AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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¿Le puedo dar un mordisquito? [Privado Jack Blackwave]
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¿Le puedo dar un mordisquito? [Privado Jack Blackwave]
Recuerdo del primer mensaje :
Paseaba tranquilamente por el centro de París en una noche que auguraba el comienzo de la hermosa y suave primavera. Siendo inmortal no es que los cambios de estaciones o lo bonita que pudiese ser ésta me importase en demasía, pero el cambio de clima era señal de que más viandantes escogerían dar un paseo nocturno antes de acudir a sus casas, y entonces la ciudad se convertía en un buffet libre para mí.
Sonreí con malicia imaginándome correr de un sitio a otro mordiendo la yugular de los ciudadanos, como cual chiquilla que no puede evitar probar todos los platos que tiene delante en un gran banquete, pero entonces las palabras de Aquerón vinieron a mi mente y fruncí el ceño, resignada a perderme tal festín y seguir unas normas marcadas por él. Y es que, hacía unos meses, Aqueron Dracarys se había convertido en mi mentor, en mi padre adoptivo por así decirlo, tras encontrarme como neófita alimentándome de todo áquel que se cruzaba en mi camino. Y desde que lo conocí, los humanos no podían ser usados solo como comida.
Mis comienzos como vampiresa, bastantes recientes por así decirlo, no habían sido del todo como había imaginado. Una de esas tantas noches en las que salí a pasear para escapar de la sumisión a la que mi prometido quería subyugarme, tuve la suerte o la desgracia, según se mire, de topar con un ser de las tinieblas que no dudó en convertir a esta joven sola e indefensa en su cena de esa noche. Todavía recuerdo la sensación de paz que sentí cuando notaba como mi corazón dejaba de latir, como los problemas con mi prometido, mis padres, el resto de mujeres de la nobleza ya me daban igual. Era tal la plenitud que sentía (probablemente por la pérdida de sangre), que me dejé abrazar por él, notando como mis párpados se volvían pesados y mi consciencia se desvanecía. No sé cuanto pasó hasta que abrí los ojos con un fuerte quemazón en la garganta. De ahí a que descubré que eso era la sed de sangre y como aliviarla, me costó matar sin querer a unos cuantos humanos. Días después, gracias a Dios, Aqueron me encontró.
No admitiré que acatar normas sea santo de mi devoción, y que no poder alimentarme como me place me ilusione mucho, pero mi mentor, mi salvador, consiguió hacerme entender que no tenía que comportarme como un monstruo, y que me enseñaría a sobrevivir sin hacer daño a los humanos. Y por raro que parezca, me sentía mejor conmigo misma. Así que allí estaba yo, meses después de haber estado controlada por Aqueron, en mi primera noche libre en la que había prometido portarme bien y no matar a nadie.
Con las manos sobre mi regazo y continuando mi paseo, un olor repentino me detuvo de golpe. Pude sentir como mis ojos enrojecían durante un segundo y un extraño cosquilleo se arremolinaba en mi estómago. ¿Tenía hambre? Me había asegurado de alimentarme bien antes de salir de casa, de modo que no podía ser eso. Desconcertada por aquella sensación, única para mí hasta entonces, me dejé guiar por mi olfato dirigiendo mis pasos hacia el origen de éste, que al parecer se encontraba dentro de una mugrienta taberna abarrotada de hombres que parecían ahogar sus penas entre el alcohol y las piernas de alguna ramera.
Continué mi búsqueda, inquieta por sentirlo ahora mucho más cerca y fue entonces, cuando lo vi. Un joven y apuesto caballero que junto a otros tantos hablaba apaciblemente en una mesa. Suspiré confusa, sin saber que era lo que me estaba ocurriendo con ese hombre, y dispuesta a averiguarlo, recorrí la distancia que me separaba de la barra, asegurándome cuando pasé por su lado que el movimiento de mis caderas no le pasase desapercibido.
-Una copa de vino tinto, gracias.- respondí tras tomar asiento en un taburete cercano a su mesa al mesonero que no tardó en preguntar mi comanda, mientras podía sentir como decenas de miradas estaban puestas en mí. Tal vez había movido demasiado las caderas, pensé divertida encogiéndome de hombros y sonriendo tras el cristal de la copa ya servida.
Paseaba tranquilamente por el centro de París en una noche que auguraba el comienzo de la hermosa y suave primavera. Siendo inmortal no es que los cambios de estaciones o lo bonita que pudiese ser ésta me importase en demasía, pero el cambio de clima era señal de que más viandantes escogerían dar un paseo nocturno antes de acudir a sus casas, y entonces la ciudad se convertía en un buffet libre para mí.
Sonreí con malicia imaginándome correr de un sitio a otro mordiendo la yugular de los ciudadanos, como cual chiquilla que no puede evitar probar todos los platos que tiene delante en un gran banquete, pero entonces las palabras de Aquerón vinieron a mi mente y fruncí el ceño, resignada a perderme tal festín y seguir unas normas marcadas por él. Y es que, hacía unos meses, Aqueron Dracarys se había convertido en mi mentor, en mi padre adoptivo por así decirlo, tras encontrarme como neófita alimentándome de todo áquel que se cruzaba en mi camino. Y desde que lo conocí, los humanos no podían ser usados solo como comida.
Mis comienzos como vampiresa, bastantes recientes por así decirlo, no habían sido del todo como había imaginado. Una de esas tantas noches en las que salí a pasear para escapar de la sumisión a la que mi prometido quería subyugarme, tuve la suerte o la desgracia, según se mire, de topar con un ser de las tinieblas que no dudó en convertir a esta joven sola e indefensa en su cena de esa noche. Todavía recuerdo la sensación de paz que sentí cuando notaba como mi corazón dejaba de latir, como los problemas con mi prometido, mis padres, el resto de mujeres de la nobleza ya me daban igual. Era tal la plenitud que sentía (probablemente por la pérdida de sangre), que me dejé abrazar por él, notando como mis párpados se volvían pesados y mi consciencia se desvanecía. No sé cuanto pasó hasta que abrí los ojos con un fuerte quemazón en la garganta. De ahí a que descubré que eso era la sed de sangre y como aliviarla, me costó matar sin querer a unos cuantos humanos. Días después, gracias a Dios, Aqueron me encontró.
No admitiré que acatar normas sea santo de mi devoción, y que no poder alimentarme como me place me ilusione mucho, pero mi mentor, mi salvador, consiguió hacerme entender que no tenía que comportarme como un monstruo, y que me enseñaría a sobrevivir sin hacer daño a los humanos. Y por raro que parezca, me sentía mejor conmigo misma. Así que allí estaba yo, meses después de haber estado controlada por Aqueron, en mi primera noche libre en la que había prometido portarme bien y no matar a nadie.
Con las manos sobre mi regazo y continuando mi paseo, un olor repentino me detuvo de golpe. Pude sentir como mis ojos enrojecían durante un segundo y un extraño cosquilleo se arremolinaba en mi estómago. ¿Tenía hambre? Me había asegurado de alimentarme bien antes de salir de casa, de modo que no podía ser eso. Desconcertada por aquella sensación, única para mí hasta entonces, me dejé guiar por mi olfato dirigiendo mis pasos hacia el origen de éste, que al parecer se encontraba dentro de una mugrienta taberna abarrotada de hombres que parecían ahogar sus penas entre el alcohol y las piernas de alguna ramera.
Continué mi búsqueda, inquieta por sentirlo ahora mucho más cerca y fue entonces, cuando lo vi. Un joven y apuesto caballero que junto a otros tantos hablaba apaciblemente en una mesa. Suspiré confusa, sin saber que era lo que me estaba ocurriendo con ese hombre, y dispuesta a averiguarlo, recorrí la distancia que me separaba de la barra, asegurándome cuando pasé por su lado que el movimiento de mis caderas no le pasase desapercibido.
-Una copa de vino tinto, gracias.- respondí tras tomar asiento en un taburete cercano a su mesa al mesonero que no tardó en preguntar mi comanda, mientras podía sentir como decenas de miradas estaban puestas en mí. Tal vez había movido demasiado las caderas, pensé divertida encogiéndome de hombros y sonriendo tras el cristal de la copa ya servida.
Leila Dracarys- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 32
Fecha de inscripción : 15/08/2017
Localización : Paris
Re: ¿Le puedo dar un mordisquito? [Privado Jack Blackwave]
El silencio de la noche envolvía nuestros rítmicos pasos en un gélido paseo invernal donde tan solo algunos sonidos nocturnos nos acompañaban. La humedad provocada por la intensa niebla que emergía de la vereda del río, era la causante de que las calles de la ciudad estuviesen prácticamente desiertas, y tan solo unos lunáticos como nosotros se aventurasen a pasear tranquilamente en lugar de acudir con rapidez a su destino. Era consciente que el camino escogido por Jack para llegar a su pensión era más largo, pero no me importaba, sino más bien al contrario; deseaba disfrutar de la compañía de ese joven que había despertado en mí sensaciones que creía muertas desde mi conversión.
