Sólo un miércoles por la noche... [libre]

por **Alexês Nyíri** Mar Ago 14, 2012 1:01 pm

Y llega la noche, la verdadera actividad iniciará. Bajo del cuarto, ya he despachado a un cliente que me hubo visto en la mañana. Un buen partido pese a no ser de la clase alta, la madamas se alegra tanto al verlo pero yo no mucho, ya se ha enamorado de mí y el ingenuo pide que me vaya con él; dice que me comprará o si no lo permite Linette Françoise nos escapemos. Siempre le sonrío y le beso tiernamente en la nariz, —es hora de que te vayas— le digo.

El aroma perfumado del burdel comienza a transformarse, los perfumes de los clientes de diferentes estatus comienzan a mezclarse, en su tiempo, bastante tiempo atrás, eso me causaba nauseas ahora en cambio me embriga y me hace suspirar, me detengo ha analizar los olores, cierro muchas veces los ojos para concentrarme... Jazmines, gardenias, rosas, claveles, y combinaciones que aún no sé sus nombres; pero me fascinan.

Llego hasta el exhibidor y me siento cruzando las piernas, llevo un vestido rojo con el escote abierto en V, sin mangas, a una pieza, no llevo corsé, mi vestido no es pomposo, se ajusta perfectamente a la figura de mi cuerpo y al cuello unas plumas negras. Tengo poco maquillaje, apenas color en mis mejillas y labios, mi cabello está rizado y estoy perfumada con un costoso perfume de Dufvra le Oncore de un delicioso olor a orquideas.

Es miércoles, no recibo clientes ese día, la persona que me solicite me probará por primera vez en su afortunada vida.

Sólo espero, y que éste cumpla con mis añoranzas...

por **Tania Fernandez** Mar Ago 14, 2012 9:43 pm

Siempre era divertido ver a las jóvenes nuevas pelearse por clientes, Tania era una de las personas que debía encargarse de que todo estuviera en paz y armonía entre las putas del lugar, pero… ¡a ella le gustaba aquellas discusiones! Bueno… tuvo que hablar con dos de las nuevas que andaban peleando por un apéndice en donde llegaban muchos… simplemente tuvo que dividirlo, muy bien aquella idea no era muy buena. Como castigo se lo dio a otra cortesana. Las chicas salieron prácticamente chillando de ira de su despacho, a ella poco le importaba. Como mujer dominante que era abrió la puerta después de que una de ellas la había cerrado con violencia… -¿!acaso donde cree que estamos…!?- grito con notable disgusto por aquella acción –si alguna puta mas tiene problemas que no resuelva ella sola tendrá que vérselas conmigo… si no me respetan… las echare a patadas y me importa un comino lo que Irvine diga- bramo mientras sus pasos caminaban. Los clientes parecían atónitos, no sabían qué hacer, algunos murmuraban, mientras las cortesanas los sujetaban, para que no se atrevieran a ir.

Alguien busco calmarla, a lo que ella busco reír, se sentó en un banco vacio cruzando sus piernas mientras con un chasquido de dedos esperaba que alguien le diera algo para beber. Pronto llego su bebida le dio un sorbo y se tranquilizo. Miro de reojo hacia algún lugar, parecía que todo se había calmado, aunque probablemente ella era la del escándalo, bueno no le importaba. Su vestido negro parecía hecho por un diseñador, tenía un corsé que dejaba ver su piel tostada y casi morena, sus pechos voluptuosos se alzaban como dos montañas que nadie podría nominar, la falda tenía un corte a que dejaba ver más carne de la deseada, claro nunca seria más de lo que ellos desea, aquellos avaros siempre deseaban mas y mas. Volvió a tomar un trago mientras acomodaba su cabello que cubría un poco sus hombros desnudos.

