Una noche en la ciudad del pecado (posible +18)

por Sybelle* Lun Nov 19, 2012 4:01 pm

Todo el mundo, machista a veces, pensaba que los burdeles solo eran propiedad de las damas de compañía, pero las mujeres también tenían secretos al igual que los hombres.
Siempre había en los burdeles, aunque en menor cantidad, un grupo de cortesanos ya que había hombres que si bien a la vista de la sociedad solían ocultar sus tendencias sexuales, se liberaban cual fieras al entrar a estos lugares pecaminosos.

Obviamente era raro ver una mujer en busca de acción, si, eso era real pero Juliette no iba a perder la oportunidad de conocer los burdeles de París.

Esa noche se vistió de hombre, si, tenia ganas de jugar un rato, de divertirse como uno de ellos, de salir a la calle sin la sensación de persecución y esas cosas, de tomar el carruaje como si tal cosa y que la gente luego no hable pavadas. Así qué buscó en los cajones la ropa apropiada algo poco revelador y una galera que le habían obsequiado para una fiesta de disfraces de la alta sociedad.

Salio de la casa rumbo al burdel derechito y sin vacilar, abrió la puerta central y con paso decidido se acerco hasta la barra y pidió vino malbec, directamente la botella porque esa noche estaba algo tensa y necesitaba relajarse un poco. Dio media vuelta sobre el taburete y comenzó a mirar a las cientos de damas que había notado su ingreso al lugar. Busco entre ellas a alguno de estos hombres un poco arreglados y con perfume. Algo que no se encontraba fácilmente entre los hombres habitué del lugar.

Sentado al otro lado de la barra visualizó a un hombre muy prolijo y hasta tentador al paladar y utilizando una mirada encandiladora le hizo una invitación visual para que se acercase a hacerle compañía

por **Maximo Daniro** Dom Dic 30, 2012 1:22 pm

Mi trabajo era duro, ser un cortesano no es un trabajo fácil, aunque algunas personas piensen eso, pero para mi, ese trabajo es un poco vulgar, a mi no me agrada acostarme con mujeres, a veces algunas viene con un mal genio que si no la complacen te pueden pegar, te pueden ofender, con palabras hiriente y me ha pasado siempre, todo el tiempo, pero debo de mostrar una sonrisa siempre, aunque por dentro me este quebrando, pero siempre mostrare una sonrisa ante mi cliente, adentro del burdel, pero si por alguna razón me reconocen en el día y me dan un golpe, me dicen palabras ahí si se las regreso porque no estoy en mi trabajo, soy una persona calmada, soy una persona que no quiere problemas, los evita a cualquier modo y hoy me tocaba ir a trabajar. Me estaba arreglando en mi habitación para salir con mi sonrisa tan fingida que yo mismo me la creí. Con esos pensamientos me reí y alce una ceja-Maximo que guapo estas-Me eche porras a mi mismos abrochándome mi ultimo botón de mi camisa de gala, después en mi cama estaba un chaleco de color blanco que combinaba con la camisa que era un azul rey.

Me senté en mi cama y me puso los zapatos de charol que me trajeron, amarre las agujetas en un moño y me levante para alizar mi pantalón, la barba apenas áspera, me decían que me la dejara porque así atraía a mas mujeres y obviamente mas dinero. Me puse el chaleco y lo abroche, después de unos toques mas salí y me entre al mismo infierno pero como siempre “Poner una buena sonrisa, real” y así salí, con mi sonrisa, pasando un poco de saliva, las demás mujeres me miraron y les regale una sonrisa y un guñiendo de ojo viendo que suspiraban de repente mire una mujer que me miro, que me invitaba a ir con ella, garraspee un poco y me encamine hacia ella-Buenas noches Madam…-Le hice una reverencia, tome su mano y la bese-Podría acompañara e invitarla a una copa pero veo que me ha ganado-Reí un poco esperando al respuesta de ella aunque ella misma me había invitado.

