Corre que te alcanzan [Privado]

por **Nathaly Rilke** Vie Oct 26, 2012 8:42 pm

Recuerdo del primer mensaje :

Las piernas no me daban para más, llevaba corriendo ya buen rato entre las calles pero aún no me parecía suficiente la distancia, las personas me observaban extrañadas a mi paso, pero no me importaba en lo más minimo lo unico que quería era alejarme de la escena del crimen, después de todo no quería que le fuesen con el chisme a mis padres, pero sin duda que les dirían que se me observo corriendo como loca por las calles pero eso pasaba seguido así que no importaba.

Y pensar que todo aquello había comenzado como una broma; después de todo quien iba a saber que él lugar al que yo y mis amigos lanzamos esa roca era un sitió de reunión para personas de clase alta, muchos menos pensamos que estuviera ocupado en aquellos momentos y claro como yo entre mis amigos era la unica reconocible por ser de la misma clase de aquellos hombres a los que nuestra piedra había caído, me puse a correr en cuanto se asomaron, corri alentada por todos ellos que no mencionaron mi nombre para no meterme en problemas, eran tan buenos conmigo primero que nada me habían aceptado en su circulo social y segundo me distraían de mis problemas y me cuidaban como a nada.

Así que de esa manera había acabado corriendo por las caller de París sin saber a donde ir y con los pies a punto de tronarme del cansancio y el dolor; gire en una calle y me detuve porque vi mi salvación, una fuentecita en la cual había espacio para sentarme y no ser juzgada puesto que me había alejado de las calles centrales y por esos rumbos no había nadie que me criticara o juzgara por estar despeinada y un poco sudorosa.
Camine pesadamente hasta ella y me sente suspirando, dejando que el absoluto cansancio invadiera mi cuerpo, pero estaba terriblemente feliz y no sabía porque así que mientras reponía energias para regresar estire mi mano al agua y me puse a juguetear con ella.

por **Nathaly Rilke** Lun Sep 16, 2013 8:33 pm

Algunas gotas de agua cayeron en el piso y otras cuantas en mis ropas, los animales siempre tenían energía de sobra para hacer todo tipo de maldades y mucho los cachorros pequeños y adorables como ella.
Sin poder dejar de observar su pequeña figura continúe mordiendo un poco de aquellos pastelillos, no estaba segura de si era correcto que los animales comieran cosas como esa pero, que más daba, si le hacían tan feliz como a mi las cosas dulces entonces no debía ser tan malo.

Reí al ver la forma en la que se acomodaba, rodaba y hacía todo aquel teatro para después situarse en una forma bastante peculiar para poder morder el pastelillo.
- Eres sumamente inteligente cachorrita y muy linda cuando haces esas cosas - di un mordisco más grande. Seguramente no tardarían mucho tampoco los dueños de ella en aparecer si hacía correr la voz de que en mi poder estaba una hermosa y peculiar cachorra perdida. Me embobe en mis propios pensamientos algo tiro un poco de mis ropas y mire a mi compañera canina, quien ferozmente ladraba y me mostraba sus pequeños colmillos - Vamos salvaje, no estoy haciendo nada - la criaturita continuo con su espectáculo y no fue hasta que escuche pasos fuera de mi habitación que finalmente me levante del suelo y me aleje de ella.

Camine de un sitió a otro de la habitación, esperando que se callara, cosa que no hizo hasta que no me subí a la cama.
- Parece que quieres mantenerme lejos del suelo - hice una mueca sin dejar de seguirla con la mirada hasta el baño. Era bastante extraño que los perros fueran de esa manera pero culpe a su estado salvaje para que fuera de esa manera.

Suspire, no quería bajar de la cama porque eso significarían más ladridos y no quería que mis padres se enteraran de que había llevado una cachorra callejera a casa.
Me cruce de piernas y recargue mi mentón en la palma de mi mano, sin despegar la vista de la puerta del baño, cuando un grito evidentemente humano salió de ese lugar. Agite la cabeza; de verdad que cada vez me estaba volviendo más loca, ese grito debía de haber provenido de las afueras de mi cuarto y yo se lo atribuía a una simple cachorra. Reí de mis pensamientos pero esa risa se esfumo en un instante cuando del cuarto de baño salió en lugar de la cachorra una niña de cabello ondulado, que usaba justo el vestido que había colgado.