- Dufvra le Oncore- susurro mientras de sus labios rojos apartaba el vaso –buena elección…- sonrió entrecerrando sus ojos. Levanto un poco su cabeza mirando aquel techo tan conocido por ella –debes venir a verme de vez en cuando….- dijo sin mirar aun a la joven, claro no era necesario que le mirara, sabía muy bien que estaba hablando con ella-Mejor sácale todo lo que puedas a aquel tipo que está enamorado de ti…si le causa problemas al jefe… - sonrió dejando salir una risilla mientras buscaba su vaso de nuevo. Por primera vez le miro ladeo su rostro un poco dejando que su cabello callera por la gravedad –¿buscaras un cliente nuevo hoy?- dejo salir un bostezo –tengo tiempo sin “trabajar”- confeso. Tenía unas dos semanas que simplemente se paseaba por el burdel, no era que n le salieran clientes, simplemente no deseaba aceptarlos, no estaba necesitada de dinero, aunque le comenzaba a dar la impresión que debería comenzar a ahorrar, la belleza no duraría por siempre, aunque claro ella aun tenia para mucho.

por **Alexês Nyíri** Miér Ago 15, 2012 9:05 pm

–No vale la pena, nisiquiera es buen amante– le digo y me sonríe. –Además, ya tengo mis ojos puestos en alguien más y también está enamorada de mí–.

Suspiró y la miró, lleva un atuendo muy provocador y siento atracción hacía ella, –supongo que también debes de tener más de un enamorado... ¿o me equivoco? Y Por lo visto si los exprimes– suelto una risilla y ella me imita.

De pronto, pongo una de mis manos en su rostro y me acerco a ella, nuestras mejillas apenas rozan y le susurro al oído... –¿Has pensado en marcharte de aquí?– le digo.
–¿A qué va todo esto?–
–Edwin me ruega irme con él y como él, hay varios... ¿te imaginas la vida fuera de este putero... Cuáles son tus sueños querida?– le besó la oreja con ternura y la miro con interés, tomó una copa y la bebo esperando su respuesta; mientras a nuestro alrededor las chicas son escogidas una a una...

por **Derek Van Wijs** Jue Ago 16, 2012 7:02 pm

Es un miércoles más, sin espectáculo.

Uno de los días en los que visito a las putas de París.

Visto de gala, como cualquier otro tipo de la clase alta, mas yo me valgo de mis ilusiones para causar una impresión mayor.

Entro en la callejuela de luz mortecina, una de las entradas al burdel más popular de Paris.
Comienzo a escuchar la música del lugar, creo una ilusión que hacer parecer que vengo con varios hombres, centinelas altos y voluptuosos, es por eso que ando con tranquilidad.

Beuveniue Monsier o' Raven

Me reciben en la puerta yo sonrío con malicia y entro, la mujer de la entrada me sigue con la mirada y dice:

-¿Los sentinelas también pasarán?-

Vuelvo mi mirada con astucia.

-¿Cuáles sentinelas madame si vengo solo?- le digo con tono suave, después le guiño el ojo, ella voltea sorprendida para no ver a nadie afuera y me retiro.

La música de piano, la barra, las mesas de juego, las escaleras que llevan a las habitaciones de prostibulos y abajo, las señoritas sentadas en un rincón esperando a por ser escogidas entre toda clase de gente que frecuentamos el dichoso lugar.

Grandes figuras (cómo yo) descendiendo al bajo mundo por placer y lujuria, algunos mercaderes que juntan su semana y la gastan en una sola noche, en el juego o con cortesanas, hombres vestidos de gala y ocacionalmente viudas o esposas de desdichados que vienen a por lo que el marido ya no puede o no les da.

Algunos timidos esperan a que una cortesana se acerqué a ellos, otros cegados por la lujuria las toman como si de animales se tratase, grotescos cerdos ebrios que se convierten en bestias y las lastiman, joder me cabrea. En esos momentos uso mi ilusión de una manera tan potente que huyen espantados como si el demonio viesen.

Sin embargo, -¿acaso no vengo yo a someter a las mujeres del lugar para hacer de ellas lo que no se puede hacer con una dama pudorosa?

Mi encanto comienza a desprenderse cual perfume llamando la atención.

Llego ante las mujeres, busco a mis favoritas pero no las localizo, hay nueva mercancia, doy un vistazo rápido para ver si las encuentro en algún lugar esperando que no la hayan escogido como compañeras esa noche de luna menguante.

por **Alexês Nyíri** Sáb Ago 18, 2012 1:04 pm

Volteó a ver a la persona que llega, un cliente del burdel, sin embargo, no mío. Dicen que es mago, un gran ilusionista muchas afirman, mas yo no me la creo.

