Si mirarte a los ojos pudiera (Privado)

por **Shanen Fraser** Jue Jul 14, 2016 11:54 am

Besó el pecho desnudo de su amado, acariciando aquella piel que por tanto tiempo había extrañado. Sus dedos recorrieron de forma ascendente, llevando las caricias al cuello, tomando los cabellos rubios de su esposo, haciendo una suave presión para que sus labios se encontraran, el calor de aquellos labios, la dulzura de ese beso, la hicieron suspirar, mientras, la profunda voz de Alistair, le prometía que pronto volverían a estar juntos. Lagrimas descendían de sus orbes, al sentir como su amado se iba disolviendo, como la bruma en el amanecer costero. Lloró, con tristeza y desilusión, al despertar y dar cuenta que todo había sido un sueño, un escape de su mente, para tratar de soportar la tremenda angustia que producía en su alma, la muerte de su hijo y la desaparición de su amado.

Casi sin fuerzas, se levantó de aquel lecho frio y vacío, sin las caricias y besos de quien lo era todo en su vida. Su doncella personal, entró y la contempló en silencio, bajó la mirada y caminó hasta los ventanales y descorrió las pesadas cortinas, haciendo que la luz del dia inundara la habitación, - mi señora, el baño ya está listo, ¿desea algo mas? ¿O preparo su ropa para salir? – dijo atenta mirándola con una sonrisa en sus labios, Shanen le miró, intentó sonreír, pero las lágrimas aún cubrían sus mejillas, inspiró y buscó fuerzas para contestar, - ocúpate de la vestimenta y ve a pedir al cochero que esté listo, pronto bajaré - , la muchacha hizo una reverencia y se dirigió a informar al hombre para que se aprestara, mientras Shanen se dedicaba a bañarse.

Mientras se vestía, rememoró las palabras dichas por su esposo en el sueño, en verdad, esperaba que ese presagio fuera una realidad. Sonrió mientras recordaba una poesía de Robert Burns, - Mi corazón es angustia, y lágrimas caen de mis ojos… hace largo, largo tiempo que la alegría me es extraña…* - susurró, mientras la joven doncella ajustaba el corsé - Oh, si acariciar la felicidad yo pudiese…* - prosiguió, - mas la felicidad sería volver a besar tus labios, perderme en tus orbes, oir tu profunda voz, como el murmurar de las olas -´caviló. Se contempló en el espejo, bella, joven, pero con el corazón en carne viva. Su mirada buscó la de los tiernos ojos de su doncella, - gracias, puedes retirarte – dijo con un nudo en la garganta. Debia recuperarse, intentar conseguir los elementos para el conjuro de olvido, no solo para el vampiro, sino para ella, tal vez, olvidar era el único camino, dejar su pasado atrás y borrar todo recuerdo. Se dispuso a tomar sus guantes que descansaban en el boureau, y contempló el daguerrotipo, la estampa gallarda de su Alitair, - como olvidarte, si todo me recuerda a ti, si estas en cada rincón de ésta casa – susurró, mientras con su mano inclinaba el retrato, dejándolo boca abajo, si lograba borrar su memoria, ninguno de esos retratos, de su ropa guardada en el ropero, tendrían valor. Pero mientras tanto, seguiría manteniendo ese santuario, a la vana espera de su regreso.

Subió al carruaje en total silencio, con la palidez en su rostro, y la tristeza en el alma, Se dirigieron al mercado, en donde la dama bajó del vehículo y se dispuso a recorrerlo, en busca de algunas hiervas, demasiado peligrosas, que la podrían llevar a la muerte, de no ser cuidadosa. Su mirada recorrió el lugar, repleto de gente, de diferentes estratos sociales, y por un segundo, rogó a los hados, poder encontrarle, poder verle aunque sea, por una última vez.

por **Alistair Fraser** Lun Jul 25, 2016 8:53 pm

Hacia un par de horas un extraño barco sin bandera había sido encontrado en los muelles de parís, sin ninguna identificación, luego de varias horas de queja y molestias, varios mercaderes habían tomado la iniciativa de abordarlo y darle una rapiña a quienes se habían hecho claro los vivos, de dejar aquel barco también se escuchaban rumores de que la armada parisiana había sido desplegada , para recoger el barco y comenzó a revisarlo, con esto se comenzaron a crear distintas teorías, ya que no encontraron a nadie muchos dicen que el barco estaba embrujado otros que todos sus tripulantes fueron asesinados.

