Un camino,una razón {Privado}

por **Zillah L. Dihmes** Jue Jul 05, 2012 2:46 am

Fantasmas.Monstruos aterraban la madrugada detrás de mi ventana. Intentaban gritarme, molestarme por todo lo que había hecho. Pero yo,les respondía con una sonrisa ladina , arrogante y orgullosa . No me servía. Sabía de sobras que por dentro el miedo se apoderaba de mi alma.¿Alma?¿Poseía algo de eso?.Solo era un órgano que permitía a mi pecho subir y bajar. Faltado de emociones sentimentales y lleno de rencor e ira. Desconocía la razón de mi personalidad ,de mi manera de ser y sin embargo no hacía nada al respeto. Tenía que haber una respuesta para todo pero yo no estaba favorecida con eso. Me sentía bien así,no puedo negarlo ,pero había algo en mi ser. Me sentía diferente del resto,vacía y sola...eso le contribuye aquella palabra que muchos huyen de ella como locos;soledad. Tenía en mi posesión a un hijo que no era mío y sin embargo me llamaba "mami" cada vez que deseaba algo de mi,caricias,comida,besos. No estaba a la altura en demostrarle todo aquello,y aquí me refiero a los tratos amorosos. Por dentro,me parecía a Lyuba ,creo que demasiado y es por eso la confusión. Tal vez ella quería que yo me sintiera de aquella manera tan insoportable.

Esperaba que amaneciese ,con los brazos cruzados,exigiendo que la llegada del día fuese un poquito mas rápida. Tenía que hacer tantas cosas que no sabía por dónde empezar y una de ellas eran hoy. Me alivié al observar tras aquella ventana enorme ,adornada de unas cortinas negras, de que el día anunciaba su llegada de manera majestuosa .Dí media vuelta y tomé mi capa para esconderme del frío invernal que yacía afuera. Uno de mis defectos era el frío,no me agradaba y mi cuerpo respondía con rapidez;piel demasiado blanca,mejillas rosadas levemente y labios morados a pesar del rojo pasión que los delineaba. Por no hablar del cuerpo que tiritaba sin cesar y de la piel que se me ponía con una oleada de frío. Giré mi rostro hacía la cama,Sylvio estaba jugando con una de mis camisas,tirando de ella como un perrito juguetón - Ven con mami , querido. Tenemos mucho trabajo - mas bien fue una orden y aunque el niño era demasiado pequeño,entendió que tenía que abandonar su juego y satisfacer mis deseos.

"Piensas llevarlo contigo ?Eres consciente del peligro que corre?.Déjalo en casa,por favor" Agh!maldita voz que no cesaba nunca.

-¿Eso es una súplica?.Debería apuntarlo en una hoja - ironicé cortante y con una voz cansada .Lo estaba,no había dormido en toda la noche haciendo preparativos para aquel gran día - Además,se divertirá bastante - ante aquel comentario ,necesité soltar unas carcajadas demasiado sádicas. Eso le hizo gracia a Sylvio y se rió de inmediato.

"¿Que has echo con mi hijo?Este no es Sylvio! " su impertinencia me molestaba pero no podía matarla,ya lo había echo y ella me maldijo de tal manera que ahora la tenía en mi cabeza todo el tiempo .

- ¡Agradece,desgraciada!Yo le di una nueva vida,tu no serías capaz de darle nada salvo sufrimiento. Yo lo haré fuerte y como la profecía indica:malvado - enfaticé cada palabra y acompañé mi pequeño discurso con un golpe en la mesita de noche.Sylvio se bajó de la cama ,con cierta dificultad teniendo en cuenta su estatura pequeña . No iba a ayudarle,las cosas deberían ser así. ¿Que más quería de mi?.Le había acogido como mi hijo pero no precisamente para darle amor.
Me encaminé hacía el,extendiendo la mano para que este la tomase. Estaba abrigado,no quería ningún resfrío de su parte teniendo en cuenta que yo tendría que curarlo.

