AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Un encuentro mágico (privado)
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Un encuentro mágico (privado)
Recuerdo del primer mensaje :
Mientras saludaba con la cabeza a algunos conocidos de su tía, se adentró en la fiesta. Esta noche se reunía la alta sociedad y la nobleza por una causa benéfica, la construcción de un nuevo orfanato.
Sabía lo que estaban comentando la mayoría de esas personas. Todos comentaban como en su fiesta de presentación había sido acusada de brujería. Ella y su amiga Zafiro eran el centro de atención de esa fiesta, y sentía ganas de huir y esconderse. Odiaba ser el centro de atención, pero afortunadamente, todos creían que ella era una pobre víctima de una confusión.
Sonrió tristemente, si supiesen la realidad, ellos mismos la hubiesen entregado, una joven bella, rica y simpática eran suficientes motivos para ganarse muchos enemigos y envidias entre los miembros de su misma clase social. Ser bruja, sólo hacía que empeorasen las cosas.
Sacudió la cabeza alejando los malos pensamientos, ella había acudido para que todos viesen que seguía siendo Ruslana, la perfecta joven de clase alta sin ninguna falla. Mientras eso siguiese así, no correría peligro.
Acompañada de su amiga Zafiro, creaban un duo completamente diferente. Su pequeña amiga era una belleza salvaje de pelo negro y ojos azules, vestida hoy, con un precioso vestido azul fuerte. Y, ella, una joven tímida y alta, de ojos marrones y un largo cabello castaño. No sólo su color de piel hacía que dijesen que eran como "la noche y el día", sino que sus carácteres eran diferentes. Ruslana era tranquila y amable, Zafiro inquieta e indomable. Sus disparidades, lejos de confrontarlas, las unían más, y el espectáculo que creaban juntas, hacían que los jóvenes acudiesen como abejas a un panal de miel.
A los pocos minutos de haber llegado, ya habían conseguido llenar sus libros de bailes. Ahora buscaban un sitio donde sentarse y hablar tranquilamente antes de que los jóvenes volviesen a reclamarles sus bailes.
Aunque la fiesta marchaba estupendamente, no podía quitarse la sensación de ser observada. Se sentía como una presa a punto de ser capturada, y cada segundo que pasaba, aumentaba la sensación de fatalidad. Miró a Zafiro diciéndole:
- ¿Has notado algo extraño esta noche?. No puedo quitarme la sensación de estar siendo vigilada.- Dirigiendo su mirada por la habitación, no divisaba nada anormal, salvo... Su mirada fue capturada por unos ojos negros, que la observaban intensamente. El tiempo pareció pararse, dejó de escuchar las conversaciones animadas de los invitados. Ya no existía nada, salvo esos ojos y la amenazan que emanaban. Pero antes de que pudiese observar algo más del hombre de los ojos negros, sintió como sacudían su brazo.
- Rus, ¿estás bien?, llevo un rato hablándote.- Asintiendo hacia ella levanté mi mirada, descubriendo que, donde segundos antes había estado un hombre, ahora sólo había vacío.
- Me... pareció ver algo.- Sacudí mi cabeza alejando la sensación de peligro, y sonreí a mi amiga- Debo haberme confundido.
Mientras saludaba con la cabeza a algunos conocidos de su tía, se adentró en la fiesta. Esta noche se reunía la alta sociedad y la nobleza por una causa benéfica, la construcción de un nuevo orfanato.
Sabía lo que estaban comentando la mayoría de esas personas. Todos comentaban como en su fiesta de presentación había sido acusada de brujería. Ella y su amiga Zafiro eran el centro de atención de esa fiesta, y sentía ganas de huir y esconderse. Odiaba ser el centro de atención, pero afortunadamente, todos creían que ella era una pobre víctima de una confusión.
Sonrió tristemente, si supiesen la realidad, ellos mismos la hubiesen entregado, una joven bella, rica y simpática eran suficientes motivos para ganarse muchos enemigos y envidias entre los miembros de su misma clase social. Ser bruja, sólo hacía que empeorasen las cosas.
Sacudió la cabeza alejando los malos pensamientos, ella había acudido para que todos viesen que seguía siendo Ruslana, la perfecta joven de clase alta sin ninguna falla. Mientras eso siguiese así, no correría peligro.
Acompañada de su amiga Zafiro, creaban un duo completamente diferente. Su pequeña amiga era una belleza salvaje de pelo negro y ojos azules, vestida hoy, con un precioso vestido azul fuerte. Y, ella, una joven tímida y alta, de ojos marrones y un largo cabello castaño. No sólo su color de piel hacía que dijesen que eran como "la noche y el día", sino que sus carácteres eran diferentes. Ruslana era tranquila y amable, Zafiro inquieta e indomable. Sus disparidades, lejos de confrontarlas, las unían más, y el espectáculo que creaban juntas, hacían que los jóvenes acudiesen como abejas a un panal de miel.
A los pocos minutos de haber llegado, ya habían conseguido llenar sus libros de bailes. Ahora buscaban un sitio donde sentarse y hablar tranquilamente antes de que los jóvenes volviesen a reclamarles sus bailes.
Aunque la fiesta marchaba estupendamente, no podía quitarse la sensación de ser observada. Se sentía como una presa a punto de ser capturada, y cada segundo que pasaba, aumentaba la sensación de fatalidad. Miró a Zafiro diciéndole:
- ¿Has notado algo extraño esta noche?. No puedo quitarme la sensación de estar siendo vigilada.- Dirigiendo su mirada por la habitación, no divisaba nada anormal, salvo... Su mirada fue capturada por unos ojos negros, que la observaban intensamente. El tiempo pareció pararse, dejó de escuchar las conversaciones animadas de los invitados. Ya no existía nada, salvo esos ojos y la amenazan que emanaban. Pero antes de que pudiese observar algo más del hombre de los ojos negros, sintió como sacudían su brazo.
- Rus, ¿estás bien?, llevo un rato hablándote.- Asintiendo hacia ella levanté mi mirada, descubriendo que, donde segundos antes había estado un hombre, ahora sólo había vacío.
- Me... pareció ver algo.- Sacudí mi cabeza alejando la sensación de peligro, y sonreí a mi amiga- Debo haberme confundido.
Ruslana Del Mar- Hechicero Clase Alta
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Re: Un encuentro mágico (privado)
"Dí jaque al rey, sin saber que había otra ficha acechando mi reina".
Luché contra la tele mojada de mi vestido, levantándome en un movimiento torpe, sólo para caer de nuevo al agua. Suspiré cuando aparté el pelo de mi rostro, mirando a mi vestido con tristeza, lo había arruinado por completo. Sabiendo que no podía salir de esta situación sin quebrar la elegancia con la que solía moverme, acepté las manos de uno de los hombres para salir de la fuente. El agua había estropeado, no sólo mi vestido, sino también mi peinado. Escuché lo que decía Zafiro mientras me quitaba los alfileres que sujetaban mi pelo. Con los dedos, peiné la larga melena castaña, dejando que las puntas acariciasen mis caderas. Sabía que llevaba el pelo demasiado largo para la moda actual, pero me encantaba cepillarlo por las noches, y que las puntas acariciasen la parte más baja de mis caderas.
Mantuve la mirada en ambos hombres, y vi cómo todos me observaban. Suspiré y respondí a mi amiga, manteniendo en todo momento, el contacto visual con los hermanos. - Creo que ignoran nuestro País de nacimiento, mi querida Zafiro.- Sin poderlo evitar, comencé a reírme de ellos, sin preocuparme por si se ofenderían o no. Al fin y al cabo, los habíamos empujado a una fuente, y habíamos sufrido el mismo castigo.- Si se iniciase una guerra, no sería contra Francia, pero prefiero reservarme el secreto para el siguiente.... chapuzón.- Seguí riendo mientras intentaba escurrir mi vestido. Cuando vi que era imposible secarlo de esa forma, alcé la vista hacia mi amiga y le sonreí con picardía.
- Creo que estos amables hombres nos deben un favor, al fin y al cabo, nos han estado tomando por tontas desde el principio de la noche. - Miré a los hombres con una sonrisa. Sentía curiosidad sobre su poder, la forma en la que se habían fundido, cambiándose de lugar sin que sus cuerpos se moviesen. Había tal grado de conexión entre ambos, que podían hablar a la vez.
Me acerqué hacia el hombre que estaba completamente mojado, giré alrededor de él como si fuera una pieza e ganado, mis ojos se deslizaron desde la punta de sus botas hasta su revuelto cabello castaño. Me paré delante de él y lo miré a los ojos, fascinada por la magia que fluía de él. Rocé su mejilla con mis manos, sintiendo la humedad de su piel, la aspereza de su barba era tan real ...- Podéis sentir ambos la caricia que está destinada al otro...- Mis palabras eran más una afirmación que una pregunta. Podía sentir el flujo de sentimientos entre ambos, si golpease a uno, estaría segura de que ambos tendrían el dolor como sentimiento común. - Fascinante....- Susurré mientras le rocé los labios. Cuando me dí cuenta de lo que estaba haciendo, me separé de él como si me hubiese quemado. ¿Qué demonios estaba haciendo?. Me comportaba como una niña, toqueteando un juguete nuevo, presa de la excitación.
Cerré mis manos en un puño, y sonreí. Aunque sabía que era más una mueca, que una sonrisa. Odiaba esa parte de mí, ése momento en el que me daba cuenta de que era anormal. Aún deseaba volver a acercarme, colocarme entre ambos, y dejar que sus sentimientos me golpeasen. Introducirme entre el flujo mágico que los unía a ambos. Podía mentir, y decir que era por curiosidad, pero en el fondo, sabía que ansiaba tocar el poder. Bañarme en él y revolcarme entre las aguas profundas y desconocidas. Era la parte oscura contra la que luchaba todo mago, el instante en el que ansiabas más poder.
