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PARÍS, FRANCIA
AÑO 1842

Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.

Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.

¿Estás dispuesto a regresar más doscientos años atrás?



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Mensaje por Charles D'Aubigne S. Jue Sep 27, 2012 2:52 am



Tengo dieciocho años, soy ya un hombre sin embargo sigo jugando con una niña, aquello no es lo peor, lo peor de todo es que esta niña es mi prima, y lo que me asusta tanto como enloquece, es que aún juego con ella porqué le amo tanto. Debo estar loco, soy un enfermo, deseo tocarla, sentirla, hacerla mía, que ella sea la primera, y la ultima, pero, pero solo tiene unos cándidos catorce años, los que yo mismo eh visto, desde que era un niño, desde que ella llegó, no puede ser posible. Esto se decía así mismo constantemente el joven Charles, que sufre de una terrible confusión, de una gran pena consigo mismo y es presa de un loco amor, el cual no se decide a aceptar, por miedo, por vergüenza por sentido común. Por asco, asco de sí mismo. Sin embargo al estar cerca de la causante de todas sus preguntas, estas mismas y en su totalidad parecían desaparecer al completo.

Pues la pequeña de cálida sonrisa le llenaba por dentro, siempre, sin excepción, aunque fuera reprendido por todos sus malos actos los cuales siempre cubría por ella o de los cuales se echaba la culpa, puesto que Angelique desde niña siempre fue hiperactiva, curiosa, llena de chispa, de aquí para allá, agujeraba los pasteles y las criadas chillaban, buscaban culpables y con Charles encontraban un falso, pero uno al fin y con estos la furia culinaria de ellas calmaba, este solo un pequeño ejemplo de lo que era la vida entonces en este gran palacio, en el cual muy pocos niños tienen la suerte de crecer en calidad de residentes hijos y sobrinos de los propietarios, un lujo que ambos, no solo él, sino también ella aprendió a captar y a usar a su beneficio, puesto que era una niña muy mandona, caprichosa y siempre quería hacer de las suyas sin que nadie le dijera nada. Como toda niña de esa edad bien consentida.

Pero encima de esto terriblemente astuta, hasta para cuando iba a esas reuniones secretas, Charles en realidad estaba al tanto de que familia es con la que tiene lazos sanguíneos y saber que ella desde tan joven asistía a estos encuentros le alteraba por completo, no le gustaba, no lo aceptaba, pero no había nada que pueda hacer, demasiado acercamiento a la pequeña a ojos de los demás sería fatal para él, la palabra castigo era lo mínimo de lo que debería preocuparse si fuera descubierto todo lo que siente y lo que hace en las noches mientras la pequeña duerme, es como un vicio que no puede dejar y no quiere, aunque le atormente.

Fuera de todo esto, la vida es buena, él heredero directo, y único por derecho de sangre de su padre El Conde de Zaragoza, dueño de aquel gran Palacio, que a la lejanía parecía un impenetrable lugar digno de admirar por el ojo humano una y otra vez sin descansar, y en el fondo estaba bastante emocionado de la vida que tenía, es decir, sería un hombre importante a futuro, un defensor y representante de su país, un miembro oficial de la realeza de España, y debería de estar a la altura de esto, por esto mismo se atormentaba tanto con su situación actual, pues estaba dudoso, demasiado y esa no debería ser la actitud de un hombre que pronto representará a un gran grupo de gente. A fin de cuentas era más presión y miedo al qué dirán que otra cosa, que como cualquier joven de su edad se veía intimidado ante esto, pues más puede una boca venenosa que mil hombres con espadas y desde muy pequeño ha estado consciente de esto a la perfección.

Por ello guarda con inmenso recelo sus sentimientos hacía esa pequeña niña, que al transcurrir de los años solo crecen, primero fue el cariño, la preocupación, después se hizo necesidad, pasatiempo, el diario, finalmente deseo, atracción, sentimientos y pasión, aquella misma que le hacía cada noche escabullirse como un sucio y miserable ladrón por los largos y oscuros pasadizos del palacio, como si no fuera suyo y no tuviera el derecho de dar esas pisadas dentro de él, para poder llegar al cuarto de la muchacha y contemplar su sueño, si esto fuera lo único que hace en realidad no se sentiría mal del todo, pero no era solo esto, era más que eso, pronto, pronto mirar sería nada, ahora deseaba tocar, y tocaba, sin reparo, sin miedo, sin consideración y sin culpa, pero parecía que la pequeña jamás se enteraba, o jamás se quejaba.

A pesar de él sentir en la muchacha de sus sueños retorcidos una gran dependencia y correspondencia aún no se atrevía a nada, pues el miedo era mucho más fuerte, era extraño puesto que la niña era dependiente de él como un padre, como un compañero y a la vez no, y esto solo le reafirmaba lo que es, el primo mayor, no puedo sentir cosas por aquella prima, está mal, incluso según la iglesia es un gran pecado, pero, pero que mierda importa, es lo que siente, y no iba a dejar de sentir, y así se nublaba su vista, su conciencia cada hora, cada tarde, cada noche sobre todo. Esto no era, no se trataba de una travesura juvenil, un capricho digno de un señorito, no. Sino del deseo de un hombre de dieciocho años.

Sin embargo estaba decidido a no dar marcha atrás, pues de ahora en adelante sería mucho más directo, son solo cuatro años de diferencia pero, que por la edad de la muchacha y el lazo sanguíneo se sienten muy, demás alejados, pero esto no podría detenerlo ya más, pues lo acepta, está enamorado, y no solo eso, ama con locura a la pequeña niña que ha visto crecer a lo largo de todos estos años de lucha constante contra su conciencia sucia. Su consuelo está ahora en una limonada bastante helada y el descanso que le brinda la banquilla en la que está sentado, del patio interior del palacio, el de Santa Isabel, que casi siempre esta desierto, es donde viene a pensar, a charlar con ella, y también a jugar, a atraparse, un buen pretexto para poder rozar su cuerpo aunque fuera un juego que no es.


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Mensaje por Angelique Delacroix Dom Sep 30, 2012 6:51 pm

"Le tengo miedo a tus ojos.
Sé que en ellos puedo perderme."

Nací dentro de elegantes paredes, nunca pregunté por mi madre, dentro de mi sabía que su misión había llegado en el momento en que me tuvo, no me puedo quejar al respecto, pues me dejó llena de privilegios que muchas personas nunca tendrán. Por mi sangre corre parte de la realeza, pero también corre magia, una de la que estoy feliz pero que sin duda debo callar, porque la sociedad así lo indica, y mi abuela dice que debo esconder mis secretos más grandes para llegar a ser alguien poderoso, no entiendo a que se refiere con eso, pero supongo que a la larga podré saber. Esos no son sólo los privilegios en los cuales debo de cargar, o de esconder, también tengo que esconder una especie de energía pesada, oscura y letal que tengo dentro de mi pecho, que empieza de mi corazón y se expande por mi cuerpo. Las brujas Delacroix estamos destina simplemente a dominar - según las enseñanzas de mi abuela- somos quieres hemos sido "extinguidas" y debemos volver a resurgir para dejar nuestra huella en el mundo, y por lo que sé, la esperanza de nuestro legado, de nuestra dinastía, el problema es que no tengo derecho a enamorarme como cualquiera tiene derecho a hacerlo, y al no poder de esa forma, siempre se debe buscar una mejor ¿No?

Los papas de Charles, mi primo, son quienes me han recibido a mi, y a mi abuela desde que estoy pequeña, ambos son personas amables y mi tía tiene un especial interés por mi, siempre me sonríe, me da abrazos fuertes, y recalca que seré tan hermosa e inteligente, pero que debo tener hijos, y también habla de una forma como si… Como si supiera de mis sentimientos por él. Uno de mis secretos más grandes es saberme enamorada de una persona que no sólo es prohibida, también es tan cercana que puede resultar ser doloroso sentir su roce sin poder hacer un poco más. Sé que estoy basan chica para estás cosas, pero todo lo que se me ha mostrado día con día, o más bien noche tras noche me ha ampliado mis expectativas, y aquello que deseo tener, buscar y experimentar. Mi cuerpo es una de las cosas por ejemplo.

La mayor parte del tiempo estamos juntos, nos dan clases de historia, literatura, y un sin fin de cosas más, nos separamos solo para darnos limpieza, y para que yo tome clases de bordado, o cocina, y el de espada, o autodefensa, mi primo se está volviendo todo un hombre, y con eso temo que se aleje de mi, está en la edad de buscar una esposa, si, y con eso poder tener un titulo más pesado, además que, podrá hacer todo aquello que a mi edad se me tiene prohibido. Mi carácter no me permite hablar a alguien de lo que me pasa, o mostrar debilidad alguna, además que de hablarlo seguramente se me llevaría a la horca, pues el incesto está plenamente prohibido en este tiempo, de hecho en estos tiempos se nos tiene prohibido mucho, a nosotras las mujeres, la sociedad está llena de prejuicios. No me gusta, me desespera, me pone de malas, y con esa irritabilidad mis deseos por hacer el mal se acrecientan. ¿Es complicado de entender? Si, lo es, pero debo ser sincera, nunca me consideré alguien fácil de poder entender.

Aquella noche mi abuela me había pedido arreglarme, me había pedido que utilizara el mejor, más costoso y hermoso de mis vestidos ¿Por qué? Sencillo, así como los licántropos tienen un día para alabar su raza cada luna llena, nosotras las brujas tenemos que ir a nuestras reuniones, fortalecer nuestra magia oscura, observar ritos, incluso sacrificios, debo decir que el primero que vi me dio mucho miedo, no podía concebir que se matara a alguien de esa manera, recuerdo que cuando regrese de aquellas reuniones estaba llorando, y él, mi primo se había encargado de tranquilizarme, se quedó incluso conmigo esa noche, con el permiso de sus padres y de mi abuela para curar esos dolores, esas imágenes impresionantes que a la larga, como hoy, ya se habían vuelto algo completamente común, pero que sin duda no tenía ganas de hacer con mis propias manos, tengo catorce años, y no pienso matar a nadie, puedo más que la maldad que tengo dentro… lo sé.

Termina la reunión y me dispongo a caminar al castillo, esa flamante arquitectura, siempre tenemos que regresar por la parte trasera, y nadie nos puede ver. Reglas extrañas que mi abuela siempre pone. Avanzó frente a ella, siempre que salimos del castillo me tiene vigilada, dice temer perderme, que soy la última y de perderme estaría todo perdido. Camino en silencio, no me gusta el destino que tengo sobre mis hombros, ese peso me atormenta, me hace querer salir corriendo y no volver, pero lo cierto es que no puedo hacerlo, estaría perdida, y muerta en tan solo un día. Suspiro mientras avanzo por aquellos grandes jardines. Mi abuela se disculpa y dice que va a recoger alguna de sus cosas. ¿Saldrá? ¿A dónde irá? Yo debo seguir mi camino, ya es hora de tomar la cena, debo estar lista para cuando todos se sienten en la mesa, y lo cierto es que esos ajustes del corsé me están matando ya en este momento. Levanté la vista y sin poder evitarlo mi mirada se cruza con la de él. Charles… Mi Charles, porque en silencio y en secreto era mío.

- No deberías estar solo en está parte, hay muchos ladrones, y personas con malas intenciones, y no, no me gustaría que algo malo te pasará - Caminé de forma rápida e incluso torpe por el nervio para poder llegar hasta él. Coloco un mechón de cabello travieso por detrás de mi oreja, cuando estoy frente a él hago una reverencia educada, una cortés, de esas que nos enseñan diariamente a ambos, algo que deseo muchas veces no hacer, y buscar su aroma en un abrazo. - Buenas noches primo - Me inclino, y observo hacía ambos lados, no hay nadie, nadie que pueda vernos y decir algo, ni siquiera un guardia, estábamos solos, como siempre lo había deseado, y como ahora me intimidaba tanto. Doy un beso delicado en su mejilla, y luego lo abrazo - ¿Qué estabas haciendo aquí? - Charles sabía todo aquello que hacía, desde que éramos pequeños se le había hablado de mi manera de ser, de mi condición de bruja, y aunque al principio temí ser rechazada, todo lo contrario, su forma protectora había crecido un doscientos por ciento.

- Mi abuela me ha dicho que estará por viajar con tus padres, y que nos dejaran solos dos semanas, tienen asuntos políticos que atender, y no pueden llevarnos - Me encogí de hombros pero también me moví con soltura para sentarme alado de él. Había puesto una distancia considerable entre nuestros cuerpos, y ladeé el mío para poder estirar mi mano y tocar una hermosa flor color morado. - ¿Sabias al respecto? - Le pregunté de forma curiosa, y con suavidad corté la flor, la lleve a mi nariz y aspiré con fuerza su esencia. Siempre había deseado ser como una flor, hermosa, pura, y llena de vida, pues no sabía en realidad si dentro de mi cuerpo había vida sin muerte, y bondad sin maldad. Lo volteé a ver de reojo - Te pondrán a mando de la casa, como ya todo un hombre que eres - Sentí entonces que mi rostro comenzaba a tomar una tonalidad carmín, no sabía porque me ponía tan nerviosa al decir cosas que de no estar enamorada de él seguramente no tomaría en cuenta, ojalá el no llegara a sospechar nada, no quería que me odiara o se alejara - Creo que se irán después de la cena - Aparte mi vista y ahora la luna era la que llamaba mi total atención.
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Mensaje por Charles D'Aubigne S. Lun Oct 01, 2012 12:37 am



A pesar de todo su pequeña prima aún conservaba la inocencia digna y común de aquella edad, pues ningún peligro real se corría dentro de semejante y fortificada estructura, del imitada con los más grandes registros de seguridad de la época, solo gente de confianza, gente que nació y morirá ahí pueden recorrer sus pasajes, habitar sus habitaciones y servir dentro de. En ese instante, solo con escuchar su voz, justo ahí la nebulosa se pierde, y solo una sonrisa amena se dibuja en el rostro, la educación de la pequeña le mataba, pues los protocolos siempre hacían perder la cordialidad y la confianza incluso entre la misma familia, inclinarse ante un padre o madre, como si fuera un desconocido al cual respetar de forma como se dicta la etiqueta le quita la, la familiaridad, pero a fin de cuentas no era más que una regla, así como las varias que amarran al ser humano a ser feliz y tener lo que desea, en su caso, a la niña que se va acercando hacia él y tiene deseos de contener entre sus brazos.

Lo bueno de todo esto es que con ella todo era más sencillo, más cómodo, menos protocolar, menos salomónico, similar a la actitud y al trato que tiene con su madre, pero por otro lado con dos inclinaciones completamente diferentes, ya que a su madre no le ve con tales ojos, no es de los que alguna vez guardan el síndrome de Edipo en sus venas, para nada, simplemente al parecer tiene ojos para una, no una mujer, sino para una niña, así pervertido como se escucha, se lee, se piensa, su padre en varias ocasiones le hizo el favor de arreglar citas con hijas de personas influyentes en España, solo de la más alta alcurnia, de la realeza misma también, sin embargo a ninguna de estas les puso mano encima, más que lo cordial y protocolar de varias salidas, aunque se le hayan ofrecido para más que eso, la verdad es que su padre solo le ofrecía carne fresca en bandeja, para que el consiguiera alguna ventaja ya sea dinero, lazos familiares importantes o algún cargo contraído por matrimonio, pero para él un matrimonio es amor, no política, no interés.

Al parecer no todos lo ven como él. Los brazos fuertes de él sujetan el femenino y delicado cuerpo además de pequeño, un abrazo poco usual, diferente del común, él le abrazaba por las caderas desde hace unos meses, su prima se encontraba en pleno desarrollo y uno acelerado a decir para su corta edad y esto solo estimulaba más sus deseos, sus sentires, sus reacciones ante ella y los sentimientos por la manera en que ella maduraba, se expresaba, y pensaba, ya su único interés no era jugar, divertirse y aquella magia maldita - No tienes por qué temer Angelique, este es el lugar más seguro de todo Zaragoza, nada nos podría pasar aquí dentro, lo sabemos mejor que nadie - sonríe ante su beso cariñoso, controlando siempre que esto ocurre las ganas de voltear el rostro.

Asiente ante las palabras de su niña, así le consideraba - Es por el problema de aquel grupo de rebeldes en las montañas. A cargo del palacio –repite a medias, el resto le corrige - Pero más que nada fue por pedido de tu abuela, dijo que no confiaba en dejarte sola aquí con los empleados, que podrían hacerte algo malo o aprovecharse de ti, ya sabes cómo es ella – Al pronunciar esas últimas palabras al parecer su pecho le dolía, pues cada segundo es lo que le deseaba hacer, no malo, pero indudablemente lo que deseaba sería eso, se podría enmascarar de cualquier forma, pero al ser solo una pequeña niña, sería un aprovechado, un desgraciado. Un maldito abusador, un infeliz, o esto pensaba. Simplemente le acaricia el rostro, después el hombro.

