No hay rosa sin espinas [Axel]

Un mensaje había llegado hasta el esa mañana, con mensaje se refería a mensaje, Hades apenas y se había dignado a escribir un par de palabras, pero habían sido lo suficientemente explicitas para que entendiera la situación.

“Artemis va en camino de verte”

El mensaje le había llegado esa mañana con uno de los hombres de hades así que no le sorprendía que su prima apareciere ahí en cualquier momento, seria mejor avisarle a la guardia de palacio, esto de vivir en Versalles podía ser muy complicado, posiblemente seria mejor establecer la embajada. Pero vivir ahí complacía a la realeza francesa por lo que tendría que arriesgase y quedarse ahí.

Salió de la habitación que ocupaba y camino tranquilamente por el conocido lugar, mandaría llamar al jefe de guardias…estaba pensando en ello cuando la voz conocida en la entrada de Versalles llamo su atención, era Artemis… por que diablos no podía solo avisar y llegar con su comitiva, se le recibiría como debía, pero no ella quería llegar pro sorpresa, por supuesto. Rio para su adentros, de esa forma seria mas fácil encontrarlo con alguna amante y/o similar, la chica nunca dejaba de preocuparse por quien pudiese ganar su corazón y sus afectos, después de todo quien lo hiciera seria la esposa del “jefe”. La fijación que su prima tenia por el era alegadora y algo extraña, pero era su mano derecha en quien mas podía confiar junto a hades…aun entre ellos dos el sabia que hades buscaría pelea si se le presentaba la oportunidad mientras que Artemis jamás, jamás se pondría en u contra ni mucho menos.

-Hey preciosa dama, ¿qué hace por aquí?- hablo llamando la atención de la chica, esperando que lo viese y le reconociera. Ella estaría contenta de verla, seguramente no tanto por verlo bien y sano, si no por verlo sonó… bien, no había tenido ninguna aventura reciente ni mucho menos algo cercano a una pareja estable así que ella no tendría que preocuparse pronto por algo así.

Mas interesante en aquellos momentos era hablar con la chica, debían aprovechar su inesperada visita para ponerse al tato de los asuntos de la familia, hacia bastante que no hablaba en persona con alguno de ellos, pos lo que por lo único que podían mantener contacto era mediante cartas. Aun en estas la información era limitada pues era peligroso hablar sobre esta por semejante medio. Si alguno de ellos incluso así fueran las cabezas de la familia violaba la ley de omertá, pagaría el crimen con pena de muerte.

Como era de esperarse su prima perdió la compostura solo por verle, era siempre lo mismo, costaba creer que esa muchacha que podía parecer casi imprudente fuese la encargada de llevar a cabo todos los asuntos de la familia. Tomo su muñeca y le beso el dorso de la mano alejándose un paso de ella.

-luces tan hermosa como siempre Artemis….no, creo que incluso luces más hermosa que la última vez que la vi- hizo una seña al guardia indicándole que ella estaba con el- pasa unos segundos, tomare un abrigo y te llevare a conocer parís- le aseguro sin tocar el tema de los asuntos de la familia de momento. Le llevo dentro de la casa y como dijo en busca de un abrigo no sin antes ordenar que se preparara uno de los coches.

Cuando salió sonrió tendiéndole el brazo para sacarla de ahí, solo cuando estuvieron en la intimidad del coche le sonrió- recibí un mensaje de hades, se que uno de los soldate violo el omerta y que se encargaron de ello… sabes con quien hablo el sujeto? No debe quedar rastro de alguien que allá escuchado algo de la familia.

Su cuerpo se movió en el pequeño cubículo acercándose a aquella que compartía la sangre que corría por sus venas- necesito que el trabajo sea discreto Artemis, nada de volar edificios está bien?- hablo acariciando el cabello rubio y sedoso de la chica… no importaba cuanto la viera jamás dejaría de asombrarle la magnitud de la belleza de la chica… sus padres no eran siquiera tan atractivos, pero la mescla de sus apariencias parecía haber obrado magia en la chica.