Nota:

por Sybelle* Mar Ene 01, 2013 2:37 pm

Sonreí al ver su mirada y ver su postura de hombre correcto y tentador. Realmente era un hombre muy apuesto. Su sonrisa lo engalanaba y sus pasos eran decididos, sabia tratar con gente. Reí al notar que mi supuesto atuendo de hombre no ocultaba mi femineidad, la verdad era mas para pasear por las calles que por otra cosa. Tenia miedo de lo que podía pasarme siendo una mujer a la vista del resto como una indefensa. Si me pasaba algo o era victima de un robo posiblemente correría y nada mas, era de lo menos practico entablar una pelea por el poco dinero que poseía. Aunque me dolería de seguro por la perdida.

Ese no era el tema... el hombre frente a mi me confirmaba que no podía invitarme a un trago porque ya tenia uno. Le invite a beber de la botella de vino que estaba frente a mi vaso, así que pedí al cantinero un vaso mas donde le serví vino.

-Espero que sea de su agrado, a mi el malbec me encanta, espero que a usted también. Con quien tengo el gusto de beber esta noche?-

Lo mire con deseo, era un hombre mas que apetecible, yo estaba algo agotada por la rutina diaria y en casa no podía tener compañía porque era suficiente con la de mi hermana, ya eramos demasiados, a veces hasta con mi hermano en casa era todo un estorbo en una casa tan pequeña y modesta. Así que había encontrado el burdel como una mera distracción y un modo de relajarme. Hacia bastante tiempo que no estaba en una relación con nadie y tenia ganas de vivir esas sensaciones una vez mas, correr ese riesgo.

Tomé el vaso y bebí un poco mas mientras acomodaba un poco el sombrero en su lugar.

por **Maximo Daniro** Vie Ene 25, 2013 3:27 pm

Al salir de mi cuarto deje atrás aquel Maximo que era bueno, que era un santo, y viene Maximo el seductor, él que quiere meterse a la cama con una mujer, es tu trabajo, es su profesión de un Cortesano, su Jefa dice siempre que tiene que tratar excelente a los invitados del burdel, para que regresen y sobre todo por su dinero-Todo por dinero-Pensé, mirando a la joven enfrente mío, estaba vestida como hombre, pero sus rasgos como mujer la identificaba y sobre todo por otro mas visto, sus pechos, mi mirada no evito bajar y mirarlo de reojo pero los desvié tan rápido como pude, aunque no me gustara este trabajo no quita que sienta deseo por otras mujeres, con algunas con las que me a gusto me gusta tener relaciones intimas, me encanta hasta me olvido de lo que estoy haciendo es por obligación, siento ese deseo por ellas, aunque dicen que un hombre es más fácil excitarlo que la mujer ¿Sera cierto? No sé, pero lo que sé esque es mi trabajo y lo tengo que hacer.

Aunque diga “No, no me gusta esto, siento que solo soy el títere de las mujeres que me manosean, que sientes pasión por mi, que por mi rostro y mi cuerpo, tengo la obligación de acostarme con ellas me siento tan basura, no, no negaré nada, porque me encanta tener sexo, claro con ciertas mujeres porque con otras si me da un poco de pena hasta asco me da que siento miedo de no cumplirle pero todo sale bien y sobre todo como ella quieren” Mis pensamientos solo son eso, pensamientos que nunca saldrán como palabras-Claro, beberé esta noche con usted, y lo que le apetezca darme será una buena elección-Dije, dándole una leve reverencia aquella mujer-Maximo, usted tiene el gusto con Maximo, que esta noche será su compañero, toda la noche si es necesario-Sonríe seductoramente, tomando la copa al ver que me serbia el cantinero. Levante un poco la copa-Salud-Dije y bebiendo un poco, no soy de beber con las clientes, porque se me puede subir rápidamente y después si ellas quieren pasar una excitante y apasionada noche no podre por tener muchos licor sobre mi cuerpo aunque bebido hasta lo puedo ser mejor ¿O no?

por Sybelle* Jue Ene 31, 2013 5:08 pm

No pude hacer otra cosa mas que emitir una simple sonrisa, me había vestido de hombre al parecer de una mala manera porque de todas formas este cortesano supo que era una mujer, oh que mala era para los disfraces, mientras que eso no definiera mi habilidad como diseñadora, no habría problemas!