Me acerqué a Zafiro, buscando apoyo. Algo que me hiciera sentirme normal de nuevo. Me crucé de brazos y sonreí a mi amiga.- ¿No crees que deberían compensarnos?- Incliné mi cabeza hacia la derecha, y los miré con picardía. Dejando atrás la vergüenza. Después de haberme bañado con ambos, no podía avergonzarme más.- ¿Y bien, caballeros, qué nos darán a cambio?. -
Ruslana Del Mar- Hechicero Clase Alta
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Re: Un encuentro mágico (privado)
Y Alicia en el hoyo cayó
Lentamente por el agujero se deslizó
Pobre Alicia que nunca imaginó
Que en el mundo fantástico su viaje empezó.
Lentamente por el agujero se deslizó
Pobre Alicia que nunca imaginó
Que en el mundo fantástico su viaje empezó.
Amenazas y más amenazas de guerra por aquella buena jugada de los conejos gemelos, pero que más les venía a ellos, incluso el Conde comenzó a reír y miró a su hermano el cual también lo miro señalándose y riéndose tanto que casi se podría decir que más que disfrutar del momento sino la estaba pasando a lo grande como nunca antes, miraron a las damas y entre soplidos pararon de reír
-Vaya vaya, hermano, ¡pero que hemos hecho!-
--Creo que iniciamos una guerra--
-Tendré que viajar para hacer los planes de guerra-
--Y yo tendré que viajar hasta mi lugar para hablar con él para apoyarte en refuerzos--
RISAS
Negaron con la cabeza y comenzaron a caminar quitándose la chaqueta los dos dejándola en el suelo agitando sus manos sobre sus cabellos mojados mientras no paraban de murmurar entre ellos, hasta que en el final se tomaron de la mano y regresaron donde las damas.
Jugamos
Juguemos
RISAS
Juguemos
RISAS
-Aceptamos su propuesta de guerra Frau, es más creo que no importa el país, lo importante es ver lo que se puede suscitar, no crees hermano-
--Si será el imperio, el vaticano contra Francia, Inglaterra, ¿quién sabe?, lo mejor es lo inesperado, al final guerra es guerra, muerte es muerte y hambre es hambre, igual tendremos algo que hacer en nuestras aburridas vidas, Hey que tal si hacemos guerra de comidas o guerra de sexos --
Las risas fueron más ostentosas y hasta cierto punto burlonas, caminaron hasta la fuente y se sentaron con los pies del lado del agua jugando con esta y mirando aquella escultura de piedra de una ninfa hermosa antigua con un jarrón entre sus brazos donde brota el agua y esas alas abiertas lo que hacen que sea como un cándido aleteo de gaviotas… se miraron y se señalaron con rostros como si estuvieran ofendidos por las palabras, luego se señalada el uno al otro.
-NOSOTROS-
--Tú--
-Yo?-
--Yo?--
RISAS
-Vaya vaya, así que le hemos tomado el pelo, hermano, lo hemos hecho, no no creo pero si las damas lo dicen debe ser, no crees, por supuesto, ellas no nos mentirían, entonces hemos sido una maleducados , no, lo que hemos sido es unos juguetones conde e inquisidor--
Los dos hermanos se ríen y hacen una reverencia a ambas damas mientras se incorporan ven a la aquella bruja acercarse a ellos y tocarlos, los ojos de Die se abrieron cual plato al ver como tocaba a su hermano, pero era más por miedo a que sepa que era ilusión, aunque al parecer ya lo sabían.
Lo saben,
No importa, no hemos dicho nada nosotros
Seguimos?
Veamos hasta donde llegarán ellas.
Risitas complices
No importa, no hemos dicho nada nosotros
Seguimos?
Veamos hasta donde llegarán ellas.
Risitas complices
--Vaya vaya no sabía que tenía esas intenciones conmigo o con mi hermano, ya veo porque nos arrojaron a la fuente-- Theo miró a la bruja y a la gitana guiñándoles el ojo
-Está bien guardaremos el secreto, para que las damas no se sientan ofendidas, pues si la amiga tiene deseos por uno de los hermanos, la otra amiga quedará en compromisos- Die sonríe amablemente mientras ambos hermanos sonríen
Antes de dar media vuelta y caminar hacia la fuente de nuevo los hermanos usan un truco más la ATMOKINESIS de Die y la DOMINACIÓN de Theo, el viento sopla leve, el agua se levanta lentamente creaciones de agua comienzan a danzar, gota a gota se forman figuras de personas danzando y luego explotando pero se vuelven a cambiar por otra mejores y siguen la música, Theo en cambio con una simple orden y su habilidad a la gitana le sonríe y le toma la mano
--Una pieza como la del agua no se puede dejar pasar verdad, ven vamos al agua y a ver si puedes ser tan grácil como la misma corriente--su mirada fue a la bruja con lo cual miró a su hermano y este enseguida creo una BARRERA, ya eran muchas habilidades y sus energías seguían intactas ¿cómo, por qué? Ese era su secreto
-Lo siento pero a este vals no está invitada colega, su magia aquí no podrá ayudar a su amiga- entre sonrisas miró a la bruja e hizo una reverencia –Este es nuestro pago a Alicia por caer en el agujero del conejo, los conejos ahora harán lo que mejor saben hacer, y usted Alicia hará lo que mejor sabe hacer, y le recomiendo que no llame a los espíritus no querrá asustarse luego- entre guiños la música comienza a sonar más fuerte, cuerdas de violines y pianos, creados por el viento.
¿Qué buscaban los hermanos? Nada, ¿Qué querían? Jugar. ¿Son sádicos y malvados? Acertaste bebé, tras el rostro de la bondad también se oculta la maldad, y no son bipolares, son dos en una vista, dos que se proyectan como uno pero siguen siendo dos, y que esos dos si siguen así se proyectaran en el cuerpo con ambas energías.
Diègue Theodor Döhler- Hechicero/Realeza
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Re: Un encuentro mágico (privado)
- Pero es que a mí no me gusta tratar a gente loca
- Oh, eso no lo puedes evitar. Aquí todos estamos locos. Yo estoy loco. Tú estás loca.
- ¿Cómo sabes que yo estoy loca?
- Tienes que estarlo, o no habrías venido aquí.
- Oh, eso no lo puedes evitar. Aquí todos estamos locos. Yo estoy loco. Tú estás loca.
- ¿Cómo sabes que yo estoy loca?
- Tienes que estarlo, o no habrías venido aquí.
Ruslana hizo un puchero con sus labios, mirando a Diègue con poca satisfacción. Si ya la situación era preocupante al estar con dos brujos poderosos, mientras todo su instinto le indicaba que corriese en el sentido contrario en el que pudieran estar los gemelos, el que que las hubieran separado sólo hacía que ella se sintiera ansiosa. No le gustaba estar en una posición de inferioridad, no con alguien que ella había pensado que sería “ el mejor de los dos” y ahora se daba cuenta, que estúpidamente, había errado en su apreciación. Diègue no era el mejor de los dos, sólo era el más educado de ambos. Pero en el fondo, algo debían de tener en común ambos para estar unidos de aquella forma. Nadie que pudiera tener la conexión que ella había sentido antes, podría ser indiferente al otro.
Retrocedió dos pasos, evitando estar completamente cerca del señor Dhöler. A partir de ese momento no iba a cometer el error de subestimar a aquellos hombres. Pero tampoco podía comenzar a correr como una loca, atravesando no sólo el jardín sino también la fiesta, con el vestido completamente empapado y su pelo húmedo suelto. Cualquiera diría que había sido atacada, o peor, que ella había atacado a uno de los Dhöler. Viendo lo que habían dicho acerca de su “deseo por ellos” y su comportamiento errático y, preocupantemente para ella, despreocupado de toda norma de decoro y cordura, prefería evitar cualquier situación en la que ellos pudieran usar su increíble capacidad inventiva. Aunque debía reconocer que eran hombre muy apuestos, quizás incluso su propio salvajismo y peligrosidad los convertía en algo muy similar a la manzana de Eva. Algo que tenía un aspecto delicioso por fuera y sólo podías llegar a fantasear con el sabor que tendría por dentro. Agradecía por una vez que ella fuese casi una niña de diez años en aquella materia en la que la mayoría de las mujeres de su edad eran conocedoras. No quería imaginarse lo que podría pasar si ella se dejase tentar. No con los Dhöler, pensó con pánico y, en lo más profundo de su ser, con cierto interés insano.
- No me haga reverencias, monsieur. - Sus ojos se separaron de Diègue sólo para mirar con atención a Zafiro y Theodor. No le preocupaba que bailasen juntos, sabía que Zafiro era lo suficientemente fuerte e independiente como para escapar del hombre si así lo deseaba. Al fin y al cabo, no los creía tan locos e imprudentes como para atacar a una mujer en un lugar público, con personas a unos metros de ellos. - Dejemos a un lado las formalidades. Cuando el conejo ha roto todas las reglas e incluso se atreve a jugar con la magia en público, parece un poco absurdo el seguir con ellas. ¿No le parece?.- Le dio una sonrisa inocente, pero a la vez seria. No sabía si sus palabras podrían empeorar la situación más de lo que estaba, así que se mantuvo en silencio mirando cómo Zafiro le lanzaba miradas fugaces y preocupadas. Por una vez parecía que se habían invertido los papeles, ella estaba tranquila y su amiga era la que lanzaba las miradas ansiosas de una madre. Sólo una gitana como aquella mujer podría tratar a Ruslana con el cariño y la pasión de la verdadera amistad. Sin importar cuán débil fuera ella misma. Sin quererlo, comenzó a reír con disimulo. El imaginar lo que ella podría estarle diciendo a Theodor sólo la hacía aumentar sus carcajadas. Pobre hombre, no creía que supiera lo que había despertado con su loco comportamiento.
Como salida de la nada, una palabra volvió a acudir a su mente. Una a la que ella no le había prestado atención al estar ocupada, como siempre, en sus propios pensamientos y no en lo que sucedía a su alrededor. - Dígame, señor Diègue, ¿cuán experto es usted en todo lo referente a la guerra?.- La sonrisa que le dirigió a Diègue era sólo una mueca de fingida educación. Porque lo que ella realmente quería hacer era huir en ese mismo instante. Tomar a Zafiro de la mano y si fuera necesario, salir de aquel lugar en su lamentable estado. Alicia se había olvidado que el conejo no era lo que parecía desde el principio. Que los brujos no eran hombres normales, ni tampoco sus cargos u oficios. Uno de ellos, llevaba uno de los títulos de los que debía huir. Uno tan temible, que con una mera denuncia, podría ser asesinada. ¿Qué probabilidad había de que el conejo blanco del Mundo de las Maravillas, fuese en realidad un inquisidor atado por algún hechizo a su hermano ?.