Mis labios se entre abrieron y mis ojos permanecían fijos en ella. ¿Cómo demonios había aparecido una niña?.
- Tú… - solo eso salió de mis labios mientras que ella me hablaba de manera completamente normal - Debo estar soñando… esto es solo un sueño… - respire profundo y cerré los ojos - solo es un sueño Nath… - me anime a mi misma a abrir de nueva cuenta los ojos pero ahí seguía la pequeña, moviendo alegremente los pies y comiendo el pastelillo.

Inspire de manera profunda, siempre había querido descubrir algo inusual y bueno… ahí estaba ahora, frente a algo completamente inusual para mi.
- ¿Quién… quién eres? - pregunte aún estando en la cama, de manera torpe admitiré que me sentía mucho más segura desde ella que en el suelo cerca de la niña a quien no conocía para nada. Solo de algo estaba segura en esos momentos… no había estado tan loca desde un inició.

por Invitado Dom Dic 22, 2013 6:26 pm

Conejito conejito
A donde vas conejito
Porque te mueves, quieto…

La niña rica al parecer vio un fantasma o mejor dicho vio a uno de esos colmilludos que te chupan la sangre cual mosquitos mal hechos y te dejan luego tirada ahí muriéndote sola en tu pútrida soledad, pero en un grado mayor, parecía que la muchachita no creía lo que veía, así que pensé ¡si por qué no! Y una idea muy malvada se me vino a la cabeza, molestar hasta hacerla ver como una loca, lo iba a pasar en grande al final. Me acerque a ella y me senté en su cama moviendo mis pies como si fuera una dulce angelita.

Acerque mi mano a los pies de ella y le toque como para que sienta que si era una humana, luego me comencé a reír acostándome en su cama con las piernas moviéndolas jugando con ellas –Vaya vaya tienes una chosa muy bonita…- giré mi cabeza y la miré riéndome –Qué? Piensas que es cosa de tu imaginación y tu mente de niña rica que te afecto la opulencia y estás loca ahora? – me reí más levantándome y corriendo por su habitación como si fuera una muñeca hasta que miré su espejo en su peinadora…

Conejito conejito
Porque no te mueves
Me dejas venderte…

La idea vino fugaz en mi mente, por el espejo la mire, evite sus preguntas y solo murmure –Quien soy, soy nadie, nadie soy- otra risa y comenzó de nuevo el dolor…gemí por el dolor aun no me acostumbraba a ese sentir, me tiré al suelo en rodillas encorvándome llevando mis manitas a mi vientre gritando de dolor y de pronto el ruido de los huesos rompiéndose lentamente, la piel cambiando por pelaje de perro, el rostro y el tamaño de una reduciéndose…y luego el vestido cubriéndome como cachorra y el ladrido que emití luego nuevamente el dolor ese sonido y el ladrido por el dolor y luego…WHOALA…una niña humana de la nada agitando mi cabello me senté en el taburetito de la peinadora a mirarme en el espejo y acomodar mis cabellos –Que nunca habías visto esto niña, en qué mundo vives, no parece que fueras de este mundo- chasquee los dedos para despertarla de su ¿sueño? Quien sabe… -Oye oye te estoy hablando niña, si mira te hablo, muevo la boca, tengo pulso y respiro, como tú pero mejorada con algo más que tu no tendrás nunca- tomé un perfume de ella y deje que se esparciera un poco por el ambiente.

-Oye no seas maleducada e invítame a comer algo o tomar algo, ¿acaso la burguesía no hace eso por educación?- me estaba divirtiendo y obviamente que sabía que se me podía revertir todo pero hey quería algo de diversión en la aburrida vida de la calle, bueno no aburrida porque es emocionante pero de vez en cuando molestar a alguien de la clase alta no se ve todos los días y cuando se lo ve hay que aprovechar todo lo que se pueda

por **Nathaly Rilke** Lun Ene 06, 2014 9:33 pm

Era una niña, no había sido un cachorro de lobo desde un inicio y si me basaba en eso tenía demasiada lógica que fuese tan inteligente; aunque eso significaba que cuando me había arrojado a la fuente y me orino… todo aquello había sido a propósito, aunque claro, ¿Quién iba a preocuparse por eso en momentos como aquel? Al parecer yo.