Y aunque nunca he visto una función de magia, todo lo que se dice de él es demasiado exagerado. Lo único que me llama de él la atención es su dinero, su fama y atractivo. Busca a sus putas, siempre lo hace, no es de los tipos que desean aventurarse a otros placeres, pues considero piensa que todo cuanto placer es se lo dan sus chicas. Pobre, todas y sin excepción han sido seleccionadas, o al menos eso creo sé que tiene una especial y de quién no tengo idea.

Veo a Tania, ella también lo ve y me pregunto –¿Será ella aquella cortesana especial, la favorita y a quién paga exhorbitantes francos por sus favores?–, son los miércoles, los miércoles la busca y ella sólo se reserva para él. En fin, hoy lo sabré. Hoy después de tantos miércoles averigüaré quién es su favorita, pues de ella sacaré la información que deseé por tanto tiempo.

Ahora espero y me reservo escuchar lo que Tania tenga que decirme y haga después...

por **Ruggero Rosso** Lun Ago 20, 2012 4:32 pm

Después de ejercer una orden sin dejar supervivientes, sólo hay dos cosas que a Ruggero le fascina hacer, embriagarse con el mejor vino en una buena taberna, o embriagarse de sexo con una buena puta.

Sin dudarlo decidió la segunda opción, no había visitado París desde hace un año, en una campaña contra cambiaformas caninos.

—¡Alexês, mi amada hoy serás mía nuevamente!— Suspiró y evocó su piel con la suya, el dulce aroma de sus perfumes, su calor, la sensación de tener su rostro recostado en su pecho. —¡Ay!—

Entró y la vio al fondo, junto a una de sus compañeras; decidió contemplarla unos momentos, la vio sonreír y creció en él un fuerte sentimiento que sabe no debe de aceptar, pero que no puede evitarlo, no quiere esquivar ese querer para con ella. Fue por eso que le reveló muchas cosas, la instruyó en otras tantas y le enseñó cuando estaban a solas el uso de las armas.

Su perfume, pese a la distancia, lo percibio, como atrayéndolo, seduciéndolo y comienzó su andar hacía ella.

Fue entonces que Ruggero Rosso sintió una presencia anormal, y lo vio, un brujo que se está valiendo de su magia para lucir más atractivo, como si no lo fuera ya.

“Engendro del mal, usas el poder de DIOS para beneficio tuyo, ay hijo de satanás te despojaré de ese poder” pensó con irritación, pues aquel individuo le amargó la noche.

En un intento vago de ignorar al mago, Ruggero trata de pensar en Alexês, en su cuerpo y su manera de llevarlo a los límites.

Después de todo, ya se ha quedado con su rostro.

por **Derek Van Wijs** Mar Ago 21, 2012 12:55 pm

Me detengo al percibir que alguien me mira, cuando volteo él deja de hacerlo... Es un Inquisidor.

Lleva puesta una chaqueta de piel con pelaje en las mangas y en el cuello, una deliciosa prenda que siempre he querido adquirir, por su rostro deduzco que no es francés, pero tampoco es del norte de Europa como lo soy yo, quizás viene del sur, este u oeste... —¿Será Español?—

Noto también unos pantalones ajustados, sucios y unas botas con lodo seco, al parecer recién asesinó a alguien, lleva armas por debajo que casi son desapercibibles a ojos normales, mas no a los míos que fueron entrenados para confirmar cada detalle por mínimo que éste sea. Lo único que me pregunto es... —¿Será un inquisidor caza brujos?— Esa pregunta me hace recordar a mis padres y de pronto sentí una apatía hacía ese individuo y a la vez un temor.

Cuando me dispuse a caminar hasta la barra donde había dos cortesanas viéndome, el inquisidor se interpuso entre mí y mi viaje, di un paso atrás y el temor volvió a invadirme.

por **Ruggero Rosso** Mar Ago 21, 2012 4:58 pm

Ruggero se detiene, no puede pasar por alto al brujo; se da cuenta de que él brujo lo analiza. —¿Qué hago? se pregunta y voltea al suelo.