-Tampoco yo llevo mucho tiempo en París; tan solo unos meses desde que mi padre de acogida se hizo cargo de mi adopción.- era complicado explicar la relación que tenía con Aqueron, puesto que no era tan mayor como para poder ser mi padre biológico.- Mis padres murieron en el barco que me trajo hasta aquí al igual que parte de la tripulación de una extraña enfermedad. Aqueron, mi padre adoptivo era un buen amigo de mis padres, y se prestó voluntario para hacerse cargo de mí.
Mi mano de deslizó por su antebrazo, sintiendo a través de la ropa la calidez de su piel. Miré de reojo la expresión de su rostro, intimidada por la cercanía de nuestros cuerpos en un paseo que cualquiera que nos hubiese visto de lejos habría pensado que éramos una pareja de enamorados reticente a separar sus caminos.- Si quiere yo puedo mostrarle la ciudad, los lugares más emblemáticos y conocidos. Por la tarde cuando ya haya oscurecido y vuestras reuniones de negocios hayan llegado a su fin, podemos vernos y visitar la catedral, o el museo.- apunté entusiasmada mientras mis dedos se entrelazaban con los suyos y llegábamos a la puerta de su hostal. Era complicado explicarle porque nuestras citas debían ser siempre al llegar el ocaso, pero si le revelada la verdad, saldría huyendo y me partiría el corazón.
Observé con atención el edificio donde se encontraba el lugar de descanso de Jack. Tal ver no era todo lo lujoso que hubiese esperado, pero sin embargo parecía acogedor. Sonreí de lado cuando de nuevo insistió en si quería acompañarle, y por esta vez me dejé llevar por lo que deseaba.
- Puede que la cafetería del hostal esté cerrada a estas horas, sin embargo no creo que haya problema en que se haga con una botella de champán y podamos tomárnosla en sus aposentos mientras hablábamos un rato más, ¿Qué le parece?- apunté, intentando no parecer una de esas muchachas liberales que se dejaban manosear por cualquiera en una noche de pasión. Había conocido a muchos hombres, pero jamás ninguno me había hecho sentir lo que me hacía sentir Jack.
-Tampoco yo llevo mucho tiempo en París; tan solo unos meses desde que mi padre de acogida se hizo cargo de mi adopción.- era complicado explicar la relación que tenía con Aqueron, puesto que no era tan mayor como para poder ser mi padre biológico.- Mis padres murieron en el barco que me trajo hasta aquí al igual que parte de la tripulación de una extraña enfermedad. Aqueron, mi padre adoptivo era un buen amigo de mis padres, y se prestó voluntario para hacerse cargo de mí.
Mi mano de deslizó por su antebrazo, sintiendo a través de la ropa la calidez de su piel. Miré de reojo la expresión de su rostro, intimidada por la cercanía de nuestros cuerpos en un paseo que cualquiera que nos hubiese visto de lejos habría pensado que éramos una pareja de enamorados reticente a separar sus caminos.- Si quiere yo puedo mostrarle la ciudad, los lugares más emblemáticos y conocidos. Por la tarde cuando ya haya oscurecido y vuestras reuniones de negocios hayan llegado a su fin, podemos vernos y visitar la catedral, o el museo.- apunté entusiasmada mientras mis dedos se entrelazaban con los suyos y llegábamos a la puerta de su hostal. Era complicado explicarle porque nuestras citas debían ser siempre al llegar el ocaso, pero si le revelada la verdad, saldría huyendo y me partiría el corazón.
Observé con atención el edificio donde se encontraba el lugar de descanso de Jack. Tal ver no era todo lo lujoso que hubiese esperado, pero sin embargo parecía acogedor. Sonreí de lado cuando de nuevo insistió en si quería acompañarle, y por esta vez me dejé llevar por lo que deseaba.
- Puede que la cafetería del hostal esté cerrada a estas horas, sin embargo no creo que haya problema en que se haga con una botella de champán y podamos tomárnosla en sus aposentos mientras hablábamos un rato más, ¿Qué le parece?- apunté, intentando no parecer una de esas muchachas liberales que se dejaban manosear por cualquiera en una noche de pasión. Había conocido a muchos hombres, pero jamás ninguno me había hecho sentir lo que me hacía sentir Jack.
Leila Dracarys- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 32
Fecha de inscripción : 15/08/2017
Localización : Paris
Re: ¿Le puedo dar un mordisquito? [Privado Jack Blackwave]
Esta ves era difícil de decir si por la necesidad de tenerla cerca como si estuviera bajo un encantamiento o que fuera preso de un hechizo que ella hubiera soplado sobre el o incluso el hecho de que no era mas que un deseo juvenil que tanto tiempo había pasado ignorando cuando se había dedicado a sus estudios y a lograr ser un inventor que fuera tomado en cuenta, ya que se trataba de un muchacho que no tenia una familia de gran poder económico que le respaldara sino que debió ganarse el derecho a todo esto con su pulso y ingenio por lo tanto nunca había dedicado su tiempo a conocer jóvenes doncellas ni en ningún momento había pasado por su mente el hecho de que tenia que buscar doncellas para cortejar e incluso para buscar matrimonio con esta ya que era lo esperado de los jóvenes de su edad. Sus pensamientos quedaron abosletos con la cercanía y como ella unía sus manos con las de el que correspondió sin dudarlo ni un instante y se quedo curioso cuando ella menciono que no era muy joven tampoco y al escuchar el motivo por el cual puso cara de tristeza y algo de horror por los que había pasado y enseguida menciono algo apenado.
-Siento mucho lo que le paso a la tripulación y familiares imagino que ese hombre debe ser una increíble persona si se hizo cargo de ti luego de que eso terrible pasara.
Menciono con sinceridad el joven el cual asintió varias veces ya que la idea de luego poder volverla a ver aunque fuera un rato de noche luego de sus reuniones le hizo mucha ilusión al joven que realmente parecía necesitar de la presencia de la muchacha junto con el no entendía el por que pero se alegraba mucho solo con saber que podían reunirse de nuevo a pasear por algún lugar y conocer mas de la ciudad algo que no le intereso nunca hasta el momento de conocerla a ella y entonces si tomo un significado importante.
Este cuando vio que ella accedió a acompañarle hasta su cuarto y tomar algo con el en el camino no se acordaba si era que había algún tipo de bebida en su cuarto, ya que como el poco había reparado ne este se había dedicado la mayoría del tiempo a pasar en al calle y en la reuniones averiguando como vender su idea y de esa forma consagrarse finalmente como un inventor, aunque sabia que ese camino seria bastante largo. Llegaron finalmente hasta la puerta donde daba a su cuarto, este se puso a buscar la llave de una manera bastante torpe ya que no tenia mucho interés en separarse de la joven que le estaba acompañando en ese momento. Pero se vio en la obligación de hacerlo y finalmente la encontró cediendo como todo un perfecto caballero el paso a la doncella que le acompañaba, claro que no perdió como todo caballero la oportunidad de admirar su hermoso cuerpo y aspecto de la dama que le hacia compaña.
-Se que esto sonara algo tinto, pero no se si tengo algún tipo de bebida en el cuarto, realmente te diría que ni lo conozco correctamente al cuarto, ya que he estado poco en el principalmente solo para dormir, mas nada casi de hecho ya que siempre ando en las calles buscando a alguien o andando de un lugar a otro, caminar por parís es bastante agotador realmente.
Dijo esto mientras se sentaba a los pies de la cama y la observaba o mas bien la admiraba en ese momento, sin poder sacar sus ojos de ella y de cada movimiento que esta proponía con su sensual y atractivo cuerpo, desconocía que se encontraba a solas con una de las criaturas mas peligrosas del mundo sobrenatural.
-Siento mucho lo que le paso a la tripulación y familiares imagino que ese hombre debe ser una increíble persona si se hizo cargo de ti luego de que eso terrible pasara.
Menciono con sinceridad el joven el cual asintió varias veces ya que la idea de luego poder volverla a ver aunque fuera un rato de noche luego de sus reuniones le hizo mucha ilusión al joven que realmente parecía necesitar de la presencia de la muchacha junto con el no entendía el por que pero se alegraba mucho solo con saber que podían reunirse de nuevo a pasear por algún lugar y conocer mas de la ciudad algo que no le intereso nunca hasta el momento de conocerla a ella y entonces si tomo un significado importante.
