Ojalá pudiera expresarte lo mucho que te eché de menos... {LuisAlejandro&Ailish}

por **Ailish Figueroa** Jue Jul 26, 2012 8:12 am

Un suspiró salió de mis labios mientras mis pasos me llevaban por las calles parisinas, llevándome a lugares en los que pasaba la mayor parte del tiempo cuando era pequeña. Los echaba muchísimo de menos, no sabía cuanto hasta que no los veía y la nostalgia decidió invadir mi pecho. Pero ahí estaba al fin, contemplando aquellos lugares, casi sin poder creerme lo que veían mis ojos claros.

Los recuerdos invadían mi mente en aquellos instantes. Mostrándome imágenes de niña, de cuando Alejandro y yo éramos buenos amigos, de cuando podía abrazar a mi padre por las noches todo lo que deseara. Me sentía triste, tenía muchísimas ganas de llorar, pero no iba a hacerlo. No mostraría mi debilidad, no le dejaría ver a nadie que seguía siendo la misma niña pequeña dulce e inocente. No. Sabía que debía mostrar, sabía que debía hacer y es lo que haría sin ninguna duda. Quería darle una lección a mi padre y, sobretodo, poder mostrarle a él, a mi amigo de infancia, que le quería de verdad. Deseaba que volviera a ver en mi una persona en la que confiar, a la cual querer...

por **Luis Alejandro Taylor** Vie Oct 19, 2012 9:10 pm

Llevaba pensando en ello bastante tiempo, y aquello me había distraído de la mayoría de las acciones que solía realizar en París, –léase: ir al Burdel, conquistar a alguna damisela en la calle, chantajear con joyas, volver al Burdel, entre otras cosas…- terminando por quedarme tirado en la cama o sentado en el escritorio mirando el horizonte, dejando los diseños de joyas a medio terminar sólo por pensar en aquel encuentro de hace unos días.

La había visto pasar, aunque afortunadamente ella no me había visto. De Ailish Figueroa es de quien hablo, una amiga de mi infancia a la que mis padres, tan defensores de la libertad –o más bien de sus intereses *sarcasmo*- me comprometieron cuando apenas eramos un par de niños que con suerte podían caminar y hablar. Al ir creciendo, ella fue desarrollando una atracción por mí, lo que supuestamente no es mutuo. Y digo supuestamente, porque no tengo claro lo que siento por ella. Yo quiero ser libre, y muchas veces se los he dicho a mis padres, pero siempre me salen con la excusa de que no hay que traicionar los compromisos y todo eso. Pff, patrañas hipócritas.

Había decidido salir a tomar un poco de aire para distraerme, y adivinen mi suerte: estaba en la Plaza Tertre, caminando también…en la misma dirección a la que yo me dirigía. Si ella alzaba la mirada, me vería. Rogué que no lo hiciera mientras me ponía rígido y trataba de parecer lo más inadvertido posible, pero la suerte no me sonrió. Cuando estábamos a unos cuatro metros de distancia, las miradas se cruzaron.

- …

por **Ailish Figueroa** Lun Oct 22, 2012 5:57 am

Mis pasos seguían hacia la misma dirección, haciendo que me moviera lentamente mientras notaba toda la nostalgia dominando mi cuerpo. Deseaba tanto que todo saliera bien, volver a tener aquello que había perdido hacía tanto tiempo... Pero bien sabía muchísimas cosas. Que mi padre no era alguien cariñoso, tampoco lo iba a ser yo; Que Alejandro no quería el compromiso, que deseaba ser libre... Y yo, no iba a permitirlo. Desde niña estaba completamente enamorada con él y aunque yo misma jugaba con muchos hombres, seguía teniendo muchas cosas en la cabeza. Y la más importante, es que con él jamás iba a rendirme.

Suspiré y laventé la vista para mirar a mi alrededor, lo cual ni siquiera me dió tiempo a hacer. Él estaba ante mí, a unos escasos metros. Había soñado muchísimo con ese momento, de hecho, cada día desde que nos habían separado, pero en aquellos instantes no sabía como reaccionar. Podía notar como mis ojos se empapaban, pero necesitaba evitar que las lágrimas cayeran. Me sentía feliz, aliviada al ver que estaba bien... Y emocionada. Contemplé sus ojos, su nariz, sus labios... Estaba diferente, pero a la vez, era exactamente igual. Más fuerte, más alto, más mayor...

