Mágico encuentro || Leonardo || Flashback

Una media luna ya se dibujaba en el cielo mientras Devany se encontraba sentada delante de aquél espejo que dejaba ver la mitad de su cuerpo, levantó su cabello haciendo que le cayera en suaves ondas, para después sujetarlo con algunas horquillas, un poco de maquillaje que le adornara los labios, marcando con suaves toques rosados sus mejillas. Se quitó la bata, dejando a la vista el corsé rojo con negro que enmarcaba su cintura de forma delicada, permitiendo que se viera de igual forma la curvatura de sus pechos, tomó uno de sus dijes, haciendo que adornara su cuello, las medias negras dejaban a la vista sus torneadas piernas y terminó el atuendo al ponerse unas zapatillas que la hacían ver más alta y estilizada, como siempre se veía perfecta.

Bajó de aquél cuarto, las escaleras podían ser su más grande fastidio, pero no le gustaba estar cerca de los demás, podía escuchar los ruidos que salían de algunas habitaciones, evidentemente la vida del lugar había empezado hacía un par de horas o minutos, pero no importaba, ella se presentaba cuando le daba la gana, por eso era su propio burdel. Cuando llegó a la barra pidió un vaso con agua simplemente, sentándose con delicadeza en uno de los taburetes, sus ojos iban y venían sobre los demás, llegando a recibir una que otra sonrisa mientras ella simplemente les ignoraba, parecía que todavía no entendían que no eran ellos los que decidían, pero al final de cuentas eran hombres, estaban borrachos y por naturaleza eran simplemente idiotas.

La música comenzaba a sonar, haciendo que muchos se levantaran a bailar, mientras otros simplemente aprovechaban que había poca luz para hacer caricias furtivas y prohibidas. Por su lado Devany sólo mantenía el vaso de agua entre sus dedos, hasta el momento nadie había logrado captar la atención de la rubia ni nadie se había atrevido a acercarse a ella, tampoco había recibido ninguna queja o que tenía que atender a algún cliente de forma especial, así que parecía todo tranquilo, si todo aquello seguía así, se podría retirar de forma temprana a su casa y descansar.

Suspiró tomando un poco de agua, dejando que su espalda se recargara en la barra. Una mano sobre su hombro hizo que girara un poco la cabeza -El hombre de allá dice que quiere tu compañía- murmuraron al oído de la cortesana, mientras esta entrecerraba los ojos y reía al final -Dile que se vaya al infierno- Era viejo, estaba bastante ebrio y para nada parecía un hombre sino una piltrafa humana, así que simplemente ignoró la invitación, cruzando la pierna, observando la puerta esperando que alguien interesante llegara.

La noche pintaba para que fuera de mal en peor, a decir verdad es que ya se estaba acostumbrando a que nadie realmente terminara de captar su atención, es que cada vez era más exigente consigo misma, no se llegaba a fijar en cualquiera, debían de cubrir muchos requisitos, o quizá ninguno y eso era lo que hacía todo complejo, pues no sabía a ciencia cierta que era lo que buscaba, sólo llegaba y ella lo notaba, así sin más. El vaso comenzaba a girar entre sus dedos, hoy de nuevo le tocaría nada más estar tras bambalinas, esperando que todo saliera bien, aunque no quería, esa noche quería divertirse, necesitaba hacerlo, así que esperaría un rato más, tal vez su impaciencia le estaba haciendo estragos, respiró profundo, dando un trago después a su bebida para hacer un ruido al depositar el vaso, llamando así la atención del camarero, que no tardó demasiado en atender aquella demanda, eso era lo bueno de aquél lugar. Que era suyo y hacía lo que quería.

Una voz la sacó de sus propios pensamientos, observando al hombre que le hablaba, una sonrisa casi de forma automática fue la que se dibujó en sus labios, estudiando las palabras que le decía. Encogió los hombros, haciendo un suave movimiento con la cabeza en sentido negativo -¿Qué hacer para ir al cielo? ¿él? Muriéndose, tal vez, no lo sé, tal vez sea un pecador- rió ligeramente mientras se ponía de pie y sin tener mucho preámbulo tomó asiento en la silla que estaba libre de aquella mesa que ocupaba el hombre de cabellos largos -¿Tú quieres saber qué camino tomar para llegar al cielo?- miró sus ojos, dejando el vaso sobre la mesa, la sonrisa seguía dibujada en sus labios -Tal vez con sólo pedirlo, si no es hombre para acercarse ¿Lo será para merecer la gloria?- interrogó mientras descansaba de forma completa la espalda sobre la silla y su pierna diestra se cruzaba, haciendo que la falda se corriera un poco, que de por sí era ya demasiado corta, sin que se viera nada más allá de lo debido -¿Cómo crees que se gana el cielo?- de nuevo otra pregunta más iba asaltando al hombre mientras ella seguía observándolo, sin perder detalle de ninguno de sus rasgos.

