AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
Libertad [Privado]
2 participantes
Página 1 de 1.
Libertad [Privado]
Donde mora la libertad, allí está mi patria.
Benjamin Franklin (1706-1790) Estadista y científico estadounidense.
Benjamin Franklin (1706-1790) Estadista y científico estadounidense.
Libertad. Un término que últimamente escaseaba en los parajes parisinos. Día a día mis ojos veían hombres y mujeres que eran privados de ese derecho universal, que eran oprimidos y que era cohibidos sin piedad. Para justificarlo, daban nombres como Dios, Santa Inquisición, Satanás, y miles de cuentos de bobas que al final privaban al hombre de un bien necesario, el hecho de ser libre. P ero, para un vampiro, la libertad es diferente. Los vampiros somos libres, pero atemporales, vivimos ajenos, sin patria, pero nos involucramos, aunque no deberíamos. Pero al final los vampiros somos esclavos de nuestras encesidades, somos esclavos de la sangre y de la muerte. La cultura y el folklore nos identifica como demonios, y, en cierto modo, lo somos. Y, a fin de cuentas, los vampiros nos alejamos mas de la propia humanidad que los humanos, pues los vampiros, por mas perfectos que seamos, al final, nuestros métodos son mas primarios.
Salí de casa, algo debilitado. La noche ya era plena, y el sol, inexistente. Mi reloj indicaba las nueve de la noche, pero la oscuridad ya era profunda, y la temperatura había bajado. Una brisa humedad recorría los parajes y se introducía sin piedad entre los abrigos de la gente. Pero, yo había entrado en una fase primaria, la alimentación. Mi cerebro seguía encendido, pero estaba corrompido por la falta de sangre. “Concentrate” me dije a mi mismo, recuperando el, por un momento perdido, control de mi cuerpo. Caminé varios kilómetros hacia las afueras de País, controlando como podía mi sed. Cada cierto tiempo mi mirada se nublaba, y cuando volvía a recuperar la conciencia total estaba unos metros mas adelantado. Mientras, mantenía a duras penas la compostura para no levantar sospechas y reprimí el deseo de asesinar a todos lo seres humanos encontrados a mi alrededor. Intentaba no centrarme en la gente de mi alrededor, para que no afloraran mis pensamientos mas primarios. Después de unos diez minutos, ya me encontraba en el extrarradio de la ciudad. Vi a una mujer, sola, aparentemente de clase media, caminando hacia un camino solitario. “Mi oportunidad” me dije. Con velocidad llegué hasta su espalda. Su pelo color azabache caía en hondas ocultando su apetecible cuello. Debía tener unos veinticinco años, y por un destello de luz en su dedo comprobé que ya estaba casada. Era delgada y alta, y vestía un atuendo azul turquesa , con una falda larga que le llegaba hasta los tobillos. En su pelo se distinguía una pequeña tiara y un lazo que adornaba su melena. Se percató de mi presencia y se dio media vuelta. Estuvo a punto de gritar al verme, pero, encandilada por mi presencia, cerró su boca y se quedó mirándome, hipnotizada. “Ya está” pensé. Me acerqué a ella con suavidad y acaricié su mejilla. Después, mordí con fuerza su cuello, y la muchacha gritó de dolor. La sangre comenzó a fluir desde su cuerpo hacia el mio, nutriéndome y alimentándome. Pero quería más, más y más sangre. Continué bebiendo, hasta que mi cerebro volvió a recuperar el control. “¡Basta!” ordené. Solté su cuello. La chica seguía viva, pero se encontraba muy debilitada. Tenía un pequeño río de sangre bajando desde su cuello. Mis dos manos se dirigieron a su frente, y la presionaron con fuerza. Cerré los ojos, y accedí a su mente. Con mi don, seleccione el recuerdo mas nuevo que tenía, el de este momento, y lo borré. Coloqué un falso recuerdo. La muchacha pensaría que se había caído sobre una valla y se había golpeado en el cuello. Ahora, según mis indicaciones, se dirigiría al curandero, y después volvería a casa. Seguiría viva y no recordaría nada.
