Fuerzas extrañas se repelen... ¿o no? [Privado]

por **Vibeke Cloud** Mar Jul 24, 2012 2:14 am

Dímelo al oído, pero no me dejes con la duda de tu silencio.

Dime aquello que quizás querría escuchar, pero que aun no me cuentas por puro miedo.

No me preguntas que tal estoy, pero si te vas de mi lado... Escribía letras, palabras y palabras en mi diario, sin mas no se qué hacer mientras esperaba en el asiento de piel de aquel hotel. El reloj marcaba las siete de la tarde, habían cogido el barco y habían llegado después de varios días a puerto francés, con dinero y ropa, pero sin nadie que pudiera ayudarlas. Ahora Vibeke, se encontraba sola en una recepción esperando a ver que le decía el botones, aunque estarían al caer para atenderla.

Su nariz respingona, pero atractiva, comenzó a oler a platos calientes que hicieron su estomago gruñir de hambre. Con todo el jaleo, no habían parado ni siquiera para comer. Era realmente complicado soportarlo todo. Su hermana estaría en los baños, o en la cocina o váyase Vibeke a saber. Ella esperaba sentada, con varias maletas alrededor esperando un veredicto, algo que le hiciera continuar hacia delante. Se le cerraban los ojos. Los abría, estaba cansada, pero no podría aguantar demasiado.

-Señorita Cloud...-Un señor bastante alto, moreno y de ojos azules atendía en este instante a Vibeke que estaba a punto de quedarse dormida sobre el asiento-¡Park!-Llamo a su hermana, ella vino y ambas fueron detrás del amable recepcionista que le dieron la suite principal del hotel. Dado claro que llegaron a saber de su apellido. De una familia bastante reconocida por el mundo entero, pensando en que dirían si no les hubiera dado aquella habitación. Con las maletas en mano, eran muchas, pero algo ligeras pues podían con ellas, se fueron a la suite, pero Vibeke enseguida noto algo anormal a su alrededor. Se quedo mirando el ambiente para mirar y mirar y no encontrar a nadie o nada que la hubiera alarmado.

¿Qué fue? Dio una maleta a su hermana para después dar una vuelta hacia atrás-...-No dijo nada por temor a montar el ridículo, aunque siendo ella de orgullosa, simplemente se fue de aquel lugar que la mantenía quieta e inmóvil con aquella sensación de peligro en su cuerpo-Vamos Park...-Dijo estando cerca de su hermana y siguiendo al botones. Ahora, el sueño se le había quitado. Había sido sustituido por estar en guardia.