba el pomo cada vez que la puerta se abría bruscamente.
Irvine Sutharlan- Cambiante Clase Alta
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Re: Oye... no mal entiendas estoy agradecida pero cuando no me da la gana no me da la gana [Privado]
Jugar con Irvine era divertido, era una persona que podría verse un poco malhumorada y peligrosa, de alguna forma lo era… pero… todos en esos lugares tenían historias y el no era la excepción, eso era lo divertido, que él no era una persona común sin ningún tipo de crimen, era como ellas y por eso de alguna forma entendía bien lo que sucedía con sus cortesanas.
-No lo quiero- dijo cuando fue sentada en el escritorio. Se atrevió a rodearle el cuello de forma sugerente mientras comenzaba a acercarse cada vez más a su rostro de forma traviesa y picara-Pero quiero el puesto por el simple hecho de darte las gracias por rescatarme de mi antiguo jefe- dijo sonriendo ampliamente. Comparado el anterior, Irvine era una persona tan amable que si no fuera un cortesano le quedaría bien ser un santo… pero claro solamente en comparaciones, pues de santo no tenía nada.
Soltó el cuello del cámbiate para luego dejarla detrás de su espalda para apoyarse en el escritorio, con una mirada divertida en donde se dibujaba una amplia sonrisa carmesí –y dime… ¿está libre no?- pregunto entre su leve susurro-¿Qué tengo que hacer para ser la mano derecha del hombre que más quiero en este mundo?- dejo salir una leve risa. Si… le quería, pero no de manera sexual ni mucho menos amorosa ¡que dios la ampare si en algún momento se enamoraba de un culo como él! Pero debía admitir que era una de las pocas personas (para no decir única) que de verdad tenía un sentimiento dulce y lindo… le tenía cariño y lo quería como un hermano, un tío o algún otro de aquellos familiares que en su consiente ya no existen.
-No lo quiero- dijo cuando fue sentada en el escritorio. Se atrevió a rodearle el cuello de forma sugerente mientras comenzaba a acercarse cada vez más a su rostro de forma traviesa y picara-Pero quiero el puesto por el simple hecho de darte las gracias por rescatarme de mi antiguo jefe- dijo sonriendo ampliamente. Comparado el anterior, Irvine era una persona tan amable que si no fuera un cortesano le quedaría bien ser un santo… pero claro solamente en comparaciones, pues de santo no tenía nada.
Soltó el cuello del cámbiate para luego dejarla detrás de su espalda para apoyarse en el escritorio, con una mirada divertida en donde se dibujaba una amplia sonrisa carmesí –y dime… ¿está libre no?- pregunto entre su leve susurro-¿Qué tengo que hacer para ser la mano derecha del hombre que más quiero en este mundo?- dejo salir una leve risa. Si… le quería, pero no de manera sexual ni mucho menos amorosa ¡que dios la ampare si en algún momento se enamoraba de un culo como él! Pero debía admitir que era una de las pocas personas (para no decir única) que de verdad tenía un sentimiento dulce y lindo… le tenía cariño y lo quería como un hermano, un tío o algún otro de aquellos familiares que en su consiente ya no existen.
Tania Fernandez- Prostituta Clase Baja
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Re: Oye... no mal entiendas estoy agradecida pero cuando no me da la gana no me da la gana [Privado]
Menuda picola...
Con un movimiento rápido la tome de las caderas para así poder tumbarla en el escritorio y comenzar a deslizar mis manos suavemente por la piel entintada de la latina, la miraba a los ojos fijamente para mientras me acercaba, me metía entre sus piernas, tumbándome sobre ella lentamente-....¿Que se te ocurre?-Su piel sentiría el escalofrió de mil espadas clavándose sobre su pecho, una de mis manos fueron al sostén que le cubría sus senos a los que comencé a mover lentamente, mirándola fijamente con una sonrisa coqueta y divertida que animaba a algo más que unas risas.