Me dirigí al bosque. Se encontraba relativamente cerca de mi posición, pues ya me encontraba a las afueras de París, y no tardé demasiado tiempo en llegar. Me senté, con la espalda apoyada en un árbol. Hundí mi cabeza entre mis brazos. “Casi … pierdo el control” pensé. “Casi la mato, por no saber controlarme”. Mi código de conducta no me permitía matar, pero mi amnesia no permitía averiguar el por qué. Me sentía confundido, no sabía si ser lo que mi mente me dictaba o lo que mi cuerpo me pedía. Y, mientras, la lagunas de mi memoria no me ayudaban en nada. Y, no había manera de escapar de esas dudas, no había manera de recuperar esas memoria perdida.
Me levanté del árbol con un movimiento ágil al oír el crujido de una rama cerca de mi posición. Había alguien mas, pero mi sentido del peligro no se había disparado. Aun así, no quería corres riesgos, y menos en un lugar tan hostil e inhóspito como era el bosque, en el que no sabía que criaturas podía encontrarme.
-¿Quién anda ahi? -pregunté, con voz potente y grave.
Gazel S. Umbrimber- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 51
Fecha de inscripción : 23/09/2012
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Libertad [Privado]
"Podemos jugar, aunque al final, buscaré tu sangre tomar"
Los encierros siempre son malos, incluso aún más para alguien que goza de una gran libertad, de poder y fuerza para hacer lo que se le da la gana. Ella había estado esos últimos días al borde de la locura. Después de las grandes fallas en el club de Mikhail, se le había impuesto un gran castigo por sus fallas. A cada uno de los miembros se les castigó por cada falló que se había hecho. Ella por su parte, había pasado tiempo detrás de grandes barrotes, dónde por el día, si se descuidaba, un poco de sol entraba y sería capaz de quemarla, y dónde las noches eran una tortura muy simplemente podía beber tres copas de sangre caliente, y ella tan acostumbrada a toda la sangre de un cuerpo humano. Se encontraba demacrada, su cabello no brillaba, incluso en una ocasión su llanto se había hecho presente, como si se tratara del canto de unas sirenas. Así de melodioso, afrodisiaco y al mismo tiempo tan abrumador. Estaba irreconocible, pero su orgullo era más grande, y sabría pasar el castigo con la frente en alto, y de forma soberbia, arrogante, sin perder su majestuosidad.
Después de casi un mes de encierro, las piernas se le habían abierto, de estar en otra situación, con otras personas o incluso criaturas, no hubiese tenido remordimiento alguno, abría roto aquellos metales, pero dado que mostraba su lealtad y ella misma se castigaba había permanecido ahí; uno de los mozos, de esos humanos que aspiraban a ser como ellos se había acercado a abrir aquella puerta, la vampiresa salió haciendo que sus tacones resonaran con fuerza, le gustaba ser llamativa, y que supieran que ella iba pasando en cualquier lado. No se detuvo a mirar a ninguno de los esclavos de sangre, aunque le parecía que tenían un olor demasiado atrayente a lo que normalmente a causa de su hambre, siguió su paso, y salió de aquella hermosa estructura. Marishka parecía una especie de neófita, de esa nueva generación de vampiros que tenían la fuerza, la razón, y el hambre descontrolado. Dejó brotar su naturaleza sin sentir vergüenza alguna. Sonrió ampliamente al notar la luz de la luna, aquella noche se alimentaria, y al ser luna llena seguramente descargaría su mal humor en algún maldito lobezno apestoso.
El bosque no es sólo albergue de criaturas de la noche, muchos humanos torpes, que a pesar de haber escuchado las historias aterradoras sobre los vampiros, les gustaba adentrarse para tentar a la muerte. Encontró rápidamente a una pareja de no más de veinticinco años cada uno, y no menos de veintitrés. Aquellos parecían estar en medio de una muestra de "amor" físico. Ni siquiera dio tiempo de presentarse, como otras veces por diversión lo hacía. Fue directamente a tomar a la mujer, y clavar los caninos en su cuello. Sus ojos se habían topado con la mirada consternada y ahora temerosa de la pareja, quien buscaba salir debajo de aquellas mujeres, quien comenzaba a pedir ayuda de forma desesperada. La vampiresa simplemente sonreía mientras succionaba con fuerza la sangre, gota a gota iba entrando en su hermoso cuerpo le regresaba a la normalidad cada parte de ella, por ejemplo el noto de su piel, o el brillo de su cabello, incluso el color carmín de sus labios; dejó caer el cuerpo femenino a un lado, y con fuerza aprisionó al muchacho contra la tierra del bosque. Su lengua se alargo cual víbora al querer devorar a su presa, saboreando la piel antes de disfrutar de aquella vitalidad rojiza.
