AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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¿Le puedo dar un mordisquito? [Privado Jack Blackwave]
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¿Le puedo dar un mordisquito? [Privado Jack Blackwave]
Paseaba tranquilamente por el centro de París en una noche que auguraba el comienzo de la hermosa y suave primavera. Siendo inmortal no es que los cambios de estaciones o lo bonita que pudiese ser ésta me importase en demasía, pero el cambio de clima era señal de que más viandantes escogerían dar un paseo nocturno antes de acudir a sus casas, y entonces la ciudad se convertía en un buffet libre para mí.
Sonreí con malicia imaginándome correr de un sitio a otro mordiendo la yugular de los ciudadanos, como cual chiquilla que no puede evitar probar todos los platos que tiene delante en un gran banquete, pero entonces las palabras de Aquerón vinieron a mi mente y fruncí el ceño, resignada a perderme tal festín y seguir unas normas marcadas por él. Y es que, hacía unos meses, Aqueron Dracarys se había convertido en mi mentor, en mi padre adoptivo por así decirlo, tras encontrarme como neófita alimentándome de todo áquel que se cruzaba en mi camino. Y desde que lo conocí, los humanos no podían ser usados solo como comida.
Mis comienzos como vampiresa, bastantes recientes por así decirlo, no habían sido del todo como había imaginado. Una de esas tantas noches en las que salí a pasear para escapar de la sumisión a la que mi prometido quería subyugarme, tuve la suerte o la desgracia, según se mire, de topar con un ser de las tinieblas que no dudó en convertir a esta joven sola e indefensa en su cena de esa noche. Todavía recuerdo la sensación de paz que sentí cuando notaba como mi corazón dejaba de latir, como los problemas con mi prometido, mis padres, el resto de mujeres de la nobleza ya me daban igual. Era tal la plenitud que sentía (probablemente por la pérdida de sangre), que me dejé abrazar por él, notando como mis párpados se volvían pesados y mi consciencia se desvanecía. No sé cuanto pasó hasta que abrí los ojos con un fuerte quemazón en la garganta. De ahí a que descubré que eso era la sed de sangre y como aliviarla, me costó matar sin querer a unos cuantos humanos. Días después, gracias a Dios, Aqueron me encontró.
No admitiré que acatar normas sea santo de mi devoción, y que no poder alimentarme como me place me ilusione mucho, pero mi mentor, mi salvador, consiguió hacerme entender que no tenía que comportarme como un monstruo, y que me enseñaría a sobrevivir sin hacer daño a los humanos. Y por raro que parezca, me sentía mejor conmigo misma. Así que allí estaba yo, meses después de haber estado controlada por Aqueron, en mi primera noche libre en la que había prometido portarme bien y no matar a nadie.
Con las manos sobre mi regazo y continuando mi paseo, un olor repentino me detuvo de golpe. Pude sentir como mis ojos enrojecían durante un segundo y un extraño cosquilleo se arremolinaba en mi estómago. ¿Tenía hambre? Me había asegurado de alimentarme bien antes de salir de casa, de modo que no podía ser eso. Desconcertada por aquella sensación, única para mí hasta entonces, me dejé guiar por mi olfato dirigiendo mis pasos hacia el origen de éste, que al parecer se encontraba dentro de una mugrienta taberna abarrotada de hombres que parecían ahogar sus penas entre el alcohol y las piernas de alguna ramera.
Continué mi búsqueda, inquieta por sentirlo ahora mucho más cerca y fue entonces, cuando lo vi. Un joven y apuesto caballero que junto a otros tantos hablaba apaciblemente en una mesa. Suspiré confusa, sin saber que era lo que me estaba ocurriendo con ese hombre, y dispuesta a averiguarlo, recorrí la distancia que me separaba de la barra, asegurándome cuando pasé por su lado que el movimiento de mis caderas no le pasase desapercibido.
-Una copa de vino tinto, gracias.- respondí tras tomar asiento en un taburete cercano a su mesa al mesonero que no tardó en preguntar mi comanda, mientras podía sentir como decenas de miradas estaban puestas en mí. Tal vez había movido demasiado las caderas, pensé divertida encogiéndome de hombros y sonriendo tras el cristal de la copa ya servida.
Sonreí con malicia imaginándome correr de un sitio a otro mordiendo la yugular de los ciudadanos, como cual chiquilla que no puede evitar probar todos los platos que tiene delante en un gran banquete, pero entonces las palabras de Aquerón vinieron a mi mente y fruncí el ceño, resignada a perderme tal festín y seguir unas normas marcadas por él. Y es que, hacía unos meses, Aqueron Dracarys se había convertido en mi mentor, en mi padre adoptivo por así decirlo, tras encontrarme como neófita alimentándome de todo áquel que se cruzaba en mi camino. Y desde que lo conocí, los humanos no podían ser usados solo como comida.
Mis comienzos como vampiresa, bastantes recientes por así decirlo, no habían sido del todo como había imaginado. Una de esas tantas noches en las que salí a pasear para escapar de la sumisión a la que mi prometido quería subyugarme, tuve la suerte o la desgracia, según se mire, de topar con un ser de las tinieblas que no dudó en convertir a esta joven sola e indefensa en su cena de esa noche. Todavía recuerdo la sensación de paz que sentí cuando notaba como mi corazón dejaba de latir, como los problemas con mi prometido, mis padres, el resto de mujeres de la nobleza ya me daban igual. Era tal la plenitud que sentía (probablemente por la pérdida de sangre), que me dejé abrazar por él, notando como mis párpados se volvían pesados y mi consciencia se desvanecía. No sé cuanto pasó hasta que abrí los ojos con un fuerte quemazón en la garganta. De ahí a que descubré que eso era la sed de sangre y como aliviarla, me costó matar sin querer a unos cuantos humanos. Días después, gracias a Dios, Aqueron me encontró.
No admitiré que acatar normas sea santo de mi devoción, y que no poder alimentarme como me place me ilusione mucho, pero mi mentor, mi salvador, consiguió hacerme entender que no tenía que comportarme como un monstruo, y que me enseñaría a sobrevivir sin hacer daño a los humanos. Y por raro que parezca, me sentía mejor conmigo misma. Así que allí estaba yo, meses después de haber estado controlada por Aqueron, en mi primera noche libre en la que había prometido portarme bien y no matar a nadie.
Con las manos sobre mi regazo y continuando mi paseo, un olor repentino me detuvo de golpe. Pude sentir como mis ojos enrojecían durante un segundo y un extraño cosquilleo se arremolinaba en mi estómago. ¿Tenía hambre? Me había asegurado de alimentarme bien antes de salir de casa, de modo que no podía ser eso. Desconcertada por aquella sensación, única para mí hasta entonces, me dejé guiar por mi olfato dirigiendo mis pasos hacia el origen de éste, que al parecer se encontraba dentro de una mugrienta taberna abarrotada de hombres que parecían ahogar sus penas entre el alcohol y las piernas de alguna ramera.
Continué mi búsqueda, inquieta por sentirlo ahora mucho más cerca y fue entonces, cuando lo vi. Un joven y apuesto caballero que junto a otros tantos hablaba apaciblemente en una mesa. Suspiré confusa, sin saber que era lo que me estaba ocurriendo con ese hombre, y dispuesta a averiguarlo, recorrí la distancia que me separaba de la barra, asegurándome cuando pasé por su lado que el movimiento de mis caderas no le pasase desapercibido.
-Una copa de vino tinto, gracias.- respondí tras tomar asiento en un taburete cercano a su mesa al mesonero que no tardó en preguntar mi comanda, mientras podía sentir como decenas de miradas estaban puestas en mí. Tal vez había movido demasiado las caderas, pensé divertida encogiéndome de hombros y sonriendo tras el cristal de la copa ya servida.
Leila Dracarys- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 32
Fecha de inscripción : 15/08/2017
Localización : Paris
Re: ¿Le puedo dar un mordisquito? [Privado Jack Blackwave]
Jack se encontraba en el bar entretenido con un grupo de hombres que había conocido durante su estadía de presentación de proyectos en una de las futuras compañas que se estaban expandiendo por parís, estos le habían invitado a tomar alguna cosa mientras charlaban de anécdotas, estas no faltaban por parte del ingles que siempre con educación les contaba las cosas mas curiosas que había visto que pasaran en sus proyectos, como la explosión de algún mecanismo inundación de otro como algunos directamente nunca salieron del papel en cuanto noto un fallo demasiado obvio que no había notado incluso la idea de crear un sistema que pudiera plasmar momentos en un objeto algo mas instantáneo que hacerlo tallado, ellos se rieron junto que el ya que aclaro que en su defensa de que estaba bastante borracho en ese momento pues, no falto mas de uno que comenzó a mirar a la joven que acaba de entrar al lugar. Estos vieron como ella miro a Jack que estaba mas entretenido contando cosas, le codearon para que la viera cuando la vio pareció una luz en medio de la oscuridad.
Las sensaciones del joven hacia la chica eran como de una polilla hacia la luz, era como si tuviera algo llamativo algo único que causaba el deseo de solo mirarla a ella el resto dejaba de tener mucha importancia, fue cuando uno de los hombres se declaro el triunfador y antes que le dijeran algo tomo la iniciativa de ir a hablar con ella. Invitarle a un trago si esta se animaba claro estaba.
Por un instante el joven inventor deseo con todo su ser que le dijera que no lo dejara quemado frente a todos, creo que ese deseo era compartido por todos los hombres que estaban allí, ya que mas de uno había fijado su vista en ella y de seguro mas de una cosa imaginaban de poder hacerle a aquella diosa entre mortales, eran sus encantos imposible de olvidar aunque el chico se imaginaba si aceptaba el trago quizás viniera a la mesa y ellos tuvieran la suerte de tenerla cerca. Sonrió levemente de lado con aquella fugaz idea tratando de recomponer el hilo de la conversación, mientras evitaba no mirar hacia donde estaba esta con el hombre, ciertamente eran celos infundados los que estaba sintiendo en ese momento.
Las sensaciones del joven hacia la chica eran como de una polilla hacia la luz, era como si tuviera algo llamativo algo único que causaba el deseo de solo mirarla a ella el resto dejaba de tener mucha importancia, fue cuando uno de los hombres se declaro el triunfador y antes que le dijeran algo tomo la iniciativa de ir a hablar con ella. Invitarle a un trago si esta se animaba claro estaba.
Por un instante el joven inventor deseo con todo su ser que le dijera que no lo dejara quemado frente a todos, creo que ese deseo era compartido por todos los hombres que estaban allí, ya que mas de uno había fijado su vista en ella y de seguro mas de una cosa imaginaban de poder hacerle a aquella diosa entre mortales, eran sus encantos imposible de olvidar aunque el chico se imaginaba si aceptaba el trago quizás viniera a la mesa y ellos tuvieran la suerte de tenerla cerca. Sonrió levemente de lado con aquella fugaz idea tratando de recomponer el hilo de la conversación, mientras evitaba no mirar hacia donde estaba esta con el hombre, ciertamente eran celos infundados los que estaba sintiendo en ese momento.
Jack Blackwave- Humano Clase Media
- Mensajes : 22
Fecha de inscripción : 30/08/2017
Re: ¿Le puedo dar un mordisquito? [Privado Jack Blackwave]
Sonreí ladina por la llamada de atención generalizada de la mayoría de miembros del sexo opuesto del local hacia mi persona. En ocasiones me preguntaba como aquellos seres podían resultar tan simples, claro que luego agradecía que así fuera, puesto que me facilitaba bastante la caza. O al menos me lo facilitaba antes cuando cazaba, me recriminé a mí misma. Había prometido ser una buena neófita, y mis tiempos de caza habían llegado a su fin, ¿o no?
Sin perder ni un segundo de vista al joven humano que se había convertido en un extraño objetivo para mí esa noche, me acomodé en el taburete cruzando las piernas de forma sensual, dejando que un precioso zapato de tacón plateado asomase por debajo de un vestido color burdeos que resaltaba sobre mi amarfilada piel. Moví el pie levemente arriba y abajo varias veces, tratando de disimular la sonrisa que casi deja ver mis colmillos, cuando algunos hombres asentían con la cabeza al ritmo de mi movimiento. Negué con la cabeza divertida, mirando a través de la copa y bebiendo despacio ese líquido que inutilmente trataría de calmar mi sed, cuando observé que un caballero se acercaba hacia mi posición.
Enarqué una ceja confusa, mordiéndome el labio con suavidad al percatarme que ese no era el hombre que yo deseaba que hubiese sido capaz de adelantarse al resto. ¿Acaso mi mirada no le había dicho ya suficiente? Estás perdiendo facultades, Leila. Me dije a mí misma, depositando la copa con suavidad en la barra antes de escuchar la propuesta de ese pobre infeliz que se había dispuesto frente a mí, mientras jugueteaba con el borde de cristal de ésta.