-Alejandro...-no sabía si él quería verme, tenía un poco de miedo a ello pero también sabía que no iba a ser fácil. Lo tenía clarísimo. Así que me limité a sonreír de manera dulce, como cuando era niña, mientras ponía un mechón de pelo tras mi oreja.- No has cambiado nada... Me alegra verte.- No sabía cuanto.

por **Luis Alejandro Taylor** Vie Oct 26, 2012 6:31 pm

- Tú tampoco…has cambiado, Ailish.

¿Pero qué tontería había dicho? ¡Claro que había cambiado desde la última vez que nos habíamos visto! Estaba más alta, su cuerpo se había estilizado, y su rostro conservaba la inocencia que había tenido siempre, y que supuse mantenía hasta hoy. Por lo que pude juzgar a partir del brillo en sus ojos estaba a punto de llorar de felicidad, así que sí, era casi seguro que seguía queriéndome como en antaño. Maldito compromiso…

Me quedé mirándola con las manos en los bolsillos, despreocupado en cuanto a la postura pero preocupado en pensamientos. No sabía bien que hacer, pero no iba a decirle que sí al ese asqueroso compromiso contraído hace ya sus buenos años atrás, no no; eso era traicionar mis principios y mi propia venida a París. ¿Entonces qué? ¡Come on, Luis! ¡Break the ice! – Ahm…-Musité mirando a un costado para evitar el contacto absolutamente directo, aunque le miré de reojo igualmente para que no se enojada o sintiera mal - ¿Cómo ha ido todo? ¿Qué has hecho…? Todo este tiempo, quiero decir…

Que no diga algo cursi como “Esperarte” o “Desear este momento toda mi vida”, ¡Please!

por **Ailish Figueroa** Sáb Oct 27, 2012 9:15 am

Alcé una ceja y le miré divertida ante sus palabras. ¿Qué no había cambiado? Bien sabía que sí, incluso intuía en su rostro que se había dado más cuenta de ello, pero no hice comentario alguno. Además, en esos momentos solo tenía ojos para su rostro y cuerpo, él era todo en ese lugar... Daba igual la gente, el viento, los ruidos... Y ante sus palabras volvi a la realidad, sintiendo un golpe duro en el pecho al darme cuenta de que no era mío. No aun.

-Ahm...-imité con una sonrisa lo que hizo y me acerqué unos pasos a él. Me daba igual que evitara mi mirada, no me importaba. Deseaba estar con él e iba a ser todo lo directa que pudiera. Aunque quizá... Aun no. Lucharía por él, lo tenía demasiado claro pero no podia agobiarle ni exponer del todo mis sentimientos la primera vez que le veía.- Pues...-no sabía bien que decirle.- ¿Quieres la verdad o la mentira? La verdad se acerca a que fue un infierno y la mentira a que me porté bien aunque os echaba de menos. ¿Por donde quieres que tire? -alcé una ceja, mirándole entre diviertida y triste. Como deseaba abrazarle...

por **Luis Alejandro Taylor** Mar Oct 30, 2012 5:53 pm

Escuché sus pasos con la agudeza de quien oye pisadas cercanas a su habitación cuando está tratando de dormir y tiene todas las luces apagadas. Mi corazón empezó a latir más fuerte por esa cercanía, pero no lo hice notar en mi rostro. Me imitó quizás con qué intención en la cabeza –dudo que la de caerme bien, porque no era la idea—y se quedó mirándome, y esa fijeza en sus ojos junto con su silencio aumentaba mi incertidumbre, y las ganas de convertirme en perro para ahuyentarla, o para ser yo el que saliera corriendo y alejarme de ella.

