~ Lectura nocturna {Frank Lemoine}

por Invitado Dom Jul 18, 2010 12:19 pm

Tan solo llevaba unas cuantas semanas en París . Aquellas semanas me parecieron meses e incluso años. En aquellos momentos mi vista estaba mirando las calles, las vacías calles de aquella ciudad algo extraña para mi. El sueño no era uno de mis mejores amigos , en estos dos años ya no podía conciliar el sueño. ¿Cual era la razón?. Simplemente él. No podía conciliar el sueño y recordando como me abraza en la noche. El no dormía , era un vampiro . En cambio se quedaba a mi lado toda la noche , abrazándome. Aquello no sabía si podía superarlo alguna vez , pero al menos lo iba a intentar. Ahora mismo mi cabeza estaba en un mar de dudas , sentía rencor, odio, amor...muchos sentimientos que me confundían.Necesitaba un poco de aire fresco tal vez así me iba a reconciliar el sueño o al menos la calma de mi alma y de mi conciencia. Salí de mi habitación con pasos lentos y elegantes moviendo mis caderas al compás de mis piernas. No tenía prisas, seguramente la biblioteca estaba abierta. Ese era uno de mi segunda casa.

Entré en la Biblioteca ignorando algunas miradas de curiosidad. Era la primera vez que entraba en aquella estancia , me gustaba mucho más el teatro o simplemente reflexionar en un lugar más alejado sin darme cuenta de que aquello me perjudicaba. Mis claros ojos estaban mirando algunas estanterías, caminando con lentitud , estudiando con atención algunos títulos que parecían llamar mi atención. Estiré mi blanca mano con elegancia a un libro, tomándolo entre mis manos y mirándolo con cierto interes.Mis claros ojos leyeron el título " Los pensamientos de una viuda" . Fruncí mis labios negando con suavidad . ¿Cómo era posible aquello?. Parecía dedico a mi o que?. Suspiré y decidí ojearlo un poco. Relataba de una mujer que había perdido a su marido y los sufrimientos que ella había vivido. " Somos dos, querida.." pensé alzando mis cejas con curiosidad. El autor describía aquellos sentimientos mélancolicos que la viuda tenía al perder a su amado y que se había vuelto loca , ya que segun ella lo sentía todas las noches. De repente cerre el libro y lo puse en su sitio . No deseaba llegar como ella. Loca. Sabía que no lo estaba, tan solo sufría, le extrañaba. Seguí caminando con lentitud doblando una esquina hacía otras estanterías ,cuando, de repente mi frágil cuerpo chocó con un cuerpo mucho más fuerte y bien trabajado que cualquier hombre simple. No levanté la vista del suelo tan solo pedí disculpas - Lo siento.. - mi voz había sido suave y mis labios se movían con la sensualidad de una dama. Al decir las palabras lo miré unos segundos sin percatarme de quien era ya que estaba en un rincón algo oscuro..

por **Frank Lemoine** Dom Jul 18, 2010 12:45 pm

Era ya bien entrada la noche cuando cerré la herrería. Me dispuse a irme a mi habitación, pero como venía ya siendo costumbre en las últimas semanas, lo ví inútil. No podía dormir. Desde que llegué a París siento otros seres malditos como yo, pululando por la ciudad cuales simples humanos. Otros como yo. Y me siento amenazado, siento que no estoy seguro. ¿Quién me dice a mi que, al igual que yo les siento, no me sienten ellos a mi?. Nunca he tratado con otros seres como yo, no se cómo se comportan. Mi educación fue en una aldea muy pequeña donde no había seres sobrenaturales. No tengo el odio que tienen por estos lares todo vampiro hacia cualquier licántropo o viceversa. Simplemente una atracción a darle una paliza a esos chupasangres, demasiado elegantes y refinados, demasiado superiores.

Salí como toda noche desde mi llegada a la calle. Era una hermosa noche de verano, y las calles se veían bastante transitadas, pero todo era gente en sus carros yendo a sus casas. Sentía que se derramaba sangre, sentía a los vampiros alimentarse. Pero me dirigí, pasando de todo, hacia la biblioteca, abierta hasta altas horas de la madrugada, a buscar algo que leer. Algo con lo que matar el tiempo en esta asquerosa semi-inmortalidad que me ha sido concecida, por suerte o por desgracia.