Al salir a la calle,pude respirar aquel aire de todo tipo de sentimientos extraños. Aquella ciudad era una faceta más que el demonio había logrado crear. Debí ir al cementerio,dónde mis rituales tenían lugar casi siempre y esperaba plenamente,que nadie estuviese rondando por allí o tenía que aniquilarlo en frente del pequeño. No era la primera vez,el origen de Sylvio era ese y tenía que conformarse.
Escondí mi rostro dentro de una capucha que solo permitía ver mis labios y mi figura parecía una sombra mientras que Sylvio daba una imagen de ternura a mi figura tétrica.
El camino se hacía largo y mis pasos eran pausantes,debido al tráfico del día. ¿ Que pasaba en aquella ciudad?.¿No pecaban de vagos?.Parecía que todos lo hacían a propósito ,en mi contra,solo para fastidiarme. Gruñí como un animal ,por dentro ,sin asustar al pequeño y con mis pensamientos crucé la calle tirando de Sylvio y apresurándolo.

El vaho salía de mis labios cada vez que mi respiración se aceleraba y mi cuerpo temblaba a causa del frío. De vez en cuando miraba al pequeño ,no se quejaba ,tan solo observaba las lápidas de los seres que estaban muertos...o durmiendo. Sonreí.Una sonrisa que solo podía ser plagiada de los demonios o el mismo padre de estos. No buscaba nada en particular,solo un buen sitio y por eso estábamos,el y yo buscando y dando vueltas por el cementerio como dos locos.

por **Larden** Lun Jul 30, 2012 2:01 am

"Yo no sé, yo conozco poco, yo apenas veo,
pero creo que su canto tiene color de violetas húmedas..."

La muerte.
La muerte había atormentado a James desde hace mucho tiempo ya, vivía con él y él, se estaba acostumbrando a ella. Dicen que cuando uno pierde el alma esta muerto, dicen también que los vampiros no tienen alma y los malditos siguen aquí. Era algo más profundo, algo que quizá solo muy pocas personas comprenderían. Lo consumía por dentro pero nunca terminaba por extinguirlo. La muerte de Helena había sido su muerte misma.

Aquella mañana James caminaba por el cementerio con una pequeña nota en la mano, buscaba entre las tumbas un nombre. Ese día el cementerio se sentía bastante pesado, la neblina lo cubría todo y los arboles no dejaban pasar rato de luz alguno, a pesar de que el invierno terminaba y la primavera anunciaba su llegada, los último días fríos eran los peores y se negaban a partir, el calor corporal de James le impedía sentir frio alguno, sin embargo, podía notar en el ambiente el aire congelado. El suelo estaba aun cubierto de nieve blanca y a pesar de que se podía apresar algunos brotes si uno se acercaba lo suficiente, no alcanzaban a disuadir el blanco bajo sus pies.

Estaba en aquel lúgubre lugar, no por gusto, en realidad no era de su agrado estar ahí, tenía miedo. No era un miedo normal, normal de un cementerio, fantasmas, vampiros, brujos, todas esa cosas que gustosas pasan sus míseros días aquí, esperando ser o no ser nunca, como quienes descansan bajo sus pies. Él le tenía miedo a las tumbas, déjenme explicarlo mejor. Le tenía miedo a encontrar el nombre de Helena en una de ellas, o el de su tío o el de cualquier persona que conociese antes de aquel trágico día ya que sabía que si no se encontrase con la tumba de Helena directamente investigaría desde ahí hasta llegar a ella. No era que nunca lo hubiera pensado, le parecía absurdo visitar un cementerio extrañando a quien a muerto, aun así se sabia lo suficientemente débil como para llamarse absurdo y vivir del recuerdo inútil que una lapida y un par de huesos maltrechos le proporcionarían. No quería eso para él, él había guardado el recuerdo de Helena como él quería recordarla y cualquier alteración de aquel recuerdo seria fatal para su mente y su alma.

Sin embargo caminaba por aquel espacio de tierra lleno de lapidas y edificaciones por todos lados, buscando un nombre. Ese nombre era el de Adrien Noel. Su esposo lo había contratado para buscarla después de que este regresaba de un largo viaje y de que ella no respondiera a sus cartas 6 meces atrás, lamentablemente y mucho se lamentaba James que encontraría a aquella esposa perdida en este lugar.