Me dio a elegir, pero ella debía suponer que mi respuesta era evidente sin importar qué tan interesantes o contrarias –o manipuladoras- fuesen sus “alternativas”. Me enseñó una expresión que no parecía ni uno ni otro extremo de los sentimientos que se podían tener, e hice una mueca de incomodidad para luego suspirar, y hablarle con relativa tranquilidad – Si dices conocerme, sabes que prefiero la verdad. No me gusta la gente que miente. – O sea que no debería gustarme, ¿cierto? Lástima, me adoro – Así que habla. Aunque aquí no es un buen lugar…no es privado. – Dije frenándome y mirando a mi alrededor, viendo y percibiendo el ir y venir de las personas, y que fácilmente podrían enterarse de algo que no tendrían por qué. – ¿Quieres comer algo? Yo invito. – Dije tratando de conservarme amable y cordial, como era siempre con casi todas las damas. Y digo casi, porque Ailish me ponía de los nervios…se supone.

por **Ailish Figueroa** Sáb Nov 03, 2012 7:34 am

Conocerle le conocía de sobras, otra cosa era como había cambiando en el transcurso de los años. Podría decir, hacer o manipular a su antojo a las mujeres que quisiera, pero sabía, por experiencia propia, que todos somos en el fondo lo que éramos antaño. Cuando somos niños, lo que hacemos realmente es mostrar como somos en verdad, y cuando crecemos, solo ocultamos ese niño entre máscaras y mentiras. Obviamente, no era una excepción a la regla. Y en este juego, yo pensaba ganar. No perdería por nada del mundo.

-En realidad un restaurante tampoco sería privado, hay gente por todas partes Alejandro.- sonreí y luego asentí a sus palabras. ¿Alejandro me invitaba a comer? Sonaba bien si no fuera porque algo me decía que no era lo que quería. Bien imaginaba que su verdadero deseo era no verme, pero no podía permitirme el lujo de darle el gusto de ello. Ya llevaba un tiempo aquí y no le había visto, algo me decía que tardaría otra vez en volver a verme y ya era un sufrimiento el haber tenido que esperar tanto.- Pero acepto la comida.- sonríe y me agarré de su brazo. No me importaba en esos momentos su reacción, solo estar con él.- ¿A dónde me llevas? Tenemos mucho que contarnos.

por **Luis Alejandro Taylor** Dom Nov 11, 2012 6:08 pm

Ailish dejó en inmensa evidencia mi nerviosismo y mi falta de concentración con su respuesta. ¿Por qué tenía que encontrarme con ella en una circunstancia que no era planeada ni agendada? Al menos así podía prepararme para soportarla durante el rato que durase la reunión, y luego marcharme a por distintas compañías femeninas para “relajarme” una vez que todo terminara. Pero esta vez era algo espontáneo e improvisado, y por la forma en que se sostuvo de mi brazo para empezar a andar, no iba a ser una compañía corta. Tú y tus ideas, Luis…

- Conozco un buen local por aquí cerca, seguro te gusta. – comenté tratando de sentir aún vivo mi brazo estrujado con la presión de una lavandera de río y no hacer tan notoria mi molestia, pero afortunadamente el lugar estaba a poco más de dos cuadras, así que no fue tanto. Llegamos y pedí la mesa de siempre al camarero de siempre, quien no dejaba de observar a Ailish queriendo preguntarme si era una nueva conquista. Menos mal que no lo hizo, porque mi mirada fulminante se podía traducir en un despido inmediato. – Pide lo que quieras – Le dije mientras le ayudaba a sentarse como rezaba toda regla de cortesía y galantería para con las damas, sentándome luego frente a ella para contemplarla mientras sus ojos estaban fijos en la carta con los platillos a ofrecer. El camarero se puso al lado mío y me dedicó una mirada cómplice. Yo le respondí con unos cuantos francos para que se mantuviera callado hasta que yo le ordenase. Tomé un poco de agua que me había traído y esperé con una mano sosteniendo mi cabeza con el codo en el borde de la mesa, mirando a aquella jovencita intentando ser indiferente.

por **Ailish Figueroa** Sáb Nov 17, 2012 9:26 am

Andé agarrada de su brazo mientras notaba la tensión que llevaba en mi presencia. ¿Tan desagradable era reencontrarse con una antigua amiga? Un leve suspiro salió de mis labios mientras pensaba en las consecuencias de que hubiéramos acabado así. Yo recordaba todo con cariño y sus recuerdos siempre conseguían hacerme sonreír, pero quizá, él, al haber un matrimonio de por medio, ya no quería ver aquellos momentos que pasabamos.