Esto llevo a que el mercado estuviera bastante movido y por que no creando gran parte de la historia, los pescadores cada uno comentando su versión del o que podía, sumando su misticismo propio y las creencias que tenia cada uno frente a lo que estaba pasando.

Alistair estaba vistiendo unas ropas algo anticuadas, para lo que estaba pasando pero como todo el mundo le confundiría con algún vagabundo mas, acaba de salir de un bar donde había comprado algo mordiendo tranquilamente un poco de pan observando como la gente, estaba algo alterada, había mucha gente comprando elevo la ceja de forma tranquila caminando hasta una de las tiendas de venta de comida tomo unas frutas tranquilamente, caminando por la calle observando y esquivando a la gente que se movía con bastante velocidad, sintió un aroma bastante fuerte y se giro mirando hacia una dirección en particular donde había un carruaje, varios mejor dicho junto a sus choferes ese era un lugar de ricos, donde bajaban las personas importantes, su mirada se clavo en una doncella que vestía ropas oscuras, se le hacia familiar demasiado familiar. Elevo la ceja mirándola y decidió acercarse de forma tranquila evitando algunas personas y cubriéndose entre las personas, para no ser visto pero cada ves que el viento soplaba su aroma era mas fuerte, cerro los ojos para intentar sentirlo era un aroma que lo transportaba años antes, cuando aun el vivía feliz.

-Shansen...

Fueron sus palabras mientras habría los ojos rápidamente buscándola con la mirada, pero ya no la podía ver por ningún lado por mas que buscaban o lograba verla, decidió seguirla por el aroma a ver si podía localizarla, era su amada era su esposa la mujer que acaba de ver, sabia que ella andaba por parís, según la información que había obtenido en su anterior casa, pero no había logrado dar con la joven , solo aproximaciones, pero el destino les había preparado juntarse, así que decidió seguir andando caminando detrás de ella buscando poder rastrearla.

por **Shanen Fraser** Sáb Jul 30, 2016 6:04 pm

Caminó por las estrechas callejuelas que formaban el mercado, de un lado a otro, se encontraban puestos de los mas diversos productos, algunos muy comunes, como lo eran las frutas, flores, carnes, aves, pero también existían otros que vendían hongos, hierbas, y artículos mas complejos, que eran vendidos de manera secreta, pidiendo un producto inocuo, pero recibiendo otros que podrían ser mezclados en alguna bebida, potaje o infusión, y que sus funciones podían ir, desde la búsqueda de la salud de un individuo, como de la muerte de ser necesario.

Shanen, no buscaba matar a nadie, mas los elementos que debía conseguir, mezclados de manera inapropiada, podrían llevar a la muerte de alguna persona, claro que en el caso de un vampiro, eso sería imposible, mas si la bebiera ella, como podría llegar a olvidar que alguna vez amo, también podría llevarla a la muerte. La bruja era consciente de aquel peligro, pero el dolor que sentía por la ausencia de su familia, lograba apagar aquellas dudas, ¿de que valía vivir, si ellos no estaban a su lado? ¿no sería mas fácil dejarse llevar por el sueño de la muerte y despertar en otro lugar, en aquel donde sus amados ya la esperaban?

Sonrió con tristeza, claro que lo era, no había una noche en que no soñara con ese momento, en el que se despertaría y la vida habría pasado, sus días serían de paz, en compañía de su hijo que hacía años, había cruzado el umbral de la muerte, ¿su esposo también lo habría cruzado? se preguntó en el momento en que intentaba acceder a un pequeño local de especias. -Shansen - llegó a sus oídos, aquella voz, el alma se turbó, detuvo en seco su andar y giró en redondo, lentamente, intentando encontrar al ser que la había llamado, como solo su esposo lo haría. Sus ojos mostraban aquella angustia que se apoderaba de la bruja, cada vez que presentía que Alistair la estaba necesitando. Bajó su mirada al piso y emprendió nuevamente su camino, debía dejar a las almas tranquilas, él no volvería, por más que su alma gritara desgarrada por su presencia.

