AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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La mia verità sarà la vostra verità [Privado]
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La mia verità sarà la vostra verità [Privado]
Luces inexistentes, que dejaban muy claro que lo que sucediera en ese lugar seria en total oscuridad, si apenas se prendían algunas velas era gracias a la costumbre de tener un punto para poder orientarse. La luz llena de alzaba muy en lo alto del cielo que no tenía ni una estrella adornando su inmensidad, solamente se podía ver algunas rosadas nubes con sus siluetas cargadas de lluvia, amenazando en comenzar a caer sobre los rostro de los parisinos rebeldes que aun no estuvieran en su casa durmiendo.
Casas de fantasmas, era lo que era aquel lugar añejo y destruido por el paso de los tiempos, apenas algunas paredes servían de mural, de protección y también de guía para las personas curiosas poder llegar a aquel lugar oculto entre la espesa maleza que pudo nacer con tanta libertad que asombraba que no hubiera ningún rastro humano. Las únicas pisadas que estaban en ese lugar eran las de Salome, que comenzaba a convertirse en una intrusa cada vez más habitual de ese lugar, pero, pensándolo bien, aquella mujer no era una intrusa en aquella pequeña sala en donde se podría apreciar un árbol a mitad de aquella, quien había destrozado el techo, convirtiéndose en este en su nuevo techo. Era más como parte de aquella belleza virginal, sustentada por los dioses del Olimpo que personalmente protegían aquel lugar haciéndole ver más hermoso, más mágico.
De forma felina se movía ante aquellas malezas que se interponían entre ella y su camino, no era como el humano, que al ver un arbusto estorbándole lo corta haciendo sufrir al ser vivo que era el árbol, sutilmente daba un salto o prefería apartarse sutilmente de este para luego seguir caminando. Había llegado a una parte que parecía totalmente separada de la primera parte, aun lo verde no había llegado a aquel lugar, proclamando lo que por ley natural le pertenecía. Era una puerta de hierro que tenía escrito algunas palabras en latín, su manilla se veía complicada, el empujarla más, estaba incrustada en una pared grande, alta y fuerte. ¿Qué estaba en ese lugar? Era mejor que muchas personas no supieran lo que se encontraba detrás de esa puerta.
Como si nada la empujo luego de abrir el candado que cayó al suelo con las pesadas cadenas levantando polvo que pronto se disipo por un pequeño aire que paso para refrescar el rostro de la cambiante, quien se inclino un poco para poder recoger el extremo de un extremo de la cadena y arrastrarlo hacia dentro, hacia la oscuridad densa y peligrosa. Cuando estuvo adentro se pudo sentir como la puerta de hierro dejo oír un golpe seco al cerrarse, con tranquilidad, en oscuridad total puso otra vez el candado con aquellas cadenas entrelazándose en lugares específicos para aquella labor hasta que el candado quedo cerrado y la puerta por dentro segura, le paso llave a la manija de la puerta y la cubrió un una tela negra haciendo un extraño contraste con la poca luz que llegaba el lugar… la puerta había desaparecido.
Gracias a su visión acostumbrada a la oscuridad podía moverse tranquilamente y su memoria nunca la traicionaría. Giro en ese mismo eje y comenzó con un paso tranquilo a bajar las escaleras con tanta normalidad que parecía que tuviera una guía a su lado, pero no, ella sabia cada detalle de aquel lugar, por algo ella misma lo construyo. ¿Para que lo había construido…? Solamente ella lo sabía, claro, había invitados que habían tenido la suerte de llegar a este lugar, pero ninguno… había podido sobrevivir para llegar a contar lo que había visto en ese lugar.
Termino de cavar las escaleras, están como unos cien escalones que se dejaron atrás, luego llego a una mesa en donde había una pequeña vela gastada por el uso contante pero inconstante, una cerilla le dio vida al fuego a la luz, giro su cuerpo hacia la izquierda levantando la luz hasta el punto de encontrar una puerta de hierro forjado, tenía una pequeña ventana que se podía deslizar para ver hacia adentro, con su larga mano la deslizo mirando lo que había adentro, aspiro el matiz de olor que se encontraba en el olor y la hizo sonreír haciendo surgir en ella una emoción tan creciente que tuvo que evitar reírse, aunque reír o no reír no importaba en este lugar… nadie la escucharía.
-Sera una sorpresa…- susurro sonriendo ampliamente. Llego hasta otra puerta lejos de la otra, se quedo mirando la distancia… sería complicado, esta mejor buscar una solución rápido, detuvo sus pasos y retrocedió hasta llegar a la mesa en donde encontró una daga perfecta para sus propósitos, la enfundo en su cintura, mientras solamente eran cubiertas por un pequeño Short especial para aquel evento, su camisa era blanca manga corta, con un corsé apretándole el pecho y con algunas sorpresas dispuestas a salir muy pronto. Llego a la puerta que deseaba, la abrió mientras tenia la pequeña vela en su mano izquierda, ella un cambiaformas tuvo que hacer esfuerzo para abrir aquella pesada puerta que rechino de forma escandalosa cuando comenzaron a ceder. –Oh… Mon Amour – susurro dejando salir una risa, tan estruendosa, tan diabólica que ella misma se sorprendió la forma en que aquella melodía había sido compuesta. –Vez… debieron primero advertirte que si querías jugar con Ameris… no saldrías muy bien- aquella oscura habitación no estaba vacía, había alguien lleno de desesperación, atrapado, estafado por el juego de un ser sobrenatural que le prometió algo sabiendo que obtendría eso y mucho mas…
Salome se acerco aun más hacia aquel vampiro débil, dejando que su rostro absorbiera la luz de la vela, se inclino hacia él, sabía que estaba débil, ella era inteligente, tanto que sorprendía, no le había dejado beber nada de sangre, ni siquiera de las ratas, porque ellas no podían soportar lo que en ese lugar había –Oh…- dijo lamentándose -¿aun estás enojado conmigo por no dejarte beber sangre?- pregunto con falsa lastima. Sujeto su mentón, ella se relamió sus labios para luego acercarse a los de él para morder su labio inferior obligándolo a abrir su boca para que esta se abriera por deseo de la cambiante, introdujo su musculo moviéndose en ese lugar con tanta libertad, disfrutando el espacio, de vez en cuando sentía algo que se le oponía, pero esto solamente le divertía aun mas. Dejo salir un suspiro cuando se separo de aquel pedazo de cadáver que poco a poco comenzaría a destruir. –Oh no te preocupes… no divertiremos mucho - dijo acariciándole su cabellera enredada y mugrienta, su mano recorrió su mejilla hasta llegar al cuello. Lo sujeto con tal fuerza que aquel saco de huesos y carne literalmente muerta se levanto sonando las cadenas que lo tenían opreso, solamente lo pudo alzar hasta donde estas llegaban, dejando salir un rostro de frustración –Ahora… debo privarte de tu tacto- le susurro mientras sacaba la daga de su vaina mostrándosela mientras una risilla se asomaba a en sus labios. Lo dejo caer al suelo. Se alejo de él llegando a otro lugar con apenas la ayuda de la luz leve de la vela que había quedado en el piso, la recogió llevándola consigo hasta que poco a poco la luz se iluminaba cada vez aun mas por las velas de diferentes tamaños que se prendían alrededor de lo que parecía que era una mesa de operaciones.
-Bueno, antes no utilice esta bella sala del todo, solamente te mantuve aquí sin sacarle el potencial- dijo mientras terminaba los últimos arreglos, dejo la daga en una mesa para luego acercarse al cuerpo que comenzaba a ser poco a poco destrozado y arrastrarlo hacia ese lugar como un perro, ya que solamente soltó una de las cadenas que lo opresaba, las otras que estaban en su cuello, muñecas y tobillos fueron soltadas de la gruesa pared para como el mismísimo animal de circo ser trasportado hasta la cama. Gracias a que era un cambiaformas era fuerte, pudo levantar aquel peso hasta tumbarlo en la cama que tenía una función especial. Las cadenas fueron acopladas en lugares especiales para ellos, parecía que todo había hecho de forma perfecta y todo estaba coordinado, dejo salir una risilla al ver lo hermoso que se veía de aquella forma, tan indefenso y débil. –las muñecas deben molestarte- le dijo acariciando su cabello para luego alejarse en busca de la daga.
Sujeto una de sus manos libres, para comenzar a ser leves cortes en su palma, tanteo un poco hasta quedar conforme con el lugar lleno de sangre que comenzaba poco a poco a curarse dejando apenas los rastros de sangre. Sujeto la daga sonriendo ampliamente -tengo curiosidad de saber que sucederá si atravieso tu mano con la daga - pregunto mientras ponía la parte filosa de la daga en los dígitos del vampiro comenzando a reír, deseaba destruirlo completamente, -¿ya habías sentido lo que era dolor?... oh cariño aun te falta sentirlo en tu medula espinal- dijo al mismo tiempo que enterraba la punta de su daga en uno de sus dedos, sintiendo las pequeñas capas capas de músculos que estaban en aquel lugar ordenados de forma tan exacta y perfecta que te hacia preguntar “como carajos el cuerpo humano llego a ser tan perfecto”
De cierta forma ella odiaba a los vampiros, porque no había forma de destruirlos, es decir matarlos sin que su cuerpo fuera perjudicado, la única forma de hacerlo era mientras ellos estaban vivos, algo divertido, de cierta forma, pero también frustrante y fastidioso. Los gritos eran divertidos a cierta parte del juego, pero era más tranquilo los muertos, podías disfrutar una conversación sin respuesta de ellos, repasar tantas cosas de tu día, reír, llorar, a aplaudir a un púbico que nunca respondería a tus acciones y mucho menos se resistirían, aunque ella era escandalosa y totalmente altanera y egocéntrica, la tranquilidad era algo que le gustaba. Había terminado de introducir la daga, la dejo aun lado quedándose casi embobada mirando como se dañaba todo su trabajo gracias a la sanación rápida del vampiro, dejando apenas salir la sangre. La mano se quedo con varios cortes mientras esta poco a poco se curaba-oh… bueno ahora el otro- dijo dejando la mano cortada para comenzar a hacer el mismo proceso en la otra palma
Casas de fantasmas, era lo que era aquel lugar añejo y destruido por el paso de los tiempos, apenas algunas paredes servían de mural, de protección y también de guía para las personas curiosas poder llegar a aquel lugar oculto entre la espesa maleza que pudo nacer con tanta libertad que asombraba que no hubiera ningún rastro humano. Las únicas pisadas que estaban en ese lugar eran las de Salome, que comenzaba a convertirse en una intrusa cada vez más habitual de ese lugar, pero, pensándolo bien, aquella mujer no era una intrusa en aquella pequeña sala en donde se podría apreciar un árbol a mitad de aquella, quien había destrozado el techo, convirtiéndose en este en su nuevo techo. Era más como parte de aquella belleza virginal, sustentada por los dioses del Olimpo que personalmente protegían aquel lugar haciéndole ver más hermoso, más mágico.
De forma felina se movía ante aquellas malezas que se interponían entre ella y su camino, no era como el humano, que al ver un arbusto estorbándole lo corta haciendo sufrir al ser vivo que era el árbol, sutilmente daba un salto o prefería apartarse sutilmente de este para luego seguir caminando. Había llegado a una parte que parecía totalmente separada de la primera parte, aun lo verde no había llegado a aquel lugar, proclamando lo que por ley natural le pertenecía. Era una puerta de hierro que tenía escrito algunas palabras en latín, su manilla se veía complicada, el empujarla más, estaba incrustada en una pared grande, alta y fuerte. ¿Qué estaba en ese lugar? Era mejor que muchas personas no supieran lo que se encontraba detrás de esa puerta.
Como si nada la empujo luego de abrir el candado que cayó al suelo con las pesadas cadenas levantando polvo que pronto se disipo por un pequeño aire que paso para refrescar el rostro de la cambiante, quien se inclino un poco para poder recoger el extremo de un extremo de la cadena y arrastrarlo hacia dentro, hacia la oscuridad densa y peligrosa. Cuando estuvo adentro se pudo sentir como la puerta de hierro dejo oír un golpe seco al cerrarse, con tranquilidad, en oscuridad total puso otra vez el candado con aquellas cadenas entrelazándose en lugares específicos para aquella labor hasta que el candado quedo cerrado y la puerta por dentro segura, le paso llave a la manija de la puerta y la cubrió un una tela negra haciendo un extraño contraste con la poca luz que llegaba el lugar… la puerta había desaparecido.
Gracias a su visión acostumbrada a la oscuridad podía moverse tranquilamente y su memoria nunca la traicionaría. Giro en ese mismo eje y comenzó con un paso tranquilo a bajar las escaleras con tanta normalidad que parecía que tuviera una guía a su lado, pero no, ella sabia cada detalle de aquel lugar, por algo ella misma lo construyo. ¿Para que lo había construido…? Solamente ella lo sabía, claro, había invitados que habían tenido la suerte de llegar a este lugar, pero ninguno… había podido sobrevivir para llegar a contar lo que había visto en ese lugar.
Termino de cavar las escaleras, están como unos cien escalones que se dejaron atrás, luego llego a una mesa en donde había una pequeña vela gastada por el uso contante pero inconstante, una cerilla le dio vida al fuego a la luz, giro su cuerpo hacia la izquierda levantando la luz hasta el punto de encontrar una puerta de hierro forjado, tenía una pequeña ventana que se podía deslizar para ver hacia adentro, con su larga mano la deslizo mirando lo que había adentro, aspiro el matiz de olor que se encontraba en el olor y la hizo sonreír haciendo surgir en ella una emoción tan creciente que tuvo que evitar reírse, aunque reír o no reír no importaba en este lugar… nadie la escucharía.
-Sera una sorpresa…- susurro sonriendo ampliamente. Llego hasta otra puerta lejos de la otra, se quedo mirando la distancia… sería complicado, esta mejor buscar una solución rápido, detuvo sus pasos y retrocedió hasta llegar a la mesa en donde encontró una daga perfecta para sus propósitos, la enfundo en su cintura, mientras solamente eran cubiertas por un pequeño Short especial para aquel evento, su camisa era blanca manga corta, con un corsé apretándole el pecho y con algunas sorpresas dispuestas a salir muy pronto. Llego a la puerta que deseaba, la abrió mientras tenia la pequeña vela en su mano izquierda, ella un cambiaformas tuvo que hacer esfuerzo para abrir aquella pesada puerta que rechino de forma escandalosa cuando comenzaron a ceder. –Oh… Mon Amour – susurro dejando salir una risa, tan estruendosa, tan diabólica que ella misma se sorprendió la forma en que aquella melodía había sido compuesta. –Vez… debieron primero advertirte que si querías jugar con Ameris… no saldrías muy bien- aquella oscura habitación no estaba vacía, había alguien lleno de desesperación, atrapado, estafado por el juego de un ser sobrenatural que le prometió algo sabiendo que obtendría eso y mucho mas…
Salome se acerco aun más hacia aquel vampiro débil, dejando que su rostro absorbiera la luz de la vela, se inclino hacia él, sabía que estaba débil, ella era inteligente, tanto que sorprendía, no le había dejado beber nada de sangre, ni siquiera de las ratas, porque ellas no podían soportar lo que en ese lugar había –Oh…- dijo lamentándose -¿aun estás enojado conmigo por no dejarte beber sangre?- pregunto con falsa lastima. Sujeto su mentón, ella se relamió sus labios para luego acercarse a los de él para morder su labio inferior obligándolo a abrir su boca para que esta se abriera por deseo de la cambiante, introdujo su musculo moviéndose en ese lugar con tanta libertad, disfrutando el espacio, de vez en cuando sentía algo que se le oponía, pero esto solamente le divertía aun mas. Dejo salir un suspiro cuando se separo de aquel pedazo de cadáver que poco a poco comenzaría a destruir. –Oh no te preocupes… no divertiremos mucho - dijo acariciándole su cabellera enredada y mugrienta, su mano recorrió su mejilla hasta llegar al cuello. Lo sujeto con tal fuerza que aquel saco de huesos y carne literalmente muerta se levanto sonando las cadenas que lo tenían opreso, solamente lo pudo alzar hasta donde estas llegaban, dejando salir un rostro de frustración –Ahora… debo privarte de tu tacto- le susurro mientras sacaba la daga de su vaina mostrándosela mientras una risilla se asomaba a en sus labios. Lo dejo caer al suelo. Se alejo de él llegando a otro lugar con apenas la ayuda de la luz leve de la vela que había quedado en el piso, la recogió llevándola consigo hasta que poco a poco la luz se iluminaba cada vez aun mas por las velas de diferentes tamaños que se prendían alrededor de lo que parecía que era una mesa de operaciones.
-Bueno, antes no utilice esta bella sala del todo, solamente te mantuve aquí sin sacarle el potencial- dijo mientras terminaba los últimos arreglos, dejo la daga en una mesa para luego acercarse al cuerpo que comenzaba a ser poco a poco destrozado y arrastrarlo hacia ese lugar como un perro, ya que solamente soltó una de las cadenas que lo opresaba, las otras que estaban en su cuello, muñecas y tobillos fueron soltadas de la gruesa pared para como el mismísimo animal de circo ser trasportado hasta la cama. Gracias a que era un cambiaformas era fuerte, pudo levantar aquel peso hasta tumbarlo en la cama que tenía una función especial. Las cadenas fueron acopladas en lugares especiales para ellos, parecía que todo había hecho de forma perfecta y todo estaba coordinado, dejo salir una risilla al ver lo hermoso que se veía de aquella forma, tan indefenso y débil. –las muñecas deben molestarte- le dijo acariciando su cabello para luego alejarse en busca de la daga.
Sujeto una de sus manos libres, para comenzar a ser leves cortes en su palma, tanteo un poco hasta quedar conforme con el lugar lleno de sangre que comenzaba poco a poco a curarse dejando apenas los rastros de sangre. Sujeto la daga sonriendo ampliamente -tengo curiosidad de saber que sucederá si atravieso tu mano con la daga - pregunto mientras ponía la parte filosa de la daga en los dígitos del vampiro comenzando a reír, deseaba destruirlo completamente, -¿ya habías sentido lo que era dolor?... oh cariño aun te falta sentirlo en tu medula espinal- dijo al mismo tiempo que enterraba la punta de su daga en uno de sus dedos, sintiendo las pequeñas capas capas de músculos que estaban en aquel lugar ordenados de forma tan exacta y perfecta que te hacia preguntar “como carajos el cuerpo humano llego a ser tan perfecto”
De cierta forma ella odiaba a los vampiros, porque no había forma de destruirlos, es decir matarlos sin que su cuerpo fuera perjudicado, la única forma de hacerlo era mientras ellos estaban vivos, algo divertido, de cierta forma, pero también frustrante y fastidioso. Los gritos eran divertidos a cierta parte del juego, pero era más tranquilo los muertos, podías disfrutar una conversación sin respuesta de ellos, repasar tantas cosas de tu día, reír, llorar, a aplaudir a un púbico que nunca respondería a tus acciones y mucho menos se resistirían, aunque ella era escandalosa y totalmente altanera y egocéntrica, la tranquilidad era algo que le gustaba. Había terminado de introducir la daga, la dejo aun lado quedándose casi embobada mirando como se dañaba todo su trabajo gracias a la sanación rápida del vampiro, dejando apenas salir la sangre. La mano se quedo con varios cortes mientras esta poco a poco se curaba-oh… bueno ahora el otro- dijo dejando la mano cortada para comenzar a hacer el mismo proceso en la otra palma
Salomé Ameris- Cambiante Clase Alta
- Mensajes : 708
Fecha de inscripción : 01/02/2012
Localización : Entre ataudes
DATOS DEL PERSONAJE
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Datos de interés:
Re: La mia verità sarà la vostra verità [Privado]
Va en busca de un calvario, pide a gritos ser herido con suplicio. Alguien le habla de la muerte pero ¿Qué es la muerte? No es nada, no lastima, no destroza de esa manera y aquello no anhela, pide ser sangrado, sentir la miserable agonía minuto por minuto durante toda una larga existencia. Llevando siempre consigo el dolor que tenga penas, el dolor de sus placeres que le ilusionan al percibirse vivo en una infección cautivante. Y solo de esa vil manera se pierde en el laberinto de la lejanía, buscando entre las sombras lo que es renegado por la muchedumbre, de solo la hermosa palabra del “dolor”, ofreciendo su templo a la misma miseria de un alma que goza disfrutar blasfemias producidas por la venganza “¡Solo así, solo alguien así podrá brindar dolor al perderse en la vida impura, que dicha, que regocijo es caer en los brazos del mismo suplicio divino, por odio o por venganza será que ha de tomarse la agonía” Nada es producido en ese paraje abandonado, la suciedad, el apeste adornaban esa pequeña villa poseída por un retorno sin fin, un ciclo enfermizo que mantenía los ojos cegados entre la perdición mas proclamada.
Sin necesitar un paisaje con un hechizo de luz, la oscuridad era el inicio de aquel destino que había tomada, el aire parecía decirle que caerá hasta el fondo cruzando la ultima sombra donde se mantendrá preso por su propio capricho, el cual será transformado en una enajenación. Guiado sin saber donde, a la mitad del sendero es herido con una daga sobre su pierna….ahh!!! – Y es que la muerte es alondra descubierta por la noche, ahora sabe que siempre tuvo la razón, ella es la adecuada para esta complacencia.
Su piel teñida al carmesí, desprende huellas por todas esas piedras, está siendo llevado como un animal, encadenado tirando de ellas mientras este emboza su sonrisa más temerosa de perfil y se contempla con un solo pensamiento “el ardor” Todo acontecimiento doloroso es la liberación, pero nada ha cambiado aun anhela mas, solo esa daga fue la caricia que le despertó el interés de esperar el horror que se cometerá. "¡Si del mirar se trata es que en vez de brindarme temor me estás ofreciendo la calma, este paraje es mi hogar, que ruina mas esplendida me has brindado”
Siendo arrastrado, admira un soberbio monumento, representado del pasado esplendor, una reliquia fría, donde el aire ya no llega y las fantasías se tornan con delirio, expresado de solo horror y más horror ¡ah! Le cubren su rostro con aquella capucha hedionda ¡NO! El deseaba ver como era el interior de la ruina, y así es como solo envuelto por negrura permanece hasta sentir la dureza del suelo golpearle su templo con desprecio. ¡Ah, es como he esperado, seguir así y hacer que termine odiándome por desear este desastre!”
Hablando con el desconsuelo de su regeneración donde la daga había dejado su huella, le retiran esa capucha pero siente que aun está entre las oscuras telas, nada ha cambiado que aun sus ojos ven solo negrura, pero algo sucede, siente que caen las noches en tormenta ¡Maldita fulana! Le había dejado prisionero, como una odiosa jaula, eso era lo que más desdeñaba ser encarcelado, revolcándose en esos escombros, la bestia tenia sed, se sentía débil, que comenzaba a quemarse, quemarse hasta desaparecer en cenizas.
-Esto no fue lo acordado, estúpida perra…-Alas de vacío, voz destrozada de ira, siendo el maldito ruin que había clamado este juego, ahora denuncia la muerte, eso no pedía, luchando, insistiendo al sonar las cadenas, espera un olor, una presencia, un jodido corazón que late con sequedad y es difícil ante un bombardeo, es esa mediocre.
Dejando de moverse, ve como una luz se acerca, el rojizo de la llama le hace mirar fijamente y sus ojos transformados en un antaño tormentoso le observa con furia, como si fuese el trueno más ruidoso- Estúpida gata, te destrozare cada segmento, hare de tu putrefacto corazón mi cáliz-se acerco con una rapidez a ella, mostrando el filo de sus colmillos, gruñendo como el cuervo hambriento- Te arrepentirás por haber desobedecido mi petición…-alejando sus asquerosas manos de su mentón, con un movimiento pero- no..-solo pudo emitir ese desprecio, su labio había sido mordido y este le soltó una mordida venenosa. Negando, matándole con solo la mirada, rechinando sus colmillos y tratando de destrozar esas jodidas cadenas que le mantenían preso.
El templo es doloroso, necesita sangre, esa bebida sangrienta necesita, el grito del templo avala la sangre como a nadie, verla deslizarse en ese espacio, sus venas las veía con clareza, se enfurecía por presionar esa piel, solo necesitaba de ella aunque no fuese su adoración, pero lleva un rio, la líneas de su piel observa, su corazón pozo de la sangre mas amarga es la que solo pide con desespero tragar.
No me toques, ven y postra tus senos ante mi…-rechazando sus caricias, alejándose de sus toques con más movimientos por liberarse, girando el rostro para capturar esa mano, ¡Maldita sea! La debilidad siempre presente, pero la fuerza acumulada podía estrujarla y matarle. ¡Que es esta sensación, porque se siente un desquiciado destrozo en mi cuello, estúpida y mil veces estúpida! Duele, duele como el fuego le calcina, el suelo de nuevo le golpeaba, tan fuerte era todo que comenzaba a excitarse sin desearlo.
De repente la oscuridad se desvanecía ¡No, solo era oscuridad lo que le podía mantenerle calmado! El cual se alteró, sin dejar de mirarle fijamente, pero tan pronto como le miraba cambiaba su posición. –La única perra luciente aquí serás tú…-humillado de esa forma, le arrastraba y se negaba, agitándose, sintiendo como su espalda tocaba esa mesa…-Vamos, muéstrame que tan fiera eres.-Estaba en un estado de perdición por morbosear la daga con tal deseo de ser herido. “Deja que sienta su filo, déjame sollozar por placer aunque no serás perdonada por este trato que se ha anulado”
mmmmmmm-la mezcla de sus caricias, la sangre que en hilos se desprendía y el dolor consumido era un perfecto estasis, elevando el rostro pero la cadena le lastimaba por tal soltura- Vamos, hazlo, presionarla y bríndamelo con ferocidad.-sus palabras eran solos deslizadas, lo único que apreciaba era sentir el filo –mmmmmmmm-presiono sus labios con demanda, aguantándose esos sollozos, dejándolos presos en la boca, haciendo que las cadenas sonaran en balada por ese momento, aquella profundidad fue un completo y desquiciado deseo.
mmmm!!!!...-su dedo, la caricia que la sangre dejaba al ser recorrida sobre su piel, sus ojos miraban el techo en aquellos puntos lucientes que brillaban como unos rayos de sol muriente, rojizos y a al vez brillantes perdiendo cierta lucidez. Alucinando, perdiéndose en el exiliar del sufrimiento pero eso es poco con lo que había fantaseado, sintiendo como su piel se regeneraba y su rostro solo se tornaba descarado. –Mmmm, eso es todo, solo has dejado caricias hermosas, excítame hasta endurecerme….su voz, un cantar preciado de perversidad, retándole con los ojos que se atreviera a dar mas con frustración. “Esclavo de mis propios deseos, heridas curadas del templo son como el silencio, y el sangrar solo es la burla”
Sin necesitar un paisaje con un hechizo de luz, la oscuridad era el inicio de aquel destino que había tomada, el aire parecía decirle que caerá hasta el fondo cruzando la ultima sombra donde se mantendrá preso por su propio capricho, el cual será transformado en una enajenación. Guiado sin saber donde, a la mitad del sendero es herido con una daga sobre su pierna….ahh!!! – Y es que la muerte es alondra descubierta por la noche, ahora sabe que siempre tuvo la razón, ella es la adecuada para esta complacencia.
Su piel teñida al carmesí, desprende huellas por todas esas piedras, está siendo llevado como un animal, encadenado tirando de ellas mientras este emboza su sonrisa más temerosa de perfil y se contempla con un solo pensamiento “el ardor” Todo acontecimiento doloroso es la liberación, pero nada ha cambiado aun anhela mas, solo esa daga fue la caricia que le despertó el interés de esperar el horror que se cometerá. "¡Si del mirar se trata es que en vez de brindarme temor me estás ofreciendo la calma, este paraje es mi hogar, que ruina mas esplendida me has brindado”
Siendo arrastrado, admira un soberbio monumento, representado del pasado esplendor, una reliquia fría, donde el aire ya no llega y las fantasías se tornan con delirio, expresado de solo horror y más horror ¡ah! Le cubren su rostro con aquella capucha hedionda ¡NO! El deseaba ver como era el interior de la ruina, y así es como solo envuelto por negrura permanece hasta sentir la dureza del suelo golpearle su templo con desprecio. ¡Ah, es como he esperado, seguir así y hacer que termine odiándome por desear este desastre!”
Hablando con el desconsuelo de su regeneración donde la daga había dejado su huella, le retiran esa capucha pero siente que aun está entre las oscuras telas, nada ha cambiado que aun sus ojos ven solo negrura, pero algo sucede, siente que caen las noches en tormenta ¡Maldita fulana! Le había dejado prisionero, como una odiosa jaula, eso era lo que más desdeñaba ser encarcelado, revolcándose en esos escombros, la bestia tenia sed, se sentía débil, que comenzaba a quemarse, quemarse hasta desaparecer en cenizas.
-Esto no fue lo acordado, estúpida perra…-Alas de vacío, voz destrozada de ira, siendo el maldito ruin que había clamado este juego, ahora denuncia la muerte, eso no pedía, luchando, insistiendo al sonar las cadenas, espera un olor, una presencia, un jodido corazón que late con sequedad y es difícil ante un bombardeo, es esa mediocre.
Dejando de moverse, ve como una luz se acerca, el rojizo de la llama le hace mirar fijamente y sus ojos transformados en un antaño tormentoso le observa con furia, como si fuese el trueno más ruidoso- Estúpida gata, te destrozare cada segmento, hare de tu putrefacto corazón mi cáliz-se acerco con una rapidez a ella, mostrando el filo de sus colmillos, gruñendo como el cuervo hambriento- Te arrepentirás por haber desobedecido mi petición…-alejando sus asquerosas manos de su mentón, con un movimiento pero- no..-solo pudo emitir ese desprecio, su labio había sido mordido y este le soltó una mordida venenosa. Negando, matándole con solo la mirada, rechinando sus colmillos y tratando de destrozar esas jodidas cadenas que le mantenían preso.
El templo es doloroso, necesita sangre, esa bebida sangrienta necesita, el grito del templo avala la sangre como a nadie, verla deslizarse en ese espacio, sus venas las veía con clareza, se enfurecía por presionar esa piel, solo necesitaba de ella aunque no fuese su adoración, pero lleva un rio, la líneas de su piel observa, su corazón pozo de la sangre mas amarga es la que solo pide con desespero tragar.
No me toques, ven y postra tus senos ante mi…-rechazando sus caricias, alejándose de sus toques con más movimientos por liberarse, girando el rostro para capturar esa mano, ¡Maldita sea! La debilidad siempre presente, pero la fuerza acumulada podía estrujarla y matarle. ¡Que es esta sensación, porque se siente un desquiciado destrozo en mi cuello, estúpida y mil veces estúpida! Duele, duele como el fuego le calcina, el suelo de nuevo le golpeaba, tan fuerte era todo que comenzaba a excitarse sin desearlo.
De repente la oscuridad se desvanecía ¡No, solo era oscuridad lo que le podía mantenerle calmado! El cual se alteró, sin dejar de mirarle fijamente, pero tan pronto como le miraba cambiaba su posición. –La única perra luciente aquí serás tú…-humillado de esa forma, le arrastraba y se negaba, agitándose, sintiendo como su espalda tocaba esa mesa…-Vamos, muéstrame que tan fiera eres.-Estaba en un estado de perdición por morbosear la daga con tal deseo de ser herido. “Deja que sienta su filo, déjame sollozar por placer aunque no serás perdonada por este trato que se ha anulado”
mmmmmmm-la mezcla de sus caricias, la sangre que en hilos se desprendía y el dolor consumido era un perfecto estasis, elevando el rostro pero la cadena le lastimaba por tal soltura- Vamos, hazlo, presionarla y bríndamelo con ferocidad.-sus palabras eran solos deslizadas, lo único que apreciaba era sentir el filo –mmmmmmmm-presiono sus labios con demanda, aguantándose esos sollozos, dejándolos presos en la boca, haciendo que las cadenas sonaran en balada por ese momento, aquella profundidad fue un completo y desquiciado deseo.
mmmm!!!!...-su dedo, la caricia que la sangre dejaba al ser recorrida sobre su piel, sus ojos miraban el techo en aquellos puntos lucientes que brillaban como unos rayos de sol muriente, rojizos y a al vez brillantes perdiendo cierta lucidez. Alucinando, perdiéndose en el exiliar del sufrimiento pero eso es poco con lo que había fantaseado, sintiendo como su piel se regeneraba y su rostro solo se tornaba descarado. –Mmmm, eso es todo, solo has dejado caricias hermosas, excítame hasta endurecerme….su voz, un cantar preciado de perversidad, retándole con los ojos que se atreviera a dar mas con frustración. “Esclavo de mis propios deseos, heridas curadas del templo son como el silencio, y el sangrar solo es la burla”
Nicolás D' Lenfent- Vampiro/Realeza [Admin]
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Re: La mia verità sarà la vostra verità [Privado]
Las risas que de ella nacían, eran como canticos para algún ser que estaba más allá de la comprensión humana, solamente ella podría describir lo divertido que era aquello, no por la sensación deliciosa que sentía al momento de desgarrar una carne que se regeneraría rápidamente, aquello lo veía en muy poca importancia. Lo más interesante de todo, era escuchar aquellos comentarios que salían como veneno de serpiente hacia su rostro, pero había un problema, que no era con el que el contaba, debía ser más que bueno para enojar a Salome con palabras tan estúpidas y vanas, aquello solamente era un chiste, grandes y hermosos chistes que hacían que por poco se orinara de la risa.
-HAHAHAHAHAHAHA….- siguió mientras caminaba por todo el largor de aquel lugar en donde estaba preso el demonio que a muchos temían –Eres muy gracioso Nicolás- dijo mientras un ataque de risa le daba y por culpa de que sus entrañas le dolían se inclino con la mano en estas. La otra que tenía clavo el filo de la daga en lo primero que encontró. Una fuente de sangre apareció, ella rápidamente se reincorporo dejando salir un alarido de felicidad, se lo había puesto en el muslo muy cerca de aquella cosa muerta que comenzaba a verse como un pequeño bulto erecto. Había encontrado una fuente, dio algunos aplausos para luego sacar la daga y jugar con ella mientras veía como las gotas de sangre llegaban al piso de su laboratorio.
Cuanto amaba aquel lugar, era como su casa de verano, podía estar en ese lugar, disfrutar de algún esclavo que había sido propiedad de ella, disfrutar de tantas formas que no podía resumirlo y bueno, luego, “reciclar”. Se relamió los labios mientras su mirada se volvía más filosa y deseosa de aquello carmesí. Ya había llevado varios minutos rasgando partes del cuerpo de aquel vampiro, sus piernas, manos, brazos, pectoral, ya estaba con sangre seca y costrosa que le daba solamente un aire más sensual al estúpido vampiro. Se acerco a su rostro con la daga para hacerle un corte desde la nariz hasta la oreja derecha, se lo clavo lo suficiente como para sentir con la punta de aquella daga el hueso del cráneo-No te muevas idiota…- le susurro mientras su bisturí especial realizaba aquella operación plástica mientras ella se relamía los labios cuando alguna gota de sangre le llegaba justo a ellas para poder saborear aquel sabor viejo y asqueroso de la sangre de aquel viejo cuerpo. Apenas sintió el cartílago de la oreja, se dio cuenta que había llegado al punto final, introdujo uno de sus dedos, moviéndolo enérgicamente, sintiendo la carne en sus dígitos que buscaban regenerarse, pero no ella no deseaba que se regenerara aun. Escarbo hasta que sintió el hueso del cráneo en sus deseos –hihihihi…- rio suavemente mientras con su dedo recorría la gran herida que le había hecho –Lastima que no quedara cicatriz- le susurro para darle un beso en la mejilla sangrentada y dividida al mismo tiempo que sacaba el dedo de vista. Se mordió el labio inferior. ¿Ahora qué tocaría? ¿Por qué no jugaba un poco con el sexo del hombre?
Le daba muchas gracias a aquel fantasma que había llegado una noche sin luna a sus aposentos, se sintió por unos segundos amenazada, pero por suerte no era enemiga, aunque tampoco se le podría considerar como aliada. ¿Qué quería aquella mocosa que se le presentaba a esas horas? Pensó Salome. Solamente era para disfrutar un poco de un vampiro que deseaba entrar a un mundo que ella conocía muy bien y que en algún tiempo también estuvo como la víctima, pero tal vez nunca había sufrido como sus propias víctimas lo hacían y para ella esa era la idea, infligir tanto dolor desgarrador que su sufrimiento se muestre insignificante. Aunque mucho lo buscara, nunca lo lograba, su sufrimiento, su tortura aun se mostraba en su cuerpo y al parecer nunca cesarían. Pobre vampiro, que confiado de que la podría joder con su fuerza y habilidades llego a ella buscando una buena pelea llena de más de una herida. Tal vez fuera más viejo que ella, no le había preguntado la edad a su amigo –tampoco le interesaba mucho- pero ella tenía mucha más experiencia en la caza y tortura de lo que muchos podrían imaginar y eso era lo divertido, que su apariencia de mujer loca, no demostraban lo verdaderamente demente que estaba.
Ya se había aburrido, dibujaba alguna cosa, garabatos en el pecho del vampiro mientras su mano sostenía la mejilla de aquella mujer de melena rubia y alborotada, realizo algunos sonidos con sus labios, otros pucheros mas para luego levantarse enérgicamente y clavar la daga en el estomago del vampiro –Bueno iremos a la próxima estación- sentencio. Miro la daga en su lugar y rápidamente la saco escuchando el dulce salpicar de la sangre.
Lo había agarrado de sus cabellos y arrastrado con facilidad por el largo pasillo, la puertas de hierro forjado de veían por los dos labios, se podía ver a Salome concentrada en saber cual celda lo metería, pronto se detuvo en una con la puerta negra y sin ventana, hasta los orificios en donde podrían salir algo estaban tapados, colgado estaba una máscara especial para ella, cubría la nariz y la boca con una malla metaliza con facilidad se ajustaba a su rostro, sin tener la necesidad de sujetarla y así no quitaba sus manos de su víctima-No te acompañare a esta estación- dijo con cierta lastima –pero te estaré observando! Así que no estarás solo- abrió la puerta que rechino fuertemente. Rápidamente se pudo sentir un tremendo hedor. Salome lo sujeto con la suficiente fuerza para tirarlo como si fuera una basura más a ese lugar.
La puerta se había cerrado, dejando una terrible oscuridad, pronto se habían prendido una pequeña y débil luz de unas velas que se veían en una telaraña arriba del techo. Todo el lugar estaba lleno de cadáveres desnudos, no importaba de qué color de piel era, ya casi no se podía ver el suelo, algunas piernas estaban arrinconadas en una esquina, los brazos en otra, cabezas colgadas en una pared completa con los ojos volteados o ya descomponiéndose, cuando ya solamente quedaba huesos estos se caían y eran cubiertos por mas huesos que seguían cayendo como una cascada. Los cuerpos enteros estaban en el centro de aquella gran habitación, tirados como muñecos de trapo. Algunos órganos se podían ver en el suelo, desprecios fisiológicos como orina y heces fácilmente se percibían en el aire. Era una habitación en donde se habían recolectado cadáveres por más de 20 años y nunca limpiado, así que el hedor era increíble, Salome solamente entraba unas pocas veces a seleccionar y arreglar su hermoso jardín del edén, ver cuántas cabezas habían caído, seleccionar los brazos de las pierna y mantener siempre fresca la habitación con nuevos cuerpos para descomponerse.
Salome se encontraba en una ventana que estaba cerca de una esquina, era lo único trasparente que había en el lugar, se podía ver un lugar mas reconfortable, salome se había cambiado de ropas y limpiado un poco la cara antes de volver a visitar a su víctima en su jardín del edén, toco la ventana para producir un sonido para que lo pudiera oír y ella viera la reacción de el. El vidrio era uno de los más fuertes, ni ella podría romperlo si quisiera, así que un vampiro debilitado era muy poco probable. Sabía que comenzaba a molestar a una serpiente y no era estúpida tenía otras alternativas si por alguna razón esta linda serpiente se ponía muy agresiva. Lo único que hizo fue saludarlo con una sonrisa en sus labios para luego realizar un leve gesto. Se tapo la nariz mostrando su rostro contraído y con su mano agitándola. Luego rio y ladeo su rostro suspirando. Definitivamente Nicolás era divertido
-HAHAHAHAHAHAHA….- siguió mientras caminaba por todo el largor de aquel lugar en donde estaba preso el demonio que a muchos temían –Eres muy gracioso Nicolás- dijo mientras un ataque de risa le daba y por culpa de que sus entrañas le dolían se inclino con la mano en estas. La otra que tenía clavo el filo de la daga en lo primero que encontró. Una fuente de sangre apareció, ella rápidamente se reincorporo dejando salir un alarido de felicidad, se lo había puesto en el muslo muy cerca de aquella cosa muerta que comenzaba a verse como un pequeño bulto erecto. Había encontrado una fuente, dio algunos aplausos para luego sacar la daga y jugar con ella mientras veía como las gotas de sangre llegaban al piso de su laboratorio.
Cuanto amaba aquel lugar, era como su casa de verano, podía estar en ese lugar, disfrutar de algún esclavo que había sido propiedad de ella, disfrutar de tantas formas que no podía resumirlo y bueno, luego, “reciclar”. Se relamió los labios mientras su mirada se volvía más filosa y deseosa de aquello carmesí. Ya había llevado varios minutos rasgando partes del cuerpo de aquel vampiro, sus piernas, manos, brazos, pectoral, ya estaba con sangre seca y costrosa que le daba solamente un aire más sensual al estúpido vampiro. Se acerco a su rostro con la daga para hacerle un corte desde la nariz hasta la oreja derecha, se lo clavo lo suficiente como para sentir con la punta de aquella daga el hueso del cráneo-No te muevas idiota…- le susurro mientras su bisturí especial realizaba aquella operación plástica mientras ella se relamía los labios cuando alguna gota de sangre le llegaba justo a ellas para poder saborear aquel sabor viejo y asqueroso de la sangre de aquel viejo cuerpo. Apenas sintió el cartílago de la oreja, se dio cuenta que había llegado al punto final, introdujo uno de sus dedos, moviéndolo enérgicamente, sintiendo la carne en sus dígitos que buscaban regenerarse, pero no ella no deseaba que se regenerara aun. Escarbo hasta que sintió el hueso del cráneo en sus deseos –hihihihi…- rio suavemente mientras con su dedo recorría la gran herida que le había hecho –Lastima que no quedara cicatriz- le susurro para darle un beso en la mejilla sangrentada y dividida al mismo tiempo que sacaba el dedo de vista. Se mordió el labio inferior. ¿Ahora qué tocaría? ¿Por qué no jugaba un poco con el sexo del hombre?
Le daba muchas gracias a aquel fantasma que había llegado una noche sin luna a sus aposentos, se sintió por unos segundos amenazada, pero por suerte no era enemiga, aunque tampoco se le podría considerar como aliada. ¿Qué quería aquella mocosa que se le presentaba a esas horas? Pensó Salome. Solamente era para disfrutar un poco de un vampiro que deseaba entrar a un mundo que ella conocía muy bien y que en algún tiempo también estuvo como la víctima, pero tal vez nunca había sufrido como sus propias víctimas lo hacían y para ella esa era la idea, infligir tanto dolor desgarrador que su sufrimiento se muestre insignificante. Aunque mucho lo buscara, nunca lo lograba, su sufrimiento, su tortura aun se mostraba en su cuerpo y al parecer nunca cesarían. Pobre vampiro, que confiado de que la podría joder con su fuerza y habilidades llego a ella buscando una buena pelea llena de más de una herida. Tal vez fuera más viejo que ella, no le había preguntado la edad a su amigo –tampoco le interesaba mucho- pero ella tenía mucha más experiencia en la caza y tortura de lo que muchos podrían imaginar y eso era lo divertido, que su apariencia de mujer loca, no demostraban lo verdaderamente demente que estaba.
Ya se había aburrido, dibujaba alguna cosa, garabatos en el pecho del vampiro mientras su mano sostenía la mejilla de aquella mujer de melena rubia y alborotada, realizo algunos sonidos con sus labios, otros pucheros mas para luego levantarse enérgicamente y clavar la daga en el estomago del vampiro –Bueno iremos a la próxima estación- sentencio. Miro la daga en su lugar y rápidamente la saco escuchando el dulce salpicar de la sangre.
Lo había agarrado de sus cabellos y arrastrado con facilidad por el largo pasillo, la puertas de hierro forjado de veían por los dos labios, se podía ver a Salome concentrada en saber cual celda lo metería, pronto se detuvo en una con la puerta negra y sin ventana, hasta los orificios en donde podrían salir algo estaban tapados, colgado estaba una máscara especial para ella, cubría la nariz y la boca con una malla metaliza con facilidad se ajustaba a su rostro, sin tener la necesidad de sujetarla y así no quitaba sus manos de su víctima-No te acompañare a esta estación- dijo con cierta lastima –pero te estaré observando! Así que no estarás solo- abrió la puerta que rechino fuertemente. Rápidamente se pudo sentir un tremendo hedor. Salome lo sujeto con la suficiente fuerza para tirarlo como si fuera una basura más a ese lugar.
La puerta se había cerrado, dejando una terrible oscuridad, pronto se habían prendido una pequeña y débil luz de unas velas que se veían en una telaraña arriba del techo. Todo el lugar estaba lleno de cadáveres desnudos, no importaba de qué color de piel era, ya casi no se podía ver el suelo, algunas piernas estaban arrinconadas en una esquina, los brazos en otra, cabezas colgadas en una pared completa con los ojos volteados o ya descomponiéndose, cuando ya solamente quedaba huesos estos se caían y eran cubiertos por mas huesos que seguían cayendo como una cascada. Los cuerpos enteros estaban en el centro de aquella gran habitación, tirados como muñecos de trapo. Algunos órganos se podían ver en el suelo, desprecios fisiológicos como orina y heces fácilmente se percibían en el aire. Era una habitación en donde se habían recolectado cadáveres por más de 20 años y nunca limpiado, así que el hedor era increíble, Salome solamente entraba unas pocas veces a seleccionar y arreglar su hermoso jardín del edén, ver cuántas cabezas habían caído, seleccionar los brazos de las pierna y mantener siempre fresca la habitación con nuevos cuerpos para descomponerse.
Salome se encontraba en una ventana que estaba cerca de una esquina, era lo único trasparente que había en el lugar, se podía ver un lugar mas reconfortable, salome se había cambiado de ropas y limpiado un poco la cara antes de volver a visitar a su víctima en su jardín del edén, toco la ventana para producir un sonido para que lo pudiera oír y ella viera la reacción de el. El vidrio era uno de los más fuertes, ni ella podría romperlo si quisiera, así que un vampiro debilitado era muy poco probable. Sabía que comenzaba a molestar a una serpiente y no era estúpida tenía otras alternativas si por alguna razón esta linda serpiente se ponía muy agresiva. Lo único que hizo fue saludarlo con una sonrisa en sus labios para luego realizar un leve gesto. Se tapo la nariz mostrando su rostro contraído y con su mano agitándola. Luego rio y ladeo su rostro suspirando. Definitivamente Nicolás era divertido
Salomé Ameris- Cambiante Clase Alta
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Re: La mia verità sarà la vostra verità [Privado]
“Solo el dolor es la forma de apreciar un arte horroroso”
¡Ah! Que dolor mas divino presenciaba, ese es el dolor que hiere, solo eso es lo que pedía, ser arrinconado, enloquecer y desilusionarse de sí mismo por llegar al extremo de la agonía en suplicas de solo deseos enfermizos…
Dolor, solo grita en su interior ¡Maldito y divino dolor! Su muslo ha sufrido un éxtasis que se consume con una mordida al sangrarse los labios, callando sus gemidos por la dicha que sentía…Parecía su vacio escupir piedad mientras que sus palabras pedían lo contrario, teniendo un sordo grito, riendo por la satisfacción que le era brindada. Obsesionándose por ser destrozado, anhelaba mas cortes, mas sangre que fluyera…-Dejar de hablar y hacer su trabajo, clavarme mas dagas, mi templo será la miseria de tus armas…-Siendo el mismo sufrimiento la forma en que se excitaba, dejando al descubierto su endurecimiento, bañado de solo alaridos que su mente desfiguraba…-mmmmmmm.-de su boca solo salían eróticos sonidos llenos de goce, un goce inexplicable, esa maldita obsesión por dejar más dolor sellado en su ser…
Su rostro con la mirada perdida le seguía, veía como jugaba con la daga que era imposible dejar de sonreír…-Así que te diviertes, eso me gusta…-Fijándose en su templo sangrado, hermosamente teñido del color carmesí brillante, era en verdad maravilloso como decoraba el paraje…
Ahh!....-Cada segmento rasguñado le alteraba, encendía todo lo que parecía estar dormido, invadiendo completamente ese filo, penetrándose en lo más hondo, su piel dejaba solo hilos de linfa, dibujando un pergamino sin descifrarse…-Decirme si sientes estallar como un volcán al dejar ese filo en mi…-hablaba con pequeños quejidos vibrantes, alzando un poco el cuerpo y a base de ello las cadenas resonaban, dando a escuchar una prisión de locura…Ya no le importaba ser atado, las cadenas le herían más que nada pero ahora la metamorfosis que surgía era mas perturbante que la libertad que le fue cortada…
Su rostro hacia abajo, arqueándose por sentir en su pecho el corte…-ahhhhhhhhhhh!- extremadamente lleno de lujuria, seducirse a sí mismo por los dejes de cicatrices que por el momento no serian heridas curadas….
Ahhhhhhhhhhhhh!-Dolor físico, dolor que invadía las entrañas secas, dejando un pellizco por todas partes, dolorido sentía, desequilibra la mente y los pensamientos deja palabras brillosas para aquella gata que maullaba con dicha…
“Asi gata, quiero más, dame mas de tus armas que se figuran como garras en mi piel, destrózame más, has de mi un jodido arte que aprecie” Convertido en un maldito esclavo de placer, olvidando todo para ir hacia lo bello del sentir, tatuando este maldito dolor que jamás se lograra olvidar, pero su esencia aclama ser mutilado, desfigurar si era necesario aunque solo quedara en una ilusión…Agonizando por tal apreciado corte en su rostro, que se giro un poco y con rapidez le soltó una mordida en su mejilla que la linfa ajena pudo saborear, comenzando a reír con un horror…-hahahaha, tu linfa es peor que la mierda, no sirve para nada…-escupiéndole en su rostro, añorando verla maquillada de manchas carmesí…-Vamos, muéstrame como es tu ira hacia mi-Relamiéndose los labios, sin perder la burla hacia ella, anhelando provocarla, que se pusiera peor que una fiera…-Tan idiota que olvidas que soy peor que tu imbécil….ahhhhhhhhhhhh!-¡Jodido dolor! Ese le había hecho gritar, el primer grito torturante, riendo sin poder creer que haya realizado un erotismo con ello…Moviéndose, sin poder evitar quejarse, no deseaba que esa perra probara de su linfa… -mmmmmm- Tragándose más los gritos, moviendo las manos pero las jodidas cadenas le decían que estaba preso, que no podía moverse… Quitando su rostro, no quería besos que con asco se había quedado…
Alzando la mirada en ella, sonriendo como un maniático, con los ojos brillosos esperando admirar otro delirio….-mm, ¿se ha acabado? Esperaba mas de ti…-alzando la ceja…-Me aburres de esta manera…-negando por los garabatos en su pecho, no sentía nada sin embargo verla y al sentir la daga en su pecho- mmmmmmmmmmm-su cuerpo se hecho hacia atrás por instinto, por la presión en su estomago escupió algo de sangre que burlón se mostro, dejando que la linfa se derramara a la orilla de sus labios…-ahhh!!...-aquella abertura…-ahh! Vaya, había olvidado este jodido mártir…-con la voz fuerte, dejando que el sonido fuera una sorpresa, ladino por la magnífica evocación que desprendió, dejando que su templo sufriera en su interior, mientras que en el exterior era un martirio plasmado en burla…
“Órgano siniestro”
De pronto sintió sus cabellos tironeados, el piso es lo que sentía, arrastrado como un mendigo perro…-Gózalo estúpida donde no hagas bien tu trabajo te mostrare en verdad como hacerlo…-Con voz furiosa, la manera en la que era llevado le desagradaba pero no esperaba ser tratado como tal, que por ello no dejaba de embozar sonrisas secas, examinando el lugar a donde era llevado…-¡Que! …No me jodas…-con decepción, con una ira que desprendió al ser arrojado a ese vacío, lleno de negrura como le gustaba, era una completa miseria…Tratándose de arrastrarse un poco para levantarse, y de ahí fue descubriendo cadáveres, suciedad, olor a defecación como meados y la putrefacción, esa descomposición de cuerpos, polvo, telarañas, bichos que rondaban por los putrefactos cadáveres, un completo apeste, un asco que podía penetrar esa fragancia a él con profundidad…
Ladeando el rostro para seguir admirando la sequedad de algunos órganos- Que tristeza no poder morir de esta manera, ¿No crees?-su voz parecía hacer un eco en al aura, al escuchar el sonido de unos toques desvió la mirada hacia esa dirección que sus ojos le miraron con fijeza, sonriendo…-¿Qué estúpida si crees que esto me hará sufrir!-aun encadenado, no podía hacer algo mas pero de pie logro estar, negando por tal suceso…-No tengas piedad querida, este exquisito aroma, la putrefacción es la fragancia que desearía desprender…-negando con burla.- JA! Mírame bien, pedazo de mierda esto es mi heaven, dime si mis ojos no te muestran la miseria de este lugar, mi templo es peor que un jodido cadáver…-lamiéndose los labios para dejarles un estasis al hablar…-Que estupidez si habéis creído que esto sería torturarme….-dejándose caer en la montaña de los huesos que reía como un demente, moviéndose para acariciarse con ellos mismos...-hahaha que esplendoroso…-su templo ardía, dolía como mil jodidas dagas aun incrustadas en el, dejando que todo ese dolor se convirtiera en la forma de excitarse y perder completamente el sufrimiento…
'Si se me ve con una sonrisa en los labios y una salvaje imaginación. Si, seguramente estaré pidiendo a gritos que me destroces”
Nicolás D' Lenfent- Vampiro/Realeza [Admin]
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Re: La mia verità sarà la vostra verità [Privado]
Las cosas fáciles comenzaban a volverse aburridos, veía como aquel vampiro comenzaba a revolcarse entre sus tesoros, los cuerpos descompuestos que ella coleccionaba desde hace mucho tiempo. Al parecer el dolor era su mayor amigo, era lo único que había conocido desde hace mucho tiempo, el estaba a su lado y por eso ya no parecía prestarle atención cuando estaba a su lado. Que hombre más aburrido se había encontrado, un ser acostumbrado a todos los estragos que la vida podría encontrar y mostrarle, maldijo por unos segundos al fantasma que le atrajo aquel pedazo de carne podrida. Que solamente comenzaba a aburrirla completamente.
Aunque estaba disgustada, le parecía interesante ver como aquel hombre disfrutaba enérgicamente de las sesiones que Salome le daba, era una forma más de ver como el comportamiento del ser humano se podía volver más que repugnante. Nunca le había gustado los vampiros y esta no era su excepción, al parecer rápidamente le aburriría por sus acciones o tal vez, lo hacía a propósito para poner de mal humor a la cambiaformas, algo que era muy probable, pero para que ella comenzara a arrebatar contra el faltaba mucho.
-Fastidioso- indico ella mostrándose desinteresada en las maromas que hacía, parecía un mono, un animal en la jungla salvaje, en el edén prometido, ladeo su cabeza mostrando en su rostro desinterés, si él se estaba divirtiendo, ella comenzaba a descender su gracia a lo mejor era matarlo de una vez por todas, eso sería aun más divertido. Sus palabras lograban hacer efecto. ¿Qué planeaba hacer? –No sé lo que buscas…- indico ella desviado la mirada hacia un lado mientras sus oídos podían percibir su molesto sonido, su molesto timbre de voz sobrenatural, dejo salir un gruñido, comenzaba a desear arrancar aquella lengua y ella misma echársela a los cuervos, quienes estarían encantadas de comérsela, debatirse por ella, pero decidió hacerle caso, tal vez si estaba siendo muy compasiva con él, a lo mejor lo trataba como el verdadero rey de las tinieblas que podría decirse que era aquel ser.
Se levanto de su asiento, riendo levemente mientras se retiraba de aquel lugar, tal vez valía la pena, no lo sabía, pero lo examinaría aun más de cerca, ya no habría ataduras, no habría torturas solamente para él, se daría la opción de ver si este era lo suficientemente bueno como para sobrevivir a la peor tortura que ella se sabía. ¿Cuál era? el enfrentarse a aquellas bestias que vivían dentro de ella, de cierto momento eran tranquilas, pero su sed de sangre era grande. Salió por un gran pasillo, en aquel oscuro lugar se pudieron escuchar algunos quejidos, gemidos y gritos de seres muertos, si muertos y gimiendo, pero estaban muertos de miedo, porque habían sido atrapados como luciérnagas y encerradas en un tarro de cristal. Había de todo, niños, ancianos que estaban más cerca de la muerte que allí en la vida, pero le gustaba ver la vejez, la piel arrugada y sus ojos hundidos, los cuerpos pequeños y los cabellos canosos, para ella era algo, que aun no podría vivir y le parecía fascinante ver como se marchitaba cada vida. Todos iban al mismo lugar, aquel lugar en donde estaba el vampiro, algunos tenían ya tres días sin abrir los ojos, pero Salome no los había llevado a su otra habitación, pues le gustaba ver como los humanos encerrados con esos cadáveres tenían aquellas reacciones tan divertidas, al final se acostumbraban a su presencia y la diversión para ella acababa.
Abrió uno de aquellas puertas, en donde había una mujer de color tirada boca abajo, muy cerca de la puerta, ella siempre le había gustado arañar la puerta, se veía sus uñas y sangre en ella, aquel sonido a salome le encantaba, lástima que ya no había aquella melodía en la orquesta de muerte que ella dirigía en ese lugar. Miro el lugar y encontró a una pequeña niña, tendría como unos diez años, nueve, tal vez ocho. Era del mismo color que aquel cadáver, le gustaba ese color, le parecía interesante, hermoso y siniestro… los descendientes de Caín, algunos los llamaban así. La pequeña lloro, gimoteo y trato de zafarse al menos una vez de su agarre, eso sí le gustaba, la pelea, los deseos de vivir y esa pequeña lo quería a gritos, pero lastima, iba a perder su vida esa noche y no a manos de ella… eso tal vez le molestaba un poco a Salome.
La tiro en aquel lugar putrefacto mientras se quedaba atentamente en la puerta –Tómala amado mío, tu cara se ve horrible, ve y busca esa sangre para que pueda devolverte su belleza inmortal- le indico la cambiante señalando a la niña que comenzaba a vomitar y a gimotear aun mas fuerte por la escena que tenia al frente, montañas y montañas de cadáveres se apilaban en aquel amplio cuarto, un cuarto de trofeos.
Aunque estaba disgustada, le parecía interesante ver como aquel hombre disfrutaba enérgicamente de las sesiones que Salome le daba, era una forma más de ver como el comportamiento del ser humano se podía volver más que repugnante. Nunca le había gustado los vampiros y esta no era su excepción, al parecer rápidamente le aburriría por sus acciones o tal vez, lo hacía a propósito para poner de mal humor a la cambiaformas, algo que era muy probable, pero para que ella comenzara a arrebatar contra el faltaba mucho.
-Fastidioso- indico ella mostrándose desinteresada en las maromas que hacía, parecía un mono, un animal en la jungla salvaje, en el edén prometido, ladeo su cabeza mostrando en su rostro desinterés, si él se estaba divirtiendo, ella comenzaba a descender su gracia a lo mejor era matarlo de una vez por todas, eso sería aun más divertido. Sus palabras lograban hacer efecto. ¿Qué planeaba hacer? –No sé lo que buscas…- indico ella desviado la mirada hacia un lado mientras sus oídos podían percibir su molesto sonido, su molesto timbre de voz sobrenatural, dejo salir un gruñido, comenzaba a desear arrancar aquella lengua y ella misma echársela a los cuervos, quienes estarían encantadas de comérsela, debatirse por ella, pero decidió hacerle caso, tal vez si estaba siendo muy compasiva con él, a lo mejor lo trataba como el verdadero rey de las tinieblas que podría decirse que era aquel ser.
Se levanto de su asiento, riendo levemente mientras se retiraba de aquel lugar, tal vez valía la pena, no lo sabía, pero lo examinaría aun más de cerca, ya no habría ataduras, no habría torturas solamente para él, se daría la opción de ver si este era lo suficientemente bueno como para sobrevivir a la peor tortura que ella se sabía. ¿Cuál era? el enfrentarse a aquellas bestias que vivían dentro de ella, de cierto momento eran tranquilas, pero su sed de sangre era grande. Salió por un gran pasillo, en aquel oscuro lugar se pudieron escuchar algunos quejidos, gemidos y gritos de seres muertos, si muertos y gimiendo, pero estaban muertos de miedo, porque habían sido atrapados como luciérnagas y encerradas en un tarro de cristal. Había de todo, niños, ancianos que estaban más cerca de la muerte que allí en la vida, pero le gustaba ver la vejez, la piel arrugada y sus ojos hundidos, los cuerpos pequeños y los cabellos canosos, para ella era algo, que aun no podría vivir y le parecía fascinante ver como se marchitaba cada vida. Todos iban al mismo lugar, aquel lugar en donde estaba el vampiro, algunos tenían ya tres días sin abrir los ojos, pero Salome no los había llevado a su otra habitación, pues le gustaba ver como los humanos encerrados con esos cadáveres tenían aquellas reacciones tan divertidas, al final se acostumbraban a su presencia y la diversión para ella acababa.
Abrió uno de aquellas puertas, en donde había una mujer de color tirada boca abajo, muy cerca de la puerta, ella siempre le había gustado arañar la puerta, se veía sus uñas y sangre en ella, aquel sonido a salome le encantaba, lástima que ya no había aquella melodía en la orquesta de muerte que ella dirigía en ese lugar. Miro el lugar y encontró a una pequeña niña, tendría como unos diez años, nueve, tal vez ocho. Era del mismo color que aquel cadáver, le gustaba ese color, le parecía interesante, hermoso y siniestro… los descendientes de Caín, algunos los llamaban así. La pequeña lloro, gimoteo y trato de zafarse al menos una vez de su agarre, eso sí le gustaba, la pelea, los deseos de vivir y esa pequeña lo quería a gritos, pero lastima, iba a perder su vida esa noche y no a manos de ella… eso tal vez le molestaba un poco a Salome.
La tiro en aquel lugar putrefacto mientras se quedaba atentamente en la puerta –Tómala amado mío, tu cara se ve horrible, ve y busca esa sangre para que pueda devolverte su belleza inmortal- le indico la cambiante señalando a la niña que comenzaba a vomitar y a gimotear aun mas fuerte por la escena que tenia al frente, montañas y montañas de cadáveres se apilaban en aquel amplio cuarto, un cuarto de trofeos.
Salomé Ameris- Cambiante Clase Alta
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Re: La mia verità sarà la vostra verità [Privado]
Entre polvo y telarañas, cadáveres putrefactos, suciedad admirada por solo el cuervo que sabe vivir en la miseria de la misma jodida muerte, está ahí, jugando con los esqueletos, escondiéndose entre ellos, quería ser uno, imitaba como si la muerte proclamara, se comportaba como una bestia, esas eran las garras del infierno, es la muerte del silencio, es la manera en como uno yace por siempre, en silencio, olvidados mientras se descomponen para ser devoradas por la nada, besa un cráneo, los gusanos resaltan por todas partes, defecaciones eran embarradas en las finas sedas de su vestimenta, la muerte le estaba invitando a ser manchado de cenizas, entre el polvo que la oscuridad vigila, era torturado por tanta belleza, se calla por coger el esqueleto de una mujer, se levanta con ella y comienza a bailar, baila con ella pero poco a poco los huesos se dispersan, se desvanecen en polvo, ya sin alma, sin templo cae, que niega y va en busca de más cadáveres para danzar.
Tatarea una canción de Luna, es la muerte quien llama la sangre, busca un poco porque se está perdiendo, enloquece sin saber que podría morir si no se alimenta, si no consume su maldición a tiempo morirá, y ahí maldice a la linfa, sus entrañas quieren devorar huesos, que sin razón alguna coge uno y los relame, todo podrido, seduce la asquerosidad del sabor, sus manos con pestilencias busca coger mas huesos, lame cráneos como pequeños huesos desfigurados, se siente un cadáver, la lengua es quien le tortura, es solo veneno lo que consume, pues solo es la bestia el que devora las cenizas de esencias putrefactas.
Se había perdido por un momento, no le tomo importancia, había ignorado la mera presencia de esa alimaña, pero le despertó de esa obsesión por lo desfallecido, por aquellos sonidos, esos movimientos desprendidos que se quedo mirando la puerta, retrocediendo varios pasos, tras ver a la silueta de una pequeña, escuchar el latir como una agonía, un cansancio que dolía escuchar pero la manera en la que vomitaba, en la que su perfume apestaba, pero la linfa, esa linfa se mantenía fresca, dulzante que sus ojos como un vil demonio se tornaron, del color carmesí se tiñeron…-Maldita, ven y tortúrame como se debe, ¿Acaso esto es lo único que puedes brindar?...-Se mostraba indiferente a la sed, a pesar de morir por ella, quería devorarla hasta sacarle las entrañas, pero no le daría el placer a esa gata…-Ja! Este es tu último recurso, que desilusión, Isabel me había dicho maravillas de ti pero veo que todas son erróneas, eres solo una farsante…-se mantenía alejado de la pequeña, se concentraba más en los esqueletos, en la suciedad que para mostrarse indiferente fue por un órgano que se lo tragaba, siendo un verdadero asco, una pesadilla que comenzó a relucir por la linfa que la tenía como tentación…
Tatarea una canción de Luna, es la muerte quien llama la sangre, busca un poco porque se está perdiendo, enloquece sin saber que podría morir si no se alimenta, si no consume su maldición a tiempo morirá, y ahí maldice a la linfa, sus entrañas quieren devorar huesos, que sin razón alguna coge uno y los relame, todo podrido, seduce la asquerosidad del sabor, sus manos con pestilencias busca coger mas huesos, lame cráneos como pequeños huesos desfigurados, se siente un cadáver, la lengua es quien le tortura, es solo veneno lo que consume, pues solo es la bestia el que devora las cenizas de esencias putrefactas.
Se había perdido por un momento, no le tomo importancia, había ignorado la mera presencia de esa alimaña, pero le despertó de esa obsesión por lo desfallecido, por aquellos sonidos, esos movimientos desprendidos que se quedo mirando la puerta, retrocediendo varios pasos, tras ver a la silueta de una pequeña, escuchar el latir como una agonía, un cansancio que dolía escuchar pero la manera en la que vomitaba, en la que su perfume apestaba, pero la linfa, esa linfa se mantenía fresca, dulzante que sus ojos como un vil demonio se tornaron, del color carmesí se tiñeron…-Maldita, ven y tortúrame como se debe, ¿Acaso esto es lo único que puedes brindar?...-Se mostraba indiferente a la sed, a pesar de morir por ella, quería devorarla hasta sacarle las entrañas, pero no le daría el placer a esa gata…-Ja! Este es tu último recurso, que desilusión, Isabel me había dicho maravillas de ti pero veo que todas son erróneas, eres solo una farsante…-se mantenía alejado de la pequeña, se concentraba más en los esqueletos, en la suciedad que para mostrarse indiferente fue por un órgano que se lo tragaba, siendo un verdadero asco, una pesadilla que comenzó a relucir por la linfa que la tenía como tentación…
Nicolás D' Lenfent- Vampiro/Realeza [Admin]
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Re: La mia verità sarà la vostra verità [Privado]
{…¡Olvídate del orgasmo! Disfruta el proceso…}
Nunca le había gustado los vampiros, eran orgullosos, engreídos y jodidamente estúpidos, cadáveres vivientes que no entendían muy bien lo significaba sufrir una verdadera vida eterna. Los condenados eran cobardes que buscaban esconderse de su miserable vida en las sombras de la oscuridad. Cadáveres vivientes que se iban privando de la belleza y la lujuria de estar vivo, quedando solamente una pequeña parte de ellos, que poco a poco moría, los odiaba porque no podía jugar con ellos bien, sentía que eran frágiles frascos, que si los apretabas con demasiada fuerza quedarían hechos pedazos. ¿Acaso aquel vampiro iba a hacer diferente? No era estúpida, los años que llevaba encima, aunque tal vez mucho menos de los que el contrario pudiera tener, la habían hecho sabia, aunque debía admitir que siempre le habían enseñado a mantener una amplia ventaja en su enemigo, por eso, antes de jugar con un animal que le supera en fuerza y tiene colmillo afilados con cuales lastimar, lo debilitaba para poder tenerlo a su “altura” o más bajo, entre mejor posicionada estuviera la cambiante mejor.
¿Igualdad? En este mundo no lo había, ella no lo ejercía, su mente estaba ya acostumbrada a siempre buscar la ventaja del juego en que participaba y esa vez no sería la excepción. Nunca llegaría a entender a los vampiros, tampoco deseaba hacerlo, poco le interesaba estudiar aquella clase de seres, tenía otras especies en mente. Por unos momentos se debatió la razón por la cual simplemente no lo dejaba exponer al sol, si en aquel lugar especial en donde sus enemigos chupas sangres se volvían polvo cuando la fogata en que se habían convertido se extinguía.
No, no podía lastimarlo al punto de que su cuerpo se volviera cenizas, pues el fantasma que lo atrajo hasta sus garras le había agarrado un poco de cariño y ahora se sentía apegada a aquel ser, que tal vez estaba más muerto que ese mismo espíritu. Eso le recordaba que nadie le mandaba, nadie le decía que hacer, pero lamentándolo mucho, había algo que de aquel espíritu ella quería y no podría obtenerlo si mataba al vampiro que en esos momentos disfrutaba el banquete que le había dado ella, para darle al menos un punto de ventaja. –Tienes toda la eternidad para esperar… ¿a que le temes?- pregunto ella con tanta tranquilidad que sorprendía que ninguna risa sonora y burlona apareciera luego de terminar de recitar las palabras en su perfecto francés.
Se cruzo de brazos, se mantuvo en aquella puerta, recostada de espalda, mientras sonreía ampliamente, escuchando como la víbora buscaba inyectar su veneno a algo ya podrido y muerto. -¿Acaso no estás cómodo?- le pregunto con cierta decepción fingida –Aunque no viva eternamente, mi longevidad me dará unos años más para esperar nuestro encuentro – susurro suevamente, sabiendo que llegaría a los oídos del vampiro sin mucha dificultad. La niña lloraba, temerosa buscaba un rincón para vomitar y buscar algún aire puro que se concentrara en ese lugar, pero nada encontraba, solamente miseria y suciedad.
-¡Imagínate si muero antes…!- dijo de repente mostrando cierta sorpresa cuando aquel pensamiento llego a su mente –Te quedarías encerrado en este lugar… ¿Cuándo durarías…? Tengo esa curiosidad…mmm…- se puso su mano en el mentón quedando algo pensativa, buscando algunos fechas provocativas, pero debía admitir que no podría saber exactamente, porque ella no era uno de aquellos seres –Dime Nicolas… ¿Cuánto crees que durarías?- le pregunto, aun mientras ella arregostada a la puerta cerrada estaba, escuchando como la pequeña vomitada hasta su bilis, otorgando otro perfume mas a aquella magnifica fragancia de humanidad.
Salomé Ameris- Cambiante Clase Alta
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Re: La mia verità sarà la vostra verità [Privado]
Me estoy pudriendo en mi misma miseria, jodido soy por ser el cuervo que fue devorado por la suciedad.
Que culpa tenían las almas cautivas del lugar, hermosos bálsamos que enseñan la triste muerte, pero el cuervo sabe que tiene que someterse a beber de las sobras, a picotear esas miserables existencias que como una llama marmita se extinguían, veía como deliraban por aferrarse a la vida, hambrientos que entre ellos se comían, esto era lo que el vampiro maldito había aprendido, a devorar sin tener piedad, aferrarse a su presa sin tener que llorar, que con ganas o sin ganas tenías que entrar al juego, vivir o morir, devora o ser devorado, cazador o presa, pero todo golpeaba a una burla, como flores olvidadas, una tumba era esa habitación, restos y más restos esparcidos, las paredes le traen ecos de una voz en susurros, esa gata estaba hablando que en su cara se mofaba por tal blasfemia, crédula podría ser pero como amaba ser tratado de esa manera, pues el borde de la locura desaparecía, estaba consumiéndose en el dolor que todo provocaba, esa era la realidad de esa fantasía, ser el que disfrute del dolor propio, quería sufrir por alimentarse, quería volver a sentir la agonía tan cerca que le haga gemir como si fuese el ultimo….
-aahhhh, al fin al fin….-con el rostro ladeado admiraba a otros esqueletos, añoraba lamer cada segmento, pues sus entrañas le aclamaban saborear más, pues la mierda se embellecía con su forma de lamerlas, jugando a ser el rey de los muertos, esos muertos que en realidad eran los olvidados….-Si te dijera a que le temo seria quizás mi mayor placer agonizarlo pero…-arrojando los huesos, dirige los pasos hacia la puerta, pasando la montañas de cadáveres, los restos esparcidos de cabellos, piel disecada, orines, excrementos, vómitos que sus pies se deleitaban con el sentir que producía….- Este es mi verdadero nicho, no soy ajeno a la porquería, al contrario me considero uno y la peor….-se relame los labios que al estar cerca de la niña muriente la coge entre brazos siendo expuesto a que sus desechos sean derramados en el….-Podre durar más de lo que te imaginas porque he aprendido a sobrevivir de mi propio delirio, quizás la linfa sea mi mayor vida pero no te olvides que un cuervo devora por mero placer y no para la sobrevivencia, viven para seguir el curso del daño y mueren tras devorarse a sí mismo pues esa es la naturaleza, la verdadera existencia donde se puede vivir….-sonríe a la pequeña, le acaricia su mejilla pero esa piel se deshace, gravemente la niña moriría sin conocer otra vida más que la tortura…-Y si es todo lo que brindaras, muerte, me importa muy poco lo que hagas, ¿Quieres dejarme aquí hasta que me pudra? ¡Hazlo!. En verdad me aburre hablar contigo….-se da la vuelta y emprende los pasos nuevamente, pero ahora sujeta a la niña pues ella sería lo último que destrozaría….
Llegando al rincón del lugar, deja a la niña recostada en el suelo, no habla, no piensa ni deseos tiene de sobrevivir, solo anhela aplacar su dolor, solo quería desfallecer pero imposible era, era tan inútil que ni ella podía hacerlo….Negando con repulsión, se agita nuevamente y en el centro llega con un glamorosa salto, pues tenía que probar la miseria, como cuervo negro, un pájaro maligno, sin decir que era ironía, tristeza no tener una pipa para morir en la gloria.
Todo lo que se describía era la mera cripta de ese vampiro, y a sus ojos llega una cabeza decapitada, la coge entre sus manos y esos hermosos ojos saltados le seducen que sus colmillos resaltan y los encaja estrujando el jugo del vacío del ojo, tan asqueroso era el crujir, el sonido del rompimiento de las venas, lo deja en su hocico que mastica sintiendo la textura, lentamente se traga los pedazos que se hicieron, aclama más que muerde la piel, aun llevaba un pizque de linfa, quejidos suelta, le quemaba la garganta, le había puesto hambriento que sus ojos se tiñeron del carmesí, el color de un asesino, desterrando cada espacio por destrozar, enfocándose solo en los deseos de la gula, ambicionándose con ese rostro que poco a poco perdía su figura, carne de la sangre, piel, por piel debía violar con la boca, tratar de calmar el gruñir de sus entrañas que entre más probaba mas era el hambre…..
Nicolás D' Lenfent- Vampiro/Realeza [Admin]
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Re: La mia verità sarà la vostra verità [Privado]
Habían penas, pero también glorias, eran simples cosas, cotidianamente sucedían en un mundo como en el que estaban ellos, cosas que le daban un sabor más satisfactorio a la historia de cada individuo. Como siempre, los vampiros hacían que naciera de ella cierto repudio hacia aquella especie, se creían tan superiores siendo tan minoría, eran la peor porquería que había encontrado en sus años, creyéndose tan fuertes y dioses, cuando en realidad eran apenas carroñeros que hacían un trabajo mediocre. No eran cazadores, no eran depredadores acechando la presa para luego darle un beso mortal, que estupideces inventaban los humanos, exaltaban a aquella especie, tal vez por que mismo miedo que les provocaba.
Comenzaba a aburrirse, a sentir que no valía la pena seguir con aquel atentado contra la vida de un hombre que no sabe caminar en fuego. No era diferente a los demás vampiros, tal vez el se pensara uno de los mejores, un afrodita entre los suyos, pero solamente era uno más entre ellos, a los cuales la eternidad, significa locura. Miraba hacia los lados, no le interesaba mucho lo que pudiera salir de sus labios, estaba aburrida de ver lo mismo cada vez que llegaba un ser un poco antiguo en a su sala de juegos. ¿Qué le daba diferente este? Aun estaba analizando eso, tal vez, solo tal vez, podría decir que era un payaso, uno muy malo para ella, pues no llegaba a hacerla mostrar una bizarra sonrisa y un entusiasmo evidente.
-Omh… Mi nariz es algo sensible, tanta putrefacción, aunque la soporto me da dolor de cabeza- comento de forma trivial, mientras sujetaba un mechón de cabello entre sus largos y pálidos dedos-pero me gusta ver las reacciones de cada uno de los que entra…- se alzo los hombros –tiene su diversión…- entrecerró sus ojos, ladeando un poco su cabeza, hacia la izquierda, como si un sonido la hubiera interrumpido, no dijo más nada, se quedo dormitando en aquel lugar, sin mover otro musculo. Eran los latidos rápidos de la niña, su respiración agónica y enferma, que llegaba a sus finos sentidos. Su sufrimiento era el más interesante en ese lugar, ella se había convertido en la protagonista de aquel ensayo retorcido que tenían aquellos dos.
Abrió los ojos, sus felinas pupilas se giraron hacia donde estaba el vampiro, entre la putrefacción que ella había creado en años y años de capturar gente descuidada y desafortunada, aunque lo entendía, no deseaba hacerlo, para ella la noción de la locura no debía llegar a ese extremo, pues seguirás siendo uno más de los desafortunados que no llega a la máxima expresión de la demencia. –Oh cierto… bello cuervo- dijo ella en un noto suave. –Me has hecho recordar y recapacitar en algo- caminaba tranquilamente entre los pasillos, mientras comenzaba a quitarse cada una de las prendas que se adueñaban de su desnudez, dejándola libre para cuando había llegado a la puerta en que los alejaba del uno del otro. –Cuervo, Carroñero, sobrevive de migajas y porquería…- susurro al mismo tiempo que abría la puerta para volverla a cerrar en su espalda.
Una sonrisa amplia llego a sus labios, siempre se sentía bien con la desnudez que exhibía con cierto orgullo -siempre habrá tantos en el cielo que no los podrás contar a todos, todos iguales uno del otro, mismos ojos, misma mierda dentro de ellos- se alzo de hombros mientras se cruzaba de brazos, posicionándolos debajo de sus dos redondos y voluptuosos senos –por dios… no me hables de cuervos, cuando hay tantos en los cielos. ¿Te crees especial? Solamente era uno más de una especie minoritaria, que ha perdido mucho más de lo que ha ganado- la plática le aburría, entrecerró sus ojos, para volver a ladear su cabeza hacia la izquierda, podía sentir, escuchar claramente como sus huesos crujían, se deformaban, la conversión comenzaba, su naturaleza innata comenzaba a ser mostrada a los muertos del lugar.
Salomé Ameris- Cambiante Clase Alta
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Re: La mia verità sarà la vostra verità [Privado]
Muriendo la enfermedad mental, me volví loco con largos intervalos de horrible cordura.
Como un enfermo mental, en la celda seguía cómodo, con ganas de devorar cada rostro tétrico, convirtiéndose en un monstruo deforme, siendo ocultada su ansiedad en los colmillos incrustados en las pieles muertas, siendo una senda solitario y hermosa, toda miseria estaba a su merced, cada defecación, la putrefacción abrazaba al cuervo, sembrando las migajas que le eran arrojadas en esos encantadores cadáveres, hermosos templos que desnudan su verdadera esencia de desdicha.
Siendo esta la amarga miel que le apasione deleitar, perdiéndose entre los quejidos de la agonía, el dolor y el delirio que se vivía por la debilidad de la vida o quizás la muerte que indagaba a los alrededores por enviar la plaga del apeste y de un soplo convertir todo en porquería… Pero el hambre le estaba carcomiendo, se devoraba los ojos, la piel ajena y aun así elevaba su sed, estrujo lo más pequeño de las entrañas de un templo bañado de estiércol, relamiéndose los dedos por la escasez de sangre coagulada, poniendo los ojos firmes hacia la gatuna…”Estúpida, sigue hablando porque entre la mierda que hay tu eres una ms no la esplendorosa” con el pensamiento seducido de la fragancia de la muerte, esto era el sabor de la descomposición, templos quedándose en el olvido de una especie de polvo descolorido…Enfocándose a su manjar, no pierde el tiempo con ella, le escucha y las palabras le provocan indiferencia, creyendo que sería perfecto que le rellenan el hocico de este excremento, arrojarla a que se atragantara con el vómito de la hermosa niña demacrada, serle presa de su propia habilidad de este arte engendrado con detallada fascinación.
Ronroneaba, el crujiente sabor le quemaba el vacío, podía percibir como su piel se calentaba, descarándose por la lengua que se movía y deseaba arrancársela de una mordida cuando seguía parloteando, leyendo los pasos que fueron dados en el pasillo, el eco del sonido producido le hacían vibrar por las ondas sonoras, deleitándose mas por un muerto a un vivo, ver el templo desnudo de la gatuna le producían una burla por ser una mujer sin el toque sensual, enarcando la ceja y en la mano fue a dar las tripas que hace un momento chupaba y que ahora los estrujaba con la misma por hacerle perder el antojo…-Cállate si no tienes algo mejor que decir, repites lo que te digo, te muestras de esta manera que me produces asco, Que ironía no crees? Me atraen mejor estos desechos que tú misma y si ¿Te revuelcas en tu mierda? Quizás de esa manera puedas detonar la sensualidad que no desflora…-su voz seca, sin alteración alguna de provocación, arroja el resto del órgano y se deja caer sobre los huesos y los meados….-Dime, ¿Sabes diferencia un cuervo de los simples pájaros negros? No lo creo... –Chasqueando la boca, emitiendo el sonido de negación.- Nunca me he sentido especial, ¿La mierda para ti es especial? Dejar de hablar gata y dame lo que quiero, no pedí que movieras tu hocico y escupirás estupideces absurdas…-levantándose, riéndose en su cara con los movimientos liberados, permaneciendo frente a frente, queriéndole decir….”¿Qué estas esperando? ¿Por qué sigues haciéndote una imbécil que me mira creyéndose ser fuerte cuando al primer picoteo del cuervo te puede hacer débil?”
Como un enfermo mental, en la celda seguía cómodo, con ganas de devorar cada rostro tétrico, convirtiéndose en un monstruo deforme, siendo ocultada su ansiedad en los colmillos incrustados en las pieles muertas, siendo una senda solitario y hermosa, toda miseria estaba a su merced, cada defecación, la putrefacción abrazaba al cuervo, sembrando las migajas que le eran arrojadas en esos encantadores cadáveres, hermosos templos que desnudan su verdadera esencia de desdicha.
Siendo esta la amarga miel que le apasione deleitar, perdiéndose entre los quejidos de la agonía, el dolor y el delirio que se vivía por la debilidad de la vida o quizás la muerte que indagaba a los alrededores por enviar la plaga del apeste y de un soplo convertir todo en porquería… Pero el hambre le estaba carcomiendo, se devoraba los ojos, la piel ajena y aun así elevaba su sed, estrujo lo más pequeño de las entrañas de un templo bañado de estiércol, relamiéndose los dedos por la escasez de sangre coagulada, poniendo los ojos firmes hacia la gatuna…”Estúpida, sigue hablando porque entre la mierda que hay tu eres una ms no la esplendorosa” con el pensamiento seducido de la fragancia de la muerte, esto era el sabor de la descomposición, templos quedándose en el olvido de una especie de polvo descolorido…Enfocándose a su manjar, no pierde el tiempo con ella, le escucha y las palabras le provocan indiferencia, creyendo que sería perfecto que le rellenan el hocico de este excremento, arrojarla a que se atragantara con el vómito de la hermosa niña demacrada, serle presa de su propia habilidad de este arte engendrado con detallada fascinación.
Ronroneaba, el crujiente sabor le quemaba el vacío, podía percibir como su piel se calentaba, descarándose por la lengua que se movía y deseaba arrancársela de una mordida cuando seguía parloteando, leyendo los pasos que fueron dados en el pasillo, el eco del sonido producido le hacían vibrar por las ondas sonoras, deleitándose mas por un muerto a un vivo, ver el templo desnudo de la gatuna le producían una burla por ser una mujer sin el toque sensual, enarcando la ceja y en la mano fue a dar las tripas que hace un momento chupaba y que ahora los estrujaba con la misma por hacerle perder el antojo…-Cállate si no tienes algo mejor que decir, repites lo que te digo, te muestras de esta manera que me produces asco, Que ironía no crees? Me atraen mejor estos desechos que tú misma y si ¿Te revuelcas en tu mierda? Quizás de esa manera puedas detonar la sensualidad que no desflora…-su voz seca, sin alteración alguna de provocación, arroja el resto del órgano y se deja caer sobre los huesos y los meados….-Dime, ¿Sabes diferencia un cuervo de los simples pájaros negros? No lo creo... –Chasqueando la boca, emitiendo el sonido de negación.- Nunca me he sentido especial, ¿La mierda para ti es especial? Dejar de hablar gata y dame lo que quiero, no pedí que movieras tu hocico y escupirás estupideces absurdas…-levantándose, riéndose en su cara con los movimientos liberados, permaneciendo frente a frente, queriéndole decir….”¿Qué estas esperando? ¿Por qué sigues haciéndote una imbécil que me mira creyéndose ser fuerte cuando al primer picoteo del cuervo te puede hacer débil?”
Nicolás D' Lenfent- Vampiro/Realeza [Admin]
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Re: La mia verità sarà la vostra verità [Privado]
"¡ Tú crees en un vago y quimérico Dios, o en un santo especial, y, para curar males, en alguna oración. Más yo creo en las horas azules y rosadas que tú a mí me procuras y en voluptuosidades de hermosas noches blancas. Y tan profunda es mi fe y tanto eres para mí, que en todo lo que yo creo sólo vivo para ti."
Paul Verlaine
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Su cuerpo de distorsionaba, volviéndose más compacto, cada célula comenzaba con aquella metamorfosis, algo dolorosa, pues los huesos cambiaban de tamaño y lugar, haciendo que el proceso interno fuera casi imposible de describir. El pelaje broto, las manos y las piernas se convirtieron en patas y la cabeza, tomo una forma más redonda y felina. Era un puma esbelto y ágil de una medida aproximada de 80 cm de la altura de los hombros, casi 2,75 m de largo, midiendo desde la nariz hasta la cola. Eran 120 kilos de puros músculos, diseñados para matar, entrenado para movilizarse y enfrentar a sobrenaturales. Sus orejas seguían erguidas, cada musculo estaba tensado, pronto dio un salto hacia adelante, buscando al vampiro, pues ese era su principal objetivo, no había nada mas allí dentro que le interesaba todo aquel juego, de mantenerlo encerrado, se resumía a ese momento. Sus poderosas patas delanteras, junto con sus útiles sus garras retráctiles, la ayudarían a aferrarse a su carne muerta y pálida, no lo dejaría escapar fácilmente, le demostraría en carne viva, la desgracia de estar relacionado con Salome Ameris.
¿Desde cuándo acá uno recibe lo que quiso? Ella no firmaba contratos con nadie, más que con la muerte, ella no realizaba pactos, con nadie, más que con el mismísimo Satanás en persona, por el simple hecho de ser una pérdida de tiempo, para ella y para el otro, no lo cumpliría, aunque fuera para su beneficio. Seguir las reglas no le eran divertidas, ella buscaba su diversión y lamentándolo mucho estaba muy lejos de encontrarla, se retorcía de furia, aunque no lo demostrara, Nicolás le daba asco, molestia, irritación, le recordaba cuando odiaba a los vampiros y lo aburrido que se había vuelto jugar con ellos, esperaba, hasta lanzo una plegaria mental, hacia el dios o el diablo, al que quisiera tomarla, para que este momento fuera diferente. Quería amarlo, quería besarlo y sentir que todo esto valió la pena, necesitaba eso, para poder dejarlo vivir, para tener ganas de cazarlo, como un gato a un ave.
Todo su cuerpo se fue hacia él, de forma casi mecánica, sus patas traseras la impulso de una forma impresionante, tenía una fuerza increíble, que podría hacerla saltar muy alto, así fue como dejo el suelo, para luego aferrarse a su pecho con sus patas delanteras, las cuales introdujeron sus garras a la carne del vampiro, sus patas traseras también buscaron apoyo en su cuerpo, haciendo que los dos llegaran al piso, con su grande mandíbula se abrió, dejado ver esos mortales colmillos, perfectos para desgarrar músculos de presas igual de grandes que Nicolás, busco el cuello, sus gruesos colmillos fácilmente atravesaron ese cuello pálido, la presión de su mordida era grande, pero soltó el cuello, sin dejar de llevarse un poco de su sabor inmortal en sus fauces. Con la misma fuerza de antes, sus patas traseras, dejaron el cuerpo en tirado en el suelo. Llego a unos pocos metros con ese salto, su cuerpo se giro para quedar frente a frente y ver como se recuperaba el vampiro. En sus adentros estaba riendo de felicidad, el sentir como la adrenalina recorría su cuerpo, la hacía sentir viva, lástima que no podría decir lo mismo de su compañero, que estaba más muerto que muchos de lo que estaban en ese lugar.
El animal mostro sus dientes, bañados de sangre, soltando un rugido que se escucho como una emotiva melodía, retumbo todo el lugar y pareció desvanecerse en la nada, su cola de movía poco, de un lado a otro, con cierta lentitud, hasta que volvió a atacar, saltando nuevamente, con sus grandes patas y sus garras despiertas, dirigidas al rostro del vampiro, sus colmillos se mostraban amenazantes, mientras sus orejas se mantenían hacia atrás, en forma de amenaza, el juego para los dos ya había comenzado, esperaba que no fuera una pérdida de tiempo.
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Re: La mia verità sarà la vostra verità [Privado]
[…]¡Ay! ¡Le come el puma, le come!
¡Le está llevando al deseo!
Deja que te muerda para guardar silencio, que te destroce, que juegue a la bella puma; es como si fornicaras pero con un odio exquisito que se convierte en mordidas y una batalla por no violar su corazón… ¡Violar es abrazarlo con una mordida!~
Cayendo profundo al abismo de una alucinación, se creía haber cogido con los ojos abiertos una pesadilla, dejo de ser bello el panorama, había abandonado la miseria de esa tumba, cuyo hoyo consumido por cadáveres dejaba de engalanar al cuervo, ya no hay nada que apreciar, siguen agonizando, mueren y mueren los que ya con un suspiro se pudren, gemidos de sufrimiento, tripas disecadas juntos con los huesos esparcidos; todo comenzaba a quedarse en un limbo de sensación muerta como debía de ser, la seducción por la miseria se reflejó a una simple sombra escondida y ahí una horrorosa visión, una gata de senos redondos y cuerpo esbelto dejo de ser un tormento, había despreciado su belleza que ahora su transformación cambio para los ojos oscurecidos de este cuervo, era extremadamente atractiva, su templo distorsionado fue una intensa morbosidad, su pelaje suave y su vez brillante, su rostro que lentamente se formaba el hocico de una bestia enjaulada, perdido en su figura que la sensación de adrenalina le recorría descontroladamente, era un desequilibrio emocional que resurgía, excitación, dolor, burla y a su vez percibir el peligro de jugar , pero que batalla seria, bestia con bestia, un puma y un cuervo devorándose por mero placer de saber de la sobrevivencia.
…¡Y el abrazo sonó para la batalla!.
Y a sus brazos se asecha el puma, el cuervo le recibe sujetando su tronco, como una mujer para domarla, sintiendo ese pelaje que ofrece una caliente sensación, su linfa que le recorre el templo le llama con desespero a beberla, gruñendo con fuerza por las garras que le fueron incrustadas, sosteniendo el pelaje que sus manos y cuyos dedos se sujetaban para desgarrarle el cual le hicieron caer sobre los escombros de esqueletos, resonando el sonido de los huesos destrozarse, sosteniendo el peso parecían ser unos 115 kilos o hasta más, eran unos músculos entrenados, demasiado duros para ser incrustados que hambriento estaba y la carne le llamaba.
Gruñendo por el dolor forjado, el pecho ardía, quemaba y se movía por liberarse de su presión, sin tener gesto alguno, mostrándose seco, muerto de emociones, deleitando esos colmillos que era difícil moverse por la debilidad pero la misma sangre le daba fuerzas para aferrarse a esa pierna de la pata delantera, mordiéndole al mismo instante que fue mordido del cuello, disfrutando de la caliente sangre, una extrema sed le recorría la garganta, saboreando la linfa impacientemente, combinando el dolor de la carne destrozada de su cuello con la gloria de ser alimentado que dando un salto con furia incitándose a gruñir, deseando más de esa sangre no por su sabor, no le gustaba pero el hambre gritaba con fuerzas.
Liberando la lengua al estar frente a frente, esto era lo que había deseado, sentirse presa, sentir la muerte cerca y gruñir como esa melodía engendrada de su oponente….-Así que esperaste tanto para esto…-relamiéndose los labios, mostrando el placer por soltar la segunda mordida que con una mano le llamo a que se acercara, preparándose para contratacar, estando seguro que es más grande la fuerza por beber la sangre a ser asesinado.
Moviéndose de un lado a otro como la cola del puma lo ejercía, brindándole la suma atención que el brillo de los ojos resaltaba por lo maravillado de este espectáculo, gruñendo cada vez más, era una música de suspenso retoñando en el aura, golpeando las cuatro paredes que las vibraciones se percibían y hacían erizar los bellos por seducción, estando listo para defenderse, sujetándose de la potencia de la linfa que apenas le brindaba un poco de fuerza, liberando un salto hacia el puma que chocaron los cuerpos , haciendo el golpe que el rostro fue arañado…-Grrr….rrrr!...-rechinando los dientes, notaba su rostro sangrar con las ralladuras de esas garras, deslizando las manos a sus costados para apretarle un poco las costillas y de inmediato los colmillos se dirigen su cuello, moviéndola para azotarle contra el suelo mientras incrusta con la fuerza que tiene su carne y absorbe la linfa necesaria marcando que no le soltaría puesto que era fascinante azotarse contra los muertos, manchando ese pelaje con la propia mierda que ella había creado…
…Hacer la guerra es hacer el amor ~
Disfrutando, tratando de retenerle lo más posible que fuese, pero le hace girar, se revuelca con ella sobre la porquería, giran y giran hasta arrancarle un pequeño trozo de su carne y se la traga, estaba hambriento, desquiciado por llenar el vacío y liberar todas las fuerzas para seguir con esta pelea donde esperaba ser amado por ese hocico que le llamo la atención.
Nicolás D' Lenfent- Vampiro/Realeza [Admin]
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Re: La mia verità sarà la vostra verità [Privado]
“En la venganza el más débil es siempre más feroz.”
— Honoré de Balzac
— Honoré de Balzac
Y el puma gimotea de dolor, porque siente su energía desprenderse de ella, su costillas duelen, mientras sus patas buscan desgarrar mas piel, mas carne hasta llegar al hueso, pero el gusano, está pegado a su cuerpo, como si se tratara de un sanguijuela que busca robarle la sangre hasta que ya esté llena, pero el puma no se deja, lucha frenéticamente, sintiendo la presión en sus costillas, que amenazan por partirse, sus patas delanteras se afincan en las piernas, su garras pasan la carne ,cortan venas, dejando salir lo que está entrando por su boca, su misma sangre, pero maldita, que ha recorrido su corazón marchito.
De tanto en tanto sus cuerpos se mueven, haciendo que la lucha sea más intensa, ruedan, el pelaje exquisito del puma se mancha de sangre y suciedad, mientras sigue con la sanguijuela en su cuello, comenzaba a desesperarse, jadeaba, gruñía y lloraba, desesperada, llena de ira, hasta que un grito de dolor sale de sus labios, y nota una ausencia de su carne, su bella figura a sido desfigurada. Salta hacia atrás, dejando que su cuerpo se tambalee, pero por suerte no cae, no, aun no había tiempo de caer, gruñe, alto y claro, maldiciéndolo, dejándole claro que los planes han cambiado, si puede matarlo lo hará, no tiene miedo de salir herida, ella también puede regenerarse, la carne poco a poco se va uniendo y el pelaje después macera.
Era una lucha de titanes, el vampiro y el cambiaformas, dos fuerzas poderosas, con fuerza bruta e inteligencia. Las fuertes patas volvieron a impulsarla, pero fallaron y cayó hacia un costado, volvió a gruñir, para salir en una corrida hacia donde estaba el, con las orejas hacia atrás y los dientes afuera, lanzo un zarpazo para cogerle una pierna con sus garras y llevárselo a la boca, si él deseaba comer ella también lo haría. Sus colmillos se aferraron a la pierna, sin importarle los golpes que podría recibir a cambio, su lengua rasposa, le ayudaba a lamer la carne, su presión poco a poco hacia que el hueso cediera, hasta llegar a un punto, que gracias a la presión ejercida, estaba a poco para que se rompiera. Lo llevaría al sol y lo vería calcinarse, mientras el astro rey se alaba triunfante.
Salomé Ameris- Cambiante Clase Alta
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Re: La mia verità sarà la vostra verità [Privado]
[...]Y la enfermedad de asesinar crea el masacre de deseos desbordantes; ¡Matar o seguir con la mano manchada de sangre! Ya no hay mas, solo esta la guerra para seguir en tormento.
Quejidos dolorosos y débiles ante la carne, envuelto en la araña de sus latidos, ¡Boom, boom,boom! Y el recorrido del manantial en su interior le enloquecía, descontrolado por su linfa, arañazos prolongados y aumento de locura, dolor placentero, ira excitante. Elevando el grado de calentura, hervía con intensidad en ese agarre, le aprieta con todas sus fuerzas, queriendo alejarle del cuello, provocando más giros hasta que chocan con la pirámide de esqueletos.Saboreando el trozo de carne, la sangre no era de su aperitivo pero se levanta de un salto, aun estaba débil pero morirá con la fuerza necesaria para domar a la gata-¿Qué? ¿Acaso nadie te ha arrebatado la carne? –retorciendo la lengua con burla, deslizándola en los labios con desdén al no deleitar por más tiempo su herida
Continuando con el meneo, bravo, hambriento y peligroso se figuraba, sabía que su ponente era un psicópata al igual que él y aquello le excitaba, mofándose después de ver su caída, se iba elevar al techo pero fue demasiado tarde, su pierna se vio presa de sus patas, cayó al suelo, recibiendo el golpe con cierto sufrimiento por las garras que se incrustaban en la pierna, yendo a apretujar la cabeza…-¡Grrrr…!-enfurecido aplasta sus tímpanos, estaba noqueándola, calmándola porque sentía como los huesos tronaban…
Ejerciendo un hábil movimiento, se apodera de su mandíbula…-¡Suéltame! –escupiéndole la cara, moviéndola de ahí que le suelta una patada con el otro pie apenas liberado, logrando alejarle un poco, aprovechando para bajarse y estrujar su tronco, brindando el abrazo de la burla, aquel que mata por un despreciable cariño.
Cometiendo violación a su pelaje, con los dedos se sujeta de él, tironeándole con salvajismo, percatándose de sus caídas que capturaba más para despedazarle poco a poco, lento y sin piedad…-Vamos, acaba de una vez con esto.-le gruño, liberándole, capturando todo el poder en una mano, formulando el puño y le pega en su pecho, obstruyendo el paso a su respiración, el juego apenas comenzaba y era este, morir o seguir en la farsa de una supuesta tortura…
Nicolás D' Lenfent- Vampiro/Realeza [Admin]
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Re: La mia verità sarà la vostra verità [Privado]
Todos eran seres miserables que tenían solamente un final, lleno de decadencia y putrefacción, no importaba todo lo que hicieras siempre llegarían a estar en donde todos finalizarían algún día. Los sobrenaturales no eran la excepción, ellos, maquinas perfeccionadas por la naturaleza, le pasaban la hora, la muerte no era condescendiente con nadie, ella lo sabía muy bien, nunca se había sentido en una ventaja sobre los humanos comunes y corrientes con su condición, pues sabía muy bien que tarde o temprano ella llega, muy paciente la muerte es, puede sentarse a esperar hasta que te llegue el fin, no tiene problema con eso, ella es eterna y perfecta.
!¿Cómo se atrevía?! La rabia se apoderaba de su ser, comenzaba a cegarse y descontrolarse, no pensaba ni racionaba, se volvía la bestia en la que estaba trasformada, en este momento no estaba su hermana que la tranquilizara, ni aquella voz que milagrosamente la hacía siempre detenerse en el momento justo antes de resultar gravemente herida. Nada de esos estaba funcionando, solamente había una misión dentro de su mente: Matar, sangre descuartizar. No le importo aquel fuerte golpe que recibió en su cabeza, un zumbido la atormentaba, pero su mandíbula presionaba mas en aquel pedazo del cual se aferraba recelosamente.
―Arhhggg…. ― rugió mientras sentía como su cuerpo era lastimado, el dolor molestaba pero este siempre pasaba, debía seguir sin importar que sucediera. Por fin pudo ceder y nuevamente estaban a unos metros alejada de el, mientras intentaba recuperarse del tambaleaba de un lado a otro, pero seguía en pie, faltaba mucho para verla moribunda en el piso.
“Debes calmarte” gruño ante aquel consejo, era cierto, pero todo estaba siendo tan divertido que no podía evitar desear seguir, luchar hasta morir, todo lo hacía por el deseo de perder la vida. “Aun no, sabes que aun no es la hora” ¿Cuándo sería el momento en que ella se iría? El tiempo pasa lento, ve a la gente a su alrededor morir, tan fácil es la muerte pero no llega a ella. Comenzaba a rendirse, aquella conciencia tenía razón, no era bueno querer hacer el trabajo de la muerte, adelantarlo tampoco, ella tenía su agenda, sabía bien que estaba su nombre en alguna fecha anotado.
Su cuerpo comenzó a tener el cambio anterior, su rostro comenzó a verse más humano, su pelo cayo y una mujer de cabellos rubios apareció desde las entrañas de esa bestia, la mirada de odio que le dedicaba a Nicolás, era como una joya preciosa que no podía describirse, extraña, llena de misticismo y secretos. No se había movido, suspiro largamente antes de decir algo ― Gracias por jugar un rato conmigo ― fue lo único que dijo, mientras caminaba hacia la salida ― Ya no tengo ganas de seguir jugando a perseguirnos la cola ― miro a la pequeña que se había escondido en una esquina, lloraba desconsolada, se dirigió a ella, agachándose para estar a su altura, sonriso levemente ― La única que debía morir hoy eras tú ― susurro mientras su mano iba al cuello de la niña africana y se lo quebraba como si fuera un simple mondadientes.
Salomé Ameris- Cambiante Clase Alta
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Re: La mia verità sarà la vostra verità [Privado]
Estúpidos humanos, imbéciles que viven creyendo ser monstruos, ¿Esto es la humanidad? Vaya, que mierda de existencia […] ¡Que se mueran, que se pudran en su vida!
Burla ante la escaramuza liberada, pelea con el mismo desdén de instruir a la gata que solo servía para ronronear y maullar por clemencia, bestia contra bestia, en esa putrefacción reinaban los malditos demonios que eran pero el fuego aun no quemaba, la ira y la burla se mostraban con los sigilosos movimientos a la hora de asecharla, yugular contra la mandíbula ajena, miradas asesinas y bramados quejidos por herir, golpear, despedazar esa porquería, los ojos se tornaban oscuros, malditos, sedientos de muerte, descontrolados por callar ese jodido corazón que bombardea como cañón, anunciando la guerra, pero que osadía que pensara que pudiese ganar en esta, ella misma alabo al cuervo al entregarle su perfecto reino, no debía seguir o terminaría por ser la última porquería que adornaría este palacio.
La piel herida comenzaba a regenerarse con lentitud, puto dolor de mil dagas, ardía, quemaba como si se desmembrara, maniobrando, permaneciendo de pie frete a la fiera que comenzaba a sentir esa simultánea tranquilidad, arqueando la ceja cuando el aura cambio por completo y rio secamente. — ¿Que mierda?— Exclamo, mofándose, deslizando la lengua por los labios, la poca linfa que recibió le golpeaba una y otra vez por beber más. Y todo por esas venas latentes que se desnudaron ante esos orbes, el monstruo que parecía desvanecerse dejo mostrar la debilidad que era, esa humanidad indefinida, cabellos imitando la luz que nunca vera y rechino los colmillos, molesto, enojado, embravecido, aplaudiendo para que el eco fluyera. — ¿De cuándo acá se agradece? Vaya estupidez, esa muñeca me había hablado maravilladas pero vaya que solo lo hizo por salvarse, que desilusión, no porque tengas la piel de una bestia quiera decir que lo eres.
Siguiendo sus pasos, dirigiendo la mirada hacia la pequeña que sin gesto alguno, matando las sensaciones puesto que todo desapareció hasta la aburrición que le consumió, veía como era tomada y no le importo. — Vaya desperdicio, que pérdida de tiempo, sigue con tu triste juego, yo me largo — El cuervo al fin dio su juicio, tras ver la salida se dirigió hacia ella en lo que la otra se entretenía con la pequeña niña que claramente no había diversión. —Si con la muerte quieres divertirte lo primero que debes de hacer es conocerla y jugar con ella como si en verdad la sintieras… y otra, si de vampiros has de querer torturar jamás los debilites es aburrido de esa manera. Y con una despedida que no merecía esa tonta movió los dedos, abriendo esa puerta que desapareció del lugar, decepcionado, yendo a cazar y sacar esa deshonra de animal al querer asesinar.
Nicolás D' Lenfent- Vampiro/Realeza [Admin]
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