Los minutos me atormentan.... [Privado]

por **Isaac Southey** Vie Nov 23, 2012 4:54 pm

Me interesa el futuro porque es el sitio donde voy a pasar el resto de mi vida.

A mi recuerdo venían aquellos tres relojes que tenía que hacer para aquel ser inmortal, el plazo estaba por cumplirse aun tenia semanas para terminarlo pero aun no hacia ninguno ¿miedo? Quizás en realidad tenía una especia de ansiedad, había hecho los bocetos de los dibujos, el primero un hombre sosteniendo la cabeza de otro… el otro una mujer siendo violada y penetrada por varios hombres y el ultimo personas crucificadas, mi cabeza daba vueltas, tenía que comenzar con lo más fácil, tallar el oro, tres tipos de oro me había pedido aquel hombre, oro común, oro blanco y envejecido, los tres los tenía a pesar de ser un simple relojero tenía un capital que me permitía tener pequeños lujos para vender, al final siempre me quedaba sin nada… mis hermanas se hacían la gran vida y el resto de dinero lo pagaba para los médicos de mi padre.

La noche estaba más calurosa de lo normal, el verano se había instalado en Paris mi mano se fue a mi cuello del cual una gota de sudor casi y fue ahí cuando note la pequeña marca de aquella noche, con rabia quite la mano de ahí y apreté los bocetos que tenía en la mesa – Maldito Demonio – dije entre dientes… desde esa noche algo en mi había cambiado, ya no era simplemente yo si no que mi estado de ánimo cambiaba del cielo a la tierra primero era un hombre educado y luego era un verdadero hijo de puta, mi cabeza dolía en ese momento cada vez que recordaba al vampiro por mi sangre comenzaba a correr una especia de ira.

Suspire mientras me tiraba un vaso de agua por la cara, mi mente estaba encerrada en la oscuridad que esa noche había en mi interior, tomé un lápiz de punta de diamante y en el metal comencé a grabar el primer boceto, podía sentir como cada chirrido de la punta con el metal causaba estragos en mi cuerpo, mis huesos parecían sonar de una manera espeluznante y mi reflejo en uno de los cristales de la relojería hizo que saltara, no era yo. -¡Quien anda ahí! – dije con un grito, mientras el pánico me inundaba por mi cabeza solo tenía el recuerdo de aquel hombre de ropajes oscuros y risa macabra…

Lleve mis manos hasta mi cabeza comencé a darme tirones de cabellos – Ándate… ándate – dije como loco mientras mis ojos permanecían cerrados, era un verdadero tormento pero todo tenía un precio, ¿el mío? La vida eterna. Atormentado me encontraba, el miedo me consumía cuando recordaba aquel pedido, aquella noche cuando el vampiro había entrado misterioso prometiéndome una vida eterna… no podía dejar de pensar en el… en los relojes… y en la eternidad…