por **Alistair Fraser** Mar Ago 09, 2016 8:39 pm

El hombre se había convertido en una especie de maldición para si mismo, un ser que durante las unas perdía su control y terminaba queriendo matar a todo lo que se le cruzara, cuando estaba en esta fase se volvía una bestia, un ser que no era capaz de controlarse a si mismo ni un poco, eso le hacia vacilar, quizás era mejor que ambos estuvieran solos, que ambos estuvieran sus caminos, ella jamas debería tener que preocuparse pro el por ser una bestia sin control, rechisto levemente pero su corazón también estaba dividido si bien lo mejor era que ambos no se volvieran a ver mas o por lo menos si existía alguna forma de controlarse pero no era así, no conocía esa forma aun, menciono decidió caminando hacia delante acercándose a donde su aroma había comenzado, el sabia que no era el único que era un ser sobrenatural, el aroma se le mezclaba con otros, no era capaz de poder rastrearlo, suspiro y pensó que lo mejor era buscar algo para poder comer ya que estaba algo hambriento, se rasco los cabellos caminando en dirección por donde sentía una leve esencia de su aroma, pasando por enfrente de la tienda donde la chica había entrado pero sin el ni siquiera imaginarse que ella se encontraba allí, decidió que lo mejor seria ir al bar o a la zona de barcos, decidió moverse hacia allí.

Era un lugar quizás muy malo para andar solo, ya que los marineros y alguno que otro aprovechado solía andar por allí para robar a las personas ricas o demasiado inocentes para entrar, en cambio el lobo no temía nada, ya que ya de por si el siempre haba sido un buen luchador, aun mas ahora que contaba con mejoras físicas y mentales para la cazeria, eso era lo que hacia los animales cazar a las demás.

por **Shanen Fraser** Mar Sep 20, 2016 5:13 pm

Pagó por lo que acababa de comprar, como era de esperar, camufló sus compras con otros artículos que no podrían ser visto con malos ojos por los inquisidores, si por alguna razón alguno estaba cerca. Su preocupación no era infundada, hacía unos días que los soldados estaban intranquilos, según le comentara la dueña del local, un barco había llegado al puerto, totalmente vacío, se creía que lago grave había pasado, - eso no es producto de una tormenta, se dice que de seguro un ser temible se escondía en la embarcación y dio cuenta de las vidas pobres almas de la tripulación -, se lamentó la mujer. Shanen, asintió, con una verdadera tristeza clavada en su rostro, pensó en el destino de su esposo, en aquel libro, el diario del capitán, que conservaba como si de un libro sagrado se tratase, ¿que habría sido de su amado? ¿en que lugar recóndito yacía su cuerpo?

El alma le pesaba enormemente, como si fuera una anciana con mas de un siglo vivido, su paso fue lento, llevado por el vaivén de las personas que la rosaban o esquivaban a cada momento. No se dio cuenta que sus pasos la acercaban cada vez mas al puerto, tal vez, en el fondo de su alma, deseaba comprobar si el barco del que todos hacían referencia, se trataba de la añorada nave de su amado, ¡claro que esa una locura pensar así! ¿pero acaso podía dejar de tener la leve ilusión de que su esposo estuviera vivo?, no, claro que no, pues no habían encontrado su cuerpo, solo el diario y éste podría haberlo perdido en el naufragio. Shanen jamás admitiría que seguir esperando por él, era realmente una locura, ella lo haría, aunque aquello la llevara a vivir el resto de su vida sola, sin formar nuevamente una familia, cerrándose a la posibilidad de ser nuevamente amada y amar con todo su corazón.

Intentó no llorar, inspiró profundamente y prosiguió caminando, hasta que desde lejos pudo ver el puerto, sus marineros, la embarcaciones, algunas tabernas, sonrió, recordando como solía ir a esperarlo en el embarcadero, cada tarde, cuando el barco de Alistair tocaba tierra, - amado, aquí estoy, cuanto te he esperado, cuanto te añoro, dime amor mio ¿algún día volveré a verte? - susurró, clavando sus ojos en un navío muy similar al de su esposo.

Fue entonces que unos marineros se acercaron a la joven viuda, - pero mira lo que trajo la marea... ¿acaso no es una sirena? - preguntó a sus amigos uno de los hombres que se paró en frente de la mujer y llevó su mano al rostro de la escocesa. Rápidamente, la bruja hizo un movimiento, impidiendo que la mano del desconocido tomara su rostro. El marinero la contempló estupefacto, - vaya, vaya, no es una sirena, es una tigresa que seguramente necesita ser domesticada - rió, mientras los demás reían a su gracia, - deja que te enseñe como debes tratar a un verdadero hombre, preciosa - le dijo, al tiempo que con sus manos la tomaba de la cintura, arrastrándola a su pecho, - suélteme - le espetó, intentando alejarse del grupo de hombres que la había rodeado - como se atreve... auxilio - gritó sin poder defenderse, a mas de interponer sus brazos al cuerpo del marinero.