Nunca a hecho espectáculos en un burdel, no lo ve adecuado, pero de hecho nunca había estado en un burdel con algún ser anormal o al menos que él lo pudiere reconocer, pues los licántropos y cambiaformas son difíciles de descubrir.

Tragó saliva, el cazar brujos es para él casi un deporte, una obseción, después de todo, no todos los brujos lo hacen, su filosofia es casi única.

“¡Tengo qué hacer algo más que grabar su rostro en mí mente!” piensa para sí.

El brujo comienza a caminar, se dirige a Alexês y Tania; Ruggero decide intervenir y bloquea el paso del brujo.

—¡Buenas noches... brujo!— acusa descaradamente, el brujo no muda de expresión, Ruggero percibe temor y se siente alimentado.

—¡Mis mismos deseos señor Inquisidor!— responde el brujo con pericia, con una voz firme, mostrándose valiente.

por **Tania Fernandez** Miér Ago 22, 2012 2:23 pm

La vida en ocasiones le parecían insensata, no sabía muy bien el de estar ahí cuando en realidad no tenía muchas ganas, pero comenzaba a tener cierto interés mientras las personas comenzaban a llegar. Uno de los hombres que tenía un aspecto más normal de lo común pareció llamar la atención de su compañera, Tania apenas lo miro y dejo salir una sonrisa mientras sus labios tocaban el liquido embriagador que tenía entre sus manos : –sus favoritas se han tomado el día libre- le dijo con una sonrisa alentadora : –podrías intentarlo- sugirió mientras escuchaba algunos pasos retumbar el lugar. Comenzaba a llenarse y eso que era miércoles.

Los miércoles no era de su agrado, este no era la excepción, noto a un hombre poniendo los ojos en su acompañante, de alguna forma sintió celos de que aquella hermosa rubia atrajera a tantos hombres, pero a la final sonrió de forma victoriosa, la que estaba en ese momento con ella (aunque fuera conversando) era Tania; una mujer. No un hombre. ¿el ego masculino se vería afectado? Deseaba saberlo, se acerco a ella de forma peligrosa dejando una sonrisa en sus labios color carmín…: . –Oye… conoces a ese?- pregunto cerca de su oído con un deje sensual mientras lo miraba de reojo: –parece que ya te ha elegido- acaricio una de sus mejillas llevando cabello hacia atrás: –si causa problemas me encargare de que los maten a los dos- dijo suavemente. Había notado la hostilidad entre los dos apenas escucho las conversaciones.

No soportaría aquello estando ella presente… se levanto del asiento acercándose a los dos hombres… -Señores dejen de correr como caballos desbocados, mejor pónganse una buena rienda si no quieren que los eche personalmente- aclaro con el ceño medio fruncido mientras se interponía entre los dos: –vienen a buscar diversión ¿no? Pues encuéntrenla de panera pacifica-

Off: perdon por el retraso >.< en estos momentos mi inter falla si pudieran esperan un poco al menos hasta que yo responda :3 es que para no perderme >.< si?

por **Derek Van Wijs** Miér Ago 22, 2012 3:24 pm

Ese inquisidor despertó en mí una inquietud, no esperaba semejante agravio, lo que me hizo sospechar algo que temía, "si asesina a humanos con habilidades como las que poseo".

Veo a Tania acercarse, siempre lo hace, aunque de hecho ese es parte de su trabajo evitar las riñas entre los clientes.

Después de reprendernos me acerco a ella con malicia, —Siempre me has atraído Tania, ¿por qué no me conduces a otro lugar?—

Ella me miró, una sonrisa se dibujo ante inesperadas palabras y pude percibir como intentaba contener una risilla de satisfacción.

Tania me tomó de la mano y antes de andar miré al inquisidor, —soy un mago— le dije y le entregué mi tarjeta, –un mago ilusionista y sólo eso—

Nos retiramos hasta llegar a la barra donde ella pidió un par de bebidas.

