Quien tiene la voluntad tiene la fuerza

por **Is M. Montgomery** Miér Nov 07, 2012 4:14 am

Sangre. Lo que más he visto a lo largo de estos años. No me causa ningún desconcierto, ningún arrepentimiento desaparecer las existencias de estos que llaman monstruos. De los seres que se mueven en la noche, que se transforman y pierden el control como una bestia cualquiera. Lo más importante para mi siempre ha sido la destreza y la fuerza. Es lo que me ha hecho sobrevivir, desde el entrenamiento empezado desde los primeros años de lo que aún era mi infancia hasta ahora.

Las cicatrices en mi rostro o las que existan en mi cuerpo no son resultado de batalla alguna. Con orgullo he de decir que ninguno de mis oponentes ha logrado poner una marca en mi como símbolo de su fuerza sobre la mía. Las que poseo son de esos primeros años aprendiendo, blandiendo una espada sin haberlo hecho antes con el inminente peligro de una muerte segura si no lo hacía con la convicción necesaria.

De los días en los que viví en la comodidad de las riquezas nada queda. Y nada añoro. Lo que soy y siempre seré es justo lo que soy ahora, un cazador, alguien que se mueve entre las sombras y que algún día morirá entre la oscuridad de ellas. Como todo guerrero, quisiera morir en batalla, pero eso es algo que no puede saberse hasta el momento que sucede.

La sangre que he derramado no me duele, no me quita el sueño y jamás lo hará. Consciente de mi propio poder y debilidad. Mi convicción es esta: lo hago por un bien mayor. Vampiros, cuya vida a terminado y consumen a los que aún la poseen, no son más que seres que sobre esta tierra no deberían estar, muertos vivientes, nada más que eso. Incluso si pueden comportarse y sentirse como un ser humano, su cuerpo esta muerto, frío como el hielo, fuertes y ágiles como su sobrehumana naturaleza lo sugiere. Los licanos, perdiendo el control la mayoría durante la luna llena, acechando y extinguiendo vidas de forma innecesaria.

No los juzgo, cada quien existe de la forma que quiere, como ellos han decidido, porque todos podemos hacerlo. Incluso si ciertos aspectos han venido a nosotros sin que lo esperemos, siempre tenemos poder sobre nuestros actos. Así que como ellos deciden continuar de esa forma, yo simplemente he llegado a mi propia ideología de eliminarlos.

No creo en Dios, en la Iglesia ni en los nobles... solo creo en mi mismo... en mi propia voluntad y fuerza... No existo para la humanidad porque no es necesario, todo lo que soy es solo un nombre, uno que es necesario para poder liderar a los hombres que alzarán sus armas por la misma causa que yo lo hago. Siendo su líder, que mi nombre cause la admiración al ser escuchado por los que conocen mis hazañas, por los que saben que no hay uno de ellos que pudiese derrotarme antes, ni siquiera herirme o atemorizarme. A veces quisiera que mi nombre se extienda para que cuando les tenga frente a mi, sepan quien ha de acabar con sus vanas existencias. Pero no quiero riquezas ni una falsa gloria, hago esto por determinación y por querer un mundo diferente que pueda surgir en los anales de la historia. Un nombre que un día habrá de olvidarse como todos… soy el Cazador… Quien buscará purgar el suelo de estas tierras de una plaga que son los sobrenaturales… Mi nombre es Isley

por **Is M. Montgomery** Miér Dic 05, 2012 1:20 am

Esta noche, ante lo imposible que siempre creí, un hombre vestido de una forma diferente a las nuestras ha venido a buscarme. Al inicio cuando empezó a hablar no tenía idea sobre lo que trataba. Y conforme fue avanzando la realidad de esus palabras cobró sentido. Acerca de mi familia -a la cual, salvo a mi hermana que estaba conmigo- había olvidado a esas alturas por completo.