Una vez dentro, tras saludar a la anciana bibliotecaria me muevo por los diferentes pasillos, buscando primeramente, tema sobre el cuál leer. Buscaré mitología sobre vampiros y hombres lobo, pensé. Y fui a ese pasillo, donde comencé a ojear distintos libros sobre el tema, pero ninguno me atraía lo suficiente, todos hablaban de lo mismo, de lo de siempre. Tras decidirme por uno, empecé a leer mientras caminaba, sin ver por donde iba, causándome ésto que tropezara con una jovencísima mujer que estaba en un pasillo contiguo. La chica casi cayó al suelo, y pidió perdón.

- ¡No, no! ¡No pidas perdon! El que te debe una disculpa aquí soy yo, señorita. La culpa fue mía por ir leyendo sin fijarme donde ponía los pies.-sonreí, evitando asustar a la mujer. Después de todo, a estas horas, encontrarse con un tipo como yo debe causar algo de impacto. -Perdóneme ¿Se encuentra bien? ¿Puedo hacer algo por usted?

por Invitado Dom Jul 18, 2010 1:10 pm

El timbre de voz y la rápidez de aquel hombre me había asustado al principio, pero al ver su sonrisa pintada en aquel rostro..me tranquilize en cuestión de unos segundos. Intente dibujar en mi rostro una sonrisa cálida pero lo único que me salía era la sonrisa de tristeza que durante dos años intente esconderla. Miré su rostro con curiosidad ya que el se había acercado un poco a la luz. Podía jurar que aquel hombre no era uno normal, seguramente tenía un gran secreto. Mis ojos se clavaron en los suyos por unos segundos. Mi padre, me había dicho que los ojos eran el reflejo del alma. Tenía aquellos contactos con la gente, me gustaba saber que pensaban, que sentían ...que decían. Parpadee una vez y despegando mis labios con paciencia le dije - Ambos somos culpables, monsieur - dije con un tono de voz bajito y lento. Aun así sonando como un susurro no dejaba de ser un tono sensual y femenino.

Lo cierto que esas no eran unas horas adecuadas para salir a leer o a pasear y menos para una dama pero como siempre mi personalidad estaba a la defensiva en aquel mundo y también era algo independiente. No me importaba mucho lo que la gente decía de mi, si yo confiaba en mis juicios y mis acciones no veía el porque alterarme por unas mentiras. Di un paso hacía adelante en señal de irme pero al escuchar de nuevo la voz del hombre , me paré . Lo mire con cálidez y amabilidad respondiendo con calma a sus preguntas - No se preocupe, me encuentro bien - en realidad me encontraba bien ya que mi atención estaba posada en una biblioteca llena de libros que parecían indicarme algo .Con lentitud y elegancia negue con la cabeza , esbozando una sonrisa y practicamente casi riendo - No, tranquilo. - le respondí agradeciendo con la mirada su preocupación. La anciana nos indico aquel gesto de silencio , al fin y al cabo estabamos en una biblioteca y mi pequeña risita produjo descontración a los que estaba presentes.

Desvie mi mirada de la anciana haciendo un gesto de "No se preocupe, no volver a pasar" para luego mirar al hombre - Je m´appelle Valentine Van Iveren monsieur... - me presente estirando mi mano a la espera de su nombre , mirándole con la misma amabilidad que antes ya que desde el principio supe que era una buena persona. Nada de arrogancia en su rostro y si la tenía, sabía muy bien camuflarla.

por **Frank Lemoine** Dom Jul 18, 2010 6:52 pm

Tras escucharla hablar con su dulce y suave, casi inaudible voz, cojo su pequeña mano que me ofreció y la beso con elegancia. No me cae demasiado bien la gente de clase alta, pero hay algo en la mirada de esta mujer que me dice que no es como las demás, algo cautivador... parece como si buscara...como si le faltara algo en su vida como dama de la alta sociedad.
- Frank Lemoine, un simple herrero, a su servicio, milady.-digo, aún efectuando la referencia. Me incorporo lentamente, susurrando: - Es un placer conocerla..
La bibliotecaria me mira enfurecida, su rostro dispara chispas de fuego. Pero tras chocar mi mirada con la de la anciana, esta sale perdiendo y vuelve sus ojos y su cabeza hacia el registro que tenía en su mesa. -Creo que sería mejor continuar la charla afuera. Ya veo que ha elegido un libro para que la acompañe en esta noche de insomnio, así que si quiere podemos ir saliendo y charlamos un poco.