- Spoiler:
- Como el Pj de Zafiro ya no está, puedes usarlo como PNJ o que se desmaye o algo así, para continuar con el tema. Aunque miedo me da lo que pueda ocurrir con esos dos xD.
Ruslana Del Mar- Hechicero Clase Alta
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Re: Un encuentro mágico (privado)
Bibidibabidibu
Laralaralaralere
La mejor decisión
La peor situación
RISAS
Laralaralaralere
La mejor decisión
La peor situación
RISAS
Entre pasos acompasados Theo tomo a la gitana para un baile del cual estaban seguros ambos hermanos que las damas no querían participar, pero ellos con su sonrisa se asegurarían que entraran, de los dos Die aun en contra de su buen juicio acepto el juego pero solo porque le pareció divertido salir un poco de la rutina de la pomposidad de las cortes monárquicas y por parte de Theo, bueno él es él y todo es como él.
Theo sonrió a la gitana tarareando un vals mal entonado llevándola como una muñeca de trapo de aquí a allá, de allá a acá, sin quitar esa sonrisa tonta de sus labios una sonrisa que te avisa de “algo te estoy escondiendo”, un giro y una reverencia a la gitana para volver a danzar con ella mientras su hermano se encontraba con la bruja, los miraba de reojo solo para asegurarse de que seguía su hermano el hilo del cuento.
Die por su parte miró a su colega sonriéndole pero no como Theo, sino de una forma amable y cándida como si fuera una disculpa y a la vez como si quisiera tranquilizarla, caminó hasta la fuente sentándose en el borde con sus manos a cada lado, la chaqueta abierta y la corbata a medio aflojar, con un aire despreocupado, se llevó la diestra a pasar por sus cabellos alborotándolos un poco más suspiro mirando a su hermano jugar con la gitana y moviendo los labios, con la sonrisa respondió a este y luego a la bruja que le invitó a tomar asiento.
-Venga relajase, además uno de los conejos blancos no ha roto las reglas, no del todo, pero si las rompemos al menos por unos minutos no pasará nada ¿verdad? No se desataría una guerra o el fin de esta era o si?- sonríe alzando la mirada al cielo viendo las estrellas como si fuera un adivino de estas –es absurdo que las estrellas sean estrellas y salga en la noche a acompañar a la luna? No lo creo, porque renegar de lo que somos y nuestra herencias familiares, eso es un pecado al menos claro que se caiga en manos de la santa iglesia, para ser precisos de la santa inquisición, y a menos que sea de utilidad para Roma, conservará la vida si no el cielo o el infierno es su último destino, así que ¿por qué debería preocuparme? Al final soy un Duque y estoy a salvo del brazo secular de ellos sin decir que tengo a alguien- señala a su hermano que hace a la gitana inclinarse en un nuevo baile, la dobla llevándola por nuevos ritmos, Die sonríe negando con la cabeza –Ese alguien, fue, es y será siempre un inquisidor, conoce todo de ellos así que ¿Qué riesgo corro? Más ¿Qué tal libre puede ser usted para aceptar su herencia? Puede usted asegurar que no es absurda su existencia?- la mira sonriéndole con tranquilidad y un aura muy apacible, su energía aún no se agota, ni ha usado del todo su energía.
Mientras…Theo miro a la gitana sonriendo de lado –Vaya, vaya veo que el conejo blanco uno ha hecho lo suyo, ¿me toca entonces?— la mujer miró a su amiga y luego al brujo con los ojos como platos, y antes de siquiera abrir la boca…los labios de Theo formaron unas palabras, un conjuro…
El sonido de dos cuerpos desplomándose en el césped sacude la noche, Die sonríe y esta vez lleva su BARRERA hasta ellos cubriendo al cuerpo de la gitana y al cuerpo de su hermano, aun cuando es una ilusión de la proyección astral que separa a ambas almas de los Döhler…, ahora separa a los dos cuerpos de los dos brujos
La gitana se pone de pie sonriendo con malicia, mirando a su amiga y a…
Die mira a la mujer riéndose, rompiendo el silencio en una carcajada, mira a la bruja poniéndose de pie –El arte de la guerra es un mal necesario, solo con una orden política o la que yo decida, puedo hacer que el Imperio y Francia peleen, pero eso debilitaría mucho a la corona Francesa después de que se instauró nuevamente la monarquía absolutista, luego de haber pasado por tantas revueltas y revoluciones constitucionalistas, así que estaría en mayor ventaja para la conquista, pero sería mucho sacrificios de parte de mi pueblo y por el momento nos encaminamos a otras expectativas más que la guerra, pero no la dejamos de lado, eso debe darle una idea de mi preparación en las tácticas de guerra Frau del Mar y si no se convence, podemos poner a prueba la teoría- hace una reverencia a la nueva gitana que se mira las manos y el escote riéndose con cinismo –Alicia, Alicia ten cuidado con lo que deseas, el mundo está sitiado, mil años de revueltas han pasado y el mundo girando va sitiado mil veces más- la gitana pronuncia esas palabras sonriendo a la bruja y al conejo brujo
Diègue Theodor Döhler- Hechicero/Realeza
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Re: Un encuentro mágico (privado)
¿Habías visto alguna alicia con un capullo como ese?
Pos pensándolo bien ni con capullo ni sin él.
Pos pensándolo bien ni con capullo ni sin él.
Sus ojos se abrieron con incredulidad. A penas podía entender cómo había sucedido aquello, pero la forma en que su amiga le hablaba, resultaba ser increíblemente familiar a la del hermano que había desaparecido en el aire. Gimió y avanzó un paso hacia su amiga, sintiendo pánico. Si aquel hombre se había metido en el interior del cuerpo de Zafiro, ¿dónde estaba ella?.
Palideció considerablemente y sintió que la magia dentro de ella se agitaba con la fuerza de un torbellino. Sus manos temblaban con la energía concentrada y sin usar durante mucho, mucho tiempo. Uno de los problemas por los que siempre pasaba, era que aunque ella fingiese no tener sus poderes, incluso no usarlos voluntariamente, al final siempre terminaba liberándolos por accidente. Era una bomba esperando que algo rozase la fuente de su poder y explotase para liberar todo lo que en ella se encontraba desde su propio nacimiento. Sus genes tendrían que ser débiles, al fin y al cabo su madre era humana. Pero no era así. Aunque ella no lo supiera aún, su padre era un brujo poderoso, el líder de una organización secreta. Y ella tenía el mismo potencial. Era como un diamante esperando a ser tallado por las manos correctas. Su poder sólo esperaba a alguien que la instruyese, que lo tocase para convertirse en la flor que estaba destinada a ser.
-¡¡Qué habéis hecho con Zafiro!!- Le dijo a Théodor perdiendo la calma. Sus ojos marrones brillaron con furia, mientras sus manos se cerraban en dos puños. Habían muy pocas cosas que la hicieran enfadar, pero una de ellas era tocar a sus seres queridos y la segunda, era dañar su orgullo. Y de alguna forma, extraña y excéntrica, aquellos hermanos habían conseguido cumplir ambos requisitos. No hacía falta tener su poder de empatía para saber que ella estaba enfadada. Más que enfadada, estaba completamente enojada. - No sé cómo lo has hecho, pero os ordeno salir de ella ahora mismo. - Sus ojos le lanzaron una advertencia silenciosa. Él no quería forzarla a usar su magia. Si algo sabía ella, era que cuando se enfadaba perdía completamente la cordura. Su familia le había inculcado profundamente que nadie amedrentaba a un Del Mar. No si no quería llevarse un mordisco del león que tenían en la sangre.
Intentando calmarse, miró a Diègue fijamente y apretó los labios como una niña caprichosa a la que se le ha quitado su juguete favorito. Por un momento pudo verse como aquella niña llorosa que suplicaba a los niños mayores que ella, alzando sus brazos para intentar alcanzar la muñeca que sus compañeros de internado le habían quitado, mientras intentaba conservar su orgullo. - Si sabéis de tácticas de guerra, también deberías saber que no es adecuado atacar a alguien sin saber cómo te responderán. - Inspiró profundamente el aire nocturno y cerró los ojos. El aire comenzó a soplar con mayor fuerza, haciendo que el sonido de la corriente creara susurros contra las ramas de los árboles. Las nubes, empujadas por la brisa, cada vez más furiosa, comenzaron a tapar las estrellas que Diègue había mencionado antes.- Haz que tu hermano entre en razón o me veré obligada a hacerlo yo.-
Abrió sus ojos mientras un rayo lejano hizo que el cielo se iluminase de blanco, para después llenar todo con el sonido de su estallido. Algunos gritos asustados, emitidos por los miembros de aquel baile, se pudieron escuchar en el jardín en el que estaban aquellos brujos. Sentía que el silencio que había entre los tres, o cuatro, se podía cortar con un cuchillo. Espeso y caliente, rodeado por aquella energía que emitían cada uno de ellos. - A veces siento cierta empatía por la reina de corazones.- Sonrió con diversión e intentó controlar su poder.- Hay personas que merecen pasear cerca de la hoja de una guillotina.- Sus ojos rodaron hasta Zafiro, destinándole el insulto al hombre que tenía a su punto débil en sus manos. ¿ o debería decir que su amiga lo tenía a él dentro?.
Ruslana Del Mar- Hechicero Clase Alta
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Re: Un encuentro mágico (privado)
Uh Uh que horror la bruja se enojó
Eh no sabes lo que puede hacer un brujo enojado
Hmmm a ver…a ver…este..NO
Eres un brujo
Eh si ¿y?
Brujo, yo brujo, ella bruja no te da una idea
¿y?