por **Alistair Fraser** Miér Sep 21, 2016 2:41 pm

Por un instante el hombre se estuvo por detener y dar la vuelta hacia atrás, intentar buscar a quien fuera su amada era inútil, no haría tal cosa, ella no se merecía un monstruo, giro sus propios talones hacia el pueblo caminando en dirección contraria al puerto unos pasos cuando se miro la mano, el no era capaz de aceptar su lado animal, no era capaz de aceptar que se había convertido en una especie de maldición para el, no podía mirar a los ojos de su amada sabiendo que se había convertido en un monstruo que en luna llena no era capaz de controlarse a si mismo, pero como si el destino le pusiera una preocupación, en su mente paso como una preocupación, en la que el sintió de que su amada estaba en peligro, llámese el destino o una unión que los mantenía conectados, por lo menos a el sabia que ella era una bruja, no seria raro que hubiera hecho algo, pero contra todas sus ideas se giro y salio corriendo en dirección a donde estaba el puerto, sentía en su interior el calor y la rabia de la bestia, el había estado encontrar de usar sus mejor atributos, no le gustaba depender o tener que darle a la bestia, pero la adrenalina que recibió, fue mucha ya que empezó a correr mas rápido de lo que nunca antes lo había hecho, tomo impulso pasando por encima de unas cajas, para caer de rodillas y seguir corriendo, hasta encontrarse con el aroma fuerte a la mujer que amaba, pero no solo eso sino cinco hombres mas que mancillaban el perfume delicioso que emitía su amada, estaban contaminándolo y sentía como desde dentro de su ser el lobo mostraba los colmillos y estaba desesperado por poder mostrarse salvaje, estaba agitado eso no se lo quitaba nadie, sus ojos buscaron el contacto con los de la femenina, que había estado escuchando hacia unos minutos.Sus ojos finalmente se posaron en donde estaba la mujer detrás de un grupo de hombres que no les gusto su presencia, la mujer se encontraba ya semidesnuda, desde el torso para arriba, el hombre tocaba su trasero y tenia la cabeza metida entre los senos de su amada, apretó su puño con fuerza al punto de que sus uñas hicieron que sangrara su mano, la velocidad en la que corría las venas en su cuerpo no tenia descripción.

-Lárgate de aquí moribundo, nosotros la encontramos primero...
-Oye no te parece un animal... mira como te mira parece salvaje
-He chico bestia lárgate de aquí...

Fueron algunas de las palabras menos ofensivas lanzadas contra el hombre, que no escucho ninguna era como si hicieran eco muy lejos, para el aquellas palabras nunca existieron, el solo podía escuchar su corazón latiendo a una velocidad no vista anteriormente, el odio y la rabia salvaje crecía en su interior, finalmente empezó a caminar hacia ellos, estos se pusieron en guardia, dos se vinieron contra el para darle la paliza que se merecía según ellos, el primero le acertó el golpe en su rostro, pero no lo logro mover solamente desvió la mirada, al regresara mirándolo le tomo del cuello y se escucho un crack, había destrozado su traquea usando su fuerza en un punto donde no habían muchos huesos, al segundo que se había asustado, apenas solo el cuerpo del primero le acertó un golpe con el puño cerrado en el centro de su pecho sonando como destrozaba sus huesos cerca de los pulmones haciendo que el hombre no pudiera respirar, los otros dos furioso se lanzaron con cuchillos el primero lo apuñalo en el abdomen a lo que el respondió rompiéndole el brazo con un fuerte golpe y detrozandolo luego con un golpe de puño cerrado en la costilla dejándolo tendido el cuarto salio corriendo mientras horrorizado el quinto que tenia la mujer en brazos la soltó para intentar salir corriendo.

El ignoro a la mujer, quería cazar a ese inmundo y en cuanto el salio corriendo Alistair también lo hizo no le saca la mirada encima a su presa hasta que de un salto luego de una corrida rápida lo atrapo del tobillo haciéndolo caer golpeando su cuerpo contra el suelo, tomado de allí lo arrastro hacia unas cajas, donde lo levanto del cuello y comenzó a dar uno tras otros puños en su rostro destrozando su rostro a golpes, dejando todo su rostro desecho manchando su mano incluso llegando a lastimar su mano de tantos golpes dando en su rostro, destrozo su cara al punto de escuchar como el cráneo se partía, el hombre no resistió aquello y dejo caer sus manos muertas mientras el seguía destrozándole la cara una y otra vez, parecía estar en un trance su mirada no salia de aquella escena aterradora que el hacia, era la mirada de una bestia destrozando a su presa hasta que detuvo sus golpes luego de unos minutos que el golpeado había fallecido, dejando caer el cuerpo contra el suelo, su mirada era la mirada de un animal con rabia y odio, pero de repente esta de dilato regresando su conciencia luego de unos cuantos pasos hacia delante se apoyo en una pared y cayo inconsciente, la subida de adrenalina le habia costado su conciencia.