-Mademoiselle, no deberiaís estar sola en un lugar como este. Cualquier cretino podría incomodarla.- balbuceó el desconocido en cuestión, antes de extender su mano hacia mí, con la intención de presentarse. Ladeé la cabeza para observarlo detenidamente, fingiendo un suspiro cuando continuó hablando solo.- Mi nombre es Joseph, señorita... Le invito a una copa y a lo que usted desee.- concluyó esperando una respuesta por mi parte en la que le confesase mi nombre, mientras colocaba la mano sobre la barra y la acercaba a la mía, hasta el punto que rozó mis dedos. Craso error por su parte, pensé destelleando mis ojos color fuego durante una milésima de segundo.
-¿Un cretino que pueda incomodarme?....- repetí pensativa mirando el techo durante unos segundos, como si estuviese escenificando el papel de damisela ingenua e inocente; papel que no me duró mucho, puesto que no estaba en mi genética eso de aguantarle las tonterías a nadie.- Ah, se refiere a alguien como usted.- escuché los murmullos y carcajadas de algunos de sus compañeros de mesa, que se lo estaban pasando en grande por el bochorno que debía estar sintiendo su amigo en esos momentos. Todos menos ese enigmático joven, que a pesar de que toda mi atención estaba puesta sobre él, parecía reacio a mis encantos.
Varios soplidos me sacaron de mis pensamientos, y recordé al desafortunado caballero que no solo me había interrumpido en mi tranquila velada, sino que había osado tocarme sin mi permiso. Aquello debería tener un castigo ejemplar, claro que a Aquerón probablemente no le parecería aceptable mi manera de enseñarle modales a ese humano. Chasqueé la lengua molesta por no poder mostrarle a ese desgraciado como se trata a una dama, así que opté por vengarme de una forma un poco menos cruel, pero que probablemente le serviría de lección.
-Arrodillate y gatea hasta la puerta gimoteando como el cerdo que eres.- susurré frente a él, clavando mi pupila en la suya mientras me aseguraba que aquella habilidad de persuasión era tan eficaz como siempre.
Volví a coger mi copa, sonriendo con malicia cuando pobre Joseph obedeció sin rechistar, y sin saber porqué sentía la necesidad de hacer aquello, salió del local gruñendo como los cerdos, llorando por la humillación que sentía en esos momentos mientras todos se reían y alguno que otro le lanzaba un puntapié.
Con un más que estudiado movimiento, dirigí mi mirada de nuevo al joven misterioso, esperando que nuestros ojos se encontrasen. Pero, ¿qué era lo qué tenía de especial que clamaba toda mi atención? Ahora que lo veía allí sentado y hasta podía sentir los latidos de su acelerado corazón, sabía que no era la sed de sangre lo que me orillaba a estar con él. Pero entonces, ¿el qué era? A pesar de tener toda la eternidad por delante, la paciencia no era una de mis virtudes, así que cuando sentí de nuevo que me observaba, pedí una botella de champagne al mesonero y dos copas, que yo misma cogí.
Mis pasos eran seguidos atentamente por demasiados ojos que probablemente se preguntarían hacia donde iba con las dos copas, los cuales buscaban entre las demás mesas quién sería mi acompañante.
-¿Me permite que le invite a una copa?-murmuré al oido del joven rozando apenas el lóbulo de su oreja con mis labios, mientras cerraba los ojos y me dejaba embriagar por su olor. Tal vez si fuese hambre, pensé por un instante. Pero negando ligeramente con la cabeza, continué mi camino hasta llegar a un pequeño reservado que había al fondo, y que se quedó libre en cuanto clavé la vista en el corpulento hombre que había allí y le imperé que se marchase. Tras dejar ambas copas sobre la mesa y esperar que el mesonero retirase con rapidez la bebida del anterior cliente y colocase en una cubitera aquel delicioso champagne, tomé asiento con calma, deseando que aquel humano hubiese aceptado la invitación.
Sin perder ni un segundo de vista al joven humano que se había convertido en un extraño objetivo para mí esa noche, me acomodé en el taburete cruzando las piernas de forma sensual, dejando que un precioso zapato de tacón plateado asomase por debajo de un vestido color burdeos que resaltaba sobre mi amarfilada piel. Moví el pie levemente arriba y abajo varias veces, tratando de disimular la sonrisa que casi deja ver mis colmillos, cuando algunos hombres asentían con la cabeza al ritmo de mi movimiento. Negué con la cabeza divertida, mirando a través de la copa y bebiendo despacio ese líquido que inutilmente trataría de calmar mi sed, cuando observé que un caballero se acercaba hacia mi posición.
Enarqué una ceja confusa, mordiéndome el labio con suavidad al percatarme que ese no era el hombre que yo deseaba que hubiese sido capaz de adelantarse al resto. ¿Acaso mi mirada no le había dicho ya suficiente? Estás perdiendo facultades, Leila. Me dije a mí misma, depositando la copa con suavidad en la barra antes de escuchar la propuesta de ese pobre infeliz que se había dispuesto frente a mí, mientras jugueteaba con el borde de cristal de ésta.
-Mademoiselle, no deberiaís estar sola en un lugar como este. Cualquier cretino podría incomodarla.- balbuceó el desconocido en cuestión, antes de extender su mano hacia mí, con la intención de presentarse. Ladeé la cabeza para observarlo detenidamente, fingiendo un suspiro cuando continuó hablando solo.- Mi nombre es Joseph, señorita... Le invito a una copa y a lo que usted desee.- concluyó esperando una respuesta por mi parte en la que le confesase mi nombre, mientras colocaba la mano sobre la barra y la acercaba a la mía, hasta el punto que rozó mis dedos. Craso error por su parte, pensé destelleando mis ojos color fuego durante una milésima de segundo.
-¿Un cretino que pueda incomodarme?....- repetí pensativa mirando el techo durante unos segundos, como si estuviese escenificando el papel de damisela ingenua e inocente; papel que no me duró mucho, puesto que no estaba en mi genética eso de aguantarle las tonterías a nadie.- Ah, se refiere a alguien como usted.- escuché los murmullos y carcajadas de algunos de sus compañeros de mesa, que se lo estaban pasando en grande por el bochorno que debía estar sintiendo su amigo en esos momentos. Todos menos ese enigmático joven, que a pesar de que toda mi atención estaba puesta sobre él, parecía reacio a mis encantos.
Varios soplidos me sacaron de mis pensamientos, y recordé al desafortunado caballero que no solo me había interrumpido en mi tranquila velada, sino que había osado tocarme sin mi permiso. Aquello debería tener un castigo ejemplar, claro que a Aquerón probablemente no le parecería aceptable mi manera de enseñarle modales a ese humano. Chasqueé la lengua molesta por no poder mostrarle a ese desgraciado como se trata a una dama, así que opté por vengarme de una forma un poco menos cruel, pero que probablemente le serviría de lección.
-Arrodillate y gatea hasta la puerta gimoteando como el cerdo que eres.- susurré frente a él, clavando mi pupila en la suya mientras me aseguraba que aquella habilidad de persuasión era tan eficaz como siempre.
Volví a coger mi copa, sonriendo con malicia cuando pobre Joseph obedeció sin rechistar, y sin saber porqué sentía la necesidad de hacer aquello, salió del local gruñendo como los cerdos, llorando por la humillación que sentía en esos momentos mientras todos se reían y alguno que otro le lanzaba un puntapié.
Con un más que estudiado movimiento, dirigí mi mirada de nuevo al joven misterioso, esperando que nuestros ojos se encontrasen. Pero, ¿qué era lo qué tenía de especial que clamaba toda mi atención? Ahora que lo veía allí sentado y hasta podía sentir los latidos de su acelerado corazón, sabía que no era la sed de sangre lo que me orillaba a estar con él. Pero entonces, ¿el qué era? A pesar de tener toda la eternidad por delante, la paciencia no era una de mis virtudes, así que cuando sentí de nuevo que me observaba, pedí una botella de champagne al mesonero y dos copas, que yo misma cogí.
Mis pasos eran seguidos atentamente por demasiados ojos que probablemente se preguntarían hacia donde iba con las dos copas, los cuales buscaban entre las demás mesas quién sería mi acompañante.
-¿Me permite que le invite a una copa?-murmuré al oido del joven rozando apenas el lóbulo de su oreja con mis labios, mientras cerraba los ojos y me dejaba embriagar por su olor. Tal vez si fuese hambre, pensé por un instante. Pero negando ligeramente con la cabeza, continué mi camino hasta llegar a un pequeño reservado que había al fondo, y que se quedó libre en cuanto clavé la vista en el corpulento hombre que había allí y le imperé que se marchase. Tras dejar ambas copas sobre la mesa y esperar que el mesonero retirase con rapidez la bebida del anterior cliente y colocase en una cubitera aquel delicioso champagne, tomé asiento con calma, deseando que aquel humano hubiese aceptado la invitación.
Leila Dracarys- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 32
Fecha de inscripción : 15/08/2017
Localización : Paris
Re: ¿Le puedo dar un mordisquito? [Privado Jack Blackwave]
El joven soñador seguía contando sus historias a los demás presentes, incluso hablaba sobre algunos acontecimientos graciosos que le habían pasado a el y conocidos durante sus inventos o trabajos, todo bastante tranquilo mas de uno no podía dejar de mirar a la mujer que había llegado, el era uno por mas que intentara no estar atento a ella, hasta que paso aquello ella trato de una forma tan degradante al hombre, que a muchos le causo gracia, incluso se podría decir que se volvió un desafió para mas de uno, pero no para el joven Jack, lo que le pareció totalmente molesto e inhumano el ya había sufrido en carne propia lo que era soporta ser humillado y tratado mal incluso había visto a su padre soportar esto por el bien de la familia. Lo que hacia que simplemente ver lo que ella hizo le pusiera de muy mal genio, se giro completamente evitando contacto con la chica, aunque intento regresar su atención a lo que estaba haciendo no le fue del todo posible. Ya que no contaba con nadie para contarle algo todos estaban al pendiente de la mujer así que tomo su copa y se la comenzó a tomar, sin ningún interés incluso pensando como librarse de aquel lugar y sus acompañantes, que después de todo eran de la clase alta no tenían ni idea de lo que era llegar a donde el lo había hecho solo con el ingenio.
Todo cambio en el momento, en el que aquellos sensuales pasos se aproximaron a el, todos parecian a ver visto un fantasma o estar a puntos de enloquecer por la cercanía de la mujer, pero aquello le toco a el sintió como todo su cuerpo parecía congelarse en un instante al sentirla tan cerca, una descarga eléctrica bastante poderosa recorrió su cuerpo que incluso pudo a ver mareado al inventor, aquella voz tan melosa y pegajosa que le invitaba a perderse con ella donde fuera, su cuerpo estuvo a punto de salir corriendo tras ella como si de un cordero al matadero, pero por unos instantes su mente logro controlar todo su ser, deteniéndose solo para acompañar con la mirada como la mujer se alejaba y se disponía a esperarlo. Estaba a punto de salir por la puerta contraria, como un ratón asustado, nunca le había quedado mejor ese apodo, ya que era considerado uno por vivir leyendo y buscando informacion para sus creaciones.
Pero las palabras de sus futuros "socios" le hicieron desistir de todo intento de evitar aquel confronto que generaba un desvió de sensaciones al muchacho ingles. Si bien su mente estaba molesto por la actitud arrogante de la mujer, su cuerpo pareció derretirse en su presencia y el hecho que constantemente estaban diciéndole que fuera a por ella, que ya tendrían tiempo para negociar. Que era una buena señal el hecho de que tremenda mujer estuviera interesado en el recién llegado.
Este resignado a tener que cumplir por caballero y por el hecho de que asi lo esperaban los demás, se encamino hacia la joven llevando una mano a un bolsillo y la otra colgando a su lado, no venia con intenciones de conquista ni tampoco luciendo tener un gran cuerpo o el hecho de ser un gran ingeniero, en realidad llego a la mesa obligado esposado prácticamente, por los demás hombres de su mesa y por aquella extraña sensación de querer estar junto a la mujer, aunque estuviera muy minimizada por el mal genio que traía el joven.
-Que tal la noche my lady...
Pregunto de cierta forma para romper el hielo, para luego esperar la permisiva de la chica para sentarse a su lado, este no tenia esperanzas que hubiera algo interesante para conversar entre los dos.