Siendo Charles ya portador de la mayoría de edad, en ausencia de su padre debía tomar las decisiones como Conde respecto al palacio, al ejercito confederado y demás temas de la plebe, como la seguridad, los impuestos y demás temas del condado- Irán después de cenar, si, seremos los únicos miembros de la familia aquí, mientras El conde, La Condesa y la Duquesa no estén, seremos los que representamos al lugar como futuros herederos, pero sé que lo tienes más que claro, con todo lo que te adoctrina aquella señora – dice los cargos refiriéndose a sus padres y la abuela de Angelique.

Los cocineros del palacio siempre se han caracterizado por los mejores en diferentes especialidades, chefs del más alto nivel, reconocidos, cada almuerzo, cena, incluso los desayunos en los que no todos se reúnen del otro, incluso estos eran hechos bajo gran ceremonia y movimiento de gente, pues debían de tener el nivel adecuado para quienes vayan a degustar, el paladar de los habitantes estaba más que bien consentido, y la sola idea de pensar en que la cena se aproxima le abre el apetito, su estomago suena levemente pero audible por ambos - ¿Falta muy poco para qué esté listo? Si es así en nada harán sonar la campana para llamar a todos estén donde estén – Deseaba de todas formas en parte estar un poco más de tiempo a solas con ella, pensar que pasarían ellos tanto tiempo fuera le hacía imaginar y formular oportunidades macabras .

Que desea literalmente hacer una realidad, pero no debe, no está bien. Es mejor ponerse melancólico, que calentón, confiere a este momento justo para evitar pensar más - Cuando eras más pequeña solías correr por aquí y cuando eras más pequeña aún yo solía llevarte de las pequeñas manos para que aprendas a caminar y tus piernas se hagan fuertes, ah pasado tanto tiempo y has crecido tanto – se levanta de golpe para evitar que la lujuria de sus ojos se muestre justo cuando pronuncia aquello de crecer y la va observando, no puede evitar mirarle el trasero, que ya estaba muy a la par de el de una mujer joven de la edad de él mismo. Se planta frente el árbol de manzanas, están ya han dado frutos y están comestibles.

Estira el brazo hacia ella y como siempre han hecho le ofrece su espalda para que se suba a alcanzar cosas que no podían normalmente si él no llega, aplican ese truco - Arriba – Indica mientras aferra bien sus piernas, la sensación hace mucho no es la misma, pues el gran trasero ahora es diferente al pequeño y huesudo de antes - Saca varias, pero vamos a esconderlas para después de la cena, madre se enoja si retiramos las frutas de esta forma porque según ella se enoja, mientras no vea – Simplemente se ríe mientras gira el cuerpo hasta la banca para que ella aterrice ahí, se gira y le sonríe ampliamente pues las manzanas que ha cogido son bastante grandes y se ven muy sanas y rojas - Astuta elección, como siempre viniendo de ti pequeña traviesa – Le acaricia el rostro y le quita una manzana, la limpia con la manga de la fina y costosa ropa para después darle un gran mordisco, el jugo de esta pronto le invade la boca por completo, un sabor primaveral, delicioso y acaramelado, como pocos. Quizá comparable a lo que imagina del sabor deseos labios, los labios de la hermosa pequeña.


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Mensaje por Angelique Delacroix Miér Oct 03, 2012 12:27 am

Todo había cambiado, la relación inocente que tiempo atrás tenían se había disuelto, ahora se podía notar la gran tensión que ellos tenían, o bueno, eran tan buenos actores que el mundo podía notar sólo un amor de entre familia, sin embargo ellos, los implicados, o quizás sólo ella podía sentir una especie de tirón, uno muy fuerte. La mirada de Charles era distinta, incluso se le podía ver una especie de brillo en los ojos cada que estaba con ella, y una especie de nube gris cuando la rubia se apartaba, pero no sólo de parte de él, también de ella, pues la rubia no era la misma sin él. Desde pequeña se le había notado una especie de problema en la concentración, siempre dispersa, o incluso hablando con criaturas que por lo regular cualquier humano normal no vería, como fantasmas, o demonios, pero cuando estaba con él, con su primo, siempre se aclaraba, se mantenía tranquila, incluso una especie de paz que pocas veces sentía lo experimentaba, por eso notaba la tensión, por eso notaba que había algo más entre ellos, y no es que le avergonzará, simplemente debía guarda la compostura, no había más.

- Conoces bien todo aquello que va alrededor de mi, conoces, porque te he hablado de ello, sobre lo que hay en la oscuridad, la magia negra, incluso yo aquí, frente a ti puedo resultar peligrosa, por eso temo por ti, sé que eres fuerte, grande, y todo un hombre, pero busco siempre tú bien, no me pidas que no me preocupe por ti por favor, te lo suplico - Su pequeño rostro inocente y blanquecino se notaba preocupado, acongojado y bastante nostálgico, siempre se había preguntado si de ser más grande él confiaría en sus habilidades para protegerlo, porque Angelique era así, una pequeña mujercita, que poseía una belleza singular, pero que sin duda buscaba siempre el bien, y la tranquilidad de ese al que amaba y le parecía tan prohibido. - Promete que me dejarás al menos preocuparme, así cuando te diga que debes cuidarte, y me digas que todo estará bien mi alma podrá descansar, pero también para tener más motivos de venir a verte, y poder saludarte, como ahora - Sus mejillas blancas tornaron rosáceas, se veía dulce, inocente, y hermosa, pero todo eso era para él, pues nadie más la había visto así, y nunca la veía de tal manera.

- Pocas cosas me ha compartido mi abuela acerca de esos rebeldes, lo único que me dijo es que se iría, y que tú me cuidarías, que lo harías como buen primo porque me amas, y porque nunca dejarías que algo malo me pasara - La pequeña dio una pequeña sonrisa inocente, pero segura de sus palabras, quizás su abuela sabía más, decían que ella sabía sobre el futuro, que le entendía a ese tipo de cosas, pero puede que no lo sea, que sólo tenga intuiciones. - ¿Serías capaz de cuidarme de esa manera? ¿Así con tú vida? - Lo miro a los ojos, y se acercó, con suavidad hasta intentar emparejarse con su rostro, muy cerca, sintiendo cómo el cálido rostro masculino arrojaba su aliento caliente contra ella. Cerró los ojos con fuerza, sintiendo como aquello comenzaba a abrigarle la vista. No dijo más, está vez se alejó, porque sabía estaría a un punto de hacer lo prohibido: Besarle.

La pequeña trepó en la espalda de su primo. Sintió sus manos grandes y fuertes en sus piernas, y se movió un poco para ajustar las mismas a su cintura, los dedos rozaron sus glúteos, y ella, aguardo mordiendo su labio inferior, evitó que un gemido lleno de culpa y placer saliera de sus labios. Estaba entrando en la etapa dónde las hormonas se disparaban por completo. De hecho su cuerpo estaba ya bastante desarrollado, con notorias curvas, con sus senos crecidos, y redondos, la fuerza de gravedad los dañaban, y su trasero aunque aún le faltaba desarrollo, estaban bien torneados, duros. Ese roce la tenía a mil por hora, se había descubierto teniendo sueños donde él la estaba tocando, sin reparo, sin vergüenza alguna, esos eran sus mejores sueños, los que más pedía por las noches antes de dormir, y algo que creía nunca se haría realidad. Evitó pensar en eso cortando a la perfección las manzanas, pasándoselas en las manos. Se relamió de forma inconsciente cuando lo vio mordisquear la fruta, daría lo que fuera por poder probar el jugo de entre esos labios.

- Pedí la cena yo, es decir el plato principal, deseaba pasta italiana, y el cocinero dijo que lo haría con mucho esmero, sabe que me encanta la comida Italiana, y todo lo que tenga que ver con aquel lugar. ¿Te conté que él viene de Italia? Me ha contado que Venecia es un lugar hermoso, y me contó todos los detalles de ahí, dice que los enamorados deben de ir, que ellos son felices y que ese lugar puede traer el verdadero amor ¿Crees que sea cierto? ¿Crees que algún día algún caballero me lleve a ese lugar? Eso será mi sueño, quizás puedas pedirlo en tus oraciones conmigo, y se me conceda más rápido - Ella buscaba tentar a la suerte, y no es que quisiera ponerlo celoso no, lo que quería era una especie de señal para comprobar sus suposiciones. Señales, siempre serán señales las importantes para que su corazón se diera cuenta que él si la amaba, o que no, que él no la vería de esa manera de esa manera. Suspiró angustiada, cada día era un calvario para ella, y su tío le había dicho que le había conseguido un encuentro. ¿Sería correcto contárselo a Charles?

- La cena está servida ya - La joven escucha a lo lejos la campana, de forma muy animosa da un pequeño brinco hacía el suelo. Se inclina frente a él y esconde las manzanas debajo de una banca. Todas van perfectamente colocadas para que nadie descubriera su fecharía. Se levanta de golpe, y lo toma del brazo, jalándolo casi a rastras para adentrarse a la gran estructura. - ¡Vamos ya! Seguro nos esperan, espero de verdad que me hayan preparado algo de ese lugar - Lo volteó a ver, después se frenó en seco, y jaló con fuerza a Charles del cuello de su camisa. Sin pedir mucho permiso deja un beso en su mentón - Perdón, es que eres muy alto, iba para tu mejilla - Le sonríe de forma inocente, pero no sólo eso, se notaba una especie de provocación, era un buen pretexto relacionar su estatura con sus "accidentes", pero de no hacerlo seguramente se volvería loca, aunque claro, aquel beso no tenía nada malo, como se dice, a vista de los demás era un acto de total amor fraternal.

"Angelique es hora de cenar pequeña". La voz de su abuela sonó con demasiada fuerza, con tanta que incluso le puso los pelos de punta ¿La abra visto? Hizo una cara de pocos amigos, y soltó a Charles, apresuró su paso, pero claro, sin llegar a correr para no perder la elegancia y la sensualidad del porte que se le había enseñado - ¡Ya voy abuela, ya voy! - Sus pasos eran rápidos. Volteó a verlo a él, quien se había quedado a mitad del pequeño jardín. Pequeño refiriéndose al cuadro sólo de aquella zona. Le dedicó una sonrisa lejana, y avanzó a la gran puerta trasera. Esperaba a que él se apresurara, pero tampoco podía dejar esperando mucho tiempo a su abuela. Ya dentro, en la mesa, dejó una silla de diferencia de entre la cabecera y ella, pues aquel lugar le correspondía a su primo. Se colocó la servilleta y animosa sonrió a los presentes, que sólo esperaban a Charles para comenzar a cenar.
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La inocente y el cara dura [ 1791 // Angelique Delacroix // +18 ] Empty Re: La inocente y el cara dura [ 1791 // Angelique Delacroix // +18 ]

Mensaje por Charles D'Aubigne S. Miér Oct 03, 2012 8:21 pm



Escuchar hablar de aquello que le desagrada le hace fruncir solo un poco el seño, no demasiado, pues no es culpa de ella, es lo que aquella vieja bruja le hizo aprender desde que ha tenido conciencia, sin embargo la idea de que la use sobre él le desagrada y es intolerable, jamás permitirá algo así - No es verdad pequeña, yo no conozco mucho más que tú sobre la magia, solo sé lo básico que debo saber sobre esto, es negativa y trae muerte, la única defensa de la magia negra es el ataque y no. No vas a dañar a nadie por intentar protegerme, yo no necesito de ello, puedo hacerlo yo solo – Ahora la mira atento y con notable reproche, pues no estaba conforme - Creo que ya eres lo suficientemente mayor para tomar tus propias decisiones y dar tu palabra, así que es momento de decírtelo – Se inclina solo un poco para estar a la altura de su hermosa prima - Jamás uses magia en mi, ya sea para ayudar o para otros fines, solo – Piensa bien eso ultimo que dirá.

Pues quizá en alguna oportunidad sea necesaria, ya ha habido casos en donde disputas, luchas y situaciones se han resuelto con magia, incluso dentro de la familia o la raleza en general misma - Solo si yo te lo pido, sino, nunca lo hagas – Por fin pudo aclarar algo sobre este tema, puesto que antes no la consideraba consiente del todo respecto a sus acciones, sin embargo a madurado tanto, que ya es como si hablará con una persona adulta, lo cual resulta un gran problema, pues le hace olvidar pos instantes que su prima es solo una niña. Y no es que tampoco pueda ser muy duro con ella, puesto que sus sentimientos le hacen ser muy blando, pero algunas cosas deben quedar muy claras en la relación de las personas, si algo no te gusta se puede remarcar para evitarlo que te lo hagan, al parecer ya la ve como mujer y no como niña, de otra forma no estaría hablando así con ella.

Con el resto como no estar conforme, si era un pan de Dios, a pesar de que trata desde ya con demonios - Sabes que mientras más te preocupes por mí más me esmerare en cuidarme para ti, ¿cómo dejar que la pequeña de mis ojos sufriera por mi causa? Yo te prometo cuidarme y a ti, así como dice tu abuela, ella se queda corta, yo entregaría hasta mi alma si es que realmente tengo una, por defenderte a ti de cualquier mal o penuria, desde hace mucho eres mi principal preocupación, te lo repito siempre – La comida italiana es de las mejores que en su vida a probado, quizá incluso mejor que la Española, así que solo puede asentir contento y relamiendo sus labios por la idea del bueno sabor de la pasta, ese cocinero es uno de los más hábiles de todo el palacio, su mano y su sazón nunca fallan.

La campana, es quizá el sonido que más detesta de toda la noche justo ahora, pues interrumpe el momento de intimidad con ella, no duro muy poco, sin embargo parece jamás ser lo suficiente para él, desea más y más, al sentir los jalones evitando hacerle doler los músculos avanza en la dirección que ella tironea, la idea de lo que estuvo hablando es desagradable, su abuela jamás le pudo haber metido esas cosas en la cabeza, y la Condesa tampoco, ella es una mujer reservada y tradicional, muy pura, para poderle hablar a ella de hombres o de compromisos hubiera esperado que tuviera al menos dieciséis años, no catorce por lo que solo había un sospechoso en esa situación, de alguna manera deseaba que ese hombre no existiera y a la vez que lo hiciera, pero que fuera él.

No se puede extender demasiado en sus comentarios pues el camino hacia el salón privado destinado para la cena es corto - No le hagas ningún caso a tu padre, ni a sus ideas expansionistas que usan a la gente y a los compromisos, yo no lo hago, no deberías – Jamás tiene problemas para rebatir la autoridad siempre y cuando sea por un motivo que él considere justo o correcto, de otra forma jamás lo haría, lo último que desearía es ver a Angelique como un títere para ganar poder político y armamento junto con hombres, sin embargo si ella deseará algo como eso, pues que fuera para ella y no para que otros lo aprovechen, situación similar a la de su padre con él, aquel beso simplemente le hace despertar, además de que fue extraño, y quizá parecía ser una insinuación o al menos así lo siente, pero rápidamente retira esos pensares de su cabeza pues es algo imposible.

Simplemente al levantar la vista nota la gran diferencia en la distancia, apura el paso notablemente, en cuanto ingresa al espacio todo el mundo está presente, y al parecer llegaba tarde, mucho. La mirada seria de su padre que siempre es casi un reproche se lo confirma, saluda a los presentes con una pequeña reverencia y movimientos de cabeza, el único espacio libre esta cerca de ella, se aproxima a la silla para sentarse con una sonrisa a medias, pues el buen ambiente a la mesa siempre es bien recibido - Fideos en salsa blanca – Comenta pues capta el aroma y dándole señal a Angelique que efectivamente el chef le concedió su pedido, todo esto mientras se va acomodando una servilleta de tela sobre las faldas y la otra bajo el cuello de su ropaje, el vino está servido para los adultos y el jugo de limón para Angelique, esto no es notable.

Decide darle un gesto de buena ventura, toma la jarra de limonada sirviendo en su copa y en la taza de ella, le sonríe, pronto llega la sopa, esta con pan tostado, le gusta demasiado el buen sabor de ello, es de comer todo muy rápido, pero siempre que comen en familia debe de contenerse sino saltan suspicacias y comentarios sobre la etiqueta y demás cosas. A pesar de su mediano control termina antes que todos, con una de esas sonrisas de sé que estoy haciendo algo malo pero me hago el tonto pide el segundo, por unos momentos la atención se desvía de él, pues un mensajero irrumpe la cena, el Conde se enfurece por la irrupción y la Condesa se altera, sin embargo el mensajero tenía motivos suficientes para haber cometido la falta de respeto.

Al parecer los rebeldes han irrumpido en el pueblo y se solicita la presencia de la guerrilla, además de la presencia de los lideres pues era solicitada por un mensajero rebelde también, todo fue dicho en voz alta, entonces Angelique se enteraba el preciso problema, en ese momento la cena se ve terminada para los condes y la duquesa que rápidamente se despiden de sus herederos y marchan, las carrozas se escuchan a lo lejos y los gritos de los trabajadores también, los guardias apostados en la fortaleza inician el protocolo de seguridad y dos hombres son mandados a cuidar la zona de las entradas principales a los aposentos de la familia real, lo usual es que un solo hombre se quede en la puerta y el otro dentro del lugar, pero Charles se encarga de hablar con ese uno, solo se levanta un momento luego regresa, aquel estaría fuera también y esa era una orden del actual líder del lugar, al menos por ahora lo era, hasta que su padre regresará, le sonríe a Angelique como si nada pasara, pero no es de estar fingiendo tanto.