Dejo una caricia en la mejilla de su prima y se recargo en el asiento de coche, aunque su prima parecía tan dulce, inocente e incapaz de dañar a alguien el sabia que tan cruel podía llegar a ser, le había costado acostumbrarse a su dulce trato y al mismo tiempo a confiar en su trabajo, pero ahora entendía la mezcla y confiaba en que sus ordenes se acataran sin problemas. Por su parte también tenia a hades a su lado. El muchacho no dejaría pecador en pie.

-Iremos a un restaurante de comida Francesa en el centro de la ciudad, no es posible que vengas a Francia sin probar sus delicias no es así?- el podría ofrecerle otra clase de delicias a su prima, pero cuando se trataba de Hades y Artemis ellos simplemente no aceptaban aquella clase de regalos, como lo hacían otros socios, eso seguramente era otro de los motivos por los que les tenia la confianza que les tenia. Con otras personas podía recurrir a los activos de Gaspar, pero su relación con sus primos era diferente y sabia que poco tenia que ver con la sangre que compartían.

El coche se detuvo y abrieron la puerta de este, salió y extendió su mano para ayudar a la dama que le acompañaba a salir, la fachada del edificio era elegante y sumamente impresionante, obviamente palideciendo frente a Versalles, tendiéndole el brazo la guio al interior, tenia una mesa reservada permanentemente, pues acostumbraba cenar ahí casi todos los días de la semana, les guiaron sin dificultad ni tardanza- venga, mi bella dama cenemos – hablo mientras jalaba la silla permitiendo que ella se sentase, no le había pasada desapercibida la usual reacción de los demás ante la presencia de su prima, la joven atraía las miradas y es que no era usual ver aquel tipo de belleza.

Ella pregunto si hades le había avisado de su visita, Hades lo había hecho y ella lo sabía pero no podía hacer nada si él no se lo confirmaba, por supuesto tenía el presentimiento de que la chica igualmente le vería como si quisiera estallarlo por la acción “en su contra” pero el no iba a meterse, el no iba a quedar en medio de esos dos, así que como buen caballero y mejor estratega simplemente le sonrió- luces muy hermosa hoy Artemis- le contesto con una sonrisa divertida en los labios. Ellos eran familia pero mas importante que eso eran socios, eran sus manos derecha, lo cual ciertamente le volvía un fenómeno porque tenía dos y ni una sola mano izquierda… ok ese era un mal chiste pero divagando solo en su mente sin nadie que le diese retroalimentación no podía hacer mucho.

La chica le contesto a su pregunta sobre hades con cierto, si podía adivinar recelo, como si sintiese que el podía en duda su capacidad, por supuesto no era asi. Simplemente estaba iniciando un conversación, el sabi que aquellos dos eran una combinación perfecta, se entendía y además se controlaban el uno al otro, de forma que Hades no mordía a nadie hasta la muerte y Artemis no hacia volar todo lo que había a su alcance- se perfectamente lo capaz que eres Artemis- le sonrió- solo iniciaba un tema de conversación- pero con lo que había escuchado podía adivinar perfectamente que todo estaba en orden y en regla, no había nada de que preocuparse de momento- ¿has visitado las tiendas de parís? Opto por escoger un tema diferente de conversación- ya sabes lo que dicen si moda buscas parís es lo mejor, y no te gusta nada menos que lo mejor no es asi?- a el desde luego no le iban aquellas conversaciones sobre moda ropa, peinados o vestidos, pero sabía lo que podía interesar a Artemis. De belleza superior no solo gustaba de saberlo si no también de mostrarlo, cual sol que cruzando el firmamento deslumbra los ojos de los pobres mortales, tan alejado y distante que ninguno jamás podría tocarlo y de hacerlo, solo seria para encontrar una dolorosa muerte.