Todo cambio en el momento, en el que aquellos sensuales pasos se aproximaron a el, todos parecian a ver visto un fantasma o estar a puntos de enloquecer por la cercanía de la mujer, pero aquello le toco a el sintió como todo su cuerpo parecía congelarse en un instante al sentirla tan cerca, una descarga eléctrica bastante poderosa recorrió su cuerpo que incluso pudo a ver mareado al inventor, aquella voz tan melosa y pegajosa que le invitaba a perderse con ella donde fuera, su cuerpo estuvo a punto de salir corriendo tras ella como si de un cordero al matadero, pero por unos instantes su mente logro controlar todo su ser, deteniéndose solo para acompañar con la mirada como la mujer se alejaba y se disponía a esperarlo. Estaba a punto de salir por la puerta contraria, como un ratón asustado, nunca le había quedado mejor ese apodo, ya que era considerado uno por vivir leyendo y buscando informacion para sus creaciones.
Pero las palabras de sus futuros "socios" le hicieron desistir de todo intento de evitar aquel confronto que generaba un desvió de sensaciones al muchacho ingles. Si bien su mente estaba molesto por la actitud arrogante de la mujer, su cuerpo pareció derretirse en su presencia y el hecho que constantemente estaban diciéndole que fuera a por ella, que ya tendrían tiempo para negociar. Que era una buena señal el hecho de que tremenda mujer estuviera interesado en el recién llegado.
Este resignado a tener que cumplir por caballero y por el hecho de que asi lo esperaban los demás, se encamino hacia la joven llevando una mano a un bolsillo y la otra colgando a su lado, no venia con intenciones de conquista ni tampoco luciendo tener un gran cuerpo o el hecho de ser un gran ingeniero, en realidad llego a la mesa obligado esposado prácticamente, por los demás hombres de su mesa y por aquella extraña sensación de querer estar junto a la mujer, aunque estuviera muy minimizada por el mal genio que traía el joven.
-Que tal la noche my lady...
Pregunto de cierta forma para romper el hielo, para luego esperar la permisiva de la chica para sentarse a su lado, este no tenia esperanzas que hubiera algo interesante para conversar entre los dos.
Jack Blackwave- Humano Clase Media
- Mensajes : 22
Fecha de inscripción : 30/08/2017
Re: ¿Le puedo dar un mordisquito? [Privado Jack Blackwave]
Un extraño silencio se adueñó de aquella zona más apartada de la taberna donde me encontraba esperando al enigmático joven que tanto había llamado mi atención. Solamente el suave y poco sútil murmullo de los amigos del muchacho rompía ese momento mágico en que nuestras miradas se encontraron cuando al fin alcanzó mi posición, situándose frente a mí. Su trémulo caminar y su reticencia me desconcertaban sobre manera, puesto que parecía estar obligado a aceptar mi invitación. Lo había observado acercarse a mí, dubitativo y desconfiado. Aquel joven no era como el resto de la jauría de hombres que allí se encontraban como machos en celo, sino que era totalmente opuesto. La sensualidad y atracción que conseguía despertar en la mayoría de hombres desde antes de convertirme en vampiresa parecían no funcionar con él, y eso era algo que me tenía del todo confundida.
Había podido escuchar la conversación que había tenido con sus compañeros de bebida, como éstos vitoreaban que lo hubiese escogido a él para pasar la noche. Y que él había aceptado a regañadientes la invitación, obligado por sus amigos que hubiesen vendido a su madre por ser ellos los escogidos.- Mucho mejor ahora que vos la ilumináis con vuestra presencia.- respondí con una cálida sonrisa y una melodiosa voz, retirando levemente el sillón que había frente a mí, invitándole a tomar asiento.
Busqué la mirada del mesonero, que no tardó en venir para servir sendas copas de aquel espumoso champagne que colocó en la mesa con destreza para desaparecer de la misma forma en la que había llegado, con rapidez y sin hacer preguntas. Buen hombre, tal vez luego le daría algo de propina.
-Lamento la situación que ha tenido que vivenciar antes, no me siento orgullosa por ello.- apunté dirigiendo mi mirada ahora hasta el líquido dorado que movía con suavidad dentro de mi copa. Adivinaba que era lo que tanto podía haberle disgustado de mí, así que mi deber era ahora tratar de arreglarlo.- Mi madre siempre me decía que ante palabras necias, oidos sordos. Decía que debía ignorar a los hombres así y continuar con mis labores.- hice una pequeña pausa en la que me humedecí los labios antes de buscar su penetrante mirada, cruzándola con la mía.- Pero yo no soy así. No consigo ignorar que hombres que se creen superiores a los demás, incluidas a las mujeres, no se lleven un pequeño excarmiento por su repugnante comportamiento. Detesto que la mayoría nos vea como objetos sexuales, y que además se sientan ofendidos si son rechazados. Así que en ocasiones creo que una pequeña lección de humildad no les va mal, si así aprenden a tratar a los demás con un poco más de respeto
Me encogí de hombros mientras bebía con tranquilidad de mi copa, esperando que comprendiese que mi actuación no había sido tan reprochable como podía imaginar, y que podíamos pasar una preciosa velada si empezábamos de nuevo.- Mi nombre es Leila Dracarys, y es un placer encontrar a personas como vos.- apunté alargando mi mano para presentarme formalmente. Suspiré cuando su cálida piel cubrió la mía al concluir las presentaciones, y hasta juraría haberme ruborizado si no fuese porque sabía que aquello era imposible.- Por lo que he podido escuchar, sois un hombre inusual y cargado de sorpresas.- sonreí con timidez, rogando que se animase a hablar conmigo de sus hazañas como minutos antes estaba haciendo con sus compañeros de mesa. Había algo en él que me orillaba a estar a su lado, a protegerlo y eso era un sentimiento que jamás había albergado por nadie. ¿Debería preocuparme?
Había podido escuchar la conversación que había tenido con sus compañeros de bebida, como éstos vitoreaban que lo hubiese escogido a él para pasar la noche. Y que él había aceptado a regañadientes la invitación, obligado por sus amigos que hubiesen vendido a su madre por ser ellos los escogidos.- Mucho mejor ahora que vos la ilumináis con vuestra presencia.- respondí con una cálida sonrisa y una melodiosa voz, retirando levemente el sillón que había frente a mí, invitándole a tomar asiento.
Busqué la mirada del mesonero, que no tardó en venir para servir sendas copas de aquel espumoso champagne que colocó en la mesa con destreza para desaparecer de la misma forma en la que había llegado, con rapidez y sin hacer preguntas. Buen hombre, tal vez luego le daría algo de propina.
-Lamento la situación que ha tenido que vivenciar antes, no me siento orgullosa por ello.- apunté dirigiendo mi mirada ahora hasta el líquido dorado que movía con suavidad dentro de mi copa. Adivinaba que era lo que tanto podía haberle disgustado de mí, así que mi deber era ahora tratar de arreglarlo.- Mi madre siempre me decía que ante palabras necias, oidos sordos. Decía que debía ignorar a los hombres así y continuar con mis labores.- hice una pequeña pausa en la que me humedecí los labios antes de buscar su penetrante mirada, cruzándola con la mía.- Pero yo no soy así. No consigo ignorar que hombres que se creen superiores a los demás, incluidas a las mujeres, no se lleven un pequeño excarmiento por su repugnante comportamiento. Detesto que la mayoría nos vea como objetos sexuales, y que además se sientan ofendidos si son rechazados. Así que en ocasiones creo que una pequeña lección de humildad no les va mal, si así aprenden a tratar a los demás con un poco más de respeto
Me encogí de hombros mientras bebía con tranquilidad de mi copa, esperando que comprendiese que mi actuación no había sido tan reprochable como podía imaginar, y que podíamos pasar una preciosa velada si empezábamos de nuevo.- Mi nombre es Leila Dracarys, y es un placer encontrar a personas como vos.- apunté alargando mi mano para presentarme formalmente. Suspiré cuando su cálida piel cubrió la mía al concluir las presentaciones, y hasta juraría haberme ruborizado si no fuese porque sabía que aquello era imposible.- Por lo que he podido escuchar, sois un hombre inusual y cargado de sorpresas.- sonreí con timidez, rogando que se animase a hablar conmigo de sus hazañas como minutos antes estaba haciendo con sus compañeros de mesa. Había algo en él que me orillaba a estar a su lado, a protegerlo y eso era un sentimiento que jamás había albergado por nadie. ¿Debería preocuparme?
Leila Dracarys- Vampiro Clase Alta
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Re: ¿Le puedo dar un mordisquito? [Privado Jack Blackwave]
El chico se encontraba claramente contrariado, ya que su mente estaba buscando encontrar mil y un defecto en aquella mujer que había hecho una humillación publica tan terrible con aquel hombre, pero en cambio su corazon y ojos, estaban contaminados por una belleza que llegaba a querer dejarlo bobo, incluso el aroma que esta mujer liberaba parecía hecho para dejar loco a los hombros, este estaba a punto de caer en esas bellezas de la mujer, si no fuera por que su mente luchaba constantemente para evitar que todo su ser se rindiera a ella. No demoro en sentarse cuando fue invitado y observo como todo era hecho tan meticuloso el sujeto que los atendía hizo lo que tenia que hacer y desapareció en ese mismo instante, quedando ambos solos, noto también como al parecer todos regresaban a sus cosas y pasaban de ambos que estaban en un punto mas alejado.
El mismo tomo la copa suavemente y observo su contenido, aun no del todo decidido a beber en compaña de la mujer que ahora estaba explicando por que de su actitud tan hostil con aquel hombre, pro el hecho de que le querían usar, de cierto modo por unos instantes bajo al defensa y sintió como aquel aroma le tapaba, como si buscaba anularlo completamente, pero aun no se encontraba del todo satisfecho, ya que realmente eso la hacia igual a ellos si los iba a tratar de esa forma pero accedió a un "recomenzar" que tenia de malo pensó en ese instante. Escuchando su presentación y estirando su mano para saludarla estrechando ambas.
-Me llamo Jack Blackwave Señorita Dracarys
Aquello le sonó tan raro llamarla con ese apellido era bastante pensó inusual algo que no era para nada común, aunque su apellido tampoco lo era si realmente era honesto consigo mismo. Este escucho lo que la joven le menciono cuando decidió tomarse aquella copa que tenia delante casi en un instante, la joven seguramente tenia que a verle escuchado hablando con los demás, pero se preguntaba como si cuando ella llego, toda las conversaciones solamente rondaban sobre su cuerpo y lo hermosa que era.
-Pues en algo tiene razón son un inventor vengo de Inglaterra en búsqueda de personas influyentes con la capacidad de ayudarme en mis proyectos, en mi país estamos viviendo una gran modernicacion, las maquinas pasaran a hacer el trabajo mas difícil de las personas.
Dijo bastante animado en aquello ignorando por completo que hacia unos instantes había estado teniendo una conversación tan tensa con la mujer que podía cortarse el aire entre ambos, era por que quizás el hecho de que a el le encantaba sobre casi todas las cosas el hecho de poder hablar sobre sus magníficos proyectos e inventos creativos.
El mismo tomo la copa suavemente y observo su contenido, aun no del todo decidido a beber en compaña de la mujer que ahora estaba explicando por que de su actitud tan hostil con aquel hombre, pro el hecho de que le querían usar, de cierto modo por unos instantes bajo al defensa y sintió como aquel aroma le tapaba, como si buscaba anularlo completamente, pero aun no se encontraba del todo satisfecho, ya que realmente eso la hacia igual a ellos si los iba a tratar de esa forma pero accedió a un "recomenzar" que tenia de malo pensó en ese instante. Escuchando su presentación y estirando su mano para saludarla estrechando ambas.
-Me llamo Jack Blackwave Señorita Dracarys
Aquello le sonó tan raro llamarla con ese apellido era bastante pensó inusual algo que no era para nada común, aunque su apellido tampoco lo era si realmente era honesto consigo mismo. Este escucho lo que la joven le menciono cuando decidió tomarse aquella copa que tenia delante casi en un instante, la joven seguramente tenia que a verle escuchado hablando con los demás, pero se preguntaba como si cuando ella llego, toda las conversaciones solamente rondaban sobre su cuerpo y lo hermosa que era.
-Pues en algo tiene razón son un inventor vengo de Inglaterra en búsqueda de personas influyentes con la capacidad de ayudarme en mis proyectos, en mi país estamos viviendo una gran modernicacion, las maquinas pasaran a hacer el trabajo mas difícil de las personas.
Dijo bastante animado en aquello ignorando por completo que hacia unos instantes había estado teniendo una conversación tan tensa con la mujer que podía cortarse el aire entre ambos, era por que quizás el hecho de que a el le encantaba sobre casi todas las cosas el hecho de poder hablar sobre sus magníficos proyectos e inventos creativos.