– Choza… aaaa mi casa… – asentí – si, creo que si lo es – Mi mirada continuaba sobre ella, comenzando a pensar que quizás lo que había comido estaba malo y ocasionaba que estuviese imaginando cosas, de ser así, estaba hablando con meras alucinaciones aunque después de que me di cuenta de que había sentido su toque, todo lo demás era demasiado improbable – Claro que debo estar loca es decir… eras una cachorra y ahora… ¿eres una niña? eso es imposible… esas cosas no pasan – me reí un tanto nerviosa – aunque… deben de pasar dado que estas aquí y eso significa que no estoy tan loca y que las historias que la gente cuenta son reales, así que si sigo saliendo de noche – le mire entonces con una sonrisa – es probable que me tope con más como tu…

Mi mirada seguía a la niña que corría de un lado a otro; lo único que yo hacía mientras tanto era seguirle con la mirada.
– No puedes ser nadie… ¿Cómo te llamas? Yo soy Nathaly y… – de repente su cuerpo se encorvo y algo asustada me levante para acercarme hasta ella – ¿estas bien? – estaba por tocarla cuando su cuerpo entero comenzó a cambiar y dando un paso hacía atrás termine por caer, cubriendo mis labios con mis manos para no emitir ningún sonido que alertara a la gente en casa, lo ultimo que quería eran mirones en mi cuarto y más con aquello que hasta ese momento estaba presenciando. La niña frente a mi desapareció, dejando de nuevo aquel cachorro y después de nuevo la niña, así que no podía más que mirarla atónita y negar ante sus preguntas – Nunca antes había visto algo así y no seas grosera – hice una mueca – tu también eres una niña y yo ya te dije mi nombre, además, claro que soy de este mundo es solo que… nunca antes vi a alguien como tu – cruce los brazos frente a mi, sin apartar mi mirada de ella.

Aquella niña era bastante divertida, pues al parecer estaba acostumbrada a otra clase de cosas y era… obvio pues con esos cambios de cuerpo que tenía era completamente diferente. Reí ante su pregunta y asentí.
– Claro que te invitare a tomar algo, pero antes debes decirme tu nombre… – me levante nuevamente del suelo, caminando hasta la puerta para esperar que me dijera como se llamaba antes de llamar a las doncellas para que nos llevasen más comida.

por Invitado Miér Ene 15, 2014 8:19 pm

Conejito conejito salta salta
Donde fuiste conejito?
Estuviste entre el rosal todo frio ya.

Los ojos de los humanos son tan fascinantes cuando se encuentran frente a alguien que no han visto, algo que consideran maravilloso, creación del diablo, aberraciones de la vida, o simples experimentos a los cuales cazan por diversión o para saber nuestros orígenes de evolución, pero ¿qué se puede esperar de gente tan retrógrada, que solo piensa en ellos? La verdad nada, nada bueno sale de ellos y sus mentalidades tan absurdas.

Miré a la joven sentada sobe aquel asiento de su pienadora, viéndome al espejo, era a través del espejo que podía verla, sus movimientos, sus palabras, solo reía, estaba aburrida de estar en la manada y tener que trabajar honradamente, sí, mi padre intenta hacer que trabaje y gane todo con el sudor de mi frente y siempre discutimos por eso, porque no es lo mio hacer eso, es mejor hacer trampas y estafar, porque no decirlo ser mafiosa en las calles es lo mio, saber el arte de la extorsión, y justamente eso estaba haciendo.
-Mi nombre? Porque debería decirte mi nombre si aun después de haberme visto cambiar en tu mente queda la duda de mi existencia, aun dudas, después de ver lo que has visto, y si, en tu vida te has topado con muchos como yo, pero ¿por qué sigues dudando? Aun crees que esto es una mala resaca de fiestas de una o tres semanas seguidas- ¿Qué estaba buscando? Fomentar la duda y la discordia entre la mente de la niña y su razón –Qué piensas que soy? Algo de tu imaginación o real? Algo de dios o del diablo?- alisé mis cabellos y entre risas la alcancé en la puerta tomando el pomo y abriéndola para salir corriendo por el pasillo.

-Adivina, mi nombre es una fruta, una fruta que endulza a muchos y a la vez enoja a otros- corriendo fui por aquel pasillo, justo cuando estaba aquel mayordomo estirado, extendí mis manos y le fui haciendo caer, riéndome, giré un poco mi cabeza y le saque la lengua –Si me atrapas niñas te diré mi nombre, y si no me tendrás que invitar una botella de tu mejor trago, ya sea vino, ron o lo que sea que tengas de fuerte- corrí a esconderme en su casa.

