Una fuga premeditada (In Gladius Dei) {Privado}

por **Papa Borgia** Dom Jun 10, 2012 4:08 pm

Bendito sea Dios. El que nos conforta en toda prueba, para que también nosotros seamos capaces de confortar a los que están en cualquier dificultad.

2 Corintios 1,3-4

Una fuga premeditada (In Gladius Dei) {Privado} 9sqm4j

¿Quiénes pueden hacer la misión de Dios? Sólo sus ángeles. ¿Quiénes pueden hacer la misión del Papa? Sólo sus Inquisidores y qué mejor que ayudados por algunos cazadores dispuestos a erradicar del mundo toda presencia sobrenatural y la noche de hoy no es la excepción, llamados al Vaticano donde el mismísimo Santo Padre les encomendó permanecer hasta entregarles sus misiones. En las catacumbas se encuentra un vampiro pocas veces visto, tras enormes torturas a las cuales fue sometido, empezó a decir nombres. Primero, Jaqueline, una vampiresa que siempre se encontraba en casa de sus amantes, pero lo difícil fue descubrir en cuál de todas puesto que los rolaba noche con noche hasta que por fin, la descubrieron y destruyeron. Difícil fue pues, lograr estacarla hasta que no hubo otra opción que quemarla en las llamas del infierno. No es que la Inquisición tuviera los medios para deshacerse de ella, si no que sin la información prudente que el vampiro proporcionó, no habrían logrado saber su modus operandi.

Luego, vino el caso de Anton Montierre, un niño que aparentaba 10 años, cuando en realidad tenía más de 200, que siempre utilizaba los parques para secuestrar a pequeños de su edad o más jóvenes y beber de ellos por completo. La Inquisición sabía de su existencia, pero no la apariencia física que tenía, un dato que el prisionero entregó con una facilidad pasmosa en el instante en que se le presionó lo suficiente para que entendiera la realidad de su condición física y mental. Los Inquisidores que al paso de los años habían caído presas de este individuo, fueron vengados en el instante en que todo un grupo de 20 soldados de Dios hicieron su aparición en el parque al cual ahora el vampiro frecuentaba. Cierto que la lucha fue encarnizada, que sólo regresaron 4 de los 20, pero... consumada la muerte del maldito vampiro estaba. No volvería a robarse a los niños ni a caerle de sorpresa a algún transeúnte ignorante.

Y ahora, caía un nombre más... Domingo De la Vega, pero lo peor no era el saber que había sido el creador de este soplón, si no la cruenta realidad de conocer que la Inquisición no sabía absolutamente nada de él. ¿Quién entonces era? ¿Su nombre era falso? Pero al presionar más al vampiro éste dijo una y otra vez que no lo reconocía con otro nombre. ¿Qué hacer cuando los espías fallaron y los bibliotecarios no tenían más noticias sobre él? Al Papa se le ocurrió una idea y por ello mismo conjuró a los dos Inquisidores en quienes confiaba para esta misión. Aunque realmente tenía que decir que los ponía a todos a prueba, incluida la Cazadora que se les unía. Silver dirigiría la misión, pero las palabras fueron contundentes:

- Que no quede duda, este vampiro será soltado sólo con una intención: que les lleve hacia Domingo De la Vega, en el instante en que ubiquen a ese maldito, entonces su progenie deberá ser destruída. Atraerán la atención de este engendro del demonio sobre ustedes, lo cual será perfecto. Tienen que atraerlo hacia Venecia donde los Inquisidores haremos un frente común y lo destruiremos ahí. Sí, son el anzuelo, pero quiero a ese soplón muerto para que no vaya a aliarse y en lugar de tener que destruir a uno, tengamos que pelear por nuestras vidas si es que junta a más condenados. Espero quede claro. Silver, será el guía, obedézcanlo y sobre todo, no me defrauden - así, el Papa dejaba en libertad a un grupo cuya meta era muy sencilla: perseguir al vampiro hasta que les llevara a Domingo.

En su oportunidad, escondidos en las sombras, miraron cómo el vampiro salía de la catacumba siendo liberado con el pretexto de una cacería de entrenamiento. Es más que obvio que se les escapó, pero para eso estaban los tres miembros de esta partida. Para que le persiguieran... para que le acorralaran y cuando sea prudente, le destruyeran. Ahora están los tres fuera del Hotel Des Arenes, donde saben que el vampiro se refugió en su búsqueda por Domingo. ¿Cuál será la vía de ataque? ¿Tendrán las agallas para llevar a cabo su misión? ¿O será acaso que no pueden confiar en los otros y por lo tanto, se pongan trampas todo el tiempo? Y lo más importante: ¿Quién se llevará la la gloria del reconocimiento por la destrucción del soplón ante los ojos del Papa?

