El aroma de Paris [Viola]

Como siempre la vida deba vueltas, y más en una nueva ciudad, otras tradiciones, otro estilo de vida, nada similar al de américa, pero sobrellevar un peso psicológico como el mío pocos lo pueden soportar… Afortunadamente había llegado la persona adecuada para aligerar ese peso, por lo menos eso parecía, y que decir que en solo un corto tiempo puedes llegar a conocer a una persona como para poder perderte y dejar atrás los planes y la rutina que cruelmente te sofoca sin dejarte respirar, para mí eso es patético, y más viendo como la gente se somete sin luchar siquiera, es por eso que llegue a Paris, alejándome de la rutina que por poco me cuesta el orgullo y que años atrás me había arrebatado a mis padres.

Recordé que las calles de la ciudad, según algunos citadinos, se encontraban un local donde podía encontrar el más exquisito vino de Paris, con el que el rey y su ministro acostumbran acompañar un platillo más que delicioso y caro, pero como siempre, termino distrayendo mi atención en otra cosa, o más bien mi olfato. A unas cuadras un local despedía un perfume inigualable, como si ese fuera su aroma, como el delicado perfume que porta una dama en un baile de noche. Atraído por el dulce olor entre al lugar, el cual era atendido por una bella dama, desperté de mi letargo casi enfrente del mostrador, que me había atraído y me había arrastrado hasta estas instancias aun no lograba comprenderlo pero el placer de conocer a alguien más en esta aventura descabellada era algo que no me podía negar.

Me acerque lentamente al mostrador – Buenas tardes Madame – el primer paso? Un saludo, pero que hace un caballero como yo en un Stan de perfumes, quizá comprar un obsequio que alegrase el día de mi amiga. Algo confundido solo esperaba que me atendiera, no era la manera más convencional, cualquiera que fuera a comprar algo debe de llevar en claro lo que tiene que mercar, pero yo, más bien, fui arrastrado por el misticismo del aroma… La pregunta es: nuevamente el destino me llama? O ahora es pura casualidad?

Entendí rápido, necesitaba encontrar algo que se asemejara al olor de Giselle, más que cualquier cosa ya se había vuelto una obsesión, el nombre perfecto, Obsession, probablemente así debería de llamarse, y tener un aroma que te envuelva, que haga que pierdas el control de tus actos por un momento, en conjunto con su mirar, todo eso debería de tener ese perfume y creo que llegue al lugar indicado. Pero había algo en ella que denotaba preocupación, por momentos mi educación decidió dejarla pasar y solo concentrarme en comprar ese perfume, pero al ver esos ojos rojos y algo hinchados por el maltrato de unas lágrimas mi educación cayó al suelo preocupándome de más sin saber en qué era lo que me metía.

Suspire hondo tratando nuevamente de ignorar respondiendo perspicazmente a su pregunta – Bueno Madame, yo… - no podía creer, o más bien no podía contemplar ese rostro azorado por horas de llanto, esos ojos que denotaban tristeza y decepción, levante su rostro con mi mano tratando de aligerar ese malestar – Disculpe si me entrometo Madame, pero un lugar como éste no debe de darse el lujo de tener a una dueña triste- recargue mis codos para estar a la altura de su mirada –Es como si los perfumes también entristecieran – Es como si viera una rosa marchitarse, y no me gusta ver a una dama en apuros, mucho menos verla con los ánimos decaídos – Creo que el aroma que envuelve este lugar debe de ayudar a que no esté usted tan triste, solo tenga en cuenta que lo que usted trasmite, lo trasmite a sus perfumes – No era lo más lógico pero el afán de arreglar las cosas hacia que mis palabras no fueran las más idóneas o completamente fuera de tono.