Caminaba por entre las lapidas con la seguridad de que no estaba nadie más ahí, no imaginaba quien más podría estar a esa hora en un cementerio, sobre todo con este tipo de clima y con este animo en la atmosfera. El sonido de sus pisadas era hueco sobre la nueve y se escuchaba un crujido de vez en cuando cada vez que una hoja se atravesaba en su camino. Llego hasta la zona que los reyes y sobre todo la iglesia habían designado para que se enterrasen a aquellos que morían en circunstancias “anormales”, de inmediato observo la tierra teniendo que agacharse, incluso, hasta el nivel de suelo para reconocer aquella tierra que había sido movida recientemente, al encontrar ese pedazo húmedo y arenoso levanto la vista y encontró escrito en letras doradas y sobre una lapida aun blanca, limpia del tono amarillento que da el paso del tiempo al mármol, el nombre que buscaba, no tenia fecha y además estaba mal escrito. Aquel detalle hizo que se enfadara por un segundo.

Se mantuvo un segundo frente a la tumba, no lo detenía el hecho de tener que darle una mala noticia al su cliente, ni siquiera la propia muerte de la mujer, no la conocía y aunque siempre, la muerte de un ser es lamentable por el simple hecho de ver una vida extinguida, algo de potencial desperdiciado, nada de eso lo mantuvo pensativo frente a la que seria el lugar de descanso eterno de Adrien Noel, por cierto que ese nombre le parecía lindo y no lo olvidaría en un tiempo. La verdadera razón por la que su mente divago un tiempo fue por la imagen misma de la muerte. Sabía que pensar en un concepto tan vago y capcioso, depende de los ojos con que se vea, era una perdida total de tiempo, aun así, se tomo el necesario para ofrecerle al final ultimo de la vida humana un instante de su vida.

Pasado su momento especial con la muerte, James retomaba sus pasos para salir del lugar, nunca espero encontrarse con tan peculiar imagen durante el camino de salida. Era una mujer, a pesar de que una capa la cubría, lo poco que podía ver de ella lo hacia estar seguro de que era una mujer, hasta ahora parecería nada fuera de lo común, el detalle que hizo que James parase de golpe y siguiera titubeando con la mirada aquella figura era que iba acompañada por un niño, era un niño pequeño, no se atrevió a adivinar sobre su edad ya que no quería utilizar su mente con un fin que tuviera a un pequeño de objeto. Sin embargo no pudo resistir la tentación, que su espíritu curioso e instigador le confería y comenzó a seguirlos de cerca.

por **Zillah L. Dihmes** Sáb Ago 18, 2012 7:41 am

Debajo de mis pies la tierra parecía muerta, no tenía vida y no otorgaba vida a las plantas marchitas que rodeaban el cementerio. Observé con mis ojos aquellas tumbas que nos rodeaba, una por una con bastante superficiencia para despertarlos abrumados. Sylvio parecía confuso pero se entretuvo con una de las flores que estaban en un crítico estado. Invocar a los muertos no era buena idea pero tenía que seguir con mi plan, mis amigos del mas allá no estaban contentos de mi actitud últimamente. Eso era debido a que no les había hablado y que les debía dos vidas, una de conde y otra de un gitano. Por eso mismo mis planes tenían que salir perfectos o yo misma acabaría en una de esas tumbas,descansando para siempre. Mis pensamientos cruzaron peligrosamente por mi cabeza acompañados por unas imagenes dolorosas y de inmediato pude sentir un escalofrío recorrer mi cuerpo de pies a cabeza.
Por un momento cerré mis ojos intentando vaciar mi mente,dejar todo en blanco. Debía concentrarme como nunca y al mismo tiempo proteger al pequeño que esta vez se había sentado en la mugrienta tierra para observar la flor . Temía que en cualquier momento se pudiera ablandar ,me aterrorizaba tener que empezarlo de cero con el. Había nacido para el mal,provocarlo. No para observar unas putas flores que no servían ni para adorno en la cocina - Sylvio - lo llamé duramente. Levantó la cabeza ,clavando sus pupilas grises en mis ojos esperando paciente - Deja la flor,hijo mío. Vamos a tener visita y deberías parecer más ....cuerdo. ¿Si?Levanta de allí - todas mis palabras brotaban de una manera feroz. Aunque eran susurros, incluso yo me perdía en el aterciopelado acento .