por **Shanen Fraser** Lun Nov 28, 2016 7:01 pm

-Por favor, solo deseo seguir mi camino… señores- dijo con voz tremula, cuando cinco marineros le cerraron el paso. Había tenido que cruzar un corto callejón, con la intención de acortar camino y llegar al puerto, mas quiso la mala fortuna, de que esos marineros, estuvieran allí, además de borrachos, se los notaba agresivos y con sus miradas clavadas en el cuerpo de la bruja. – ¿Han oído lo que dijo la dulce muñequita? – preguntó el malviviente que parecía ser el líder, - nos ha pedido que la dejemos pasar – dijo con voz socarrona y afinando la voz, intentando imitar la tonalidad de Shanen. Los cinco rieron, mientras el jefe, giraba la cabeza para enfrentarla con su mirada. Éste, inclinó levemente su cabeza antes de contestarle, - mira preciosa… si quieres pasar, deberás pagarnos… no, no, no… guarda tu dinero… te demostraré como queremos que nos pagues – dijo, al tiempo que se acercaban, rodeándola, dejándola en el medio de la ronda que formaran.

Unas manos sucias, la tomaron de un brazo, en cuando el jefe hizo una seña con la cabeza, lo mismo ocurrió con su otro brazo. La bruja intentó soltarse, pero le era inútil, otras manos aparecieron por sus costados, para caer sobre su pecho, magreando sus senos. – no, no - gimoteó, intentando hacer fuerza y caer al suelo, o tirar paradas, pero le era inútil. El sonido de la tela al rasgarse, la alertó, además de que la piel de sus pechos se erizara por el frío, nuevamente las manos comenzaron a mancillar sus senos. Gritó, pero nadie parecía darse cuenta de lo que pasaba en aquel lugar. Sus lagrimas brotaban de sus orbes, desesperada por lo que parecía inminente. El jefe de los delincuentes, se acercó a ella, pegando su inmundo cuerpo al suyo, sus manos se deslizaron por su cintura a las caderas y de allí a sus glúteos. La bruja chillo, pero, una de las manos que antes tomaba sus senos, fue a tapar su boca y nariz, no podía respirar, se sentía sofocada, apunto de la asfixia. Sus piernas dejaron de luchar, el maleante la levantó en vilo, dejando al descubierto sus piernas enfundadas en medias de seda, - maldición, estas tonterías femeninas, no dan libertad para poder follarla – se quejó, al momento en que llevaba su rostro a los pechos desnudos, lamiendo los pezones y y el canalillo – que hembra más deliciosa, si hasta huele a jazmín – se oyó que murmuraba.