- Uhm… pero qué bien hueles, encima estás tan bien formado que me dan ganas de estar encima de ti - Susurró de forma sugerente, comenzando a hacer fricción con su cuerpo al ajeno, empezando a calentar el terreno, todo debía estar listo por si de verdad decidía hacer aquello último; la verdad de las cosas es que, Marishka no tenía intención de tener sexo con un inmortal, se le hacían demasiado delicados y aburridos, a ella le gustaba que intentaran dominarla de vez en cuando, incluso, que se usara la fuerza natural en ella cuando hacía ese tipo de cosas. Pensaba que tal vez podía asustarlo un poco, pero quizás lo mejor era alimentarse e ir a buscar a alguien más interesante.
- ¡Preguntas tontas, muy tontas! - Alzó la voz con fuerza. Se levantó del cuerpo masculino, y antes de que pudiera correr el joven dio un fuerte golpe en su pierna, logrando con el impacto que se rompiera. El chillido de dolor rápido salió de los labios del muchacho, pero eso no le molestaba para nada a la castaña, al contrario. - ¿Quién te crees tú para interrumpir la comida de otros? - Avanzó con paso firme por el bosque, con rapidez para encarar a aquel que le había truncado la diversión y el alimento de la noche. Marishka avanzaba con rapidez entre los arboles, y pronto se encontró frente al causante de aquella absurda pregunta - oh… pero que tenemos aquí, un vampiro, mi noche comienza a mejorar - Se cruzó de brazos, su espalda se recargó en el tronco del árbol que estaba a un lado de ella - ¿Acaso su pregunta es un grito desesperado por compañía? Puedo dársela, aunque depende de los planes de la noche - Se relame con lascivia los labios, con coquetería y con diversión. Su mirada descarada viajó por el contorno de su figura "No está nada mal", pensó para ella misma, y su sonrisa se ensanchó un poco más.
Después de casi un mes de encierro, las piernas se le habían abierto, de estar en otra situación, con otras personas o incluso criaturas, no hubiese tenido remordimiento alguno, abría roto aquellos metales, pero dado que mostraba su lealtad y ella misma se castigaba había permanecido ahí; uno de los mozos, de esos humanos que aspiraban a ser como ellos se había acercado a abrir aquella puerta, la vampiresa salió haciendo que sus tacones resonaran con fuerza, le gustaba ser llamativa, y que supieran que ella iba pasando en cualquier lado. No se detuvo a mirar a ninguno de los esclavos de sangre, aunque le parecía que tenían un olor demasiado atrayente a lo que normalmente a causa de su hambre, siguió su paso, y salió de aquella hermosa estructura. Marishka parecía una especie de neófita, de esa nueva generación de vampiros que tenían la fuerza, la razón, y el hambre descontrolado. Dejó brotar su naturaleza sin sentir vergüenza alguna. Sonrió ampliamente al notar la luz de la luna, aquella noche se alimentaria, y al ser luna llena seguramente descargaría su mal humor en algún maldito lobezno apestoso.
El bosque no es sólo albergue de criaturas de la noche, muchos humanos torpes, que a pesar de haber escuchado las historias aterradoras sobre los vampiros, les gustaba adentrarse para tentar a la muerte. Encontró rápidamente a una pareja de no más de veinticinco años cada uno, y no menos de veintitrés. Aquellos parecían estar en medio de una muestra de "amor" físico. Ni siquiera dio tiempo de presentarse, como otras veces por diversión lo hacía. Fue directamente a tomar a la mujer, y clavar los caninos en su cuello. Sus ojos se habían topado con la mirada consternada y ahora temerosa de la pareja, quien buscaba salir debajo de aquellas mujeres, quien comenzaba a pedir ayuda de forma desesperada. La vampiresa simplemente sonreía mientras succionaba con fuerza la sangre, gota a gota iba entrando en su hermoso cuerpo le regresaba a la normalidad cada parte de ella, por ejemplo el noto de su piel, o el brillo de su cabello, incluso el color carmín de sus labios; dejó caer el cuerpo femenino a un lado, y con fuerza aprisionó al muchacho contra la tierra del bosque. Su lengua se alargo cual víbora al querer devorar a su presa, saboreando la piel antes de disfrutar de aquella vitalidad rojiza.