Había algo en él que captaba la atención de la chica Vixen, aunque no podía decir que sería él el elegido de la noche, podría llegar a suponerlo, sólo estaba en sus manos, en que quizá lo pidiera, en que tal vez fuera más sutil o que simplemente se comenzara a dar de cualquier forma, sin embargo él estaba ahí por un motivo y ella se había acercado así sin más porque algo le había indicado que lo hiciera, se estaba conjuntando todo y Devany quería saber el desenlace de aquél encuentro fortuito que le estaba haciendo sonreír porque indicaba que la noche podía comenzar a mejorar para ella y ahí estaba con la pregunta anterior ¿Qué buscaba? No lo sabía, era atractivo y suponía que llevaba dinero pero ¿Sólo eso? El otro también llevaba dinero o eso pensaba, pero estaba demasiado desgastado para aguantar una noche en los brazos de la rubia eso era un hecho, dejaría de pensar aunque le costara trabajo, esperando que su suerte estuviera de ese lado, deparando un buen destino, el cual quería presentir, pero no quería adelantarse, así era ella, meticulosa, en algunas ocasiones.

Era un hombre inteligente, alguien que de verdad sabía lo que quería o que por otro lado fingía perfectamente, en ese momento era lo de menos, se le quedó viendo, escuchando con suma atención lo que tenía para decirle, oyendo las paradojas que decía asimilando el cielo y el infierno a aquellos momento, dejando la suerte de un lado, había que mencionar que Devany nunca había creído en ella, pero ¿Qué más daba? Era una palabra que en ocasiones salía, era empleada y todo se le achacaba a si era mala o buena, pero al final del día era suerte. Una sonrisa brota en los labios de la rubia y juega con el vaso que yace entre sus dedos, girando de un lado a otro sin razón alguna, su cabeza se ladea observando al hombre a lo lejos, que parece entre malhumorado y moribundo, para después regresar su vista al chico de cabellos largos, que por el momento es quien tiene toda su atención, se la ha ganado casi desde el instante mismo en que uno de sus pies cruzó aquella puerta.

-Tal vez sea que va por buen camino o es así como desea pensar, pero no lo sabrá hasta después, quizá no se dé cuenta hasta que todo haya tomado su camino, pero creo que sus respuestas me han parecido demasiado acertadas como para poder decir que no tiene razón, además que hay algo... Una especie de paz extraña en usted... ¿O tú?- Preguntó de modo casi inocente mientras daba un ligero sorbo a su bebida antes de dejar el vaso en paz sobre la mesa pues podría llegar a caerse si seguía jugando con este.

La respuesta a su pregunta llegó mucho antes de lo que ella pensaba y sonrió, aquél nombre le traía tantos recuerdos que pensó en borrarlos casi de inmediato de su cabeza, pero sabía que no olvidaría jamás a aquél hombre -Leonardo... Leo... Me agrada- respondió primero mientras se acomodaba en la silla, cruzando los brazos debajo de su pecho por un momento hasta que se levantó y caminó hasta él, inclinándose a dejar un beso sobre la mejilla ajena -Devany, Devany Vixen, el gusto es tuyo- sus labios se habían deslizado hasta su oreja dejando un último susurro en esta. Dio vuelta y se sentó al lado de él, observándolo de frente -Llegar al cielo, supongo que... Además de todo lo que dijiste implica querer estar ahí, disfrutar el lugar, querer lo que se hace, desear cada momento, si no estás a gusto difícilmente creo que pueda ser el cielo lo que puedas conocer, es cuestión tuya, ver las cosas bien o mal, está en ti, en tus perspectivas, en tus deseos y creo que también en la valentía, pues nada cae del cielo porque sí, tienes que ir para poder obtener aquello que quieres, que ambicionas, pues de otra forma siempre te quedarás esperando- cruzó su pierna, haciendo que su pie rozara suavemente la pierna del hombre de cabellos negros -Pero creo que tú eres valiente y bastante astuto- le guiñó el ojo y levantó su vaso hacia él -Por este encuentro que puede ser glorioso- una sonrisa cómplice acompañó la del hombre mientras se acercaba al vaso ajeno, dando un trago a este, bebiendo de sus manos.

Por un momento Devany no supo si era buen o mal camino, pero era algo que a veces no se preguntaba, siempre terminaba por correr riesgos si eso es lo que quería, sólo lo hacía y ya ¿Para qué pensar más? Siempre se podía aprender, así que ya se había encaminado en aquél sinuoso camino que era conocer el cielo o el infierno todo dependía de los gestos y palabras correctos, que todo se fuera enlazando poco a poco para hacerle frente a una experiencia, sin llegar a calificarla, de momento.

