Los Recurdos van y viene [Privado]

París siempre me a dado grandes cosas, pero también me a quitado otras; supongo que así es la vida sin embargo siempre he sentido esa pequeña necesidad de culpar a París; mientras vivía en el campo vivi feliz con mi familia y las visitasde mi padre, me senti decepcionada por no poder estar con él en sus ultimos momentos y no haber estado para apoyar a mi madre, una parte de mi culpo a París por eso. Sin embargo aunque me había quitado a mi padre me había dado a alguien que inundaba mis pensamientos... Hernán.

Ese hombre me hace cambiar tanto, dicen que el amor te hace sentir extraña y yo me siento tan confundida a su lado pero a la vez tan comoda, como si el mundo pudiera acabarse en cualquier momento pero que mientras él este a mi lado no me pasara nada malo.
Más bien temo por él, es decir como la cambiaformas que soy envejecera más lento y recordar a mis padres y lo que tuvieron que sufrir por esto; que haria yo, creo que mi corazón no podria tolerar perderle. Ahi estaba la razon de mis males, yo culpaba a París pero en realidad yo era la que tenía algo mal, era una cambiaformas por eso me había ido, por eso no pude estar con mi padre y probablemente por eso terminaría perdiendo a quien más amaba; - Deberia salir para dejar de pensar en eso - si salir a caminar siempre despeja mi mente, por eso suelo vagar para donde me lleve la curiosidad o el destino, cualquiera de ambos.

La verdad no me doy mucho cuenta de hacia donde camino cuando me siento como ahora, a donde sea sera bueno, sera mejor que estar sin saber que hacer en casa y sintiendome como me siento por tanto continuare caminando probablemente hasta que me pierda... - esto es tan complicado -

Ser cambiaforma no es nada de malo, simplemente es como un ser humano, que envejece, que se pone arrugado, con su pelo blanco, en fin como un ser humano normal, es lo que soy, pero mi único defecto, cualidad por así decirlo es: Ser un Cambiaforma, no sé si decirle a Camila, mi prometida, de lo que soy. Tengo miedo que de que me rechace por lo que soy. Me he enamorado de ella como un tonto, ella ha sido capaz de cambiarme demasiado-Camila…-En un suspiro me salió su nombre. Esa mujer ha hecho que haga cosas que ni yo mismo sabía que lo podría hacer. No sé si me estoy volviendo loco o que pasa, pero cuando estoy con ella; Cambio radicalmente, me comporto como un hombre que ni yo mismo sabía que podría hacer: Romántico, apasionado, tan alegre, en fin un hombre ¡completamente! ¡Diferente!-¿Qué me has hecho? Me has vuelto tan…tan diferente-Volví hablar, con una pequeña sonrisa en mi rostro-Camila…-Susurre, cruzando mis piernas.

Al principio era un matrimonio arreglado, no estaba del todo de acuerdo, pero ellos necesitaba mi ayuda y yo, nunca podría decir “no” algo que me pedía, pero esto era muy delicado, casarme con alguien que no amaba, Camila es una chica hermosa, con buenos sentimientos, muy alocada para algunas cosas pero, pero desde que la mire había algo en ella que me llamaba la atención, no sé qué era, pero poco a poco lo fui descubriendo. Después de que charle con ella, nos conocimos, empecé a sentir cosas por ella, al principio solo quería cuidarla, se me hacía tan frágil, solo quiero cuidarla, protegerla en todo. Después, mi corazón empezó a latir más fuerte cuando ella estaba conmigo. Pero ahora no está conmigo, estaba solo…solo como siempre, observo a las personas, ellas me miraba a mí –Que aburrido este día, espero que pase algo…-Fruncí un poco el ceño

Deseaba que hubiera formas más faciles de enfrentar todo aquello, o por lo menos que mi mente dejara de atormentarme con pensamientos como aquellos y me permitiera solo disfrutar de la felicidad que me brindaba todo aquello; vaya que el amor era complicado.
Aunque años atras me había prometido a mi misma no enamorarme para no sufrir como mi madre, había aceptado aquel compromiso porque creí que todo estaría bien ya que me mantenía firme en mi forma de pensar.

Recien le había conocido me parecio bastante atractivo y una muy buena persona, simplemente le deseaba como amigo, ya que el compromiso para mi no significaba mucho sin embargo poco a poco Hernán se había hecho lugar en mi corazón y mi mente.

Segui caminando, pero por más que lo intentaba mi mente volvia sus pensamientos a Hernán, no podía pernsar otra cosa, ni siquiera era consciente de cuanto tiempo llevaba caminando y mucho menos de a donde se dirigia hasta que llegue a un sitio donde alguien llamo mi atención ya que estaba sentado en una pequeña banquita blanca; probablemente mi imaginación y mis deseos de verle me jugaban una mala pasada en esos momentos. Tome aire y valentia para acercarme ya que temía que todo aquello fuese un mero juego mental y estuviera volviendome lentamente loca; pero conforme me acercaba a aquella figura tan conocida y añorada ya por mi comence a tranquilizarme.