---

Claro que sí Tania, al menos por mi parte está bien, digo, Alexês debe de estar perdida o estará, jojo.

por **Ruggero Rosso** Jue Ago 23, 2012 2:10 pm

Ruggero acepta la tarjeta y los ve irse hasta que los pierde de vista.

-Vaya sorpresa Rosso, no te esperaba- dijo Alexês, Ruggero la miró con sorpresa, no la había percibido hasta que ésta le hubo hablado, le acarició el rostro con ternura y la acercó a él. -Vayamos a tu alcoba- le dijo.

Alexês le sonrió y asintió, después Ruggero la tomó de la mano y casi corriendo subieron las escaleras, tomaron el pasillo a la derecha, camino que conducía a la habitación de Alexês, situada al fondo.

Cuando llegaron, Ruggero cerró la puerta de un portazo, Alexês camino de espaldas a la cama, viendo acercarse a Ruggero, éste la tomó de forma salvaje, la besó y la empujó a la cama, mientras se quitaba la ropa pensó en el mago y ese pensamiento hizo que declinara sus deseos para con Alexês.

-¿Qué sucede Rosso?- le dijo ella, pero Ruggero no respondió, sólo se sentó en la cama, dandole la espalda a la cortesana, Alexês se acercó, le abrazó y le frotó el pecho, estimulándolo.

-Tienes que hacer algo por mí- al fin se expresó Ruggero.

Pd. Yo opino que esperar es bueno, pero que no sea por mucho tiempo, no todos somos buenos para esperar.

por **Alexês Nyíri** Jue Ago 23, 2012 3:03 pm

Vaya realmente esperaba escuchar lo que tuviere que decirme Tania, sin embargo, después de bastante tiempo hacía presencia Ruggero, alguien importante en mí vida... Pues él me había enseñado a usar las armas y confesado mucho acerca de su vida como soldado inquisidor, además y como muchos otros me ha pedido que me vaya con él. La ventaja de él entre los otros, es su gran atractivo y su desempeño en la cama.

Después de subir con rapidez, Rosso me besó y lanzó a la cama, yo lo esperé con deseos, mas Rosso no vino, se mantuvo pensativo y luego se sentó, de inmediato y aún excitada le abracé y le froté el pecho esperando prender su flama de pasión incontrolable.

-Tienes que hacer algo por mí- digo de pronto, lo cual me desconcertó y a la vez me interesó.

-¿Qué es Rosso?-

-Tania se ha ido con el dichoso mago-

-Así es, yo misma lo vi-

-Tienes que ir con ellos, leí en su tarjeta que da funciones los jueves... Complacelo, has que te invité a su espectáculo...

¿A qué va todo esto?- le dije mirándolo de forma seria.

por **Tania Fernandez** Jue Ago 23, 2012 3:53 pm

Odiaba a las personas que pensaba que podrian “Guiarla” hacerla obedecer, esas personas eran estupidos que no entendian su personalidad, dejo que aquel brujo le llevara con un control que casi le repugnaba, estaba a punto de tirarlo al suelo para patearle sus partes intimas, pero hay algo que debia hacer y era mantener la paz en todo el lugar y si eso decia que aquel hombre debia buscar mantener el ego masculino, ella lo aceptaria hasta cierto punto. Lo habia tomano de la mano moviendo sus caderas mientras se acercaban a la barra cuando estuvo hay con una sonrisa le indico al camarero atenderlos.

Miro de arriba hacia abajo al hombre que estaba a su lado-¿Sabes?- ladeo su rostro mirandole con seriedad –si vuelves a hacer eso hare que te saquen de este lugar a patadas- advertio con una sonrisa en su rostro -ahh… y si piensas que soy facil… estas equivocado- sujeto el traje para acercarse a su cuerpo –el control lo tengo yo, no un estupido brujo…- le susurro acercandose tanto que sus caderas chocaron. Era normal hacer aquello, claro para poder ver mas debajo y poder sentir piel contra piel debian ser mas privado, aunque la piel tostada que ya mostraba era lo suficiente como para ser tentadora.