La comida fue servida frente a ellos y Axel aprovecho para llevar un bocado a los labios, esperando que la voz de su prima inundara sus oídos, ni demasiado gruesa ni demasiado aguda era agradable escucharla. La muchacha no cantaba o al menos nunca lo había hecho en su presencia, pero estaba seguro de que podría hacerlo bastante bien.

Soltó una risa discreta mientras comía pues la chica no había picado el anzuelo, a él ciertamente no le interesaba n temas de moda ni mucho menos, en cuanto a su guardarropa las variantes entre una “tendencia” y otra no tenían diferencias que el notase. Y de ser así, para eso tenía a un asistente que se encargaba de comprar y abastecer su guardarropa. La chica aun no había recorrido las calles de parís pero estaba seguro de que después de que lo hiciera su propio guardarropa y el de Hades engrosaría con un buen par de prendas que la chica a veces no se contenía a adquirir. De algún modo la entendía. Ella trabajaban para el, si iba a tenerlo prefería tener un jefe bien vestido y en el caso de Hades un acompañante bien arreglado y apuesto. Le gustaba pensar que eran esas las razones, pues la optativa de que eran un par de muñecos para vestir no era alentadora.

Le vio probar bocado y supo que debía haberle gustado pues no presento queja, aunque sabía que ella jamás se quejaría pero tampoco había hecho mueca alguna- como te dije he estado bien, pero las cosas en Francia no son amigables mas, contar con el favor de la princesa no es ya una garantía- sonrió mirando a Artemis- creo que es tiempo de que migre de lugar, Francia será un mercado perfecto pero no para un noble. En la última reunión de reyes hice un par de contactos y tengo pensado tomar un lugar de- sonrió- mucho poder en otro país, de momento voy a necesitar que consigan a alguien que se establezca en Francia y se encargue de nuestros… negocios- en donde estaban nadie podía escucharlos y nadie sospecharía de que hablasen de aquel tipo de cosas en un lugar tan accesible- debe ser alguien que pueda relacionarse con la gente común, los movimientos revolucionarios estaban comenzando a organizarse y el tiempo de la monarquía se agota- dejo que sus ojos descansaran en el rostro de su prima, en los dorados cabellos perfectamente sujetos enmarcando su rostro angelical- será mejor que hagas tus compras ahora Artemis, porque no creo que la opulencia y los lujos sean por mucho tiempo el fuerte de Francia.

Si las cosas sucedían como lo auguraba el país pronto caería en el desastre y el desorden, el poder en manos de un pueblo inexperto solo acababa en derroche sin sentido, las familias nobles habían estado en el poder desde siempre. Darle una migaja de poder a un pobre infeliz haría que diera vueltas sobre si mismo como un cerdo loco por un trozo de buena comida.

Informarle ahora mismo su nueva decisión a Artemis posiblemente no era la mejor idea, no en un lugar publico como aquel.

-habla con Hades, busquen un lugar seguro en el que podamos encontrarnos- Versalles no era seguro, ahí las paredes escuchaban y con lo que tenia que decirles no le convenía que se filtrara una sola palabra- cuando el lugar este listo podremos reunirnos y les diré entonces mis planes- estaba seguro de que a Artemis la noticia de su próxima e inminente boda no le alegraría en lo mas mínimo. Ella creía que nadie estaba a su altura, que nadie podía caminar a su lado con orgullo y en cierta forma tenia algo de razón. Había muchas mujeres bellas en el mundo, pero pocas que pudiesen rivalizar con la sorprendente belleza de su prima.

