AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
Contando los minutos (Darcy)
Página 1 de 3.
Página 1 de 3. • 1, 2, 3
Contando los minutos (Darcy)
Éra la décima vez en dos minutos que observaba el reloj de la torre. Me parecía increíble que aún marcase diez minutos antes de las tres de la tarde. Lo observé molesta, preguntándome si no sería más bien que el mecanismo del reloj había fallado o que las manecillas habían decidido descomponerse con la mera idea de contrariarme, pues a pesar de llevar en la plaza tan sólo unos minutos, sentía que más bien se trataba de horas.
Volví a andar un par de pasos enfrente de la banca, la cual por muy acomodada que estuviese bajo la sombra no me servía de nada pues lo que menos podía hacer era permanecer sentada. Lamenté haberme puesto el vestido que traía pues, aunque volví loca a mi doncella haciéndole jurar que el que me había puesto era el mejor de todos, me parecía que nada sería suficiente... para él. Recordé como me pasé horas frente al espejo tratando de escoger uno solo y luego cepillando mi cabello hasta que lo vi brillar lo suficiente como para sentirme un tanto realizada.
Suspiré nuevamente al ver el reloj. El dìa anterior me había reunido con mis padres y había tratado de distraerme un poco con la conversación durante la cena. La empresa no había sido exitosa, hasta el punto de que les pedí que me excusaran, pretextando cualquier cosa. Supongo que ellos pensarían que me sentía agotada por el viaje. Al llegar a mi habitación la cosa no había mejorado mucho y terminé pasando una noche demasiado inquieta. Sorprendentemente al levantarme no me sentía cansada, más bien me sentía radiante de alegría ante la expectativa de que pronto serían las tres, únicamente para volver a sentirme desesperada media hora más tarde al ver lo increíblemente lentos que pasaban los minutos, y luego que me dominara un humor terrible, el cual tuvo que soportar pacientemente la desconcertada servidumbre.
Ahora que finalmente había llegado el momento de la cita, no podía evitar sentir excitación y a la vez un tremendo desasosiego. Y si él no venía? Después de todo, solo había sido un breve encuentro en una estación... y aparte... cualquier cosa pudo haber pasado desde que lo viera marcharse. A la mejor había conocido mejores compañias que... harían a Giselle Laroche parecer una alternativa de lo mas aburrida en comparación con todas las damas distinguidas que llenaban los hoteles de Paris... o a la mejor ínsípida... o carente de encanto... Me faltaba sofisticación, pensé apesadumbrada, dejándome caer sobre la banca y pensando que si no venía... probablemente yo... pero ah!!! claro que vendrìa! Tenía que venir! porque de lo contrario yo... de lo contrario yo no sabría que hacer con ese sentimiento tan extraño... que de repente embargaba todo mi ser con la mera anticipación de que en algún momento... lo vería llegar a la plaza...
Volví a andar un par de pasos enfrente de la banca, la cual por muy acomodada que estuviese bajo la sombra no me servía de nada pues lo que menos podía hacer era permanecer sentada. Lamenté haberme puesto el vestido que traía pues, aunque volví loca a mi doncella haciéndole jurar que el que me había puesto era el mejor de todos, me parecía que nada sería suficiente... para él. Recordé como me pasé horas frente al espejo tratando de escoger uno solo y luego cepillando mi cabello hasta que lo vi brillar lo suficiente como para sentirme un tanto realizada.
Suspiré nuevamente al ver el reloj. El dìa anterior me había reunido con mis padres y había tratado de distraerme un poco con la conversación durante la cena. La empresa no había sido exitosa, hasta el punto de que les pedí que me excusaran, pretextando cualquier cosa. Supongo que ellos pensarían que me sentía agotada por el viaje. Al llegar a mi habitación la cosa no había mejorado mucho y terminé pasando una noche demasiado inquieta. Sorprendentemente al levantarme no me sentía cansada, más bien me sentía radiante de alegría ante la expectativa de que pronto serían las tres, únicamente para volver a sentirme desesperada media hora más tarde al ver lo increíblemente lentos que pasaban los minutos, y luego que me dominara un humor terrible, el cual tuvo que soportar pacientemente la desconcertada servidumbre.
Ahora que finalmente había llegado el momento de la cita, no podía evitar sentir excitación y a la vez un tremendo desasosiego. Y si él no venía? Después de todo, solo había sido un breve encuentro en una estación... y aparte... cualquier cosa pudo haber pasado desde que lo viera marcharse. A la mejor había conocido mejores compañias que... harían a Giselle Laroche parecer una alternativa de lo mas aburrida en comparación con todas las damas distinguidas que llenaban los hoteles de Paris... o a la mejor ínsípida... o carente de encanto... Me faltaba sofisticación, pensé apesadumbrada, dejándome caer sobre la banca y pensando que si no venía... probablemente yo... pero ah!!! claro que vendrìa! Tenía que venir! porque de lo contrario yo... de lo contrario yo no sabría que hacer con ese sentimiento tan extraño... que de repente embargaba todo mi ser con la mera anticipación de que en algún momento... lo vería llegar a la plaza...
Giselle Laroche- Mensajes : 533
Fecha de inscripción : 10/06/2010
Re: Contando los minutos (Darcy)
Una noche algo larga, al parecer las deidades se empeñaban en hacerme sufrir minuto a minuto enterrando una estaca en el corazon cual vampiro por la anciedad, pero no de sangre, de envolverme de nuevo en ese perfume que provocaba que mi cuerpo se estremeciera de una manera peculiar, lejos de parecer dulce y hechizante. 4 am, las manecillas del reloj avanzaban lentamente, claramente podia escuchar como el tiempo viajaba lento Tic............ Tac......... Tic........... Tac, desesperandome mas y mas, dejandome viajar en las palabras y leves caricias de la estacion.
6 am, el amanecer se acerca y no podia estar en cama, las malas lenguas dicen y corroboran que el tiempo avanza mas rapido cuando haces algo productivo, baje a la estancia a tomar algo de café para poder alejar los demonios del insomnio que poco a poco dejaban rastros en mi rostro, antes de salir del hotel revise que todo en mi estubiese en orden, el traje, mi camisa, mis zapatos... Si!!! todo en orden es hora de vagar por las calles esperando las anciadas 3 pm. Entré a varios locales de perfumes, relojerias, licorerias, necesitaba una distraccion, algo que me mostrara o me indicara que el tiempo se puede ir volando de un momento a otro estancandoce en la hora pactada, la hora de la cita, pero nada aparecia. Me tope con una señorita que mas que indicarme el camino y ayudarme a conocer la ciudad solo me contaba problemas personales que para nada me agradaba, quien era yo para que una extraña con tanta facilidad me contara lo que pasa en su vida.
Al fin, frente a mi y a unos pasos se encontraba la plaza, un escalofrio recorrio mi cuerpo, nervios, curiosidad, miedo, sentimientos encontrados que hacen que un hombre en momentos como éste pierdan la calma, nunca dudé, se que ella vendria se que no dejaria pasar una oportunidad asi, al igual que yo, en momentos como el que vivimos el alma habla por nosotros, dejando a todo el mundo atras. Caminaba lentamente, mientras q a mi paso corte un pequeño boton de rosa de unos de los arbustos que tratan de darle mejor vista al lugar, al final y a solo metros, distinguí esa cabellera rubia y esos ojos que como antes vuelven a llamarme insitando a mas que solo una charla, pero eso se queda en mi mente. Como siempre ella cabizbaja y temerosa del momento, frente a ella solo pude dejar el boton en sus piernas mientras que levantaba su rostro algo animosa - 3 pm!!!! justo a tiempo no cree madame - Tomé su mano para saludarla, pero ahora quite delicadamente el guante de ceda que llevaba puesto para embriagarme de su perfume otra ves
6 am, el amanecer se acerca y no podia estar en cama, las malas lenguas dicen y corroboran que el tiempo avanza mas rapido cuando haces algo productivo, baje a la estancia a tomar algo de café para poder alejar los demonios del insomnio que poco a poco dejaban rastros en mi rostro, antes de salir del hotel revise que todo en mi estubiese en orden, el traje, mi camisa, mis zapatos... Si!!! todo en orden es hora de vagar por las calles esperando las anciadas 3 pm. Entré a varios locales de perfumes, relojerias, licorerias, necesitaba una distraccion, algo que me mostrara o me indicara que el tiempo se puede ir volando de un momento a otro estancandoce en la hora pactada, la hora de la cita, pero nada aparecia. Me tope con una señorita que mas que indicarme el camino y ayudarme a conocer la ciudad solo me contaba problemas personales que para nada me agradaba, quien era yo para que una extraña con tanta facilidad me contara lo que pasa en su vida.
