Choque de trenes (Saphira)

por **Ian Lancaster** Sáb Sep 08, 2012 9:14 am

Sábado. Primavera en París, Francia. Ian Lancaster volvía desde hacía mucho tiempo a la capital Francesa, había estado viajando a Egipto, América, parte de Asia y mucha Europa, por Suiza, Ukrania y bastantes más lados en cuestión al medio año que pasó fuera de Francia. Ahora ha vuelto a retomar lo que abandonó, ha vuelto a casa otra vez, y esta vez, sea para quedarse, ya que sus mejores años han sido aquí, en Francia. Ian llegó a casa con una pequeña maleta, no necesitaba mucho equipaje, porque lo necesario en casa país se lo puede permitir sin tener que cargar con nada. Total, Ian entró a casa y dejó la maleta en el pasillo, en el cual se lo recogería su ama de llaves en cuanto llegara a limpiar la casa sus 4 horas diarias, por las que cobraba muchísimo precio, Ian no se preocupaba de nada en aquella casa, solo de tener su copita de vino en sus horas preferidas, después de comer junto a la chimenea, o antes de acostarse en su cómodo ataud. Pero la cosa quedó en que Ian, fuera la hora que fuera se quedó en su salón tomándose tranquilamente una copa de vino después de llegar de viaje.

Ian se encontraba observando las farolas de las calles parisinas, había decidido salir un rato por la noche a reconocer aquellos lugares, y se fue al centro de París, a la plaza Tertre, con sus jardines, su placita céntrica y sus maravillosos parques infantiles, los cuales Ian mirada con recelo, ya que él nunca estaría en uno de aquellos parques para columpiar a la descendencia que pudiera tener, era algo frustrante para el vampiro. Ian recordaba cuando sus padres jugaban con él, aunque eran recuerdos muy borrosos, pasó cuando el chico tenía 3 añitos nada más, cuando le arrebataron su familia y toda una vida por delante que ya no tiene. Ahora era un vampiro reprimido de su propia raza, la cual odiaba por los asesinatos que cometían y toda aquella jerga racial.

No obstante ahí estaba Ian, sentado en la plaza Tertre, mirando lo que por allí se movían, decenas de vampiros preparándose para comer, acercándose a Ian para olfatearlo e irse porque él no era una comida propia de un vampiro, más por la pelea que tenía que batallar si querían tomar de Ian, que nunca fue atacado por ninguno más si no era porque él mismo se dejaba comer de sí. Lo único que hacía el vampiro era observar, y observar, quería ver como funcionaba todo tras su vuelta y poco había cambiado, si no fuera por todos los vampiros que ahora había en la zona, los ataques se estaban multiplicando y los Parisinos supondría que estaban siendo evacuados de la zona del centro de París y algunos alrededores de allí por los abusivos ataques que sufrían, y es más, ni la policía sabía que pasaba, solo evacuaban.

Ian se encendió un cigarro y aspiró aquel humo intenso dentro de sus pulmones, soltándolo instantes después... pero un ruido en la cúpula de la placita céntrica, osea, encima de Ian, hizo que este levantara la cabeza, era otro de aquellos molestos vampiros, una vampira para ser mas exactos. Ian hizo caso omiso y siguió en las mismas, fumando y observando y escuchando algunas estrategias para que esos neófitos se alimentaran de aquella sangre humana que también se respiraba en el ambiente.

(Siento que el post sea tan malo, pero soy de los que tienen que tener la situación hecha xD)