La última vez que te vi...{Fyodor&Evarne}

por **Evarne Lacuna** Sáb Nov 17, 2012 8:41 am

Estoy cansada, no me gusta correr tanto, pero tengo que alejarme de allí... No se cuanto tiempo llevo encerrada, pero no me gusta. Echo de menos a papi y mami, mi hogar y amigos de Grecia, ¿por qué me ha pasado esto a mi? Se que siempre es la misma pregunta y que jamás hay una respuesta que yo entienda, pero es que la situación siempre es igual; yo huyendo de una casa en la que pronto será aun más que mi infierno personal. No quiero que me hagan eso...

Sigo corriendo, lejos de allí hasta que tropiezo y caigo al suelo. Mis ojos se llenan de lágrimas mientras miro mi tobillo... Me duele mucho, ¿ahora como llegaré pronto sin que mi ausencia se note? miro al suelo derrotada, yo solo quiero volver a casa y estar con la gente que quiero. De todas formas mi madre era Duquesa, ¿acaso no me está buscando? ¿Acaso la realeza no se ha movilizado? Me muerdo el labio inferior, levemente esperanzada. ¿Por qué no viene nadie a buscarme?

por **Fyodor C. Ivashkov** Sáb Dic 08, 2012 11:09 pm

Cuando decidió salir aquella mañana pensó que podría hacerlo acompañado. Claro, buscar a alguien con quien conversar mientras recorren calles que de a poco se le van haciendo familiares, pero luego vino lo más complicado, ¿con quién podría salir? Y fue ahí cuando se dio cuenta que su vida en realidad es peor que un lío de esos que arman los gatos con la bola de estambre. Salir con una mujer puede significar que la señorita tome la invitación equivocadamente y crea que es una cita, además de que las habladurías comenzarían a aparecer hasta que llegaría al mismo palacio el rumor de que el duque se dedica a conquistar muchachitas. Sus amigos se encuentran lejos y haciendo lo que a él le gustaría hacer, por lo que la mejor alternativa es continuar ese paseo a solas, al menos de momento.

Al llegar a la plaza se detiene un momento para observar en detalle cada escena que aparece frente a sus ojos. Familias paseando, hombres discutiendo con otros hombres seguramente sobre negocios, parejas que sin la necesidad de rozarse poseen una conexión más fuerte que si estuvieran besándose a la luz pública y otras personas, solitarias como él, que quizás sólo usan ese lugar como pasadizo para hacer más corto su trayecto. Pero hay alguien en especial que llama su atención y lo hace porque ya la ha visto antes, recuerda claramente cuando fue su último encuentro y también le sorprende que esté ahí. — ¡Señorita Evarne! — la vista de Fyodor no se equivoca, la chica cae al suelo antes de que él pueda evitarlo, — ¿Está usted bien? ¿Se lastimó? No se si me recuerda, soy Fyodor… de Rusia… — las palabras salen atropelladas mientras nota como mira su tobillo lastimado, — déjeme llevarla a una de las bancas, ahí podré mirar que le sucede… — y antes de que pueda negarse, la alza para tomarla en sus brazos y luego sentarla en el lugar más cercano, — ¿me dejaría ayudarla? —

por **Evarne Lacuna** Lun Dic 24, 2012 10:44 am

El tobillo me está doliendo muchísimo. Soy una torpe que nunca hará nada bien, por lo menos en aquel lugar extraño que ni siquiera había podido aprender. Cada día, mientras me escapo de esa casa, acabo perdida en calles desconocidas. El mudno es diferente a Grecia y no hay absolutamente nadie que conozca, nadie que me ayude... No lo entiendo, porque yo jamás he hecho daño a nadie. ¿Quizá es por qué mi familia era de la realeza? Sino, no tenía sentido que me trataran así.

