Nueva parte del servicio...

por **Cathaline Von Holstein** Dom Ago 12, 2012 3:21 pm

Después de llegar de Versalles, decidí que debería contratar a un mayordomo privado, que se encargase de todo lo mío, citas, galas, de todo, así que llame a Hilda para que se encargase de ello y encontrase a un buen candidato.

-Hilda, necesito que encuentres a alguien, alguien cualificado que se encargué de mis tareas personales a partir de ahora, ¿Serás capaz?

Hilda asintió eficaz y salió del salón en ese mismo momento. Me quede pensativa, en casi 48 hora mi vida había cambiado radicalmente, pase de estar de luto y ser una dama recién llegada a París a estar invitada por su Alteza a formar parte de la corte de Versalles. Mire mi vestimenta actual, aun me notaba rara, tantos meses vistiendo el negro hacían que ahora me sintiese mal por haberme retirado de el.
Me levante del sofá y me dispuse a colocar mis libros en la biblioteca, se suponía que era un trabajo de Hilda pero era algo que me gustaba hacer por mi misma, era de lo poco que me recordaba a mi padre, sus libros… Ese día acabo, y fue realmente agotador, una vez ya en mi habitación, me quite el vestido y me senté frente al tocador a retirarme las joyas y soltarme el pelo. Bajo la tenue luz de las velas cogi un cepillo con el mango de plata y empecé a cepillarme el pelo, tal y como había hecho cada noche desde que tenia uso de conciencia, luego me puse la camisola para dormir, suspire, y cerré los ojos

Al día siguiente a primera hora, Hilda entro a mi habitación y abrió las ventanas.

-Señorita Von Holstein, he encontrado al candidato perfecto, se encuentra en el salón de te esperando.

Me despeje un poco y bostece.

-Muchas gracias Hilda.

Me vestí, esta vez un poco mas sobria que para ir a Versalles, muselina en color crudo y unas perlas y sencillo recogido, y baje a recibir a mi nuevo ayudante.

-Bienvenido… Soy la señorita Cathaline Von Holstein.

por **Rolf Van Abelard** Lun Ago 13, 2012 3:09 pm

Había pasado mucho tiempo desde la última vez que daba caza a un Cambiaformas pero según por la información que había obtenido a partir de una de mis fuentes, mejor dicho, de mi mejor fuente pude descartar algunos centros sociales por donde el cambiaformas podría moverse. Uno de ellos era una familia de clase alta que poseían a su disposición una serie de criados para satisfacer todos los deseos que sus "dueños" necesitaban, es decir, trabajan para servir a sus señores.

La Familia Real se encontraba en Versalles y era ahí donde necesitaba infiltrarme, la pregunta mas obvia era ¿Cómo? pero al parecer por un flechazo del destino me encontré con una mujer la cual no aparentaba nada ser una vecina del barrio en el que se encontraba. Como soy una persona muy cortes preferí preguntarla por si acaso esta se había perdido "Medio-Pobre" no era muy bueno. Me acerque con cuidado a ella para poder abordarla sin darla ningún susto. - Disculpe mi intrusión, ¿Esta usted perdida? - Perfeccione mi nivel del lenguaje a las características de esta persona.

Hilda me miro fijamente a los ojos, segura de ella misma, parecía como que aunque se encontrase en un barrio de mala muerte ella pudiese defenderse con facilidad de algún agresor. - Gracias por su interés pero no es así, solo buscaba a una persona - Se notaba demasiado que era una persona que a aprendido mucho tanto de su vida como de las personas que la rodean. -¿Qué tipo de persona?, quizás yo pueda ayudarla. - Mi tono seguía siendo suave, no quería obligarla a que me dijera nada en concreto ni nada por el estilo. - No busco mucho, necesito un mayordomo personal para mi señora, Cathaline, integrante de la Corte de Versalles. -

Arque una ceja, ¿Qué acababa de pasar? yo buscaba la forma de encontrar en aquella corte y justo delante de mi estaba mi pase VIP. Sonreí levemente ante la atenta mirada de Hilda, supuse que ella había entendido el mensaje a la primera pero para cerciorarme decidí decírselo. - Menuda suerte, yo soy el hombre al que estas buscando. Rolf Van Abelard, encantado. - Hilda, no dijo ninguna palabra simplemente se dio la vuelta haciéndome un signo con su mano derecha para que la siguiera hasta la corte con lo que considere que ella había aceptado mi propuesta y me llevaría a conocer a mi "Señora" y supongo que mi nuevo hogar hasta pasados unos días.

----- Apenas cuarenta y seis minutos después -----

La fachada de la corte se veía magnifica, era impresionante la mezcla de tonalidades que habían tomado para su composición. La puerta era realmente grande con unos detalles marcados en hierro para darle un fuerte carácter. Hilda y yo entramos con facilidad hasta un salón central, bueno, no era muy central estaba pasando apenas unas habitaciones hacia la derecha. Una vez ahí simplemente me señalo un asiento y se fue escaleras arriba. Miraba de un lado para otro fijandome en todo lo que podía antes de tener que tuviera que centrarme todo el día en Cathaline.

Unos pasos sonaron al fondo de unas escaleras, supuse que sería la señorita a la que iba a servir y entonces fue cuando la vi. A primera mano no parecía que fuera la típica persona que vive en la Corte pero quizás eso solo era la primera impresión. Me acerque levemente a ella para realizar una reverencia y poder así decir mi nombre. - Gracias mi Lady, me llamo Rolf Van Abelard. Apartir de hoy supongo que estaré a su disposición las veinticuatro horas del día. -

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