Bajé rápido las escaleras y me metí bajo una mesa pequeña que estaba cubierta con un mantel dorado hasta el suelo, pero no me escondí ahí realmente, dejé mi cuerpo y vestido ahí porque al salir de ese escondite, unas cuatro patas sigilosas iban en el paso justo a la cocina donde me metí bajo unas ollas grandes que me cubrían por completo, solo me dejaban un pequeño filo contra el suelo por donde podía ver si alguien pasaba. El mejor escondite de todos.

por **Nathaly Rilke** Dom Ene 19, 2014 10:29 pm

– ¿Resaca de fiesta? – termine por reír. Claro que muchas jóvenes de mi edad se la pasaban en fiestas buscando maridos y cosas por el estilo; yo asistía a pocas fiestas y a las que iba esperaba que me encontrara con algo internaste porque el común de las cosas me aburrían con una facilidad tremenda y por eso , siempre terminada metida en problemas – Claro que no tengo eso, no he asistido a fiestas en semanas… prefiero hacer otras cosas a andar en eso como ver si me topo con más personas como tu – termine por sonreír y escuchar sus palabras a las cuales negué – Yo no creo que eres real, después de todo estuvimos juntas toda la tarde y si eres algo de dios o del diablo… eres solo alguien que esta aquí como yo – me encogí de hombros, realmente no me importaba si es que era algo del diablo, para mi era solo unja niña que estaba hablando comodamente conmigo y nada más que eso.

Apenas abri la puerta, ella salió corriendo a mi lado.
– Oye… – corrí detrás de ella viendo como el mayordomo terminaba cayendo al suelo y termine por reír deteniendo mis pasos para ayudarle a levantarse – lo siento Gael, mi amiga esta muy animada – vi la cara de extrañeza del hombre pues no vio a ninguna niña entrar conmigo, pero ellos bien sabían que yo entraba y salía por distintos lugares de la casa así que no podía convencerles de cualquier cosa fácilmente.

Continúe corriendo escaleras abajo, tras de la pequeña que me llevaba ventaja al haberme detenido a ayudar a Gael.
– Una fruta… pues puede ser casi cualquier fruta – llegue abajo y entonces comencé a caminar con calma – ¿dónde estas? vamos que si me dices tu nombre igual te daré lo que quieras de la casa – para mi, no era problema. Nunca había deseado ser rica realmente y el dinero o lo que teníamos me daba exactamente igual – Ven… – camine lentamente hasta que por debajo de una mesa vi parte de la falda de la niña y con sigilo llegue hasta ella – ¡te tengo! – dije al levantar el mantel pero no había nada más que las ropas de ella y termine por reír. Ahora tenía que buscar un perro.

– Tienes ventaja sobre mi con los cambios – caminaba y hablaba para ver si mis palabras hacían que riera o mostrara en donde se encontraba pero nada ocurría o al menos eso parecía ser. Anduve de un lado a otro hasta que termine llegando a la cocina de la casa sitio en el pensé que no se encontraría porque no existía lugar para esconderse o eso pensaba – Vamos, ¿dónde estas? he perdido y lo acepto… te daré lo que pides – suspire avanzando más en la cocina pensando en salir de ahí y continuar con la búsqueda.

por Invitado Sáb Feb 15, 2014 11:56 pm

“Mira más allá de lo que ves”
Melonerafiki

Los padres deben enseñar los modales y sobre todo el cómo conducirse en la sociedad y con otros miembros de esta, siempre con la frente en alto mostrando el status del que son dueños, pero, qué pasa con los que no tuvieron padres y se criaron en las calles solos a la buena de dios siempre vistos como personas de desgracias o “hijos de la muerte” (porque todo a donde se acercan muere trágicamente), bueno a ellos les toca usar la ley de la calle “consigue lo que más puedas no importa cómo”.

La humana al parecer era algo lenta, y por qué no seguir jugando con ella, no debía tener consideración pues es una extraña, una de tantas aquellas humanitas pomposas que se dedican su vida a vivir en la cristalera y solo ven las coas pasar, conclusión ABURRIDAS así que al menos ella diría que al cruzarse con un cambiaforma las coas son “diferentes” ¡vamos a darle a la humana algo de diversión! , salí de mi escondite corriendo a toda velocidad haciendo caer el bowl y unas frutas de la cocina hasta que una de las empleadas pego un grito y comenzó a lanzarme patatas pidiendo la escoba, alce la vista y comencé a gruñir cambien mi apariencia a una loba más feroz mostrando mis colmillos en posición de ataque hasta que una de las jovencitas me lanzo agua encima