-Es bonito.- Observé el lugar al que me había llevado con atención mientras me percataba de las miradas que ellos se estaban lanzando. ¿Lo pillaba? Perfectamente y por dentro me estaba muriendo, pero no iba a mostrar nada más aparte de una sonrisa. Pedí al camarero una copa de vodka piña y luego un plato de ensalada antes de mirar a Alejandro.-Pues aquí va la verdad.- sonreí y miré la copa que me trajeron, la cual cogí con una mano.- La verdad es que estar en aquel lugar sin mi padre y sin tí fue un auténtico infierno. Todo cambio de repente, conocí cosas mías que tuve que afrontar sola y no preguntes si fui un angelito, ya que mi padre recibió varias cartas de las malditas monjas quejándose de mi increible comportamiento. -mis ojos no se apartaban de los suyos y aunque me moría de ganas de llorar, estaba con una sonrisa en el rostro.- ¿Quieres saber algo mas?

por **Luis Alejandro Taylor** Jue Nov 22, 2012 2:04 pm

Ailish empezó a contar su verdad cuando el vodka y su ensalada llegaron a destino, y le escuché atentamente ignorando notoriamente el hecho de que mi copa de vino y mi asado alemán con arroz llegasen y se robasen mi sentido del olfato, el cual hizo que arrugara la nariz no por el inexistente mal olor del platillo, sino que por acompañar a mi boca en una mueca de visible incomodidad por lo que estaba escuchando. Sí que había sufrido mucho, y en sus ojos se notaba que me estaba diciendo la verdad. ¿Por qué me mentiría, en todo caso? ¿Para sensibilizarme y hacer que me fuera con ella? No, eso era una posibilidad absolutamente inexistente. Puede que Ailish estuviera desesperada con tenerme para sí, pero sin duda alguna sería incapaz de realizar semejante treta. A ella tampoco le gustaría rebajarse a eso, tampoco.

Me sonreía a pesar de todo, y eso era admirable…sin embargo, ¿realmente le daba para sonreír? ¿O era una careta para no derrumbarse? Seguro que si estuviéramos completamente solos se hubiera aferrado a llorar a mis brazos. Estando tan cerca los dos no podía mantener una sonrisa, y la situación y el relato tampoco daban para una torcida de labios positiva, tenía que…mantenerme comprensivo – Si no quieres contar nada más, no quiero forzarte, ni quiero que lo revivas en tu mente. Ya me quedó claro que este último tiempo no ha sido bueno para ti. – Sonreí de todas maneras, para darle algo de ánimo. ¡Yo y mis promesas! – Lo que importa es que eso ya es pasado, que no volverás a vivirlo. –Dije, y tomé ahora un sorbo de mi vino, el cual satisfizo mi paladar con creces, dejando mi boca y garganta húmedas para continuar. ¿Continuar qué? ¿Qué podía hacer con algo tan improvisado?

por **Ailish Figueroa** Mar Nov 27, 2012 6:55 am

Mis ojos lo estudiaban detenidamente; sus movimientos, sus gestos, su incomodidad... No le gustaban aquel inesperado encuentro, y creía que tampoco mis palabras. ¿Qué pasaba por su mente? Eso no podía saberlo, pero estaba realmente ansiosa de saberlo. Sabía lo complicado que sería estar con él, que me iba a costar como nada nunca, pero no me importaba... Cuando algo te importaba de verdad, cuando se conseguía era muchísimo más valioso que cualquier otra cosa conseguida.

-No me importa contentarte mi vivencia fuera, aunque me pregunto si de verdad te importa- mis ojos estaban fijos en los suyos y mi sonrisa se ensanchó, volviéndose realmente encantadora. Estaba segura de que ambos dos sabíamos a que jugaba yo, pero no podía ser tan directa por ahora.- Quizá si me porto mal mi padre vuelve a llevarme lejos... No es una idea que descarté, ¿sabes? - tenía mucho rencor en mi interior, mucho odio por todos esos años que me privaron de mis seres queridos. No sabía porque me habían hecho eso, pero lo odiaba con toda mi alma y me las cobraría. Eso que lo tuviera por seguro. - ¿Y cómo ha sido tu existencia en mi ausencia? ¿Algo que recalcar y comentar? -cogí el vaso de vodka y me lo bebí de un solo trago, pidiendo acto seguido uno. Si mi padre no estaba, sería genial empaparme de alcohol para aquel día.

por **Luis Alejandro Taylor** Miér Dic 05, 2012 11:02 am

La textura y el sabor de la carne a la alemana invadían mi boca mientras oía sus reparos y extraños comentarios, sobretodo esa sonrisa amplia que no coincidía con lo que estaba diciendo. ¿Estaba siendo sarcástica? ¿Era una indirecta? Trataba de darle poca o nula importancia, pero su mirada sobre mi presencia me tenía algo contrariado. No podía negar que el que se fijara tanto en mí era algo gratificante, como cuando miras a un perro que hace buenos trucos; pero ella…ella tenía un algo especial. ¿Decírselo? ¡Jamás!