Un sonido seco, llamó la atención de los cinco malvivientes, soltaron su presa y se giraron para enfrentar al pobre curioso que había llegado en mal momento, mas al verlo, comenzaron a insultarlo, a burlarse de su aspecto. Shanen, apenas podía sostenerse, su mirada perdida, intentaba visualizar lo que estaba pasando, las voce de los delincuentes se oían lejanas, sentía la mano de uno de los delincuentes, atenazar su glúteo, de manera posesiva. Entonces la locura se desató, dejándola de lado, los delincuentes se dirigieron a matar a ese hombre, un vagabundo, que parecía había oído sus gritos. De repente la conciencia volvió a ella, los vellos de su piel se le puso como agujas de erizos, al escuchar como los huesos se quebraban con cada golpe que el extraño propinaba a los delincuentes. El aura que emanaba, le confirmó que se trataba de un lobo, un peligroso sobrenatural, tembló ante la posibilidad que al acabar con todos los marineros, siguiera su sed de matar, con ella. Cruzó sus brazos sobre sus pechos desnudos y caminó hacia atrás, paso a paso, hasta chocar con la rugosa pared del callejón. Observó aterrada como desfiguraba hasta matar, al que había sido el líder, para luego girar y buscarla con su mirada, mas cuando sus ojos hicieron contacto, el lobo se desvaneció.
Shanen, corrió hacia él, dejándose caer a su lado, desesperada, algo en aquella mirada le había hecho pensar en su amado, ¿acaso ese vagabundo era él?, no, no podía ser ¿o sí? Colocó con sumo cuidado la cabeza del hombre en sus piernas y acarició los cabellos de un rubio oscuro tan particular, - oh, Dios, debo sacarte de aquí, vamos, reacciona, debemos huir, antes de que lleguen los policías – le susurró mientras continuaba acariciándole. Pronto sintió que comenzaba a reaccionar, pudo ver la mancha de sangre que se formaba en el estómago de su salvador. Con sus manos rasgó la camisa, más la sangre parecía seca, agradeció al cielo que la maldición de la luna estuviera haciendo sus maravillas en la herida de aquel hombre. Lo vio moverse levemente, y antes de que éste abriera sus ojos, la bruja conjuró una ilusión, todos, incluyendo el vagabundo, la verían vestida como si no hubiera pasado nada, mientras que los demás verían en su acompañante a un hombre bien vestido, que era auxiliado por ella. Debía llevarlo a su hogar, cuidar de éste, hasta que se recompusiera del todo, no podía dejar de agradecerle su intervención. De pronto para ella, él no era un peligro, ni un monstruo, ni le había importado que matase de esa forma a sus agresores, y por eso mismo, debía protegerlo, se lo debía.

por **Alistair Fraser** Miér Dic 07, 2016 3:22 pm

Había perdido la conciencia luego de aquel ataque de rabia, motivado por ese ardor que tenia en su interior ademas de que era ella o eso creía, ahora que estaba inconsciente podía ver su barco, como este se destruía nuevamente y como a lo lejos su esposa le daba la espalda girando, era como una pesadilla que estaba teniendo, pero en un momento la voz de una mujer comenzaba a distraerle de aquella pesadilla, veía el rostro de la mujer que le estaba pidiendo que despertara, parecía un ángel salvándole de aquello, dio un salto buscando de poder llegar a ella y alcanzarla.

Luego de unos minutos comenzó a abrir los ojos viendo que una mujer estaba delante de el, una muy parecida a los recuerdos del hombre lobo, de su esposa pero envejecida no mucho debía admitir, se sacudió la cabeza levemente sentándose en el suelo, escuchando lo que ella decía, sintiendo como todos sus sentidos comenzaban a regresar de golpe, para luego ponerse de pie y ver que no estaba manchado, mirando a esta de nuevo.

-Que paso??

Giro la cabeza viendo que había cuerpos tirados allí, y se miro las manos para suspirar sabia que lo había hecho el a veces perdía la razón luego de enojarse demasiado, agradecía a dios que no podía transformarse durante sus ataques de ira.

-Lo hice yo perdóneme por a verla involucrado en esto...

Menciono intentando abrirse camino, para alejarse de ella pero sintió una punzada su herida no había regenerado tan rápido como siempre, quizás por que hacia poco había sido luna llena y tenia menos poder, no entendía por que pero debió casi doblarse sobre si mismo por el dolor que estaba generando, alzando la mirada para ayudarse con la joven, que estaba con el haciendo sonar su cuello y se apoyo en la pared.

-Siento seros una molestia madam, por esto disculpadme

Ya que en ese momento dependía totalmente de ella para poder moverse, por lo menos hasta que aquellas heridas terminaran de sanar y pudiera desaparecer, estaba allí por buscar a su esposa pero cada momento le preocupaba mas su estado, ella viviría allí rodeada de esos peligros ya se había casado de nuevo, tendría hijos sabia que era casi imposible pero se había animado viajar de nuestro hogar a parís, así que no sabia el por que, todo eso iba pensando aunque tenia el aroma de su esposa cerca, no quería aceptarlo pero al parecer su salvadora era su esposa una bruja, nunca antes la había visto así de esa forma.

por **Shanen Fraser** Jue Ene 19, 2017 6:01 pm

Un gran alivio llenó su corazón al verle reaccionar, inconsciente, le hubiera sido imposible movilizar. Sopesando, podía darse una idea que le sobrepasaba en peso unos cuantos kilos. Sonrió al recordar como su esposo solía levantarla en sus brazos, haciéndola girar, mientras ella gritaba y reía. La sonrisa pronto desapareció, - ¿a donde ha quedado ese tiempo tan hermoso, porqué vivo en una continua pesadilla, de la que no logro despertarme? - caviló, dejando de prestar atención, por un instante, a lo que hacia el hombre. Cuando se dio cuenta de su error, le contempló doblado en dos por el dolor, - oh! lo siento, deje que le ayude - habló acercándose al lobo, y permitiendo que se apoyara en ella.