Al fin, frente a mi y a unos pasos se encontraba la plaza, un escalofrio recorrio mi cuerpo, nervios, curiosidad, miedo, sentimientos encontrados que hacen que un hombre en momentos como éste pierdan la calma, nunca dudé, se que ella vendria se que no dejaria pasar una oportunidad asi, al igual que yo, en momentos como el que vivimos el alma habla por nosotros, dejando a todo el mundo atras. Caminaba lentamente, mientras q a mi paso corte un pequeño boton de rosa de unos de los arbustos que tratan de darle mejor vista al lugar, al final y a solo metros, distinguí esa cabellera rubia y esos ojos que como antes vuelven a llamarme insitando a mas que solo una charla, pero eso se queda en mi mente. Como siempre ella cabizbaja y temerosa del momento, frente a ella solo pude dejar el boton en sus piernas mientras que levantaba su rostro algo animosa - 3 pm!!!! justo a tiempo no cree madame - Tomé su mano para saludarla, pero ahora quite delicadamente el guante de ceda que llevaba puesto para embriagarme de su perfume otra ves
Invitado- Invitado
Re: Contando los minutos (Darcy)
Él no llegaba aún y yo me sentía cada vez más inquieta a medida que pasaban los minutos. En algún momento sin embargo, me ordené recobrar la compostura. No estaba bien sentirse tan ansiosa por la llegada de alguien, por más que dicho alguien hubiese estado en tus pensamientos todo el tiempo en el último día. Lo mejor que podía hacer era recobrar la cordura antes de que de alguna manera llegase a perderla totalmente, y es que sospechaba que si pasaba mucho tiempo con él, inevitablemente lo haría. Creo que lo había sabido ya desde que me había marchado de la estación y creo que... lo terminaría de confirmar en el momento en que lo viese nuevamente.
De repente, vi como una rosa caía en mi regazo y sin necesidad de alzar la mirada ya sabía que se trataba de él. Había venido, no sé como se me había ocurrido que no lo haría. Tomé el pequeño botón entre mis dedos y acaricié sus pétalos unos segundos antes de darme cuenta de que lo hacía pensando en quien la habia depositado allí. Me sobresalté un poco al darme cuenta pero de repente tomé una determinación. Ya sabía lo que haría... para bien o para mal.
-Las tres en punto Mr. Nightbell.- le dije, mirándolo a los ojos mientras me ponía de pie. -Para ser honesta pensé que a la mejor sus ocupaciones serían tantas que no tendría tiempo de venir.- le confesé, notando como su contacto en mi mano volvía a producir ese efecto tan poderosamente inevitable y también tan irresistible, hasta el punto de inducirme a tener miles de pensamientos invadiéndome de manera tal que, estaba segura, harían enrojecer a un cura al escucharlos en el interior de un confesionario.
-La verdad es que me alegra mucho haber comprobado lo contrario.- le dije, dejando que la mano que èl sostenía acariciase brevemente la suya antes de llevarla hacia su rostro para detenerse allí unos instantes, preguntándome si sería terrible dejarme llevar por lo que él me provocaba allí en plena plaza, pues de repente, los formalismos y las convencionalidades se me olvidaban por completo mientras acortaba la distancia entre nosotros, y pensaba al mirarlo que no me importaba mandarlo todo al demonio, con tal de estar con él, en todo el sentido de lo que eso conllevara, ya que acababa de descubrir que de ninguna manera quería ser solo su amiga...
De repente, vi como una rosa caía en mi regazo y sin necesidad de alzar la mirada ya sabía que se trataba de él. Había venido, no sé como se me había ocurrido que no lo haría. Tomé el pequeño botón entre mis dedos y acaricié sus pétalos unos segundos antes de darme cuenta de que lo hacía pensando en quien la habia depositado allí. Me sobresalté un poco al darme cuenta pero de repente tomé una determinación. Ya sabía lo que haría... para bien o para mal.
-Las tres en punto Mr. Nightbell.- le dije, mirándolo a los ojos mientras me ponía de pie. -Para ser honesta pensé que a la mejor sus ocupaciones serían tantas que no tendría tiempo de venir.- le confesé, notando como su contacto en mi mano volvía a producir ese efecto tan poderosamente inevitable y también tan irresistible, hasta el punto de inducirme a tener miles de pensamientos invadiéndome de manera tal que, estaba segura, harían enrojecer a un cura al escucharlos en el interior de un confesionario.
-La verdad es que me alegra mucho haber comprobado lo contrario.- le dije, dejando que la mano que èl sostenía acariciase brevemente la suya antes de llevarla hacia su rostro para detenerse allí unos instantes, preguntándome si sería terrible dejarme llevar por lo que él me provocaba allí en plena plaza, pues de repente, los formalismos y las convencionalidades se me olvidaban por completo mientras acortaba la distancia entre nosotros, y pensaba al mirarlo que no me importaba mandarlo todo al demonio, con tal de estar con él, en todo el sentido de lo que eso conllevara, ya que acababa de descubrir que de ninguna manera quería ser solo su amiga...
Giselle Laroche- Mensajes : 533
Fecha de inscripción : 10/06/2010
Re: Contando los minutos (Darcy)
Todo en ella me encantaba, su vestir, su andar, su mirar, no hay manera mas perfecta de perder el control con una presencia femenina e imponente como la de Giselle. Pero que habia en ella que hacia que Darcy Nigthbell perdiera el control en solo segundos, su voz? no, no era eso. Su mirada?, mucho menos, al sentir nuevamente el roce de su piel decifré ese acertijo. Era la forma de acariciarme inconcientemente, cayendo en el formalismo y los buenos ojos de las personas que pasaban a un lado de nosotros, que no pararian de decir: "son solo dos personas hablando de negocios", pero solo ella y yo sabia de lo que se trataba y en nuestras manos estaba el control y hasta donde queriamos llegar. Como siempre disimulando ante la gente - Madame, cuando Darcy Nigthbell promete algo, lo cumple, asi de sencillo. Y por ahora si habla de ocupaciones y negocios de interes para mi solo existe uno y tiene nombre propio - Me acerque lentamente a su oido mientras q una de mis manos dejo la pena y la educacion enfrascandose en suaves caricias en su mejilla, al igual que la de ella, para con voz suave decirle el nombre de quien ahora ocupa mi tiempo, mi espacio - Giselle Laroche!!! - me aleje suavemente de ella no sin antes acercar mis labios a esa mejilla sonrjada al escuchar esas palabras. La tentacion me vence nuevamente acercandome mas de lo debido rosando su mejilla con mis labios, sin llegar a un beso, algo que solo el perfume delicado que ella portaba podia lograr, atrayendo mis caricias como un poderoso iman, reaccione rapidamende, hice una pequeña reverencia en señal de disculpa, sin duda me habia sobrepasado, enarque una ceja mientras la veia fijamente a los ojos, los espectadores citadinos ademas de jusgarme atrevido solo dejaban un gesto de disgusto al ver a un viajero como yo aprovecharse de una dama, pero solo nosotros sabemos lo que pasa en realidad - Bien madame, que tiene en mente para salir de la rutina? - Aun pasmada por mis actos solo la guie de nuevo a la banca esperando que reaccione, siempre me gusta tomar la iniciativa pero como siempre, caí de nuevo en las redes de la desesperación olvidando la promesa hecha en la estacion de cuidarnos de las malas lenguas que por tal de desprestigiarnos harian lo que fuera, me quede en silencio, nuevamente las palabras sobraban pero creo que mas que pena es la forme de actuar lo que provoco que Madame Laroche se quedara distante, que pensaba en ese momento? quisiera averiguarlo, para poder dejarme llevar por ese sueño que mas que temeroso guardaba algo de atrevido ya que su rostro no dejaba ese tono chapeado en sus mejillas y esos ojos que guardan una ilusion, solo aguardé aun lado esperandola en silencio, sin dejar de mirarla, notando como al igual que ayer jugaba con sus manos y su bolso, la tomé de la mano para traytar de tranquilizarla y decirle "aqui estoy, solo para ti" pero en silencio solo con la mirada, con un parpadeo que dice mas q mil palabras
Invitado- Invitado
Re: Contando los minutos (Darcy)
Mi mano, que aparentemente por unos segundos parecia adquirir voluntad propia, acarició suavemente la mejilla de Darcy, mientras lo miraba a los ojos, tratando de descifrar porque de repente, me encontraba al lado de un hombre tomando resoluciones que nunca antes me habían cruzado por la mente.