Entonces siento como alguien se acerca, preocupada por mí y haciendo preguntas con una cento y una voz que me suenan en demasía. Se que no es ninguno de mis captoras, basicamente porque la noche no ha salido aún, por ende, debe conocerme de Grecia. Voy a protestar cuando me coge en brazos, pero como siento alivio en el tobillo, dejo que lo haga y simplemente me agarro a él. Cuando me sienta le miré a los ojos, sintiéndome un poco asustada pero después sonriendo al reconocerle. ¡Si! ¡Le conocía! ¡Le recordaba a la perfección!

-¡Fyodor! ¡Si! -me abrazo a su cuello con fuerza de la alegría que siento. Alguien de la realeza, por fin... Aunque él es de otro lugar más lejano.- ¿Vinisteis a buscarme? ¿Cómo están papá y mamá? ¿Están preocupados? -me olvidé unos instantes de mi tobillo y me alejé levemente de él para mirarle a los ojos con preocupación. Necesitaba saber de ellos cuanto antes.

por **Fyodor C. Ivashkov** Dom Ene 20, 2013 7:00 pm

Pese a que tiene la seguridad de que probablemente su tobillo esté tan sano como antes, prefiere prevenir y continúa mirándolo, al menos hasta que ella se le cuelga al cuello y luego lo llena de preguntas. Su ceño se frunce y la mira como si ella fuera su hermana menor que acaba de confesarle que se escapó de casa. Espera algunos segundos, sus recuerdos son algo difusos, tiene tantas cosas en la cabeza que no recuerda muy bien quienes son los padres de Evarne aunque sí de dónde proviene. La mira en silencio y estudia sus propias palabras que aparecen en su cabeza, ella se ve frágil y aquello no tiene nada que ver con la falta de estabilidad que acaba de demostrar en esa caída. Es algo en sus ojos que le exige ir avanzando con cuidado, como si el terreno sobre el que camina fuera una capa de hielo débil que puede quebrarse ante el movimiento más brusco.

Estira una de sus manos, le acaricia la mejilla y sonríe, intenta dar una versión amable y cálida de esa sonrisa irónica que todos conocen, con ella debe ser distinto, no puede simplemente soltar lo que sabe sobre su familia. Los recuerdos han llegado claros y no puede evitar sentirse culpable por tener que mentir. Pero omitir no es mentir, todo lo que hará será dejar para después la entrega de esa información. — Digamos que el destino me puso en tu camino para salvarte de que esa caída fuera algo más serio… — suelta una risita nerviosa, él está nervioso y también algo confundido. Fyodor no suele quedarse sin saber qué hacer, pero no todos los días se enfrenta a una situación como en la que ahora está. — ¿Tu tobillo está bien? ¿Podrás caminar? — la mira directo a los ojos, sabe que de ese modo puede quizás distraerla o tal vez lograr que olvide por un momento las otras preguntas, — quiero aprovechar que estás acá para que demos un paseo juntos… ¿hace cuánto no nos vemos? ¿meses? No meses… ¡años! Necesitamos entonces una celebración por este reencuentro… ¿no crees? —

por **Evarne Lacuna** Dom Feb 03, 2013 4:56 pm

Me siento contenta, hacía ya casi un año que no me sentía así. Normalmente me encuentro a muchas personas, gente de Francia con la que hablo un mísero día y que ya después no vuelvo a saber de ellos, porque obviamente es casi imposible coincidir en esa gran ciudad, y más siendo, que a veces me cuesta mucho escapar de aquella casa, así que suelo limitarme a los sitios que ya me conozco, como aquel en el que me encontraba.

Pero hoy es diferente. Fyodor es alguien de la realeza, a quien conozco desde a muchos años por las fiestas a las que mi madre me llevaba, la duquesa. Era divertido juntarme con la gente y recordar como ella siempre me regañaba por mi comportamiento y luego reía, pues bien sabía que no me gustraba tratar a la gente de usted. Que claro, suelo hacerlo por la educación que me han dado.