por **Solomon Vasari** Mar Ago 07, 2012 9:36 pm

Era un noche fría para la época del año que trancurría en aquellos momentos, él siempre armado y esta vez bien abrigado con su gabardina de estilo antiguo y fuera de tiempo, se encamino a lo que sería su siguiente caza, pero este trabajo tenía una importancia mucho mayor que alguna que hubiese tenido en sus manos, era de la Inqusición aquel mandato, nunca había sido un hombre religioso hasta que su vida sufrio las alteraciones que hoy le hacen ser quién es, su juramento estaba hecho sobre una tumba, sobre el nombre de lo que alguna vez amo y considera que fue obra divina que el cotinuase con vida a la edad que ahora posee y es en esta oprtunidad que le dará gracias con creces al cielo por todo de lo que le ha salvado.
Solomon es un hombre cuyo mayor deseo ha sido extiminar a todos los seres endemoniados que terminaban arrebatando lo mejor que los humanos pudiesen poseer: La vida.
Habían pasado ya sus años como un joven cazador, ahora la experiencia y la sed que no había podido satisfacer lo llavaron hasta el punto de ser un soldado más bajo el mando del Santo Padre, aunque apenas se les unía en sus ojos castaños podía notarse el odio con el que vivía y dejaba salir cuando se le mencionaba la palabra "Vampiro", apretaba los puños y arqueaba las cejas y en su mente no hacia más que recordar cual era el objetivo por el que había desperdiciado la mayor parte de su vida.
El sabía que era una misión importante y que requeria de ser astuto y de confianza a los otros si se quería sobrevivir todo el tiempo, cuando las ordenes fueron dadas por el sumo pontifice, Solomon cual caballero y costumbres antiguas que aún llevaba a la práctica, puso su mano ya algo maltratada por las cicatrices de sus cazas en su pecho e inclino la cabeza en señal de sumisión y lealtad -Así se hará Santo Padre, todo a quedado claro y sera cumplido- espero a que los otros siguieran su paso y fue detrás de ellos.
-Que Dios nos ayude- dijo mientras en su mano sostenía el camafeo que portaba las pinturas de aquellas dos personas que esos monstruos le arrebataron: su bebé y su esposa, razones suficientes y poderosas para realizar ese dificil trabajo y declarar una victoria más en el nombre del Señor.
Ahora su siguiente objetivo era Domingo de la Vega, darle fin se decía facil, pero al llevarlo a cabo ¿Lo será?, Solomon tenía sus dudas, debe diciparlas por el bien de todos los que integraban este grupo, la desconfianza antes de volar nunca es buena, es mejor según decía en su pensamiento dejarselo todo al destino.

por **Gideon Stark** Jue Ago 23, 2012 9:24 pm

La noche, larga condena que Gideon arrastraba año tras año, siglo tras siglo... ninguna había sido diferente a excepción de la que se comenzaba a asomar por los horizontes, si era completa y totalmente distinta pues el Santo Padre le había llamado para un encargo muy especial, su cuerpo yacido muerto y pálido se sentía vivo de nuevo cuando de la Iglesia y de Dios se trataba, nadie sabía el porque de su sentir, solo él en su mente rogaba al Señor que por esta buena acción le diera el perdón eterno y la entrada en los cielos.
Sintió una gran sorpresa al ver que no era el único involucrado en ese asunto, el joven estaba acostumbrado desde siglos a trabajar solo, a vivir su independencia, jamás llego a suponer que tendría compañia y menos en una situación tan secreta como aquella.
Un cazador se hayaba entre el grupo, era ya algo viejo para aquellas andansas y sin embargo parecía jovial y fiel hacia el Sumo pontifice, Gideon recargado en una oscura esquina le examinaba cada movimiento, cada mirada y cada imprfección de su rosada piel, sentía desconfianza, siempre la tenía con todo el que estuviera a su alrededor.
Suspirando se cruzo de brazos y mantuvo sus ojos cerrados hasta que quién era representante de Dios en la tierra teminará de dar las instrucciones propias de la misión, al mostrarse ante la luz olvidando aquel privado espacio se veía en su postura la tranquilidad propia de Gideon, que en ocasiones le hacía parecer al ojo ajeno como un hombre desinteresado, pero si algo se debe de saber de él es que en su silencio estan sus palabras, sus opiniones, pensamientos y oraciones << Como me averguenza ser de la misma estripe del monstruo ese al que soltarán >> pensaba en silencio, mientras sus puños se cerraban cada vez más, esas manos blanquesinas y frías mostraban la propia repugnancia que su dueño tenía a los condenados << Con gusto yo seré el que le mate, ya no debe haber más condenados, no hay lugar para quienes son los hijos de demonio >> seguía en su pensamiento, mientras el cazador hablaba con lealtad y con un rencor desmedido.
-Este seguro que de mí no tendrá queja, sus ordenes para mí han quedado claras, soy un soldado de Dios y obedezco cual cordero a su pastor- hizo una leve reverencia, miro a su compañero de forma seria y llena de odio, a él no le dijo nada, solo fue en busca de la salida encaminandose hacia su destino final, el rosario en la mano y el padre nuestro en la mente, para él ya no había más distracción, el grupo ya iba encaminado hacia su objetivo sin opción a dar vuelta atrás, el camino se hacia más corto, ya de pronto todos se encontraban entre las sombras, observando cuál cazadores como el ave abandonaba el nido, los ojos fijos en ese ser que corrio hacia quién debe ser llevado ante la justicia del Señor.
Ahora el Hotel Des Arenes era el escenario, en su silencio Gideon seguía implorando protección y bendición -Mantenerlo con nosotros y traerlo hasta la inquisición, nada más importa- susurro para si mismo dentro de su oración, miro hacia atrás viendo a sus compañeros -Suena fácil, desgraciadamente nada esta escrito-.

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