Efectivamente, la tristeza de pronto se sentía en el aire, como dicen por ahí, hay ocasiones que las cosas se apegan tanto a su dueño, recordé de pronto una pequeña anécdota que mi madre me conto una noche de lluvia y no vacilé en contárselo – hace años madame, conocí a una chica que tenía una florería, muchos decían que cuando ella amanecía radiante, las flores también y el lugar vislumbraba felicidad, una noche enfermo terriblemente, y por más que la madre seguía regando cada maseta no entendía porque seguían sin florecer, una noche desafortunadamente la chica murió, al día siguiente cada maseta, caca flor, cada pétalo estaba marchita y jamás volvieron a florecer, no deje que estas hermosas esencias pierdan ese toque dulce que les caracteriza, que la caracteriza a usted Madame!!! – Sonreí un poco esperando componer ese ánimo – pero disculpe mi atrevimiento y falta de educación, mi nombre es Darcy Nigthbell – Extendí mi mano tomando la suya para besarla cortésmente

El pasado siempre nos atormenta, y llega a dar un golpe duro cuando más cimentada esta nuestra fe, nuestra creencia que por momentos nos muestra una realidad alterna, un camino de felicidad que queremos seguir empañado por cosas, acciones que desmoralizan rápidamente haciéndote creer que lo que vives es una completa mentira. Quien era yo para llegar a consolar a esta dama que por lo visto tiene un lindo nombre como toda su persona, Viola de Lesseps. Por más que quisiera borrar las lágrimas de su rostro, la tristeza seguía dibujada en su rostro y en mis manos no se encontraba la forma de regresarle la sonrisa que por momentos aparecía cambiando por solo segundos el ambiente del lugar – Disculpe nuevamente, pero creo que le vendría bien una sonrisa a ese rostro manchado por la desilusión – Lo más seguro es que algún tipo le prometió el cielo y las estrellas para al final solo dejarla así como así, ese era mi pensar, y si así fuese, ese hombre debería de estar disfrutando de alguna otra desafortunada, eso no era tanto de mi incumbencia, debido a que por estos desplantes de caballerosidad o de tratar de arreglar un problema lejos de mi persona siempre terminaba inmiscuido en uno mayor del cual difícilmente saldría.

Pero el tiempo sigue su paso y no lo puedes detener, con el tiempo viene el perdón, las nuevas oportunidades y es algo que no debes dejar pasar, ya que la vida te lo cobra con creces y al final terminaras por decir “no he disfrutado nada de lo que la vida me ha ofrecido”, acabaras solo, vagando por momentos en un oscuro camino que paso a paso se hace más estrecho y pareciera no tener fin. Lo olvidaba, tienes deseos, eso que te empujan cada mañana a comenzar con una sonrisa, que hacen ese sendero un poco más iluminado y agradable. Hasta ahora es lo que Darcy puede dar cuenta, ya que me falta mucho por vivir, ahora, como se lo dejare en claro a esta chica que por más intentos solo muestra una mueca de felicidad disfrazada – Viola, lindo nombre a mi parecer, aquel que este a tu lado debe de ser todo un afortunado, chica linda, decidida, emprendedora y con una enorme pasión, que más puede pedir – Comencé a caminar por los diversos mostradores mirando cada botella acomodada con delicadeza en cada tarima, sin duda una obra de arte… Una obra de arte no es solo un soneto de alguna canción o sinfonía, mucho menos un cuadro algo abstracto, todo lo que por manos delicadas como las de Viola fuera mostrado al mundo debería ser llamado obra de arte.

Sonreí al escuchar ese pensamiento, sin duda sabe lo que hace, e insisto en pensar o tratar de adivinar porque al tener esta clase da pasión, vive envuelta en un aroma de tristeza, quisiera preguntar, pero como romper el hielo en este primer encuentro, aun con tanta experiencia en estos 23 años seguía siendo tan torpe para poder llevar una conversación amena con una dama, pero qué más da, lo que importa es hacerla olvidar aunque sea en breves segundos – Así que… usted es la autora intelectual de cada una de estas fragancias? – Autora intelectual? Que comentario más estúpido, si no son libros los que escribe para llamarle autora intelectual, pensé en ese momento, pero algo había de cordura, ya que un perfume te ayuda a escribir poesías, líneas y letras cuando una fragancia se queda dentro de tu ser, recordando a su portadora, que en momentos en soledad recuerdas y solo puede pronunciar “huele a ella”

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