Busco su bedida mientras se separaba de el, para darle un sorbo y dejarse llevar con aquella sensacion que recorrio su cuerpo por uno segundos para luego mirarle suavemente -¿Aun quieres tenerme?- desvio su mirada para ver a las cortesanas que parecian hablar malhumoradas –ellas te podrian servir mejor que yo… mi cuerpo tiene tiempo en no provar cama, aunque claro… a veces me falta el calor de un hombre- volvio a mirarlo mientras buscaba el vaso y sensualemente posaba sus labios en ellos. Otro trago fue bebido y una sonrisa se formo –Se ese hombre…-

por **Derek Van Wijs** Jue Ago 23, 2012 10:23 pm

—Vaya con qué sutileza hablas, me habían hablado mucho de ti, una indomable leona, casi insensible muchos dicen, sin embargo, dime... ¿Cuántas veces te han llamado puta?— le dije de pronto, ella en una reacción inmediata me abofeteó. Llevé mi mano a mi mejilla, y la miré con frialdad, la gente nos miró y tan rápida que fue esa acción dejaron de hacerlo, quizás se debía a la ilusión que había creado entorno a nosotros que hacía ver a los demás que nos encontrábamos acaramelados cuando no era así..

—Lo vez, creo que no es el termino correcto... Yo soy un mago, un ilusionista que hace trucos engañosos que fascinan a la gente... No soy un maldito brujo— le dije con una voz apenas audible e inyectada de vanidad, apatía y desprecio.

Me puse en pie ofendido, mas no me fui, la miraba, mis chicas eran sumisas y se doblegaban ante mí y mis deseos, pero ella no y eso me atrajo más al punto de seducción, era como si ella desprendiera alguna clase de hechizo sobre mí, miré la bebida y me dije -¿Tendrá alguna clase de hierba, un veneno o una droga?- pero fue algo que descarté, a Irvine no le convenía perder un cliente que inclusive derrochaba lo ganado en una función exitosa el fin de semana y eso lo sabía perfectamente Tania, estaba casi prohibido atentar contra los mejores clientes, cuando éstos, no las agredían físicamente.

Ese era mí caso, tal excitación por la indiferencia de Tania hizo que perdiera el control de la ilusión y todos contemplaran la escena, aunque de ser sincero ya no les importábamos, la ilusión había obrado según lo planeado.

Me volví a sentar, me sentía derrotado, me sentía vacío, recordé a mi familia, el calor de la familia y eso casi me hizo llorar; tomé el trago con avidez, luego miré a Tania, —siempre despertaste en mí interés, ahora has despertado algo más, realmente eres indomable, los caprichos de los hombres se vuelven nulos ante ti y tu deslumbrante belleza... Y a pesar de hacerme el indiferente, la verdad es que odio lastimar y agredir a los demás... Me gustaría ser ese hombre, aunque no sé sí realmente quieras permitirlo— y no dije más. Saqué de mi bolsillo una bolsa con francos y pensé dárselos en la mano, después medité, ella no los aceptaría, al menos, no directamente así que los dejé en la barra junto a ella.

—Con esto, al menos hoy no tendrás que trabajar, te doy un pretexto... Adiós Tania— dije y me puse en pie.

Éste había sido un gran burdel, lo iba a recordar de esa forma, era hora de probar nuevos aires, nuevos cuerpos... -Adiós madame Irvine- pensé antes de salir.

por **Alexês Nyíri** Vie Ago 24, 2012 2:40 pm

Rosso no me había dicho mucho, pero era lo suficiente para que hiciera lo que me pedía, mi vida como cortesana comenzaba a ser un fastidio y pensé que quizás con Rosso encontraría una diversión diferente... total al menos si lograba mi objetivo Doreckmair me llevaría al teatro, pues ya lo ha hecho con otras cortesanas y la misma Irvine.

Lo vi ponerse en pie, se iba según parecía y no podía permitirlo así que bajé las escaleras muy a prisa y lo alcancé en la puerta, justo antes de salir.

-¿Por qué te vas Monsieur, sí buscas entretenimiento lo encontrarás conmigo ya que Tania ha sido mucho para vos?- le dije y me acerqué a él, ya vestía algo más provocador, un corsé negro, ajustado y que hacía resaltar mi busto, una cadena con perlas negras caía hasta sumergirse en mis pechos, haciéndolos más atractivos, mi vestido rojo era abierto y mis mallas negras con moño se alcanzaban a distinguir, él me miro con interés, me analizó y suspiró; después de todo nunca había estado conmigo, sería su novedad y él la mía.