por Invitado Lun Jul 19, 2010 4:56 am

Mi mirada estuvo posada todo el rato en aquel hombre tan misterioso. Por más que mi mente se preguntaba de que clase era no alcanzaba a saberlo. Tal vez media o baja. Pero yo sabía que para mi no habían diferencias, bueno algunas veces. Sentí el contacto de sus labios con el dorso de mi mano , unos labios calientes. Diría que demasiado para una de verano algo fersca. No solo sus labios tenían una temperatura elevada, su mano también. Con algo de disimulo fruncí mis cejas de una manera elegante, femenina. Era un tanto raro. Tal vez así era la temperatura de su cuerpo, no le juzgaba el mío era algo frío. Era por la sangre, no tenía una circulación de la sangre buena y por eso mis manos siempre estaban frías. Hasta en verano. Mis finos oídos decidieron centrarse en el nombre del hombre . "Frank.." repetí su nombre en mi mente para recordarlo. También me había llamado la atención el oficio que tenía. Un simple herrero. ¿Que se suponía que tenía que hacer ahora?. Correr? Apartar mi mano de su mano?. No. Mis padres me educaron a no juzgar a la gente por la clase social y menos si no los conocía. Ahora gradecía que ellos me habían educado a ser justa en la vida. Soltó mi mano con la mimsa suavidad que la había tomado, esboce una pequeña sonrisa sintiendo un leve color en mis mejillas.

- El placer es todo mio ,monsieur - le dije con el mismo tono que el suyo pero con aquella dulzura reflejada en ella. Algo me había llamado la atención en aquel hombre, el acto seguido fue cuando la bibliotecaria nos miró . Me miró a mi y luego a Frank pero tan solo unos segundos porque apartó la mirada. ¿Por qué lo había hecho justo cuando el la había mirado?. Era raro, ilógico. No encontraba ninguna respuesta . Y ahora, como siempre pensaba cuando conocía a gente nueva, sentía curiosidad de saber su historia, quien fue, quien es, de donde proviene. Absolutamente todo. Nunca me cansaba de informarme sobre la spersonas o simplemente informaciones que requerían algun oficio. Fruncí mis labios aun mirando a la anciana. No quise preguntar que había hecho. Tan solo volví a mirarle a los ojos, fijamente.

Mire mis manos que llevaban un libro , desconocido para mi - Por supuesto - le dije con suavidad dirigiendo mis pasos hacía la anciana para informarla de que había tomado el libro . La anciana estaba temblando y nisiquiera me miraba. Cruce mis manos mientras giraba mi cuello con elegancia, mirando a Frank que me estaba esperando en la puerta."¿Que escondes , monsieur? " pensé entrecerrando los ojos y tomando torpemente el libro entre mis finas manos. Agradecí con una sonrisa y tome de brazo a Frank, cambiando la expresión del rostro con una sonrisa amable pero curiosa.

por **Frank Lemoine** Lun Jul 19, 2010 8:19 am

Pasé el primero por el escritorio de la bibliotecaria, la cuál me odiaba por ir siempre a altas horas de la madrugada y asustarla. Un día aparecí allí y llevaba colgado un crucifijo, y tenía una ristra de ajos en una silla, a pocos centímetros de ella. No pude evitar reírme ruidosamente. Menos mal que había únicamente un ayudante de la bibliotecaria por ahi. Me dijo: "¡Atrás hijo de Satán!". Yo al día siguiente me pasé por la tarde, a plena luz del sol, la tomé por la mano, la besé y le dije: "Insomnio no es vampirismo", marchándome.

Desde entonces no me hablaba mucho, así que pasé de largo, enseñándole el libro que cojí sobre vampirismo de lejos, mientras ella tomaba nota. Después, me paré en la puerta, esperándo a Valentine, que muy nerviosa y sonrojada registró su libro y al llegar a mí me tomó del brazo, como si nos conociéramos de largo tiempo atrás, como si yo fuera un caballero de alta clase. Pero no me molestó, y fui lentamente con ella hacia la calle, ambos bien cogidos, como si no me temiera ya por mi apariencia. La miraba mientras le sonreía, y comencé la entrevista:

-¿Qué libro has escogido, milady?. Yo he cogido uno sobre vampirismo. No creo en estos seres, - mentí, para no asustarla. - pero las historias sobre ellos son fascinantes. ¿Es usted creyente?