A la mejor era cierto que había algo en él que no lograba descifrar, sin estar muy segura de que era, y que no tenñia que ver con su aspecto, pues aunque era innegablemente apuesto, y su manera de hablar y de vestir eran muy atrayentes, había algo más en él. O tal vez... era todo lo que él representaba. Una persona que había dejado todo lo que tenía y que le era familiar atrás para lanzarse a la aventura de lo desconocido, simplemente porque era lo que le dictaba su corazón.
Porque aunque me dijesen lo contrario, sólo el corazón era lo suficientemente poderoso para darte el valor que necesitabas para romper las cadenas que te ataban a una vida que te había sido impuesta, cuando... todo lo que deseabas se encontraba en un lugar muy diferente... y tu sabías perfectamente bien adonde querías ir y cuál era ese lugar... pero... ahora me sentía confundida al darme cuenta de que a la mejor, cuando pensaba en todas estas cosas en realidad... la persona que deseaba ir a ese lugar con desesperación... era yo.
Escuché las palabras de Darcy y luego la manera en que se acercaba a mi para revelar cual era el asunto que ocupaba sus horas y me sorprendió realmente escucharle decir que era yo... Por un momento me sentí un poco confundida, todo parecía ser demasiado intempestivo, sobre todo al sentir el roce de sus labios en mi mejilla. El cual no me era desagradable en lo absoluto pero... no podía evitar sentirme un tanto culpable al darme cuenta de que mi resolución lo involucraría a él y que él no tenía idea de cual era mi verdadera naturaleza... o mis motivos...
Alcé la mirada para sonreirle mientras me levantaba de la banca y le indicaba la catedral frente a la plaza. -Sabes, detrás de la catedral hay un sendero de piedra que los creyentes suelen recorrer en medio de un gran jardín. Este lleva hacia una antigua capilla, en la que, algunos juran haber visto una aparición. Dicen que se trata del fantasma de una mujer que busca a su esposo asesinado. Otros juran que no es un fantasma sino más bien una mujer de naturaleza sobrenatural que busca refugio en ella en las noches previas a la luna llena... pues aparentemente hay una gran pena en su alma que no ha logrado expiar...- lo miré fijamente. -Qué te parecería que caminaramos un poco por allí mientras decidimos que hacer para romper la rutina?-
A la mejor era cierto que había algo en él que no lograba descifrar, sin estar muy segura de que era, y que no tenñia que ver con su aspecto, pues aunque era innegablemente apuesto, y su manera de hablar y de vestir eran muy atrayentes, había algo más en él. O tal vez... era todo lo que él representaba. Una persona que había dejado todo lo que tenía y que le era familiar atrás para lanzarse a la aventura de lo desconocido, simplemente porque era lo que le dictaba su corazón.
Porque aunque me dijesen lo contrario, sólo el corazón era lo suficientemente poderoso para darte el valor que necesitabas para romper las cadenas que te ataban a una vida que te había sido impuesta, cuando... todo lo que deseabas se encontraba en un lugar muy diferente... y tu sabías perfectamente bien adonde querías ir y cuál era ese lugar... pero... ahora me sentía confundida al darme cuenta de que a la mejor, cuando pensaba en todas estas cosas en realidad... la persona que deseaba ir a ese lugar con desesperación... era yo.
Escuché las palabras de Darcy y luego la manera en que se acercaba a mi para revelar cual era el asunto que ocupaba sus horas y me sorprendió realmente escucharle decir que era yo... Por un momento me sentí un poco confundida, todo parecía ser demasiado intempestivo, sobre todo al sentir el roce de sus labios en mi mejilla. El cual no me era desagradable en lo absoluto pero... no podía evitar sentirme un tanto culpable al darme cuenta de que mi resolución lo involucraría a él y que él no tenía idea de cual era mi verdadera naturaleza... o mis motivos...
Alcé la mirada para sonreirle mientras me levantaba de la banca y le indicaba la catedral frente a la plaza. -Sabes, detrás de la catedral hay un sendero de piedra que los creyentes suelen recorrer en medio de un gran jardín. Este lleva hacia una antigua capilla, en la que, algunos juran haber visto una aparición. Dicen que se trata del fantasma de una mujer que busca a su esposo asesinado. Otros juran que no es un fantasma sino más bien una mujer de naturaleza sobrenatural que busca refugio en ella en las noches previas a la luna llena... pues aparentemente hay una gran pena en su alma que no ha logrado expiar...- lo miré fijamente. -Qué te parecería que caminaramos un poco por allí mientras decidimos que hacer para romper la rutina?-
Giselle Laroche- Mensajes : 533
Fecha de inscripción : 10/06/2010
Re: Contando los minutos (Darcy)
Mi libertad o el deseo de conocer nuevos horizontes siempre fue una prioridad en mi vida, a tal grado de dejar cosas importantes. Desde cenas familiares, relaciones importantes, contratos de trabajo, todo por seguir un sueño que pareciera absurdo, pero comprencible desde mi punto de vista. Es increible ver gente exclava del tiempo, siguiendo el mismo camino cada dia, sin buscar un atajo a su trabajo o de regreso a casa, algo que fuera diferente, eso fue lo que me orilló a salir de mi pais sin rumbo alguno, a donde mi suerte me llevara, y hasta ahora la suerte me esta sonriendo. Pero ese pequeño presentimiento, ese malestar que indica mas q solo sentimientos puros, problemas? aun no lo se pero mi inquietud al pasar de los minutos aumentaba, disfrasado por el simple echo de estar con ella.
Sus palabras me indicaban un plan que para nada parecia descabellado, solo caminar mientras el pasar de las horas mi estadia en Paris se hacia mas confortable llegando al grado de pensar en no regresar a america y seguir aqui, empezar desde cero, pero las dudas y la constante presion de saber si hago lo correcto hacen que mi cabeza de pronto quiziera estallar, una de mis manos masajeaban mi sien para tratar de calmarlon era normal pero el temor sencillo de saber que arrastro a una chica acostumbrada a mas que solo lujos, clase y demas a un juego que no es bien visto por esta sociedad me hacia sentir algo mal, claro que aun siendo asi ella accede deseosa de conocer mas haya, aventurarse a ese mundo que aun es muy amplio y que yo solo conosco una porcion pequeña. Alce mi mano para seguirla al lugar sugerido, una capilla, un fantasma, suena curioso y cabe mencionar que desde pequeño me obseciona lo sobre natural pero nada de eso en estos momentos de distrairia de lo primordial. Mientras caminabamos no dejaba que el silencio se apodreara del momento asi que entre tantas cosas busqué algun tema de conversacion que hiciera este pequeño tramo algo mas ameno - Y digame Madame, usted cree en fantasmas? - Conteste serio al ver la direccion y el lugar al que nos dirigiamos sin duda un lugar interesante pero como anteriormente habia mensionado mientras sea con la grata compañia de Madame Laroche todo suena... Divertido. Tomé su brazo para que rodeara el mio mientras caminabamos, como siempre todo un caballero acompaññado de una bella dama...
Sus palabras me indicaban un plan que para nada parecia descabellado, solo caminar mientras el pasar de las horas mi estadia en Paris se hacia mas confortable llegando al grado de pensar en no regresar a america y seguir aqui, empezar desde cero, pero las dudas y la constante presion de saber si hago lo correcto hacen que mi cabeza de pronto quiziera estallar, una de mis manos masajeaban mi sien para tratar de calmarlon era normal pero el temor sencillo de saber que arrastro a una chica acostumbrada a mas que solo lujos, clase y demas a un juego que no es bien visto por esta sociedad me hacia sentir algo mal, claro que aun siendo asi ella accede deseosa de conocer mas haya, aventurarse a ese mundo que aun es muy amplio y que yo solo conosco una porcion pequeña. Alce mi mano para seguirla al lugar sugerido, una capilla, un fantasma, suena curioso y cabe mencionar que desde pequeño me obseciona lo sobre natural pero nada de eso en estos momentos de distrairia de lo primordial. Mientras caminabamos no dejaba que el silencio se apodreara del momento asi que entre tantas cosas busqué algun tema de conversacion que hiciera este pequeño tramo algo mas ameno - Y digame Madame, usted cree en fantasmas? - Conteste serio al ver la direccion y el lugar al que nos dirigiamos sin duda un lugar interesante pero como anteriormente habia mensionado mientras sea con la grata compañia de Madame Laroche todo suena... Divertido. Tomé su brazo para que rodeara el mio mientras caminabamos, como siempre todo un caballero acompaññado de una bella dama...