Simplemente le dirá algo cierto - No va a pasar nada malo, no te pasará nada, yo estoy aquí para cuidarte, debes terminar tu cena, después podemos hacer algo que te guste – Aún es demasiado pequeña para estar pensando en esas cosas, que ni él mismo desea afrontar desde tan temprana edad, la vida esta para disfrutarse un poco más allá fuera de las obligaciones, al menos ese es su deseo.


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La inocente y el cara dura [ 1791 // Angelique Delacroix // +18 ] Empty Re: La inocente y el cara dura [ 1791 // Angelique Delacroix // +18 ]

Mensaje por Angelique Delacroix Jue Oct 04, 2012 12:00 am

Su rostro mostraba sorpresa, no se sentía segura de poder prometerle algo de esa manera a su primo, ella deseaba cuidarlo con el corazón, con él alma, y con todo aquello que pudiera estar en sus manos, pero ¿por qué él le hacía prometer algo así? Suspiró mientras esperaba que él entrara al comedor. Sonríe de forma amplia al escuchar que si era comida Italiana, después de la cena iría a felicitar al chef, siempre complaciente con ella, en realidad en aquella casa todos la consentían, era extraño, la pequeña y mimada Angelique, y no es que le molestara, al contrario, la hacía sentir cómoda y contenta, pero sabía que a la larga eso sería contraproducente, siempre queriendo las atenciones, siempre queriendo lo mejor, y su destino era diferente, a ella le molestaba por completo el hecho de tener que casarse por interés, en el fondo tenía ganas de enamorase, y de llevar a cabo su sueño de ir a Italia con su enamorado. ¿En realidad tendría un enamorado? No lo pensaba a menudo, pero en ese momento se dio cuenta, que si lo deseaba.

Su tio le sonreía de forma dulce, demasiado dulce, y ella le devolvía las sonrisas, sabía que después de la cena tendría que hablar con él sobre esos candidatos que le estaba seleccionando. Se mordisqueó el labio inferior con fuerza, y luego comenzó a comer en discreción, adoraba la comida, adoraba el sabor, adoraba todo en ese momento. La pequeña estiró su mano por debajo de la mesa, y tomo la mano de su primo con disimulo, le dio un pequeño apretón luego lo soltó. Ladeo el rostro, y luego cuando estuvo a punto de terminar la sopa el hombre entro y la hizo respingar y sobresaltarse por la forma en la que hablaba. Sintió una especie de pesar en el pecho y volteo a ver a su abuela, pero está ya no estaba en la mesa. Angelique salió corriendo por las escaleras para despedir a sus familiares, ignorando aquel protocolo, los abrazó con fuerza y dio varios besos en sus mejillas, y al mismo tiempo los guardias la hicieron entrar de nuevo y volver al comedor. Ella hizo una pequeña rabieta, y regresó, observando a Charles, pero ella estaba acongojada.

- ¿Qué ha pasado? - Le mira con tristeza, y busca que le diga la verdad, pero sabía que él no lo diría, y entonces se concentró en comer. Sin ni siquiera mirarlo, solo le asentía a lo que le decía, una especie de sombra negra se posó frente a ella, y comenzó a susurrarle cosas, sobre la muerte, sobre su familia y ella simplemente comenzó a soltar pequeñas lagrimas y dejó aquel tenedor sin querer comer más. Su rostro inocente se dirige al rostro de su primo, y ella le pide ayuda con sus sentimientos, con ese dolor que comienza a sentir, tiene miedo - Tengo mucho miedo de lo que pueda pasarles, sé que tú no me dejarías pasar un dolor o pesar, pero tengo miedo Charles - No dijo más, se puso de pie de un brinco, y estaba a punto de salir corriendo a su habitación, pero se queda parada frente a él, incluso sentado, estaban casi a la altura aunque ella estuviera ya de pie. Le intenta sonreír pero no puede, la pequeña de verdad tiene miedo, y mucho.

- No me dejes sola está noche ¿Está bien? - Los guardias que estaban en aquel comedor en realidad veían la escena como algo tierno, como la pequeña d ella casa pedía refugio a su primo mayor, y es que no podían sospechar nada. Ella de forma inconsciente, y al mismo tiempo abusado de la situación se sentó en su regazo, y se abrazo a él con fuerza, sujetándose de la tela, enredando sus brazos para darle un abrazo fuerte. - ¿Todo estará bien verdad? Confió en ti, sé que sabrás hacerte cargo, sé que eres digno, sé que todo lo puedes, pero promete que no te alejarás de mi, promete que siempre seré tú principal preocupación, aunque te llegues a casar con alguna mujer, aunque tengas hijos, sé que soy egoísta, pero necesito que me lo digas en éste momento. Yo también te cuidaré, a mi manera si me lo dejas - Se limpia el rostro y luego voltea a verlo sonriente, de forma sincera, y se acomoda en aquel regazo, pero ahora sus intenciones eran diferentes, ahora buscaba más señales, buscaba sentirlo.

Angelique había acomodado las perfectas formas de su trasero sobre "aquella zona" de Charles, y dejó que su rostro sobre su pecho, hasta que en realidad si se tranquilizó. Sonrió de forma amplia, los criados habían comenzado a limpiar la mesa, y sólo dejaron un pequeño plato, uno de los meseros le preguntó si deseaba algo más, le comunicó que si más tarde le daba hambre no dudara en pedir algo de cena, que ellos con gusto la atenderían, no lo hizo de forma inapropiada, de hecho lo hizo de forma dulce, buscando tranquilizar aquella tristeza de la pequeña. Todos eran así con ella, buscando que su pequeño rostro de ángel siempre sonriera, los tíos de Angelique siempre daban ordenes para que ella se sintiera a gusto, siempre la mimaban y consentían en todo, su primo igual, quizás esa forma de hacerle sentir menos pesar por la perdida de sus padres, hacía que los demás no sospecharan tampoco de esa relación que mantenían en secreto.

- ¿Mañana tendremos que ir a todas las clases que nos dan? ¿O tenemos que esperar noticias? La verdad es que estoy cansada de todo lo que vi hoy en la reunión con las brujas, y quisiera poder descansar, mi abuela y tú madre me dejan descansar al día siguiente, pero no sabría si usted me dejaría descansar también - Lo mira de reojo, se había despegado por unos momentos de él, después de moverse un poco por sobre el regazo de su primo, da un brinco para poderse de pie. Se volvió a sentar en su lugar, sus piernas incluso colgaban, aún le faltaba un pequeño tramo para llegar al piso. Angelique siempre se mostraba como la pequeña inocente con los demás, pero dentro de ella una mezcla de maldad y lujuria se despegaba, y eso último a causa de ese hombre que se encontraba frente a ella.

- Ahora mismo lo que quiero hacer es ir a cambiarme de ropa, estoy cansada del corsé, además ya es tarde, voy a ponerme algo más ligero, y después leer un libro de literatura que me ha dado mi abuela, algo para relajarme - Suspiró de forma profunda - ¿Te confieso algo? - Lo mira, sonríe de forma tímida y cubre su boca por un lado, como si estuviera a punto de contar un gran secreto. - No me gustan las practicas en la noche, las odio, y me dan miedo, hoy hable con mi abuela al respecto, pero me ha contado que de no hacerlas, esa magia negra que tengo en la sangre por generaciones puede matarme de la noche a la mañana - Se encoge de hombros suavemente, y luego se vuelve a poner de pie - Iré a cambiarme primo, si deseas hacer algo, puedes ir a tocarme, estaré gustosa de ser tú compañía - Se inclina y deja un beso húmedo en su frente, después avanza en dirección a su habitación.
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La inocente y el cara dura [ 1791 // Angelique Delacroix // +18 ] Empty Re: La inocente y el cara dura [ 1791 // Angelique Delacroix // +18 ]

Mensaje por Charles D'Aubigne S. Jue Oct 04, 2012 3:45 am



La retiene solo un momento cuando suelta toda la charla relacionada a la muerte, incluso la de ella, la del resto de la familia - Angelique – Suspira pesado y se frota la frente con mucho cuidado, respira profundo tratando de calmarse, tanto comentario desatinado deseando que no fuera verdad, sería doloroso y destrozos y ella hablaba como si los que partieron no regresarán más, no se sabe que pensar en estos momentos, si es la imaginación descontrolada de una pequeña niña con miedo o las predicciones de una bruja maligna Delacroix, en pocas palabras una situación de mierda, y esto le altera, incluso le pone nervioso, ¿cómo no hacerlo? - Por favor, deja de decir tantas cosas de manera tan suelta, cada vez que se enfrenta alguien contra otro, siempre existe un riesgo, lo único que se puede hacer cuando no está en tus manos es esperar lo mejor siendo realistas, aunque sea duro, solo pensar en positivo – Sujeta a la pequeña que se va subiendo en él.

Asiente como puede a tanta pila de comentarios que no está seguro si ella comprende o sabe lo que está haciendo al decirlos de esa forma, es tan duro y a la vez tan preocupante no solo la situación actual, sino sus pedidos que son tan acorde a lo que él desea pero no debe de ser de la forma en la que esta deseándolo él, es duro escuchar de la boca de la persona que quieres, de la personas con quien tienes deseos de compartir tu vida y lo que esta trae, es extraño, es sugerente, incluso intenso, pues le empuja a confesar cosas que no puede confesar, no es posible hacerlo, no se puede concebir - Angelique, no podemos saber del futuro, pero créeme que mi anhelo será siempre estar contigo y protegiéndote, siempre lucharé por eso pequeña de mis ojos, y si, siempre estaré pendiente de ti, aunque quieras alejarte o te alejen de mi, de alguna forma, algo inventaré para mantenerte cerca de mí de cualquier forma – Era surrealista todo eso.

No está en desacuerdo para nada que ella también se preocupe y esté al tanto de él, pero no con magia, magia oscura no, eso no - Yo te dejo preocuparte por mí, estar pendiente de mí, todo lo que desees siempre y cuando no inmiscuyas tus habilidades en ello es mi único pedido sobre ti y espero que me lo cumplas siempre, todo lo que vivamos – Puede sentir claramente como todo su cuerpo se estremece ante el beso aparentemente inocente de la pequeña, esa no es una zona muy común para besar a un hombre de tu familia de forma cariñosa, es más una zona carnal, un beso que busca despertar algo, y el acto seguido lo despierta del todo, ¿qué está haciendo ella? ¿Es intencional, y si no lo es? Soñar siempre es lindo y no cuesta nada más que tiempo. ¿Los sueños se vuelven realidad? Algunas veces sí, otras no, es el azar de la vida.

Pero Charles no es de confiarse en el azar, solo de las pruebas y hecho fehacientes sin importar la situación o el tema del que se esté tratando en realidad jamás piensa dar un paso adelante si no está seguro de algo respecto a Angelique, ¿pero por cuánto tiempo puede mantener esta forma de pensar? ¿Justo ahora? Justo ahora estarán completamente solos y esta dudando si le dijo al hombre que se mantenga fuera por privacidad solamente o porque realmente desea estar a solas con su prima para algo más que jugar con ella de forma inocente. Es despertante y a la vez un juego, un mal juego, como esos en donde se invocan espíritus por medio de un tablero maldito, curioso y a la vez a tenebroso.


Se contiene, sus pantalones de cuero no tan elástico le permiten disimular un poco solo el inicio, si estuviera completamente sería diferente, espera contenerse hasta que ella decida separarse pues no desea quitarla de golpe, sería extraño y a la vez poco cortés sobre todo con la charla que están teniendo, que abarca temas sumamente importantes y delicados que ella en una situación normal no debería de estar hablando, menos opinando, pidiendo o profesando de este. La verdad no lo es - No intentes aprovecharte de mí, sé muy bien que tú sabes que tiendo a ser permisivo contigo, pero está bien, mañana estamos viernes y con los problemas que hay, daremos el día libre a los profesores, solo por esta vez – De alguna forma u otra, con este problema tampoco desea estar al escuche de alguien más que no sea ella o sus familiares, no es de estar muy tranquilo y quietecillo cuando algo está pasando pero su rol ahora es demasiado importante y no puede dejarlo así solo por los impulsos.

Simplemente asiente ante su pedido y es un gran alivio pues de seguir así pronto el bulto se elevaría demasiado y lograría rozarla a ella y sería incomodo, quizá hasta le asuste o algo por el estilo, se fija en el plato ajeno y está terminado al igual que el propio, claro que las porciones han tenido un margen enorme en cantidad, al menos no es de las niñas que piden algo solo por pedir, ella realmente aprovecha lo que le gusta y al pedir algo italiano lo devoró por completo, eso le agrada de ella, siempre le saca el máximo y el jugo a todo, aunque algunas veces se porte de mala manera en hacer esto, detalle que con el tiempo espera se puede corregir en ella, de no ser así, tendría malas consecuencias para su futuro. Se acomoda sobre su asiento sintiéndose mucho más libre del todo, respira y le da el permiso para que avance a su habitación - Adelante Angelique, puedes ir, no te dejaré sola esta noche, estaré ahí en un momento, el prudente – Confiere pues no es que pudiera seguirle los pasos y estar justo cuando esta se cambiará, aunque de alguna forma sería un buen deseo, retorcido y sucio. Pero un deseo humano al fin.

Su comentario penúltimo notablemente le preocupa, incluso le saca de quicio pues detesta aquello a lo que ella dice ahora temer, justo solo aquello faltaba, no creo que su tía fuera una mujer tan déspota y desalmada como para mentirle de tal forma, es tan delicado y oscuro que no se permitió en responderle eso, simplemente la dejo marchar pues ¿qué se le puede responder? Si, por favor hazlo no quiero que te pase nada mal o, no lo hagas, está mal, no existe respuesta lógica ni adecuada para ello, simplemente callarse y acatar lo que al parecer las maldiciones dictan, maldiciones que nunca debieron de estar en su familia. Se levanta de golpe y da la orden para que retiren los manteles que serán remplazados por otros y limpien el salón junto con los restos de comida que pueden haber quedado regados.

Toma su camino hacia la habitación propia, tras cerrar la puerta consigo dentro libera sus pantalones, la presión de aquella ropa es atroz y sobre todo si una erección viene en camino, recordando solo la sensación que fue tenerla ahí inconscientemente su mano se mueve sobre sí mismo, y el placer también da paso a la imaginación, pues finge estar presente en el acto que ella debe de estar cometiendo ahora de desnudarse y colocarse ropa más cómoda, pero es tan enfermo, que se suelta de golpe, angustiado por eso mismo, debe de controlarse, no es digno de él, eso es demasiado corrupto y a la vez tan delicioso.

Tras haber imaginado una escena de cambio, el ocupa la propia, simplemente se coloca un saco largo de tela fina y suave no abriga demasiado pero la época es calurosa y el fuego de los corredores le da un toque extra al ambiente, corroborando que esta tela ligera que no retiene nada no muestre ningún vestigio de su algarabía anterior sale de su cuarto para ir al ajeno que está muy cercano, golpea la puerta y pasa delante, observando a su prima con preocupación, más por él mismo y lo que puede hacer, de lo que puede estar pasando ahora mismo fuera con los que han partido.


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La inocente y el cara dura [ 1791 // Angelique Delacroix // +18 ] Empty Re: La inocente y el cara dura [ 1791 // Angelique Delacroix // +18 ]

Mensaje por Angelique Delacroix Jue Oct 04, 2012 4:39 am

Avanzó a paso lento y pausado, jugueteando con sus piernas, con su cuerpo, danzando en cada pequeño paso que daba de vuelta a su habitación. Mantenía la sonrisa amplia, de oreja a oreja, cómo pocas veces, y eso que ella era una niña bastante risueña. Contaba apenas con catorce años de vida, y tenia tantos conocimientos y experiencias, como si tuviera al menos un cuarto de siglo, sin embargo, con todo y esos detalles, la jovencita omitía muchas cosas, como las reuniones cada tanto, como las muertes que había visto, desde hace tiempo había decidido aprender a vivir su día a día, sin problemas, sin preocupaciones, sin rastros malignos en su persona ¿Por qué? Una razón era su estabilidad emocional, la otra la estabilidad de su primo. No existía en ese mundo nadie más importante que él, y lo cierto es que no deseaba que lo existiera, es más nunca lo existiría, pues para ella no había otra dirección en su mirada. Que complicado juego les daba la vida.

