Children's games [Libre]

por **Mara Kennie D'Argouges** Jue Jun 28, 2012 10:35 pm

Mantenerla quieta era algo para titanes, era una niña tan llena de vida que apenas resistía estar por dos minutos quieta, además añadiendo que era un vampiro con suficiente poder como para matar a un adulto de 30 años hacia más dificultoso su educación y su cuidad, Benlovio era muy sobreprotector con ella y Shinue muy consentidor, eran los padres perfectos, cariñosos, estrictos, los dos se balanceaban perfectamente.

No había una noche en la cual Mara saliera con algo más, sus vidas estaban llena de alegría, gracias a la pequeña, aunque en ocasiones le viera algo deprimida y hasta apática con Benlovio , con Shinue era un amor completo, había prometido que no le haría daño a ningún gitano todo porque su papa era uno de ellos, aunque a los inquisidores aun le tenía un poco de molestia, por eso no se llevaba muy bien con su otro padre. En fin, el cuento de hadas de esta pequeña estaba comenzando.

Como toda pequeña princesa le gustaba hacer travesuras, su padre Benlovio la sacaba en ocasiones pasear, pero cuando él no estaba ¿Quién la cuidaba distraía? No le gustaba molestar a Shinue, el debía dormir por la noche, así que aprovechaba que Benlovio para escaparse y salir a las calles de parís. Era una chica que podía morir de miedo si se encontraba con algo peligroso, por eso procuraba mantenerse cerca de la presencia de Benlovio, para que, cuando gritara el pudiera venir a socorrerla. Así es, estaba mal acostumbrada, no podía hacer nada por sí sola, se sentía indefensa si no estaban cerca de ella, sentía que algún cazador podía hacerle daño, todo por culpa de su anterior experiencia, aun así, la necesidad de ser independiente la consumía, por esa razón salía de casa sin que nadie lo supiera, porque estaba 100% segura de que si Benlovio la veía salir sola no la dejaría y estaría cerca de ella siempre sin despegarse ni un momento y eso le molestaba tanto que buscaría la forma de verlo enojado…

No deseaba pensar en Benlovio y el regaño que recibiría si no llegaba a casa antes de las tres, (era cuando Shinue despertaba casi siempre). Comenzaba a disfrutar aquella noche, ya había cazado unas dos ancianas que salían de la catedral, ahora se guiaba por sus odios, buscaba algún corazón latente para seguir jugando a la inocente niña con ellos. Encontró a una pareja de amantes luego de mucho caminar, no se acordaba exactamente donde estaba pero apenas vio a la pareja sintió un hambre desprenderse de su garganta –Madame…- chillo alto para que la joven mujer se acercara. La mujer la miro. Había caído

Cayo al suelo con su lindo vestido azul, mientras gimoteaba falsamente, la mujer se había acercado para luego el hombre seguirla, los dos se miraron y le hicieron unas series de preguntas, el hombre parecía no muy confiado pero la mujer le acariciaba su hermoso cabello mientras la acurrucaba en sus gruesos brazos, dejando que el rostro de Mara cayera en su blando y jugoso pecho, en donde podía oler la sangre, se relamió sus labiecitos mientras esperaba que realizaran alguna acción… la habían llevado a su casa, habían dicho que llamarían a la policía mañana por la mañana, lástima que ellos ya estarían muertos para entonces.

La habían dejado en una cama repleta de muñecas de porcelanas, la mujer se percato del disgusto de Mara por aquellas muñecas, pero eran de la mujer así que no hizo mucho caso, espero que ella saliera para que luego entrara el hombre, primero acabo con él. Aquel desgraciado tenía el mal hábito de tocar a las pequeñas niñas, apenas Mara sintió la mano de aquel hombre entrar por debajo de las sabanas sintió que él buscaba otro juego, que terminaría mal, ella se dejo hacer hasta cierto punto, luego de un momento improvisto le sujeto con sus manitas y le termino de clavar sus labios en su cuello… luego vino la mujer, dejo al hombre en aquel cuarto, para saltar de la cama e ir hasta donde estaba la mujer, ella se encontraba sentada en una gran mueblo cerca de la chimenea, ella se acerco sigilosamente, mientras veía como la mujer quedaba un poco extrañada.