- Sí, me importa. – Le dije respondiendo a la defensiva, dejando los cubiertos en diagonal sobre el plato en señal de que ya había terminado. Me limpié con la servilleta y continué – Eres una amiga a la que aprecio mucho, y no me gusta escuchar que has sufrido, no te lo mereces…de verdad. – Dije ayudándome con mis manos, obviando la mención de que su padre era un desgraciado y que simplemente no podía llamarse progenitor. Hasta un mendigo –con el respeto que me merecen los hombres de calle- podía ser mejor padre que él, pero para variar no podía decírselo. Ailish parecía detestarlo también, pero no era correcto decírselo, así que me tragué mis pensamientos con el último trago de mi vino.

El segundo vodka llegó con el segundo vino y una pizca de preocupación de mi parte por la forma en que el primer trago ruso había desaparecido en la garganta de mi acompañante. No la recordaba muy tolerante al alcohol…pero quizás habiéndose “portado mal” como había dicho había conseguido resistencia. No quería arriesgarme, pero tampoco quería negarle el derecho a tomarse unos tragos conmigo. Después de todo, yo la estaba invitando. Caté mi vino un poco antes de dar un nuevo sorbo y miré al techo unos segundos pidiendo una respuesta inspirada, la que finalmente vino – Pues… logré convencer a mi padre para que me dejara supervisar la Casa Matriz de la joyería y me he gastado el tiempo en eso. Bastante aburrido, por cierto.

¿Había sido demasiado descarado?

por **Ailish Figueroa** Lun Dic 24, 2012 10:24 am

Comí levemente del plato que tenía y después, cuando trajeron mi nueva copa de Vodka, volví a beberla como si fuera meramente agua. Aunque quería hacerme la fuerte y hacerme creer a mi misma que aquella situación era lo mejor, en el fondo estaba aterrada. El amor que sentía hacia mi compañero no sabía si era correspondido y,si no lo era, ya me encargaría yo de que así fuera. Le había perdido durante aquellos años que había estado fuera, pero no se lo dejaría a otra. Era yo quien quería hacerle feliz... Pero no podía mostrando debilidad, así que la opción del alcohol no me resultó una mala idea.

-En realidad no me lo merecía antes, ahora quizá sea un poco discutible.- En aquel lugar alejado de la mano de Dios no me había portado, precisamente, como una samaritana. Había salido sin permiso de las monjas, había comprado ropa provocativa, había ligado con chicos varios y me lo había intentando pasar bien. Pero daba igual con quien me juntara o que hiciera, Alejandro jamás se iba de mi cabeza.

Terminé de comer y, con una sonrisa, pedí una copa de vino. Siempre habían dicho que las mezclas eran explosivas y sería divertido con lo rápido que el vino subía a la cabeza. Observé a mi acompañante mientras hablaba y cada vez mi sonrisa se ensanchaba más. Me alegraba por él, muchísimo de hecho, pero bien sabía que no se había dedicado solo a eso.

-Así que ahora tu te encargas de la joyería... -estaba pensando soltar una bomba y el alcohol no me ayudaba a callarla.- Y dime, ¿hay bonitos anillos de boda?-mis ojos se posaron en los suyos con seriedad, analizando su reacción. Bien sabía que el compromiso era algo de nuestra familia, pero yo lo deseaba ferviéntemente y él... probablemente no. Además, tampoco quería evitar el tema para siempre, alguien debía sacarlo y ese alguien había sido yo. A veces me pasaba de directa...