Después de haber subido grandes y largas escaleras, por fin había llegado al piso correcto. El guardia que custodiaba la entrada de los cuartos le hizo una reverencia, Angelique la respondió agradecida por las protecciones que se les daban. Siguió su camino, su danza, se parecía a una ninfa del bosque buscando encantar al intruso prohibo. La puerta de su habitación era pesada, la empujó al mismo tiempo que giraba la perilla y avanzó, decidió que era necesario darse un baño. Fue directo a él retirando sus ropajes de manera apresurada, colocándolos en una gran canasta de madera, y luego metiéndose a una tina, estaba caliente, seguramente se la acababan de poner, sus damas sabían que después de comer siempre tomaba un baño que la agotara por fin del día. Se adentró a la tina y comenzó a enjabonar el cuerpo, se sintió tan bien, pues eso también le serviría para no pensar en la cercanía que había tenido con él. Una abrumadora, tuvieron un avance extremo.

El baño no duró mucho tiempo, pues recordó que tal vez tendría compañía esa noche. Se salió con rapidez, se enroscó en una toalla y salió para ponerse su pequeña ropa interior de seda, eran detalles nuevos traídos desde Francia, lo último que había salido para señoritas y mujeres, no era precisamente lo más atrevido, pero tampoco recatado, y no le daba pena, su abuela misma se las había dado, ya que estaba en la edad de comenzar a conocer candidatos, lo mejor sería comenzar a dejar que la pequeña diera rienda suelta a su sensualidad, a la seguridad de su cuerpo, y también a que se acostumbrara a ese tipo de atuendos para complacer a su futuro marido. No le molestaba usarlos, para ella era un cambio brusco y extraño, pero sin duda le gustaba, el único detalle es que le hubiese gustado usarlo con esa persona a la que creía estaba enamorada, sangre de su sangre, su amor imposible. ¿Por qué tenía que ser tan complicado para ellos?

Se peinó sus cabellos por unos momentos, hasta dejarlos completamente lisos. Al final colocó la bata blanca, transparente, y sedosa que se le daba para dormir y se la colocó. Movió las sabanas finas de su cama, y acomodó las almohadas no sólo de su lado, también del lado contrario, porque tenía esperanza de que él se fuera a dormir con ella, después de tanta información aquel día lo que menos quería era permanecer sola en ese enorme castillo. Se colocó en el lado del fondo, y encendió una vela de parafina. Comenzó a leer gustosa el libro, era una historia de amor. Uno de los secretos de la pequeña bruja era que dentro de ella de verdad existía una parte dulce, romántica, y soñadora, no era precisamente esa mujer fría que buscaban que fuera. Leía con soltura, emocionada, y se había adentrado por completo al libro. Las ventanas permanecían cerradas, y eso era bueno, ya que comenzaba a cambiar el clima, y ella irónicamente era friolenta.

- Llegaste en el momento correcto, la hora de la lectura - Sus piernas estaban prácticamente desnudas cuando él llegó, no había tenido cuidado al recostarse, pero al estar en su cuarto ¿Quién tiene cuidado? Se le veían incluso sus muslos, y ese pequeño cuadrito de su ropa interior, con rapidez bajó la tela y se cubrió también con las sabanas. Se había sonrojado, lo cierto era que Angelique deseaba más de él pero no tenía experiencia, pensaba que tal vez él tenía más que ella, y recordar las veces que su primo salía con mujeres la hizo fruncir el ceño lleno de celos. Cerró el libro con fuerza, con su mano libre dio golpecitos al lado de la cama, esperando a que entendiera la invitación - Pero cierra bien, no queremos que nadie entre y pueda llegar a interrumpir cualquier cosa que hagamos - Lo miró arqueando una ceja, esperaba que él entendiera, aunque quien sabe, Angelique estaba perdiendo la esperanza, pues todos los actos que ella hacía no eran correspondidos de la misma forma sugerente, comenzaba a sentir que la rechazaba.

- Estoy muy llena, no creo poder dormir en éste momento, tendré que esperar a que lo pesado baje, no quiero tener pesadillas - Se encoge de hombros y luego ladea el cuerpo para poderlo ver en la cama, para verlo de forma clara. Sus labios se estiran en una sonrisa sincera, la verdad era que, Angelique tenía una sonrisa secreta, una sonrisa especial que era únicamente dedicada, o más bien, sólo le podía salir si era para él. - ¿Quieres dormir ya? Quizás podemos hacer algo, lo que desees, sólo debes de pedir, y con gusto se te concederá - Lo decía de forma sincera, la pequeña rubia era agradecida, así como él le daba todos sus caprichos ella también podía comenzar a darle todo los caprichos que él quisiera. Todos.

- Desde hace unos años no vienes a dormir conmigo, no entiendo a que se deba, y espero a que no sea algo malo, pero puedo decir que ya lo extrañaba - Mueve su cuerpo con un poco más de soltura, y siente cómo sus pies primero rozan con espinilla de él, después sus muslos semidesnudos chocan con los ajenos, aunque claro la diferencia de estaturas era diferente - Si quieres dormir puedo apagar ya la vela ¿Me abrazarás al dormir? ¿Cómo antes lo hacías? - Sonríe, y busca que sus rostros estén a la misma altura, podía percibir el aroma de él, siempre tan masculino, estaba volviéndose loca. ¿Por qué su primo tenía que verla como eso, su prima? ¿Por qué tenía que vivir ese calvario? ¿Acaso tenía una maldición por ser la bruja Delacroix? Movió un poco más sus piernas buscando que la mano ajena chocara y no se pudiera mover. Como si tuviera encerrada la mano entre su piel y la propia.

- Me gustaría poder estar así más tiempo - Lo había decidido, incluso comenzaba a sentirse mal, si él no le daba alguna mínima señal no haría nada, no le insistiría, porque él rechazo que el podría darle le dolería en el alma, sólo él tenía el poder de cambiar sus estados de ánimo, pues su corazón le había entregado por completo, por eso su abuela le había dicho que debía ser cuidado con la persona a la que le entregaría eso tan poderoso y a la vez tan frágil. No movió sus piernas ni un centímetro, pero movió la cadera y su pecho, dejando que estos estuvieran boca arriba, y poder mirar el techo, si evitaba su mirada la cosa estaría mejor, y el rechazo no sólo del deseo, sino de lo principal, su amor hacía ella le dolería menos, no le sería dañino. Suspiró de forma profunda y cerró los ojos con fuerza, buscando claridad en su interior, y poder verlo como un familia solamente.
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La inocente y el cara dura [ 1791 // Angelique Delacroix // +18 ] Empty Re: La inocente y el cara dura [ 1791 // Angelique Delacroix // +18 ]

Mensaje por Charles D'Aubigne S. Vie Oct 05, 2012 12:07 am



Aquella puerta se abre de forma pensada, lentamente incluso de forma tortuosa, pero al parecer todo esto mismo desaparece cuando esta queda abierta por completo, ¿se abra confundido de lugar? ¿Es la habitación de su prima, o el edén? ¿Angelique o Eva? Respira largo mientras su vista se pasea por el lugar, pero detenidamente por el cuerpo y vestimenta de su prima, ¿esto es real? No, debe de ser un sueño, desde cuando la voz de una invención es tan clara y el aroma tan grato, esto está lejos de ser recibimiento de una prima a su primo en su habitación para la hora de lectura o compartir alguna charla, esto no es así y se confunde, ¿es una invitación, una insinuación sexual de una mujer para un hombre o? ¿Es posible? ¿Angelique? Sus cejas elevadas y los ojos clavados ahora en la vista de la muchacha solo dan una sensación una pregunta sola, ¿qué es esto? - Angelique, ¿esas son fachas para una hora de lectura o para recibirme? – Esta sorprendido y bastante de eso.

Ahora es cuando está pensando en que controlar sus impulsos es más difícil que mover una estatua de piedra de diez metros con sus propias manos, ¿qué demonios? ¿Cualquier cosa que hagamos? Esto no pinta bien, para nada bien, ¿Angelique se le está ofreciendo sexualmente? La ropa, las indirectas, su soltura, ¿y el protocolo dónde quedo? Esto está mal, demasiado mal, pero vivir con ella le dejo claro algo, el mal no siempre trae desgracia, puesto que ella convive con él, incluso debe de tenerlo ya, pactar con entes malignos no es un juego de niños aunque estos niños sean los que lo hagan también, sin embargo ¿qué podría pasar más adelante? No desea saber el final de esta noche, realmente no, si ella consiente, sin ella insinúa, si ella dispone, ni todo el remordimiento el mundo va a poder parar sus ansias. Nada.

Cierra la puerta, de golpe perturbado por el descaro que tiene la niña al hablar, y no puede evitar pensar, ¿es enserio? Si solo se subiera un poco más ese vestido podría ver su intimidad, esto no es inocencia juvenil, es maldad, vandalismo juvenil, es seguro que Angelique sabe lo que hace y lo que sus acciones pueden generar, ¿eso quiere decir que ella lo desea? ¿Solo en cuerpo? ¿Es lo mismo que él siente? ¿Cómo saberlo? Es todo un laberinto de suposición, en esta reina la incertidumbre sin embargo todo reinado cae, todo imperio también, es cuestión de tiempo, tiempo que quizá sea ahora, ¿pero cómo hacerlo? De dónde poder sacar el valor, es demasiado para él, deja de verla y se gira contra la puerta, empujando hasta el tope, apoya al cabeza contra la pesada y bien acabada madera, deseando escapar para no caer.

Pero no lo hace, se queda ahí contra todo instinto de razón que le quede aún, ¿no era esta la hora de leer? Por qué está cerrando el libre y recostándose, el solo nerviosismo y la ansiedad se suman para acelerarle los latidos del corazón al cien, esto no pinta nada bien y es más que un hecho obvio que Angelique lo está buscando, ¿por qué? Antes puede haber sentido alguna insinuación inocente pero esto es diferente, esto escapa de todo lo anterior, es mucho más serio, más directo, más segura se nota ella, ¿es qué ella no comprende lo que significa incitarlo a esos actos? ¿Las consecuencias? Que pueden llegar desde ser destituido como heredero hasta ser guillotinado y seguramente solo él por ser el único mayor y considerado en sus cabales y en conocimiento de lo que es, lo que significa mantener relaciones con una menor de tan solo catorce años, no existe una excusa para, ella me provocó, ella me buscó, o yo la amo realmente, deseo una vida con ella y por eso se lo hice.

¿Por qué se recuesta en la cama? Esa voz por dentro a un costado que le dice maldición, sal corriendo ya, no lo hagas y otra por el costado contrario, es tu oportunidad, anda, follatela, sé feliz, lo has esperado por varios años, es lo que querías, ¿no lo tienes ya? Hacerla tuya, será una niña, pero desea ser tuya, te desea a ti, cumple sus deseos, cumple los tuyos. ¿A qué obedecer? Solo puede dudar y quedarse muy quieto, finalmente no puede disimular más su silencio, se acerca lentamente a la cama, pero en duda, se sienta primero al pie soltando sus calzas en el suelo, no está bien. La constante que se repite. La mira seriamente - ¿No crees que decirle a alguien que le puedes conceder lo que sea es peligroso o demasiado atrevido? ¿No? – No tiene que seguir el juego, no, pero lo sigue y simplemente se recuesta de lado viéndola, no es la primera vez que están así de cerca, sin embargo ella era menor y sus deseos no eran tan fuertes como lo son ahora.

Cada roce es maravilloso, sublime incluso le tranquiliza, de alguna forma toda su ansiedad y deseos contenidos se ven apaciguados al captar su aroma, rozar su piel, es lo que estos deseando, pero no son lo suficiente, desea más que eso, mucho más ¿Y cómo controlarse? No se puede, no puede, su mano derecha recorre la cintura de su prima en un acto descabellado, siente claramente la insistencia de la niña y él solo se deja llevar, acarreando culpa y deseo consigo - No, no deseo dormir ahora mismo, no creo poder hacerlo, ni un solo poco – Susurra después de la palabra mismo, pero, como poder dormir con su anhelo más lejano tan cerca, ¿cómo poder? Esas respuestas que le puede dar pueden ser fatales, pero al fin y al cabo muy ciertas.

No por nada malo respecto a ella dejo de dormir junto a ella, no, todo por causa propia, pues estar así de cerca solo le excita, le atrae, le llama, le invoca a caer en lo prohibido, y parece ser que después de esta noche no podrá negarse jamás a todo esto de lo que estuvo escapando por tanto, pues la no inocente criatura no se lo permite, solo le está poniendo trabas y tentándole a más y más - Deje de dormir junto a ti, pues no creo que a mis padres ni a tu abuela les gustará que ya crecida sigas conmigo, tú sabes lo que es que un hombre y una mujer compartan cama – Esto último lo suelta muy lento y suave, diferente a su voz normal, pues lo ve como una provocación para ella e incluso para sí mismo, él si lo sabe, lo tiene claro y aún así lo está permitiendo, permitiéndose cagarla como se dice vulgarmente, solo le queda asentir y asentir, cuando la pequeña gira para poder “abrazarla” la sostiene justo como lo hacía antes, sin cambiar ni lo más mínimo, no puede ser deshonesto con ella, lo va a notar.

Recarga las manos en los muslos de la pequeña pero ahora están desnudos, jamás uso tales ropas antes, nunca antes pudo o tuvo la suerte de verla así, menos palparla, ¿son solo cambios dignos de la edad o es qué está usando esa ropa realmente para que él la vea así? No diablos, no. ¿Por qué no me detengo? Piensa mientras sus manos se guían por los muslos de su prima, de la niña de sus ojos, la cual le alumbra el camino a pesar de que consigo lleva obscuridad, le ama sin control, su miembro reacciona ante el roce que le da, su aroma, su suave piel, él estaba mucho más bajo que ella, evitando así que si miembro casi erecto le tocará el trasero, deja un beso sobre la nuca de la pequeña, un beso culpable, un beso lleno de amor, de cariño, un beso que no está cargado con la lujuria que él lleva, pues es casto, suave y dulce - Podemos estar así todo lo que desees, siempre y cuando lo hagas como yo lo hago- Se refiere exactamente a él porqué el esta así, concediéndole lo que pide y dejándose llevar por los trucos que ella está cometiendo para tentarlo, intencionados o no, al parecer si lo son, pero eso no cambia el hecho de su error, de su ansiado error. De su prohibido amor, y las manos se guían a sus piernas desnudas de forma delicada, apretando con las yemas la piel, piernas desarrolladas que ahora le llaman más y su erección final no deja cabida a dudas sobre ello.


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La inocente y el cara dura [ 1791 // Angelique Delacroix // +18 ] Empty Re: La inocente y el cara dura [ 1791 // Angelique Delacroix // +18 ]

Mensaje por Angelique Delacroix Vie Oct 05, 2012 2:59 pm

Algo andaba mal en el ambiente, las cosas no eran cómo las había pensado o planeo, aquel rostro ya comenzando a madurar estaba serio, bastante serio, incluso haciendo memoria no recordaba cuando aquel muchacho la había visto de esa manera, eso la sobresaltó, la hizo sentir cómo su respiración comenzaba a acelerarse de una manera poco sana, poco común, se mordió el labio inferior con fuerza, buscando poder controlar el nervio que la situación le estaba ocasionando. Tomó entonces, una, dos, tres, hasta cuatro bocanas de aire con tal de no perder la cordura, cuando se trataba del tema "Charles", podía perderlo de forma muy rápida y sencilla, nadie lo sabía, a nadie se lo diría, incluso ni si quiera a él, pero su primo era nada más y nada menos que su único punto débil, el que la viera y la tratara de esa forma no podía arrancarle sonrisas no, al contrario, le mostraban una especie de vacío no conocido. Decidió entonces cerrar los ojos por unos momentos, y buscar serenidad.

Cómo sino fuera poco las cosas empeoraban, las palabras eran una especie de puñalada, una que se iba clavando poco a poco en su corazón, y también en su cuerpo, hizo una mueca bastante notoria. ¿Acaso él no lo sabía? No, seguramente no, pues desde hace tiempo no se veían para dormir, aquella ropa era la que usaba para la ocasión desde hace unos años atrás, pero parecía que era incomodidad lo que su tono de voz, sus palabras, su rostro y su mirada le mostraban, incluso sintió como si aquella mirada ya no tuviera ese brillo característico que siempre poseía a su lado. Estaba a punto de responderle a su primo pero no pudo, y prefirió permanecer en silencio. Se hizo apenas un pequeño ovillo en la cama, pero al mismo tiempo el ver que se acercaba volvía a ponerla en el borde de la locura. Tragó un poco de saliva y decidió que debía seguir lo que su corazón le pedía.

- Quizás sea algo atrevido si, pero eres mi primo, y cómo tal no tendrías porque pensar esas cosas, a menos que quisieras escucharlas de otra manera - Contestó de forma bastante inteligente, quizás tenía poca edad, pero desde pequeña se le había enseñado tanto que no se tentaba a la hora de contestar con cosas que sabía la hacían tener la razón. Aunque estaba nerviosa por aquello que pudiera pasar decidió que lo más sensato era seguir las cosas. Ella entonces vuelve a sentir una especie de vuelco en el corazón, él la estaba acariciando si, ¡Y de qué manera!, le tocaba la cintura, la estaba delineando, cómo lo imaginó la mano de Charles era cálida, suave, y bastante ¿amoldada? es decir, sus formas se acomodaban a aquella mano sin ningún problema, cómo si estuvieran destinadas a hacer aquello, pero Angelique no lo hacía por simple deseo, lo hacía por algo más.