- ¿Hernán?, ¿Qué estas haciendo aqui? - despues de haber realizado aquella pregunta me sentí un poco tonta ya que lo mismo podría el preguntar sobre lo que yo hacía en aquel lugar pero era lo mejor que mi mente podia generar en aquellos momentos

Que cosas de la vida, justo de quien quería alejar mis pensamientos y sorpresa… lo encuentro, vaya suerte que cargaba; no es como si no quisiera verle solo que, bueno las cosas eran algo complicadas.
Ademas yo había esperado no casarme, ese era mi plan que ahora estaba completamente fuera de lugar, pero al menos aquello de la boda era una simple formalidad por lo que intentaba llevarme lo mejor posible con quien sería mi futuro esposo, quizás de esa manera sentiría menos el abandonar mis planes originales. Y quien sabe tal vez la convivencia diera al final en algo más pero eso aún estaba por verse.

Bueno ya que me lo había encontrado y le había hablado (por lo menos ya sabía que no era una ilusión mía) sería cortes, intercambiaría algunas palabras con él y después continuaría con mi camino, si de esa manera lo haría. En cuanto menos tiempo me entretuviera ahí con él, mas pronto podría alejar pensamientos suyos de mi mente. Por un periodo de tiempo
Sonrei e incline levemente mi cabeza cuando se acerco.
- Que inesperado encontrarle por aquí y para mi también a sido una sorpresa encontrarle, tanto que por un momento pensé que era meramente mi imaginación - me reí levemente y cubrí mis labios, me sentía tonta diciendo aquello de que él era parte de mi imaginación.

Lo mire de nuevo, aunque tuve que levantar levemente mi rostro, cuando lo veía así me sentía sumamente débil a pesar de saber que no lo era, pero bueno siempre me sentía así ante gente más alta que yo ya que aquella no era la primera vez que alguien más alto me hacia sentir de aquella manera.
Aunque claro con nadie más que me hacía sentir así iba a casarme, solo con él. Cada vez que en mi mente sonaba la palabra boda y esposo me sentía levemente mareada, como si estuviese en un sueño; no diría que una pesadilla pero en uno de esos sueños en los que todo lo que pasa es un tanto extraño y confuso para quien lo sueña, esos sueños inimaginables.
Bueno tampoco es como si con casarme estuviese firmando mi sentencia de muerte, así que debía comenzar a tranquilizarme con ese asunto, todo estaría bien, todo saldría bien al final. Mi padre no hubiese arreglado aquello sin creer que era lo mejor para mi, le conocía y sabía que en vida se preocupaba mucho por mi. Si aquella había sido su decisión sus razones había tenido y yo cumpliría con lo que el creía lo mejor.

- Y… ¿ Qué es lo que te a traído por estos rumbos? - me daba curiosidad saber que le había llevado de manera inesperada al mismo sitió en el que yo había terminado, de forma inconsciente pero a final de cuentas había acabado ahí.

Un atisbo de preocupación cruzo mi mente, e intente ignorarlo.
Pero me resultaba un tanto difícil, al verle observar de un lado a otro, pasarse la mano por los cabellos y algunas otras cosillas así, no sabía si se estaba sintiendo mal o es que odiaba tanto la idea del matrimonio que el simple hecho de verme y que estuviese cerca de él lo enfermaba.

"Excelente Camila, tu que intentarías llevar todo esto con calma y mira, tu simple presencia le hace mal. Quizás la idea del matrimonio no es tan buena, después de todo no sientes nada por él ¿verdad?"
Que mi mente parara ya de decir tantas cosas, la preocupación era normal todo el mundo se siente así cuando ve a alguien comportarse de manera extraña, y si quizás la idea del matrimonio no era tan buena y debía terminar todo aquel asunto antes de que alguno de nosotros acabase sin soportar al otro, bueno quizás era ya algo adelantado al ver las reacciones de él.
Sentí entonces una ligera punzada bastante extraña en el pecho y lleve mi mano hasta el, como conteniendo algo que se empeña por salir pero que si lo logra causaría daño.
Que cosa tan más extraña, quizás estaba enfermando pues jamás había experimentado algo similar.