Off:

por **Luis Alejandro Taylor** Jue Ene 03, 2013 8:25 pm

Ni siquiera iba en la mitad de mi segunda copa de vino cuando Ailish hizo magia con el vodka, desapareciéndolo en máximo cinco segundos en su garganta. Aquello obviamente me sorprendió, porque no estaba acostumbrado a verla tan suelta en lo que se refería al alcohol…y eso estaba poniéndome más nervioso de lo que ya estaba. ¿Qué quería lograr? ¿Emborracharse y tirarse a mis brazos sin la timidez acostumbrada? No me extrañaba una idea así…viniendo de ella, claro.

Suspiré suavemente por esas alocadas y estresantes reflexiones y, cuando alcé la cabeza para volver a mirarle vi cómo le hacía una seña a mi camarero favorito para que le trajera una copa de vino. ¡Vodka con vino no! Ahora sí que la idea del emborrachamiento premeditado era su intención… ¿o si quería emborracharme a mí jugando con la resistencia de nuestros cuerpos? Tanta incertidumbre lentamente desafiaba mi paciencia, y su sonrisa comenzaba a producirme una extraña sensación de miedo.

Asentí a su reflexión –obvia por cierto ya que se lo había dicho recién- sobre mi propiedad sobre la joyería y ante su pregunta me puse a recordar los diseños que había hecho hace poco y que estaban en proceso, mientras me terminaba el segundo vaso de vino mirando al techo – Sí…hay buenos dise—

Cuando bajé mi mirada para verle de reojo, un escalofrío recorrió mi espalda, dejándome helado. Algo había en el par de ojos ajenos que me hacía creer que había algo extraño en sus palabras. Tragué saliva y sentí una presión en mi pecho y hombros, una tensión que se asociaba a un único tema: el compromiso pactado con nuestros padres. Traté de no desfigurar demasiado mi rostro y le miré con desgana - ¿Aún insistes con eso? No puedes obligarme a ser tu esposo. Luego de cumplir lo que tengo que hacer me largaré muy lejos…y no quiero que me sigas.

Le tomé el peso a mis palabras demasiado tarde, ya que Ailish ya estaba reaccionando…

por **Ailish Figueroa** Mar Ene 15, 2013 8:22 am

La reacción de él estaba siendo más o menos como esperaba. No le hacía gracia, podía verlo en su mirada y no sabía si eso me sentaba bien o mal. ¿Me afectaba? Sí, ¿a quien no cuando ama a alguien? Pero tenía que mostrarme fuerte ante él y lo sabía perfectamente, aunque lo que pudiera decir me aterraba. Había sido demasiado directa y él estaba realmente tenso.

Como era de esperar, sus palabras no era precisamente a favor del matrimonio que tanto ansiaba. Lo que ya no era tan predecible debido a que me había mentalizado, era aquel mazazo que había sentido de lleno en el pecho. Una cosa era pensarlo en la cabeza y otra escucharlo salir de sus labios. Esos perfectos labios que me negaba en rotundo que fueran de otra. No, lucharía por él todo lo que hiciera falta y necesitaba que lo supiera.

-Te irás y volveré a perderte...-no iba a llorar, me negaba en rotundo. Aunque sabía a la perfección que tenía mis ojos húmedos, le miré directamente a los suyos.- No puedo obligarte, es verdad. Pero hasta que te vayas y te escondas de mí, pienso luchar por ti pase lo que pase... Porque te quiero y deseo estar contigo más que nada en el mundo.-sonreí un poco y cogí la copa de vine que aun no me había bebido.- Asúmelo.

por **Luis Alejandro Taylor** Lun Feb 04, 2013 12:20 pm

Sabía que tarde o temprano Ailish iba a mencionar aquel tema tan incómodo y molesto para mí, y tan insistido por ella. Generalmente mis padres no eran del tipo que imponían cosas, quizás lo básico para tener una cultura sobre la media, lo que era un mínimo para mantener el prestigio de la familia - aunque mi padre y yo nos encargásemos cada uno en su momento de arruinarlo, ahora me tocaba a mí -; pero tras mis fracasos premeditados con distintas mujeres, se cansaron y decidieron imponerme a una mujer lo suficientemente conveniente para mí, según ellos...pero al final todo era conveniencia para otras personas. Para todos menos para mí.