- Yo tampoco podría dormir, no cuando tenía tantas ganas de poder estar así contigo hace mucho tiempo - Se quedó en silencio por unos instantes - Es decir, cuando éramos niños siempre eras tan dulce, tan delicado, no había forma que yo quisiera apartarme de tus abrazos porque eran protectores y amorosos, como si me amaras de verdad sin importar nada - Por una parte ella buscaba no llamar la atención con sus palabras, es decir, no ser demasiado descarada, pero por otra parte debía seguir diciendo, debía seguir descubriendo. Había estado a punto de rendirse, de no hacer más, todas sus esperanzas se habían roto, o eso estaba viendo, pero de pronto él accedía, todo estaba saliendo bien, él la acariciaba, ambos estaban disfrutando, aquello podía ser bastante notorio, Angelique estaba hecha media luna, mientras él la abrazaba desde atrás con cariño y deseo.

- ¿Te gusta? ¿Te gusta tenerme así? ¿Te gustan mis piernas - Aquellas preguntas fueron de forma inevitable, le salieron del corazón, de una mezcla con el deseo. Sus labios se separaron un poco, el aire caliente salió de ella, su piel se erizó, la estaba tocando de verdad, y de forma suave, delicada, estaba siendo un caballero, su caballero. De forma inesperada echó su cuerpo para atrás con la intención de poder sentir el abrazo de forma más cálida, pero no contó con sentir aquella zona ya bastante dura. Se quedó quieta, ni siquiera respiró, contuvo el aire, aquella sensación tan extraña la erizó por completo, la hizo temblar bajo las caricias y el roce de sus cuerpo, incluso la tela fina hacía notar casi al desnudo ambos cuerpos. - Creo que… si te gusta… - Soltó de forma ronca, el tono de su voz era bastante grave, su voz que ni siquiera había cambiado un poco.

Angelique volvió a girar su cuerpo, está vez con bastante lentitud, estaba pestañeando, temía que al voltearse él pudiera salir corriendo. Suspiró profundamente y por fin lo encaró, estaba a punto de pararse de la cama y evitar todo aquello por miedo. Charles era bastante alto, corpulento y fuerte, ella parecía una pequeña y chiquita frágil. Estiró su mano, y la yema de sus dedos acariciaron con suavidad su mejilla, delineó cada facción de su rostro, y también bajó a su mentón, recorrió su nariz, su oreja, y luego, poco a poco su cuello. Todo lo hacía de forma bastante delicada, su otra mano se metió entre la curvatura contraria y las telas de la cama, dobló la mano y pudo abrazarlo pegándose aún más. Poco a poco su mano se bajo hasta el cuello, y ahí al terminar de dar esas caricias enredó sus dedos con los ajenos, lo abrazaba por el cuello, y sonrió.

- No me mires de esa manera, estás muy serio, y si estás así me da miedo que me dejes de querer, estás conmigo y estás seguro, yo no haría algo malo para ti, no te dañaría, lo sabes, por favor no me mires así Charles, no soporto esa mirada, necesito que me sonrías - La voz de la pequeña era un hilo suave, una suplica desesperada para saber que aquello también lo deseaba él y no sólo le correspondía por ser su pequeña consentida. Entonces una especie de miedo se arremolinó en su pecho. ¿Y si él no la amaba? ¿Qué pasaría si sus sentimientos no eran correspondidos?Se estaba volviendo loca, y aquello comenzaba a ponerla de malas, Angelique de malas era letal, no de forma intencional, ¿lo dañaría? No, aquello no era posible, ella prefería morir de dolor en su interior por su maldad, a hacerle daño.

- ¿Sabías que te quiero? ¿Sabias que te quiero desde lo más profundo de mi corazón? ¿Sabías que mi corazón te pertenece desde que nací? - ¿Estaba actuando en realidad mal? No, Angelique debía decirle que su deseo no provenía sólo del cuerpo, también provenía de su corazón, lo amaba profundamente, y deseaba poder enamorarlo a cada segundo que pasara. - Bésame Charles, bésame por favor, sé que esto es prohibido, lo sé, pero no resisto el poder estar más lejos contigo, te quiero, de verdad lo hago - No pudo más, ella necesitaba sacar todo lo de su corazón, si él rechazaba su propuesta y la veía con asco buscaría que su abuela la mandara a Paris, a fin de cuentas tenía cómo poder mantenerse así, quien la cuidara, ingresos no le faltarían sus padres la habían dejado bien posesionada, incluso podía darse una buena vida sin mover un sólo debo toda su vida; acercó su rostro unos centímetros, y cerró los ojos con fuerza, preparada para el rechazo.
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La inocente y el cara dura [ 1791 // Angelique Delacroix // +18 ] Empty Re: La inocente y el cara dura [ 1791 // Angelique Delacroix // +18 ]

Mensaje por Charles D'Aubigne S. Dom Oct 07, 2012 4:15 am



¿Entonces? Más descaro aún de la pequeña, esto parece no ser real, por unos instantes piensa en que esta es la prueba que las deidades existen pero sobre sí regresa de pronto, ¿las palabras suenan como uno desea escucharlas, será verdad eso o es qué no es más que una astuta excusa y artilugio que la pequeña usa para sacar alguna repuesta ajena que se pase demás, Angelique es tan astuta, tanto que logra confundirlo pues sus sentimientos le hacen perder la poca cordura que ya ahora le queda, debe pensar muy bien cómo responder mientras ella se mueve contra su cuerpo, ¿cómo diablos poder pensar o concentrarse en algo así? No se puede, lo único en lo que se puede fijar es en ella, en su cuerpo, en su rostro, en sus ojos y en sus labios hermosos rosados y suaves, ¿por qué es tan hermosa y joven a la vez, por qué son familia? ¿Por qué? ¿Por qué tener tanto que retenerse de no hacerlo? Es demasiado fuerte.

Quizá esta fuera la noche de las repeticiones pues jamás nunca se ah repetido tanto algo y esto es, no, no, no, no, no. Pero al parecer son solo patadas de ahogados, intentos de vano pues el no parecer perder toda validez al estar tan cerca de ella, ¿la verdadera razón por la cual no se acercó más a dormir con ella? Es muy sencillo, esta es la razón, su erección, su deseo, el pecado que quizá no le molesta en realidad pues no es muy creyente, su moral si está afectada y está sucia su consienta pero que puede hacer, luchó como nunca y perdió como siempre cuando se trata de ella, lo delicado que es aquella perdida es significativa y de alguna forma definirá un futuro, tendrá un fin, y consecuencias seguro, ¿malas o buenas? De cualquier forma alentadoras para él jamás podrían ser, está perdido sin salida y todos los callejones le llevan a ella, como si fuera un ser omnipresente que le observa desde cada esquina esperando que caiga en sus garras.

Finalmente decide enfrentar a aquel ser malvado que quiere salirse con la suya - ¿Y si para mi sonaran diferente o igual que para ti, estas dispuesta a afrontar las consecuencias de tus actos, de los míos? – dentro de sí se enternece pues es verdad, todo aquello que dice lo siente dentro, muy profundo, está enterrado y ni con toda la fuerza que se pueda ejercer en este planeta lograra sacarle todos aquellos sentimientos que ya impregnados están, y que los años solo fueron hundiendo más y más dentro de sí para nunca salir, nunca jamás. Y si esta noche se consuma lo que más teme de hacer, tiene claro que las consecuencias las deberá de enfrentar con la frente en alto puesto que forma más “digna” por así decirlo, pues el acto no lo es para nada, es esa, decir sí, yo lo hice.

Y otra vez suelta sonido – Nada de lo qué has dicho es falso, nada de lo que has dicho dejo de sentirse alguna vez, si es que no volví más es por esto mismo, por lo que está pasando ahora, sabes tan bien como yo que no es correcto, sin embargo aquí estamos los dos, haciendo eso que esta incorrecto y no es tan malo como lo pensé – Sonríe pues eso mismo le alivió el pesar en gran medida, sin embargo no es lo suficiente para poder apagar de todo aquel mal sentir, su vista se cruza con la ajena varias veces de forma nerviosa antes sus preguntas, ¿cómo decir que no cuando la verdad es si? ¿Cómo preguntar algo tan obvio? ¿Es qué ella lo hace al propósito? O es digno de su inocencia, sin embargo, ¿cuál inocencia? Ahora mismo ya no se siente tan cara dura por estar haciendo estas cosas con ella.

La vida episódica de ambos se puede definir en capítulos muy marcados, como “Cuando la conocí”, “Me enamore”, “La deseo tanto” y lo mismo en el caso de ella, solo que cambiando el género en unas palabras, pero así, quizá como cuento de hadas en el cual su príncipe y princesa se unen para siempre, en este caso futuro Conde y futura Duquesa con el pasar de los años, sin embargo todo cuento tiene su parte mala, su parte por decir problemática en donde algo debe de salir mal para separarlos, ¿también ocurrirá con ellos¿ ¿Será así? Quizá esto que esta por empezar sea eso que dará inicio a la fatalidad aún así la decisión ya está tomada y no dará marcha atrás, solo irá hacía adelante mientras ella lo quiera también, pues así son las cosas, ella lo ama también, o al menos esto ya entiende de la boca ajena.

Responde ahora con total seguridad - Me encanta estar así, no solo me gusta, tus piernas son suaves, pálidas, hermosas como porcelana, de la más fina, ¿no te lo dije antes? Quizá no, pero lo pensé ya, muchas, demasiadas veces, tantas que debería de estar mal haberlo hecho de esa forma – Ahora siente y puede ser más sincero con ella, sin tanto que esconder, pues ella responde complaciente y a la vez positiva ante lo que él hace y dice, eso, solo eso ya es felicidad total, extrema, ¿palabras para describirlo? Mejor ahorrar saliva que será necesaria y mucha esta noche, a todo dar. Quizá sean felices con lo que parece erróneo, ¿quién sabe? Quizá ellos podrán al momento de hacerlo, solo ahí lograrán descubrir. Entonces aquel pedido que eriza su cuerpo, lo transporta al Nirvana infinito, ¿solo un beso¿ ¿Tanto por uno solo? Se sorprende de sí mismo aún así, sonríe.

Un beso, un beso a aquellos labios perfectos que por años anhelo, es más un regalo que un pedido, es una fantasía hecha realidad, ¿besarla? Quizá un beso suave y casto sea incapaz de darle, por el contrario uno apasionado y vigoroso en su lugar, pasa el dedo gordo por los labios de su prima dibujándolos, acariciándolos y presionando suavemente como deleitándose con aquella zona - ¿Le tienes miedo al dolor? Es lo último de lo que nos debemos preocupar aunque lo sintamos, pues el físico es lo más fácil de llevar, te lo juro Angelique – Dice esto por muchas razonas y otra que se vendrá más adelante por supuesto. Aunque abría una mucho más cercana. Eleva el cuerpo pequeño de su prima para besar sus labios apasionadamente, de forma contenida, todo aquello enclaustrado por años, de forma frustrante, demasiado, aplasta los labios femeninos con deseo, con amor y con notable necesidad, desde hace mucho había que hacerlo.

Tras un largo minuto se separa pero sin soltar su cadera, lentamente sube más el corto vestido de su prima, logra ver la prenda inferior y con suavidad la retira por completo hacia abajo, le lanza una mirada fija a ella, desafiante incluso, pero decidida a la vez, no hay, no hay, sin marcha atrás, no pueden regresar ya - Te amo Angelique, desde que te cargué en mis brazos, siempre te he querido, y ahora te amo de forma carnal, como un amante loco que espera por años su luz, para escapar de aquella cárcel de negación – La desea suya de todas formas y sin remedio a este mal, solo queda el camino por el que opta, tomarla para sí y no compartirla con nadie más que él mismo, nadie más. Y a la vez misma ser solo para ella, por eso y solo por eso rechazó tantas veces los ofrecimientos de su padre y de otras damiselas, pues ante sus ojos solo existe ella, nadie más

Es notorio el miedo de su prima, quizá es más nervio pero también influye el miedo, siempre la consentirá, siempre la tratará bien, siempre le dará lo mejor, como en el transcurso de los años lo viene haciendo, jamás le hará un mal, jamás la dañará, jamás le querrá ver sufrir y hará todo lo posible para que todo lo anterior jamás suceda de ninguna forma, por eso mismo la tratará justo ahora con sumo cuidado, es solo una pequeña y a su lado él un torpe gigante que no puede controlar sus brutas reacciones, ni sus innobles deseos respecto a ella, basta con solo el dedo índice para ocupar toda la zona del clítoris de la muchacha, empieza a frotar delicadamente la zona, dando rienda suelta a todo y a nada.



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La inocente y el cara dura [ 1791 // Angelique Delacroix // +18 ] Empty Re: La inocente y el cara dura [ 1791 // Angelique Delacroix // +18 ]

Mensaje por Angelique Delacroix Mar Oct 16, 2012 12:10 am

Dentro del palacio se encierra un secreto atroz, uno que nadie imagina pero que dos personas están a punto de hacer realidad, el deseo más aclamado y nunca dicho de una pareja de jóvenes, de unos familiares que no pueden ver eso malo. ¿Acaso no dicen que el amor no juzga ni ve diferencias cuando se haya a la persona correcta? ¿Por qué ellos tenían que ser el error a un corazón lleno de un sentimiento puro? Los guardias estaban haciendo cambio de turno aquella noche, no decían nada porqué confiaban en la inocencia de Angelique, y también en el amor fraternal de Charles, ninguno sería capaz de imaginar aquello que es tan prohibido y deseado al mismo tiempo, tampoco tienen derecho a pensar mal de personas de sangre real, no por lo que puedan hacer contra ellos, sino por los privilegios que han tenido de tan buenas personas, ellos no eran como la mayoría de los que eran bendecidos por un titulo, su nobleza radicaba también en su humildad, y cualquiera estaría dispuesto a pensar lo mejor de ellos siendo tratados de tales maneras.

Se sabía que aquellas paredes escondían muchas historias jamás conocidas, y nunca reveladas. Si las paredes hablaran deleitarían no sólo a humanos, también a inmortales, incluso los mismos dueños no tenían idea de cual valorada estaba esa propiedad por todo lo pasado, pero ahora los jóvenes que residían ahí como dueños y señores contarían su historia de amor a las paredes, y ellas cómo buenas amigas guardarían el secreto, y quien sabe, para su buena suerte volverían a repetirlo. Historias no cualquiera sabe contar, mucho menos se saben vivir, pero aquella era digna incluso de la orca por las leyes humanas de aquella sociedad, una que no importaba nada para ellos. Ellos eran la ley, y quien desafía a la ley termina sin vida. Al menos Angelique cortaría un par de cabezas por saber que él siempre estaría bien.

Palabras venían, palabras iban, y así como dicen que ellas suelen ser más hirientes que los golpes mismos, estás estaban haciendo el efecto adecuado. La verdad siempre sale a la luz, era mejor para ella saberlo a tan temprana edad a llevarse unos años más de tortura, aquello se había vuelto una especie de bomba casera, pues ellos la habían preparado con cuidado y amor, pero para nada era destructiva, no al menos en aquellos momentos, pues había llegado la oportunidad perfecta, de hecho si no aprovechaban ese momento, quizás nunca más podrían llegar a tener otra oportunidad, además la explicación de su bomba personal no dañaría a nadie, al contrario, de no pasar los dañaría a ellos, porque incluso el amor sin ser proclamado después puede volverse el peor d ellos tormentos, amar en silencio no debe ser permitido. No se le debe permitir ni al peor de los asesinos.

Lo cierto era que ella no sabía besar, nunca antes lo había hecho, y tenía miedo de decepcionarlo, sin embargo el nervio, el deseo, el amor, no sabía cual de las cosas la impulsaba a hacerlo. Sus labios por fin tocaron la calidez ajena. Ambas salivas se mezclaron, formaron una especie armonía, sabores afrodisiacos que nunca antes se había imaginado probar. Su respiración se había detenido de un momento a otro, no importaba ella deseaba seguir, y siguió, su lengua acarició con cuidado la de él, y la enredaba con más fuerza conforme el beso iba subiendo de niveles. Soltó el aire y se notaba agitada, pero también nerviosa y deseosa, todo tan extraño. Su cuerpo le pedía más, aquello no podía ser suficiente, con él nunca era suficiente, aquello estaba claro. Gruñó molesta cuando él se apartó, y le miró de forma caprichosa.