-No se preocupe, no sé que hubiera sido de mi, si usted no aparecía, creo que le debo mas que mi honor, le debo la vida - se sinceró, recordando la forma en que los maleantes la habían tratado. Lo mantenía agarrado por la cintura, mientras que el brazo del hombre le rodeaba el cuello, tomando con su otra mano, la mano masculina. - Ahora no debe pensar en nada que logre angustiarle, debemos irnos pronto de aquí - Dijo mientras pateaba suavemente apartando de su camino, algunas de los objetos que había comprado en el mercado. No podía llevarlos, le era imposible cargar con ellos y a la vez ayudar a su salvador.

Pronto dejaron el callejón, y se dirigieron rápidamente a donde se encontraban unos coches de alquiler. Con ayuda del cochero pudo acomodar a su acompañante en el siento, - parece que el señor tomó de mas - dijo el cochero, sonriendo y guiñando un ojo, Shanen sonrió, sin hacer comentario alguno, agradecida que su ilusión le estuviera cubriendo las espaldas, aunque la reputación del caballero quedara un poco golpeada, al considerarlo borracho, ya a media mañana. Sin perder tiempo, dio al cochero la dirección de su residencia y se dispuso a atender a quien sería su invitado, mientras se recuperara, - no se preocupe, ahora, iremos a mi hogar y allí podrá recuperarse - susurró, por miedo de que el cochero pudiera escucharla. Su mano arregló el cabello de aquel hombre que la había salvado, con la misma naturalidad que lo hacía, cuando acariciaba a su hijo, sonrió perdida en aquellos orbes que le parecieron tan familiar. Pero al darse cuenta del gesto intimo que había tenido con aquel extraño, se ruborizó y bajó su mirada, hasta sus manos, que apretaba nerviosa el genero de su vestido, - oh! disculpe, no quise, molestarlo... es solo que de pronto... recordé a... - se detuvo antes de pensar que le diría, - a un ser que perdí hace tiempo- dijo casi en un susurro ahogado, por la emoción.

por **Alistair Fraser** Lun Ene 23, 2017 11:38 am

Para el lobo aquello paso demasiado rápido se podía decir, de vez en cuando perdía la noción del tiempo no dándose cuenta de donde estaba, todo le daba vueltas y eso llevaba a que su agarre se volviera mas fuerte, aumentando el peso sobre la bruja, que le acompañaba aunque intentara evitarlo no le lograba, podía ver como si en una ilusión aparecía su esposa y cuando sintió que su cuerpo se desplomaba sobre algo firme como si fuera un asiento o lugar de descanso, sintiendo como se movía el suelo estaba en algo móvil, sus ojos se cerraban y la voz femenina comenzaba a sonar cada vez mas lejos, al abrir sus ojos se encontró con un entorno familiar, el movimiento de las calles le despertaría este veía todo mas claro, se trataba de un sueño o una ilusión.

En esta el estaba marchando en un carruaje observaba para afuera cuando miro a dentro debido a la risa de una joven dama, este vería el hermoso cabello de su amada esposa sonriendo y mirando para afuera diciéndole cosas banales del día a día, este sonreía y estaba contento, tomaba la mano de ella y la miraba sonriendo besando su frente abrazándola, hacia años que no la veía y no lograba soñar con ella, besaba sus labios y su cuello y esta le decía que se calmara que pasaba que estaba tan mimosa entre besos, sonrisas correspondidas, aprovechaba ella para abrazarlo y como siempre le había hecho le preguntaba si no podía quedarse no zarpar al mar con su tripulación, en ese momento el recordaría todo el desastre y asintiendo dijo lo que jamas pensaría que diría.

-Si si amor no iré mas al mar, me quedare contigo a tu lado no te quiero perder de nuevo.

Esta le miraba raro y tocaba su frente besando le y agradeciéndole por quedarse, pero que ella sabia que el no seria el si no fuera al mar , este no quería pero ella le besaba y decía que debía o se sentiría mal por a verlo sacado de su segundo amor, decía en broma ya que ella era el primero o se molestaría aunque a veces el mar le ganaba en prioridad siempre en broma y entre sonrisas y bromas, en el momento que este acepto, sintió el aullido de un lobo, lo que le asusto preguntando si ella lo estaba viendo a lo que negó, su esposa tocando nuevamente su frente para ver si era su marido o otra persona. En ese instante el pudo ver como la razón le regresaba y veía de nuevo a la mujer que tenia delante, que estaba tan cerca que una figura de su amada un recuerdo se ponía sobre la mujer y reflejaba a su esposa, de nuevo cayo preso de su inconsciencia y estaba sobre el barco despidiéndose de su amada al igual que toda su tripulación.