-bruja- ladro y comienzo a correr por toda la cocina arrojando todo al piso, los panes, las frutas, los fideos y la harina (algo de eso me alcanzó) para salir al final disparada hacia la sala grandota de aquella casa riéndome por dentro porque aparte de que me ensucie había dejado un alboroto en aquella cocina, antes de seguir buscando un escondite, miré a la niña y me quede sentada viéndola y entonces una idea se me ocurrió…. ¿qué es lo que más asusta a los humanos?, bingo bebé, una aullido de lobo

Tome toda la fuerza de mis pequeños pulmones y desde lo más hondo de mi diaframa saque aquello que tengo reservado, el aullido…

-AUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUU-

Un “llamado” de lobos antes problemas, era el llamado de las crias a sus padres, pero el mio fue más de “Hola a los que me oigan” pero claro eso no lo sabían ellos, solo sabían que podría estar llamando a cientos de lobos en busca de su pequeña cachorra pero eso no pasaría porque para ellos se vería como un llanto mis aullidos, solo iba a asustar a todos los de esa casa y más porque haría comprometer a aquella humana con sus palabras de “Te daré lo que pidas” y que puede pedir una niña de mi edad “poder, dinero, trabajo”.

La extorsión es mi vida.

por **Nathaly Rilke** Mar Feb 18, 2014 8:36 pm

Aburrido, eso era lo que me parecía ya el hecho de no poder encontrarle a tal grado que termine por ofrecer cualquier cosa que deseara aunque claro, no pareció funcionar y abandone la cocina regresando a la sala solo para encontrar…nada. Suspire, pues comenzaba a pensar que la loba había abandonado la casa y entonces los gritos de la gente en la cocina lo cual me guío a pasos agigantados hasta ella y ahí estaba, aquella pequeña cachorra que salía huyendo mientras todas gritaban enloquecidas que una bruja se había aparecido en la casa.

– Señorita huyamos, hay una bruja en casa –
– No digas tonterías, es solo una cachorra interesante así que deja de hacer tanto drama – claro que mis palabras no sirvieron de mucho pues terminaba de decir aquello cuando salí de nuevo a la sala y entonces el aullido llego, seguido de un montón de nuevos gritos. Las doncellas gritaban que estábamos maldecidos por aquello, que desde ese entonces los lobos nos perseguirían hasta asesinarnos, patrañas.

Avance entre suspiros mirando lo divertida que lucía la cachorra después de su acto de maldad y cruce los brazos antes de comenzar a reír. Nunca temía a algo que no fuera a estar aburrida, así que contrario a lo que se esperara lograr en mi, solo pude divertirme con aquello.
– Bien, asustaste a las empleadas, ahora que haré para calmarles cachorra mala… – me deje caer pesadamente en una de las sillas de la sala, escuchando como el alboroto continuaba en la cocina y después algunas doncellas pasaban por la sala, observando con temor a la pequeña.
– Señorita, vamos – pidió Amelie y solo le pude sonreír.
– Todo esta bien, ya lo veras así que ve a ponerte a salvo si es que tienes miedo pero confía en mi – Amelie termino por asentir y lanzar una mirada asustada a la cachorra antes de salir de la casa.
– Ahora, ¿Qué vas a hacer? Robar la casa con una manada de lobos o intentar asustarme – recargue mi mentón sobre la palma de mi mano, mirándole fijamente.

por Invitado Dom Mar 16, 2014 4:30 pm

Nadie arruina mis juegos, excepto yo.
Melonee

Maldita mocosa humana, como se atrevía a dañar mi diversión diciendo a sus humanitas que “no iba a pasar nada” era verdad, pues mis aullidos no llamarían a nadie que no estuviera cerca y la verdad mi padre y tío estaban algo lejos ocupados en no sé qué no se cuanto, así que estaría sola por mi cuenta por unas horas, al ver que las doncellitas me miraban con miedo y que esa mocosita no lo hacía me hizo gruñir, pare de aullar y camine hasta estar frente a ella mirándole con la cabeza ladeada.

