Jack the Ripper I. [Privado.]

por **Jack Zhukny** Lun Sep 17, 2012 10:27 pm

Era tarde por la noche y Jack entraba en la vieja taberna barato. Se tambaleaba y la dificultad para abrise paso le obligaba a caminar siempre recargado al muro más cercano o a cualquier mostrador que encontrara en su camino. Cuando encontró un lugar solitario se dejó caer sobre la silla de madera, luego los brazos los depositó en la mesa. La música era repetitiva, el continuo murmullo de las distintas charlas parecía un idioma extraño e indescifrable, el aire era enrarecido por el humo del tabaco. Se recargó en el respaldo de su asiento, la cabeza ligeramente echada hacia atrás. Vio a una mesera acercarse y la llamó con el gesto de una mano; lo primero que hizo fue pedir una botella de vino y las señas de alguna mujer que estuviera dispuesta a pasar la noche con él. Sí, tenía el dinero suficiente para pagar a la más hermosa; sí, la necesitaba con urgencia. Cualquiera sabría exactamente para qué solicitaba compañía femenina un hombre solitario desesperado por embriagarse hasta perder el conocimiento.

por **Eugénie Florit** Lun Sep 24, 2012 5:25 am

Eugénie había regresado a las andadas. Si su hermano no se asomaba por mucho tiempo en París lo único que quedaba era volver a su pasión, regresar a los burdeles y a dejar que su enfermedad se desatara sin problema alguno. Ella tenía ese problema, disfrutaba de forma ferviente su ninfomanía, disfrutaba de escaparse todas las noches de su pomposa mansión para hacerla de muerta de hambre, de necesitada, y todo eso simplemente se debía a saciar su cegador y obsesivo deseo por el placer, por el sexo que lo creía su mejor medicina. Nadie sabía en su familia lo que hacía, nadie lo sospechaba. ¿Quién podría sospechar de la perfecta e impecable señorita Florit? Nadie, por eso lo hacía, por eso no se frenaba ni tentaba.

Es bien sabido que en los burdeles, en ocasiones mandan a sus cortesanas para algunos lugares lejanos, buscando como cazar hombres, como cortejarlos, y como hacer que pagaran por tenerlos entre sus piernas. Aquella noche, ella tenía que hacer la ronda, debía salir a algunos bares y tabernas, aquello no era problema, lo que represaba uno era tener que cuidar su apariencia. Le importó poco, cerca del burdel existía un lugar dónde les permitían a aquellas mujeres de la vida galante prostituirse. Dado que sin antifaz no saldría, decidió refugiares ahí, con su lencería fina, con el abrigo cubriendo lo poco que cubría su figura, y con el antifaz ostentoso en su rostro. Genie observó a un hombre de aspecto nada usual - ya dentro de la taberna, claramente- le llamó la atención por ser tan diferente y llamativo como ella. Sin tener pudor, y dado que nadie podría reconocer su rostro se sentó a su lado. Ladeo el rostro y lo observó mordisqueándose el labio inferior con coquetería.

-¿Busca algo de compañía? - Musitó con descaro, su rostro no podría ser identificado, y el deseo ferviente subió desde su intimidad hasta recorrer todo su cuerpo, Genie deseaba pero sobretodo necesitaba sexo, lo necesitaba de manera urgente.

Jack the Ripper I. [Privado.]

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