Se pudo dar cuenta que esa era la ultima vez que había visto a su amada esta sujetaba un pañuelo y le saludaba alegre de despedirlo, pero algo terrorífico paso que no debía estar allí, un lobo negro de ojos amarillos se asomaba desde el callejón sonriendo dejando caer baba mirando a su amada esposa, este intentaría evitarlo pero le seria imposible el lobo se escondería en el carruaje, era su desgracia su terror la bestia en la que se había convertido.

Sus heridas estaban casi sanadas ya pero el seguía pareciendo tener alguna especie de delirio, comenzó a recuperar la razón, volviendo en si este veía en la mujer que tenia en frente su esposa, incluso la veía con el mismo vestido de la ultima vez lo que hizo que sin importar nada ya perdiendo la razón, la besara con ganas tomándola de la cintura, lagrimas salían de sus ojos, estos parecían algo perdidos dejando claro que estaba en alguna ilusión por las heridas, tomando la mano de ella con ganas y un gran amor, el amor de alguien que no quiere dejar ir a su amada de nuevo, luego del beso cayendo inconsciente dijo.

-Shanen no me dejes de nuevo.....

Lo ultimo casi en un susurro de un alma perdida en busca de dirección y de su amada Shanen.

por **Shanen Fraser** Jue Feb 16, 2017 6:12 am

Shanen jamas, habría esperado la reacción que tuvo el hombre, dentro del coche. Ya hacía minutos que habían dejado la calle que los alejaba del mercado, dirigiéndose lentamente hasta la residencia de la joven viuda. por eso, cuando cayó nuevamente inconsciente, luego de besarla en los labios, de abrazarla como si en ello se le fuera la vida, la joven bruja quedó casi en un estado catatónico, en shock. ¿que había dicho aquel extraño antes de desvanecerse por última vez? L había llamado por su nombre, y le había suplicado que no le dejara,, que no podía perderle nuevamente.

El movimiento del coche, unido a la fuerte impresión de la que era presa, hicieron que la bruja pensara que se desvanecería. Pera la mujer era mucho mas fuerte que una dama común. Así que comenzó a inspirar profundamente, hasta que aquella extraña sensación la abandonó. Cuando estuvo mas calmada, intendó acomodar el cuerpo del marinero, de tal forma que su cabeza, reposara en su regazo. Con delicadeza, fue acomodando sus cabellos, despejando la frente, buscando alguna señal que le pudiera dar la certeza de que aquello que vivía no era parte de la ilusión que estaba creando su mente, tal vez, ella misma se estaba inventando aquella situación y el marino, no fuera mas que un extraño y no su esposo que por fin volvía a casa.

Le acarició, con ternura, al descubrir pequeñas cicatrices que solo ella podía conocer. Era él, estaba segura, no pudo contener las lagrimas, y se dejó invadir por esa sensación de alegría, tristeza, miedos y agradecimiento a ese Dios, que por tanto tiempo había culpado de las tragedias vividas por su familia.

Cuando estuvo mas calmada, dejó vagar su mirada por el paisaje que se podía contemplar por la ventanilla. No faltaba mucho, apenas unas calles, antes de doblar a la derecha y tomar el camino a la ensenada, en donde se alzaba su nuevo hogar.

por Contenido patrocinado

Si mirarte a los ojos pudiera (Privado)

Si mirarte a los ojos pudiera (Privado)

Re: Si mirarte a los ojos pudiera (Privado)

Re: Si mirarte a los ojos pudiera (Privado)

Re: Si mirarte a los ojos pudiera (Privado)

Re: Si mirarte a los ojos pudiera (Privado)

Re: Si mirarte a los ojos pudiera (Privado)

Re: Si mirarte a los ojos pudiera (Privado)

Re: Si mirarte a los ojos pudiera (Privado)

Re: Si mirarte a los ojos pudiera (Privado)

Re: Si mirarte a los ojos pudiera (Privado)

Re: Si mirarte a los ojos pudiera (Privado)

Re: Si mirarte a los ojos pudiera (Privado)