Eh no sabes lo que puede hacer un brujo enojado
Hmmm a ver…a ver…este..NO
Eres un brujo
Eh si ¿y?
Brujo, yo brujo, ella bruja no te da una idea
¿y?
RISAS
Los brujos miraron a su colega y no dudaron en mostrarse temerosos, aunque solo fuera fingiendo, había que mantener el juego de ellos y por un lado ahora la magia estaba dividida en un trípode y cada uno tiraba a su lado, Die usaba su barrera para proteger a su hermano, Theo usaba la Posesión para meterse en el cuerpo de la gitana cuidando de no tocar el alma de la mujer, Ruslana usaba la atmokinesis para crear un ambiente acorde a los brujos, ya estaban muy acostumbrados a ese tipo de situaciones.
Die camino junto a su hermano para entrar en la barrera no por cuidarse si mostrar algo de decoro a su gemelo que estaba tocando los pechos de la gitana --Anda mira si me veo muy bien amguita, que no me ves, o es que sientes algo más—las manos de Theo bajan por las caderas de ella justo cuando su hermano se las detiene negando –Creo que Frau Del Mar no le gustaría eso Frau Gómez- mira a su hermano con una reprimenda en los ojos –Disculpe Frau Del Mar pero a veces algunas personas son incorregibles y…- no termina la frase cuando siente los brazos de la gitana o mejor dicho de su hermano en el cuerpo de la gitana a su alrededor abrazándolo muy cariñosamente para sorpresa de todos hasta le da un beso en los labios, dejando a Die completamente despistado incluso hasta su barrera desaparece y solo queda un cuerpo congelado.
La gitana camina alrededor de la bruja mirándola –Hmmm quizás una bruja sería mejor que una gitana o quizás no sabes qué mismo decir, tu sabes bruja, hay ante ti dos brujos poderosos que usan a diestra y siniestra la magia, que la mueven a su antojo y deseo que podrías hacer tu, además si me haces algo sabes que lastimarás a tu amiga y a la vez a mi hermano, y hasta donde yo tengo entendido él no ha usado su poder todavía, no del todo, pero ya lo hará y verás que lo que viste no es ni la cereza de un pastel- un guiño y la toma también por sorpresa dejándole un beso en los labios saliendo corriendo hacia el laberinto del jardín bloqueando completamente su mente de la de su hermano pero dejando magia por donde iba a ver si lo encontraban.
Die despierta de su ensoñación mirando a todos lados sin ver a su hermano, hace una reverencia hacia a la dama –Disculpe Reina roja pero ahora el conejo se transformara en la reina roja y cortará la cabeza del gato Cheshire, si me disculpa- se truena las manos y el cuello cerrando sus ojos y usando la Atmokinesis que casi no suele usar, los rayos comienzan a caer del cielo uno tras otro pero no cae agua si no nieve ¿nevando en primavera? Las personas se asombran porque la nieve cae abruptamente de una forma rápida Die mira a su colega sonriéndole
-Tranquila no le haré daño a su amiga, el alma de ella está bien, la puedo sentir solo está dormida por la habilidad de mi hermano, pero se la traeré sana y salva aunque algo resfriada por tanta nieve y agua congelada que recibirá- una reverencia y busca en su mente en su hermano y no lo encuentra, sabe que se ha posesionado por completo en el cuerpo de la mujer y se ha separado de él para no ser encontrado –Parece ser que el gato quiere jugar con Alicia y con la Reina Roja que ahora será el sombrero para él si no viene aquí a jugar como se debe- farfulla apretando los dientes y con el puño cerrado levantándolo frente a su rostro y cerrando los ojos completamente está enfadado por aquel beso porque siempre que están jugando con magia Theo decide hacer otro cambio de planes y hace su voluntad, desde niño lo hacía y no se lo impedía nada ahora de grandes y más porque el que pagaba los platos roto era Die en todo sentido.
Diègue Theodor Döhler- Hechicero/Realeza
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Re: Un encuentro mágico (privado)
Los hombres no dejar de jugar porque envejecen, sino que envejecen, porque dejar de jugar.
Oliver Wendell Holmes
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Jamás pensó que un beso fuera tan efectivo a la hora de calmar sus emociones. Estaba tan sorprendida que ni siquiera pudo moverse al ver cómo su amiga, ahora el hermano travieso de los Dhöler, corría por el jardín huyendo de ellos mientras cogía el borde de su falda. El saber que era un hombre, hacía que la imagen fuera absurdamente divertida y espeluznante. No quería pensar cómo se sentiría Zafiro al saber que había tenido un hombre dentro de sí, si fuera ella, no sabría cómo tomárselo. Lo más probable sería que se encerrara en su cuarto, negándose a salir de él hasta que la sensación de invasión de su privacidad desapareciera. ¿Acaso había algo más íntimo que tu propio cuerpo?.
Era evidente que Diègue también estaba sorprendido, eso la hizo sonreír con una satisfacción perversa y oscura. Quería poder ser lo suficientemente malvada como para señalar el camino por el que había huido Theodor y decirle; ¿ es esta la declaración de guerra que debo esperar de un hombre de la realeza?. Si alguien le dijera que aquel hombre, con rizos oscuros y pechos lo suficientemente grandes como para asesinar a un hombre en un abrazo demasiado efusivo, era un inquisidor, rompería a reír y chasquearía su lengua con molestia. Era tan sorprendente. Un asesino con alma de niño, una mentalidad libre y sin límites, lo que lo hacía aún más peligroso, pues no había nada más atractivo que aquello que no comprendemos. Mucho más si tenía un cuerpo y aspecto como el hermano Diêgue.
Su cabello despeinado, sus brillantes ojos marrones que juraban darles su merecido al hermano traidor que había enfrentado a ambos, la sonrisa del que sabe que encontraría a Theodor y lo arrastraría de vuelta a ellos. Sí, aquel hombre era indudablemente atractivo, el que hubiesen dos con los mismos gestos, podría sumir el mundo femenino en una locura aún mayor que la personalidad de esos brujos juntos. ¿Qué mujer podría decir que no?. Pero a la vez, ¿qué mujer podría soportar tal nivel de locura?.
Sacudió su cabeza, siendo incapaz de contestar a las preguntas que le despertaban esos hombres, decidió meramente unirse al juego del conejo. Aunque a estas alturas, ¿quién era conejo, quién Alicia o la Reina Roja?. Eran tres personas completamente diferentes, más eso no hacía que los personajes fueran rotando de uno al otro, convirtiendo aquel juego en una apuesta sin final imaginable. Debías ser un loco para poder acertar a adivinar el final de una locura como la que estaba teniendo lugar.
- Si me disculpa, Monsieur. – Le dijo a Diègue mientras se acercaba a él con tranquilidad. Miró la nieve que seguía cayendo desde el cielo ante el estupor de los invitados de la fiesta. Seguramente en unas pocas horas el patio quedaría completamente cubierto de nieve, todo dependía de cuán enfadado estuviese el brujo. – Pero me ofrezco voluntaria para ayudarle. Deseo recuperar mi beso. – Lo miró con una sonrisa dulce, apartándose el pelo del rostro con un gesto despreocupado.- Uno no puede sólo marcharse indemne después de robar algo. – Le tendió una de sus manos y le ofreció una sonrisa digna de cualquier hombre de negocios. Pues en ella se encontraba el orgullo, la valentía y el hambre de venganza. – Dejaré que haga con su hermano lo que le plazca, más deseo recuperar a mi amiga, su cuerpo y mi beso. ¿ Tregua, Diègue Dhöler?- Se rió sin poderlo evitar, sabiendo que estaba uniéndose a la búsqueda del tesoro escondido. ¿O debía decir, del cuerpo poseído?.
Ruslana Del Mar- Hechicero Clase Alta
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Re: Un encuentro mágico (privado)
………
Aparece
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e.e
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Maldito, te voy a quitar la descendencia y la vida
No la tengo y sería la tuya
ERES UN……….
…………
Aparece
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e.e
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Maldito, te voy a quitar la descendencia y la vida
No la tengo y sería la tuya
ERES UN……….
…………
RISAS
Los hermanos Döhler habían cambiado todo el panorama mágico, creando un completo caos, y Die sabía que debí calmarse o haría que toda la ciudad sucumba en un clima bastante loco como ellos, trataba de busca el centro de su vida, aquello que lo relaja, los pastos verdes de Silicia pero no se concentra en su totalidad, aun escucha la risa y canticos de su hermano en el cuerpo de la gitana en la mente de él algo que lo descoloca porque le lleva al recuerdo del beso robado, los besos robados.
-Maldito- Masculla sin importarle que la dama este ahí, le miró tomando otra vez su porte de “Duque” con una reverencia a su colega de magia y de ánimos por encontrar al gitano/brujo que rondaba por el laberinto llenándolo de magia por donde iba para despistarlos –Si usted gusta Frau del Mar, puede hacer lo que sea con él menos golpearlo o matarlo, ya sabe su amiga sigue ahí y al final el asesinado sería yo no él, por otro lado puede atacar su esencia con magia ¿Qué tan fuerte es en usar la atmokinesis?- pregunta con una seriedad, pues sus emociones le van gobernando más y más haciendo que el clima cambie de una nevada tormentosa a una oscura noche con truenos y relámpagos en las nubes hasta soltar uno que otra rayo por la ciudad entera.
Jamás se había puesto tan enojado, generalmente él suele ser el hermano calmado y tranquilo, muy tranquilo, apacible y benevolente con las personas y ahora mostraba un lado de la baraja que no era de su estilo, un hombre vengativo lleno de ira y deseos de destrozar a su enemigo, en este caso su propio hermano.
--VAMOS PARADOS AHÍ NO ME ENCONTRAN PRIMORES-- La vos de Theo suena como el de un ruiseñor aplacando todo y haciendo que los ojos de su hermano se vena más intensos, ese azul intenso del mar bravío que clama un alma inocente como sacrificio –Cobarde da la cara ahora- la risa de Theo suena como un eco apagado, Die camina hacia el laberinto pero sabe alqo de su hermano algo que lo siente en él, se dirige a la bruja sonriéndole –Tengamos buena cacería Alicia, veamos quien caza primero al conejo, si Alicia o la reina que desea ser el sombrerero nuevamente- hace una reverencia y no entra al laberinto lo rodea en el lado derecho como si pensara encontrarlo al final de este.