Jack Blackwave- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 30/08/2017
Re: ¿Le puedo dar un mordisquito? [Privado Jack Blackwave]
Exhale un suave suspiro al escuchar mi apellido, adoptado hacía apenas unos meses, pronunciados por esos carnosos labios que invitaban a ser besados y acariciados el resto de mi eternidad. Todavía no entendía que era lo que tanto me llamaba la atención de aquel humano, dejando por supuesto a un lado que era un ejemplar digno de admiración y que probablemente sería la envidia de las pocas mujeres que habían en esa taberna por el simple hecho de estar compartiendo una copa con él. Jack, pronuncié para mí misma, como si su propio nombre pudiese darme pistas sobre aquel sentimiento que me había llevado hasta él, y que no podía comprender.
Sentimiento que me había arrastrado desde el exterior del local hasta el lugar donde ahora nos encontrábamos ambos frente a frente.
-Llámeme Leila, monsieur.- sugerí con una melodiosa y dulce voz, buscando una complicidad en su mirada que todavía no sabía si encontraría. Por su expresión parecía mostrarse reacio a compartir conmigo aquella botella, o al menos, no fiarse mucho de mis intenciones. Aquel hombre parecía tener un sentido del honor muy distinto a lo que yo estaba acostumbrada, donde el “ojo por ojo y diente por diente” era la mejor moneda de cambio.
-¿Inglaterra? Nunca he estado allí. Debe ser sin duda un lugar interesante.- apunté con curiosidad y un brillo inusual en la mirada, que denotaba mis deseos de haber conocido mundo antes de que la maldición de la inmortalidad hiciesen mella en mí. Era complicado viajar y pasar desapercibida de ésta forma, o al menos era lo que a mí me parecía. Solo viajando de noche, buscando donde guarecerse antes de que los primeros rayos de sol abrasasen mi piel y me convirtiesen en cenizas. Negué ligeramente con la cabeza, aceptando que mi época de humana había concluido y debía acostumbrarme a esta nueva no vida donde los sueños ya no existían.
-Tal vez pueda ayudarle a encontrar esos inversores que busca, al menos si me lo permite puedo intentarlo.- sugerí inclinándome ligeramente sobre la mesa al dejar la copa de champagne sobre ésta. Podía preguntarle a Aqueron, mi padre adoptivo. Él conocía mucha gente importante y a lo mejor no le importaba ayudarme. Sería una buena forma en que mi objetivo de "querer comerme a todo aquel cuyo corazón latía", quedaría mermado por ayudar a un mortal a cumplir sus sueños. Aunque, ¿por qué de pronto me importaba tanto que el dueño de aquel hermoso rostro pudiese cumplirlos? Hasta podía jurar que había vuelto a sentir palpitar mi corazón, hecho insólito para un vampiro ¿Desde cuándo yo me había preocupado de esa forma por alguien que no fuese yo misma? Suspiré contrariada, prestando de nuevo atención a esos ojos pardos que estaban poniendo patas arriba mi mundo.
- Si me permite preguntarle, ¿cuáles son esos proyectos que tiene en mente?- pregunté con timidez mordiéndome el labio inferior, moviendo después mi asiento para juntarlo al suyo donde casi nuestras rodillas podían tocarse.- Espero que no le resulte impertinente, acostumbro a pecar de entrometida con mis preguntas. Pero es que jamás había conocido a nadie tan fascinante como vos.- concluí con un cálido tono de voz, mientras ladeaba la cabeza esperando que viese en mí esa confianza que minutos antes era reticente a admitir.
Sentimiento que me había arrastrado desde el exterior del local hasta el lugar donde ahora nos encontrábamos ambos frente a frente.
-Llámeme Leila, monsieur.- sugerí con una melodiosa y dulce voz, buscando una complicidad en su mirada que todavía no sabía si encontraría. Por su expresión parecía mostrarse reacio a compartir conmigo aquella botella, o al menos, no fiarse mucho de mis intenciones. Aquel hombre parecía tener un sentido del honor muy distinto a lo que yo estaba acostumbrada, donde el “ojo por ojo y diente por diente” era la mejor moneda de cambio.
-¿Inglaterra? Nunca he estado allí. Debe ser sin duda un lugar interesante.- apunté con curiosidad y un brillo inusual en la mirada, que denotaba mis deseos de haber conocido mundo antes de que la maldición de la inmortalidad hiciesen mella en mí. Era complicado viajar y pasar desapercibida de ésta forma, o al menos era lo que a mí me parecía. Solo viajando de noche, buscando donde guarecerse antes de que los primeros rayos de sol abrasasen mi piel y me convirtiesen en cenizas. Negué ligeramente con la cabeza, aceptando que mi época de humana había concluido y debía acostumbrarme a esta nueva no vida donde los sueños ya no existían.
-Tal vez pueda ayudarle a encontrar esos inversores que busca, al menos si me lo permite puedo intentarlo.- sugerí inclinándome ligeramente sobre la mesa al dejar la copa de champagne sobre ésta. Podía preguntarle a Aqueron, mi padre adoptivo. Él conocía mucha gente importante y a lo mejor no le importaba ayudarme. Sería una buena forma en que mi objetivo de "querer comerme a todo aquel cuyo corazón latía", quedaría mermado por ayudar a un mortal a cumplir sus sueños. Aunque, ¿por qué de pronto me importaba tanto que el dueño de aquel hermoso rostro pudiese cumplirlos? Hasta podía jurar que había vuelto a sentir palpitar mi corazón, hecho insólito para un vampiro ¿Desde cuándo yo me había preocupado de esa forma por alguien que no fuese yo misma? Suspiré contrariada, prestando de nuevo atención a esos ojos pardos que estaban poniendo patas arriba mi mundo.
- Si me permite preguntarle, ¿cuáles son esos proyectos que tiene en mente?- pregunté con timidez mordiéndome el labio inferior, moviendo después mi asiento para juntarlo al suyo donde casi nuestras rodillas podían tocarse.- Espero que no le resulte impertinente, acostumbro a pecar de entrometida con mis preguntas. Pero es que jamás había conocido a nadie tan fascinante como vos.- concluí con un cálido tono de voz, mientras ladeaba la cabeza esperando que viese en mí esa confianza que minutos antes era reticente a admitir.
Leila Dracarys- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 15/08/2017
Localización : Paris
Re: ¿Le puedo dar un mordisquito? [Privado Jack Blackwave]
El chico seguía bastante reacio a colaborar con la joven, pero este sufría de algunos desvíos de atención naturales de su ingeniosa mente por lo tanto en cuanto hablo sobre Inglaterra por unos momentos su cerebro se desvió pensando en la ciudad que lo había visto nacer, como el avance de la tecnología cada vez hacia la ciudad mas imponente y rápida la gente estaba siempre viajando de un lugar a otro constantemente.
-Pues Inglaterra Señorita Leila es una ciudad muy avanzada en respecto a tecnología y la gente de allí es muy emprendedora soñadores empresarios que buscan desarrollar nuestro mañana.
El hecho de que el joven se distrajera tan rápido sumado al hecho de que aquella mujer era capaz de nublar sus sentidos y cada vez era mas difícil, mantenerse al margen era como si algo entrara en su mente y lo empezara a dejar tonto, como si lo drogaran en ese momento ya que todo empezaba a perder importancia y solamente la voz de ella como el centro de atención del chico se volvía.
-Ayudarme y por que lo harías, aunque no negare que seria genial, me dejaría la vida mucho mas fácil, es difícil impresionar a los parisinos y mas aun cuando son tan escépticos de aceptar que el mundo va cambiando, ustedes aun ni tienen locomotoras el futuro es inglaterra Leila.
Dijo bastante orgullo de aquello, pero no con intención de menos preciar a los demás pero podría mal entenderse el orgullo del joven por el avance tecnológico con un patriotismo demasiado evidente a su propia nación. Este ni se percato de la cercanía de la joven cuando esta le pregunta sobre que era lo que el tenia en mente fue que lo dejo algo mas nervioso se noto un leve rubor en su rostro, cuando ella había quedado tan cerca de el.
-Est...o, esto una versión del motor de locomotora pero mas chico que pudiera ser puesto en un carruaje de esa forma moverse sin precisar carriles y claro ayudar en el desarrollo de las locomotoras aquí en Francia.
-Pues Inglaterra Señorita Leila es una ciudad muy avanzada en respecto a tecnología y la gente de allí es muy emprendedora soñadores empresarios que buscan desarrollar nuestro mañana.
El hecho de que el joven se distrajera tan rápido sumado al hecho de que aquella mujer era capaz de nublar sus sentidos y cada vez era mas difícil, mantenerse al margen era como si algo entrara en su mente y lo empezara a dejar tonto, como si lo drogaran en ese momento ya que todo empezaba a perder importancia y solamente la voz de ella como el centro de atención del chico se volvía.
-Ayudarme y por que lo harías, aunque no negare que seria genial, me dejaría la vida mucho mas fácil, es difícil impresionar a los parisinos y mas aun cuando son tan escépticos de aceptar que el mundo va cambiando, ustedes aun ni tienen locomotoras el futuro es inglaterra Leila.
Dijo bastante orgullo de aquello, pero no con intención de menos preciar a los demás pero podría mal entenderse el orgullo del joven por el avance tecnológico con un patriotismo demasiado evidente a su propia nación. Este ni se percato de la cercanía de la joven cuando esta le pregunta sobre que era lo que el tenia en mente fue que lo dejo algo mas nervioso se noto un leve rubor en su rostro, cuando ella había quedado tan cerca de el.
-Est...o, esto una versión del motor de locomotora pero mas chico que pudiera ser puesto en un carruaje de esa forma moverse sin precisar carriles y claro ayudar en el desarrollo de las locomotoras aquí en Francia.
Jack Blackwave- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 30/08/2017
Re: ¿Le puedo dar un mordisquito? [Privado Jack Blackwave]
Podía sentir a la perfección como el ajetreado latido del corazón de Jack tomaba un ritmo frenético cuando aproximé nuestros asientos hasta el punto de que nuestras rodillas podían rozarse con cualquier movimiento. Más siendo sincera, me sentia totalmente desconcertada por el nerviosismo que yo misma era capaz de sentir por su cercanía. Deslicé con disimulo la mano por mi muslo, dejándola a escasos centímetros de la suya, tan cerca, que hasta podía sentir la calidez de su piel.
-Es una buena pregunta, maese Blackwave. Lo cierto es que lo que más me ha llamado la atención de vos es ese brillante don de inventar cosas; una mente visionaria que muchos desearían poseer.- hice una pequeña pausa, pensando en que razón podía darle que mostrase de forma racional mi interés por ayudarlo. Pero muy a mi pesar, no encontré ninguna, porque ni yo misma sabía porque me había ofrecido a ayudarle en un mundo que desconocía por completo.- No soy de París, provengo de un pequeño pueblo de Macedonia, pero allí al igual que aquí todo lo referido a la industrialización se encuentra obsoleto. Y me gustaría ver como un simple humano es capaz de revolucionar el mundo entero con sus ideales.
Alargué mi mano despacio hasta colocarla sobre la suya que descansaba sobre su rodilla. Pude sentir un pequeño respingo cuando el contraste de nuestras temperaturas se hizo patente en ese encuentro, pero no tardé en relajarme buscando en su mirada un poco de complicidad.- Seguro que a mi padre le parece de lo más fascinante su idea, y puede que tenga amigos influyentes que hagan realidad sus sueños, porque...- esta vez me incliné ligeramente sobre él, dejando nuestros labios a escasos centímetros, para poder susurrarle - ¿cuales son sus sueños, Jack?
Mi mirada paseaba nerviosa por sus carnosos labios, esos que parecían desear ser besados, y un tímido suspiro salió de mis labios muriendo practicamente en los suyos. Me humedecí los labios de forma sensual, mientras mis ojos se desviaban a los suyos y volvian a mirarle a los ojos.-Y permitame preguntarle, ¿le ha acompañado su esposa hasta París para ver cumplido su sueño?- hasta a mí misma me sorprendió estar realizando este tipo de investigaciones, como si aquel humano fuese para mí algo más que un simple recipiente de mi comida.
-Es una buena pregunta, maese Blackwave. Lo cierto es que lo que más me ha llamado la atención de vos es ese brillante don de inventar cosas; una mente visionaria que muchos desearían poseer.- hice una pequeña pausa, pensando en que razón podía darle que mostrase de forma racional mi interés por ayudarlo. Pero muy a mi pesar, no encontré ninguna, porque ni yo misma sabía porque me había ofrecido a ayudarle en un mundo que desconocía por completo.- No soy de París, provengo de un pequeño pueblo de Macedonia, pero allí al igual que aquí todo lo referido a la industrialización se encuentra obsoleto. Y me gustaría ver como un simple humano es capaz de revolucionar el mundo entero con sus ideales.