-No tengo sueño…- susurro la niña mientras se aproximaba a donde la mujer, está llena de amor la abrazo dejando que ella se acomodara en su regazo. Mara la miro por unos segundos, varios minutos pasaron, le dio un beso en los labios, luego como si nada hubiera pasado se aproximo a su cuello y enterró sus colmillos en la piel lozana de la mujer…

¡Qué divertido y siniestro había sido eso! Salió con su mismo vestido hacia afuera, miro hacia los lados mientras dejaba aquella casa que contenía los dos cadáveres, acomodo su ropita y comenzó a caminar lejos de esa casa mientras tarareaba un melodía algo melancólica… esas eran las travesuras que hacia la pequeña Mara ¿Qué dirá un adulto si supiera sobre ello?.

por **Dalton Spitz** Jue Jun 28, 2012 11:31 pm

No hacia ni una semana que había llegado. Italia, Marruecos, España y ahora París esa había sido la ultima ruta que ambos habíamos hecho en los últimos meses, ya hace unos cuantos años que habíamos dejado nuestro pasado atrás en Alemania y ahora simplemente nos dedicábamos a ir de un lado al otro del mundo como un par de vampiros nómadas que no tienen casa y deben cambiar de lugar constantemente, en realidad es así, parecemos animales sin rumbo que buscamos solamente la diversión y dar rienda suelta a todas nuestras perversidades a la hora de cazar. Esta ciudad tiene algo de especial que no tienen las demás, eso había sido lo que mi pequeña y entrepida compañera de viaje me había dicho pero yo realmente no encontraba nada de especial por aquí, era todo igual, humanos por un lado humanos por el otro preocupados por sus miseras vidas ajenos a que en realidad muchas de sus estúpidas y patéticas vidas dependen de nosotros, somos superiores y podemos arrebatarles el poder de vivir cuando se nos antoje, somos niños caprichosos, ambos ademas y no creo que tardemos mucho en sembrar el caos por aquí, al fin y al cabo es lo único que se nos da bien.

Esa noche había decidido salir por mi cuenta a dar una vuelta por ahí, no quería que la enana me acompañara por que empezaba a estar un poco agotado de sus exigencias, aveces se le olvidaba quien mandaba aquí y quien era su maldito creador. Caminé, caminé sin rumbo pues no conocía este lugar y dar una ronda nocturna me ayudaría para futuras noches donde de verdad me lo pasaría en grande, no tenia planes de matar hoy, no a muchos humanos al menos tampoco podía negar que si se me daba la ocasión perfecta para desgarrar a alguno no iba a negarme, soy juguetón y me encanta engañarles para después quitarles la vida, sus caras son así como muy épicas.

Me encontraba en una calle, ni idea de donde estaba situada exactamente pero era una calle oscura, larga ademas y pude ver como una de los míos entraba en casa de unos humanos, era pequeña como yo, quiero decir aparenta ser una mocosa como yo, es curioso por que a lo largo de estos años no es que haya conocido a mucha gente que como a mi nos persigue la maldición de quedarnos eternamente encerrados en un cuerpo minúsculo y tan lleno de desventajas, oh si muchos dirán que es toda una ventaja ser tan pequeño y rápido pero no, esto tiene mas desventajas que desventajas, no me ha quedado mas remedio en todo este tiempo que aceptarme, aceptarme tal y como soy, ademas no sé ni por que puedo llegarme a comer la cabeza tanto pues soy un puto depredador y me encanta engañar a los humanos con mi apariencia.

De un salto subí hasta uno de los tejados de una casa, esperaría, esperaría hasta que ella saliese del lugar, no creo que tardase mucho en devorar a los humanos de la casa, en realidad no solemos tardar por que somos así, avaros, muy avaros y lo queremos todo, queremos toda su sangre cuanto antes, somos crueles y despiadados, nos encanta infligir dolor. Tic toc, tic toc. Finalmente salió, allí estaba, de un nuevo salto me dejé caer justamente detrás suyo, quizás la asusté, no era mi intención pero quería advertirle que no era la única colmillitos de la zona.