Un rayo se azota en el centro del laberinto haciendo que toda la energía magnética corra por el suelo del lugar, atrapando a las almas errantes como la de su hermano y la de la gitana, buscando que despertara la mujer con aquella descarga.
Uhi pero si mi hermanito se enojo
¬¬ maldito bastardo
Tenemos la misma madre
¬¬
No te ofusques eso no me matará ni a ella, no estamos donde creen que estamos.
¬¬
RISAS
¬¬ maldito bastardo
Tenemos la misma madre
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No te ofusques eso no me matará ni a ella, no estamos donde creen que estamos.
¬¬
RISAS
Theo había abandonado el lugar y regresado a la fuente donde todo había empezado, el cuerpo de la mujer flotando en la fuente inconsciente y el brujo sentando mirando como todo se ponía color de hormigas, pero no se mostraría aun, quería enloquecer a la bruja y a su hermano que expulse todo su poder para que vean de que son capaces lo Döhler cuando no son uno, y cuando lo son.
El poder fluye en sus venas tanto que lo controlan.
Diègue Theodor Döhler- Hechicero/Realeza
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Re: Un encuentro mágico (privado)
Usar de venganza con el más fuerte es locura, con el igual es peligroso, y con el inferior es vileza.
(Pietro Metastasio)
(Pietro Metastasio)
La risa del gemelo Döhler desaparecido la hizo estremecer, si algo la había atormentado a lo largo de su existencia era precisamente aquello que estaba presenciando. Ella había creído que sus habilidades eran algo único y especial, un rasgo de su personalidad que no deseó conocer durante mucho tiempo. Lo asociaba al mal, al peligro, a las artes oscuras que los cuentos de terror narraban sobre todas aquellas mujeres capaces de dominar la naturaleza a su favor gracias a pactos con el mismísimo diablo. Pero ella jamás había hecho algo similar, había intentado paliar el defecto que había recibido en el mismo instante en el que había nacido, siendo amable y buena con todos a su alrededor. Pero hoy no sólo había descubierto que había más personas como ella, sino que su poder podía llegar, con mucho esfuerzo y trabajo, a ser esa arma poderosa que había permitido a uno de los brujos a meterse dentro del cuerpo de Zafiro o crear una ventisca de nieve a su alrededor con sólo cambiar de ánimo.
- ¡Monsieur! – Exclamó con el ceño fruncido, girando su cabeza para ver a Diègue con un brillo de contradicción. Aunque podía interpretarse que su exclamación estaba dedicada a reprender al brujo por su maldición, en realidad era sólo un recordatorio de que a pesar de su enfado ella estaba en medio de las locuras que realizaban, tanto él, como su hermano. A veces podía llegar a pensar que realmente no existía para ellos, era sólo la mujer que había iniciado un juego que, comenzaba ahora a entender, era demasiado peligroso. La imprudencia de sus actos llamaría la atención sobre ellos y ella ya había tenido suficiente con la interrupción de varios inquisidores en su mansión.
- Nada de golpear o matar. – Repitió con una pequeña sonrisa, producto del saberse, ahora sí, involucrada en aquel juego. Si las reglas eran esas, podía comenzar a pensar numerosas tretas que realizar para atrapar al brujo. En realidad, aquellas normas le dejaban un margen de actuación tan rápido que no pudo evitar reír. Iba a tener que alejarse de aquellos hombres o probablemente terminaría con un puro en la boca, convenciendo a Diègue para invertir en su Conservatorio, mientras jugaba a los dados con Theodor apostando alguna cantidad de dinero cuantiosa e importante. La mera imagen de su futuro si se mezclaba con tales compañías, la hizo sacudir la cabeza. Quizás era idéntica a sus antepasados piratas, nada como un juego peligroso y una mala compañía para sacar su lado más oculto. Tenía que reconocerlo, portarse mal podía ser muy divertido.
Ante la pregunta de Diègue, ella sólo se concentró, cerrando sus ojos para evitar que las risas de los juegos entre hermanos la desconcentrara de aquello que quería controlar. La nieve dejó de caer, haciendo que la noche comenzara a quedar como una mera tormenta de verano, con pequeñas gotas. Podría conseguir una noche apacible, pero el poder de Diègue chocaba con el de ella, obligándola a rodearlo y menguar la dosis con la que su energía se derramaba hacia los elementos de la naturaleza.
- Tengo un poder moderado si usted insiste en derramar su poder como golpes de puños en todas direcciones. – Le espetó con cierta molestia. En realidad ella era una principiante con todos sus poderes, pero gracias a Zafiro había estado trabajando en ellos todos los días, consiguiendo que su autocontrol con ellos fuera lo suficientemente aceptable como para caminar entre una multitud sin volverse loca por todos los sentimientos que la golpeaban a la vez.
- Al parecer siempre soy Alicia, ya sea corriendo detrás del conejo blanco o aliándome con el hombre loco de los sombreros.- Respondió a Diègue mientras se separaba de él y se adentraba en el laberinto con tranquilidad. A pesar de no ser mejor que el brujo en la atmokinesis, si tenía un poder capaz de abrumar a muchos otros como ellos. Su empatía funcionaba como un arma poderosa, conectada siempre dentro de ella, haciéndola casi un oráculo sobre qué ocurría en el interior de todas las personas que la rodeaban. Así que decidió usarlo esta vez, tirando del hilo de oro que la llevaría ante el minotauro. Se sentía como un héroe de la mitología, tocando las paredes del laberinto mientras se acercaba a la fuente de los sentimientos que estaban aguijoneado sobre su piel.
Hay siempre en tí más de lo que uno espera.
"El Hobbit"
"El Hobbit"
Sus pasos salieron del laberinto para encaminarse hasta el follaje que daba de nuevo a la fuente en la que había sido hundida junto a su amiga. Sus ojos vieron el cuerpo de Zafiro flotando sobre el agua, sus cabellos oscuros danzando en la oscuridad como una medusa viva. Al contrario de lo que había pensado, todos sus sentimientos se apagaron. Era como una persona que se había quedado inmóvil y desconectada de lo que sucedía ante ella.
- Eres un conejo muy malo.- Susurró mientras se acercaba al cuerpo de su amiga con rapidez y se apresuraba a sacarla del agua para asegurarse de que no le había sucedido nada malo. Su única preocupación consistía en averiguar si se había ahogado o no. Se esforzó en impulsar el cuerpo fuera de la fuente, cayendo de rodillas para agacharse sobre Zafiro y comprobar que respiraba. Cuando escuchó cómo sus labios se separaban para soltar el aire, los rayos dejaron de sonar. Como si el clima hubiera tomado un suspiro de alivio junto a ella, la lluvia dejó de caer y el cielo quedó con nubes grises que lentamente iban deslizándose por el aire para separarse y dejar entrever las estrellas.
Cuando levantó sus ojos del cuerpo de Zafiro, sus esferas marrones juraban una venganza cruel y lenta para Theo. Acarició la cabeza de su amiga y se concentró en los sentimientos, llegando a la fuente invisible, pero perceptible de Theo y como un cazador que lleva horas sentado en silencio, esperando que su presa se pusiera a tiro, disparó. Aunque en su caso, era arrancar el sentimiento de diversión y felicidad, clavándole el dolor y el miedo en lo más profundo de su ser. Escarbó dentro de él, sacando a flote todo el sentimiento negativo que pudo y creó un cóctel molotov que amenazaba con explotar.
- Nunca entenderé su tendencia masoquista señor Döhler y, siendo sincera, tampoco me interesa.- Dijo mientras apartaba el pelo húmedo de la cara de Zafiro y sonreía, ampliando su poder dentro del brujo para que se sintiera morir de dolor, rodeado del más puro terror. Deseaba que por una vez, supiera lo que era desear arrancarse la piel para dejar salir las emociones que mordían su cabeza y corazón. Por primera vez en su vida, no había ningún atisbo de bondad o arrepentimiento en ella. Golpe por golpe. A ser posible, cuanto más fuerte mejor.
Ruslana Del Mar- Hechicero Clase Alta
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Re: Un encuentro mágico (privado)
Y volveré porque siempre vuelvo
Cierra la boca
En el mar…bueno fuente, se vive mejor
Cállate, voy a golpearte hasta que sangre tu espíritu
Si tú quieres esta noche follar grita matar…MATAR…igual sería tu sangre
Sé cómo lastimarte ¬¬
RISAS
Ay mira, pero si la princesita va a llorar, buah buah bu
Oye no faltes el respeto a una dama
Oh disculpe defensor de mujeres
Entonces sería tu defensor
RISAS
Oye y si mejor me voy al cuerpo de ella
Es hechicera también
Y yo soy nigromante
¿Y?
¿Y? que el cielo tiene muchos colores esta noche
RISAS
Cierra la boca
En el mar…bueno fuente, se vive mejor
Cállate, voy a golpearte hasta que sangre tu espíritu
Si tú quieres esta noche follar grita matar…MATAR…igual sería tu sangre
Sé cómo lastimarte ¬¬
RISAS
Ay mira, pero si la princesita va a llorar, buah buah bu
Oye no faltes el respeto a una dama
Oh disculpe defensor de mujeres
Entonces sería tu defensor
RISAS
Oye y si mejor me voy al cuerpo de ella
Es hechicera también
Y yo soy nigromante
¿Y?
¿Y? que el cielo tiene muchos colores esta noche
RISAS
Los hermanos estaban jugando en la mente, las risas entre ellos era de no parar aun cuando estaba uno de ellos enojado con el gemelo parecían divertirse como si todo fuera un mal chiste, una mala broma del destino, quizás lo era o quizás no, pero lo que si era cierto era que aquella obra mal montada no se acabaría simplemente con el chasqueo de un para de dedos o porque Doroty anhela volver a su granja, no, solo el dolor y gritos de desesperación terminarían con tal obra del demonio.