Eran altas horas de la madrugada, y la noche comenzaba a refrescar, y no había ni un alma en la calle, ni un sólo ruido de carruajes...nada. Solamente nuestros pasos sobre el pavimento.

La chica pareció ponerse nerviosa, quizás saqué un tema nada fino para una solitaria noche de París, quizás ya la he asustado mucho, no quiero que se piense nada falso sobre mí. Sus preciosos ojos temblaban y brillaban en la noche, buscándo cosas en la oscuridad, sin éxito ninguno. Noté su brazo tembloroso, de una manera que no podía saber si quería desprenderse de mí o aferrarse a mi protección.

por Invitado Lun Jul 19, 2010 9:29 am

En aquella noche los paseantes no eran muchos. Muy pocos, y me preguntaba el por qué. Salimos de la Biblioteca hacía otros lugares, comenzando a caminar lentamente . Mis caderas parecían bailar al son de unas notas musicales que no se escuchaba. Elegante, sensual y lento .Así, mis caderas se movían ya fuera caminando rápido o lento. La brisa fresca del verano invadía mi rostro tan natural. No necesitaba abusar del maquillaje, tan solo un brillo labial que pudiera poner más en evidencia mis carnosos labios. Escuche sus palabras, un tono de voz grueso seguro por si mismo , masculino. Sonrei despegando los labios para responder a su pregunta pero el se había adelantado informandome de que era el libro. Mi cuerpo comenzó a temblar , al igual que mis labios. Mis ojos casi tenía lagrimas en los ojos y por si fuera poco el libro hizo presentación con el suelo. Apresuradamente me agache , con algo de torpeza, tomando el libro en una de mis manos y la otra volviendo a tomar su brazo. ¿Cómo sabía sobre eso?. No, era más que obvio que existían más. Dragos me lo había comunicado y por si fuera poco también existían los hombres lobos y uno de ellos era mi hermano, un asesino. Los detestaba.

-Eh.. - comence a decir pero no me venía ninguna frase que decir, nada, absolutamente nada. Suspire y dije casi en un susurro - ¿Seguro no existen ? - pregunté con una sonrisa algo lejana, evitando que mis ojos lo mirasen. Si existían , en Rumanía había una cantidad de ellos en cambio en Italia había cantidad de hombres lobos. Sin darme cuenta mi mano apretaba su brazo con fuerza, queriendo abrazarlo. Desahogarme , gritar, llorar. Por todo. Pero era una mujer fuerte, me consideraba una mujer fuerte, debía de tranquilizarme de alguna manera. Su pregunta me hizo reflexionar. ¿Que decirle?¿Mentiras?. No estaba acostumbrada a mentir. No iba a hacerlo ahora . Con un tono calmado pero algo nervioso conteste - Si.. - aquella afirmación había sido sincera. Creía en ellos. Mi marido fue uno de ellos.

Los siguientes minutos fueron eternos, o segundos...había demasiado silencio. Lo rompí recordando su pregunta sobre el libro que había tomado - Es un libro sin vampiros ni hombres lobo.. - dije aquellas dos últimas palabras con cierto asco en mi tono de voz - Un romance.. - continue esbozando una sonrisa falsa. Lo único que quería era sorení, como si no tuviera bastante.

por **Frank Lemoine** Mar Jul 20, 2010 9:32 am

-¿Qué es lo que le hace pensar que existen, milady? ¿Acaso ha visto alguno?.- pregunté, mientras nuestros pasos seguían siendo los únicos que se oían en la noche parisina, sin contar el sonido de algún insecto o pájaro que otro.

Estaba claro que ella notaba algo extrano en mí, la verdad era que era de una robustez mayor al resto de hombres, lo cual es extraño en estos tiempos. Y mi voz es grave pero dulce. Lo mejor sería acompañarla a casa como buen caballero y luego irme por mi camino, evitar involucrarla en nada o que me descubriera y tuviera que matarla, no podía arriesgar mi trabajo ni mi nombre en París, después del trabajo que me costó reunir el dinero para viajar aquí y montar el negocio.