Alargué mi mano despacio hasta colocarla sobre la suya que descansaba sobre su rodilla. Pude sentir un pequeño respingo cuando el contraste de nuestras temperaturas se hizo patente en ese encuentro, pero no tardé en relajarme buscando en su mirada un poco de complicidad.- Seguro que a mi padre le parece de lo más fascinante su idea, y puede que tenga amigos influyentes que hagan realidad sus sueños, porque...- esta vez me incliné ligeramente sobre él, dejando nuestros labios a escasos centímetros, para poder susurrarle - ¿cuales son sus sueños, Jack?
Mi mirada paseaba nerviosa por sus carnosos labios, esos que parecían desear ser besados, y un tímido suspiro salió de mis labios muriendo practicamente en los suyos. Me humedecí los labios de forma sensual, mientras mis ojos se desviaban a los suyos y volvian a mirarle a los ojos.-Y permitame preguntarle, ¿le ha acompañado su esposa hasta París para ver cumplido su sueño?- hasta a mí misma me sorprendió estar realizando este tipo de investigaciones, como si aquel humano fuese para mí algo más que un simple recipiente de mi comida.
Leila Dracarys- Vampiro Clase Alta
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Localización : Paris
Re: ¿Le puedo dar un mordisquito? [Privado Jack Blackwave]
Los movimientos que la chica efectuó dejaron claramente mas nervioso al muchacho, que en realidad no entendía el por que le pasaba aquello aquella fijación por la mujer que tenia delante, la necesidad de sentirse atraído por ella todo en su cuerpo labios rostro y voz eran perfectos, eran como una luz para una mosca, una atracción que les era imposible resistir, aunque el lo intentaba las acciones que la mujer llevaba a cabo hacían que fuera aun mas complicado para el sujetarse a si mismo, sin querer golpeo su bebida que la derribo sobre su pantalón negando, este había quedado distraído por la propuesta de la joven de querer saber como un humano llegaba tan lejos, eso causo cierta curiosidad por que alguien diría eso como si no fuera humana ella o eso era una diosa o algo por el estilo, quizás eso era lo que le hacia tan atractiva negó con la cabeza dándose cuenta del desastre que acaba de hacer.
-Oh perdona ando algo torpe últimamente y no sobre su pregunta no soy casado creo que la ciencia las asusta un poco.
Eso era en parte bastante cierto ya que era un chico que no era muy mirado por las jóvenes ya que siempre estaba metido en un laboratorio buscando descubrir algo o en la empresa buscando crear algo funcional, cubierto de aceite o carbón buscando de alguna forma hacer andar sus creaciones, busco algún tipo de trapo para limpiar el desastre que acaba de hacer por culpa de ponerse nervioso, ese era otro motivo por el cual aun no estaba casado siempre se había centrado en sus estudios, lo que lo hacia poco veterano cuando se trataba de tratar con mujeres y sumado al hecho que no siempre se daba cuenta cuando una estaba buscándolo, aunque nunca le había pasado lo de recién sentirse en las nubes, totalmente bobo por una chica hermosa que acaba de conocer.
-Oh perdona ando algo torpe últimamente y no sobre su pregunta no soy casado creo que la ciencia las asusta un poco.
Eso era en parte bastante cierto ya que era un chico que no era muy mirado por las jóvenes ya que siempre estaba metido en un laboratorio buscando descubrir algo o en la empresa buscando crear algo funcional, cubierto de aceite o carbón buscando de alguna forma hacer andar sus creaciones, busco algún tipo de trapo para limpiar el desastre que acaba de hacer por culpa de ponerse nervioso, ese era otro motivo por el cual aun no estaba casado siempre se había centrado en sus estudios, lo que lo hacia poco veterano cuando se trataba de tratar con mujeres y sumado al hecho que no siempre se daba cuenta cuando una estaba buscándolo, aunque nunca le había pasado lo de recién sentirse en las nubes, totalmente bobo por una chica hermosa que acaba de conocer.
Jack Blackwave- Humano Clase Media
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Re: ¿Le puedo dar un mordisquito? [Privado Jack Blackwave]
Media sonrisa se dibujó en mi rostro cuando la copa de vino del señor Blackwave se volcó accidentalmente. Tenía que reconocer que mi acercamiento estaba siendo cuanto menos sútil, y que comprendía el nerviosismo del muchacho por mi impetuosidad. Pero lo que realmente me hizo sonreir no era ese pequeño contratiempo y el tener que haberme retirado con rapidez para que el vino no manchase mi vestido. Lo que me había hecho sonreir era su confirmación de que no existía ninguna señora Blackwave esperándolo en casa, y por lo que parecían indicar sus palabras, tampoco tenía a nadie en perspectiva. Desconocía porqué aquella noticia me provocaba tanta satisfacción, pero me dejé llevar por una sensación de plenitud que hacía demasiado tiempo que no era capaz de sentir.
-No se preocupe, Jack. Los accidentes ocurren, no tiene porqué disculparse. - susurré con voz dulce, desviando tan solo durante unos imperceptibles segundos la mirada hacia el mesero para que solucionase aquello y pudiésemos continuar con la velada.- ¿Le importa si le tuteo?.- apunté con coquetería mordiéndome con suavidad el labio inferior, buscando la forma de ir estrechando lazos entre nosotros.
El mesero no tardó en llegar hasta nosotros, limpiando con una bayeta húmeda el líquido derramado de la mesa y entregándole a mi acompañante un trapo de tela limpio con el que poder secarse el pantalón. Minutos después, en los que permanecimos en silencio dejando que el mesero hiciese su labor y sirviese una copa nueva a Jack, junté de nuevo nuestros asientos, para retomar una conversación que esperaba que se tornase más personal.
-Es extraña la naturaleza del ser humano.- afirmé jugando con mi dedo índice sobre el borde de mi copa,fijando mi mirada en ésta.- Acostumbramos a asustarnos o a rechazar aquello que no logramos entender. Nos alejamos de las mentes brillantes, como la suya, que son capaces de ver más allá de la realidad que ven nuestros propios ojos, tachándolos de locos o dementes. O juzgamos sin conocer a todo aquel que creemos diferente a nosotros, sin darle la oportunidad de saber el por qué es así..- continué exponiéndole parte de mis pensamientos como si de un viejo conocido se tratase; elevando esta vez la mirada para clavar mis ojos en los suyos. Había algo en ese humano que me llamaba la atención sobre manera, y por extraño que pareciese, no era su sangre lo que esta vez deseaba por encima de todo. Sino que lo que albergaba mi interior era conocer más sobre él, sobre su persona; y tal vez así descubrir porqué solo él hacía revivir en mí sensaciones y sentimientos que habían desaparecido desde que me convertí en vampiresa.- Y, ¿sabe por qué sucede eso? Porque la mayoría de los humanos tienen miedo de ser diferentes, de salirse de un patrón establecido por una sociedad que les impide crecer. Son incapaces de darse cuenta del mundo que se oculta más allá de sus propios ojos, vetados por el temor a lo que dirán los demás por pensar diferente. ¿No cree?- finalicé con una cálida sonrisa, tomando esta vez mi copa para humedecerme despacio los labios; procurando que nuestro contacto visual no se cortase en ningún momento.
-No se preocupe, Jack. Los accidentes ocurren, no tiene porqué disculparse. - susurré con voz dulce, desviando tan solo durante unos imperceptibles segundos la mirada hacia el mesero para que solucionase aquello y pudiésemos continuar con la velada.- ¿Le importa si le tuteo?.- apunté con coquetería mordiéndome con suavidad el labio inferior, buscando la forma de ir estrechando lazos entre nosotros.
El mesero no tardó en llegar hasta nosotros, limpiando con una bayeta húmeda el líquido derramado de la mesa y entregándole a mi acompañante un trapo de tela limpio con el que poder secarse el pantalón. Minutos después, en los que permanecimos en silencio dejando que el mesero hiciese su labor y sirviese una copa nueva a Jack, junté de nuevo nuestros asientos, para retomar una conversación que esperaba que se tornase más personal.
-Es extraña la naturaleza del ser humano.- afirmé jugando con mi dedo índice sobre el borde de mi copa,fijando mi mirada en ésta.- Acostumbramos a asustarnos o a rechazar aquello que no logramos entender. Nos alejamos de las mentes brillantes, como la suya, que son capaces de ver más allá de la realidad que ven nuestros propios ojos, tachándolos de locos o dementes. O juzgamos sin conocer a todo aquel que creemos diferente a nosotros, sin darle la oportunidad de saber el por qué es así..- continué exponiéndole parte de mis pensamientos como si de un viejo conocido se tratase; elevando esta vez la mirada para clavar mis ojos en los suyos. Había algo en ese humano que me llamaba la atención sobre manera, y por extraño que pareciese, no era su sangre lo que esta vez deseaba por encima de todo. Sino que lo que albergaba mi interior era conocer más sobre él, sobre su persona; y tal vez así descubrir porqué solo él hacía revivir en mí sensaciones y sentimientos que habían desaparecido desde que me convertí en vampiresa.- Y, ¿sabe por qué sucede eso? Porque la mayoría de los humanos tienen miedo de ser diferentes, de salirse de un patrón establecido por una sociedad que les impide crecer. Son incapaces de darse cuenta del mundo que se oculta más allá de sus propios ojos, vetados por el temor a lo que dirán los demás por pensar diferente. ¿No cree?- finalicé con una cálida sonrisa, tomando esta vez mi copa para humedecerme despacio los labios; procurando que nuestro contacto visual no se cortase en ningún momento.
Leila Dracarys- Vampiro Clase Alta
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Re: ¿Le puedo dar un mordisquito? [Privado Jack Blackwave]
El muchacho escucho y se sintio bastante intimidado por lo que estaba pasando aunque realmente no queria detenerse habia algo que le daba un frenesi una sensacion de que queria aquella sensacion, la queria demasiado cerca de el pero a la vez su mente brillante y analitica decia que ella era un problema que no debia acercarse ni darse tanta confianza su mente estaba confudida y se notaba en que a veces se ponia nervioso o torpe escucho lo que ella mencionaba,como si estuviera teniendo una conversacion profunda con alguien que pareciera conocer hace años.
-En realidad no se yo siempre busque poder ser mejor que la persona de ayer, siempre tratando de susperarme y no solo por mi sino mi familia ellos son empleados de una industria como simples trabajadores yo quiero mas para ellos, pero siempre es asi todos tememos lo que no entendemos pero luego que los interpretamos creo que es mas facil aceptarlo.
Dijo esto pensando en la tecnologia, la gente en inglaterra mantenia siempre constante vigilancia sobre que se investigaba y hasta donde los inventores eran capaces de llegar ya que algunos temian estar metiendose con Dios y otros que estaban tocando temas que no correspondian a la humanidad, pero realmente eso no le importaba al joven ya que el queria desarrollar y llevar el mundo al futuro.
-La tecnologia es el futuro de la humanidad, tiene muchas utilidades hay muchas cosas por descubrir que aun no hemos explorado tenemos que tener la mente abierta para recibir mas informacion y aprovecharla.
Menciono bastante decidio y mostrando su conviccion mientras bebia y estaba decicido a aquello aunque no estaba del todo dandose cuenta de que iba aquella conversacion.
-En realidad no se yo siempre busque poder ser mejor que la persona de ayer, siempre tratando de susperarme y no solo por mi sino mi familia ellos son empleados de una industria como simples trabajadores yo quiero mas para ellos, pero siempre es asi todos tememos lo que no entendemos pero luego que los interpretamos creo que es mas facil aceptarlo.
Dijo esto pensando en la tecnologia, la gente en inglaterra mantenia siempre constante vigilancia sobre que se investigaba y hasta donde los inventores eran capaces de llegar ya que algunos temian estar metiendose con Dios y otros que estaban tocando temas que no correspondian a la humanidad, pero realmente eso no le importaba al joven ya que el queria desarrollar y llevar el mundo al futuro.
-La tecnologia es el futuro de la humanidad, tiene muchas utilidades hay muchas cosas por descubrir que aun no hemos explorado tenemos que tener la mente abierta para recibir mas informacion y aprovecharla.
Menciono bastante decidio y mostrando su conviccion mientras bebia y estaba decicido a aquello aunque no estaba del todo dandose cuenta de que iba aquella conversacion.
Jack Blackwave- Humano Clase Media
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Re: ¿Le puedo dar un mordisquito? [Privado Jack Blackwave]
Una cálida sonrisa se dibujó en mis labios cuando comprendí que, a pesar de estar hablando ambos de lo complicado que podía resultar tratar ciertos temas con el resto de la humanidad, cada uno estaba tomando caminos muy distintos en sus interpretaciones. Jack hablaba con pasión de esa gran desconocida como era la Tecnología, un nuevo mundo de inventos que avanzaba poco a poco debido a las cerradas mentes de muchos dirigentes que querían evitar por todos los medios que sus trabajadores se convirtiesen en libres pensadores.