- Uhm… pero qué bien hueles, encima estás tan bien formado que me dan ganas de estar encima de ti - Susurró de forma sugerente, comenzando a hacer fricción con su cuerpo al ajeno, empezando a calentar el terreno, todo debía estar listo por si de verdad decidía hacer aquello último; la verdad de las cosas es que, Marishka no tenía intención de tener sexo con un inmortal, se le hacían demasiado delicados y aburridos, a ella le gustaba que intentaran dominarla de vez en cuando, incluso, que se usara la fuerza natural en ella cuando hacía ese tipo de cosas. Pensaba que tal vez podía asustarlo un poco, pero quizás lo mejor era alimentarse e ir a buscar a alguien más interesante.
- ¡Preguntas tontas, muy tontas! - Alzó la voz con fuerza. Se levantó del cuerpo masculino, y antes de que pudiera correr el joven dio un fuerte golpe en su pierna, logrando con el impacto que se rompiera. El chillido de dolor rápido salió de los labios del muchacho, pero eso no le molestaba para nada a la castaña, al contrario. - ¿Quién te crees tú para interrumpir la comida de otros? - Avanzó con paso firme por el bosque, con rapidez para encarar a aquel que le había truncado la diversión y el alimento de la noche. Marishka avanzaba con rapidez entre los arboles, y pronto se encontró frente al causante de aquella absurda pregunta - oh… pero que tenemos aquí, un vampiro, mi noche comienza a mejorar - Se cruzó de brazos, su espalda se recargó en el tronco del árbol que estaba a un lado de ella - ¿Acaso su pregunta es un grito desesperado por compañía? Puedo dársela, aunque depende de los planes de la noche - Se relame con lascivia los labios, con coquetería y con diversión. Su mirada descarada viajó por el contorno de su figura "No está nada mal", pensó para ella misma, y su sonrisa se ensanchó un poco más.
Marishka Marquand- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 172
Fecha de inscripción : 19/12/2011
Edad : 34
Localización : Depende de la noche.
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Libertad [Privado]
No tratéis de guiar al que pretende elegir por sí su propio camino.
William Shakespeare (1564-1616). Escritor y dramaturgo británico.
William Shakespeare (1564-1616). Escritor y dramaturgo británico.
-¿Quién anda ahí? –pregunté con voz potente y grave.
Mi grito resonó por las inmediaciones del oscuro bosque y reboto contra los árboles y las superficies planas a lo largo del horizonte, devolviéndome mi propia voz en forma de eco. Aquellos ruidos cesaron por un instante, y pude notar el silbido del viento entre las hojas de los árboles. Después, mi sentido del peligro saltó. Abrí los ojos como platos y mi cuerpo recibió una convulsión. “¿Qué pasa?” pensé, recuperando la integridad. Sabía que cuando mi sentido del peligro saltaba, es que mi persona o algún ser de las proximidades corría un peligro inminente. Y, por la forma en la que mi cuerpo había recibido la alerta. Era bastante cerca. Volví a oír un ruido seco, como un golpe contra la tierra, y lo identifiqué. “Ochenta metros, dirección noroeste” procesó mi mente, automáticamente, justo después de escuchar el ruido. Mi opinión se dividió. Una parte de mi cuerpo decía que huyera, pues si el sentido del peligro estaba activado había riesgos. Pero, esa opinión fue callada por una mezcla de curiosidad, adrenalina y ganas de algo de emoción. Salí disparado hacia el origen del ruido, cuando algo me frenó en seco.
“Sangre” pensé. La notaba, notaba su olor y su existencia. Notaba como la quemazón de mi garganta incrementaba considerablemente, y mis sentidos, por un momento, se volvían totalmente primarios. Tardé unos segundos en recuperar el control y volver a pensar con claridad. Me había alimentado hacia poco tiempo, por lo que no me costó demasiado volver en mí. Sabía que podía controlarme con sangre reciente. Volví a salir disparado, corriendo hacia mi objetivo, mientras mi sentido del peligro y las convulsiones que este conllevaba se incrementaban, me estaba acercando. Me impulsé con más fuerza aun y seguí corriendo, rasgando el aire con una velocidad más propia de una gacela o un ave rapaz que de un humano. Al fin y al cabo, mi nombre significaba exactamente eso, gacela, ser etéreo, atemporal.