-Es usted un hombre muy observador Maximo, un bello nombre por cierto. Aquí el único problema que es no estoy acostumbrada a hacer estas cosas, esto de venir a burdeles no es algo a lo que este acostumbrada, es mas que nada por necesidad que terminé aquí... y me da pena incluso confesárselo, créame que de no ser por el malbec dudo que se lo transmitiera a alguien con el que apenas crucé unas palabras. Ahhh.. -
Miré al piso, estaba avergonzada por la confesión, no era algo normal que una mujer exteriorizara sus deseos carnales con cualquiera incluso a su marido.

-Espero que no me tome por lo que no soy monsieur, cree usted poder ser mi acompañante esta noche, quizá me complazcan tan solo unos mimos, en mi vida no hay tiempo para buscar pareja estable ya que no tengo grandes cosas para ofrecer mas que mi dinero que no es demasiado ni tampoco tengo tiempo... es complicado.-

Lo miré buscando contención en su mirada, de solo pensar en estas cosas había entrado en un estado algo deprimido y deprimente.
De seguro este hombre tenia los mismos o mas problemas que yo y encima yo le caía con los míos, que inoportuna! Al notarlo le dije
-Ay... discúlpeme. Usted no tiene que escucharme, no es mi psicólogo, entiendame que es por el vino, esto me sube rápido a la cabeza- señalé el vino con una mano mientras con la otra me toqué la frente, en un acto de arrepentimiento mezclado con vergüenza y depresión.

por **Maximo Daniro** Dom Feb 10, 2013 9:22 am

Hay que complacer al cliente ¿Verdad? todo lo que el pida tengo que hacerlo, nunca me he topado que un hombre quería mi servicios, y espero que, porque no estaría seguro de hacerle lo que el quiere, soy un hombre que le gusta las mujeres y mucho, pero este trabajo es necesario tragarse su ego para complacerlo, pero la verdad no sabría qué hacer si en algún momento la jefa me pide que lo haga con mi mismo sexo, no sabía cómo reaccionar y tampoco quiero perder mi trabajo, no, no quiero, pero no hay que pensar en esto, en este momento estoy con una mujer, bebiendo una buena copa de vino, al escucharla simplemente sonrió.

-Señorita, lo note por sus pechos-Dije sin más, no tenía vergüenza-Son unos pocos notorios, aunque pensara que soy un pervertido, aunque de seguro lo piensa por mi trabajo, soy un cortesano, un puto, un ramero….aunque se escuche feo, nosotros, los cortesanos y cortesanas notamos esas pequeñas diferencia, y usted es toda una mujer….-Di un paso hacia ella, sonriendo ya no me sonrojaba cuando decía que mi nombre era bello-Y gracias por decir que mi nombre es bello-Solo agradecía como siempre, ya era costumbre hacer eso. Observe que bajo su mirada, deje la copa sobre la barra, termine acercándome de ella y con mi mano derecha levante el rostro de la mujer-No se avergüence, no haremos nada que usted no quiera, aunque sea un cortesano se respetar a las mujeres…-Susurre, solo para que ella escuchara, estaba tan cerca de su rostro que me aleje, solo un poco pero eso no pudo evitar que antes de quitar la mano de su mejilla le diera una caricia, al bajarla por completo me la quede mirando con una de mis sonrisa seductoras hacia mi cliente.

-Sus palabras son ordenes, si usted quiere que solamente le de cariño por el resto de la noche eso hare, si usted quiere que la bese, eso lo hare, y su usted quiere intimar conmigo eso hare, págame lo justo solamente, y…-Me calle, mirándola, me volví acercar, pero ahora solo un poco.-No se preocupe por mí, yo solo estoy para complacer, para escuchar y para lo que sea-Declare, me puse atrás de ella acercando mi torso en su espalda, y rodeándola con la cintura, desate su pelo, dejándolo caer por su espalda pero se quedó atorado en medio de mi torso y espalda de ella, me separe un poco mirando que ahora si cae por completo, me volví acercar, en modo de abrazo, me acerque a su oído y le susurre-Dígame lo que sea..-Susurré besando un poco su cuello y sonríe ante eso.

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