-Como te atreves a romper mi juego, que no ves que es diviertido ver saltar a los mortales con sus tontas creencias religiosas-
Guau Guau Guau Guau Guau Guau Guau Guau

Eso es lo que la chiquilla entendería y me causaría gracia, pero no era tan divertido, ya que aquella humana había arruinado mi diversión, sus “damitas” seguían mirándome, haciéndose señales benditas y santas sobre ellas, hizo que rodará los ojos ¿se puede como animal? La verdad no, pero como humana sí, así que era solo mover un poco la cabeza como si rodara los ojos, bien si querían una bruja o cosas malditas del demonio por qué dárselas, complazcamos a la audiencia; camine toda presuntuosa hasta donde estaba mi vestidito, me metí bajo este y otra vez el dolor del romper de huesos se escuchaba y quejidos o mejor dicho, pequeños aulliditos de dolor entre guñidos y el clavar las garritas en la alfombra.

TACHAN

Una perfecta niña, que se limpiaba el vestido, una de las jovencitas, como era Amelia, Amelie, Ame, en fin no importaba, se desmayó y otra jovencita le venteaba con la mano el rostro para darle aire, eso me hizo reír mucho, caminé descalza hasta el sillón grande trepándome sobre este mirando a la jovencita, las medias, no recordaba donde las dejé, sí ya recuerdo, en el cuarto de ella, la miré con una leve sonrisa –Sabes es de muy mala educación cortar o quitar la diversión de los pequeños ¿por qué lo haces? Acaso no ves lo divertido que era poner así a tus empleaditas- señale a las mujeres que estaba mirándome y rezando alguna plegaria para espantar al pequeño demonio que veían –Mira sus caras pálidas y sus absurdos rezos, creyendo que eso bastará para “exorcizarme”- me reí cruzándome de brazos –Me parecen patéticos esas actitudes humanas que toman, y no, no soy de robar así, prefiero otros métodos que nunca fallan, así que por ahora tu choza está a salvo ya que no me interesa nada de las baratijas que tienes aqui- una sonrisita sincera y mis ojos se notaban más oscuros de aquella mirada que dice “oculto algo peor de lo que puedes ver, pero no sabrás aun”.

por **Nathaly Rilke** Dom Mar 16, 2014 10:35 pm

Nadie me hizo caso al parecer, pues cuando yo esperaba escuchar a todas aquellas mujeres fuera y me quede mirando en dirección a donde se había ido aquella loba que salió convertida en niña. Escuche un golpe a mis espaldas y entonces Amelie estaba en el suelo mientras otras estaban atendiéndole y observando asombradas a la pequeña que apareció en lugar de la loba. Si antes les había dicho que no existía la brujería ahora no había forma de negar aquello con las demostraciones de la niña aquella; igual algo podría inventar como que aquel cachorro era su mascota y ella así jugaba con su perro; que más daba, algo debía inventar y para eso tendría tiempo después de que ella ya no estuviera por aquellos lugares.

–Lleven a Amelie a una habitación hasta que se le pase y dejen de estar haciendo eso – todo el grupo de mujeres rezaban pero ante mi orden y con temor decidieron alejarse de aquel lugar, no importaba donde anduvieran aún se escuchaban los rezos – Yo no he dicho que no fuera divertido pero tampoco quiero que nos quedemos sin empleadas de un momento a otro. Mis padres las necesitan y son personas muy amables conmigo así que no me gusta que les hagan esa cosas – todas ellas siempre se habían mostrado preocupadas por mi y eso me llevaba a defenderles. No verlas más causaría un enorme pesar en mi – si rezan es porque no saben que más hacer cuando alguien como tu aparece de esa manera frente a ellas, es normal – al igual que ellas me había sorprendido al encontrarme con la loba, pero al contrario yo estaba buscando aquel encuentro y las demás mujeres no.

Reí ante sus palabras, como si fuera la mujer más adulta de aquel lugar y era tan linda que no podía evitar que me pareciera tan adorable incluso en los momentos en los que ponía una expresión que decía que tenía una nueva maldad planeada para el instante siguiente.
– Menos mal entonces que las baratijas no te interesan aunque ahora me surge la duda… si no te interesan las baratijas ¿Qué es lo que te podría atraer de aquí? – ladee el rostro curiosa, pero en parte algo me decía que esa era la peor pregunta que pude formular a alguien como ella.

por Invitado Jue Abr 17, 2014 12:27 am

si rezan es porque no saben que más hacer cuando alguien como tu aparece de esa manera frente a ellas, es normal –

- cuando alguien como tu aparece de esa manera-

-es normal-

Es normal, esa palabra se quedó en mi mente revoloteando como pequeños colibríes agitando sus alas como relámpagos hambrientos, entonces pensé en un flash ¿soy normal? Mire a la mujer sin decir palabra alguna sopesando aun en mis labios que se movían repitiendo esa palabra, “normal” pero ¿qué era ser normal? Sería que la niñita sabía la respuesta, alce la mirada a sus ojos claros sonriéndole con tranquilidad.