“Más sangre” me dio tiempo a formular antes de llegar a la grotesca escena. Pestañeé varias veces, y en dos o tres respiraciones rápidas me recuperé de la carrera. Mis ojos se movieron ciento ochenta grados, y me quedé atónito. La primera Figuera de la que me percaté fue un cadáver. Una mujer de unos veintidós años yacía muerta, con un río de sangre que dirigía a otras dos figuras. Un hombre, de la misma edad, yacía debajo de una mujer de pelo castaño que identifiqué como vampira, pues sus colmillos se entreveían entre su dentadura. Volví a mirar al cadáver. Normalmente, el cerebro de un humano se apagaba tres horas después de la muerte total del cuerpo y de la parálisis cardiaca, pulmonar y sanguínea. Eso significaba que podía acceder a sus recuerdos más cercanos, y como casi no tenía fuerzas, su mente no opuso resistencia a dejarme acceder a ella, por lo que no tuve que establecer contacto.
La chica en cuestión era Anabelle Delacroux, una joven aristócrata de una familia adinerada de ascendencia inglesa asentada en París. Estaba enamorada del jardinero de su mansión, y decidió escaparse con él al bosque. “Mala elección”. Llegaron hasta el pequeño claro, y sucumbieron a la pasión que había entre ambos, cuando apareció ella. A través de los ojos de la joven vi como, en un segundo, una figura femenina había reemplazado al jardinero y rasgó su cuello con violencia. Ella soltó un grito de dolor y sucumbió. Cerró los ojos, y se acabaron sus memorias.
Volví a mis ojos, y percibí como la vampiresa daba un golpe contra la pierna del joven muchacho. Esta crujió, y el jardinero gritó y sollozo de dolor. Mi mirada se dirigió a los de la mujer.
-Me temo que, sin duda, no soy nadie para interrumpir tu perfecto ritual macabro. Mis disculpas –dije de la manera más cortés que pude-. Adelante, terminé su festín de sangre
Como un trueno, desapareció de mi vista, y noté su respiración detrás de mí. Me volteé con seguridad y la miré a los ojos.
-Simplemente olí la sangre, noté peligro y me acerqué a echar un vistazo.
- ¿Acaso su pregunta es un grito desesperado por compañía? Puedo dársela, aunque depende de los planes de la noche – dijo ella con un semblante de lascivia en su rostro. Decidí seguirla el juego, pues sinceramente no sabía donde quería llegar a parar, si era un truco o simplemente un comentario que invitaba a la imaginación. Giré mi cabeza y señalé al muchacho. Que se arrastraba intentando huir.
-Parece que su cena no está por la labor de permanecer con usted –dije, y la miré de nuevo a los ojos. Accediendo a su mente con mi don, averigüé su nombre- señorita Marquand. Debería acabar.
Me puse a reflexionar. No estaba ni remotamente de acuerdo con la atrocidad que acababa de ocurrir. Tenía por regla no matar a humanos, y, por una razón que mi mente me bloqueaba, consideraba que su asesinato por el mero hecho de mantenernos con vida era una atrocidad en toda regla. Pero, sabía que ir en contra de un vampiro o decirle lo que debía hacer no era una jugada muy recomendable, por lo que callé mi voz de justicia y dejé que el juego continuara. Le tocaba jugar a ella.
Gazel S. Umbrimber- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 51
Fecha de inscripción : 23/09/2012
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Libertad [Privado]
Lo estudio con descaro, de forma insinuante incluso, pero no es qué sea eso, pues en ese preciso momento no coqueteaba, simplemente analizaba, su naturaleza era así, sensual, cautivadora, coqueta, atrevida, arrojada, todo en una mezcla perfecta, pero es que si lo analizaba tanto era porqué cualquier mínimo gesto o movimiento le daba idea de cómo una persona, o un ser sobrenatural podía reaccionar. Incluso un simple movimiento de cejas puede decirte si una criatura suele volver indiferente, altanera, o a la defensiva. La forma en que curvan su sonrisa, cómo mueven su cabello. ¡Todo! Ella se había vuelto una experta en el espionaje, pues al haber estado muchísimo tiempo cómo una esclava de vampiros, tenía que ser cuidadosa, pues un movimiento en falso le habrían podido arrancar la vida. Ella, la castaña, había aprendido de los mejores, por eso siempre ponía sus nombres en alto, tanto incluso cómo el suyo. Arqueó una de sus cejas, el hombre era un vampiro, uno que al parecer era tranquilo, pero tranquilidad no restaba letalidad, por eso, incluso aunque fuera una soberbia altanera, sabía tratar con respeto a sus adversarios, muchas cosas podía ganar de los lazos nuevos.