-Estoy de acuerdo con vos en que lo más complicado para el resto de los mortales es la interpretación de unos hechos que les resultan inverosímiles, y que una vez analizados e interpretados, su aceptación es mucho más sencilla.- afirmé, intentando unirme a su parte de la conversación, para tratar esta vez de ir ambos en la misma dirección.- El problema joven amigo, es que vivimos en una sociedad que no está dispuesta a arriesgarse por pensar más de la cuenta. Deberíais saber que a muchos filósofos, inventores y grandes pensadores de esta época están siendo arrestados y ajusticiados por hechicería y pactos con el demonio, cuando en realidad solo han intentado ayudar a su pueblo a pensar por si mismos. Solo querían que sus conciudadanos creciesen como ciudad.
Realicé una breve pausa, bebiendo con calma de mi copa de vino sin dejar de observar al muchacho.- Es obvio que en el avance de la tecnología está la clave para un mundo nuevo cargado de facilidades para el ser humano; pero debe ser precavido con quien se relaciona y a quien le cuenta sus ideas. Yo puedo ayudarle, puedo protegerle de quienes quieran hacerle daño o no sean de fiar.
Quería que aceptase mi ayuda, pero ya no sabía que más decirle para que comprendiese que me necesitaba a su lado. Coloqué mi mano sobre la suya, sonriendo con timidez al sentir el calor que ésta irradiaba.- Déjeme joven Blackwave que le muestre un mundo completamente opuesto a lo que usted está acostumbrado ver. Permítame que le abra un abanico de posibilidades, no solo laborales, sino también en la forma de ver las cosas. Permítame que le muestre el mundo de la misma forma en que yo lo veo.- mi mirada denotaba sinceridad, y es que jamás me había sentido tan empeñada en ayudar a otro ser humano a evolucionar.
-Estoy de acuerdo con vos en que lo más complicado para el resto de los mortales es la interpretación de unos hechos que les resultan inverosímiles, y que una vez analizados e interpretados, su aceptación es mucho más sencilla.- afirmé, intentando unirme a su parte de la conversación, para tratar esta vez de ir ambos en la misma dirección.- El problema joven amigo, es que vivimos en una sociedad que no está dispuesta a arriesgarse por pensar más de la cuenta. Deberíais saber que a muchos filósofos, inventores y grandes pensadores de esta época están siendo arrestados y ajusticiados por hechicería y pactos con el demonio, cuando en realidad solo han intentado ayudar a su pueblo a pensar por si mismos. Solo querían que sus conciudadanos creciesen como ciudad.
Realicé una breve pausa, bebiendo con calma de mi copa de vino sin dejar de observar al muchacho.- Es obvio que en el avance de la tecnología está la clave para un mundo nuevo cargado de facilidades para el ser humano; pero debe ser precavido con quien se relaciona y a quien le cuenta sus ideas. Yo puedo ayudarle, puedo protegerle de quienes quieran hacerle daño o no sean de fiar.
Quería que aceptase mi ayuda, pero ya no sabía que más decirle para que comprendiese que me necesitaba a su lado. Coloqué mi mano sobre la suya, sonriendo con timidez al sentir el calor que ésta irradiaba.- Déjeme joven Blackwave que le muestre un mundo completamente opuesto a lo que usted está acostumbrado ver. Permítame que le abra un abanico de posibilidades, no solo laborales, sino también en la forma de ver las cosas. Permítame que le muestre el mundo de la misma forma en que yo lo veo.- mi mirada denotaba sinceridad, y es que jamás me había sentido tan empeñada en ayudar a otro ser humano a evolucionar.
Última edición por Leila Dracarys el Mar Ene 16, 2018 4:54 pm, editado 1 vez
Leila Dracarys- Vampiro Clase Alta
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Re: ¿Le puedo dar un mordisquito? [Privado Jack Blackwave]
El chico estaba algo perdido en sus pensamientos algo que siempre le habia recriminado su padre, el comenzaba a hablar y no era capaz de mantenerse en tierra su mente comenzaba a diseñar y proyectar ideas y nuevos pensamientos inventos o quizas locuras que podrian volverse realidad pero tenia esa facilidad para perderse y no poder mantenerse atento a la conversacion que estaba llevando con la otra persona, eso justamente era lo que le estaba pasando en ese momento, estaba pensando sobre como aumentar la potencia de una maquinaria locomotora si era posible volverla aun mas rapida de lo que ya era, para reducir de esa forma los tiempos de recorridos, pero sin tener que gastar demasiado para lograrlo claro estaba. Este solo regreso a tierra en el momento en el que sintio como la joven que estaba con el hizo contacto fisico con su cuerpo, logro sentir el frio de su cuerpo eso con su temperatura caliente, fue lo suficiente para regresarlo de golpe del transe en el que estaba y el estar pensando en las nubes. Por acto reflejo retiro su mano de la de ella por el frio que estaba sintiendo en ese instante.
-Que fue eso... tu mano esta fria...
Menciono dandose cuenta de que eso no era algo normal en una persona comun y corriente, hasta ese momento no se habia dado cuenta de eso, por eso parecia como si recien habia reaccionado, mirando hacia todos lados viendo que las personas los observaban y este giro la vista algo apenado hacia ella de nuevo por a ver reaccionado de dicha forma de golpe.
-Perdon a veces me pierdo en mis pensamientos y sentir tu mano helada me hizo reaccionar de golpe le pido mil disculpas...
Dijo este buscando de esa forma obtener algo de perdon de la dama que le acompañaba, despues de todo habia tenido una actitud algo impredecible para un joven de su edad ademas de que seguramente lo encontraria super raro, el hecho de su reaccion y mas aun no poder seguir el hilo de la convesacion que estaban teniendo.
-Que fue eso... tu mano esta fria...
Menciono dandose cuenta de que eso no era algo normal en una persona comun y corriente, hasta ese momento no se habia dado cuenta de eso, por eso parecia como si recien habia reaccionado, mirando hacia todos lados viendo que las personas los observaban y este giro la vista algo apenado hacia ella de nuevo por a ver reaccionado de dicha forma de golpe.
-Perdon a veces me pierdo en mis pensamientos y sentir tu mano helada me hizo reaccionar de golpe le pido mil disculpas...
Dijo este buscando de esa forma obtener algo de perdon de la dama que le acompañaba, despues de todo habia tenido una actitud algo impredecible para un joven de su edad ademas de que seguramente lo encontraria super raro, el hecho de su reaccion y mas aun no poder seguir el hilo de la convesacion que estaban teniendo.
Jack Blackwave- Humano Clase Media
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Re: ¿Le puedo dar un mordisquito? [Privado Jack Blackwave]
Podía sentir como la atención del joven Blackwave iba y venía por momentos ante mi atolondrada palabrería, más sabía que no sería justa si culpaba al inocente humano por ello. Una mente tan privilegiada como la suya divagaba entre la realidad y los sueños en busca de un nuevo invento, de algún proyecto innovador que podría significar el inicio de una nueva era de maquinaria futurista. Fue por ello que cuando se sobresaltó por mi frío contacto, haciéndole salir así de su ensimismamiento, no pude más que esbozar una tímida sonrisa cargada de melancolía y retirar la mano hasta mi regazo con toda la calma que podía fingir en esos momentos.
Habían pasado ya muchas lunas, quizás demasiadas, desde que no pensaba en la maldición que meses atrás había supuesto un cambio drástico en mi existencia. Me había acostumbrado a ella y a lo que ésta conllevaba, resignándome a albergar otros sueños en la vida que subsistir de la forma que fuese necesaria. Durante las primeras semanas no me resultó nada fácil; la sed de sangre dominaba todo mi ser, apenas tenía el control sobre mí misma y todo mi universo giraba en torno a esa vitae por la que maté a más de uno sin compasión. Después, cuando empecé a controlar esa parte más animal, me inundó la sensación de soledad al percatarme de que no volvería a ver a mí familia, y que mi vida daría una vuelta de 180 grados. Los largos y tranquilos paseos por la orilla de la playa en una tarde de verano, la esperanza de formar una familia junto al hombre que amaba, tener varios pequeños correteando alrededor en un tarde lluviosa de otoño en un acogedor salón, asistir a fiestas benéficas y pertenecer a un club de campo elitista se esfumaron a la misma velocidad que los rayos iluminaban el encapotado cielo en una noche lluviosa.
Todos estos pensamientos habían quedado relegados a un segundo plano cuando conocí a Aqueron y su peculiar familia, la cual me acogió sin prejuzgarme a sabiendas de que era una neófita cuyos inicios no habían sido precisamente los mismos que ellos verían como aceptables. Aprendí que mi existencia no tenía porque verse relegada a muerte y destrucción, sino que todavía podían haber cosas buenas en mí, que mi lado humano no había desaparecido del todo y que solo era cuestión de buscarlo en mi interior. Así que desde que me sentí miembro de la familia Dracarys, aquella forma de pensar tan negativa desapareció. Hasta esa noche en que la mirada de Jack mostraba demasiadas contradicciones, mezcladas con duda y desconcierto.
-No se preocupe, ha sido culpa mía por tomarme algunas libertades que no debía. No acostumbro a sentirme tan cómoda en una conversación con nadie, y presiento que me extralimité. Soy yo la que debe pedirle disculpas.- respondí con una liviana sonrisa, tratando de ocultar un dolor del todo desconocido para mí. Aunque el joven no lo había hecho con mala intención, me había recordado que no volvería a tener esa vida que tanto había anhelado, y que tenía toda una eternidad para comprobarlo.
- Tengo cierto problema para regular mi temperatura corporal, y cuando las temperaturas bajan como ha sucedido esta noche, este problema se hace más evidente.- justifiqué tratando de ser lo más sincera posible. Algo en él me impedía mentirle sobre lo que era; algo me hacía tratar de buscar su aceptación aún a sabiendas de que si se enteraba de mi naturaleza saldría huyendo. Y sin saber porqué necesitaba que él conociese todo de mí, así como yo de él, traté de continuar la conversación como si nada hubiese sucedido.- ¿Dónde se está hospedando? ¿Tal vez en la casa de algún familiar?- al darme cuenta que tal vez había sido demasiado directa, pensé que ofrenciéndole un poco de información podía parecer más mera curiosidad que un interrogatorio en tercer grado.- Yo estoy junto a mi familia de acogida en una zona residencial al norte de París. Tal vez seamos vecinos y no nos hayamos cruzado antes.- concluí con una tímida sonrisa y una brillante mirada que demostraba la necesidad que tener puntos en común.
Habían pasado ya muchas lunas, quizás demasiadas, desde que no pensaba en la maldición que meses atrás había supuesto un cambio drástico en mi existencia. Me había acostumbrado a ella y a lo que ésta conllevaba, resignándome a albergar otros sueños en la vida que subsistir de la forma que fuese necesaria. Durante las primeras semanas no me resultó nada fácil; la sed de sangre dominaba todo mi ser, apenas tenía el control sobre mí misma y todo mi universo giraba en torno a esa vitae por la que maté a más de uno sin compasión. Después, cuando empecé a controlar esa parte más animal, me inundó la sensación de soledad al percatarme de que no volvería a ver a mí familia, y que mi vida daría una vuelta de 180 grados. Los largos y tranquilos paseos por la orilla de la playa en una tarde de verano, la esperanza de formar una familia junto al hombre que amaba, tener varios pequeños correteando alrededor en un tarde lluviosa de otoño en un acogedor salón, asistir a fiestas benéficas y pertenecer a un club de campo elitista se esfumaron a la misma velocidad que los rayos iluminaban el encapotado cielo en una noche lluviosa.
Todos estos pensamientos habían quedado relegados a un segundo plano cuando conocí a Aqueron y su peculiar familia, la cual me acogió sin prejuzgarme a sabiendas de que era una neófita cuyos inicios no habían sido precisamente los mismos que ellos verían como aceptables. Aprendí que mi existencia no tenía porque verse relegada a muerte y destrucción, sino que todavía podían haber cosas buenas en mí, que mi lado humano no había desaparecido del todo y que solo era cuestión de buscarlo en mi interior. Así que desde que me sentí miembro de la familia Dracarys, aquella forma de pensar tan negativa desapareció. Hasta esa noche en que la mirada de Jack mostraba demasiadas contradicciones, mezcladas con duda y desconcierto.
-No se preocupe, ha sido culpa mía por tomarme algunas libertades que no debía. No acostumbro a sentirme tan cómoda en una conversación con nadie, y presiento que me extralimité. Soy yo la que debe pedirle disculpas.- respondí con una liviana sonrisa, tratando de ocultar un dolor del todo desconocido para mí. Aunque el joven no lo había hecho con mala intención, me había recordado que no volvería a tener esa vida que tanto había anhelado, y que tenía toda una eternidad para comprobarlo.