" ¿Cuerdo?¿Estás diciendo que mi hijo está loco?.¿Que haces?¿Que piensas hacer ?" preguntas y más preguntas que me enervaban.Rugí levemente intentando no asustar al pequeño y luego sonreí cínica.

- Tanto tiempo en mi cabeza y no consigues descifrar mis planes - comenté con maldad levantando a Sylvio y arreglarlo a la espera de un hombre que iba a cumplir mi trabajo sucio.

" No puedo descifrar nada. Tu mente esta llena de cinismo y maldad, me enferma" cerré los ojos de nuevo agudizando el oído e ignorando la voz dentro de mi cabeza. Algo me decía que el sujeto estaba cerca y no solo el si no también otra persona.

Con rápidez giré mi cuello y observé detrás de unos árboles. En la oscuridad, una sombra acechaba curiosa. ¿Era el hombre que esperaba o era otra persona que seguía mis pasos y mis planes?. Apreté los dientes hasta hacerlos crujir con fiereza. Detestaba pensar que alguien podría descubrirme, de todos modos iba a ser un encuentro con una persona y si hacía falta engañar la imagen del curioso lo haría. Tendría que dar la impresión de que solo iba a ser un encuentro amoroso ,con algún amante. Entre mis pensamientos y mi manera de escaquearme con las manos limpias, el sujeto llegó. Elevé mi cabeza de tal manera que mi rostro de facciones orientales pudiesen divisarse a partir de la luz de la luna - Llegas tarde- espeté con frialdad ,observandole . No dijo nada tan solo me miró de mala gana y estiró la mano - Quiero que te encargues de un conde, de alguien de la realeza y de un gitano o gitana. Me traes sus corazones e intenta hacerlo limpiamente. No quiero problemas y te elegí porque sé que eres el mejor,espero que así sea. El plazo máximo es de una semana. Nos encontrarémos aquí y cuando termines me lo harás saber. Buena suerte - acabé seriamente.

Todo aquel tiempo que yo había dado informaciones,no dijo nada tan solo tenía la mano tendida hacía mí. Me acerqué con pequeños pasos hasta divisar su rostro. Un rostro de facciones brutas y masculinas- La recompensa después - susurré todo aquel tiempo que le había dado condiciones - Procura ser cauteloso, alguien está siguiéndonos . No ,no quiero que te encargues de algo que yo puedo hacer- murmuré casi siseando . El hombre asintió y dio media vuelta ,seguramente preparando sus planes profundamente. Yo me dí la vuelta y busqué a la sombra. Podía sentirlo debido a mi empatía, su curiosidad era mía y sus emociones me provocaban leves desplomos. Estaba confuso - Y la curiosidad mató al gato, querido - comenté juguetona con las palabras, en alto. No me importaba despertar a los que dormían , ya era hora de que acecharan París.

{Perdon la tardanza >.< espero que te guste ^^}

por **Larden** Miér Nov 07, 2012 3:35 am

"...de violetas acostumbradas a la tierra
porque la cara de la muerte es verde,
y la mirada de la muerte es verde..."

James se había recargado sobre un árbol, aprovechaba el camuflaje natural que le confería la naturaleza y evitaba al mismo tiempo hacer ruidos incensarios. Su curiosidad estaba el lo peculiar de aquella imagen, le intrigaba por sobre manera los intereses que pudiera tener una dama para estar ahí y con tan curioso acompañante. Él no era de hacer inferencias de la nada, prefería en su lugar, observar y formular conclusiones yo lo llevaran al fin, a crear un juicio concreto sobre lo que estaba viendo. Hasta ahora no había podido maquilar alguna explicación para lo que estaba viendo.