Este cuando vio que ella accedió a acompañarle hasta su cuarto y tomar algo con el en el camino no se acordaba si era que había algún tipo de bebida en su cuarto, ya que como el poco había reparado ne este se había dedicado la mayoría del tiempo a pasar en al calle y en la reuniones averiguando como vender su idea y de esa forma consagrarse finalmente como un inventor, aunque sabia que ese camino seria bastante largo. Llegaron finalmente hasta la puerta donde daba a su cuarto, este se puso a buscar la llave de una manera bastante torpe ya que no tenia mucho interés en separarse de la joven que le estaba acompañando en ese momento. Pero se vio en la obligación de hacerlo y finalmente la encontró cediendo como todo un perfecto caballero el paso a la doncella que le acompañaba, claro que no perdió como todo caballero la oportunidad de admirar su hermoso cuerpo y aspecto de la dama que le hacia compaña.
-Se que esto sonara algo tinto, pero no se si tengo algún tipo de bebida en el cuarto, realmente te diría que ni lo conozco correctamente al cuarto, ya que he estado poco en el principalmente solo para dormir, mas nada casi de hecho ya que siempre ando en las calles buscando a alguien o andando de un lugar a otro, caminar por parís es bastante agotador realmente.
Dijo esto mientras se sentaba a los pies de la cama y la observaba o mas bien la admiraba en ese momento, sin poder sacar sus ojos de ella y de cada movimiento que esta proponía con su sensual y atractivo cuerpo, desconocía que se encontraba a solas con una de las criaturas mas peligrosas del mundo sobrenatural.
Jack Blackwave- Humano Clase Media
- Mensajes : 22
Fecha de inscripción : 30/08/2017
Re: ¿Le puedo dar un mordisquito? [Privado Jack Blackwave]
Todos mis sentidos se despertaron de súbito al avanzar a lo largo del hall de aquel hotel que por lo que percibían mis oídos estaba considerablemente vacío aquella noche; tan solo varias decenas de corazones latían a distintos ritmos, y unos pocos gemidos podían apreciarse en algunas habitaciones remotas. Sonreí con timidez por ser capaz de inmiscuirme en la intimidad de esos humanos que se creían a salvo de cualquier cosa tras esas puertas de madera. Cientos de olores distintos se entremezclaban en un lugar donde perfumes varios, el aceite requemado de la cocina del establecimiento y mezclas de fluidos corporales de los que prefería no saber su procedencia.
Me sujeté de nuevo al brazo de Jack antes de pasar frente al mostrador de recepción, donde la mirada inquisitiva del recepcionista decía en silencio lo que imaginaba que suponía mi presencia allí. He de reconocer que en un principio me molestó, yo no era una cualquiera que se dejaba conquistar a la primera de cambio; y especialmente, no sabía si aquella mirada era fruto de sorprenderse de que Jack hubiese cambiado de compañía. Sentía como unos celos infundados se agolpaban en mi pecho de forma irracional, obligándome a mantener el aire en los pulmones varías veces para relajarme. Era consciente de que esto era innecesario, pero eran todavía costumbres humanas de las que no había podido despojarme.
Con disimulo y rapidez, deposité varios francos sobre el mostrador aprovechando que Jack se desprendía durante unos segundos de mi sujeción para buscar en su bolsillo una llave que parecía resistirse a ser encontrada. Clavé mi mirada en el recepcionista, y tan solo con un susurro le di unas órdenes precisas que sabía que cumpliría a rajatabla. Lo que restaba de velada en la habitación de Jack sería perfecta, de eso estaba segura.
Con una tímida sonrisa, avancé al interior de la sencilla habitación del señor Blackwave, rozando con suavidad nuestras manos al pasar por su lado. El habitáculo era más amplio de lo que me había parecido en un principio, donde una cama de matrimonio ocupaba el lugar principal a un lado de la estancia. Un escritorio de madera noble sostenía una gran cantidad de papeles y pequeñas maquetas, que imaginé que serían las ideas de ese gran inventor que con el corazón acelerado entraba tras de mí en su habitación.
-No se preocupe, señor Blackwave, los problemas se irán resolviendo solos.- susurré con dulzura, girando sobre mis talones y aproximándose hacia él. Rocé con timidez su mejilla con mi mano, temerosa que de nuevo la frialdad de mi piel lo asustara. Nuestras miradas se quedaron conectadas durante unos segundos en los que permanecimos en silencio, como si fuesen ellas las que deseasen expresar lo que nuestros labios eran incapaces de decirse. Más un fuerte latido al otro lado de la puerta interrumpió mi concentración.- Abra la puerta, querido. El inicio de esta velada está esperando detrás.- susurré justo antes de que llamasen a la puerta, y con una sonrisa me desplazase hasta el balcón, desde donde me quedé observando el estrellado cielo mientras Jack se ocupaba de meter en la habitación el champagne y las fresas que había solicitado en recepción.
Me sujeté de nuevo al brazo de Jack antes de pasar frente al mostrador de recepción, donde la mirada inquisitiva del recepcionista decía en silencio lo que imaginaba que suponía mi presencia allí. He de reconocer que en un principio me molestó, yo no era una cualquiera que se dejaba conquistar a la primera de cambio; y especialmente, no sabía si aquella mirada era fruto de sorprenderse de que Jack hubiese cambiado de compañía. Sentía como unos celos infundados se agolpaban en mi pecho de forma irracional, obligándome a mantener el aire en los pulmones varías veces para relajarme. Era consciente de que esto era innecesario, pero eran todavía costumbres humanas de las que no había podido despojarme.
Con disimulo y rapidez, deposité varios francos sobre el mostrador aprovechando que Jack se desprendía durante unos segundos de mi sujeción para buscar en su bolsillo una llave que parecía resistirse a ser encontrada. Clavé mi mirada en el recepcionista, y tan solo con un susurro le di unas órdenes precisas que sabía que cumpliría a rajatabla. Lo que restaba de velada en la habitación de Jack sería perfecta, de eso estaba segura.
Con una tímida sonrisa, avancé al interior de la sencilla habitación del señor Blackwave, rozando con suavidad nuestras manos al pasar por su lado. El habitáculo era más amplio de lo que me había parecido en un principio, donde una cama de matrimonio ocupaba el lugar principal a un lado de la estancia. Un escritorio de madera noble sostenía una gran cantidad de papeles y pequeñas maquetas, que imaginé que serían las ideas de ese gran inventor que con el corazón acelerado entraba tras de mí en su habitación.
-No se preocupe, señor Blackwave, los problemas se irán resolviendo solos.- susurré con dulzura, girando sobre mis talones y aproximándose hacia él. Rocé con timidez su mejilla con mi mano, temerosa que de nuevo la frialdad de mi piel lo asustara. Nuestras miradas se quedaron conectadas durante unos segundos en los que permanecimos en silencio, como si fuesen ellas las que deseasen expresar lo que nuestros labios eran incapaces de decirse. Más un fuerte latido al otro lado de la puerta interrumpió mi concentración.- Abra la puerta, querido. El inicio de esta velada está esperando detrás.- susurré justo antes de que llamasen a la puerta, y con una sonrisa me desplazase hasta el balcón, desde donde me quedé observando el estrellado cielo mientras Jack se ocupaba de meter en la habitación el champagne y las fresas que había solicitado en recepción.
Leila Dracarys- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 32
Fecha de inscripción : 15/08/2017
Localización : Paris
Re: ¿Le puedo dar un mordisquito? [Privado Jack Blackwave]
Jack nunca se había visto tan nervioso como este día su corazon parecía estar a punto de estallar de tantos nervios que tenia encima suyo la sangre en su cuerpo corría con gran velocidad, incluso dejo esto evidente en el momento en el que debió buscar la llave de su habitación, no era capaz de encontrarlo de ninguna forma al igual que insistiera no lograba hacerlo hasta que finalmente logro hacerlo y ya algo menos nervioso se encamino con la joven hacia el cuarto, aunque a veces parecía que las fuerzas le abandonaban por lo nervioso que se sentía incluso a veces mareado pero intento simularlo bastante bien hasta que llegaron a la habitación la hizo pasar primero para cerrarla detrás de ella la puerta y se sentía un niño chico, no sabia que decirle o que hacer ya que estaba preocupado por agradarle, hasta que los golpes en la puerta le devolvieron la sangre a los lugares correctos, escapando de esa situación en ese mismo instante.