-Creo que ya te estabas tardando en hacer un halago pero no pasa nada, tarde o temprano siempre llegan...- un guiño divertido fue el que salió en respuesta a aquellas palabras, Vixen no estaba acostumbrada a agradecer algo o a sonrojarse, no iba con ella, sabía lo que tenía y lo que era y la humildad no estaba en su vocabulario, simplemente recibía lo que merecía o creía merecer, por eso muchos hombres terminaban por huir, tal vez ahora estaba viendo que iba a hacer Leonardo, huir o quedarse, cualquiera de las dos opciones era viable aunque ella ya sabía lo que quería que pasara o la decepción sería bastante grande.

-¿Quién soy?- meditó aquellas palabras un poco y se quedó viendo los ojos oscuros del chico mientras buscaba las palabras adecuadas o tal vez sólo como comenzar a hablar -Espero que no intentes matarme si mi respuesta no te convence- se permitió bromear por un momento y sonrió de lado, terminando por acomodar las palabras que diría, aunque realmente no sabía si era una respuesta correcta, pocas veces le habían hecho una pregunta tan banal y a la vez tan profunda, pues estaba claro que lo último que él quería era su nombre -Soy una mujer que disfruta lo que tiene y lucha por lo que quiere, que busca sus metas y no tolera una negativa. que escoge lo que parece mejor para sus beneficios y que siempre buscará el camino hacia el cielo...- encogió los hombros de nueva cuenta, como si aquellas palabras realmente la describieran, no estaba mintiendo en absoluto, todo era verdad, distaba mucho de ser la mujer de casa que sólo depende del hombre y que siempre soñó con tener muchos hijos para que pudieran heredar la fortuna ajena, era algo que nunca había cruzado por su mente, nunca lo había querido y nunca hubiera podido encajar en ese mundo de mentiras.

-El infierno es perfecto en ocasiones y me gusta jugar con fuego, es aburrido tener que reprimirse...- extendió su vaso vacío sobre la mesa, mirando a uno de los meseros que se apuró para llenar de nuevo su copa -¿Quién eres tú, Leonardo?- el hombre la desnudaba con la mirada, pero no era como todos los demás, no quería ver sólo su cuerpo o no era sólo a lo que le estaba prestando atención y eso hacía que la rubia no pudiera dejar de verlo.

La sonrisa no se borraba de sus labios. Aquél hombre le había atrapado con sólo un par de palabras o tal vez con la simple presencia, todavía era algo que no terminaba de decidir Devany, por el momento seguía escuchándolo con suma atención. Creía que si se perdía alguna de sus palabras entonces no descifraría el misterio que el hombre estaba dejando que ella encontrara, así que más valía que sus sentidos estuvieran bien enfocados. Hacía poco que el lugar se había llenado, pero para la rubia parecía que no existía nadie más, sólo ellos dos mientras un diálogo se colaba entre ambos, intentando dejar un deje de cadenas que iba enlazándose para hacerse cada vez más fuerte y no poder soltarse hasta que se llegara al final del camino.

-Creo que puedo captar sus palabras, es una moneda con dos caras, girarla para saber cuál es la que está disponible o simplemente echar un volado para ver que el destino está de tu lado, pues cualquiera de las dos facetas puede ser igual de interesante y para ti es igual de intenso vivir una u otra... Porque entregas todo- menciona dejando que sus labios creen una curva ladeada -O tal vez he entendido mal, sin embargo creo que vivir al cien por ciento y disfrutar cada parte de lo que se presenta es algo que es digno de admirarse. Al menos yo no espero nada, dejo que fluya, que pase y en ese momento es en el que disfruto lo que ocurre, aprendo, conozco... Aprovecho la oportunidad que se presenta y cuando se tiene que ir... Simplemente se va o si se queda... Pues ya veremos que pasa- da otro sorbo más a su trago mientras deja el vaso completamente vacío sobre la mesa ¿Cuánto ha bebido? No sabe si es mucho o poco, no por el tiempo, no porque su consciencia esté mal trecha, simplemente porque ya no es su prioridad.

-¿Piensas descubrir algo aquí? ¿Piensas encontrar algo que no has visto en otros sitios? ¿Qué cara de la moneda está el día de hoy? ¿O es que tengo que descubrirlo?- pregunta dejando que su pie se cuele por debajo de la mesa, para rozar la pantorrilla ajena, en una "equivocación", para retirarla casi de inmediato, sin pedir disculpas, sin hacer alusión alguna al suceso, simplemente dejándolo correr. Sus dedos acomodan de nuevo su cabello en un suave gesto.