Mi mano permanecía en mi pecho cuando escuche su respuesta a mi anterior pregunta y sin moverla de ahí lo mire, el dolorcito dejado por la punzada se estaba desvaneciendo y lentamente baje mi mano, relajandome intentando concentrarme nuevamente en la platica. Pero mi mente seguía teniendo sus propios planes.
"Esto es raro no lo crees?, porque parece que sufres al pensar en dejarle?… Ah! quizás si le quieras, tal vez no sea amor pero debes quererle, porque no te vas preocupando por todos y menos por quienes son parte de tus obligaciones"
No podía negar que lo que me decía a mi misma tenía cierto grado de sentido, pero debía ser solo la sorpresa de encontrarle por allá, así que me obligue a ignorar eso.

- Yo?, por estos lugares? - sacudí mi cabeza, ordenando las ideas y aleje mi vista de él y la dirigí a la gente que caminaba, sin detener mi mirada lo suficiente en alguien, solo pasandola de un lugar a otro, pues creía que si dejaba mi mirada en él mucho tiempo después sería incapaz de alejarla nuevamente- Me sentía algo sola en casa y decidí salir a pasear un rato - suspire - acabe aquí sin darme cuenta siquiera de hacía donde me dirigía.

Menciono mi nombre y volví mi rostro a él para mirarle de nuevo incluso aunque eso significase no poder alejar mi vista jamás - Si? - dio otro paso acercandose más a mi y esta vez en lugar de una punzada dolorosa, dentro de mi pecho mi corazón se agitaba - Qué te da… - la pregunta que estaba por formular fue detenida entre mis labios, no precisamente porque yo lo hubiese hecho si no porque otros labios sellaban los míos.
Mis ojos estaban abiertos por la sorpresa, pero contrario a eso mis labios parecían haber esperado ese momento, ya que sentía que era como si diesen la bienvenida a los ajenos, queriendolos sentir justo ahí donde estaban, pegados a los míos.

Mis ojos comenzaron a cerrarse como aceptando todo aquello hasta que recordé que estábamos en un lugar público y mis mejillas se volvieron calientes, por lo que me aleje mis labios.
- Pero… Por qué has hecho eso? - emití aquellas palabras en un susurro cargado de confusión y lleve la mano derecha hasta mi mejilla. Efectivamente estaba caliente, así que debía estar completamente roja.

Sonreía… Hernán sonreía, él no solía hacer cosas como esa; primero el beso y ahora la sonrisa algo que yo no sabía debía estar pasando esa era la razón estaba casi segura… o quería estarlo porque todo el asunto se volvía muy extraño, mis mejillas seguían calientes y sentía que mi corazón en el momento menos pensando saldría de mi pecho.

- Ya note que me besaste - hable ahora con un poco más de volumen en la voz y no solo como un susurro, pero todo el asunto había sido tan repentino que desvíe mi mirada a otro sitio para buscar calma.
Pero calma fue lo último que sentí cuando me acerco a él y la palabra esposa fluyó por el aire sus labios a mis oídos haciendo que mi corazón acelerara más su paso como si antes no hubiese estado latiendo lo suficientemente rápido.
- No se si debe haber una razón es solo que tu nunca habías hecho algo así y nunca pensé que lo harías - le mire entonces solo para que me besara de nueva cuenta más a diferencia de la vez anterior no me aleje si no que correspondí su beso, después de todo y aunque no quisiera reconocerlo era lo que esperaba en el fondo. Rodee entonces con mis brazos su cuello, y simplemente deje que las cosas fluyeran; fuese algo bueno o no quería estar con él.

- Oye - entrecerré los ojos y me queje un poco cuando me mordió el labio.
Me había dejado llevar por aquello olvidando que la gente nos rodeaba y esta vez de verdad que ese pensamiento no volvió a cruzar mi cabeza hasta que él se alejo de mi. Fue entonces cuando caí en cuenta de que ahora no solo era que estábamos en un sitio público si no que las personas ya nos estaban observando y entre ellas hablaban de nosotros cosa bastante obvia pues nos miraban sin disimulo alguno.

Mis mejillas de nueva cuenta se tornaron calientes, no me gustaba que la gente me observara tanto y menos cuando algo como aquello pasaba. Sabía que no era la primera vez que nos besábamos pero si era la primera vez que se sentía como si necesitara de su cercanía para continuar respirando, que con un beso nublaba mi sentido común y me llevaba a olvidarme del resto del mundo; esa era ciertamente la primera vez. Y luego las palabras que siguieron… un te amo tan repentino que volvía a llenarme de confusión y a experimentar de nuevo cosas que no me pasaban nunca.
Aquel día se estaba tornando en uno lleno se sorpresas y nuevos descubrimientos para mi y eso era de lo único que estaba completamente segura en aquello momentos.
Los latidos de mi corazón seguían a ritmo apresurado, no estaba nerviosa si no que estaba contenta en aquellos momentos quizás demasiado contenta. Sus palabras estaban cargadas de sinceridad podía notarlo, y si todo aquello era extraño pues estaba acostumbrada a un modo diferente de actuar de él y de mi también pero dicen que podemos adaptarnos a todo, si nos dábamos tiempo era probable que aquella forma de actuar entre nosotros fuese como nos llevaríamos de aquel momento en adelante.