Masajeando su seno poco a poco me iba acercando cada vez más a su cuerpo hasta tenerla debajo mía, hice que nuestros centros coincidieran- La vida es una prueba Tania, pasaste la de ese cabro que parecía mantenerte de esclava...una cortesana no es una esclava, ella sirve, pero no...Mantiene sirviendo...no sé si me entiendes...-me quede mirándola fijamente, poniendo las manos a ambos lados, mirándola con curiosidad.
Mis manos cogieron los tirantes del traje que traía Tania puesto y los baje hacia abajo, dejando ver más carne de su piel-...La piel de una mujer es como la más delicada flor...hay que cuidarla ¿no es cierto? –me la quede mirando fijamente, acerque mis labios a los ajenos para arrebatarle un beso pasional, comenzando a mover mis manos por esas insinuantes caderas que momentos después, comencé a separarme de ella lentamente, tomándola de las manos y bajándola del escritorio con suavidad.
-Quiero ver en realidad como trabajas....-me fui hacia un sofá mientras le miraba desafiante, me senté recargado contra el respaldo del sofá-...Vamos ¿acaso tienes miedo? –le mire a aquel cuerpo y después terminando en sus ojos- No lo tomes a mal...no te echare a la calle...no a alguien a quien creo que hacer llegar más clientes a este burdel...que cualquier otra cortesana...-me halagaba tenerla en el burdel.
Con un movimiento rápido la tome de las caderas para así poder tumbarla en el escritorio y comenzar a deslizar mis manos suavemente por la piel entintada de la latina, la miraba a los ojos fijamente para mientras me acercaba, me metía entre sus piernas, tumbándome sobre ella lentamente-....¿Que se te ocurre?-Su piel sentiría el escalofrió de mil espadas clavándose sobre su pecho, una de mis manos fueron al sostén que le cubría sus senos a los que comencé a mover lentamente, mirándola fijamente con una sonrisa coqueta y divertida que animaba a algo más que unas risas.
Masajeando su seno poco a poco me iba acercando cada vez más a su cuerpo hasta tenerla debajo mía, hice que nuestros centros coincidieran- La vida es una prueba Tania, pasaste la de ese cabro que parecía mantenerte de esclava...una cortesana no es una esclava, ella sirve, pero no...Mantiene sirviendo...no sé si me entiendes...-me quede mirándola fijamente, poniendo las manos a ambos lados, mirándola con curiosidad.
Mis manos cogieron los tirantes del traje que traía Tania puesto y los baje hacia abajo, dejando ver más carne de su piel-...La piel de una mujer es como la más delicada flor...hay que cuidarla ¿no es cierto? –me la quede mirando fijamente, acerque mis labios a los ajenos para arrebatarle un beso pasional, comenzando a mover mis manos por esas insinuantes caderas que momentos después, comencé a separarme de ella lentamente, tomándola de las manos y bajándola del escritorio con suavidad.
-Quiero ver en realidad como trabajas....-me fui hacia un sofá mientras le miraba desafiante, me senté recargado contra el respaldo del sofá-...Vamos ¿acaso tienes miedo? –le mire a aquel cuerpo y después terminando en sus ojos- No lo tomes a mal...no te echare a la calle...no a alguien a quien creo que hacer llegar más clientes a este burdel...que cualquier otra cortesana...-me halagaba tenerla en el burdel.
Irvine Sutharlan- Cambiante Clase Alta
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Re: Oye... no mal entiendas estoy agradecida pero cuando no me da la gana no me da la gana [Privado]
Las manos de Irvine eran suaves, sabían donde tocar y cuando hacerlo, Tania sonrió de forma picara mientras ella de forma casi sumisa se quedaba en aquella posición mientras el encima de ella comenzaba a hacer sus primeros movimientos mientras Tania le examinaba detenidamente… ohh… debía llamarlo el príncipe de todo aquello. Miro donde tenía la mano aquel hombre y sonrió levemente mientras escuchaba las palabras, así que le dedico totalmente su atención a los ojos de su jefe mientras este se dedicaba a hablarle de forma seria. Miro de reojo como este bajaba el tirante de su vestido, dejando sus hombros libres y descubiertos, solamente para el por esa noche.