Suspiro como si no hubiera estado haciéndolo durante el tiempo en el que estuvo junto a ella, ya que se le notaba algo agitado y nervioso cuando atendió al que le trajo lo que se había pedido, aunque claramente el no lo solicito seguramente había sido idea de la joven pensó en ese momento mientras el tomaba las cosas para regresar a dentro de la habitación con aquello de forma algo mas torpe de lo normal. En una mano llevaba el champagne mientras que en la otra el bote con fresas frescas, las coloco sobre la mesita haciendo lugar como pudo de sus proyectos buscándola con la mirada, ya que no la veía pero noto la puerta del balcón abierta y la siguió esperando que estuviera allí y que en realidad no fuera mas que una Alucinación suya y que en realidad nunca estuvo con nadie tan hermosa.
-Estas por aquí señorita Leila, disculpa que justo llamaron a la puerta al parecer con un pedido de habitación.
Dijo este como si se hubiera olvidado mágicamente de que en realidad era ella la que había hecho la solicitud para que hicieran la entrega de aquellos aperitivos a la habitación.
Suspiro como si no hubiera estado haciéndolo durante el tiempo en el que estuvo junto a ella, ya que se le notaba algo agitado y nervioso cuando atendió al que le trajo lo que se había pedido, aunque claramente el no lo solicito seguramente había sido idea de la joven pensó en ese momento mientras el tomaba las cosas para regresar a dentro de la habitación con aquello de forma algo mas torpe de lo normal. En una mano llevaba el champagne mientras que en la otra el bote con fresas frescas, las coloco sobre la mesita haciendo lugar como pudo de sus proyectos buscándola con la mirada, ya que no la veía pero noto la puerta del balcón abierta y la siguió esperando que estuviera allí y que en realidad no fuera mas que una Alucinación suya y que en realidad nunca estuvo con nadie tan hermosa.
-Estas por aquí señorita Leila, disculpa que justo llamaron a la puerta al parecer con un pedido de habitación.
Dijo este como si se hubiera olvidado mágicamente de que en realidad era ella la que había hecho la solicitud para que hicieran la entrega de aquellos aperitivos a la habitación.
Jack Blackwave- Humano Clase Media
- Mensajes : 22
Fecha de inscripción : 30/08/2017
Re: ¿Le puedo dar un mordisquito? [Privado Jack Blackwave]
La gélida brisa nocturna acunaba un mechón de pelo que se había escabullido de mi particular recogido, y que con gracias, me hacía cosquillas en el rostro. Me agradaba la temperatura de París, puesto que a pesar de refrescar por las noches durante la estación primaveral, ésto no impedía que resultante atrayente pasar una cálida velada bajo el manto celeste que contenía miles de millones de estrellas. Eso, o que yo no era capaz de calibrar mis sensaciones como cuando era humana.
El ajetreado corazón de Jack arrancó de mis labios la más tierna de las sonrisas, puesto que sin necesidad de hablar, era capaz de hacerme ver el nerviosismo que éste sentía al tenerme como invitada en sus aposentos.- Siempre me ha entusiasmado observar las estrellas en noches tan despejadas como ésta.- apunté obviando que sabía la razón de la recepción del pedido que nos había interrumpido minutos antes.
- Antes de que mi padre muriese, ambos salíamos al porche de nuestra mansión y desde allí contemplábamos las constelaciones.- el tono de mi voz se moduló significativamente al recordar a mis padres y su trágico final. Pero proseguí girándole levemente para buscar la cómplice mirada del humano.- Adoraba las leyendas que me constaba sobre éstas, imaginando que algún día yo misma me convertiría en una heroína y entonces una de esas estrellas contaría mi historia.
Sonreí con dulzura, acercando la mano hasta Jack para acercarlo hasta donde yo me encontraba.- ¿Te gustaría que tomásemos el champagne aquí fuera?- pregunté consciente de que sería incapaz de negarse a mis caprichos, al menos esa noche.
El ajetreado corazón de Jack arrancó de mis labios la más tierna de las sonrisas, puesto que sin necesidad de hablar, era capaz de hacerme ver el nerviosismo que éste sentía al tenerme como invitada en sus aposentos.- Siempre me ha entusiasmado observar las estrellas en noches tan despejadas como ésta.- apunté obviando que sabía la razón de la recepción del pedido que nos había interrumpido minutos antes.
- Antes de que mi padre muriese, ambos salíamos al porche de nuestra mansión y desde allí contemplábamos las constelaciones.- el tono de mi voz se moduló significativamente al recordar a mis padres y su trágico final. Pero proseguí girándole levemente para buscar la cómplice mirada del humano.- Adoraba las leyendas que me constaba sobre éstas, imaginando que algún día yo misma me convertiría en una heroína y entonces una de esas estrellas contaría mi historia.
Sonreí con dulzura, acercando la mano hasta Jack para acercarlo hasta donde yo me encontraba.- ¿Te gustaría que tomásemos el champagne aquí fuera?- pregunté consciente de que sería incapaz de negarse a mis caprichos, al menos esa noche.
Leila Dracarys- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 32
Fecha de inscripción : 15/08/2017
Localización : Paris
Re: ¿Le puedo dar un mordisquito? [Privado Jack Blackwave]
El joven permaneció en silencio, no entendía pero desde que cerro aquella puerta con las cosas que habían entregado, no era capaz de desviar su atención de la joven, como si todo su cuerpo deseara de alguna forma y por alguna razón que el no era capaz de entender ni parecía estar muy interesado en entender el por que solamente que había una corriente o un magnetismo que hacia que prácticamente volara de directo hacia la joven al escucharla se quedo callado, el nunca se había puesto a contemplar las estrellas tan así como ella mencionaba, ya que para el la mayoría del tiempo era dentro de un taller buscando inventar o desarrollar algún artefacto nuevo que le diera a la humanidad un gran salto en al futuro desde su mano, pero en ese momento por su mente solamente pasaban estrellas y por que no podía dejar de pensar en ellas.
Dejo las cosas que había traído sobre la mesa, mientras mantenía su atención en la joven que estando al aire libre y apenas iluminada por la luz de la luna, generaban en el joven una extraña sensación un aura que el no era capaz de interpretar solamente sentirse atraído por este, como polilla a la luz este camino hacia afuera con dos copas en la mano olvidando totalmente del champagne que habían quedado de tomar.
-Me parece una genial idea, no soy de estar mucho tiempo al aire libre pero no me molesta realmente.
Cuando el se gira para buscar servir la copa de ella se dio cuenta de que le estaba faltando la botella, no encontraba donde estaba y en ese momento no se acordó de que en realidad se había olvidado estaba mas preocupado con no quedar como un idiota que en realmente lo estaba quedando, dejo caer sus hombros.
-Donde deje la botella pensé que la había traído con las copas.
Girandose sobre si mismo luego de mirar a la joven comenzó a buscar mas aya de donde estaba a ver si lograba encontrar la botella que tan torpemente había perdido.
Dejo las cosas que había traído sobre la mesa, mientras mantenía su atención en la joven que estando al aire libre y apenas iluminada por la luz de la luna, generaban en el joven una extraña sensación un aura que el no era capaz de interpretar solamente sentirse atraído por este, como polilla a la luz este camino hacia afuera con dos copas en la mano olvidando totalmente del champagne que habían quedado de tomar.
-Me parece una genial idea, no soy de estar mucho tiempo al aire libre pero no me molesta realmente.
Cuando el se gira para buscar servir la copa de ella se dio cuenta de que le estaba faltando la botella, no encontraba donde estaba y en ese momento no se acordó de que en realidad se había olvidado estaba mas preocupado con no quedar como un idiota que en realmente lo estaba quedando, dejo caer sus hombros.
-Donde deje la botella pensé que la había traído con las copas.
Girandose sobre si mismo luego de mirar a la joven comenzó a buscar mas aya de donde estaba a ver si lograba encontrar la botella que tan torpemente había perdido.
Jack Blackwave- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 30/08/2017
Re: ¿Le puedo dar un mordisquito? [Privado Jack Blackwave]
A través de la mirada observaba con atención cada paso de Jack, cada tímido y torpe movimiento de aquel joven humano que mostraban su inexperiencia en cuanto a cortejar a una dama suponía. Sin saber exactamente por qué, ese inocente pensamiento provocó en mí una liviana sonrisa, y es que sin poder justificar aquel extraño sentimiento que parecía invadir mi pecho al verlo tan perdido, en realidad, me alegraba de que el inventor no fuese otro truhan más dedicado a buscar cada noche con quien calentar las sábanas de su alcoba. Y por lo que podía percibir a través de aquellos nuevos sentidos más desarrollados que me había sido otorgados junto con la inmortalidad, nadie más que el chico había dormido en esa cama durante las últimas semanas.