Din Don, suenas campanas por doquier
Ouch
Din Don, el dolor ya viene por ti
Auuuuch, duele, quema, es insoportable
Din Don…¿te sientes bien hermanito?
Todo es tu culpa ¬¬
RISAS
Ouch
Din Don, el dolor ya viene por ti
Auuuuch, duele, quema, es insoportable
Din Don…¿te sientes bien hermanito?
Todo es tu culpa ¬¬
RISAS
Theo mira sus uñas al ver a la bruja auxiliar a su talón de Aquiles, ladea la cabeza de lado a lado mirando como si no comprendiera, es solo una fachada, y entonces la sonrisa al ver que la bruja ya entró al juego como se debía, era hora de mostrar la realidad de la situación, Theo podía sentir que através de su espiritualidad la bruja buscaba algo para hacerle sentir y solo provocó una risa, una gran risotada, se pone de pie cambiando como si no sintiera nada, quedando frente a frente a la brujita --Masoquista yo? Pero si no puedo sentir el dolor, ah no espera, crees que con lo que estás haciendo siento dolor? Ay no, esto está de infarto-- una gran carcajada escapa de aquel ser, casi toma asiento para evitar descojonarse de tanta risa –Estás equivocada bombón, eso no me lastima soy una ser del infierno, no sentimos dolor lo causamos y si quieres un consejo de la muerte, no seguiría haciendo eso-- roba un beso a la mujer alejándose de ella para señalar a su gemelo caído retorciéndose del dolor --Acabarás con él, segura que quieres tener en tus manos la muerte de un duque? Vaya si que eres igual a mí, luego de que lo hagas tomaré por completo el cuerpo y sus poderes y seré aún más poderosos de lo que ya soy y seré el más guapo de los dos, entonces ¿lo terminarás? Bombón—una sonrisa que oculta un secreto…
Mirando a la lejanía Die trataba de acercarse con cuidado para advertir a la bruja pero antes de siquiera poder decir palabra alguna un dolor agudo y punzante le envolvía lentamente, en la boca del estómago, en su garganta, la sensación de no respirar, su cabeza y en su corazón la opresión de aquellas sensaciones, calló al suelo de rodillas con una expresión de odio pero no a la mujer si no a su hermano, pero entonces tenía que protegerse pero no era un ataque contra él si no contra alguien que estaba unido a Die si lo protegía quedaría ambos expuestos en energía, pero no le importó uso la barrera para sí mismo aislándose de la magia de los dos y eso era lo que el nigromante quería…
Theo miró a su hermano protegerse y luego fue la vista a la mujer con desaprobación --Me has fallado bombón, al final no eres como yo, ya no te invitaré un trago pero ahora te mostraré lo que es sentir dolor y como acabar con las personas sin esperar a que estas se defiendan—con la habilidad de DOMINACIÓN y TITIRITERO miró primero a la bruja con una orden susurrada a sus oídos “dislocate el hombro bombón”, la orden de la dominación fue dada al tiempo que volvía a introducirse en el cuerpo inconsciente de la gitana que con una sonrisa gélida en los labios se acercó a besar los labios de la bruja un beso donde las lenguas se rozaron hasta que él rompe el beso para tronarse los dedos casi al punto de romperlos; el gemelo miraba todo con horror –BASTA THEO- trata de usar la barrera para ayudar a las mujeres pero si lo hace quedará expuesto al dolor enviado a su hermano así que caminando como un muerto trata de acercarse al nigromante…para ver si podía hacer algo, quizás sí pero para ello necesitaba tocarlo.
Basta con todo eso
Qué, si es divertido esto
Las vas a matar
No, solo le voy a enseñar lo que es dolor
Me matará a mí
Lo sé hermanito, ya, ya duérmete
RISAS
Qué, si es divertido esto
Las vas a matar
No, solo le voy a enseñar lo que es dolor
Me matará a mí
Lo sé hermanito, ya, ya duérmete
RISAS
Diègue Theodor Döhler- Hechicero/Realeza
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Re: Un encuentro mágico (privado)
“Ya no es posible, a veces
ganar sino cayendo,
ya no es posible, entre dos seres
temblar”
Pablo Neruda
ganar sino cayendo,
ya no es posible, entre dos seres
temblar”
Pablo Neruda
Su asco hacia aquel ser iba en aumento, jamás pensó que alguien pudiera desagradarla tanto, sobretodo porque en el fondo admiraba su talento para confundir y alterar a los demás. Era una de esas personas que no tenían nada que perder, de los que usaban su vida, bueno, la vida de su hermano, como si fuera un boleto de un solo día. Pero ella sabía que él debía tener un punto débil, todos lo tenían. Quizás sólo se debiera a que su talón de Aquiles no estaba entre ellos. Porque si realmente no tenía nada que proteger, qué triste existencia llevaba.
- ¿ A quién osas llamar bombón?- Su ceño fruncido con desaprobación se borró por una expresión de sorpresa al notar cómo su cuerpo reaccionaba en contra de su voluntad, moviéndose como si alguien más lo hiciera por ella. Era como estar dentro de sí misma, sabiendo que era otro el que guiaba sus acciones. Tembló mientras su brazo se movía sólo y se colocaba sobre uno de sus hombros, empujándolo con cruel determinación.
El miedo se fundió con una inmensa curiosidad, realmente quería saber más sobre aquel poder, sobre todo lo que aquel ser del infierno tenía escondido debajo de su chistera. Así, mientras su hombro resonaba con un “crack”, llenando el espacio con un pequeño grito de dolor que se convirtió en un gruñido salvaje, supo que la curiosidad era mala. Había escuchado el dicho de: “ la curiosidad mató al gato”, pero no lo había sentido en su cuerpo. No cuando su curiosidad se destinaba al mismo hombre que la torturaba jugando con ella y su amiga. Definitivamente estaba enferma, pero nunca había conocido a alguien con tanto poder, ni siquiera a otro brujo que le pudiera enseñar qué era ella. ¿Cuál era el destino de los brujos?. ¿ A qué destinaban las horas cuando su poder brillaba en horas nocturnas?.
- Eres una criatura triste, poderosa, pero triste. – Le dedicó una sonrisa dulce antes de gemir de dolor. - ¿ Eso es lo único que puedes hacer para divertirte?.- Su cabeza negó con tristeza por aquel espíritu sin cuerpo ni destino, siempre unido al cuerpo de su hermano, lleno de odio y resentimiento por ser el hombre muerto, mientras el otro tenía lo que él más ansiaba. – Sin Diègue no serías nada, que hombre más triste. Pobre espíritu errante sin cuerpo. – A pesar de que sus palabras podían hacer daño, las dijo con completa suavidad, sintiendo realmente pena por él, por tener que llevar una vida condenada a necesitar siempre a otros para poder sentir la carne moverse sin necesidad de una imagen creada con magia.
Pero todas sus palabras quedaron selladas con un beso de parte de Theo/ Zafiro. La extraña sensación de unos labios que conocía, húmedos y fríos, moviéndose sobre los suyos, le revolvía el estómago. Intentó apartarse, pero el dolor de su hombro le hizo abrir la boca, cometiendo así el peor error que podía haber realizado junto a aquel perverso brujo. La lengua ajena se introdujo dentro de su boca, barriendo dentro, obligando a su propia lengua a moverse contra la de él.
Su rostro se contrajo con la náusea que comenzaba a ascender desde la boca de su estómago hasta su garganta. No podía creer que alguien pudiera ser tan atrevido, tan malvado dentro de sus acciones. ¿Tendría acaso idea de lo extraño que sería para ella volver a mirar a su amiga sin poder sentir vergüenza por lo que había ocurrido entre ellas, aún a sabiendas de que la otra jamás recordaría nada de este momento?.
Cuando la soltó, su mano lo abofeteó, dejando una marca roja sobre la piel de su amiga. Lágrimas de ira y ultraje se derramaron por sus mejillas, pero antes de que pudiera entenderlo, se abalanzó sobre el cuerpo de su amiga y le tiró del pelo para acercarse a su oído y que oyera bien sus palabras.
- Si eso es lo único que puedes hacer, mejor ve a jugar con los niños mimados como tú. – La soltó y se levantó, agarrando su hombro, manteniendo una expresión solemne delante de alguien que consideraba peor que una rata. Al fin y al cabo, el pobre animal siempre sabía cuándo debía retirarse. - ¿Un hombro dislocado y un beso?.- Le ofreció una sonrisa antes de mirarlo con superioridad. – No eres tan malvado como haces creer, pero claro, ¿cómo podrías serlo si eres sólo un espíritu que necesita a otro para poder sentir algo?. –
Cerró sus ojos y dejó de hacer daño a Diègue, reunió todo su poder de nuevo hacia ella, creando una barrera alrededor de su cuerpo. Su poder quemó sobre su herida, curándola, haciendo que el hueso volviera a unirse a la articulación necesaria para que su hombro no colgara de forma dolorosa. Aquello le ardió como el infierno, pero cuando abrió los ojos, sólo había lástima por aquel personaje que se había metido dentro del cuerpo de Zafiro.
- Deberías atar a tu perro con una correa más corta Diègue Dhöler. No olvides que tú tienes lo que él más ansía.- Miró al hermano al que había dañado y le dio una pequeña sonrisa. – Has creado una criatura miserable con tal de no dejarlo ir. – Levantó su mano y se encogió de hombros. – No estoy juzgándote, yo quizás hubiera hecho lo mismo de haber podido. – Volvió a mirar a Theo y colocó sus manos sobre sus caderas, adoptando la imagen de una madre irritada con su hijo.- ¿ Ya has terminado tu juego, lastimosa criatura?.
Ruslana Del Mar- Hechicero Clase Alta
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Re: Un encuentro mágico (privado)
Guau Guau Guau Guau
Eres una desgracia
Aaargrrr grrrrr
Sit, sit Theo, good boy, eso se buen chico
mueve la colita
RISAS
Mira se enojó la Bombón
Te dijo que no la llames así
Bombón cree que me va a lastimar con sus palabras
A ti no pero a mi si
Ella sabrá?