Se dio cuenta entonces que era un vampiro muy tranquilo. La posición de sus hombros, de sus piernas, incluso por cómo la miraba. Marishka aspiró el ambiente, y notó que dentro de él no había sangre humana, al menos no demasiada ¿Entonces de que se alimentaria él? Seguro era de aquellos que renegaba de matar, lo cual en realidad a diferencia de muchos, no le parecía patético, le repudiaba si, pero reconocía que si los otros se contenían de beber sangre de humano era porqué tenían un gran poder, y es el del control, quien controla ese sed, pero sobretodo el poder de la mente, puede llegar muy lejos que cualquier asesino. Era cierto, ella era, es y sería una vampiresa salvaje y llena de impulsos, pero si algo había aprendido en su poco tiempo de inmortalidad era a controlar la mente, sus dedos, sus dolores, y sus impulsos, aunque en alimentación no se limitaba. Su sonrisa se hizo amplia, y comprendió, o quizás llegó a la conclusión apresurada que la noche estaba por tornarse más interesante.
- ¿Ritual macabro? - Soltó una risa escalofriante, que a cualquier humano pudo haberle erizado la piel. A esas alturas ya ignoraba por completo el llanto, las suplicas del humano, le parecían incluso un fondo de música perfecto - Pensé que sólo se trataba de un vampiro alimentándose de forma natural - Dio un paso hacía adelante, relamiendo sus labios, pasos hacía él por supuesto - ¿Acaso usted niega lo que es? No me desilusione, no me haga pensar que es un cobarde y que llora por las noches para volver a ser un saco de alimento para los inmortales - Su sonrisa burlona no se desaparecía, incluso podría decirse que lo hacía a propósito, para ver las reacciones que el vampiro tenía por sus palabras, y por el momento. Marishka avanzó un poco más buscando al hombre, lo jalo del cuello para levantarlo, y cómo si fuera lo más ligero del mundo, lo arrojó por sobre los pies de su ahora acompañante - Vamos, no me niegue una cena, es de mala educación - Indicó cruzándose ahora de brazos.
- ¡No le permito a nadie entrar a mi mente! - De su pecho salió una especie de sonido gutural, uno que hizo incluso a las aves dormidas revolotear e irse lejos de la escena - ¡Salte de ella o no respondo! - Sus colmillos volvieron a desplegarse. La vampiresa estaba que le sigue de molesta, pero daba que había perfeccionado el arte de la mente, la bloqueo en automático. Escuchar su apellido le inflaba el pecho, estaba orgullosa de ser una Marquand sin importar que su propio hermano la hubiera vendido. Estaba orgullosa de ser alguien de temer, estaba orgullosa simplemente de ser ella, pero odiaba por completo que invadieran su espacio, ella era libre, y quien quisiera invadir su espacio personal podría temer de su furia, y ella podría ser una dama, pero no por eso se contenía al estar molesta. - No lo vuelvas a hacer ¿Entendido? - Guardó sus caninos, y volvió a sonreír de forma macabra, malévola, cómo lo era, pero simplemente era para ponerle más diversión a las cosas.
-¿Entonces? ¿Me vas a rechazar la cena? ¿O acaso lo que quieres es que yo te la de? Porqué si es así puedo romperle el cuello, rasgar su piel, y colocarte la sangre en los labios, me parecería algo muy erótico y divertido, así que tú decide - Se acercó de nueva cuenta, pero esta vez colocó el pie sobre la espalda de su ahora víctima. No necesitaba voltear, lo único que necesitaba era verlo a él, esperar su respuesta para comenzar con el festín, además el chico estaba demasiado acalorado, eso le daría un sabor especial a la sangre. A Marishka se le estaba haciendo agua la boca de pensar en beber ya, él joven tenía un buen olor, y no estaba dispuesta a desperdiciar su precioso liquido carmín.