Con una cálida sonrisa, alargué mi mano con lentitud hasta alcanzar la copa que me tendía tras aproximarse hasta donde yo me encontraba.- Deberíais aprender a disfrutar de esta corta vida que se os ha entregado. Siempre habrá tiempo de nuevos inventos, de increíbles proyectos…pero aprovechad vuestra juventud, puesto que cuando menos lo esperéis habrán pasado los años y todo este tiempo no podréis recuperarlo.- apunté con sinceridad en mis palabras, puesto que desde que había abrazado a la muerte para luego renacer de nuevo, comencé a valorar más la vida que tenía y que no volvería a recuperar. Era absurdo lamentarse de todo aquello que no podría vivir de nuevo, o que simplemente me quedaría sin experimentar; pero Jack todavía estaba a tiempo, él todavía tenía una vida humana por delante.
– Os puedo contar algunas anécdotas que me contaba mi padre cuando era niña; tal vez así consiga que nuestra velada buscando estrellas vuelva a repetirse.- apunté con timidez, sintiéndome un tanto extraña al estar plateándole indirectamente volver a vernos otra noche. Nunca antes me había sucedido aquello, nunca había estado tan interesada en un humano si no era para alimentarme de su vitae y abandonarlo a su suerte antes del amanecer. Pero con Jack era distinto; todo con él era diferente.
Sonreí ligeramente mientras con suavidad acariciaba el dorso de su mano cogiendo al mismo tiempo mi copa vacía, tratando de no reirme por el desconcierto bajo el que estaba sometido el joven humano.- Debe haberse quedado dentro, no se preocupe. Iré a buscarla.- afirmé moviéndome grácilmente por su lado, donde mi mano recorrió su brazo hasta depositarse en el hombro con cuidado.- Puede ir poniéndose cómodo si quiere mientras vuelvo; recuerde que tienen que verse bien las estrellas.- apunté con una pícara sonrisa y un fugaz beso en su mejilla antes de continuar mi camino hasta el interior de la alcoba para alcanzar la botella olvidada, contando cada segundo que transcurría hasta que regresé a su lado con la esperanza de una noche inolvidable para ambos.
Con una cálida sonrisa, alargué mi mano con lentitud hasta alcanzar la copa que me tendía tras aproximarse hasta donde yo me encontraba.- Deberíais aprender a disfrutar de esta corta vida que se os ha entregado. Siempre habrá tiempo de nuevos inventos, de increíbles proyectos…pero aprovechad vuestra juventud, puesto que cuando menos lo esperéis habrán pasado los años y todo este tiempo no podréis recuperarlo.- apunté con sinceridad en mis palabras, puesto que desde que había abrazado a la muerte para luego renacer de nuevo, comencé a valorar más la vida que tenía y que no volvería a recuperar. Era absurdo lamentarse de todo aquello que no podría vivir de nuevo, o que simplemente me quedaría sin experimentar; pero Jack todavía estaba a tiempo, él todavía tenía una vida humana por delante.
– Os puedo contar algunas anécdotas que me contaba mi padre cuando era niña; tal vez así consiga que nuestra velada buscando estrellas vuelva a repetirse.- apunté con timidez, sintiéndome un tanto extraña al estar plateándole indirectamente volver a vernos otra noche. Nunca antes me había sucedido aquello, nunca había estado tan interesada en un humano si no era para alimentarme de su vitae y abandonarlo a su suerte antes del amanecer. Pero con Jack era distinto; todo con él era diferente.
Sonreí ligeramente mientras con suavidad acariciaba el dorso de su mano cogiendo al mismo tiempo mi copa vacía, tratando de no reirme por el desconcierto bajo el que estaba sometido el joven humano.- Debe haberse quedado dentro, no se preocupe. Iré a buscarla.- afirmé moviéndome grácilmente por su lado, donde mi mano recorrió su brazo hasta depositarse en el hombro con cuidado.- Puede ir poniéndose cómodo si quiere mientras vuelvo; recuerde que tienen que verse bien las estrellas.- apunté con una pícara sonrisa y un fugaz beso en su mejilla antes de continuar mi camino hasta el interior de la alcoba para alcanzar la botella olvidada, contando cada segundo que transcurría hasta que regresé a su lado con la esperanza de una noche inolvidable para ambos.
Leila Dracarys- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 15/08/2017
Localización : Paris
Re: ¿Le puedo dar un mordisquito? [Privado Jack Blackwave]
El chico estaba totalmente perdido en lo que se refería tratar con la chica, aunque esta la escucho y el negó levemente mirando hacia delante tenia un convicción bastante arraigada sobre lo que quería hacer durante su juventud y menciono mientras se apoyaba para mirar aquel cielo estrellado tranquilamente, rara vez permanecía despierto durante tanto tiempo, pero estaba seguro y atontado de que eso valía la pena.
-Esto es lo que quiero hacer durante mi juventud, desarrollar proyectos y pensar ideas para mejorar el mundo y que mi legado sea un avance o una gran idea que cambie el mundo, ya cuando me vuelva viejo podre descansar y disfrutar de todo cuando ya no sea mas capaz de pensar agudamente querida.
Dijo dejándose hacer y viendo lo que la joven decía y hacia de vez en cuando era capaz de recuperar el juicio y siente lo que ella estaba haciendo y como el tacto de ella fue como una descarga poderosa de adrenalina se mordió los labios levemente y escucho lo que le estaba haciendo y le dijo, su cabeza rebotaba pensando en lo que decía sobre el hecho de que permaneciera cómodo, se giro buscándola con la mirada y sus ojos se posaron en su cuerpo mirándolo detenidamente jadeando levemente, para luego morderse los labios y regresar la vista hacia las estrellas, tenia que mantenerse concentrado pero no era capaz de hacerlo de a momentos parecía que sus sentidos se entumecían.
-Esto es lo que quiero hacer durante mi juventud, desarrollar proyectos y pensar ideas para mejorar el mundo y que mi legado sea un avance o una gran idea que cambie el mundo, ya cuando me vuelva viejo podre descansar y disfrutar de todo cuando ya no sea mas capaz de pensar agudamente querida.
Dijo dejándose hacer y viendo lo que la joven decía y hacia de vez en cuando era capaz de recuperar el juicio y siente lo que ella estaba haciendo y como el tacto de ella fue como una descarga poderosa de adrenalina se mordió los labios levemente y escucho lo que le estaba haciendo y le dijo, su cabeza rebotaba pensando en lo que decía sobre el hecho de que permaneciera cómodo, se giro buscándola con la mirada y sus ojos se posaron en su cuerpo mirándolo detenidamente jadeando levemente, para luego morderse los labios y regresar la vista hacia las estrellas, tenia que mantenerse concentrado pero no era capaz de hacerlo de a momentos parecía que sus sentidos se entumecían.
Jack Blackwave- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 30/08/2017
Re: ¿Le puedo dar un mordisquito? [Privado Jack Blackwave]
Los ajetreados latidos del corazón de Jack que se mantenía inmóvil a mis espaldas me mostraban sin atisbo de dudas la excitación que éste sentía con mi presencia en la habitación de su hotel. Sonreí con picardía cuando todavía contoneando las caderas me dirigí hasta la mesa donde se había quedado olvidada la botella de champagne que tenía pensamiento de compartir con él esta noche, consciente que aquel vaivén de mi cuerpo lo iría llevando sin remedio a caer bajo el embrujo de mis encantos. Aunque, ¿era aquello lo que deseaba? Las dudas comenzaron a aparecer como punzadas en mi mente cuando me percaté que no había planeado que iba a hacer allí con el humano.
Mi época en que hacía uso de mis encantos para atrapar a las presas de las que luego me alimentaba había cesado, y desde que había decidido unirme a los Dracarys había intentando no manchar aquel noble apellido con sangre. Más no solo eso, la atracción que sentía por Jack iba mucho más allá de esa sed de sangre que me había costado tanto mantener a raya; era como si algo en su vitae consiguiese despertar en mí mucho más que el frenesí de alimentarme de él. El problema es que no sabía qué era lo que me hacía sentirme así, y menos aún que hacer de ahora en adelante.
Con suavidad cogí la botella entre mis manos, y con una cálida sonrisa me volteé para con paso humano volver tranquilamente hacia él. Desde luego que era un humano atractivo, aunque no era solo eso lo que veía en él. Había algo en su aura…negué con la cabeza levemente mientras me aproximaba, tratando de apartar de mi mente esas dudas que no me llevarían a ninguna parte esa noche. Iba a disfrutar de cada minuto que pudiese con Jack, y antes de que el alba nos sorprendiese desaparecería sin dejar rastro alguno en su vida.