Pero algo me incitaba a conocer la opinión que tenían los humanos corrientes (y sobretodo, los refinados y exquisitos personajes de la clase alta) sobre los seres sobrenaturales e inmortales que las historias antiguas cuentan que deambulan por la noche en busca de un festín de sangre.

por Invitado Mar Jul 20, 2010 10:42 am

Su pregunta me hizo reflexionar un buen rato decidiendome si contarle la verdad. Pero era un extraño y como siempre, mi padre me había educado a no poner mi confianza en extraños. ¿Que era lo que me hacía creer en ellos?. Mi marido, las muertes de hombres y mujeres e incluso niños pequeños siempre teniendo una marca en el cuello, dos puntitos profundos. Cada vez habían más muertes , lo sabía perfectaamente trabajando como enfermera en el Hospital. Me preguntaba si las autoridades estaban al tanto de ellos, pero dudaba. Algunas mujeres , en especial las mujeres virgenes poseían marcas en el pecho , abdomen , cuello y piernas . Algunos seres nocturnos las violaba o haciendo el amor con ellas, conseguía morderlas en todo el cuerpo dejando cmuchas marcas identicas. Con sutileza despegue mis labios mirándo a Franks - ¿No se a fijado últimamente en la cantidad de hombres, mujeres y niños que desaparecen o simplemente son encontrados en un baño de sangre ? - pregunté aun caminando y concentrandome en mis palabras.

- Gracias a mis conocimientos, entendí que los seres nocturnos como los vampiros solo atacan de noche ya que la luz del sol les causa quemaduras y también la muerte . Se alimentan de seres humanos , dependiendo si es un vampiro que le gusta la sangre humana . Aquellos seres nocturnos que se alimentan de los humanos poseen una marca en el cuello, dos puntos profundos . Eso dependiendo del tamaño de los colmillos . En cambio los vampiros que se alimentan de los animales , díficilmente puede notarse los colmillos en sus victimas. Seguramente los vampiros que se alimentan de la sangre de un animal , son conscientes que viven en un infierno.. - hable en un susurro. Tenía miedo, seguramente por aquellas calles habían muchos vampiros. Era de noche , podían atacarnos. Tenían una fuerza sobrenatural y algunos poseían dones muy poderosos - Pero ..lo que más me fascina ..- volvi a hablar en el mismo susurro con cautela- es su vida larga y eterna. Jovenes, fascinantes y atractivos hasta la eternidad... - acabe la frase con una sonrisa soñadora. Se suponía que yo iba a formar parte de ellos, una promesa que mi difunto esposo me la hizo saber. Pero aquel sueño , era imposible cumplirse.

La segunda pregunta hizo que mi brazo volviera a temblar. Esboce una sonrisa mirando hacía el camino que teníamos en frente . Me pare un momento colocándome con elegancia en frente de el - ¿Sabe? Tiene usted algo que..los démas hombres no poseen. ¿Que esconde, monsieur? - pregunté entrecerrando mis ojos y mirándole fijamente, esperando su respuesta. No respondí a su segunda pergunta. Había vivido noches inolvidables, días, semanas, meses con un ser nocturno. Pasiones prohibidas , besos salvajes y llenos de deseos..y sí, conocía a uno. Un ser nocturno que no iba a olvidar en toda mi vida.

por **Frank Lemoine** Vie Jul 23, 2010 9:03 am

Nos detuvimos en seco en mitad de una pequeña plaza, la noche comenzaba a refrescar, y los grillos cantaban en los matorrales. Pequeños pájaros sobrevolaban cerca de las farolas en busca de algo que llevarse a la boca.
Miro fijamente a la pequeña señorita. ¿Será posible que me haya descubierto? ¿Y si es una poderosa vampira de la cuál no puedo sentir la frialdad de su sangre o su piel? Siempre me meto en los mismos problemas, problemas que no tendría si estuviera encerrado, o si me limitara a recorrer mi camino. Pero tenía un problema, no podía evitar recorrer únicamente mi camino, desde que llegué a París me gustaba visitar los caminos de los demás.
Nos soltamos y me coloqué en frente de ella, mis manos tocaron sus delicados brazos.

-¿Cómo que qué escondo, señorita? ¿Qué se piensa usted de mí? Sólamente soy un pobre y solitario herrero, que se interesa por mitos como éstos, de los que leo historias a menudo. Usted si que esconde algo, madame. Pero sería descortés preguntarle el qué. Así que dejemos el tema.