No sabía cómo poner mi rostro para disimular, pero fui notando que ya no era necesario disimularlo. El tema ya había salido a la luz y las caretas fingidas no servían por el hecho de que ambos sabíamos lo que yo pensaba respecto al tema: No, no y no. Y ni esos ojos que a leguas podían verse brillosos por las ganas de llorar -y agarrarme a besos, suponía- iban a convencerme. ¡Jamás lo harían! Seguí mirándola, y solté un suspiro antes de hablar, por la pereza y la molestia que me daban al tener que repetir una y otra vez el mismo discurso. Pero esa mujer era demasiado insistente...

- Tú eres quien debe asumirlo. Yo soy un Gentleman libre, soy un Perro libre. Ni siquiera mis padres han sido capaces de ponerme una cadena, ¿Te crees capaz de hacerlo tú? - Sonreí dando cuenta de mi burla, tomando un lento trago de mi vino para darle tiempo a responder - Entiéndelo de una vez, yo no quiero estar contigo. Y no estaré a la fuerza sólo por un capricho de mis padres.

En ese preciso momento, me dieron ganas de levantarme de la mesa y largarme de allí, dejándola abandonada. ¿Pero por qué mis piernas no se movieron?

por **Ailish Figueroa** Miér Feb 06, 2013 5:44 am

¿Por qué iba yo a tener que asumir algo que me negaba en rotundo a que así fuera? Había un problema considerable en ello, y es que ya había asumido muchas cosas que no me salían de las santísimas narices. Que si alejarme de mi padre, de Alejandro, de mi hogar, que si estar con las monjas en un jodido convento en el cual me volvía loca... ¡No, no, no y mil veces no! Aquello no era algo para discutirse, por lo menos no en mi mente. Después de toda esa mierda Alejandro sería mío, aunque me costara sudor y sangre, pensaba hacer lo que fuera.

-Lo de perro te viene que ni pintado.-Me había enfadado y esa no era la mejor forma de seguir el tema, lo sabía perfectamente, pero esos recuerdos no me dejaban tregua.- Vaya, ¿así que crees que quiero ponerte una cadena? Verás, que aunque seas un perro lo que cuenta es la correa, ya sabes, donde pone el nombre del dueño... -Definitivamente había pasado lo que me guardaba para mí queridísimo padre. Las ironias y toda la rabia que había sentido y él me hacía sentir habían salido. ¿Qué si más tarde me arrepentiría? Era más que probable.

Respiré hondo unos instantes. Tenía que calmarme o lo perdería de verdad para siempre, pero, en esos momentos me sentía desesperada. Tenía que salir de allí cuanto antes si es que quería pensar todo con coherencia otra vez y volver a mi plan, porque claro, ese comportamiento no entraba dentro. Me bebí de un trago el vaso de vino y me levanté de manera un tanto brusca. Antes de irme me giré para verle, poniendo una fingida sonrisa dulce.

-Yo si quiero, tenemos un problema de intereses. ¿Sabes como se soluciona eso y quien suele ganar?-le di la espalda y salí de allí, sabiendo a la perfección a donde iba a dirigirme. Directa al bosque y que me dejaran todos en paz.

por **Luis Alejandro Taylor** Jue Feb 07, 2013 1:22 pm

Indirectamente había logrado lo que quería: que se molestara, que se cansara del asunto y que me dejara tranquilo de una vez por todas. Aunque era eso, indirectamente. Me había dejado con las respuestas elegantemente insultantes atragantadas en la garganta, y sin nada de alcohol para beber. Esa gata astuta me había dejado plantado en plena invitación y además había hecho un mini escándalo al salir, empujando a algunas personas que tuvieron la mala fortuna de interponerse en su camino medio ebrio.

Me levanté lentamente con la incomodidad de sentirme el centro de atención del lugar, y de inmediato se acercó mi camarero, dándome una palmada en la espalda. – Es de carácter fuerte…-le comenté y saqué el dinero que correspondía a la cuenta cuando me la enseñó y varios francos más como propina y una forma de disculparme por el triste espectáculo – Lo lamento…-Suspiré y asentí cuando me respondió que no le importaba, sino que fuera a buscarla – Gracias por todo. – Le dije y me despedí con una palmada en el hombro, partiendo tras ella.

¿Qué tenía planeado Ailish con todo eso? Me estaba empezando a preocupar, y su interrogante me había dejado intrigado. Iba a conseguir su respuesta como fuera.

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