Sus labios llegaron por fin a los de ella, Tania los acepto sin ningún problema, no porque buscaba aprovecharse de una situación en donde su sensualidad comenzara a ser un arma esencial, la razón era simple, era divertido provocar tensión sexual, los dos lo sabían, era divertido probar a las personas y los dos de cierta forma lo estaban haciendo, cada uno ponía a prueba sus encantos con movimientos seductores y provocativos para que cada uno cayera en la redes del otro. Como siempre era un caballero, se separo lentamente de ella mientras le ayudaba a bajar del escritorio, Tania se limpio con su dorso un poco sus labios, para luego humedecerlos con su lengua en una leve pasada mientras veía los movimientos de su jefe que llegaba a sentarse en el sofá con aquel aire de superioridad que siempre había tenido.
-¿Echarme tu?- dejo salir una risilla –sabes que no puedes hacerlo, traigo buenos clientes- dijo confiada mientras con un movimiento leve de caderas comenzaba a acercarse al sofá en donde aun permanecía Irvine tranquilo. Se acerco lo suficiente como para estar al frente de el, se arrodillo quedando al nivel de sus caderas –Bueno comenzaremos de abajo hacia arriba- susurro mientras con sus manos escurridizas buscaban el cierre de su pantalón para luego dejar en descubierto el sexo del cambiante.
La cortesana no espero algún tipo de permiso para buscar meter aquel miembro a su boca, jugaba con su lengua de un lado a otro mientras con su otra mano libre acariciaba lo que no podría aun llegar a introducirse completamente, lentamente lo saco relamiéndose los labios como si aquello fuera lo más delicioso que había probado en su vida, miro de reojo al cambiante para luego sonreír de forma picara antes de volver a introducir todo su sexo en su boca sin dejar ningún espacio afuera o que sus labios no hubiesen tocado. Si deseaba ver las habilidades de aquella cortesana, ella le mostraría todas mas una de sus armas, solamente debía quedarse quieto y disfrutar la atención gratuita que ella podría ofrecerle.
Sus labios llegaron por fin a los de ella, Tania los acepto sin ningún problema, no porque buscaba aprovecharse de una situación en donde su sensualidad comenzara a ser un arma esencial, la razón era simple, era divertido provocar tensión sexual, los dos lo sabían, era divertido probar a las personas y los dos de cierta forma lo estaban haciendo, cada uno ponía a prueba sus encantos con movimientos seductores y provocativos para que cada uno cayera en la redes del otro. Como siempre era un caballero, se separo lentamente de ella mientras le ayudaba a bajar del escritorio, Tania se limpio con su dorso un poco sus labios, para luego humedecerlos con su lengua en una leve pasada mientras veía los movimientos de su jefe que llegaba a sentarse en el sofá con aquel aire de superioridad que siempre había tenido.
-¿Echarme tu?- dejo salir una risilla –sabes que no puedes hacerlo, traigo buenos clientes- dijo confiada mientras con un movimiento leve de caderas comenzaba a acercarse al sofá en donde aun permanecía Irvine tranquilo. Se acerco lo suficiente como para estar al frente de el, se arrodillo quedando al nivel de sus caderas –Bueno comenzaremos de abajo hacia arriba- susurro mientras con sus manos escurridizas buscaban el cierre de su pantalón para luego dejar en descubierto el sexo del cambiante.
La cortesana no espero algún tipo de permiso para buscar meter aquel miembro a su boca, jugaba con su lengua de un lado a otro mientras con su otra mano libre acariciaba lo que no podría aun llegar a introducirse completamente, lentamente lo saco relamiéndose los labios como si aquello fuera lo más delicioso que había probado en su vida, miro de reojo al cambiante para luego sonreír de forma picara antes de volver a introducir todo su sexo en su boca sin dejar ningún espacio afuera o que sus labios no hubiesen tocado. Si deseaba ver las habilidades de aquella cortesana, ella le mostraría todas mas una de sus armas, solamente debía quedarse quieto y disfrutar la atención gratuita que ella podría ofrecerle.
Tania Fernandez- Prostituta Clase Baja
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