- Tienes razón todo esto es raro, demasiado raro y me cuesta un poco asimilar todo - abrazada a él me sentía segura pero eso no evito que un suspiro saliera de mis labios.
Ya había escuchado yo lo que él tenía que decirme… pero yo? qué tenía que decirle a él? qué sentía por él? durante todo el tiempo que llevábamos comprometidos pensé que le toleraba solo porque era lo que mi padre había querido para mi y que intentaba llevar una buena relación con él a pesar de que fuera difícil, pero sería acaso solo eso o es que tenía más razones para haber aceptado aquello aún pudiendo dar fin a todo el asunto diciendo que no me casaría con él.
La verdad es que su cercanía me hacía bien, incluso en aquellos momentos en que me hacía molestar o sentía su rechazo prefería sentir aquello de parte de él que sentirlo de parte de alguien más. Prefería estar molesta con él que pasarla de las maravillas con otro. Estar junto a él en cualquier momento y otras cosas que no tenían ningún sentido cuando las analizaba pero que eran simplemente de esa manera.
- Se que serás buen esposo y que si lo queremos seremos felices - sonreí y le mire - y no deberías estar celoso porque yo te amo a ti, y solo a ti - y aquello era sencillamente la verdad - no hay ni habrá nadie con quien quiera estar más que contigo y no me preguntes como lo se, solo es algo que se - quería que de verdad sintiera la sinceridad en mis palabras y lo segura que estaba de ellas.
Definitivamente ese día, era de grandes nuevos descubrimientos.

¿Por qué darse cuenta de la realidad es tan complicado? o mejor dicho ¿por qué aceptar las cosas lo es? Otra clase de cosas las comprendía y aceptada de manera fácil y rápida, no eran tan confusas como lo que ahora me pasaba, debía ser todo culpa del amor o mejor dicho debía ser eso parte del proceso del amor… la verdad es que no lo sé, soy nueva en esto pues esto es diferente a lo que he sentido antes, completamente diferente.
La lejanía dolía, el nerviosismo era parte siempre presente y las palabras algunas veces simplemente no fluían, en cambio eran actos los que querían hablar y demostrar todo cuanto pudieran.
¿Desde cuando había comenzado a sentirme de aquella manera? Una respuesta difícil de dar, no podía encontrar una fecha exacta para eso, pero con las cosas como solían ser entre nosotros era probable que aquello fuera algo siempre presente pero que ninguno de los dos se atreviera a decir o demostrar hasta este momento en que nos encontrabamos.

Sabía que había tardado en descubrir lo que sentía, porque yo también lo había hecho y más porque nuestra relación estaba basada en apariencias que lejos de la gente se transformaba en un desinterés por la vida del otro; pero ahora todo eso parecía desvanecerse de manera repentina para dejarnos sin tantas barreras entre nosotros.
Me sentía lentamente más tranquila, todo aquello tardaría en asentarse en mi por completo pero lento es mejor que estancado.
- ¿Pensabas eso? - reí ligeramente ante aquellas palabras - yo solo pensaba que de alguna manera saldría esto adelante y que mientras más alejados estuviéramos sería mejor para todos, incluso aunque estuviéramos casados creía que si cada quien seguía con su vida todo estaría bien. Pero ahora creo que esa forma de pensar ha sido una verdadera tontería pues solo quiero estar contigo.

No me gustaba oír que se dijera estúpido a si mismo, la cosa es que ambos habíamos sido torpes y eso era todo - No te digas estúpido, todo esto ha sido complicado solamente eso, así que no vuelvas a decirte así - fruncí un poco el entrecejo aunque no por mucho pues las palabras que siguieron me llevaron a sonreír complacida - Voy a estar contigo siempre de eso no tengas dudas y ya veras tu lo que yo puedo hacer por ti - me sentía completa a su lado, que nada malo podía pasar mientras él estuviera conmigo, y si algo pasaba que más daba, yo estaba con quien amaba.

Correspondí aquel beso que me resultaba irresistible, pero me obligue a mi misma a alejarme un poco; soy capaz de jurar que con cada nuevo beso me costaba más alejarme pues no quería de verdad que la gente hablara de nosotros, y no por mi si no por él.
- Si continuas haciendo eso, la gente no parara de hablar de nosotros - sonreí mirando sus ojos - De verdad que te amo - mire a un lado y otro, para luego volver a centrarme en él - Deberiamos irnos a otro sitio ¿no crees?