-¿Y qué me dice de formar una familia y tener hijos? ¿No ha conocido todavía a la mujer que le robe el corazón y la razón como para cambiar su vida y ponerla patas arriba?- pregunté al llegar a su posición y tomar asiento en un pequeño banco de madera que se encontraba grácilmente colocado en el balcón. Me mordí el labio inferior con timidez tras darme cuenta de que tal vez aquella pregunta era demasiado personal y directa, pero la carta estaba jugada y no había marcha atrás al respecto.
Le tendí la botella rozando con suavidad sus dedos con los míos al hacerlo. Sentía la necesidad de acariciar su piel, de sentir la calidez de su tacto. Tal vez incluso de que sus manos fuesen las que acariciasen mi marmolea piel. Negué de nuevo con la cabeza, jurando que si no fuese porque era imposible, me había sonrojado. Pero, ¿Qué demonios me pasaba aquella noche? Debería haberme alimentado antes de subir a aquella habitación, pensé. Todas aquellas ideas locas debían ser fruto del hambre; aunque si no recordaba mal, debería aguantar unas horas tras alimentarme de un voluntario conocido de la familia que había acudido a la mansión antes del anochecer.
Mis ojos se posaron en los suyos mientras le tendía mi copa para que me la llenase. No sabía que hacer con ese humano ahora que estábamos solo, y lo más extraño de todo es que no deseaba estar en otro sitio. Carraspeé ligeramente con cierto nerviosismo en la voz.- Debo confesarle que es la primera vez que me encuentro a solas con un hombre en una alcoba. No confío en las intenciones de éstos, solo que con vos….- me encogí de hombros. Aquella confesión era cierta, ya que en la mayoría de las ocasiones cuando conseguía quedarme a solas con alguno, no demoraba en llevar a cabo la razón por la que los había camelado y apenas hablaba con ellos. Hasta que conocí a Jack los humanos se habían convertido solo en comida, solo que ahora….ahora algo había cambiado. Y quería que Jack no pensase que yo era una cualquiera que a la primera de cambio se marchaba a la habitación de un desconocido.
Mi época en que hacía uso de mis encantos para atrapar a las presas de las que luego me alimentaba había cesado, y desde que había decidido unirme a los Dracarys había intentando no manchar aquel noble apellido con sangre. Más no solo eso, la atracción que sentía por Jack iba mucho más allá de esa sed de sangre que me había costado tanto mantener a raya; era como si algo en su vitae consiguiese despertar en mí mucho más que el frenesí de alimentarme de él. El problema es que no sabía qué era lo que me hacía sentirme así, y menos aún que hacer de ahora en adelante.
Con suavidad cogí la botella entre mis manos, y con una cálida sonrisa me volteé para con paso humano volver tranquilamente hacia él. Desde luego que era un humano atractivo, aunque no era solo eso lo que veía en él. Había algo en su aura…negué con la cabeza levemente mientras me aproximaba, tratando de apartar de mi mente esas dudas que no me llevarían a ninguna parte esa noche. Iba a disfrutar de cada minuto que pudiese con Jack, y antes de que el alba nos sorprendiese desaparecería sin dejar rastro alguno en su vida.
-¿Y qué me dice de formar una familia y tener hijos? ¿No ha conocido todavía a la mujer que le robe el corazón y la razón como para cambiar su vida y ponerla patas arriba?- pregunté al llegar a su posición y tomar asiento en un pequeño banco de madera que se encontraba grácilmente colocado en el balcón. Me mordí el labio inferior con timidez tras darme cuenta de que tal vez aquella pregunta era demasiado personal y directa, pero la carta estaba jugada y no había marcha atrás al respecto.
Le tendí la botella rozando con suavidad sus dedos con los míos al hacerlo. Sentía la necesidad de acariciar su piel, de sentir la calidez de su tacto. Tal vez incluso de que sus manos fuesen las que acariciasen mi marmolea piel. Negué de nuevo con la cabeza, jurando que si no fuese porque era imposible, me había sonrojado. Pero, ¿Qué demonios me pasaba aquella noche? Debería haberme alimentado antes de subir a aquella habitación, pensé. Todas aquellas ideas locas debían ser fruto del hambre; aunque si no recordaba mal, debería aguantar unas horas tras alimentarme de un voluntario conocido de la familia que había acudido a la mansión antes del anochecer.
Mis ojos se posaron en los suyos mientras le tendía mi copa para que me la llenase. No sabía que hacer con ese humano ahora que estábamos solo, y lo más extraño de todo es que no deseaba estar en otro sitio. Carraspeé ligeramente con cierto nerviosismo en la voz.- Debo confesarle que es la primera vez que me encuentro a solas con un hombre en una alcoba. No confío en las intenciones de éstos, solo que con vos….- me encogí de hombros. Aquella confesión era cierta, ya que en la mayoría de las ocasiones cuando conseguía quedarme a solas con alguno, no demoraba en llevar a cabo la razón por la que los había camelado y apenas hablaba con ellos. Hasta que conocí a Jack los humanos se habían convertido solo en comida, solo que ahora….ahora algo había cambiado. Y quería que Jack no pensase que yo era una cualquiera que a la primera de cambio se marchaba a la habitación de un desconocido.
Leila Dracarys- Vampiro Clase Alta
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Re: ¿Le puedo dar un mordisquito? [Privado Jack Blackwave]
Como siempre la mente del joven Jack viajaba de un ponto al otro mientras estaba alli con ella, no era que la joven no captara todos sus sentidos y le dejara atontado incluso cuando se trataba de hablarle o hacer contacto con sus pieles o incluso el aroma de la bella dama, pero su mente era soñadora un ave que viajaba libre y le gustaba estar constantemente emprendiendo distintos vuelos, en búsqueda del descubrimiento y eso estaba pasando allí con ella, hasta que su voz nuevamente hizo que le muchacho se centrara en la joven, sobre le hecho de crear una familia, suspiro levemente y negó luego de escuchar todo lo que mencionaba y alzo la mirada observando la eterna noche que se extendía frente a los dos.
-Aun no conozco esa mujer, pero para tener hijos y entablar una familia primero quiero ser alguien, no quiero que mis hijos pasen lo mismo que pase yo criado entre carbón y grasa, por que mis padres no tenían mas remedio que trabajar noche y dia, quiero ser alguien hacer un gran invento y luego si tener mi familia para que viva una agradable vida.
Menciono sirviendo las copas de ambos, para girarse y preguntar a la joven con la misma pregunta que ella le había hecho a el, sobre que pensaba hacer ella, quizás ya tenia un prometido y estaba incluso por casarse y el allí haciéndose ilusiones estúpidas con la bella dama, luego escucho lo otro y se puso colorado evitando mirarla por la vergüenza, ya que para el reconocer que era la primera mujer con la que estaba a solas, ya que no había invitado nunca a ninguna a su casa y menos a su lecho como estaba pasando en ese momento, todo tan inesperado pero sabia que algo que no era normal, pero no se podía dar cuenta que estaba pasando.
-Usted es la primera señorita que se interesa de mi de esta forma muchas solo buscan ver si pueden descubrí algo de mis proyectos, vos no seras igual verdad??
Pregunto mas bien preocupado y sintiendo en pena de que aquella fuera su verdadera intención y que todo terminara allí, suspiro con pesar parecía estar mas triste por el hecho de que en realidad fuera cierto.
-Aun no conozco esa mujer, pero para tener hijos y entablar una familia primero quiero ser alguien, no quiero que mis hijos pasen lo mismo que pase yo criado entre carbón y grasa, por que mis padres no tenían mas remedio que trabajar noche y dia, quiero ser alguien hacer un gran invento y luego si tener mi familia para que viva una agradable vida.
Menciono sirviendo las copas de ambos, para girarse y preguntar a la joven con la misma pregunta que ella le había hecho a el, sobre que pensaba hacer ella, quizás ya tenia un prometido y estaba incluso por casarse y el allí haciéndose ilusiones estúpidas con la bella dama, luego escucho lo otro y se puso colorado evitando mirarla por la vergüenza, ya que para el reconocer que era la primera mujer con la que estaba a solas, ya que no había invitado nunca a ninguna a su casa y menos a su lecho como estaba pasando en ese momento, todo tan inesperado pero sabia que algo que no era normal, pero no se podía dar cuenta que estaba pasando.
-Usted es la primera señorita que se interesa de mi de esta forma muchas solo buscan ver si pueden descubrí algo de mis proyectos, vos no seras igual verdad??
Pregunto mas bien preocupado y sintiendo en pena de que aquella fuera su verdadera intención y que todo terminara allí, suspiro con pesar parecía estar mas triste por el hecho de que en realidad fuera cierto.