-¿Qué es lo que me puedes ofrecer...?-

-¡Alexês querido, aunque podés llamarme de otra forma sí querés!- le dije y le guiñé el ojo, luego recosté mi cuerpo en el suyo, mi pierna derecha rozó la suya, mis manos fueron subiendo hasta su pecho y susurrándole al oído le dije -¿y bien?-

por **Derek Van Wijs** Vie Ago 24, 2012 8:58 pm

—Disculpame, pero no me interesa... Ya tuve bastante por hoy— le dije y le tomé el mentón, en eso me volví un segundo y vi a la indiferente Tania y sonreí.

—Sabes, después de todo no será una mala idea... Pero hazme un favor, deseo a Tania, sin embargo no puedo verla como una cortesana, sino como una dama y nunca he tratado a una— dije y me sentí avergonzado.

Alexês me sonrió o más bien se contuvo la risa, —¿quieres qué te enseñe a cómo ganarte su corazón, cortejarla..? Mago eso nunca va ha suceder, ella es diferente todas, es única no por algo es la segunda al mando después de Irvine; sin embargo, te ayudaré aunque también quiero algo a cambió—

—¿Y eso qué es?— le contesté con el entrecejo fruncido.

—¡Llevanos al teatro, me dicen que das funciones los jueves, ¿sabes? Nunca he asistido a una función de magia!— digo de forma sensual.

—¿Llevanos?— le respondí.

—Invita a Tania— sugirió, —ahora vamos, comencemos... Pero antes dime... ¿lo harás?— continuó, solo pude asentir, —claro, les conseguiré buenos lugares— dije y me dejé llevar.

por **Ruggero Rosso** Lun Ago 27, 2012 7:06 pm

Ruggero había ayudado a Alexês a vestirse, ella colaboraría con él y eso ya era suficiente.

La vio bajar las escaleras y alcanzar aquel brujo en la entrada, al parecer se iba, de pronto Ruggero miró hacía la barra y vio a Tania, y la siempre misma interrogante le llegaba a la mente... ¿A qué se debe ese comportamiento absurdo, ella tiene que complacer no que la complazcan?

Creía estúpidos a los que la solicitaban y luego eran rechazados, era obvio que no le daba ganancias a Irvine... sólo seguridad. Sin embargo, por hoy le aplaudió rechazar al brujo, la tarea sería más sencilla para Alexês.

Ruggero bajó las escalera y salió, esperando que Alexês consiguiera su objetivo... -Nos vemos en el teatro- susurró y abandonó el burdel.

por **Tania Fernandez** Jue Ago 30, 2012 12:40 am

¿le había sorprendido que de que se rindiera tan rápido? La verdad si y mucho más cuando discreta y coquetamente se le había ofrecido, pero bueno tenía un lindo regalo en la barra que por estúpida que fuera no rechazaría, tomo un trago de su bebida para luego dejar el vaso en la barra y coger los francos y guardar la bolsita entre sus senos. ¡Qué suertuda era! No trabajaba y le daban dinero. Dejo salir una risilla cuando noto que el hombre con que se había ido Alexês le pasaba por un lado dirigiéndose a la salida… que extraño ¿entonces donde estaría ella? Miro hacia su alrededor que parecía igual que antes, solo se diferenciaba por una pareja que hablaba a lo lejos.

-ahh… bueno corazón te lo dejo por esta noche- dijo con una sonrisilla mientras con una mirada le indicaba al camarero llenar su vaso. Algunas veces le miraban con enojo, rabia y celos. ¿Por qué no le decían nada? Solamente estaba sentada si hacer nada. Humanos insignificantes… estúpidos que se meten en donde no les incumbe, si ella había llegado hasta ese punto había sido con mucho sufrimiento.