No lo creo, si no, no te hubiera atacado
Pobre Bombón, creo que es hora de que la coma
RISAS
Eres una desgracia
Aaargrrr grrrrr
Sit, sit Theo, good boy, eso se buen chico
mueve la colita
RISAS
Mira se enojó la Bombón
Te dijo que no la llames así
Bombón cree que me va a lastimar con sus palabras
A ti no pero a mi si
Ella sabrá?
No lo creo, si no, no te hubiera atacado
Pobre Bombón, creo que es hora de que la coma
RISAS
Los dos gemelos, el brujo vivo y el brujo muerto que tenía una particularidad de coporeidad usando la magia de su hermano y las propias de los infiernos, una proyección de cuerpo tan real como vivo pero que carece de eso a la vez, la vida, ese mismo demonio que habita en su hermano ahora se reía de las palabras escuchadas de la ira de la bruja, palabras que no le hacían cosquilla en lo más mínimo ni al ego ni a la persona ni a nada, simplemente no había nada y por eso razón Die trató de frenarlo, tenerlo a raya o como la bruja lo insinuó “tener a su perro amarrado a la correa” pero ¿Cómo atas un perro que esta y no a la vez?, la respuesta no es sencilla y tan poco fácil pero no es imposible lograrlo.
El cuerpo adolorido y casi sin vida de Die va tomando fuerzas de su hermano para restituir las propias, se acerca en sigilo a la joven bruja colocando las manos en los hombros de ella, su habilidad de barrera que la propia bruja ha creado lo incrementa más en compensación de lo que ha sufrido en manos de su hermano, su voz es un eco cansado y casi ausente -No gaste palabras con quien no siente nada, con quien es la misma nada y el mismo arlequen, más el que no sienta no significa que no haga, por ahora no puedo hacer mucho, estamos condenados a la eterna locura y a la…-
Silencio, un silencio de los labios de Die y la risa de Theo que irrumpe el lugar, quedando frente a frente a la bruja aun con aquella barrera que la protege sabe que no será por mucho tiempo, tiene una carta bajo la manga, una que la misma bruja ha develado sin darse cuenta, o quizás si se dio cuenta pero no desconoce lo que ha liberado --Bombón crees que ese cuento barato me ha convencido, he escuchado mejores bombón pero te daré algo de crédito que no sabes-- el cielo se oscurece más, el pequeño sonido de los insectos se enmudece, el lugar comienza a temblar y deteriorarse, poco a poco la casa comienza a caerse y los gritos se escuchan por todo el lugar, el grito de terror y muerte que sucumbe aquella propiedad, que no es más que una mera ILUSIÓN ocasionada por Theo usando las habilidades de su hermano.
¿Cómo podía hacer uso de las habilidades de su hermano? Simple estaba unido a él y gracias a que la bruja lo debilitó puso usarlo cual conducto completo de su alma endemoniada.
Qué demonios estás haciendo
Yo nada hermanito, solo es hora de que el viejo vaya a dormir
¬¬ no lo hagas
Duérmase niño duérmase ya, que si no se duerme el coco no vendrá
RISAS
Yo nada hermanito, solo es hora de que el viejo vaya a dormir
¬¬ no lo hagas
Duérmase niño duérmase ya, que si no se duerme el coco no vendrá
RISAS
La apariencia de los dos brujos se dispone a desaparecer, y aquella barrera cual cristales se rompe, Theo está tras de la bruja, el cuerpo se mueve tomándola de los brazos, su voz de ultratumba resuena, su hermano perdido y encadenado a él esta. --Yo no quiero hacer creer que soy malvado, al contrario lo soy, tú crees que Die es todo lo que puedo necesitar y que tal si te digo que hasta tu puedes ser objeto de mi dolor eh-- susurra al oído de la joven casi saboreando el aire contaminado, su poder no se queda tranquilo, el aullido de los lobos es más fuerte y en lo alto de aquella oscuridad la luna llena tan grande y poderosa --Y ya que mi niña mimada quiere jugar, juguemos para Ruslana--
A la lejanía espíritus se congregan en el jardín de flores muertas, una a una las esferas van tomando forma humana, figuras en siluetas que hacen que se ven sus rostros, en eso el rostro de un ser encadenado una mujer que llora en lamentos, una mujer que llama a su hija entre los flagelos de aquellas cadenas que la ciernen y marcan en su piel, poco a poco el espíritu se encarna, se oye los pies arrastrándose en sangre que gotea de su cuerpo avanzando a la bruja llamándola Hija.
—Dejarás a tu madre morir solo por tu ego, que mala hija, eres una mala hija, mira a tu madre como está encerrada en las llamas en sufrimientos por tu causa, todo lo que haces la condena más, y tú te jactas de ser buena niña, que mentirosa que eres Ruslana, matas a diestra y siniestra, y más a un alma que vive siempre atormentada, yo no soy el que da lástima eres tú, tu das porque tienes a tu madre atada a ti, de esta forma, y no solo ella sino a toda tu familia, tras contigo Bombón la desgracia y crees que puedes hablar de mí y mi hermano—
Un trueno cae en toda el centro de la oscuridad iluminando a todos los espíritus encadenados, los hermanos ya no están, son absorbidos en la negrura densa solo se presenta una calavera pútrida con gusanos saliendo de la órbita de los ojos y en cuyos huesudos dedos hay fuego rojo y azul que representa a cada una de las almas de los gemelos, dos niños juegan tras hombre calavera con traje negro desgastado, los pequeños están rodeados de serpientes negras. La calavera escupe algo espeso que toma un mal olor y se forma en un cigarro, lo enciende y cada calada despide un olor nauseabundo seguido de unas pequeñas gotas que se vuelven cual espeso líquido negro, como una brea que va devorando todo a su paso.
—oh pobre niña, que pena que tu mates a tu amiga también— un árbol enorme aparece de la nada junto a un cuerpo colgado del cuello, el cuerpo es de una mujer de cabellos largos negros rizados un cuerpo esbelto con un vestido de fiesta, su mano se levanta apuntando a la mujer, a la bruja con una palabra en susurro “tu culpa, tu culpa, solo tu culpa” de eso se aprovecha aquel ser —Quien es más patético tu o yo, tu que buscar regodearte en la inferioridad de los otros o yo que acepto ello y vivo de eso, no Bombón tú no sabes lo que es la muerte y lo infame, no sabes el dolor que es que te causes tú mismo una herida— usa la habilidad de DOMINACIÓN —los rasguños en tus brazos, no pares hasta que veas las lágrimas de sangre correr por tus dedos—
El espíritu de Theo ha tomado el control llevándose a la cándida alma de su hermano al infierno ¿Qué le depara ahora a la bruja?.
[i]Theodor Döhler Basta con esto, quítame las cadenas
Lo siento, el Theodor que está llamando no está cerca del área, ha descendido a los infiernos
Me vas a matar
No seas nenaza estoy yo, no vas a morir, además disfruta
Estas usando mi voz junto a la tuya…te voy a…
RISAS
Lo siento, el Theodor que está llamando no está cerca del área, ha descendido a los infiernos
Me vas a matar
No seas nenaza estoy yo, no vas a morir, además disfruta
Estas usando mi voz junto a la tuya…te voy a…
RISAS
Diègue Theodor Döhler- Hechicero/Realeza
- Mensajes : 161
Fecha de inscripción : 09/11/2011
Localización : Silicia
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Un encuentro mágico (privado)
Las manos de Diègue se sintieron frías sobre sus hombros, ni siquiera las capas de tela que había entre las manos del brujo y su piel la protegían de ello, su frialdad parecía atraparla, envolviéndola con un escalofrío que debió haberle advertido de lo que vendría si ella fuera realmente supersticiosa. Su inocencia jamás le permitió creer que realmente los Dhöler fueran una criatura tan temible, para ella todas las criaturas tenían bondad en su interior, sólo necesitaban que alguien correcto la sacara a flote.
- Lo siento, señor Dhöler.- Dijo mirando a Diègue con una mirada avergonzada al verlo tan débil por su culpa. Realmente se sentía culpable de tenerlo en aquel estado, pero no podía volver atrás en el tiempo y deshacer lo ocurrido, pues aún ahora, cuando sabía que Theo era un parásito peligroso, sólo podía asegurar que volvería a cometer lo que había hecho.
Pero sus ojos se abrieron ampliamente cuando sintió cómo Diègue desaparecía y Theo tomaba su cuerpo, adueñándose de él, encerrando a su hermano en su interior con una rapidez y eficacia asombrosa. Sólo cuando las manos de aquel brujo se cerraron a su alrededor, entendió que había cometido el terrible error de subestimar a aquel demonio. Gruñó y se agitó contra él, sabiendo que si el brujo la había besado antes como una burla, ahora sólo le quedaba sentir el dolor de su hombro desencajado ardiéndole la piel ante aquel abrazo cruel.
- ¿Quién ha pedido jugar contigo, brujo?- Pero su pregunta quedó con una silenciosa respuesta, sólo interrumpida por su gemido al sentir cómo todo a su alrededor desaparecía, llenándose de gritos de dolor. Tuvo que cerrar sus ojos para no ver a aquellos seres salidos de su peor pesadilla. Pero como todos los miedos que guardamos en nuestro interior, éstos se hacían más reales cuando tu corazón estaba atenazado por la muerte, el dolor y la soledad.
- No…- Susurró con sus lágrimas fluyendo por sus ojos, cediendo a la necesidad de mirar a la mujer que la llamaba. Ella sabía perfectamente quién era, la había visto tantas veces en sus pesadillas, llena de la sangre que había derramado en su parto para darle una vida que le había costado la suya propia. La única persona que la había amado incondicionalmente sin siquiera saber cómo llegaría a ser. Ella la había albergado en su interior, dejándola crecer aunque sabía que mancharía su honor como dama de alta clase. La palabra bastarda volvía a acudir a su mente con un sorprendente impacto en su interior, haciendo que sus rodillas se doblasen como si ya no pudieran soportar el peso de su dueña.
Sangre y lágrimas, el comienzo de su existencia siempre había estado manchado, lo sabía. Y aquel demonio ahora también, así que se agitó contra él con la férrea intención de acudir a salvar a su madre.
- ¡¡ Madre!! – Gritó, cuando uno de sus brazos logró salir del abrazo de Theodor, para extenderse hacia ella. Su magia la rodeó, creando una esfera de color azul claro a su alrededor. El ruido del oleaje se alzó entre los gritos y las palabras de los espíritus, acallando todo a su alrededor para ella, centrándola así en aquella figura creada gracias al poder del brujo.
Pero su madre desapareció cuando ella, al ver que los Dhöler desaparecían, corrió hacia ella. En su lugar, una calavera apareció de la nada, agobiándola con su terrorífica imagen. Gritó cuando de su boca salió algo que la llenó de un líquido oscuro y pestilente. Así que cuando la imagen de Zafiro apareció, ella gritó al ver que aquello que tenía encima de su cuerpo no era otra cosa que sangre putrefacta. Podía sentir trozos de piel descomponiéndose sobre aquel líquido espeso.
La náusea llegó de la nada cuando al intentar quitarse aquel líquido de encima vio un ojo solitario encima de su hombro. La arcada que eso le provocó, hizo que vomitara, doblándose sobre su estómago para expulsar lo poco que había comido en aquella lujosa fiesta. Su boca no paraba de producir sonidos ahogados, intentando soltar un contenido que ya no tenía, amenazando con comenzar a soltar parte de su estómago con tal de que alguien parase aquella necesidad de expulsar aquella masa de ella.
Necesitaba que el olor cesase, sus dedos temblorosos limpiaron sus labios, intentando mantener un mínimo de su decencia. Pero su rabia hizo que sus dedos se cerraran en un puño que golpeó la tierra con fuerza.
- ¡¡ Basta!! – Gritó tomándose la cabeza con ambas manos, intentando no escuchar nada más, sintiendo como algo horrible se formaba en su interior, exigiendo salir, mientras el sonido del oleaje se hacía más intenso, más poderoso. Quería que parara, todo. Así que dejó que ese terrible sentimiento saliera a flote, lo tomó entre sus manos y se bañó con él, sintiendo cómo de golpe todo en ella cambiaba.
Sus uñas se clavaron en la piel de sus brazos, arañándola hasta que la sangre comenzó a derramarse en pequeños ríos por ellos. La rabia y el dolor la enloquecieron, la niña que fue en su interior gritó con desesperación mientras veía cómo la fachada que tanto se había molestado en crear se rompía y asomaba el demonio que dormitaba en ella. Aquel ser que todos sabían que era y que ella insistía en negar. Porque siempre había sido buena, no entendía la maldad. Pero sólo los seres que como ella nada entendían de la oscuridad, estaban preparados mejor que cualquier otro para convertirse en todo aquello que luchaban por no ser.
Sus ojos marrones se hicieron de un color azul tan pálido como el hielo oscuro bañado por el agua del mar. Su cabello de color castaño mutó a un blanco perla tan níveo como la frialdad que se adueñó de su rostro cuando no quedó nada en su rostro. Las lágrimas se habían detenido de golpe, defendiéndola del ataque de los Dhöler de una forma eficaz, porque ya no sentía absolutamente nada que no fuera la más cruda y hambrienta venganza. Se había dicho de su familia que procedían de Berséker, algunos lo habían creído y otros no. Sólo esta noche, de manos de un brujo, rodeada por una danza infernal y bañada por la suciedad de la muerte, las leyendas se alzaban en un cuerpo femenino frágil, lanzando una mirada vacía al brujo mientras le ofrecía una sonrisa capaz de congelar los corazones humanos.
- Adelante, Mátala.- Se apartó su cabello con el dorso de su mano mientras desviaba sus ojos de la imagen creada. – Pero te advierto que si lo haces, tu hermano morirá y cuando tú tomes su cuerpo, te arrancaré el corazón con mis propias manos…- Murmuró mientras se llevaba uno de los brazos a los labios para lamer su sangre.
- Lo siento, señor Dhöler.- Dijo mirando a Diègue con una mirada avergonzada al verlo tan débil por su culpa. Realmente se sentía culpable de tenerlo en aquel estado, pero no podía volver atrás en el tiempo y deshacer lo ocurrido, pues aún ahora, cuando sabía que Theo era un parásito peligroso, sólo podía asegurar que volvería a cometer lo que había hecho.
Pero sus ojos se abrieron ampliamente cuando sintió cómo Diègue desaparecía y Theo tomaba su cuerpo, adueñándose de él, encerrando a su hermano en su interior con una rapidez y eficacia asombrosa. Sólo cuando las manos de aquel brujo se cerraron a su alrededor, entendió que había cometido el terrible error de subestimar a aquel demonio. Gruñó y se agitó contra él, sabiendo que si el brujo la había besado antes como una burla, ahora sólo le quedaba sentir el dolor de su hombro desencajado ardiéndole la piel ante aquel abrazo cruel.
- ¿Quién ha pedido jugar contigo, brujo?- Pero su pregunta quedó con una silenciosa respuesta, sólo interrumpida por su gemido al sentir cómo todo a su alrededor desaparecía, llenándose de gritos de dolor. Tuvo que cerrar sus ojos para no ver a aquellos seres salidos de su peor pesadilla. Pero como todos los miedos que guardamos en nuestro interior, éstos se hacían más reales cuando tu corazón estaba atenazado por la muerte, el dolor y la soledad.
- No…- Susurró con sus lágrimas fluyendo por sus ojos, cediendo a la necesidad de mirar a la mujer que la llamaba. Ella sabía perfectamente quién era, la había visto tantas veces en sus pesadillas, llena de la sangre que había derramado en su parto para darle una vida que le había costado la suya propia. La única persona que la había amado incondicionalmente sin siquiera saber cómo llegaría a ser. Ella la había albergado en su interior, dejándola crecer aunque sabía que mancharía su honor como dama de alta clase. La palabra bastarda volvía a acudir a su mente con un sorprendente impacto en su interior, haciendo que sus rodillas se doblasen como si ya no pudieran soportar el peso de su dueña.
Sangre y lágrimas, el comienzo de su existencia siempre había estado manchado, lo sabía. Y aquel demonio ahora también, así que se agitó contra él con la férrea intención de acudir a salvar a su madre.
- ¡¡ Madre!! – Gritó, cuando uno de sus brazos logró salir del abrazo de Theodor, para extenderse hacia ella. Su magia la rodeó, creando una esfera de color azul claro a su alrededor. El ruido del oleaje se alzó entre los gritos y las palabras de los espíritus, acallando todo a su alrededor para ella, centrándola así en aquella figura creada gracias al poder del brujo.
Pero su madre desapareció cuando ella, al ver que los Dhöler desaparecían, corrió hacia ella. En su lugar, una calavera apareció de la nada, agobiándola con su terrorífica imagen. Gritó cuando de su boca salió algo que la llenó de un líquido oscuro y pestilente. Así que cuando la imagen de Zafiro apareció, ella gritó al ver que aquello que tenía encima de su cuerpo no era otra cosa que sangre putrefacta. Podía sentir trozos de piel descomponiéndose sobre aquel líquido espeso.
La náusea llegó de la nada cuando al intentar quitarse aquel líquido de encima vio un ojo solitario encima de su hombro. La arcada que eso le provocó, hizo que vomitara, doblándose sobre su estómago para expulsar lo poco que había comido en aquella lujosa fiesta. Su boca no paraba de producir sonidos ahogados, intentando soltar un contenido que ya no tenía, amenazando con comenzar a soltar parte de su estómago con tal de que alguien parase aquella necesidad de expulsar aquella masa de ella.
Necesitaba que el olor cesase, sus dedos temblorosos limpiaron sus labios, intentando mantener un mínimo de su decencia. Pero su rabia hizo que sus dedos se cerraran en un puño que golpeó la tierra con fuerza.
- ¡¡ Basta!! – Gritó tomándose la cabeza con ambas manos, intentando no escuchar nada más, sintiendo como algo horrible se formaba en su interior, exigiendo salir, mientras el sonido del oleaje se hacía más intenso, más poderoso. Quería que parara, todo. Así que dejó que ese terrible sentimiento saliera a flote, lo tomó entre sus manos y se bañó con él, sintiendo cómo de golpe todo en ella cambiaba.
Sus uñas se clavaron en la piel de sus brazos, arañándola hasta que la sangre comenzó a derramarse en pequeños ríos por ellos. La rabia y el dolor la enloquecieron, la niña que fue en su interior gritó con desesperación mientras veía cómo la fachada que tanto se había molestado en crear se rompía y asomaba el demonio que dormitaba en ella. Aquel ser que todos sabían que era y que ella insistía en negar. Porque siempre había sido buena, no entendía la maldad. Pero sólo los seres que como ella nada entendían de la oscuridad, estaban preparados mejor que cualquier otro para convertirse en todo aquello que luchaban por no ser.
Sus ojos marrones se hicieron de un color azul tan pálido como el hielo oscuro bañado por el agua del mar. Su cabello de color castaño mutó a un blanco perla tan níveo como la frialdad que se adueñó de su rostro cuando no quedó nada en su rostro. Las lágrimas se habían detenido de golpe, defendiéndola del ataque de los Dhöler de una forma eficaz, porque ya no sentía absolutamente nada que no fuera la más cruda y hambrienta venganza. Se había dicho de su familia que procedían de Berséker, algunos lo habían creído y otros no. Sólo esta noche, de manos de un brujo, rodeada por una danza infernal y bañada por la suciedad de la muerte, las leyendas se alzaban en un cuerpo femenino frágil, lanzando una mirada vacía al brujo mientras le ofrecía una sonrisa capaz de congelar los corazones humanos.
- Adelante, Mátala.- Se apartó su cabello con el dorso de su mano mientras desviaba sus ojos de la imagen creada. – Pero te advierto que si lo haces, tu hermano morirá y cuando tú tomes su cuerpo, te arrancaré el corazón con mis propias manos…- Murmuró mientras se llevaba uno de los brazos a los labios para lamer su sangre.
Ruslana Del Mar- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 415
Fecha de inscripción : 07/10/2012
Localización : Mansión del Mar
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
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