Volví a ofrecer mi brazo para que la dama lo usara como apoyo.

- La acompaño a casa, ¿Dónde vive?.- pregunté, intentando cambiar la expresión de mi cara a inocencia y simpatía. Lo mejor sería sacar otro tema y rezar porque la muerte no me abra las puertas del infierno esta noche.

por Invitado Lun Jul 26, 2010 4:05 pm

¿Acaso estaba jugando conmigo?. No era una mujer como las otras mujeres que les gustaba beber su taza de café e inventando mentiras sobre sus vecinas. No. Me gustaba descubrir todos los enigmas que se presentaban en este mundo tan pecador, sus secretos me parecían fascinantes y siempre corría el riesgo a causa de la curiosidad . Era claro que Frank escondía algo, el no era humano y podía apostar. Necesitaba pruebas para afirmar mis acusaciones y las iba a tener , no me importaba el precio. Su rostro, su piel, sus ojos..no eran humanos para nada. Los ruidos de la noche no me impidieron pensar en sus palabras. Unas palabras que no querían decir la verdad. ¿Por qué?. Acaso la verdad dolía?. El viento comenzaba a jugar con mi cabello, recogido logrando que algunos mechones rebeldes se escapase dándome un aspecto mucho más femenino. Mis ojos no se movieron de sus pupilas y mis labios no se movieron, permanecí en silencio escuchando sus palabras para luego tomar mi tiempo y contestarle.

- No pienso nada, monsieur – negué mirando como sus fuertes brazos tocaron mis delicados brazos. La temperatura de su cuerpo estaba muy elevada para un ser humano. Ahora mismo si fuera un humano debería estar en el Hospital y yo sabía mejor que el, así que sus mentiras no iban a funcionar conmigo. Sus siguientes palabras provocaron una sonrisa algo irónica dibujada en mi pálido rostro – Aparenta ser un solitario herrero – le dije casi en un susurro. No quería parecer maleducada, pero me gustaba saber lo que esconde. Parecía buena persona y no tenía el porque fingir lo que de verdad era. Aunque sabía bien que lo hacía por protección. Temía de que fuera un hombre lobo, lo temía. Simplemente les tenía rencor, odio y mucho miedo. Intentaba saber quien era de verdad , gracias a ello iba a protegerme si era el caso y si no, iba a insistir en conocerle mejor.

- Usted tiene la piel a una temperatura elevada, no tiene pinta de ser un humano. Créame. E visto muchas cosas a lo largo de mis pocos años..no me confunda con las señoras que toman el té mirando como pasa el tiempo por la ventana – volví a decir moviendo mis labios con tranquilidad aun sujetando el libro con fuerza. Mi cuerpo estaba temblando , mi mente sabía perfectamente lo que era pero mis oídos querían escuchar aquellas palabras de los labios de Frank. Mis piernas se echaron hacía atrás con cuidado , sin dejar e mirarle – Escondo secretos, lo reconozco…- le dije desviando mi vista hacía el cielo y sonriendo . Al rato cambio de tema cosa que no me pareció adecuado. Aun con una sonrisa irónica le respondí - ¿Por qué tiene prisas ? - pregunté cuando me había propuesto acompañarme a casa. , sin tomar de nuevo su brazo. Aun alejada lo miré esperando respuestas a mis preguntas.

por **Frank Lemoine** Dom Ago 01, 2010 7:44 am

Tenía prisa debido a que tenía que organizar mi partida a las montañas, donde me refugiaría y protegería durante el periodo de luna llena. Acompañé a la señorita hacia su casa, donde me despedí de ella, esperando que para siempre. Había metido la pata, y ahora estaría en peligro. La dejé con muchas palabras y preguntas en la boca mientras me alejaba corriendo por toda la ciudad, hacia mi herrería, que abrí a gran velocidad y subí a la planta de arriba. Lo dejé ahí todo. Mañana la herrería no abriría, y así hasta que la luna llena acabase. Lo cerré todo, y de camino al monte, pasé por la casa de la chica de pelo rojizo, y vi la ventana de su cuarto iluminada, y a ella en su escritorio leyendo. Me vió, y yo la ví, pero continué mi camino, alejándome de cualquier problema más que me pudiera surgir en esas calles.

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