-Qué es normal, según ustedes que es lo normal ante una persona como yo, acaso es solo rezar ¿por qué?- quizás yo misma tenía la respuestas pero quería escuchar de la boca de la joven que era lo que ella pensaba según eso sacrificaría a mis peones en esta partida de ajedrez, mis deditos fueron al vuelo del vestido jugando con este, retorciéndolo entre los dedos analizando todo a mi alrededor, registrando cada posible opción, para contestar a la muchachita porque quizás eso le diera aún más ideas de lo “normal”.

Reí para mí misma, a mis adentros pensando en su pregunta, bajé del sillón caminando por aquel salón mirando las mamparas con velas muy elegantes esos candelabros colgando en lo alto, alumbrado todo el lugar con finas cuencas y oro en grana, lo miré detenida hasta que luego comencé a reír –Quieres que te muestre lo que me atrae de aquí?, estas segura?- no espero la respuesta de la joven y corrió hasta un portarretrato, lo lanzó con fuerza hasta el candelabro y este cayó al suelo dejando que el fuego llegué hasta la alfombra incendiándose lentamente, corrió hasta la chimenea por un atizador empuñándolo y amenazando a la joven –Te dolería perder tu casa y toda tu riqueza por el fuego? Dime niña, ¿Por qué son importantes esas personas, esas criadas si no son más que eso para ti, simples empleadas, ¿crees que ellas harían algo para salvarte?- antes de que se propague el fuego por toda la alfombra, se convirtió en cachorro, pero esta vez de Yorkshire alzando su pequeña pata y orinando en el fuego, limpio sus patitas y se sentó frente a la chimenea mirando el fuego crepitar sin decir nada ni aullar ni ladrar, solo en silencio dejando que el fuego se apague para luego cambiar a niña nuevamente.

-Ya quedó claro lo que me atrae- toma el atizador y comienza a jugar con este como si fuera una espada entre sus manos riéndose con mucha soltura.

por **Nathaly Rilke** Mar Mayo 27, 2014 8:43 pm

– Para la gente que no sabe de la existencia de personas como tu, es su manera de sentirse seguros. Es algo un tanto ridículo porque aun cuando hagan nada va a cambiar, pero los mantiene en la idea de que están bien, de que todo va a pasar y que entonces será como un mal sueño – sonreí – pero eso es porque no se esta acostumbrado a ver a gente como tu, si te vieran más seguido tarde o temprano se acostumbrarían a tu presencia, aunque quizás antes de que eso pase hicieran algo malo – Era algo interesante tratar de hablar de lo que era la normalidad con alguien como ella, pero no podía hacer más que dar mis puntos de vista aunque estuviesen mal o no fueran lo más conveniente.

– Claro que quiero saber que es lo que te atrae de aquí – asegure sin saber que era lo que pensaba hacer, pero cuando el candelabro cayo frente a mi y quede sin poder hacer nada para evitar que el incendio comenzara a propagarse; estaba siendo amenazada por una pequeña y encima, cuestionada sobre la importancia de aquel lugar – Me tiene sin cuidado este lugar, no es más que una jaula de oro que no sirve para nada – eso era lo que pensaba y siempre pensaría de mi propio hogar, tenía en claro que incluso mis padres eran demasiado interesados y que el que no lo fuera yo, les decepcionaba. Cuando pregunto por las criadas, ahí fue cuando realmente me preocupe. Ellas eran mi familia, eran quienes procuraban que estuviese bien y me esperaban despiertas hasta altas horas de la noche para asegurarse de que llegara a salvo, me reprendían cuando me descubrían comiendo de más y solían llevarme cosas sencillas que sabían que me agradaban – Claro que no son solo empleadas, ellas son parte de mi familia y se que de poder harían algo para ayudarme – miraba atentamente el fuego extenderse; pero antes de poder hacer cualquier cosa ella cambio y termino por extinguir el fuego. Suspire tranquila por eso y continúe mirándole.