Jack Blackwave- Humano Clase Media
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Re: ¿Le puedo dar un mordisquito? [Privado Jack Blackwave]
El repiqueteo de los cascos de dos preciosos caballos negro azabache se detuvieron prácticamente frente al balcón donde nos encontrábamos, regalándome al desviar la mirada para saber de qué se trataba unos segundos más para dar respuesta a una pegunta que Jack me había devuelto con tino. Frente a mis ojos, un pomposo carruaje de color madera noble daba cabida a un matrimonio joven con dos niños pequeños que pedían entre sollozos ser cogidos en brazos de sus progenitores mientras bajaban del mismo. Probablemente regresaban a su hogar después de algún tipo de cena de gala, y los pequeños estaban exhaustos por haber sobrepasado su hora de acostarse.
Media sonrisa melancólica se dibujó en mis labios aterciopelados, consciente de que por mucho que yo lo desease jamás podría tener hijos, y maldecir sin descendencia al hombre que amase por haberme convertido en un demonio de la noche no lo veía justo.- No he conocido tampoco a ningún hombre por el que me haya planteado dejar de ser doncella; y tras la muerte de mis padres dudo mucho que tenga la obligación de casarme por conveniencia.- bromeé ligeramente, sabiendo que en realidad si no hubiese sido por mi conversión, ahora estaría casada con un mujeriego maltratador al que no amaría jamás.- Tal vez con el tiempo aparezca mi alma gemela y todo cambie. – podría conocer al amor de mi vida, a mi media naranja, pero ya no era una humana, y eso lo cambiaba todo. Moriría sola algún día, sin nietos correteando a mi alrededor, ni un esposo que me abrazase cada noche para dormir, o con el que pasear al atardecer.
-Comprendo sus razones de querer tener labrado un futuro para darle lo mejor a sus hijos, pero si me lo permite, desde el punto de vista de alguien que vivió con comodidades durante su niñez y adolescencia, lo importante no siempre es el dinero que uno tenga o las posesiones materiales, sino el amor y la protección que le ofrecen a sus seres queridos.- afirmé sintiendo como la voz se me encogía inconscientemente, en recuerdo de esa infancia en la que me había sentido más un objeto que una persona; donde me había sentido sola más de una vez, anhelante del cariño de unos padres que jamás tuve.
Era cierto que cumplían todos mis caprichos, pero solamente por no sentirse culpables de no estar educándome como debían.-¿Qué más da estar lleno de hollín al llegar la noche, si toda la familia puede estar así reunida junto al fuego y contando historias? ¿No es mejor eso acaso que apenas ver a tus padres porque siempre tienen bailes o galas a las que acudir, o simplemente prefieren tranquilidad, siendo sus hijos criados por el ama de llaves?- dejé las preguntas al aire, sonriendo levemente por todo lo que pasó mi nana intentando convertirse en esa damita y que jamás consiguió. Volviendo a fijar la mirada en Jack al tiempo que cogía la copa de champagne que me ofrecía, le ofrecí la mejor de mis sonrisas.- Gracias.- sonreí con dulzura, imaginando la suerte que tendría la mujer de la que ese peculiar humano se enamorase como para decidirse a formar una familia con ella.
Podía percibir las dudas en cada palabra que pronunciaba, su temor a que solo estuviese interesada en sus experimentos, y por un instante me dolió que pudiese pensar aquello de mí. Pero era comprensible, todos terminábamos por desconfiar de aquello que nos había hecho daño alguna vez, especialmente si la historia se había repetido varias veces. Decidida a demostrarle que no eran sus inventos lo que me interesaba en ese momento de él, tomé su mano con suavidad, guiándolo hasta mi lado donde con una mirada le supliqué que tomase asiento a mi lado.- Me dirigí a usted sin saber que era inventor; deseaba conocerle porque hay algo distinto en vos que no percibo en nadie más.- confesé con timidez, sin saber muy bien como podría interpretar aquello.
Había algo en su mirada, en su aura, en su olor que provocaban en mí sensaciones muy distintas a las que acostumbraba a sentir con el resto de la humanidad. ¿Sería Jack mi talón de Aquiles? ¿Mi debilidad?
Negué con la cabeza tratando de relajarme; yo no era una mujer vulnerable, ni con miedos. Ya no.- Es increíble que bolas de fuego tan lejanas se vean tan hermosas desde aquí, ¿no cree?- pregunté entre susurros, apoyando mi espalda y acomodándome en el cojín que cubría el banco de madera donde nos hallábamos sentados.
Media sonrisa melancólica se dibujó en mis labios aterciopelados, consciente de que por mucho que yo lo desease jamás podría tener hijos, y maldecir sin descendencia al hombre que amase por haberme convertido en un demonio de la noche no lo veía justo.- No he conocido tampoco a ningún hombre por el que me haya planteado dejar de ser doncella; y tras la muerte de mis padres dudo mucho que tenga la obligación de casarme por conveniencia.- bromeé ligeramente, sabiendo que en realidad si no hubiese sido por mi conversión, ahora estaría casada con un mujeriego maltratador al que no amaría jamás.- Tal vez con el tiempo aparezca mi alma gemela y todo cambie. – podría conocer al amor de mi vida, a mi media naranja, pero ya no era una humana, y eso lo cambiaba todo. Moriría sola algún día, sin nietos correteando a mi alrededor, ni un esposo que me abrazase cada noche para dormir, o con el que pasear al atardecer.
-Comprendo sus razones de querer tener labrado un futuro para darle lo mejor a sus hijos, pero si me lo permite, desde el punto de vista de alguien que vivió con comodidades durante su niñez y adolescencia, lo importante no siempre es el dinero que uno tenga o las posesiones materiales, sino el amor y la protección que le ofrecen a sus seres queridos.- afirmé sintiendo como la voz se me encogía inconscientemente, en recuerdo de esa infancia en la que me había sentido más un objeto que una persona; donde me había sentido sola más de una vez, anhelante del cariño de unos padres que jamás tuve.
Era cierto que cumplían todos mis caprichos, pero solamente por no sentirse culpables de no estar educándome como debían.-¿Qué más da estar lleno de hollín al llegar la noche, si toda la familia puede estar así reunida junto al fuego y contando historias? ¿No es mejor eso acaso que apenas ver a tus padres porque siempre tienen bailes o galas a las que acudir, o simplemente prefieren tranquilidad, siendo sus hijos criados por el ama de llaves?- dejé las preguntas al aire, sonriendo levemente por todo lo que pasó mi nana intentando convertirse en esa damita y que jamás consiguió. Volviendo a fijar la mirada en Jack al tiempo que cogía la copa de champagne que me ofrecía, le ofrecí la mejor de mis sonrisas.- Gracias.- sonreí con dulzura, imaginando la suerte que tendría la mujer de la que ese peculiar humano se enamorase como para decidirse a formar una familia con ella.
Podía percibir las dudas en cada palabra que pronunciaba, su temor a que solo estuviese interesada en sus experimentos, y por un instante me dolió que pudiese pensar aquello de mí. Pero era comprensible, todos terminábamos por desconfiar de aquello que nos había hecho daño alguna vez, especialmente si la historia se había repetido varias veces. Decidida a demostrarle que no eran sus inventos lo que me interesaba en ese momento de él, tomé su mano con suavidad, guiándolo hasta mi lado donde con una mirada le supliqué que tomase asiento a mi lado.- Me dirigí a usted sin saber que era inventor; deseaba conocerle porque hay algo distinto en vos que no percibo en nadie más.- confesé con timidez, sin saber muy bien como podría interpretar aquello.
Había algo en su mirada, en su aura, en su olor que provocaban en mí sensaciones muy distintas a las que acostumbraba a sentir con el resto de la humanidad. ¿Sería Jack mi talón de Aquiles? ¿Mi debilidad?
Negué con la cabeza tratando de relajarme; yo no era una mujer vulnerable, ni con miedos. Ya no.- Es increíble que bolas de fuego tan lejanas se vean tan hermosas desde aquí, ¿no cree?- pregunté entre susurros, apoyando mi espalda y acomodándome en el cojín que cubría el banco de madera donde nos hallábamos sentados.
Leila Dracarys- Vampiro Clase Alta
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Localización : Paris
Re: ¿Le puedo dar un mordisquito? [Privado Jack Blackwave]
El muchacho escucho las palabras de la mujer, como esta mencionaba el hecho de a ver vivido una buena vida y que en realidad lo mejor era poder pasar con la familia, realmente el no tenia nada contra eso pero creía firmemente que no estando ahora mismo casado ni teniendo compromiso con ninguna dama, eso le permitía poder dedicarse exclusivamente a sus labores y labrarse una riqueza que luego le permitiera pasar su tiempo con la familia el máximo del tiempo posible, luego de tomar levemente su copa asintió y le menciono. - Por eso mismo creo que debo esforzarme demasiado ahora mismo en estos tiempos en lo que no tengo ningún compromiso con nadie solamente con mi deber de ser un gran inventor - En ese momento el muchacho se sintió de cierta forma inspirado alejándose de la joven caminando unos pasos a distancia de ella como pensando mas para si mismo, pero en realidad quería realmente hablar de aquello.