-¿Está usted divirtiéndose joven dama? - Pregunté con una gigantesca sonrisa picara de un lado de la oreja al otro esperando pues su reacción, no conozco a los vampiros de por aquí y no sé como se las traen pero estoy seguro que a ser un completo chico duro no me gana nadie -Quizás pueda unirme a su particular cacería, a mi también me gusta jugar - Avancé, lentamente, pocos pasos hasta ella sin dejar de sonreír, cuando todavía era un humano y mi madre vivía siempre me dijo que tenia la sonrisa mas bonitas del mundo, tendrá razón por que cuando acabé con ella lo ultimo que vio fue eso, mi pálido y angelical rostro sonriendo.

por **Mara Kennie D'Argouges** Mar Jul 17, 2012 10:59 am

¿Cómo era encontrarse con alguien igual a ti? Era excitante y fascinante. Los ojos de Mara se encontraban muy brillosos, no podía evitar demostrar aquella emoción que en sus mejillas rebozaban, pero también mostraba cierto recelo y desconfianza, se movía de un lado a otro, alejándose de aquel niño, siendo cuidadosa mientras este hablaba. Sonrió mientras lo miraba -¿está seguro que desea eso?- pregunto con su dulce y melodiosa voz –tal vez le parezca un poco infantil- se inclino muy cerca de el, mirándolo con otra sonrisa que ella depositaba, un poco mas vivías y más confiada.

Dio media vuelta y comenzó a dar salticos mientras tarareaba una canción en su idioma natal, seguía en esas intenciones, giro su rostro y encontró aun el chico parado, le realizo una señal para que la siguiera, cuando vio reacción comenzó a caminar mientras vigilaba que nadie más estuviera siguiéndolos. Estaba segura que su padre estaría muy pronto cerca reprendiéndola por haberse ido así, pero bueno no importaba, en estos momentos tena a una persona más para divertirse –¿De dónde eres?- pregunto Mara curiosa -¿Cuántos años tienes? Te vez más viejo que yo- dijo con sinceridad, ella podía notar que la matiz de su piel era casi igual a la de su padre, eso quería decir que era más viejo.

El rostro de la pequeña giro, escucho algunos gemidos provenientes de un oscuro callejón lleno de basura y enfermedades… ¡comida! Pensó mientras comenzaba a dirigirse hacia ese lugar junto con su nuevo compañero. Había un hombre quien disfrutaba el coño de alguna cortesana. Mara fue la primera en asomarse, podía ver el gesto de dolor de la mujer mientras aquel hombre metía su apéndice en aquel interior que comenzaba a dilatarse cada vez mas… ¿madre..? Aquellos gemidos eran iguales a los de su madre cuando ella se encontraba en el granero con alguno de los huéspedes… odiaba aquellos gemidos, la ponían de mal humor, por el simple hecho de recordar el pasado.

No era bueno ver a Mara enojada, sin prevenir nada, ni quien era aquel hombre que estaba embistiendo a la cortesana se acerco a ellos, la mujer que estaba pegada a la pared la pudo visualizar bien, le daba golpes en el hombro al hombre para que se detuviera pero este no le prestaba atención, es mas comenzaba a embestirla con más fuerza haciendo que los gemidos fueran más sonoros y así provocando mas ira en Mara, quien no había dicho ninguna palabra ni había volteado a ver donde se había quedado su compañero. Toco al hombre y este giro su rostro de pocos amigos hacia ella Mara lo miro como el pequeño demonio de la muerte que es-Aléjate mocosa…!- bramo el hombre mientras le daba una bofetada en la mejilla.

Había pecado… debía morir… la sangre comenzó a escurrir de su labios, la niña frunció el ceño y con mucha agilidad lo sujeto del cuello para tirarlo al piso de un intento –NO DEBES GOLPEARME…- grito mientras le mostraba sus dientes –si lo haces… has pecado… tienes suerte que yo sea quien te elimine y no mi padre- susurro con cierta sensualidad mientras con su manita alzaba su mentón, no había medido su fuerza. El grito de la mujer le indico que prácticamente le había arrancado la cabeza al hombre, la sangre comenzaba a brotar. Mara rio suave mientras se sentaba en las caderas del hombre en donde su sexo perdía dureza, como el cuerpo comenzaba a morir. Sus labios tocaron aquella fuente, con su lengüita lamia la herida provocada por su fuerza, había desgarrado la tráquea y la carótida que estaba por eso cuello, solamente quedaba era lamer.

Los gritos de la mujer la fastidiaban, comenzaba a retroceder, miro al otro chico que estaba cerca de ella, con sus ojos llorosos parecía balbucear piedad… ¿el seria igual que Mara…?

Off: perdon por la tardanza... perdon si es muy sangriento u//u si no te gusta me avisas para bajarle el tono un poco

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