Hice una mueca de disgusto mientras jugaba con el atizador.
– No todos vemos a los que nos ayudan como simple servidumbre y este también es su hogar, no deberías ser tan desconsiderada, si nos quedamos sin nada, ellas tampoco tendrán donde quedarse o de donde mantener a sus familias – no comprendía porque trataba de explicarle todo, finalmente era una niña que difícilmente debería entender todo lo que decía.

por Invitado Vie Jun 20, 2014 7:06 pm

-Pero eso es porque no se está acostumbrado a ver a gente como tú, si te vieran más seguido-

Palabras, y más palabras sin sentido, acaso esa mujer no se daba cuenta de la realidad que viven, acaso los humanos siempre quieren tener la venda en los ojos, y más con esa pose de mujer que tenía aquella muchacha me estaba molestando y mucho como nunca antes, dejé que la mujer dijera todo lo que tenía que decir, sabía que era como todas, es más hasta mi padre me lo había dicho siempre “los humanos no comprenderán tu alma y lo que somos” y tenía toda la razón.

Aun lado tiré aquel atizador para caminar con ojos cerrados hasta la puerta y abrirla –Eso es todo, tienes la mente tan obtusa como todos los mortales, no tienes nada que me pueda servir en ese antro, y para la próxima deberías callarte no decir nada de lo que no sabes, gente como yo ¿qué es exactamente la gente como yo? Seres extraños, anomalías de su bien estructurada sociedad con extractos sociales “divino”, si es así prefiero seguir siendo “gente como yo” los míos al menos respetamos todo lo que nos rodea, la naturaleza y los seres que valen la pena- le mire con una sombra en los ojos, una sombra que indica “no soy lo que crees” no me trates como niña que no sabes en lo que te puede estallar en la cara.

-Familia? Sabes ese concepto realmente? Tú crees que son familia porque viven contigo y trabajar para ti, pero tienes equivocado el concepto niña, si quizás tú los veas como familia pero ¿y ellos? Te ven a ti como tal, no lo creo, lo hacen porque tu padre y madre les obligan, porque deben cuidarte ¿has conocido el desinterés y el trabajo mutuo, el colaborar todos para que surja el grupo? Viéndote creo que no, se nota que no has trabajado y que no sabes, si a duras penas sabes lo que es una manada o familia como dices, ¿cómo puedes hablarme de cosas tan fáciles pero de forma tan superficial?- una sonrisa le dejo a la joven –No tienes nada de valor realmente, la gente de clase alta solo piensa en dinero y no en el corazón realmente, quédate en tu jaula de oro, siempre has estado así, te deseo la mejor de las suertes porque en verdad no sabes realmente lo que es una jaula- me despido de ella moviendo la manito en despedida con una sonrisa muy tranquila y cálida.

La verdad no había nada para mí ahí, no había nada para mí en ningún lado, así que decidí volver al campamento con mi manada, mi verdadera manada hasta el fin.

por **Nathaly Rilke** Dom Jul 27, 2014 6:38 pm

No sabía que era lo que hacía mal o bien con esa niña. Ella simplemente veía las cosas a su manera, tratando de que yo fuera alguien que desconocía el mundo, diciendo que era como todos y que no sabía nada. Que la gente que consideraba mi familia solo estaban ahí por el dinero, que estaba yo ciega de creerme diferente y especial para ellos.

Justo de la misma manera en la que ella me juzgaba a mi y a todos en aquella casa, ella parecía creer que yo lo hacía, cuando lo único que trate fue de comprenderle. Al igual que como pensaba que no sabía nada de ellos, ella no sabía nada de mi ni de quienes me rodeaban. Era una niña, tal vez al igual que yo lo era en cierto sentido. Ante sus nuevas palabras, que parecían más un regaño que cualquier otra cosa, no dije nada. No intente disculparme o detenerla cuando se despidió de mi. No valía la pena hacerlo cuando se esta tan ciego que te niegas a mostrar la verdad desde tu punto de vista.

Había tratado de hacer todo cuanto podía por comprender de ella y de su jaula, de su vida y de los que eran como ellos. Por el contrario la cachorra solo se esforzó en ver las diferencias entre nosotros.

Suspire cuando abandono mi hogar, viéndole partir con calma. Parecía que nada le importaba más que aquello que no me mostró, allá, en las lejanías donde le había encontrado debían estar los suyos, los únicos que según ella podían comprenderle.

La puerta de la mansión se cerro nuevamente, dejándome dentro de la jaula una vez más.
– Una jaula es una jaula siempre, no importa de que este hecha – aquello no lo escucharía la cachorra y tampoco quería que lo hiciera. Mire a mi alrededor y entonces me dirigí a buscar a mi propia familia.

TERMINADO

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