- No me beses así tan rápido, no ves que me haces perder el rastro de cordura que aún tenía - Estaba temblando, nerviosa de aquello que venía a continuación. Sus ojos estaban puestos en los ajenos. Sintió cómo la tela fina seda iba cediendo al roce, cómo era cómplice de su primo; una fina capa de vello púbico se hizo presente. ¿Acaso no era obvio? Esa rubia era demasiado pura en ese momento, su inocencia recaía en su virginidad, y en algunos aspectos más aunque en ese momento mismo no se notara. Deberían ser compresivos, el momento, el nervio, la valentía y el riesgo la llevo a comportarse de esa forma. Esa su momento, no debía desperdiciarlo, no era tonta por eso no lo hacía. - Yo… - Tembló, sus ojos se cerraron por unos momentos, y sus labios se abrieron, dejando que el calor que se encerraba en su interior chocara contra el mentón de él.

- Ah… - El primer indicio de placer se hizo presente. La caricia se volvió una descarga inmensa, sus dedos se enredaron en la tela de su tela blanquecina. Sus piernas se cerraron de forma inconsciente, buscando que la presión de aquel dedo fuera más ruda, ella necesitaba sentirlo más. Volvió a abrir los labios para dejar un gemido más fuerte. Su botón se había prendido en automático. Sin imaginar sus próximas acciones. movió su cadera de forma suave, y luego movió todo su cuerpo, abrió los ojos sonriendo de forma tenue, y sus mejillas habían tornado de forma carmín. Se mordisqueó el labio inferior, y subió la tela de su pecho para dejarlo al descubierto. Pudo notar la forma perfecta y bien hecha de su figura. El físico de su primo era perfecto, cualquier podría desearlo, pero para su buena suerte era suyo.

- Charles… -Susurró de forma entrecortada, sintiendo su piel erizada, sus pezones ya comenzaban también a reaccionar. Sus labios dieron besos inocentes en las mejillas de él, en ocasiones se detenía al sentir descargas más fuertes en su intimidad, eran espasmos, incluso su corazón se encontraba en esa zona. Sus dedos se hundieron en la piel ajena, lo volteó a ver de nueva cuenta - Charles… - Repitió el nombre de forma entrecortada, le gustaba cómo sonaba, y su voz era sugerente y también deseosa. - Estoy mojada - Indicó de forma clara, él seguramente ya se habría dado cuenta, no es que fuera muy difícil de saber, él era quien estaba causando aquel arranque, pero ella apenas conocedora de aquellas formas se sentía sorprendida. Ya no había marcha atrás, la cosa era el inicio de su futuro.

- Yo nunca pensé… - Susurro mientras su cuerpo se doblaba tembloroso, con una de sus manos comenzó a crear un camino por su abdomen. Poco a poco llegó a la pelvis, y se ríe de forma cómplice cuando llega a los bordes del pantalón. Los baja de forma suave, tranquila, y luego observa aquel gran bulto que sobresale y que es perfectamente visto entre la tela de su ropa interior. Sin perder mucho tiempo la retira también. Angelique llega a sentir un gran miedo en su interior. Aquello era muy grande, más grande de lo que imaginaba que podía llegar a ser. Lo voltea a ver de nueva cuenta, sabía que no necesitaba alzar la voz para que él entendiera - ¿Dolerá mucho? - Preguntó en un susurró. Enredó sus brazos bajo su espalda y su pecho, se aferró a él, sin verlo, recargando el rostro en su pecho, bajó una de sus manos acariciando aquella punta ya mojada que él tenía. El placer aumentaba, y ni siquiera estaban a la mitad de la noche.
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La inocente y el cara dura [ 1791 // Angelique Delacroix // +18 ] Empty Re: La inocente y el cara dura [ 1791 // Angelique Delacroix // +18 ]

Mensaje por Charles D'Aubigne S. Vie Oct 19, 2012 5:09 pm



¿Cómo mentirle a ella? Sin embargo eso le preocupa un poco, no precisamente el tema del “dolor” Pero ella al ser aún pequeña puede que no esté lo suficiente desarrollada, y especialmente en los órganos sexuales, para por así decirlo, preparada para poder “acoger” un miembro, y de un adulto ya, además para que mentirle si al final descubriría la mentira de una manera u otra - No te puedo mentir y no tendría sentido alguno hacerlo cuando en minutos podrás descubrir la mentira, si te dolerá, no sé cuanto pues no es que sea mujer para haberlo experimentando, pero se supone que es solo al inicio, después sé, te sentirás bien – O eso desea pensar, sino es así inevitablemente se sentiría mal y un fracasado, ¿no darle placer? Esto estaría no mal, sino horrible. Sería un disgusto además de vergonzoso al extremo, sin embargo ese peligro se le iba quitando al ver su reacción, es extraño que ella lo observe así y además aquella zona, no es que le incomode, pero es surrealista, el rostro de ella le impulsa a buscar calmarla - Tranquila, ¿crees que no seré cuidadoso? – Eso iba a intentar, ser cuidadoso todo el tiempo, en la teoría todo sale bien, a esperar la práctica.

Baja la vista a la pelvis ajena con el rostro tranquilo, al parecer toda aquella ansiedad se fue al estar así con ella - ¿Cómo quieres qué me contenga o deje de hacerlo así? No puedo impedírmelo, lo deseo demasiado ¿Y si pierdes la cordura? No me importa, yo estoy aquí para tenerte con cuidado y cuidarte si algo pasa durante “Ese letargo” ¿De acuerdo? – En realidad no está seguro de cómo actuar respecto a ella ahora mismo, quizá simular primero está bien, lentamente introduce los dedos largos dentro de ella, aquello es obvio, que lo está, muy mojada y tan solo la tocó, de igual forma su miembro ya está al máximo también. Empuja hacia dentro lentamente dentro de ella ahora sin quitar la vista del rostro ajeno, buscando rasgos de dolor o de lo contrario, el placer - Si, sí que lo estas, eres muy sensible Angelique – Habla muy bajo, como si fuera un secreto entre ambos, a pesar de serlo para el resto, aún queda cierto temor, algo completamente natural.

El precio a pagar por el placer, por el gusto, por el sueño hecho realidad es demasiado alto si se llega a descubrir que se hizo realidad - Voy a prepararte para ello y te dolerá mucho menos – Eso busca, por ello se va haciendo hacia abajo, pero antes de desaparecer del alcance de los labios ajenos los captura con deseo y amor retenido por años, sin embargo que ya se va soltando libre por fin, así como el cuerpo propio que con soltura queda muy atrás a diferencia del de ella, sujeta sus piernas por las entrepiernas con ambas palmas dejando la cabeza frente la pelvis, la vista, nariz y labios frente al clítoris de ella - Debes pasar una navaja por aquí – Pero antes de que ella atine a contestar la lengua ya acaricia los bordes del clítoris rosado de la pequeña, y por nueva cuenta los dos dedos largos ingresan dentro de ella, de forma superficial entrando y saliendo, pero esta vez con mucha más velocidad, si antes había lubricado, ahora lo hace mucho más, se siente en las manos y los labios tras unos minutos se eleva hacia ella, el rostro del placer es evidente, y ella es presa, presa incapaz de escapar, de ello no queda ninguna duda.

Se encima sobre ella y le retira el vestido semitransparente por completo, del entusiasmo lo hace a un lado echándolo al suelo de madera, pasea la vista por el cuerpo femenino, muy lentamente, observando cada detalle de aquella piel prohibida, deseoso más y más de tenerla para sí, estar dentro de ella. Pronto sus ojos no son lo suficiente para él - Has crecido bastante – Aún se puede observar rasgos propios de la niñez en el cuerpo de su prima, sin embargo son escasos a comparación de los más adultos, esto es lo que de segunda mano más le atrae - Te haré – Mujer no, no le haría mujer - Mi mujer, esta noche, desde ahora y para siempre, pase lo que pase – Las la recorren, repitiendo el mismo camino que más de una vez sus ojos tomaron, de forma suave y pausada frota las palmas y los dedos por ella, iniciando por los hombros y parte de los brazos, justo por esa zona se agazapa más para besarla otra vez, pronto se mueven aquellas pues no es posible tenerlas quietas por mucho.

Dicho y hecho estas bajan por el pecho lentamente rozando piel con piel, en ese momento la vista se desvía a las manos propias, preparando un recorrido minucioso y suave para ambos, pronto llega a los senos recién formados de su prima, no son grandes, pero son duros, probablemente al crecer todo esto aumente su volumen, no solo sus caderas y trasero y realmente no es que importe demasiado, el placer y el deseo se da porque la presencia de la muchacha es el generador, no exactamente su cuerpo, es exactamente el hecho de ser ella, la de sus anhelos, la de sus sueños, la de su profundo amor escondido desde siempre, un amor que probablemente esta noche termine consumado, y posiblemente también en tragedia de aquí a algún tiempo pues de alguna manera será descubierto, pero no es momento para pensar en ello, los suelta tras haberlos apretado, sube la vista solo unos segundos sin mover la cabeza para ver la expresión femenina, luce feliz.

Lentamente inclina la cabeza hacia la masa ajena, y con la punta de la lengua recorre en círculos la aureola del seno derecho, dando varias vueltas, cada vuelta más pequeña en radio que la otra, hasta finalmente toparse al pezón que presiona con la punta, acto seguido succiona, con intensidad e incluso usa un poco de los dientes pero sin intención de querer lastimarla, mano izquierda usada como soporte sobre las sabanas, derecha que aún recorre el resto del cuerpo ajeno, el vientre plano de Angelique, pálido, hermoso como el resto de toda ella, es quizá un acto de barbarismo hacer lo que le hace, mancillar el cuerpo perfecto y virginal de aquella hermosa niña que ama, pero le ama y desea tanto, lo cual se hace imposible de resistir. Posiciona las piernas propias dentro de las femeninas, sus ojos de forma pesada recaen sobre los familiares - ¿Estas lista? – Aunque ella no lo estuviera probablemente aún así lo haría, pues no hay manera de negarse a aquella entrada, tantea en la zona frotando el inicio del miembro.

Se pasa al otro seno para repetir sus acciones, tanto el anterior como este se encuentran completamente endurecidos signo inconfundible de que su prima lo está pasando tan bien como él o al menos eso se piensa por ahora, quizá cuando sienta el dolor suelte algo de llanto, pero teniendo en cuenta lo fuerte que es ella, mejor no sacar conclusiones, solo ver, disfrutar y sentir, con demasiada más insistencia frota la extensión de su miembro entre los pliegues ajenos, de cuenta nueva se eleva y toma las manos ajenas con las propias, enreda los dedos de las dos manos con las ajenas y a la vez junta las palmas - Te amo Angelique – Es solo un susurro y solo un movimiento que penetra a la inmaculada, dejando chorrear aquel hilo carmín por la piel perfecta e impoluta de su prima, la calidez se hace presente y él es consciente, prefiere no ver, es imposible no sentirse culpable y a la vez tan cómodo dentro de, besa sus labios apasionadamente sin despegar la vista de aquello ojos hermosos doble intencionados, y un movimiento que empuja de adelante a atrás toma parte ahora del escenario.

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La inocente y el cara dura [ 1791 // Angelique Delacroix // +18 ] Empty Re: La inocente y el cara dura [ 1791 // Angelique Delacroix // +18 ]

Mensaje por Angelique Delacroix Jue Oct 25, 2012 3:36 am

Cierto era que su primo siempre era atento con ella, delicado, cariñoso y complaciente, pero nada de lo que hubiera hecho en el pasado se comparaba con los tratos que le estaba dando en ese momento. Aquello era el secreto más intimo de ambos, aquello que deseaban con toda sus fuerzas, lo que pedían a gritos desde que el deseo de ella se había incrustado en su figura. Poco tiempo ella tenía con esas hormonas alborotadas gracias a su edad, pero con ese poco tiempo se dio cuenta que, su destino era permanecer en esos brazos. Ahora el siguiente paso sería poder descubrir cómo lograr tener una vida juntos sin que nadie los viera a juzgara. La maldad de Angelique le exigía matar a cada uno de los que se interpusiera, pero dentro de ella existían grandes rasgos bondadosos que le pedían permanecer tranquila, además lo haría por él. Su primo odiaba esa parte maldita de ella, y aunque eso le dolía, ella se mantendría al margen con él, todo con tal de verlo feliz.

La joven no entendía porqué sentía palpitaciones tan fuertes en su cavidad, tampoco porqué se había mojado de tal manera, se sentía avergonzada. ¿Y si eso estaba mal? Podía incluso sentir que toda la temperatura cálida del cuerpo se había albergado en esa parte, y que todo la estaba traicionando por completo. Se mordisqueaba el labio inferior a cada tanto, suspiraba, e incluso sentía su respiración pausada por sentir espasmos placenteros. Angelique estaba perdida en el mundo del placer, el peligro, y el amor en uno mismo, y nada importaba, lo único que importaba era él, era ella. Ahí, aun sentada a horcadas sobre él, sintió cómo bajaba, y cómo inspeccionaba su figura ¿De verdad le gustaría? Había trabajado en ella desde pequeña, pero ¿qué pasaba si a él no le gustaba?

Angelique sintió una especie de punzada clavarse en el pecho. ¿Cómo era posible qué el fuera tan cuidadoso? ¿Cómo era posible que supiera tanto? Una cosa eran las platicas que se tenían, por ejemplo ella con su abuela, pero otra cosa muy diferente era hacerlo. ¿Acaso él ya lo había hecho con alguien más? La sola idea la llenaba de una rabia intensa, de celos, pues ella siempre había deseado que fuera suyo, y cómo era de caprichosa, que alguien hubiera tocado el cuerpo desnudo de su primo, sentido sus manos, y saboreado sus labios era lo peor que alguien pudiera hacerle. Se sintió celosa si, y lo reconocía, más para ella misma que para él, pero aquello era un paso bastante grande, y quizás le diría después que lo necesitaba para ella, y que no lo deseaba con nadie más.

- No importa el dolor físico, existen unos más grandes, cómo el tenerte tan cerca y no poder besarte, existe el dolor de amarte sin saber que puedas llegar a sentir lo mismo, ¿dolor? nada es dolor contigo, pues todo se desvanece, y las lagrimas se pueden volver sonrisas en breves momentos - La joven acarició el rostro de aquel hombre, porqué eso era, Charles ya era todo un hombre, hecho y derecho, y nadie podía negar al respecto. ¿Cuántas veces había escuchado a mujeres decir que lo deseaban para ellas? Innumerables veces que se tuvo que guardar el dolor, y que el orgullo se pisoteaba al saber que lo único que de verdad amaba no podía ser suyo, pero ahora, en ese momento, sabía que era de ella, tanto cómo ella de él.

- Uhmmm… Eso se siente muy bien - Tiembla entre sus brazos, siente cómo lame aquella zona, de forma instintiva respinga, su cuerpo se mueve con brusquedad - Oh… ¿Qué me estás haciendo? - Pregunta con inocencia. La joven voltea su mirada - ¿Navaja? ¿Acaso no te gusto así? - Su abuela aún no la dejaba depilar los rincones de su cuerpo, le hacía creer que era muy pequeña, y que su primo dijera eso le daba un miedo infinito, debió de hacerlo antes de estar con él, incluso aunque se hubiera cortado sola. Sintió vergüenza, y sus mejillas arder por completo por aquella critica de su cuerpo. Ya estaba haciendo las cosas mal, no podía permitirse equivocarse más ahora. Debía complacerlo en todo, debía darle todo a él.

Angelique no sabía si de verdad estaba lista, en realidad eso no importaba, lo que importaba era sentirlo para ella. Recostada ya en la cama pudo sentir cómo el la abría con delicadeza, le sonrió de forma tenue, nerviosa, pero sin dejar de darle luz verde para seguir con aquello. Aquellas palabras eran lo único que ella necesitaba para saber que no había vuelta atrás, pero sobretodo que eran el uno para el otro. Sus pequeñas manos se aferraron a su espalda, y poco a poco sintió aquello entrar en ella. Cerró con fuerza los ojos, sintió un ardor, un dolor extraño recorrer su cuerpo. Soltó varios quejidos y sus dedos se clavaron en su espalda, de verdad le estaba doliendo aquello. Su espalda se había arqueado, ella estaba completamente tensa, estirada, y saboreando el dolor de la unión, la primera de muchas.

- También… te amo… - Dijo entre quejidos. Estaba temblando, demasiado a causa del dolor - Charles, detente, no te muevas por favor, me duele - Susurró apenas, incluso no sabía si él podía escucharla con claridad. - Está muy grande - Mantenía aún los ojos cerrados. - Sentí que me rompías… - Sus ojos se abrieron, estaban cristalinos, pero ella sonrió. Soltó una de sus manos, le acarició el rostro con la yema de los dedos, y al final el dolor estaba desapareciendo - ¿Te das cuenta? Ahora tú nombre estará gravado en mi cuerpo… - Estiró con cuidado su cuello, sus labios, y tomó los ajenos con tranquilidad, de forma muy amorosa. - Continua - Pide, y se deja caer en la almohada, el vaivén de la penetración se siente más suelta, le ardía un poco pero ya no tanto, incluso su intimidad ayudaba gracias a la humedad que está tenia, pero el ardor ya era menos comparado con el placer que de nuevo estaba experimentando.