Pensó en marcharse, simplemente olvidarle y seguir su camino, lo cierto era que habían más cosas que requerían su tiempo pero justo cuando ese pensamiento cruzo su mente, noto la presencia de alguien más cerca del lugar. Capto su olor y poco después pudo escuchar el sonido de sus pies avanzando sobre aquella tierra mojada y muerta. Pensó, entonces, de inmediato en la razón de tan inusual encuentro, se trataba quizá de dos amantes que abrían de escoger los sitios más inhóspitos para poder saciar aquellas ganas motivadoras que impulsa aquel sentimiento, algo que le resulto en realidad un poco extremista, todo por aquel elemento que parecía desentonar en toda la ecuación, el niño.

Por una segunda vez decidió que era momento de marcharse, en el mismo viaje eléctrico de sus neuronas reprocho también su comportamiento,si bien cualquiera hubiera sentido extraño o raro observar aquella situación, solo algunos cuentos, como él, hubiesen seguido su impulsos y llegado hasta donde el estaba, pero justo cuando retomaba en su cabeza el camino que había tomado para entrar al cementerio y lo repasaba en forma contraria para salir, su inevitable "forma" fisiológica, logro captar algo que regreso su interesa y curiosidad sobre el tema que hace solo unos segundos había abandonado.

Un reproche, más que un saludo fue lo que entro por su cavidad auditiva y retumbo en su cabeza, el mensaje obtuso de aquellas palabras fue también un aliciente. Lo que siguió después solo siguió llenando aquella cabeza preguntas e interrogantes. El realidad ella fue bastante directa, no hubo que descifrar lo que decía, sin embargo no por eso aquello que le dijo a aquel hombre dejo de ser menor interesante.

Pensamientos paralelos y en la misma medida contrarios cruzaron frente a James mientras seguir escuchando con detenimiento los detalles de tan especial "pedido". Dos personas, de diferentes mundos, sus corazones y solo una semana para hacerlo. No le fui difícil asociarlo de inmediato con ciertas practicas, a lo largo de su corta vida, para un hombre-lobo, tuvo a bien encontrarse con aquellos maestros de lo desconocido, capaces de grandes cosas y de temibles atrocidades, nunca había resuelto lo místico de su propia existencia, a pesar de que sabía que hacerse preguntas a si mismo tales como ¿de donde vienen? ¿quienes son? ¿de donde proviene su poder? era al mismo tiempo interrogar su propia condición, aunque eso nunca le impidió preguntar eso y mucha más una y otra vez, lamentablemente, siempre sin encontrar una respuesta.

El origen y motivos de los "brujos" no fue lo único que atravesó su psique en ese momento, había una cosa más, algo que lo inquietaba, que lo hacía al mismo tiempo querer seguir con eso que parecía estar pactado o por el otro lado detenerlo de tajo, "matar a un conde, a alguien de la realeza" fueron las palabras exactas que provocaron tales ideas.

Mientras su cabeza seguía debatiendo con sigo misma ambas posibilidades, la voz de la mujer, esa que había provocado todo se dejaba escuchar de nuevo, esta vez estaba dedicada para él. De inmediato, mientras abandonaba su guarda relaciono de inmediato lo que repaso en su cabeza sobre la posible condición de tan extraña emisora y el hecho de que haya sido descubierto en infraganti. Decidió entonces, sin muchas opciones en realidad, responder a la invitación que le hacían.

— Voy a ser directo, Madame, ahora mismo estoy atrapado entre una gran divergencia - Le dijo mientras avanzaba hacia su posición hablando lentamente — No sé si debo terminar ahora mismo con lo que parece ser... — miro observando el entorno denotando el lugar tan peculiar donde se encontraban — una clase de ritual, sacrificio quizá — a pesar de que era directo con sus palabras y le hablaba a la mujer con firmeza, no había olvidado en ningún momento la presencia del niño, James podía ser muchas cosas, pero valoraba por sobre todo la vida de alguien que, según él, no merecía aún, nada que pudiese ocurrirle — o, simplemente agradecerle el buen gusto que tiene sobre uno de sus aparentes "victimas" — añadió mientras mantenía sus ojos sobre ella, evitando en todo momento tener algún tipo de interacción con el pequeño.

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