Lo habíamos perdido todo y aquel hombre, un mensajero de los nobles, me decía que podíamos recuperarlo. Sin embargo, su propuesta la rechacé en ese momento, yo no necesitaba eso, era un cazador. vivir entre esos lujos innecesarios no era algo que fuese atrayente para mí. Allí era solo Isley, había olvidado esa pequeña parte de mi vida, mi infancia entre esa opulencia que ahora me molestaba.

El hombre dijo que era por orden de los soberanos que había ido ahí en su nombre. Y dijo, que iría después, otorgándome la oportunidad de pensarlo. Yo no necesitaba pensar nada. No lo quería, solo gruñí en respuesta sin prestarle atención cuando vi miedo en su mirada, con en los animales cuando se asustan, tras lo cual salió de nuestra guarida improvisada regresando probablemente al castillo.

Yo había visto ese lugar, muchas veces llegaban órdenes directas. Nunca pensé, que terminaría en un futuro no tan lejano, aceptando aquella propuesta. No me gusta la realeza, la mayoría no son más que gente que vive de apariencias. Sin embargo, el poder que poseen para decidir muchas veces trae o bien la desgracia o la bienaventura a los habitantes en donde ellos poseen aquel derecho dado a cada uno de ellos.

Soy un caador, intento proteger a otros haciendo esto. Poseo la fuerza y ladestreza para esto. No todos nacemos bajo el mismo signo, nací como noble, pero me he convertido en un guerrero, no en el heredero de los Montgomery que debí según ellos haber sido. Esa noche saldría a Inglaterra en una misión que le había sido encomendada al grupo que estaba esa noche conmigo. Mi equipo, entrenados por mi, conozco mis carencias y mis fortalezas. Esta es la mía, a mis veinte años, puedo decirlo claramente, aui pertenezco. No puedo imaginarme en otro sitio, salvo en este campo de batalla sombrío.

por **Is M. Montgomery** Lun Mayo 20, 2013 5:27 pm

Quien tiene la voluntad... Tiene la fuerza...

Justo como esa frase, sé muy bien, que ahora existe para mí una debilidad, una palplable, una persona que me pueden arrebatar. El alma humana, una vez que se encuentran los requicios por los cuales debilitarle, no habrá marcha atrás. Siempre he sido un solitario. He tenido prsonas de confianza a mi cargo, he tenido todo y a la vez nada.

Los años pasan y ahora que estoy en este punto, puedo notarlo. Las cosas han cambiado demasiado. Ya no soy Isley, el cazador. Esa figura ha venido desvaneciéndose en los últimos años. Muy dentro de mí, se que eso lo cambia todo. Mi forma de actuar ya no podrá ser la misma jamás. Preocuparme por ello, no creo que sea necesario. Pero he de confesar algo. El instinto nunca se apaga. Puedo sentirlo aún, el peligro, si bien mi nivel de aceptación a ciertas cosas aún no es del todo el adecuado.

Y a mis adentros, en este pensamiento, también diré el más grande de mis temores... No tener el tiempo para cumplir con los objetivos que me he dispuesto. De ser así, no quiero dejar las cosas a la deriva. No puedes ignorar la sensación de que tu tiempo se agota, que cada día que pasa se acerca aquella sombra que parece estar constantemente tras de ti...

Si llegase a ocurrir lo inevitable, que mi voluntad de seguir o de luchar finalmente desaparezca, pediré un último favor a este cielo que comienza a parecer brillante a un futuro que ara mi puede no existir. No quiero dejar al reino que ahora esta bajo mi cuidado desprotegido, ni a las personas que espero de alguna forma ayudar y salvar directamente sin nada una vez me desvanezca.

No es ninguna sentencia, solo los pensamientos desordenados de lo que parece el preámbulo a una pesadilla que esta próxima a ocurrir. No diré esto en voz alta, ni siquiera lo mencionaré si alguien me pregunta sobre ello. De hecho, no pensarém ni me preocuparé, ni siquiera lo tendré presente, pues nada gano con eso. Haré todo lo que esté en mis manos día a día, hasta que el día en el que ya no pueda hacer más llegue.

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