Un par de mujeres pasaron rumbo a una mesa, una madre y su hija seguramente, les dirigió una corta mirada, la muchacha era bonita, inocentemente bella con un rostro angelical y dulce, perfectamente retocado y arreglado, el cabello justo donde debía estar para enmarcar su rostro de una forma excepcional. Bonita…muy bonita, sonrió y volvió la mirada a su prima sabiendo lo que sucedería en cuanto sus ojos se posaran en ella. La abrumadora diferencia seria excesivamente notoria. La mujer con la que iba a casarse tenía una belleza comparable a la joven que había mirado hacia unos instantes pero el peso de su nivel social compensaban la abrumadora diferencia en el estándar de belleza a la que estaba acostumbrado. Posiblemente Artemis calmase su molestia cuando le concediera dar muerte a la joven en cuanto el matrimonio estuviese hecho. Hades podría encargarse del padre. Entonces rey y princesa estarían muertos y sin mas herederos y si jugaba sus cartas como tenia pensado estaría el en el trono muy pronto. Artemis tendría que tragarse el fastidio un tiempo. La muerte entre el rey y la princesa debía tener un rango de tiempo suficiente como para que coronaran a su única hija como reina a el mismo como rey antes de enviudar y despojar a la familia real de su poder, poniendo a los d’Este en la cima.

Le sonrió a la joven- por ahora, dime hay algo que desees? Tendremos un día para ti hoy- mejor tenerla contenta antes de soltarle la noticia.

Axel sonrió ante la actitud de su prima, cuando pregunto si intentaba comprarla simplemente sonrió con condescendencia acomodándose en la silla. Ella sabía como actuaba, sabia que lo que le diría no le iba a agradar y sentía el resentimiento por adelantado. Estaba bien, ella intentaría cobrar el disgusto antes de recibir la noticia, eso ayudaría a que se mantuviese tranquila después, aunado a la promesa de dejarle el final de aquel “triste asunto” estaba seguro que podría dejarla complacida.

El duque probo algo de su comida mientras la muchacha saboreaba su oferta aunque supiese que intentaba comprarla aceptaba el trato y al parecer pensaba ponerse un precio digno de ella, la dejo decidir esperando su respuesta, no tenia de ella, sabia que Artemis pediría algo que normalmente no pediría, pero no se atrevería jamás a solicitar algo que molestara al hombre, ella entendía los limites sin que el se los recalcara así que solo se encogió de hombros cuando ella pregunto por las restricciones. ¿Que restricciones podría ponerle? Muerte, contrabando, extorción, ellos manejaban con todo aquello a diario sin problema alguno. No había nada que pudiese pedirle salvo posiblemente su posición en la familia y era algo que la chica jamás pediría. No era el tipo de propuesta que le estaba dando, le había dicho que le daría un día para ella sin embargo en dado caso que la chica alguna vez cobrara una deuda con tal petición, se vería obligado a cumplir, le dolería en el alma no por la traición, no por el abandono de su sitio, si no por que tendría entonces que deshacerse de ella, no era algo que quisiere pensar, ella era importante, tanto como lo era hades, eran casi indispensables para el pero dada la circunstancia tendría que actuar y volver a la cima.

Las palabras de Artemis le desconcertaron, levanto las cejas como esperando que ella dijese algo mas, tal vez que se retractara pero cuando no lo hizo tomo una servilleta limpiando sus labios de suciedad que no había, simplemente dándose el tiempo para saber que decirle, frunció un poco el ceño.

-lo mas cercano que he tenido que podría ser llamado pareja son las mujeres con las que salgo y comparto cama Artemis- le aclaro intentando saber a que exactamente se refería con su petición. Ella era su prima y su subordinada pero ya había hecho varias veces de acompañante en ciertos eventos sociales- si es algo como eso lo que me pides te complaceré pero debo decirte que tu petición se me figura ciertamente algo extraña, sabes perfectamente que eres mas importante que cualquiera de esas mujeres- aclaro, conocía perfectamente lo que Artemis pensaba de las mujeres que le rodeaban y las altas exigencias que tenia para con ellas, le daba la razón cuando las comparaba con la chica era de esperar que ella deseara algo superior para la cabeza de su familia [que francamente no creía poder encontrar]. Para cualquiera el pedir no se su “subordinada” y pasar a pareja era pedir de mas, pero en este caso tenia la extraña sensación de hacerlo al revés, como si al pedir ser su pareja ella pidiese bajar de rango… aunque bueno ciertamente tratándose de Artemis no podía ser como las demás.