- Uhmmm… me gusta, me gusta - Susurra atrayendo su rostro para besarlo. Toma una de las manos de él, la mueve, y la coloca sobre uno de sus senos. Angelique se sostiene de nuevo con ambas manos, pero estaba vez las coloca en la espalda baja, con su poca fuerza lo atrae repetidas veces para que comience a penetrarla con más rapidez - Oh… ¡Charles! - Su nombre resuena en aquella habitación, retumba, y la ventaja de las paredes es que nadie podría escuchar. - Te amo… te amo, y seré tuya el tiempo que me permitas estar a tú lado - Ella no lo decía simplemente en el modo carnal, lo decía en todos los aspectos. La cadera de ella comienza a moverse contra las penetraciones de él. Poco a poco su cuerpo se empezó a erizar de nuevo - ¿Te gusta? - Pregunta buscando su mirada.
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La inocente y el cara dura [ 1791 // Angelique Delacroix // +18 ] Empty Re: La inocente y el cara dura [ 1791 // Angelique Delacroix // +18 ]

Mensaje por Charles D'Aubigne S. Miér Oct 31, 2012 10:48 pm



El sentir aquel no fue incorrecto en realidad lo hizo, la quebró por ser su primera vez, el carmín sobre el tronco de su miembro tan solo daba crédito a aquello, antiguamente las mujeres siempre eran castigas por no sangrar en su primer encuentro sexual, curioso que un fluido relacionado con muerte y daño sea representante de lo por así decirlo sagrado de la dignidad en una mujer, no son más que casualidades de esta vida, como que una niña desde los tiernos años tratase con demonios, como que toda una familia se alejara de sus aposentos dejando a los menores a su suerte, como que un hombre amara a una niña, como que un hombre haga mujer a una niña, como que una niña amara a un hombre y un hombre a una niña, casualidades, demasiado curiosas e interesantes tal vez, estás cierran mucho más que casualidad, no cree en el destino, solo nuestros pasos nos hacen responsables y merecedores de nuestro presente y futuro, no es culpa de nadie más, solo es nuestra, así como esto que da lugar esta noche, este encuentro, o consumación de amor, como quiera llamarse, ¿es que tantos años se espero al parecer de parte de ambos, tantos años sufriendo? Para que al final bastara con solo dos palabras para disipar aquella tensión embarrada de miedo e ilusión, solo bastaba decir te amo, y nada más que eso.

Elogios van, elogios vienen, la pequeña infante va tomando seguridad, analizando el terreno, mostrando sus armas, explayando sus deseos que están esperando ser cumplidos, ¿revelaciones? También las hay, ¿todo el tiempo qué quiera? ¿Está seguro de eso? Tal vez son palabras demasiado gruesas para una pequeña, pero, ¿por qué no engañarse? ¿Por qué no convencerse de que son verdad, de que no es un capricho adolescente? Porque no jurar que es una promesa irrompible, y que con el tiempo prevalecerá por ahora y siempre. ¿No es acaso ser ingenuo? No se sabe, quizá y si se cumple, en la vida al menos alguna quizá valga la pena ser un loco y tonto soñador, ¿por qué no? No vas a morir por ello, bueno dependiendo de qué tan loco se este, de cualquier forma por amor nadie muere y si muere no fue amor, sino obsesión. Existen preguntas que no se pueden responder, como por ejemplo; ¿por qué te enamoraste? ¿Por qué la amas? ¿Por qué te gusta el sabor del vino o porque tu bebida favorita es la limonada y platillo favorito tal? Y también existen las preguntas obvias como la que ella acaba de hacer, quizá es normal ella al verse repitiendo aquella palabra varias veces y él mucho más tranquilo y callado, esta consiente que en cualquier momento algo desastroso puede pasar y aunque lo desee no puedes estar tranquilo del todo, siempre cabe la posibilidad, aquella que le permite creer las palabras de una niña.

Es la situación tan placentera como preocupante - No estoy seguro de haber obrado de forma correcta a hacer a la mocosa una mujer, ¿estabas preparada para esto en realidad? No sé como pudieras estarlo, de cualquier forma esta noche no has dejado de sorprenderme Angelique, no tienes de que preocuparte, yo me asegurare de que siempre mi presencia este muy junto a la tuya, pase lo que pase, de alguna forma, yo deseo permitirte todo el tiempo del mundo justo muy cerca de mi lado, mas recuerda que no es una obligación que lo estés, cuando no quieras o simplemente te aburras o no puedas, eres libre de dejar de hacerlo, no me gustará pero – Para eso no hay remedio, presiona el seno al que es dirigida su mano con esta misma, con la mano libre eleva cada pierna de ella hacia su cintura propia, indicándole que esa es la mejor forma de sujetarse al movimiento, si quiere hacerlo rápido entonces, debe de afirmarse lo justo y sin exagerar, no es tan sucio después de todo, el placer, la emoción y la felicidad quitan rastro.

De cualquier forma, ya sea haya sido lo indicado o no, no existen vueltas atrás para la vida, es lo sagrado y serio de esta, como ella misma dijo, esto quedara marcado para siempre, hasta el fin de los días de ambos, inclusive más allá de eso mismo, ambos cuerpos son uno solo ahora, por fin dos sentimientos aparentemente puros se unieron esta noche, estos besos expresan todo aquello que no pudo ser expresado antes, dichosos los que puedan lograr lo mismo esta noche y si no puede el resto, es solo un motivo más por el cual sentirse más especiales y agraciados con el azar. ¿No es prudente respetar el acto con un dulce silencio? Intentará hacerlo con ella - No hagas preguntas, deja que todo fluya por sí solo, no preguntes lo obvio, que se puede decir me genera algo el tener que contestar eso – No es incomodo, esa no es la palabra, simplemente es muy raro, así es el ser humano, una vez logrado lo que desea el nervio le gana, es normal, está seguro de que ama a su prima pequeña, no está seguro de que esto mismo sea correcto, o si será bueno para ambos a futuro, ni idea. Pero respecto a lo aplicado ahora mismo, nada de eso importa, solo lo que acontece y esto se debe al fuerte sentimiento que permanece y no muere por nada del mundo.

Empuja un poco más contra el cuerpo de ella, hasta ahora no había entrado del todo, el cuerpo masculino toma viada, una mucho más rápida, se sacude y los choques cada vez ocupan menos lapsos de tiempo, el ritmo aparece perfecto en los cuerpos, justo como a ella le indico se sostiene, unos pocos minutos pasados decide cambiar la pose - Angelique suéltate un poco – Le indica para poder maniobrar con mucha más facilidad. Ligeramente sujeta las piernas ajenas y la junta en el aire hacia arriba, pega los pectorales contra las piernas extendidas y las mantiene así, elevando un poco el cuerpo ajeno de la cama, sobre todo a la altura de los glúteos y cintura, nuevamente inicia el vaivén sin perder ni un poco la postura en ambos, la presión es mucho más intensa y se siente un notable cambio pues el miembro ingresa mucho más profundo, mantiene la vista fija en ella, esperando no generar tanto dolor, la idea es buscar el placer en ambos, pero al ser primeriza quizá esto no vaya a resultar después de todo tan al pie de la letra, ¿o sí?

Al parecer es demasiado esto, nuevamente maneja el cuerpo ajeno con gran facilidad, la hace girar para que le dé la espalda, junta la pelvis contra los glúteos ajenos apoyado sobre las rodillas, toma de los senos el cuerpo femenino y su pelvis se sacude contra los glúteos de ella penetrándola reiteradas veces sin detenerse - Espero que vayas a estar bien después de todo esto – Besa con delicadeza la nuca ajena reiteradas veces y parte de los hombros a la par que ambas manos apretujas sus pechos recién formados con las yemas, largo y palma de los dedos, la niña de su abuela ya creció y su primo es el causante de todo esto, ¿quizá algún hechizo maldito podría ganarse por esta “hazaña” Quien sabe, y aunque esta pensándoselo no teme, pues pase lo que pase, quizá ya puede morir tranquilo, aunque mientras se viva, prefiere disfrutar de esta al lado de ella, ¿juntos por siempre? Insiste, nunca está mal crear o creer un sueño infantil, si no tuviéramos al menos uno, ¿para qué estar vivos?


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La inocente y el cara dura [ 1791 // Angelique Delacroix // +18 ] Empty Re: La inocente y el cara dura [ 1791 // Angelique Delacroix // +18 ]

Mensaje por Angelique Delacroix Mar Nov 06, 2012 3:53 pm

Entonces, algo cambió, cómo si una especie de balde de agua fría le hubiese caído encima, muchas cosas le vinieron a su mente, entre ellas que aquello estaba mal. No se había medido para nada, simplemente se había dejado llevar por su corazón, y por lo que su cuerpo le exigía, pero en ningún momento había meditado, no por ella, pues ella sabía los riesgos que diariamente corría al ser una bruja, encima Delacroix. Toda su meditación venía de los riesgo que él podía correr, desde ser castigado de manera cruda, hasta adquirir la maldición. Ella vivía con un gran peso encima, al ser la última descendiente de las brujas necesitaba procrear, reproducirse para seguir el linaje, sin embargo estaba condenada a no amar, porque de amar podría morir la persona con la que buscase hacer una vida por siempre. ¿Estaba dispuesta a ocasionarle aquellos males ha él? Le daba miedo, pues él era su todo, aunque nunca lo dijera.

Sus pensamientos en ocasiones se nublaban, sus palabras se quedaban atoradas en su garganta, no podía interrumpir aquello tan deseado, aquello que se sentía tan bien, algo nunca antes experimentado, y que siempre había deseado y soñado pasara con él. Para ella no había otras posibilidades, sin él no quería nada, y con él quería todo. ¿Por qué era tan complicado? ¿Sabría Charles todo lo relacionado a sus maldiciones? ¿Él estaba dispuesto a correr riesgos por ella? Su rostro mostraba una mueca, por miedo, y aquello era raro, pues Angelique pocas veces tenía miedo, quizás nunca lo había mostrado hasta esa noche. Muchos de sus sentimientos quedaron expuestos, desde que su abuela se había marchado, con el temor de la muerte de sus familiares, y ahora dejando que el corazón se abriera para poder ser conocido por el mismísimo dueño de él. No había más que hacer.

Sus mejillas se sonrojaban aún más cuando su primo la miraba de esa forma, cuando la estudiaba a detalle, el cuerpo, las facciones, el tono de su piel, su rostro, ella se sentía desnuda por completo, no simplemente por el cuerpo, también por su alma, cómo nunca antes y lo estaba disfrutando. Sus labios estaban separados, dejando que la melodía del placer se hiciera presente. Sus gemidos, los sonidos de placer que emitía, habían sido bastante discretos, pero conforme las estocadas iban subiendo el volumen a la situación no podía controlar demasiado los sonidos que su cuerpo iba sacando a causa del acto. Sus pequeñas manos se encontraban ahora tapando sus labios, evitando causar gran escándalo.

- ¡Charles! - Dijo sobresaltada, la nueva postura le estaba doliendo, si, y demasiado. ¿Acaso él no entendía que el tamaño de su miembro la estaba perforando? Si, su pequeño cuerpo estaba sintiendo cómo el gran cuerpo de su primo la estaba partiendo en dos. ¡Debía ser cuidadoso! Se mordía con fuerza el labio inferior buscando callar las palabras, buscando no causar un estruendo tan alto que llamara la atención de los guardias. Sus manos ahora cruzadas estaban frente a sus pechos, quienes subían y bajaban con fuerza a causa de las estocadas, aún sentía una gran vergüenza por mostrarse de tal forma frente a él, siempre lo había soñado, aquello era cierto, pero que fuera tan real la ponía bastante nerviosa.

¿Cómo le hacía él para moverla con tanta soltura? Ella no podía entenderlo, pero daba gracias que él pudiera entender que la postura anterior le era casi insoportable. Quizás con el tiempo le pediría un poco de espacio y practica, así lo podría complacer de otras formas, y hacerlo feliz, era lo único que ella en realidad deseaba, poder hacerlo completamente feliz; en su nueva posición, viendo hacía la cama, sintiendo el cuerpo masculino chocar contra su espalda sintió una sensación extraña, no de molestia, al contrario, una que con rapidez la hizo sentir el placer desmedido de lo que hacían. Su cuerpo se arqueaba por cada estocada que él le proporcionaba, sus manos se aferraban a las sabanas con rudeza, sus uñas se habían enterrado, y ella gemía sin parar.

Su figura se había ido desarrollando con el tiempo a la perfección, Angelique era delgada si, pero tenía curvas. Su cintura era pequeña, y sus caderas ya estaba ensanchándose dejándole ver una figura femenina envidiable. Su trasero se mostraba redondo y chocho ante los ojos de su primo, y sus senos aunque pequeños eran circulares, y ya se notaba que eran de una joven un poco más grande que la verdadera edad que tenía. Todos en su familia eran altos, fornidos, las mujeres altas, y delgadas, pero ella había nacido con una estatura reducida, haciendo que se viera más hermosa de lo normal, pues así pequeña, compacta, y sonriente, parecía una ninfa de esas que relatan en los libros. Hermosa, deseable, tierna y al mismo tiempo letal.

Poco a poco su cuerpo iba dejando ver más y más el placer que estaba sintiendo. Su pecho estaba inclinado, y su cara permanecía pegada a una de las almohadas rechonchas que tenían. Lo sentía entrar al fondo, sin embargo no era doloroso, al contrario, le parecía tan delicioso. la posición provocaba que su clítoris también se rozara por la fricción que aquello ejercía. No sabía que estaba pasándole, simplemente sabía que deseaba que él continuara, que no parara, que fuera incluso más rudo, pero por temor a que aquello le doliera y que por ella el acto se parara prefirió quedarse callada. Angelique siempre sería complaciente con él, era lo que buscaba esa noche, poder hacerlo feliz ahora de forma carnal.

- Arggg - Un sonido extraño salió de sus labios, no pudo contenerse más, sin que lo supiera en realidad, llegó a un orgasmo, uno largo, uno placentero, único, dejándole grandes secuelas sacudir su cuerpo. Su intimidad estaba dejando correr una gran cantidad de jugos, no sólo por el falo de él, también por sus piernas. Su cuerpo temblaba con fuerza, y sus labios estaban separados buscando un poco más de aire. Sus piernas también estaban temblando, el rostro rojizo se asomó entre sus cabellos, y sonrió sin poder entender aún que había pasado. No dijo nada aún, buscaba también que él siguiera, que sintiera lo mismo que ella había experimentado. Angelique deseaba más, no se quedaría así.
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La inocente y el cara dura [ 1791 // Angelique Delacroix // +18 ] Empty Re: La inocente y el cara dura [ 1791 // Angelique Delacroix // +18 ]

Mensaje por Charles D'Aubigne S. Dom Nov 18, 2012 6:02 pm



Durante una hazaña siempre todo es felicidad, gozo, placer, sobre todo si lo que se está dando a cabo es relacionado justamente con el sexo, una grata sensación no hay forma de decir lo contrario, más si es con la persona que realmente deseas, y no existe nada que se le compare, sin embargo es bien sabido por el hombre que la gloría siempre se disfruta poco, pues la vida misma se encarga de que de alguna manera esta se deshaga de nosotros, o que nuestra propia gloría conlleven duras consecuencias que tiempo después nos tumben y viendo la naturaleza además de todo lo que implica esta hazaña placentera, es más que seguro que ahora ambos van a cargar con sus consecuencias, es de lo más básico que en el hombre, su único derecho es hacer lo que se le dé la gana, y su única responsabilidad es aceptar las consecuencias de esto, es básico y real. ¿Serán capaces de? Deben, no hay más opción, ¿o sí?

Por unos instantes Charles piensa que le debe de haber hecho daño o al menos pues la reacción en ese quejido extraño fue más que de dolor que de placer, sin embargo al verla calmada deduce lo que sucedió, ¿abra sido el primer orgasmo de Angelique logrado gracias a él? Es emocionante, incluso más que el mismo hecho de ser quien la tome por primera vez, ¿emoción tonta y juvenil quizá? Debería de mantener la boca cerrada pero se ve incapaz de - Creo que eso fue lo que creo que fue, aunque no sea correcto, tengo que admitir que disfruto de mancillar tu cuerpo que para mí es prohibido, esto es prohibido, sin embargo lo estamos haciendo, no me arrepentiré, no – Y es que siendo tan solo una joven niña, este acto aunque acarree sentimientos sigue siendo lo que es desde algún punto, un aprovechamiento, para él lo es. Por esto usa aquellas palabras no tan comunes de la boca de un amante para su próximo. Pero estas mismas son nobles, pues son completamente honestas, reales y sentidas.