Se dio cuenta entonces que era un vampiro muy tranquilo. La posición de sus hombros, de sus piernas, incluso por cómo la miraba. Marishka aspiró el ambiente, y notó que dentro de él no había sangre humana, al menos no demasiada ¿Entonces de que se alimentaria él? Seguro era de aquellos que renegaba de matar, lo cual en realidad a diferencia de muchos, no le parecía patético, le repudiaba si, pero reconocía que si los otros se contenían de beber sangre de humano era porqué tenían un gran poder, y es el del control, quien controla ese sed, pero sobretodo el poder de la mente, puede llegar muy lejos que cualquier asesino. Era cierto, ella era, es y sería una vampiresa salvaje y llena de impulsos, pero si algo había aprendido en su poco tiempo de inmortalidad era a controlar la mente, sus dedos, sus dolores, y sus impulsos, aunque en alimentación no se limitaba. Su sonrisa se hizo amplia, y comprendió, o quizás llegó a la conclusión apresurada que la noche estaba por tornarse más interesante.
- ¿Ritual macabro? - Soltó una risa escalofriante, que a cualquier humano pudo haberle erizado la piel. A esas alturas ya ignoraba por completo el llanto, las suplicas del humano, le parecían incluso un fondo de música perfecto - Pensé que sólo se trataba de un vampiro alimentándose de forma natural - Dio un paso hacía adelante, relamiendo sus labios, pasos hacía él por supuesto - ¿Acaso usted niega lo que es? No me desilusione, no me haga pensar que es un cobarde y que llora por las noches para volver a ser un saco de alimento para los inmortales - Su sonrisa burlona no se desaparecía, incluso podría decirse que lo hacía a propósito, para ver las reacciones que el vampiro tenía por sus palabras, y por el momento. Marishka avanzó un poco más buscando al hombre, lo jalo del cuello para levantarlo, y cómo si fuera lo más ligero del mundo, lo arrojó por sobre los pies de su ahora acompañante - Vamos, no me niegue una cena, es de mala educación - Indicó cruzándose ahora de brazos.
- ¡No le permito a nadie entrar a mi mente! - De su pecho salió una especie de sonido gutural, uno que hizo incluso a las aves dormidas revolotear e irse lejos de la escena - ¡Salte de ella o no respondo! - Sus colmillos volvieron a desplegarse. La vampiresa estaba que le sigue de molesta, pero daba que había perfeccionado el arte de la mente, la bloqueo en automático. Escuchar su apellido le inflaba el pecho, estaba orgullosa de ser una Marquand sin importar que su propio hermano la hubiera vendido. Estaba orgullosa de ser alguien de temer, estaba orgullosa simplemente de ser ella, pero odiaba por completo que invadieran su espacio, ella era libre, y quien quisiera invadir su espacio personal podría temer de su furia, y ella podría ser una dama, pero no por eso se contenía al estar molesta. - No lo vuelvas a hacer ¿Entendido? - Guardó sus caninos, y volvió a sonreír de forma macabra, malévola, cómo lo era, pero simplemente era para ponerle más diversión a las cosas.
-¿Entonces? ¿Me vas a rechazar la cena? ¿O acaso lo que quieres es que yo te la de? Porqué si es así puedo romperle el cuello, rasgar su piel, y colocarte la sangre en los labios, me parecería algo muy erótico y divertido, así que tú decide - Se acercó de nueva cuenta, pero esta vez colocó el pie sobre la espalda de su ahora víctima. No necesitaba voltear, lo único que necesitaba era verlo a él, esperar su respuesta para comenzar con el festín, además el chico estaba demasiado acalorado, eso le daría un sabor especial a la sangre. A Marishka se le estaba haciendo agua la boca de pensar en beber ya, él joven tenía un buen olor, y no estaba dispuesta a desperdiciar su precioso liquido carmín.
Marishka Marquand- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 172
Fecha de inscripción : 19/12/2011
Edad : 34
Localización : Depende de la noche.
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Temas similares
» La libertad del mar | Privado
» Una noche de libertad...(privado)
» Compartiendo mi libertad (Privado +18 Sova)
» Perseguidos. Falsa libertad (Privado Tempest)
» La libertad no tiene voz | Privado
» Una noche de libertad...(privado)
» Compartiendo mi libertad (Privado +18 Sova)
» Perseguidos. Falsa libertad (Privado Tempest)
» La libertad no tiene voz | Privado
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour