Lujuría, el pecado más sagrado [Leonora, mi musa][+18]

por **Salazar Phantomhive** Mar Oct 23, 2012 3:59 pm

-¿Dónde vas?- me preguntaba Karl una y otra vez.

Yo lo ingoré por completo. Había terminado mi jornada de trabajo en casa de Lady Fiolette y era hora de despejarme un poco. Me guardé algo de dinero. Y miré el cuchillo que había encima de mi mesa. Al final decidí esconderlo. Aquella noche no iba a matar. Solo a por pura diversión. Salí de la mansión de mi señora por la puerta de atrás y caminé en medio de la inmensa oscuridad de la noche. Iba sin rumbo fijo buscando algún lugar donde pasar de manera divertida la noche. Me paré ante un local donde sonaba una tenua música y risas. Era un burdel. Algo de en mi se extremeció. ¿Cuándo fue la última vez que estuve con una mujer? Sin pensarmelo dos veces entré en el lugar.

El ambiente caluroso y aromatizado me rodeó embiragandome. Había que admitir que el sitio tenía su escanto. La luz era tenua y el lugar estaba lleno de sedas rojas, hermosas anfombras y... hermosas mujeres. Entré un poco más en la estancia observando quien sería la afortunada que me daría calor aquella noche de primavera. Y como si alguien me hubiera llamado giré mi rostro hacia una hermosa joven. Le debía sacar casi 10 años pero me daba igual. Su rostro era hermoso, sus cabellos del color del chocolate habían conseguido que pareciera un dulce de verdad. Tan bella y apetitosa. Se acercó hasta ella.

-Mis ojos acaban de contemplar a la musa que deja por los suelos a la propia Afrodita- Le cogí la mano y le di un besos en su dorso.- Serías tan amable de compartir los rincones más prfundo de su cuerpo conmigo.- Alomejor se aburría de mi juegos de palabra pero a mi siempre me había gustado empezar esto como si un juego se tratara. Me lamenté de no haber traido mi cuchillo. Hubiera sido hermoso contemplar el terror en esos ojos.

por **Leonora Alighieri** Vie Oct 26, 2012 5:26 am

La noche estaba llena de calor y el burdel a reventar, ea noche había llegado tarde y los clientes estaban ocupados, en verdad no tenia ganas de estar con nadie, últimamente todos llegaban con aires de superioridad olvidándose que pagaban por los servicios de esa casa.

Y de la nada un hombre se acerco a mi, claramente era mayor que yo, pero lucia joven de cualquier manera, se vestía de forma elegante y sus palabras fueron seductoras, pero había algo mas en el, yo podía decirlo.

Deposito un beso en el dorso de mi mano y me pidió acostarme con el, con bellas palabras que despertaron mi interés, y me encontré preguntándome si seria tan bueno usando su lengua para otras cosas ademas de hablar. Supuse que solo habría una forma de averiguarlo.

Le sonreí traviesa y bese su mano al tiempo que hacia una reverencia.

-Me encantaría compartirlo contigo bello artista, he oído que los artistas son amantes volubles y quisiera comprobarlo.-

Tome su mano y lo guié a mis habitaciones, cerrando la puerta con llave cuando el entro, le bese de una forma infantil mientras lo llevaba a la cama y cuando estuvo acostado en ella, con la camisa abierta le sonreí.

-He de pedirle que me espere aquí mientras me pongo... cómoda-

Me levante de la cama sin escuchar si había protestado o alguna otra cosa, pase tras un biombo que un amante de oriente me regalo y me comenze a desnudar lentamente, todo eso era parte de la seducción puesto que yo sabia el biombo dejaba ver la sombra de lo que pasaba tras el, quite prenda por prenda lentamente y antes de regresar al campo de visión coloque una suave bata de seda que se transparentaba totalmente.

Me senté a horcajadas en el regazo de mi bello artista y tome sus manos para comenzar a rozarles con la tela.

-Dime mi bello artista ¿que te inspiro ahora?-

Sentí las oleadas de deseo recorrerme al tiempo que me movía contra el.

por **Salazar Phantomhive** Vie Oct 26, 2012 8:35 am

Como si aquella mujer me hubiese hipontizado con el más extraño de los conjuro me condujo hasta sus aposentos. No dije nada, solo miré su móvimientos elegantes. Si la hubiera conocido en otro lugar y vestida con glamur no habría dicho nunca que era una cortesana. Ella me echó suavemente en la cama y contemplé como se alejaba de mi para esconderse detras de un biombo. Un biombo que lo que provocaba era que mis instintos más primitivos se despertaran. Contemplé una silueta negra quitarse las ropas. Mi imaginación volaba rápido deseoso de que ella saliera detrás de mueble para que me dejará contemplar sus bellas curvas. Para mi paciencia no tardó en salir. Llevaba una bata que a pesar de no esconder nada no la hacía parecer bulgar.

Ella caminó hasta sentarse en mi regazo y me cogió una mano para rozarla con la tela.- Me inspiras el más noble de los pecados, la Lujuría.- Con manos suaves le empecé a quitar la bata, dejando al descubierto primero un hombro y después el otro. Hasta que la tela, por si misma, se deslizó hasta su cintura. La examiné. Era hermosa y tenía un buen cuerpo. Mis manos acariciaron su plano vientre hasta llegar a sus pechos donde jugueté con sus rosados pezones.- Mi dulce musa haré que os olvidéis de este mundo terrenar para llevaros al lugar donde bajaste.- La cogí de la cintura y la tumbé en la cama. Quedando yo encima. Empecé a besarle el cuello. Desde su dulce clávicula hasta detrás de la oreja. Mientras una de mis manos recorría cada centrímetro de su sedosa piel.

por Contenido patrocinado

Lujuría, el pecado más sagrado [Leonora, mi musa][+18]

Lujuría, el pecado más sagrado [Leonora, mi musa][+18]

Re: Lujuría, el pecado más sagrado [Leonora, mi musa][+18]

Re: Lujuría, el pecado más sagrado [Leonora, mi musa][+18]

Re: Lujuría, el pecado más sagrado [Leonora, mi musa][+18]