- Tengo cierto problema para regular mi temperatura corporal, y cuando las temperaturas bajan como ha sucedido esta noche, este problema se hace más evidente.- justifiqué tratando de ser lo más sincera posible. Algo en él me impedía mentirle sobre lo que era; algo me hacía tratar de buscar su aceptación aún a sabiendas de que si se enteraba de mi naturaleza saldría huyendo. Y sin saber porqué necesitaba que él conociese todo de mí, así como yo de él, traté de continuar la conversación como si nada hubiese sucedido.- ¿Dónde se está hospedando? ¿Tal vez en la casa de algún familiar?- al darme cuenta que tal vez había sido demasiado directa, pensé que ofrenciéndole un poco de información podía parecer más mera curiosidad que un interrogatorio en tercer grado.- Yo estoy junto a mi familia de acogida en una zona residencial al norte de París. Tal vez seamos vecinos y no nos hayamos cruzado antes.- concluí con una tímida sonrisa y una brillante mirada que demostraba la necesidad que tener puntos en común.
Leila Dracarys- Vampiro Clase Alta
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Re: ¿Le puedo dar un mordisquito? [Privado Jack Blackwave]
El nego levemente con la cabeza realmente no le había incomodado el hecho de que le tocara sino que lo había bajado a la misma realidad, algo que era raro en el solía estar divagando y al mismo tiempo hablando con las personas como si fuera una visión periférica sin dejar de "soñar" despierto pero el toque de ella causo que eso cambiara, el dejo de estar en ese estado y por primera vez en mucho tiempo estaba en tierra firme, dándose cuenta que estaba frente a una hermosa mujer que le estaba dando conversación, seguramente su madre estaría gritándole de lado que hablara mas con ella que le conociera mejor y dejara sus libros y proyectos que mañana ya podría seguir diseñando y creando que el momento era ahora, pero también estaba el hecho de que el se sentía algo bobo, en ese instante poniendo una sonrisa algo tonta, como la mayoría de los hombres allí.
-Don`t Worry, andaba pensando en otras cosas y su toque me trajo de nuevo a donde tengo que estar aquí frente a usted, ya veo una perdida descontrolada de temperatura los inviernos deben ser difíciles para usted sin alguien que le de calor.
En ese momento no se reconocía a si mismo, no sabia si era el hecho de que si su padre se enteraba que tuvo esa oportunidad y no dijo nada inteligente o el hecho de que se sentía por momentos tonto por ella, como buscando decir algo inteligente para impresionar a la femea que tenia delante, eso se sentía como la luz para la polilla pero no era capaz de evitarlo.
-Oh no vivo solo en un hotel cercano a este bar, he recorrido poco de la ciudad realmente mas saltando de reunión en reunión para lo que tengo que hacer aquí, pero una cosa si le aseguro que es mucho mas cómodo y tranquilo que este lugar quizás debería visitarme allí estar sin tanta gente alrededor.
Ni el se creía lo que estaba haciendo, era como si su boca y pensamientos en ese momento era como si su hermano mayor estuviera hablando en el lugar de el siempre había intentado llevarse a todas las chicas que conocíamos a la cama algunas habían caído otras no, pero en ese instante era el que estaba haciendo lo mismo y no entendía por que le nacía el deseo de querer hacerlo y tenia esperanzas de lograrlo.
-Es lamentable que no seamos vecinos, me gustaría poder veros en vuestro hogar...
Aquello era demasiado fuerte ya para el, era como si su boca y voluntad se dominaran por algo que deseaba tener aquella mujer cerca lo mas cerca que pudiera estaba atraído por la joven, quizás sus pensamientos hasta el momento habían causado que se nublara su visión de lo hermosa que era ya que ahora la miraba con detalle y cada parte de su piel le provocaba desearla.
-Don`t Worry, andaba pensando en otras cosas y su toque me trajo de nuevo a donde tengo que estar aquí frente a usted, ya veo una perdida descontrolada de temperatura los inviernos deben ser difíciles para usted sin alguien que le de calor.
En ese momento no se reconocía a si mismo, no sabia si era el hecho de que si su padre se enteraba que tuvo esa oportunidad y no dijo nada inteligente o el hecho de que se sentía por momentos tonto por ella, como buscando decir algo inteligente para impresionar a la femea que tenia delante, eso se sentía como la luz para la polilla pero no era capaz de evitarlo.
-Oh no vivo solo en un hotel cercano a este bar, he recorrido poco de la ciudad realmente mas saltando de reunión en reunión para lo que tengo que hacer aquí, pero una cosa si le aseguro que es mucho mas cómodo y tranquilo que este lugar quizás debería visitarme allí estar sin tanta gente alrededor.
Ni el se creía lo que estaba haciendo, era como si su boca y pensamientos en ese momento era como si su hermano mayor estuviera hablando en el lugar de el siempre había intentado llevarse a todas las chicas que conocíamos a la cama algunas habían caído otras no, pero en ese instante era el que estaba haciendo lo mismo y no entendía por que le nacía el deseo de querer hacerlo y tenia esperanzas de lograrlo.
-Es lamentable que no seamos vecinos, me gustaría poder veros en vuestro hogar...
Aquello era demasiado fuerte ya para el, era como si su boca y voluntad se dominaran por algo que deseaba tener aquella mujer cerca lo mas cerca que pudiera estaba atraído por la joven, quizás sus pensamientos hasta el momento habían causado que se nublara su visión de lo hermosa que era ya que ahora la miraba con detalle y cada parte de su piel le provocaba desearla.
Jack Blackwave- Humano Clase Media
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Re: ¿Le puedo dar un mordisquito? [Privado Jack Blackwave]
La mirada que el humano me dedicaba tratando de excusarse de una situación de la que ninguno de los dos éramos culpables, iluminaba cada rincón de mi oscuro ser, haciéndome sentir en esos momentos mi liviano cuerpo flotando en una mullida nube aterciopelada. Y es que, sin haber empezado todavía a hacer gala de esas habilidades que me habían sido concedidas junto con la inmortalidad, parecía por fin que el joven Jack comenzaba a percatarse de mi existencia; gesto el cual me cubrió de una repentina felicidad que llevaba mucho tiempo sin sentir.
-Lamentablemente no tengo a nadie que me dé calor, de modo que me conformo con pasar las frías noches de invierno cerca de una cálida chimenea y un buen libro que me reconforte.- respondí con una dulce voz ante la afirmación de Jack en la que sutilmente parecía intentar descubrir si mi corazón pertenecía a otra persona.
Tomé mi copa de vino, humedeciendo apenas los labios en un gesto del todo sensual y bien estudiado. Sabía que mis labios en aquel momento se convertían en el centro de deseo, y aunque no quería usar mis poderes de persuasión con Jack, seguía teniendo un amplio arsenal de armas de mujer. Me dejaba acunar por sus palabras cuando me pareció apreciar una proposición del todo inesperada. ¿Me habían cambiado al humano y no me había dado cuenta? Negué levemente con la cabeza, seguía teniendo el mismo olor. Entonces, ¿Qué le sucedía de pronto? Hubiese jurado desde el principio que se sentía reticente a aceptar mi invitación, y que por ende estaba frente a mí por la presión de sus compañeros. Sin embargo, ahora era él quien me estaba invitando a… ¿su hotel?
-Sin duda la habitación de su hotel sería un lugar mucho más tranquilo donde reunirnos, maese Blackwave, más debe comprender que soy una joven doncella y que tal vez mi padre no estuviese muy de acuerdo en que aceptase su invitación. ..al menos, no sin que antes nos conociésemos durante algo más de tiempo.- apunté con una sonrisa de medio lado, dejando la copa sobre la mesa y acercando la mano hasta casi tocar la yema de los dedos de él. Deseaba tocarlo, pero después de lo sucedido minutos antes, prefería que fuese él quien diese ese último paso. Respecto a mi respuesta, por supuesto que Aqueron se preocuparía si aceptase esa invitación, pero no por lo que me pudiese suceder a mí, sino por la suerte que podría sufrir el pobre Jack. Claro que este caso era bien distinto, y mis intenciones con el humano distaban mucho de convertirlo en mi cena.- Aunque si le parece bien, podríamos vernos en la cafetería del mismo. Apuesto que será mucho más tranquila que esta taberna, y sería un primer paso para conocernos mejor.
Deseaba estar a solas con Jack, descubrir porque mi alma clamaba por estar a su lado y saber el porqué ocultarle mi naturaleza se me hacía tan complicado. Solté una pequeña carcajada ante su siguiente comentario, esbozando la sonrisa más tierna que jamás le había dedicado a nadie, porque aunque la sonrisa fuese mía, la razón de la misma era ese joven inventor que parecía estar perdiéndose en mis tinieblas por momentos.- No se apene por eso, que no seamos vecinos no implica que no pueda venir a visitarme a mi hogar. De seguro que mi familia le acogerá de buen grado, y tal vez así pueda contarle a mi padre sus proyectos. Sigo pensando que estará encantado de ayudarle.- me imaginaba la expresión de Aqueron cuando le pidiese que necesitaba que ayudase al muchacho, y no podía evitar sonreír divertida. Sin duda iba a ser algo nuevo para todos.
-Lamentablemente no tengo a nadie que me dé calor, de modo que me conformo con pasar las frías noches de invierno cerca de una cálida chimenea y un buen libro que me reconforte.- respondí con una dulce voz ante la afirmación de Jack en la que sutilmente parecía intentar descubrir si mi corazón pertenecía a otra persona.
Tomé mi copa de vino, humedeciendo apenas los labios en un gesto del todo sensual y bien estudiado. Sabía que mis labios en aquel momento se convertían en el centro de deseo, y aunque no quería usar mis poderes de persuasión con Jack, seguía teniendo un amplio arsenal de armas de mujer. Me dejaba acunar por sus palabras cuando me pareció apreciar una proposición del todo inesperada. ¿Me habían cambiado al humano y no me había dado cuenta? Negué levemente con la cabeza, seguía teniendo el mismo olor. Entonces, ¿Qué le sucedía de pronto? Hubiese jurado desde el principio que se sentía reticente a aceptar mi invitación, y que por ende estaba frente a mí por la presión de sus compañeros. Sin embargo, ahora era él quien me estaba invitando a… ¿su hotel?
-Sin duda la habitación de su hotel sería un lugar mucho más tranquilo donde reunirnos, maese Blackwave, más debe comprender que soy una joven doncella y que tal vez mi padre no estuviese muy de acuerdo en que aceptase su invitación. ..al menos, no sin que antes nos conociésemos durante algo más de tiempo.- apunté con una sonrisa de medio lado, dejando la copa sobre la mesa y acercando la mano hasta casi tocar la yema de los dedos de él. Deseaba tocarlo, pero después de lo sucedido minutos antes, prefería que fuese él quien diese ese último paso. Respecto a mi respuesta, por supuesto que Aqueron se preocuparía si aceptase esa invitación, pero no por lo que me pudiese suceder a mí, sino por la suerte que podría sufrir el pobre Jack. Claro que este caso era bien distinto, y mis intenciones con el humano distaban mucho de convertirlo en mi cena.- Aunque si le parece bien, podríamos vernos en la cafetería del mismo. Apuesto que será mucho más tranquila que esta taberna, y sería un primer paso para conocernos mejor.
Deseaba estar a solas con Jack, descubrir porque mi alma clamaba por estar a su lado y saber el porqué ocultarle mi naturaleza se me hacía tan complicado. Solté una pequeña carcajada ante su siguiente comentario, esbozando la sonrisa más tierna que jamás le había dedicado a nadie, porque aunque la sonrisa fuese mía, la razón de la misma era ese joven inventor que parecía estar perdiéndose en mis tinieblas por momentos.- No se apene por eso, que no seamos vecinos no implica que no pueda venir a visitarme a mi hogar. De seguro que mi familia le acogerá de buen grado, y tal vez así pueda contarle a mi padre sus proyectos. Sigo pensando que estará encantado de ayudarle.- me imaginaba la expresión de Aqueron cuando le pidiese que necesitaba que ayudase al muchacho, y no podía evitar sonreír divertida. Sin duda iba a ser algo nuevo para todos.
Leila Dracarys- Vampiro Clase Alta
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Re: ¿Le puedo dar un mordisquito? [Privado Jack Blackwave]
EL joven muchacho estaba mas que embobado era como si el efecto de atracción del a vampira, había demorado en hacer efecto o en realidad era por que hasta ese momento, el mismo no había estado con los pies en la tierra eso generaba que no fuera tan efectiva su atracción pero en ese momento, el no podía sacar la mirada de su fisionomía de sus labios, los cuales por algún extraño motivo estaban generando calor en su cuerpo una atracción un deseo de estar junto a la joven. Aquello de que no pudieran estar por le hecho de que no le quedaría bien tenia razón, pero por algún motivo aquello fue como un balde de agua fría, en el calor que el joven comenzaba a sentir de forma involuntaria, aunque eso no quito que su deseo por ella no dejara de estar allí al borde de la erupción. Escucho como la joven se ofreció para ir a la cafetería del lugar donde se estaba hospedando este asintió rápidamente varias veces.