-Hace ya un año que espero ayuda del destino...- Suspiro pero vuelvo a sonreír, no se me da bien estar triste, yo no soy así. Así que hago lo que puedo por seguir siendo esa niña que todos conocen, porque no quiero perderme a mi misma.- Me duele un poco, pero creo que podré.-Me levanto un poco, sintiendo un leve tirón en el tobillo pero bien se que es cuestión de moverlo un poco para que se me pase. Con lo torpe que soy no es la primera vez que me ocurre.- Ah, ¡si! Como mínimo en la última fiesta de mi cumpleaños... La de los diecisiete no llegué a celebrarla...- Digo en susurros, porque fue poco después cuando me raptaron.

por **Fyodor C. Ivashkov** Sáb Abr 13, 2013 11:38 pm

Preguntarle sobre aquello podría ser un error, está claro que la muchacha ha dejado la puerta abierta para las preguntas pero caer en el juego o al menos pescar del anzuelo que ha quedado significaría no poder volver atrás. Si bien Fyodor comienza a sentirse culpable, al mismo tiempo sabe que será mucho mejor mantener por ahora la conversación en un terreno amable y distendido para los dos. Es por esto que toma a la muchacha del brazos y actuando casi como un caballero espera a que estabilice mejor su pie para dar juntos algunos pasos. Un poco irónico o quizás todo es una metáfora. Él siente que no puede seguir avanzando y al mismo tiempo tiene un camino lleno de baches por delante. — ¡Diecisiete años ya! ¡No puedo creer lo grande que estás! — Y cuando la mira de nuevo nota también lo guapa que luce y como de a poco se ha ido transformando en una señorita. Esa sonrisa que ahora escapa no es la de un hermano mayor, pero rápidamente la aleja antes de que ella pueda captarla.

— Aunque sigues siendo igual de hermosa que siempre, eso no está en discusión… — tal vez los halagos puedan distraerla aún más del tema que lo tiene complicado. — Tenía pensado pasar a solas la tarde y mira ahora… nos encontramos y podremos revivir viejos recuerdos… — Si la mira de reojo puede notar que algunas de sus facciones no han cambiado con el tiempo, ¿será así también en su caso? Quizás ella lo mira y todo lo que reconoce en él sea un hombre que ya no es el joven divertido que conoció, porque aunque Fyodor quiera negarlo, de a poco se ha ido convirtiendo en alguien que calza mucho más con la imagen que debe poseer quien está en su cargo. — ¿Te acuerdas de una fiesta justo en el comienzo de la primavera? Debes haber tenido no más de 8 años, fue hace bastante pero sucedió algo difícil de olvidar… — suelta una carcajada al recordar todas esas escenas. Hasta ese día no habían vuelto a su mente, pero ahora eran el motivo por el cual no deja de reír.

por **Evarne Lacuna** Jue Mayo 23, 2013 8:19 am

Camino a su lado, aun con la sonrisa en los labios al pensar que de verdad estoy con alguien que conozco. ¿Cómo se lo tomarán aquellos seres? En estos momentos no me importa, que me castiguen si quieren, pero necesito descansar de aquellos horribles pensamientos. Aunque, se me hace extraño que no me diga nada de mis padres, empiezo a preocuparme un poco pero no lo muestro. Seguro que en algún momento me habla de ellos.

-¡Casi dieciocho!-Digo, poniéndome recta para perecer más alta y orgullosa. La verdad es que no creo que haya crecido mucho, y, sino fuera por lo que pasara cuando los cumpliera, estaría deseando poder decir la edad que tengo por ahí.- ¿Hermosa?-Mi sonrisa se ensancha, sonrojada un poco.- ¡Gracias! Pero mamá es más guapa.

Recordar el cabello rojizo de su pelo me hace reírme, porque lo tiene exactamente igual que él mío. Quizá un poco más oscuro, pero siempre dicen que me parezco mucho a ella... Es gracioso. De pequeña me decían que me parecía más a mi padre.

-¿Ocho años?-Le miré con curiosidad, intentando forzar mi mente al recuerdo mientras me reía al verle. ¿Qué había pasado?- ¿Te enfadas si no me acuerdo? ¡¿Qué pasó?! Sea lo que sea mi escusa es que era muy pequeña.

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