Por unos segundos se le pasa por la cabeza lo que diría la gente si los viera o se enterasen, mas esto no detiene sus movimientos en ningún momento, como si una parte de él sucumbiera ante el éxtasis y otro pedazo de su conciencia divagara en la posibilidad o en un posible futuro penoso, ¿cuántos serían capaces de ver más allá de toda la inmoralidad que están presentando ambos? ¿La capacidad de aceptar tal cosa? Es bien sabido que en su mayoría es nula, aquella palabra llamada tolerancia y poco espacio queda para la comprensión, sin ir muy lejos los propios miembros de la familia de ambos satanizarían tal acto de estar en conocimiento, la opción de confesar una verdad no existe, incluso aunque existan capaces de comprender ese amor que sienten, este mismo es, o puede ser considerado inclusive igual de impuro, incorrecto, fuera de lugar, inconcebible, podría esperar alguna maldición mortal de parte de su tía, o que fuera envenenado con alguna pócima en venganza por lo que está haciendo ahora.

Detesta realmente que sea una bruja y que le haya hecho participar de esto mismo a Angelique, cosas que solo han oscurecido su alma y se ve incapaz de poder cambiarlo, no existe la forma según esta enterado una vez eres iniciando en el circulo Delacroix no existe marcha atrás, ni maldición de que salvar, esto es malo y todo es por causa y culpa de su tía, sin embargo a la vez la valora pues sabe que es fiel cuidadora de su pequeño y joven amor y que haría hasta lo imposible con tal de que ella se encontrará a salvo a gusto, etc. Quizá tanto o más que él mismo, es por esto que la rivalidad imaginaría quizá nació entre él y su tía, respecto a Angelique, aunque dados estos últimos acontecimientos se puede decir que ya hay un ganador, mas ha de ser un triunfo que solo le retribuya a él, en silencio.

¿Ella estará tan consiente como él de todo esto y lo que trae por delante, o al menos un poco consiente? Debe de asegurarse o de al menos decirle “Cual es el plan” Si es que es posible arriesgarse tanto como para llevar a cabo algo así de descabellado, pero, ¿por qué no intentarlo? Dado todo esto, suena lo más favorable y lógico. Angelique es capaz de seguir este “juego” Siempre ha demostrado ser una chica lista instintiva y perspicaz, será un gran reto mantener todo esto oculto ahora, y de ver si se repite alguna vez o como progresa la situación, lo más probable es que en algún momento se les vaya a escapar de las manos, todo tiene un punto de quiebre, pero por ahora, solo a mantenerse con lo que hay ahora, y pensando en el ahora puede sentir como su cuerpo cede ante el placer, lo que no es demasiado bueno que digamos viéndolo desde el punto responsable, pues si acaba dentro de ella, la situación tan solo se volverá muchísimo más nefasta de lo que ya es para ambos.

¿Embarazo a los quince años, de su primo? Esto es equivalente a tres pases bajo tierra, textualmente hablando. Lentamente la velocidad con la que sus movimientos iban y venían va bajando, aprovecha esto mismo para recuperar la compostura y el oxigeno - Nadie puede enterarse de esto, si alguien se entera estamos perdidos, sobretodo yo, no puedes confiar en nadie, ni confiarle esto a nadie, solo puede ser un secreto entre ambos, un buen secreto, muy peligroso para el resto, pero hermoso para nosotros, mientras se conserve como lo que es, estoy seguro entiendes a la perfección los motivos y no veas algo que no es – Mientras no piense que quiere ocultar esto porque simplemente fue eso y listo, pero conociéndola y ella a él, está seguro de que no va a pensar así. Finalmente se detiene por completo y le queda viendo - Vamos a tener que detenernos, no podemos arriesgarnos de que siga y este dentro para cuando suceda – Se retira por completo de la entrada de su prima.

Quedándose a un costado de ella observándola, la sensación de no poder llegar es terriblemente incomoda, y lo deja insatisfecho pero es lo que hay que hacer, es duro y poco factible pero ni modo, es bien sabido que la probabilidad de un embarazo aún despegando antes de es bastante alto y no quiere jugar con algo así, ni arruinarle la vida a Angelique, jamás se lo perdonaría.


Charles D'Aubigne S.
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La inocente y el cara dura [ 1791 // Angelique Delacroix // +18 ] Empty Re: La inocente y el cara dura [ 1791 // Angelique Delacroix // +18 ]

Mensaje por Angelique Delacroix Lun Dic 03, 2012 12:16 am

Su pequeño cuerpo ahora estaba sufriendo las consecuencias de aquel acto, no es que fuera algo malo, lo había disfrutado, desde aquel primer beso donde ella tuvo la iniciativa, hasta las caricias que llegaron continuas, todo lo había disfrutado por completo, no había queja, su primo era mejor de lo que creía, de los que todos creían, el no sólo era su amor, también era parte de su vida, lo amaba, lo amaba profundamente, aunque a su corta edad aquello era contradictorio, un amor a esa edad no puede ser definitivo, quizás simplemente era un capricho del momento, sólo quedaría ver, averiguar, enfocarse, muchas cosas a la vez que el tiempo ayudaría a revelar. Ella misma había visto a una gran cantidad de personas decirse enamorados y matarse mutuamente, hasta terminar bajo tierra, todo complicado pero real.

Su cuerpo le estaba pidiendo más, era cómo tener un deseo de seguir comiendo helado, de esas veces que sabes algo te encanta y no puedes dejarlo, pero al relacionarlo con él todo se elevaba a la millonésima potencia. Estaba contenta, muy de buen humor, cómo pocas veces se permitía ella. La maldad que su cuerpo escondía le mantenía por lo regular estados de animo bajos, tristezas constantes, malos humores, pero estar con él todo eso cambiaba, era como vivir en otro mundo, en otro momento, como si ella supiera que la seguridad estaba ahí, pero que le costaba alcanzarla, una felicidad que no era suya, que tenía prohibida, las cosas cambiaban, con él todo era bueno y positivo, no había más, por eso se sentía tan plena.

Sus piernas temblaron con su primo interrumpió aquella unión. Le pareció extraño, pero suponía que era normal por aquello que acababan de hacer. Lo miró de medio lado, y después se recostó de lado para verlo de forma atenta. Le sonrió, aquel rostro estaba sonrojado por lo que pudo entender que había hecho el mismo ejercicio que ella. Lo detallo, se veía distinto a aquel hombre que siempre estaba bien vestido y presentable. ¿Quién se podría imaginar que terminarían de esa manera? Suponía que nadie, ni ella misma se lo terminaba de creer, sino es porque su cuerpo le avisaba que si había hecho algo.

- No te preocupes, aprenderé a guardar el secreto, no le diré nada a nadie, sabes bien que lo que menos quiero es causarte un mal, y no puedo ocasionarme algo malo, pues tengo que seguir todo aquello que mi abuela dice, soy la única que queda de las brujas Delacroix, y de cierta manera quisiera seguir con esto… - Se encogió de hombros. Se estiró para recostarse a su lado, para poder abrazarlo. Podía aun notar la erección que su primo tenía, sentía que en realidad no le había dado la suficiente satisfacción, lo cual le partía de cierta manera el corazón. Le dio repetitivamente varios besos en su mejilla. y se quedó pensativa, ¿cómo hacer que el disfrutara?

- No se mucho al respecto, pero mi abuela me ha platicado algunas cosas, me ha dicho cosas sobre la sexualidad, y sobre lo que ustedes necesitan para cumplir. Así que buscaré la manera de poder hacer que te sientas pleno - La mano de Angelique comenzó a bajar por el cuerpo ajeno. Siguiendo un camino de su pecho hasta terminar en la ingle ajena. Entonces no se tardó demasiado para tomar la punta del miembro de su amado. La tomó con torpeza, pero con firmeza a final de cuentas. Comenzó a subir y a bajar lentamente aquella carne, haciendo una masturbación para él dejando que gozara el momento. O al menos eso esperaba.

Angelique cerró los ojos, recargó su rostro en el pecho ajeno, y se aferró a él dejando que su mano fuera la que hiciera todo aquel ejercicio. No se sentía incomoda, al contrario, ella sabía muy bien que todo aquello que hacía era correcto porque su corazón se lo dictaba, así siguió, primero de forma lenta, después poco a poco fue acelerando el ritmo de su mano, ejerciendo más presión, haciendo las cosas de tal manera que su primo pudiera disfrutar plenamente. No quiso decir más, para ella en ese momento el silencio era mucho más importante, pues no se necesitaba decir mucho cuando su corazón le bombeaba solo un nombre. Su pequeño cuerpo ahora estaba sufriendo las consecuencias de aquel acto, no es que fuera algo malo, lo había disfrutado, desde aquel primer beso donde ella tuvo la iniciativa, hasta las caricias que llegaron continuas, todo lo había disfrutado por completo, no había queja, su primo era mejor de lo que creía, de los que todos creían, el no sólo era su amor, también era parte de su vida, lo amaba, lo amaba profundamente, aunque a su corta edad aquello era contradictorio, un amor a esa edad no puede ser definitivo, quizás simplemente era un capricho del momento, sólo quedaría ver, averiguar, enfocarse, muchas cosas a la vez que el tiempo ayudaría a revelar. Ella misma había visto a una gran cantidad de personas decirse enamorados y matarse mutuamente, hasta terminar bajo tierra, todo complicado pero real.

Su cuerpo le estaba pidiendo más, era cómo tener un deseo de seguir comiendo helado, de esas veces que sabes algo te encanta y no puedes dejarlo, pero al relacionarlo con él todo se elevaba a la millonésima potencia. Estaba contenta, muy de buen humor, cómo pocas veces se permitía ella. La maldad que su cuerpo escondía le mantenía por lo regular estados de animo bajos, tristezas constantes, malos humores, pero estar con él todo eso cambiaba, era como vivir en otro mundo, en otro momento, como si ella supiera que la seguridad estaba ahí, pero que le costaba alcanzarla, una felicidad que no era suya, que tenía prohibida, las cosas cambiaban, con él todo era bueno y positivo, no había más, por eso se sentía tan plena.

Sus piernas temblaron con su primo interrumpió aquella unión. Le pareció extraño, pero suponía que era normal por aquello que acababan de hacer. Lo miró de medio lado, y después se recostó de lado para verlo de forma atenta. Le sonrió, aquel rostro estaba sonrojado por lo que pudo entender que había hecho el mismo ejercicio que ella. Lo detallo, se veía distinto a aquel hombre que siempre estaba bien vestido y presentable. ¿Quién se podría imaginar que terminarían de esa manera? Suponía que nadie, ni ella misma se lo terminaba de creer, sino es porque su cuerpo le avisaba que si había hecho algo.

- No te preocupes, aprenderé a guardar el secreto, no le diré nada a nadie, sabes bien que lo que menos quiero es causarte un mal, y no puedo ocasionarme algo malo, pues tengo que seguir todo aquello que mi abuela dice, soy la única que queda de las brujas Delacroix, y de cierta manera quisiera seguir con esto… - Se encogió de hombros. Se estiró para recostarse a su lado, para poder abrazarlo. Podía aun notar la erección que su primo tenía, sentía que en realidad no le había dado la suficiente satisfacción, lo cual le partía de cierta manera el corazón. Le dio repetitivamente varios besos en su mejilla. y se quedó pensativa, ¿cómo hacer que el disfrutara?

- No se mucho al respecto, pero mi abuela me ha platicado algunas cosas, me ha dicho cosas sobre la sexualidad, y sobre lo que ustedes necesitan para cumplir. Así que buscaré la manera de poder hacer que te sientas pleno - La mano de Angelique comenzó a bajar por el cuerpo ajeno. Siguiendo un camino de su pecho hasta terminar en la ingle ajena. Entonces no se tardó demasiado para tomar la punta del miembro de su amado. La tomó con torpeza, pero con firmeza a final de cuentas. Comenzó a subir y a bajar lentamente aquella carne, haciendo una masturbación para él dejando que gozara el momento. O al menos eso esperaba.

Angelique cerró los ojos, recargó su rostro en el pecho ajeno, y se aferró a él dejando que su mano fuera la que hiciera todo aquel ejercicio. No se sentía incomoda, al contrario, ella sabía muy bien que todo aquello que hacía era correcto porque su corazón se lo dictaba, así siguió, primero de forma lenta, después poco a poco fue acelerando el ritmo de su mano, ejerciendo más presión, haciendo las cosas de tal manera que su primo pudiera disfrutar plenamente. No quiso decir más, para ella en ese momento el silencio era mucho más importante, pues no se necesitaba decir mucho cuando su corazón le bombeaba solo un nombre.
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La inocente y el cara dura [ 1791 // Angelique Delacroix // +18 ] Empty Re: La inocente y el cara dura [ 1791 // Angelique Delacroix // +18 ]

Mensaje por Charles D'Aubigne S. Sáb Dic 08, 2012 9:16 pm



¿Le explico o le enseño? - Espero que esa "explicación" no haya tenido absolutamente nada que ver con algún tipo de ritual o poción o alguna cosa relacionada con la brujería - Le haría odiar aún más aquello y probablemente se vería obligado a hacer algo al respecto, más por celos que por otra cosa en realidad, pero lo haría, es lo que cuenta. Esto lo dice bastante despacio y de manera muy lenta, se siente bien, nunca será lo mismo a lo anterior pero no es para nada malo, la mantiene aferrada entre ambos brazos, puede permitirse no pensar aún en lo que se viene, si bien se le ha enseñado a cumplir y a ser responsable de sus actos además de sus deberes, este acontecimiento que ahora es noche, el cual ha sido tan esperado, merece, no, es una obligación poder ser disfrutado, y mucho más si se puede aprovechar la ausencia de las personas que podrían echar a perder todo esto, por ahora.

¿Por qué? Se ve incapaz de poder expresar en palabras algunas lo satisfecho que se encuentra, es una satisfacción mucho más fuerte que la física al eyacular, se rige en otra cancha, podría decirse que es más sentimental, pasional en lo psicológico, pero, ¿para qué decírselo? Si está disfrutando de lo que hace, además que decirle si lo estoy sería invitarla a parar o quizá podría pensar otra cosa y ya meterle más ideas en la cabeza, mejor no. Acaricia su espalda suavemente con ambas palmas y yemas de los dedos - Por ahora puedes estar tranquila y no te presiones, sino todo va a salir mal, es solo permanecer como siempre, como si nada allá pasado, solo debes saberlo tú, es lo único importante realmente – Mientras ellos lo sepan, basta y sobra.

¿Entonces esto era todo? Es decir, ¿así nada más? ¿Sin ningún castigo divino o algún golpe brutal del destino contra estos dos pecadores? Quizá el ser escéptico no haya sido mala idea después de todo, aunque claro, la brujería y estos espíritus le causan gran contradicción, que un “demonio” exista no quiere decir que un ángel también, es subjetivo, es como la luz, esta es física, sin embargo los colores no lo son, son solo parte de los procesos del cuerpo humano, para ser más exactos de la mente, pero si los seres del bosque salvajes mitad humanos, mitad bestia existen, quien sabe que más, las pruebas del vampirismo también han sido expuestas, sin embargo todo siempre será cuento popular, por el bien de todos en realidad. No es necesario causar pánico, así como no es necesario entrar en pánico tampoco ahora, aún en la situación más desesperada cabe mantener la calma o probablemente nuestra agonía sea más corta, confía plenamente en Angelique, pero a pesar de todo lo inteligente que es y a pesar de aquellas habilidades no tan nobles que posee por herencia o ¿Maldición? Sigue siendo una niña con ansias desbordantes de ser mujer y quizá ese sea un punto débil en ella.

A medida que el movimiento ajeno demuestra más intensidad más corto se hace el tiempo para terminar, ya por esta noche no queda mucho que decir o hacer, y no es que pueda estar tanto tiempo en esta habitación, aún menos con aquellas fachas, las cuales son nulas, teniendo efecto ya el actuar femenino decide que es momento de irse - Es momento de que me vaya por ahora, no quiero arriesgar nada, y si algún guardia viera algo, tendría que matarlo o borrar su memoria de alguna forma, cosa que no creo sea tan fácil, duerme bien y nos veremos en la mañana, en el desayuno - Se despide dejandole un beso, posiblemente sería de buenas noches, claro si uno de los dos logra dormir.

Se dice que la paranoia nunca es buena, pero gracias a esta muchísimas personas han logrado sobrevivir, cuidando su espalda, ahora él haría lo mismo respecto de este tema, rápidamente consiguió sus ropas y salió del cuarto prohibido en total silencio, ni siquiera dejo que las puertas generaran ni un pequeño ruido al cerrarse detrás y dejandolo fuera, rápidamente paseo la vista por todo su alrededor, en los rincones, por los largos pasadizos, como había esperado, los guardias se quedaron en las entradas principales como debe de ser, muy pocas veces se hace patrulla, en casos especiales y había dado la orden de que no sucediera, puede que aún no disponga de ningún cargo, pero la autoridad dentro del palacio en ausencia del restos le pertenecía y como buen político ya desde esta edad le estaba sacando provecho, lo único decente es que no para un mal fin o al menos, eso pensaba.
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