-Me parece buena la idea, aunque es cierto y discúlpeme por a ver sonado tan mal educado al invitaros conmigo, pero en ese momento pareció una expendida idea.
Este se encontraba verdaderamente avergonzado, se podía notar por tener una cara rojiza bastante notable, se le venia todas las cosas que el se salteo todo lo que pudo a ver pasado si ella aceptara, el no quería tener a su padre de enemigo, al parecer según las palabras de la joven se trataba de un hombre con bastantes influencias en esta ciudad y lo que menos quería era desprestigiar a una joven tan importante.
-Esta segura??, siento mucho a verle propuesto eso, seguro su padre no querida saber nada de mi si se entera de la terrible propuesta que os hice en este momento.
Estaba aun mas apenado de lo que estuvo hace unos minutos, pero no negaría que buscaba estar en otro lugar mas tranquilo, con ella entonces se puso en pie y pidió que le trajeran la cuenta, para firmar y de esa forma retirarse con la joven a donde esta estaba deseando acompañarle.
-Acepto vuestra invitación de ir a la cafetería, ademas que no es bueno para alguien como vos seguir a estas horas en un lugar tan repleto de personas mal intencionadas my lady...
Esto ultimo lo menciono en un francés muy acentuado en un británico, cual era su nacionalidad. Espero que todo estuviera listo para invitarla a salir, algo que le daba vergüenza era le hecho de que el no contaba con carruaje, algo que había decidido no poseer para no generar un gasto demasiado desmedido. Lo que si busco ofrecer el brazo a la joven para que esta caminara segura a su lado aunque su inconsciente en realidad deseaba sentir el contacto con la vampira como también mas cerca el dulce y atractivo sonido de su voz.
-Me parece buena la idea, aunque es cierto y discúlpeme por a ver sonado tan mal educado al invitaros conmigo, pero en ese momento pareció una expendida idea.
Este se encontraba verdaderamente avergonzado, se podía notar por tener una cara rojiza bastante notable, se le venia todas las cosas que el se salteo todo lo que pudo a ver pasado si ella aceptara, el no quería tener a su padre de enemigo, al parecer según las palabras de la joven se trataba de un hombre con bastantes influencias en esta ciudad y lo que menos quería era desprestigiar a una joven tan importante.
-Esta segura??, siento mucho a verle propuesto eso, seguro su padre no querida saber nada de mi si se entera de la terrible propuesta que os hice en este momento.
Estaba aun mas apenado de lo que estuvo hace unos minutos, pero no negaría que buscaba estar en otro lugar mas tranquilo, con ella entonces se puso en pie y pidió que le trajeran la cuenta, para firmar y de esa forma retirarse con la joven a donde esta estaba deseando acompañarle.
-Acepto vuestra invitación de ir a la cafetería, ademas que no es bueno para alguien como vos seguir a estas horas en un lugar tan repleto de personas mal intencionadas my lady...
Esto ultimo lo menciono en un francés muy acentuado en un británico, cual era su nacionalidad. Espero que todo estuviera listo para invitarla a salir, algo que le daba vergüenza era le hecho de que el no contaba con carruaje, algo que había decidido no poseer para no generar un gasto demasiado desmedido. Lo que si busco ofrecer el brazo a la joven para que esta caminara segura a su lado aunque su inconsciente en realidad deseaba sentir el contacto con la vampira como también mas cerca el dulce y atractivo sonido de su voz.
Jack Blackwave- Humano Clase Media
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Re: ¿Le puedo dar un mordisquito? [Privado Jack Blackwave]
La confusión que empezaba a sentir en los gestos y palabras de Jack no eran las primeras que observaba en muchos de los hombres que escogía para que se convirtiesen en mi sustento de esa noche; claro que la suerte que correría el caballero Blackwave distaba mucho de la habían encontrado el resto de mortales que habían creído poder seducirme alguna madrugada de mi anterior existencia, antes de conocer a Aqueron y empezar a respetar ciertas reglas respecto a la caza de humanos.
-No debe preocuparse por lo sucedido, no son las palabras las que ofenden, sino la intención y la tonalidad con las que se pronuncian, ¿no cree? Y en ningún momento me he sentido ofendida o vulnerada por su propuesta. - susurré acercando mi mano a la suya por encima de la mesa pero sin llegar a tocarla por temor a que aquella magia que parecía comenzar a crearse entre los dos desapareciese por el contraste de mi gélido tacto con la calidez de su piel.
Una liviana sonrisa asomó en mi rostro cuando con preocupación mentó a mi padre adoptivo, imaginando que éste último podría sentirse molesto por su propuesta. Era curioso pensar que en realidad si hubiese aceptado acompañarlo a la habitación de su hotel cabía la posibilidad de que Aqueron estuviese preocupado, pero no por lo que pudiese sucederme a mí, sino por la suerte que correría el indefenso e inocente humano.- Mejor entonces no le mencionemos nada cuando lo conozca. Será nuestro pequeño secreto.- apunté divertida, guiñándole un ojo con complicidad segundos antes de que Jack se pusiese en pie, marcando de forma inequívoca nuestra marcha.
-Le agradezco que sea tan considerado conmigo y se preste voluntario a acompañarme para que no me suceda nada peligroso. Tiene razón que para una doncella estar fuera de su hogar a altas horas de la noche es poco recomendable.- respondí con una cálida sonrisa cuando me tendió el brazo para comenzar un paseo hasta el hotel donde estuviese alojado.
Deslicé mi mano con suavidad desde su cintura hasta su antebrazo, colocándola con cuidado sobre éste y buscando intencionadamente que nuestras miradas se cruzasen.- Hace una noche perfecta para pasear tranquilamente, ¿no le parece?- pregunté con un dulce tono de voz mientras continuábamos caminando, y de forma inconsciente como si conociese a Jack desde hacía mucho tiempo, apoyé mi sien en su hombro, juntando de ésta forma un poco más nuestros cuerpos.
-No debe preocuparse por lo sucedido, no son las palabras las que ofenden, sino la intención y la tonalidad con las que se pronuncian, ¿no cree? Y en ningún momento me he sentido ofendida o vulnerada por su propuesta. - susurré acercando mi mano a la suya por encima de la mesa pero sin llegar a tocarla por temor a que aquella magia que parecía comenzar a crearse entre los dos desapareciese por el contraste de mi gélido tacto con la calidez de su piel.
Una liviana sonrisa asomó en mi rostro cuando con preocupación mentó a mi padre adoptivo, imaginando que éste último podría sentirse molesto por su propuesta. Era curioso pensar que en realidad si hubiese aceptado acompañarlo a la habitación de su hotel cabía la posibilidad de que Aqueron estuviese preocupado, pero no por lo que pudiese sucederme a mí, sino por la suerte que correría el indefenso e inocente humano.- Mejor entonces no le mencionemos nada cuando lo conozca. Será nuestro pequeño secreto.- apunté divertida, guiñándole un ojo con complicidad segundos antes de que Jack se pusiese en pie, marcando de forma inequívoca nuestra marcha.
-Le agradezco que sea tan considerado conmigo y se preste voluntario a acompañarme para que no me suceda nada peligroso. Tiene razón que para una doncella estar fuera de su hogar a altas horas de la noche es poco recomendable.- respondí con una cálida sonrisa cuando me tendió el brazo para comenzar un paseo hasta el hotel donde estuviese alojado.
Deslicé mi mano con suavidad desde su cintura hasta su antebrazo, colocándola con cuidado sobre éste y buscando intencionadamente que nuestras miradas se cruzasen.- Hace una noche perfecta para pasear tranquilamente, ¿no le parece?- pregunté con un dulce tono de voz mientras continuábamos caminando, y de forma inconsciente como si conociese a Jack desde hacía mucho tiempo, apoyé mi sien en su hombro, juntando de ésta forma un poco más nuestros cuerpos.
Leila Dracarys- Vampiro Clase Alta
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Re: ¿Le puedo dar un mordisquito? [Privado Jack Blackwave]
El chico se sentía todo un hombre mas bien un caballero al estar sacándola de aquel lugar, donde todos observaron con suspiro molestia incluso diciendo que era un chico de suerte por poder llevarse a tremenda mujer fuera del bar donde se encontraban sus asociados solo festejaban en su nombre y quiera o no termino ayudando a sus propósito de conseguir negocio en con algunos de ellos contentos por el logro del inventor que no era solamente hablar sino un hombre también aunque no tuvieran idea de lo que en realidad pasaba. Sumado al hecho de que mas de un hombre volteo en la calle a observarla y ver que ya estaba acompañada, este nunca negó la cercanía del cuerpo de ella que en realidad lo ponía algo nervioso y tembloroso incluso excitado algo que no era capaz de contener, ella era todo lo que importaba su voz dulce incluso apocaba cualquier sonido generado por otros fueran carruajes o caballos pasando eso el no notaba nada sino solamente la voz de la joven, que menciono lo agradable que eran aquellos paseos lo que hizo que le cayera la ficha sonriendo algo avergonzado.
-Realmente nunca me detuve a pasear por la ciudad después de todo siempre había estado corriendo para ver a los clientes y buscarles caer bien así se interesen por mi invención que jamas me puse a mirar la ciudad.
Era la mas pura verdad lo que mencionaba el joven en ese momento, que se detuvo por unos instantes viendo la noche que era realmente oscura pero a la vez agradable las luces locales y la briza daban un panorama muy diferente a lo que estaba acostumbrado debido al simple hecho de que el pasaba mas tiempo metido en un libro y buscando de esa forma crear algo o viendo objetos para mejorarlos que en el mundo real disfrutando de estas vistas.
-Enserio poco o nada conozco de esta ciudad, creo que me perdería si fuera a otro lugar que no es mi hotel y esta zona de bares y restaurantes donde me reúno con los clientes.
Cuando sintió que ella recostaba su cabeza por instinto el hizo lo mismo recostando su cabeza sobre la de ella sintiendo como una importante descarga eléctrica recorría todo su cuerpo, este parecía sentirse en el mismo olimpo aunque redujo la velocidad de su andar para poder aumentar el tiempo en el que estuvieran así ya que estaban cerca del a entrada del hotel donde el se estaba hospedando mientras estuviera viviendo en parís.
-Creo que ya casi llegamos al lugar donde me estoy quedando no es demasiado lujoso después de todo lo único que busco son clientes no estoy para improvisar a nadie siento mucho que no sea algo supe grande y lujoso de lo que sois digna de estar,
quieres pasar?
Volvió a insistir sin darse cuenta de la conversación que tuvieron en la mesa hacia unos instantes atrás se olvidaba de casi todo cuando se trataba de verla a ella y escuchar al igual que sentir su piel y oler el perfume que su hermoso ser estaba liberando.
-Realmente nunca me detuve a pasear por la ciudad después de todo siempre había estado corriendo para ver a los clientes y buscarles caer bien así se interesen por mi invención que jamas me puse a mirar la ciudad.
Era la mas pura verdad lo que mencionaba el joven en ese momento, que se detuvo por unos instantes viendo la noche que era realmente oscura pero a la vez agradable las luces locales y la briza daban un panorama muy diferente a lo que estaba acostumbrado debido al simple hecho de que el pasaba mas tiempo metido en un libro y buscando de esa forma crear algo o viendo objetos para mejorarlos que en el mundo real disfrutando de estas vistas.
-Enserio poco o nada conozco de esta ciudad, creo que me perdería si fuera a otro lugar que no es mi hotel y esta zona de bares y restaurantes donde me reúno con los clientes.
Cuando sintió que ella recostaba su cabeza por instinto el hizo lo mismo recostando su cabeza sobre la de ella sintiendo como una importante descarga eléctrica recorría todo su cuerpo, este parecía sentirse en el mismo olimpo aunque redujo la velocidad de su andar para poder aumentar el tiempo en el que estuvieran así ya que estaban cerca del a entrada del hotel donde el se estaba hospedando mientras estuviera viviendo en parís.
-Creo que ya casi llegamos al lugar donde me estoy quedando no es demasiado lujoso después de todo lo único que busco son clientes no estoy para improvisar a nadie siento mucho que no sea algo supe grande y lujoso de lo que sois digna de estar,
quieres pasar?
Volvió a insistir sin darse cuenta de la conversación que tuvieron en la mesa hacia unos instantes atrás se olvidaba de casi todo cuando se trataba de verla a ella y escuchar al igual que sentir su piel y oler el perfume que su hermoso ser estaba liberando.
Jack Blackwave- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 30/08/2017
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