-Creo que justamente es importante que al tener familia, ya fuera solamente con una pareja o teniendo descendencia, creo que antes de estar dedicándome a esas tareas justamente debo concentrarme en conseguir esas riquezas para luego no pasar toda mi vida trabajando, perdiendo parte de la vida de mi pareja o de mis pequeños, aunque entiendo si he conocido personas que han sido prácticamente criadas por algún siervo o conocido, mas que su padre por que estos han estado constantemente ocupados por ello, pero creo que eso se puede remediar, por que si eres una persona con cierta importancia, creo que podrías decidir cuando poder librarte de esas obligaciones.
Dijo eso girando a mirarla, sonriendo levemente al escuchar el resto de sus respuesta como esta le aclaraba el hecho de que ambos se habían conocido, simplemente por que ella se había sentido atraído por este, aunque el no se fiaba del todo de esa historia, ya que como una persona de estudio y investigadora estaba siempre poniendo a prueba todo lo que estaba viendo o pasando, pero de ella todo era distinto era como si todo aquello fallara, no era capaz de pensar con la razón sino que algo extraño pasaba en su ser, mejor dicho en su corazón se sentía muy agitado, aunque no era capaz aun de darse cuenta si se trataba por algo que realmente sintió por ella o no era nada mas, la atracción fatal que causaba un inmortal en una simple persona como el, que incluso desconocía la existencia de estos seres.
-Si es realmente a veces hermoso ver cosas así de raras, siento que pueda sonar descortés señorita Leila, pero ya casi debo retirarme a descansar ya que me encuentro en estado bastante penoso, ya que me encuentro bastante cansado de andar de un lado de parís al otro, todos tienen lugares distintos en el que encontrarse.
Menciono algo apenado, por la solicitud que acaba de hacerle en se momento, aunque el realmente era medio despistado, para saber si ella tenia alguna intención con el algo mas intensas.
-Creo que justamente es importante que al tener familia, ya fuera solamente con una pareja o teniendo descendencia, creo que antes de estar dedicándome a esas tareas justamente debo concentrarme en conseguir esas riquezas para luego no pasar toda mi vida trabajando, perdiendo parte de la vida de mi pareja o de mis pequeños, aunque entiendo si he conocido personas que han sido prácticamente criadas por algún siervo o conocido, mas que su padre por que estos han estado constantemente ocupados por ello, pero creo que eso se puede remediar, por que si eres una persona con cierta importancia, creo que podrías decidir cuando poder librarte de esas obligaciones.
Dijo eso girando a mirarla, sonriendo levemente al escuchar el resto de sus respuesta como esta le aclaraba el hecho de que ambos se habían conocido, simplemente por que ella se había sentido atraído por este, aunque el no se fiaba del todo de esa historia, ya que como una persona de estudio y investigadora estaba siempre poniendo a prueba todo lo que estaba viendo o pasando, pero de ella todo era distinto era como si todo aquello fallara, no era capaz de pensar con la razón sino que algo extraño pasaba en su ser, mejor dicho en su corazón se sentía muy agitado, aunque no era capaz aun de darse cuenta si se trataba por algo que realmente sintió por ella o no era nada mas, la atracción fatal que causaba un inmortal en una simple persona como el, que incluso desconocía la existencia de estos seres.
-Si es realmente a veces hermoso ver cosas así de raras, siento que pueda sonar descortés señorita Leila, pero ya casi debo retirarme a descansar ya que me encuentro en estado bastante penoso, ya que me encuentro bastante cansado de andar de un lado de parís al otro, todos tienen lugares distintos en el que encontrarse.
Menciono algo apenado, por la solicitud que acaba de hacerle en se momento, aunque el realmente era medio despistado, para saber si ella tenia alguna intención con el algo mas intensas.
Jack Blackwave- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 30/08/2017
Re: ¿Le puedo dar un mordisquito? [Privado Jack Blackwave]
Como si de un desastroso augurio se tratase, la suave brisa otoñal que hasta entonces había jugueteado con un mechón rebelde de mi cabello, comenzó a tornarse gélida como la misma situación en la que se estaba volviendo nuestra conversación. Sentí un súbito escalofrío que recorrió todo mi ser, provocando que diese un pequeño respingo en mi asiento hasta el punto en que me puse en pie, observando con desconcierto a ese humano que parecía ajeno a mi presencia. Jack parecía absorto en su mundo, donde desde luego formar una familia no era una de sus prioridades. Tampoco es que fuese la mía, especialmente debido a mi condición inmortal había dejado a un lado el típico sueño de cualquier doncella en edad casadera; pero la reacción de Jack ante el tema me resultó huidiza. ¿Estaría pensando que yo estaba interesada en ese tema con él? Negué con la cabeza preocupada; tan solo había buscado la forma de saber si el muchacho gozaba de prometida o todavía estaba soltero.
Sonreí simplemente cuando terminó su exposición; no tenía nada que añadir a ello, además de que en el fondo creía que jamás me comprendería. Era obvio que él procedía de una familia humilde, y que lo que deseaba era poder ofrecer a la afortunada que escogiese como esposa y a su descendencia era aquello que él no había podido disfrutar. Pero sin embargo yo veía todo desde la otra parte, donde la calidez humana, el calor de un hogar era mucho más importante que el dinero o las riquezas. Tener a un padre cubierto de cemento pero que te besase al arroparte por las noches, era mucho más valioso que otro que te colmaba de caprichos pero al que apenas veías porque siempre estaba en alguna reunión importante.
Su siguiente explicación fue peor que cualquier estaca que hubiese intentado clavar en mi muerto corazón. De forma sutil y educada había dejado entender que estaba lo suficientemente cansado como para proseguir la velada. Nerviosa por no ser capaz de saber en que me había equivocado, dejé mi copa casi llena en la mesa del balcón, caminando desconcertada hacia el interior.- Lo lamento, Jack. No quise robarle su tiempo de descanso. Yo solo quería….nada.- negué con la cabeza cuando comencé a sentir que una lágrima orillaba a mis ojos. Quería conocer a ese ser que me había hecho volver a sentir viva, necesitaba saber porque era diferente, porqué me hacía sentir diferente.- Seguro que tendrá mucho éxito en París, y en breve volveré a escuchar su nombre entre los más grandes.- apunté con la voz contenida, sintiéndome totalmente apenada, tras lo cual comencé a caminar hasta la puerta de salida. – Ha sido un verdadero placer conocerle, Jack Blackwave.- concluí apoyando la mano en el pomo antes de salir.
Sonreí simplemente cuando terminó su exposición; no tenía nada que añadir a ello, además de que en el fondo creía que jamás me comprendería. Era obvio que él procedía de una familia humilde, y que lo que deseaba era poder ofrecer a la afortunada que escogiese como esposa y a su descendencia era aquello que él no había podido disfrutar. Pero sin embargo yo veía todo desde la otra parte, donde la calidez humana, el calor de un hogar era mucho más importante que el dinero o las riquezas. Tener a un padre cubierto de cemento pero que te besase al arroparte por las noches, era mucho más valioso que otro que te colmaba de caprichos pero al que apenas veías porque siempre estaba en alguna reunión importante.
Su siguiente explicación fue peor que cualquier estaca que hubiese intentado clavar en mi muerto corazón. De forma sutil y educada había dejado entender que estaba lo suficientemente cansado como para proseguir la velada. Nerviosa por no ser capaz de saber en que me había equivocado, dejé mi copa casi llena en la mesa del balcón, caminando desconcertada hacia el interior.- Lo lamento, Jack. No quise robarle su tiempo de descanso. Yo solo quería….nada.- negué con la cabeza cuando comencé a sentir que una lágrima orillaba a mis ojos. Quería conocer a ese ser que me había hecho volver a sentir viva, necesitaba saber porque era diferente, porqué me hacía sentir diferente.- Seguro que tendrá mucho éxito en París, y en breve volveré a escuchar su nombre entre los más grandes.- apunté con la voz contenida, sintiéndome totalmente apenada, tras lo cual comencé a caminar hasta la puerta de salida. – Ha sido un verdadero placer conocerle, Jack Blackwave.- concluí apoyando la mano en el pomo antes de salir.
Leila Dracarys- Vampiro Clase Alta
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