Una cortesana en ocasiones no elegía serlo, ella no lo había elegido, sus primeros años fueron tan amargos que solamente recordarlo le da suficiente ira como para destruir aquel lugar, pero luego se comenzó a acostumbrar… luego llego Irvine que le dio aquella libertad que ya había sido olvidada pero nunca dejado de ser añorada… ahora estaba en ese lugar aun siendo catalogada por “cortesana” sin necesitad de ser tocada por un hombre para contentar a su jefe. Alguien se le había acercado, simplemente lo ignoro. Pareció murmurar algo interesante, una buena cantidad para simplemente acostarse con aquel desconocido. Tania le sonrió dulcemente mientras acariciaba una de sus mejillas, con una seña llamo a otra cortesana y rechazo rápidamente el ofrecimiento dándole como opción aquella chica rubia que estaría complacida en atenderlo por aquella suma… ella siguió en la barra bebiendo, pronto lo debería dejar si no se quería emborrachar.

por **Alexês Nyíri** Lun Sep 03, 2012 1:21 pm

Conduje al mago a mi habitación, nuevamente fue el subir las escaleras, recorrer el pasillo contiguo a la derecha, escuchar gemidos que es escapaban de las delgadas paredes, el mismo coñazo de siempre y que ya era música para mi.

Ruggero se había ido, mi misión comenzaría una vez que Doreckmair y yo entraramos a mi habitación, abrí la puerta y le miré a los ojos.

-Bienvenido a esta sala de placer- dije y lo introduje de un ligero empujón, luego seguí, -tírese en la cama Monsieur, hagamos todo cuanto vos quiera, puedo introducirlo a placeres que a fuera son considerados delitos y que aquí sólo aderezan la noche- finiquité.

Me senté junto a él y le acaricié el cuero cabelludo con mis uñas largas, con tal tacto que se le erizó el cuerpo, poniéndolo a punto; mi lengua se movió por mi boca de un rojo escarlata a manera sensual, después, llevé mi mano derecha a su pierna y la fui llevando hasta su ingle sugestionando la zona mientras le sonreí y a la vez le coqueteaba. Dejé su ingle y mi mano subió por su torso hasta llegar a su pecho, desabotoné un par de botones y acaricié el pecho.

Y sin que yo quisiera me excité, algo que no me ocurría, sentí mis pezones tensos, un calor se avivó en mi y deseé entregarme toda a él como si aquel tío me hubiese hechizado. Cogí su mano izquierda y la dirigí a mis piernas, para que luego buscara entrar por mi vestido y ropa interior. Cuando sus manos estaban en mis piernas me entregué a su cuello en busca de un beso.

-Comencemos- dije casi suplicando.

por **Derek Van Wijs** Lun Sep 03, 2012 2:20 pm

Alexês me tomó la mano y me llevó nuevamente al interior, no dejaba de ver a Tania junto a la barra mientras que la cortesana me conducía a su cuarto, hasta que finalmente tras subir cada escalón mi visión la perdió.

Doblamos a la derecha a un pasillo a penas transitable para dos personas, se escuchaban toda clase de sonidos y palabras, pude incluso distinguir voces de conocidos, lo que me fue muy divertido, el pensar en que varios eran casados y que sin embargo, están en el lugar, así como también les son infieles en casa.

Entonces llegamos hasta su habitación, abrió la puerta y dijo algo que no alcancé a comprender al estar perdido en pensamientos, luego, ella me dio un empujoncito para entrar.

Me sugirió sentarme en la cama y eso hice, mas luego ella me acompañó y empezó a hacer lo que cualquier cortesana, efectuar su trabajo.

Fue trabajando en mi cuerpo, estimulando, me dejé llevar por sus manos y como un hombre en búsqueda de placer llevé mis manos adentro de su falda para estimularla así como ella lo así lo hizo, luego se me entregó y nos besamos, caímos recostados en la cama y cerré los ojos, la besaba con pasión y mi imaginación me hizo creer que era Tania, después, recordé con quién estaba abrí los ojos y la aparté. Tragué saliva y desvié la mirada al suelo, meditando.

Alexês se sentó de igual manera, descansé mi mano derecha en su pierna y la izquierda en la mía, —disculpame, pero venimos a hablar de Tania— le dije.

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