Invitado- Invitado
Re: Contando los minutos (Darcy)
Me sentí más que contenta otra vez en el último par de minutos al ver que aceptaba y me ofrecía su brazo. Enlace mi mano en el mismo y comenzamos a caminar. La verdad es que mientras nos aproximabamos al mencionado jardín me dediqué a observarlo a él de manera bastante disimulada pero también llena de interés. Todavía desconocia prácticamente todo acerca de él y de repente me di cuenta de que quería saberlo todo. Qué le gustaba? Qué le atraía? Que pensamientos cruzaban su mente en ese breve instante en que lo había visto pensativo en la banca? Qué hacía en sus momentos libres? Qué capturaba su interés? Qué le disgustaba? Qué le aburría? Y sobre todo... cuáles eran sus afectos?
Sonreí apenas al escuchar su pregunta. -Creo que existen ciertas presencias a nuestro alrededor que escapan todo entendimiento pero que están allí sin importar la causa o el origen de las mismas. Y creo que dichos seres... son como el resto de los mortales, con las mismas pasiones, los mismos impulsos y los mismos deseos que cualquiera...- desvié mi mirada de él hacia un llamativo rosal que encontramos a nuestro paso para cortar una rosa blanca y jugar con ella entre mis dedos. -Pero a la mejor me equivoco por completo al tratar de comparar a esas presencias con los mortales, a la mejor no hay nada en ellas de caracter remotamente redimible.- presioné un poco la rosa sintiéndo las espinas clavarse en mi mano... la solté de inmediato y observé como mi dedo se impregnaba ligeramente de sangre. -A la mejor las personas tienen razón, y es mejor evitarlas... ya que tal vez al igual que esta rosa puedan resultar traicioneras y engañosas... Pero qué se yo en realidad acerca de nada...- añadí rápidamente con aire de disculpa. -Perdone que hable tanto Darcy... En realidad prefiero mil veces escucharlo a usted...-
Sonreí apenas al escuchar su pregunta. -Creo que existen ciertas presencias a nuestro alrededor que escapan todo entendimiento pero que están allí sin importar la causa o el origen de las mismas. Y creo que dichos seres... son como el resto de los mortales, con las mismas pasiones, los mismos impulsos y los mismos deseos que cualquiera...- desvié mi mirada de él hacia un llamativo rosal que encontramos a nuestro paso para cortar una rosa blanca y jugar con ella entre mis dedos. -Pero a la mejor me equivoco por completo al tratar de comparar a esas presencias con los mortales, a la mejor no hay nada en ellas de caracter remotamente redimible.- presioné un poco la rosa sintiéndo las espinas clavarse en mi mano... la solté de inmediato y observé como mi dedo se impregnaba ligeramente de sangre. -A la mejor las personas tienen razón, y es mejor evitarlas... ya que tal vez al igual que esta rosa puedan resultar traicioneras y engañosas... Pero qué se yo en realidad acerca de nada...- añadí rápidamente con aire de disculpa. -Perdone que hable tanto Darcy... En realidad prefiero mil veces escucharlo a usted...-
Giselle Laroche- Mensajes : 533
Fecha de inscripción : 10/06/2010
Re: Contando los minutos (Darcy)
Pareciera q el mundo viajara muy lento en compañía de Giselle, disfrutaba cada palabra que ella me dedicaba, ese olor que dejaba una estela deliciosa por dondequiera que pasábamos arrebatando las miradas de cualquier tipo de hombres que pasaban a un lado de nosotros, desde chicos hasta los más ancianos y en vez de sentir celos era como si una satisfacción enorme me envolviera ya que aun sin ser nada me sentía completamente orgulloso de estar acompañado de una dama como la de Madame Laroche. Mientras conversábamos sus palabras no dejaban de ser más que precisas y conscientes del tema que en ese momento abordábamos hasta llegar el punto de sentirse algo incomoda al no dejarme hablar en cierto momento, lo cual no me molestaba, ese timbre de voz que despampanaba en cada palabra que en ocasiones, desde aquel “Disculpe Monsieur” en la estación, deseaba que me despertara cada mañana, cada día de mi vida, pero me repetía constantemente que era muy apresurado pensar eso.
Sonreí al escuchar el comentario así que solo apreté más su brazo contra el mío para seguir caminando – Bueno Madame sin duda un tema muy interesante, mi padre cuando yo era niño le encantaba contarme historias de “terror”, lo que no sabía él – sonreí a medias – que cuando le cuentas a un niño de 7 años un cuento, por así decirle, de fantasmas le puedes ocasionar un trauma, no de esos severos con los que creces y se hacen más fuertes al paso de los años, pero créame Madame, una noche después de esa historia decidí armarme de valor y explorar la casa, que a obscuras parecía sacada de un tétrico cuento como los que mi padre me contaba antes de dormir, así q esa noche no dormí hasta quedar completamente convencido que en esa casa las almas no penaba, sino que descansaban en paz en el camposanto que se encontraba a unos kilómetros de mi hogar, y bueno pasan los años pero al igual que usted, pienso que hay gente que vive en el segundo plano de este mundo, una dimensión que solo conoceremos al morir, y espero que sea dentro de muchos años ya que no llevo prisa y a la muerte le llevo ya buen trecho de ventaja – El sendero se hacía más largo, con la intención de conocer más el uno del otro – Disculpe mi atrevimiento, pero creo que después de todo esto merece usted una pequeña reseña de lo que es Darcy Nigthbell – El ritmo de nuestros pasos se hizo más corto, más lento, permitiendo disfrutar de la compañía, de la plática – Bueno, ya conoce mi niñez, la verdad no pasó nada interesante, hasta los 18 que fue cuando mis padres murieron, y bueno en vez de que mis familiares me ayudaran a salir del luto que les guardaba simplemente me aventaron a una jauría de lobos hambrientos, en este caso el sindicato de la empresa textil que mi padre poseía, y la gran cadena que se extendía por todo el país, y créame madame que no es fácil administrar una empresa y más cuando el estudio que se me dio solo bastaba para asistir 15 minutos he irme a jugar o a distraer al patio dejando a mi tutor tomando el té, pero con todo eso pude salir adelante – Suspire un poco para seguir con mi breve o larga historia, al igual, cuando comenzaba a hablar no podía parar – Después de unos años me llega el comunicado que una sucursal había caído en mala administración lo cual, y por la presión de algunos del consejo decidí cerrarla, provocando que más de 100 familias quedaran sin algo que comer, o un buen empleo, sabe, no era mi intención, pero un joven de 20 años no está listo para un puesto de gerente encargado de toda una gama de empresas, fue así como decidí renunciar, provocando más problemas, el gran Darcy Nigthbell, el único descendiente de esa familia deja el legado que tantos años le había dado un hogar y un plato que comer, pero no en balde nombre a un tío de confianza como gerente general y poco a poco los ánimos van bajando y bueno el dinero aún sigue fluyendo, quizá con más rapidez que en mi ciclo a la cabeza de las empresas textiles “Nigthbell”, fue ahí cuando decidí salir de américa, nada me ataba a ese lugar así que, por decirlo de algún modo, era libre de hacer lo que quisiera y ahora estoy aquí con usted… - Llegamos a la entrada de la capilla, al abrir la puerta un singular rechinido hacía eco dentro de la misma, extendí mi mano para que la tomara esperando que pudiera seguirme – Entramos Madame?
Sonreí al escuchar el comentario así que solo apreté más su brazo contra el mío para seguir caminando – Bueno Madame sin duda un tema muy interesante, mi padre cuando yo era niño le encantaba contarme historias de “terror”, lo que no sabía él – sonreí a medias – que cuando le cuentas a un niño de 7 años un cuento, por así decirle, de fantasmas le puedes ocasionar un trauma, no de esos severos con los que creces y se hacen más fuertes al paso de los años, pero créame Madame, una noche después de esa historia decidí armarme de valor y explorar la casa, que a obscuras parecía sacada de un tétrico cuento como los que mi padre me contaba antes de dormir, así q esa noche no dormí hasta quedar completamente convencido que en esa casa las almas no penaba, sino que descansaban en paz en el camposanto que se encontraba a unos kilómetros de mi hogar, y bueno pasan los años pero al igual que usted, pienso que hay gente que vive en el segundo plano de este mundo, una dimensión que solo conoceremos al morir, y espero que sea dentro de muchos años ya que no llevo prisa y a la muerte le llevo ya buen trecho de ventaja – El sendero se hacía más largo, con la intención de conocer más el uno del otro – Disculpe mi atrevimiento, pero creo que después de todo esto merece usted una pequeña reseña de lo que es Darcy Nigthbell – El ritmo de nuestros pasos se hizo más corto, más lento, permitiendo disfrutar de la compañía, de la plática – Bueno, ya conoce mi niñez, la verdad no pasó nada interesante, hasta los 18 que fue cuando mis padres murieron, y bueno en vez de que mis familiares me ayudaran a salir del luto que les guardaba simplemente me aventaron a una jauría de lobos hambrientos, en este caso el sindicato de la empresa textil que mi padre poseía, y la gran cadena que se extendía por todo el país, y créame madame que no es fácil administrar una empresa y más cuando el estudio que se me dio solo bastaba para asistir 15 minutos he irme a jugar o a distraer al patio dejando a mi tutor tomando el té, pero con todo eso pude salir adelante – Suspire un poco para seguir con mi breve o larga historia, al igual, cuando comenzaba a hablar no podía parar – Después de unos años me llega el comunicado que una sucursal había caído en mala administración lo cual, y por la presión de algunos del consejo decidí cerrarla, provocando que más de 100 familias quedaran sin algo que comer, o un buen empleo, sabe, no era mi intención, pero un joven de 20 años no está listo para un puesto de gerente encargado de toda una gama de empresas, fue así como decidí renunciar, provocando más problemas, el gran Darcy Nigthbell, el único descendiente de esa familia deja el legado que tantos años le había dado un hogar y un plato que comer, pero no en balde nombre a un tío de confianza como gerente general y poco a poco los ánimos van bajando y bueno el dinero aún sigue fluyendo, quizá con más rapidez que en mi ciclo a la cabeza de las empresas textiles “Nigthbell”, fue ahí cuando decidí salir de américa, nada me ataba a ese lugar así que, por decirlo de algún modo, era libre de hacer lo que quisiera y ahora estoy aquí con usted… - Llegamos a la entrada de la capilla, al abrir la puerta un singular rechinido hacía eco dentro de la misma, extendí mi mano para que la tomara esperando que pudiera seguirme – Entramos Madame?
Invitado- Invitado
Re: Contando los minutos (Darcy)
Me dediqué a escuchar las palabras de Darcy mientras caminabamos en el pequeño sendero de piedra del jardín. Escuche con interés su relato acerca de sus preocupaciones infantiles. Traté de imaginarme al niño de siete años al que le habían inquietado los relatos de terror de su padre. Hecho que me llevó a pensar en otro tema unos segundos, en mi propio padre, en mi relación con él, y en como esta se había visto afectada con el transcurrir de los años debido a ese par de sucesos tan importantes que habían marcado mi vida. Luego recordé que distinta era nuestra relación cuando tenía siete años, entonces yo era la niña de sus ojos y él preveía todo un futuro prometedor para su hija menor. He de admitir que extrañaba esa relación... pero me estaba distrayendo demasiado, volví al tema en cuestión, en el pequeño Darcy que recorría la casona vacía para convencerse de que no existían fantasmas penando a su alrededor. Observé su rostro unos instantes mientras lo relataba y por un momento deseé intensamente haber conocido aquel jovencito y haberlo acompañado en su recorrido por los pasillos oscuros. Como puede impresionarse tan fácilmente alguien de esa edad. Yo aún recordaba claramente mis ocho años y como los sucesos de aquel entonces se encontraban más vividos en mi que los de la semana pasada. Aunque eso había cambiado desde ayer... pues recordaba perfectamente cada minuto de la estación, pero... tal vez me precipitaba demasiado con respecto a eso...
O no era así? me pregunté, mirando a Darcy aún con más interés, ahora que me relataba los sucesos por los cuales había abandonado América y el tipo de vida que había llevado en los últimos años. Encontrarse al frente de un negocio tan enorme y con tan grandes reponsabilidades a tan corta edad, mmm... aunque mentiría extraordinariamente si dijera que en el fondo no me alegraba que hubiese dejado todo para buscar nuevos horizontes... a la mejor era terrible sentirme dichosa porque hubiese dejado su legado atrás pero de lo contrario él no se encontraría de pie frente a mi ofreciéndome su mano para entrar en la capilla, ante la cual, sorpresivamente ya nos encontrábamos. En que momento habíamos recorrido todo el jardín? Ni cuenta me había dado al haberme encontrado demasiado ocupada escuchando cada una de sus palabras... pues si, me alegraba de todo corazón de que hubiese dejado todo atrás y si eso me hacía egoista por preferir tenerlo aquí, no me importaba... en lo absoluto...
-Claro, pero Darcy... ya no me digas madame... o tendré que pedirte que me digas Giselle?- le pregunté mirándolo un momento, antes de atravesar el umbral de la puerta. No estaba muy segura de hasta que punto él se daba cuenta de el efecto que ejercía en mi. Como en este momento en que miles de ideas me invadían atropelladamente y todas tenían que ver con él y con el hecho de que de repente me pareciese que se portaba tan formal... y que prefería mil veces escucharle llamarme por mi nombre...
O no era así? me pregunté, mirando a Darcy aún con más interés, ahora que me relataba los sucesos por los cuales había abandonado América y el tipo de vida que había llevado en los últimos años. Encontrarse al frente de un negocio tan enorme y con tan grandes reponsabilidades a tan corta edad, mmm... aunque mentiría extraordinariamente si dijera que en el fondo no me alegraba que hubiese dejado todo para buscar nuevos horizontes... a la mejor era terrible sentirme dichosa porque hubiese dejado su legado atrás pero de lo contrario él no se encontraría de pie frente a mi ofreciéndome su mano para entrar en la capilla, ante la cual, sorpresivamente ya nos encontrábamos. En que momento habíamos recorrido todo el jardín? Ni cuenta me había dado al haberme encontrado demasiado ocupada escuchando cada una de sus palabras... pues si, me alegraba de todo corazón de que hubiese dejado todo atrás y si eso me hacía egoista por preferir tenerlo aquí, no me importaba... en lo absoluto...
-Claro, pero Darcy... ya no me digas madame... o tendré que pedirte que me digas Giselle?- le pregunté mirándolo un momento, antes de atravesar el umbral de la puerta. No estaba muy segura de hasta que punto él se daba cuenta de el efecto que ejercía en mi. Como en este momento en que miles de ideas me invadían atropelladamente y todas tenían que ver con él y con el hecho de que de repente me pareciese que se portaba tan formal... y que prefería mil veces escucharle llamarme por mi nombre...
Giselle Laroche- Mensajes : 533
Fecha de inscripción : 10/06/2010
Re: Contando los minutos (Darcy)
Entramos lentamente a la capilla, era algo fría y tétrica así q no dude ni un segundo en quitarme el saco y colocarlo en sus hombros para abrigarla un poco mientras buscábamos donde sentarnos para platicar tranquilamente. No sé si era mi imaginación pero el ambiente se tornaba algo fresco, muy diferente a la brisa de verano que nos acariciaba camino a aquí, pero nada comparado que el calor de su mirada y de su tacto disimulado al estar cerca de mi irradiaban a cada momento. Cerca de un pequeño altar decidimos sentarnos unos momentos, por primera vez nos sentábamos en el silencio alejados del mundo, es aquí donde inicie esta aventura o simplemente será un momento más de platica, eso estaba en sus manos o en las mías pero no sabía descifrarlo o mi subconsciente no quería comprenderlo. Así que de nuevo me di cuenta que caía en el formalismo que prometí dejar a un lado, cosa que olvide por completo debido a la distracción que ella provocaba, aun en la oscuridad el su brillo casi iluminaba el lugar y nuevamente me perdía en su mirada hasta que su voz mencionando mi nombre lentamente me bajaba de las nubes. – Perdón Giselle, pero, no recuerdas, ante la gente lo más formal que se pueda para no ocasionarte problemas, pero… - levante mis brazos señalando el lugar y tomando su mano para besarla delicadamente – pero en un lugar como este, cualquier nombre o apellido salen sobrando no crees? – Dije sonriendo mientras observaba como esa piel sedosa se ruboriza al sentir el rose de mis labios en su mano, aun sin llegar más haya, notaba como el nerviosismo se apoderaba de ella, sentía su cuerpo temblar, algo discreto mientras que su mano apretaba la mía. Cuando soltó mi mano me acomodé en la banca con mis brazos a lo largo del respaldo, dejando caer un poco hacia atrás mi cabeza fijando mí vista en los cimientos y la gran arquitectura que habían logrado en la construcción de la capilla, aun así volví mi mirada a Giselle – Y bueno linda, ya que has escuchado parte de mi vida me gustaría saber cómo es la tuya, que es lo que esperas de la vida, cualquier cosa que me mantenga interesado y no aleje mi atención de ti, eso sí que me dejaría completamente satisfecho…
Invitado- Invitado
Re: Contando los minutos (Darcy)
Entramos en la capilla y miré ligeramente a mi alrededor. El ambiente me era sumamente familiar. Había estado en este lugar en numerosas ocasiones... se podría decir que con bastante regularidad... de manera que ya conocía de memoria cada uno de los objetos presentes en ella. La cruz de madera de la pared, el pequeño altar con tapete blanco que el encargado cambiaba cada semana... la distribución y el número de las antiguas bancas ... incluso, esa larga grieta de la entrada que afeaba la pared y que no entendía porque aún no cubrían con pintura...
El sentir repentinamente el saco de Darcy sobre mis hombros me sacó de mi abstracción. Es cierto que subconscientemente había temblado un poco al entrar. De frío? O más bien... otra cosa? Me acomodé el saco sobre mis hombros, sintiéndo inmediatamente como el aroma que desprendía éste inundaba mi desarrollado sentido del olfato, de manera que pude distinguir con toda claridad que era el de Darcy, lo cual me azoró un poco pero a la vez me fascinó. Sentir algo tan intimo como su olor, tan cerca de mí, y que este me envolviese de esta manera...
De repente mis sentidos se concentraron nada más que en él, mientras observaba con detenimiento cada uno de sus movimientos. Escuché su pregunta, la cual en realidad era bastante lógica e inofensiva, si se tratase de alguien más. Contarle los detalles de mi vida? Sonreí sombríamente al reflexionar en lo que me pedía. -En realidad no he sido del todo sincera contigo...- le confesé repentinamente, sin estar muy segura de por qué. -Hay ciertos aspectos de mi vida que... a la mejor no te gustarían...- Pero que diantres me pasaba? Lo que menos quería era decirle estas cosas. Pero por otro lado qué ganaba con metirle? A la mejor él salía por la puerta tras escucharme y eso tal vez, lo sé, sería lo mejor... para él, no para mí. No si él se marchaba.
Tomé asiento al lado de él. -O a la mejor le doy demasiada importancia.- dije rápidamente, ya arrepintiendome de lo que había dicho. -En realidad no te has topado con la dama más cosmopolita de Paris...- le dije, sonriendo a medias. -Por lo general me mantengo adentro de un circulo de conocidos a los cuales he frecuentado toda mi vida,,, En cuanto a aspiraciones... todas mis hermanas mayores siguieron mas o menos el mismo plan. Casarse "bien" con alguien digno de nuestro apellido o al menos lo que se considera bien de acuerdo con el punto de vista de mis padres...- observé a Darcy y enrojecí un poco al darme cuenta de que hace tan solo un año atras probablemente mi padre lo hubiese considerado como un candidato más que aceptable para mi... -Pero creo que se su hija menor ha venido a ser una piedra bastante incomoda en sus zapatos...- añadí, mirándolo a los ojos. -Porque... creo que tengo una o dos cosas que decir con respecto a... que es lo que quiero para mi futuro o con quien deseo compartirlo...-
off: perdón por tardar tanto en responder, estuve unos días fuera de casa con casi ningun acceso a Internet.
El sentir repentinamente el saco de Darcy sobre mis hombros me sacó de mi abstracción. Es cierto que subconscientemente había temblado un poco al entrar. De frío? O más bien... otra cosa? Me acomodé el saco sobre mis hombros, sintiéndo inmediatamente como el aroma que desprendía éste inundaba mi desarrollado sentido del olfato, de manera que pude distinguir con toda claridad que era el de Darcy, lo cual me azoró un poco pero a la vez me fascinó. Sentir algo tan intimo como su olor, tan cerca de mí, y que este me envolviese de esta manera...
De repente mis sentidos se concentraron nada más que en él, mientras observaba con detenimiento cada uno de sus movimientos. Escuché su pregunta, la cual en realidad era bastante lógica e inofensiva, si se tratase de alguien más. Contarle los detalles de mi vida? Sonreí sombríamente al reflexionar en lo que me pedía. -En realidad no he sido del todo sincera contigo...- le confesé repentinamente, sin estar muy segura de por qué. -Hay ciertos aspectos de mi vida que... a la mejor no te gustarían...- Pero que diantres me pasaba? Lo que menos quería era decirle estas cosas. Pero por otro lado qué ganaba con metirle? A la mejor él salía por la puerta tras escucharme y eso tal vez, lo sé, sería lo mejor... para él, no para mí. No si él se marchaba.
Tomé asiento al lado de él. -O a la mejor le doy demasiada importancia.- dije rápidamente, ya arrepintiendome de lo que había dicho. -En realidad no te has topado con la dama más cosmopolita de Paris...- le dije, sonriendo a medias. -Por lo general me mantengo adentro de un circulo de conocidos a los cuales he frecuentado toda mi vida,,, En cuanto a aspiraciones... todas mis hermanas mayores siguieron mas o menos el mismo plan. Casarse "bien" con alguien digno de nuestro apellido o al menos lo que se considera bien de acuerdo con el punto de vista de mis padres...- observé a Darcy y enrojecí un poco al darme cuenta de que hace tan solo un año atras probablemente mi padre lo hubiese considerado como un candidato más que aceptable para mi... -Pero creo que se su hija menor ha venido a ser una piedra bastante incomoda en sus zapatos...- añadí, mirándolo a los ojos. -Porque... creo que tengo una o dos cosas que decir con respecto a... que es lo que quiero para mi futuro o con quien deseo compartirlo...-
off: perdón por tardar tanto en responder, estuve unos días fuera de casa con casi ningun acceso a Internet.
Giselle Laroche- Mensajes : 533
Fecha de inscripción : 10/06/2010
Re: Contando los minutos (Darcy)
Era un dolor de cabeza el tener que aceptar las condiciones de la familia, las palabras de mi padre siempre seguirían en mi mente “Darcy, hijo, ya tienes la edad para poder encontrarte a una chica digna de nuestra familia, que sepa complacerte y cuidarte el resto de tu vida… No te dejes llevar por la tentación, habrá muchas chicas tras de ti solo por tu dinero y tu posición económica, y eso se ve mal, no soportaría verte al lado de una mujerzuela que terminara disfrutando todo lo que hemos logrado con mucho sacrificio, así que se prudente e inteligente al encontrar esa chica, recuerda que todo esto es tuyo, y si te llegara a pasar algo ella sería la heredera de tu fortuna, así que no nos decepciones”. Ahora mismo y desde donde quiera que se encuentre, seguro estará repitiéndose porqué Giselle Laroche no llego en mejor momento a mi vida, a lo cual mi única respuesta seria: Que mejor momento que este!!!
Me encantaba la manera en cómo se acomodaba mi saco, y la manera disimulada en que rosaba el cuello de éste por su mejilla, y la manera en cómo se ruborizaba al notar que en algún momento me daba cuenta de lo que hacía, lo cual no me molestaba en lo absoluto, pero como deseaba estar en el lugar de esa prenda, siendo acariciado delicadamente por esa piel. Es algo difícil controlar esas emociones, los sentimientos que me abordan al estar con Giselle, cada palabra me hace olvidar las historias que algún día leí en la biblioteca de mi padre. Pero un escalofrió recorrió mi cuerpo de punta a punta, no había sido totalmente sincera conmigo, un millón de cuestionamientos y resoluciones daban vuelta en mi alocada cabeza previendo muchas formas de cómo podría terminar esta aventura en tan corto tiempo, acaso ella es…. Casada, hay alguien más que pudo robarle en corazón y no este viajero repentino que se cruzó espontáneamente su vida. Muchos pensamientos que terminaban partiendo un corazón comenzaban a armar un rompecabezas de opciones que poco me beneficiaban.
Las personas común mente se deja guiar por el aspecto y la forma de comportarse de cada individuo miembro de una sociedad estricta, que al mínimo comportamiento fuera de la educación te señalan como la peor escoria que pudo haber existido o la oveja negra de la familia distinguida, pero pocos saben que dentro de nosotros existe un órgano que pese al diagnóstico de algunos, o más bien todos los médicos alrededor del mundo que dicen q solo ayuda a que la sangre llegue hasta el cerebro bombeándola por todas las venas del cuerpo, oxigenándola, y es lo que los demás creen, pero alguien como yo sabe, y siente la forma en como mi corazón se acelera a cada momento, en cada palabra, cada gesto del cual era un solo simple espectador en primera fila, no me importaba en lo absoluto el tipo de chica que era, que cosas malas haya hecho, era la manera en cómo me miraba y como me hablaba lo que me hacía estar ahí con ella, por un impulso inexplicable una de mis manos llego hasta su mejilla algo sonrojada y la acaricié suavemente – Giselle, no me importa quien seas, como seas con los demás, con los amigos que acostumbras verte, solo me importa el momento que pasas conmigo, como eres conmigo, nada más, así que lo que tengas que decir, solo dilo, soy un hombre comprensivo y para nada me asustaría escuchar que en algún momento has hecho alguna locura, bueno no sé qué es lo que tiene a esta madame tan preocupada de mi opinión sobre ti Giselle?-
Off: no te preocupes, yo tmb estuve un poco ocupado
Me encantaba la manera en cómo se acomodaba mi saco, y la manera disimulada en que rosaba el cuello de éste por su mejilla, y la manera en cómo se ruborizaba al notar que en algún momento me daba cuenta de lo que hacía, lo cual no me molestaba en lo absoluto, pero como deseaba estar en el lugar de esa prenda, siendo acariciado delicadamente por esa piel. Es algo difícil controlar esas emociones, los sentimientos que me abordan al estar con Giselle, cada palabra me hace olvidar las historias que algún día leí en la biblioteca de mi padre. Pero un escalofrió recorrió mi cuerpo de punta a punta, no había sido totalmente sincera conmigo, un millón de cuestionamientos y resoluciones daban vuelta en mi alocada cabeza previendo muchas formas de cómo podría terminar esta aventura en tan corto tiempo, acaso ella es…. Casada, hay alguien más que pudo robarle en corazón y no este viajero repentino que se cruzó espontáneamente su vida. Muchos pensamientos que terminaban partiendo un corazón comenzaban a armar un rompecabezas de opciones que poco me beneficiaban.
Las personas común mente se deja guiar por el aspecto y la forma de comportarse de cada individuo miembro de una sociedad estricta, que al mínimo comportamiento fuera de la educación te señalan como la peor escoria que pudo haber existido o la oveja negra de la familia distinguida, pero pocos saben que dentro de nosotros existe un órgano que pese al diagnóstico de algunos, o más bien todos los médicos alrededor del mundo que dicen q solo ayuda a que la sangre llegue hasta el cerebro bombeándola por todas las venas del cuerpo, oxigenándola, y es lo que los demás creen, pero alguien como yo sabe, y siente la forma en como mi corazón se acelera a cada momento, en cada palabra, cada gesto del cual era un solo simple espectador en primera fila, no me importaba en lo absoluto el tipo de chica que era, que cosas malas haya hecho, era la manera en cómo me miraba y como me hablaba lo que me hacía estar ahí con ella, por un impulso inexplicable una de mis manos llego hasta su mejilla algo sonrojada y la acaricié suavemente – Giselle, no me importa quien seas, como seas con los demás, con los amigos que acostumbras verte, solo me importa el momento que pasas conmigo, como eres conmigo, nada más, así que lo que tengas que decir, solo dilo, soy un hombre comprensivo y para nada me asustaría escuchar que en algún momento has hecho alguna locura, bueno no sé qué es lo que tiene a esta madame tan preocupada de mi opinión sobre ti Giselle?-
Off: no te preocupes, yo tmb estuve un poco ocupado
Invitado- Invitado
Re: Contando los minutos (Darcy)
Era ilógico preocuparte acerca de qué pensaría él de ti si supiera cada uno de los detalles que con tanto esfuerzo has logrado mantener bajo siete llaves? Guardados en lo más profundo de tu ser, sin poderlos compartir con otra alma. Detalles que se desarrollaban en las mañanas siguientes a las noches inevitables en que sabías que era lo que había sobrevenido para apoderarse de ti pero que, por más que luchases por recordar, solo encontrases un pozo negro en tu memoria, lo cual te frustraba y te llenaba de miles de incertidumbres y angustias. Sobretodo cuando te encontrabas deambulando en un lugar que no conocias y al cual no tenias idea de como habías llegado, pero encontrabas evidencia a tu alrededor de lo que habías hecho... evidencia avasalladora y cruel que te recordaba otra vez lo que eras y lo que hacías... o a quién se lo habías hecho... aunque no tuvieses consciencia de eso...
Cómo contarle a Darcy los pormenores si yo misma ignoraba los detalles? Y sin embargo no hubiese querido nada más que contarle todo pero... algo me detenía. Algo muy poderoso que nunca había sentido antes. Algo que sentía por él, que me inundaba al sentir su mirada rozar la mía y su cálida mano acariciar mi mejilla. Un sentimiento que, ahora me daba cuenta, estaba allí sin que pudiese evitarlo, y que debido a este, yo no soportaba la idea de cual pudiese ser su reacción al saberlo todo... No, no quería arriesgarme.
-No sé como hacer eso, Darcy.- le confesé, tras escuchar sus palabras, las cuales eran muy dulces, proveniendo de alguien a quien sin saber por qué, deseaba desesperadamente agradar, y el escucharlo decirme algo así me hacía sumamente dichosa, en realidad. -Entonces Darcy, si lo que dices es así, sólo quiero olvidarme de todo y aprovechar los momentos que paso contigo. Si no te importa quien soy, ni que es lo que hecho... mejor no hablemos de eso. Porque de lo contrario, tendré que confesar cosas que no le he confesado a nadie. Recordar eventos que prefiero mil veces olvidar. Cosas que por más que quise creéme, no pude evitar...- Me acerqué a él para envolver suavemente con mis manos ese hermoso rostro que me tenía subyugada desde que lo vi la primera vez y perderme en esos ojos que me resultaban más elocuentes y profundos que los de cualquier otro, y que me transmitian tanto con solo mirarlos.
-Pero ahora, por primera vez, me encuentro adonde quiero estar, haciendo algo que realmente quiero hacer, y eso es... estar contigo.- le dije sincera y apasionadamente, a medida que sentía mi corazón acelerarse y mandaba al diablo las convencionalidades y los tapujos. Y también lo que sabía que se esperaba de mi. Qué me importaba nada de eso si Darcy estaba aquí a mi lado y lo que sentía en estos momentos al encontrarme a tan corta distancia de él era más importante que cualquier otro previo evento en mi corta y malhabida existencia? Darcy Nightbell era todo lo que yo quería en este momento y si, de alguna manera, debía pagar después por dejarme llevar por lo que estaba sintiendo, entonces lo pagaría, lo pagaría gustosa, sin importarme ninguna consecuencia. -Sólo estar contigo, eso es lo único que quiero...
Cómo contarle a Darcy los pormenores si yo misma ignoraba los detalles? Y sin embargo no hubiese querido nada más que contarle todo pero... algo me detenía. Algo muy poderoso que nunca había sentido antes. Algo que sentía por él, que me inundaba al sentir su mirada rozar la mía y su cálida mano acariciar mi mejilla. Un sentimiento que, ahora me daba cuenta, estaba allí sin que pudiese evitarlo, y que debido a este, yo no soportaba la idea de cual pudiese ser su reacción al saberlo todo... No, no quería arriesgarme.
-No sé como hacer eso, Darcy.- le confesé, tras escuchar sus palabras, las cuales eran muy dulces, proveniendo de alguien a quien sin saber por qué, deseaba desesperadamente agradar, y el escucharlo decirme algo así me hacía sumamente dichosa, en realidad. -Entonces Darcy, si lo que dices es así, sólo quiero olvidarme de todo y aprovechar los momentos que paso contigo. Si no te importa quien soy, ni que es lo que hecho... mejor no hablemos de eso. Porque de lo contrario, tendré que confesar cosas que no le he confesado a nadie. Recordar eventos que prefiero mil veces olvidar. Cosas que por más que quise creéme, no pude evitar...- Me acerqué a él para envolver suavemente con mis manos ese hermoso rostro que me tenía subyugada desde que lo vi la primera vez y perderme en esos ojos que me resultaban más elocuentes y profundos que los de cualquier otro, y que me transmitian tanto con solo mirarlos.
-Pero ahora, por primera vez, me encuentro adonde quiero estar, haciendo algo que realmente quiero hacer, y eso es... estar contigo.- le dije sincera y apasionadamente, a medida que sentía mi corazón acelerarse y mandaba al diablo las convencionalidades y los tapujos. Y también lo que sabía que se esperaba de mi. Qué me importaba nada de eso si Darcy estaba aquí a mi lado y lo que sentía en estos momentos al encontrarme a tan corta distancia de él era más importante que cualquier otro previo evento en mi corta y malhabida existencia? Darcy Nightbell era todo lo que yo quería en este momento y si, de alguna manera, debía pagar después por dejarme llevar por lo que estaba sintiendo, entonces lo pagaría, lo pagaría gustosa, sin importarme ninguna consecuencia. -Sólo estar contigo, eso es lo único que quiero...
Giselle Laroche- Mensajes : 533
Fecha de inscripción : 10/06/2010
Re: Contando los minutos (Darcy)
No me importaba en lo absoluto lo que antes de hoy, lo que antes de conocerla en la estación pudiese haberle pasado, y para nada sonaba egoísta, pero hay momentos en que las palabras sobran, y el silencio y las acciones toman prioridad. Al sentir sus caricias en mi rostro, algo indescriptible pasaba dentro de mí, mi ritmo cardiaco se aceleraba de una manera asombrosa al sentir su piel sobre la mía, inconscientemente mi rostro comenzaba a moverse lentamente dejándose llevar por sus manos, como buscando un contacto eterno, que durara toda la eternidad. Mi rostro fue acercándose al suyo pausadamente, sintiendo su respiración, y el latir de su corazón tratando de salir de su pecho. Sin más ni más, sin poder detenerme, aun así lo deseara jamás pasaría mis labios buscaron empedernidamente los suyos, para perdernos en un beso fuera de reglas, solo nosotros dos, Giselle y Darcy. Me separe un poco bajando la mirada, sonreí un poco por la pena, pero era algo que quería hacer desde la despedida en la estación.
La mire fijamente mientras sentía un bochorno recorrer mi rostro – Perdón Giselle, no pude controlar mis impulsos, ni mis deseos, las ansias que me carcomen al momento de estar contigo – Tomé sus manos y las besé desaforadamente – De sentir a cada momento estas caricias que me vuelven loco, sé que es un poco apresurado, solo tenemos dos días de conocernos, pero las grandes oportunidades nunca las dejo pasar… - me alejé un poco de ella, no sé si el fantasma de la vida galante hacia presencia en mi cuerpo, bese en la primera cita a una chica.
Era acaso que Darcy Nigthbell había encontrado al amor de su vida? Aquella dama que con solo palabras pueda calmar esta bestia que duerme tranquilamente dentro de mí, Darcy, se ha enamorado? Mi respiración se agitaba, como si por momentos me faltara el aire, pero con una sensación placentera, como explicar la onda de emociones que me envolvían al sentirá tan cerca, al probar eso labios que me besan naturalmente, sin máscaras. Por primera vez me sentía cómodo, sin preocupaciones, por primera vez sentía que algo me salía bien en un camino de tropiezos y tragedias, por primera vez, gracias a esas caricias, a esas mirada de mi Madame, de Giselle, me sentía LIBRE.
La mire fijamente mientras sentía un bochorno recorrer mi rostro – Perdón Giselle, no pude controlar mis impulsos, ni mis deseos, las ansias que me carcomen al momento de estar contigo – Tomé sus manos y las besé desaforadamente – De sentir a cada momento estas caricias que me vuelven loco, sé que es un poco apresurado, solo tenemos dos días de conocernos, pero las grandes oportunidades nunca las dejo pasar… - me alejé un poco de ella, no sé si el fantasma de la vida galante hacia presencia en mi cuerpo, bese en la primera cita a una chica.
Era acaso que Darcy Nigthbell había encontrado al amor de su vida? Aquella dama que con solo palabras pueda calmar esta bestia que duerme tranquilamente dentro de mí, Darcy, se ha enamorado? Mi respiración se agitaba, como si por momentos me faltara el aire, pero con una sensación placentera, como explicar la onda de emociones que me envolvían al sentirá tan cerca, al probar eso labios que me besan naturalmente, sin máscaras. Por primera vez me sentía cómodo, sin preocupaciones, por primera vez sentía que algo me salía bien en un camino de tropiezos y tragedias, por primera vez, gracias a esas caricias, a esas mirada de mi Madame, de Giselle, me sentía LIBRE.
Invitado- Invitado
Re: Contando los minutos (Darcy)
Continué sumergida en su mirada mientras acariciaba su rostro lentamente, apreciando cada uno de los detalles de su estructura, queriendo grabarlos por entero en mi memoria para que cuando me encontrase sola en mi habitación pudiese repasarlos una y otra vez. Porque sabía que, y me daba repentinamente cuenta en este momento, que cuando me encontrase únicamente con mi compañía, anhelaría la de él. La anhelaría intensamente, extrañando su presencia, esa presencia, que sabiéndolo él o no, acaparaba por completo cada lugar en que nos encontrabamos, de manera que en realidad ya no me acordaba de adonde íbamos, pues él llenaba todos los espacios, de tal manera que no podía darme el lujo de pensar en algo que no fuese él, o de sentir algo que no fuese un deseo intenso de entregarle todo a él.
Era como si nada más existiese y cuando de repente, como si de un sueño se tratase, me di cuenta de que ese apuesto rostro se acercaba al mío, sentí mi pulso dispararse en silenciosa antelación, para luego sentir esos cálidos labios fundirse con los míos, de manera tan perfecta e intensa que sentí que una corriente recorría mi cuerpo por entero y ya no me sentí yo misma, sino como parte de él.
Cuando nos separamos no supe muy bien que hacer ni que decir, tan sorprendida me encontraba por lo que acababa de pasar. Sólo lo miré y escuché sus disculpas. Era mi impresión o... Darcy se sonrojaba? No lo sé, acaso si lo hacía, no me daba total cuenta porque cuando aún pensaba en ese beso ya sentía esos cálidos labios besar mis manos.
-Darcy...- dije, de repente, saliendo de mi ensimismamiento. Como se escuchaba de hermoso ese nombre al pronunciarlo. -No sé si es apresurado o no, en realidad qué importancia tiene el tiempo cuando te encuentras con algo así...- le dije, todavía ofuscada por la intensidad de todo lo que ese beso proveniente de él me había echo sentir. -A la mejor cuando algo así pasa... no está bien buscarle explicación y las disculpas salen sobrando...- añadí, sin saber de donde me venía todo ese ímpetu pero... lo que si sabía era que... empezaba a darme cuenta de qué era ese sentimiento que me había embargado en los últimos dos días... -Pero por favor no me digas que te arrepientes ya de lo que acaba de pasar...- le pregunté apesadumbrada pues me daba cuenta de como él se había echado hacía atrás alargando esa distancia entre nosotros que yo... únicamente hubiera querido acortar...
Era como si nada más existiese y cuando de repente, como si de un sueño se tratase, me di cuenta de que ese apuesto rostro se acercaba al mío, sentí mi pulso dispararse en silenciosa antelación, para luego sentir esos cálidos labios fundirse con los míos, de manera tan perfecta e intensa que sentí que una corriente recorría mi cuerpo por entero y ya no me sentí yo misma, sino como parte de él.
Cuando nos separamos no supe muy bien que hacer ni que decir, tan sorprendida me encontraba por lo que acababa de pasar. Sólo lo miré y escuché sus disculpas. Era mi impresión o... Darcy se sonrojaba? No lo sé, acaso si lo hacía, no me daba total cuenta porque cuando aún pensaba en ese beso ya sentía esos cálidos labios besar mis manos.
-Darcy...- dije, de repente, saliendo de mi ensimismamiento. Como se escuchaba de hermoso ese nombre al pronunciarlo. -No sé si es apresurado o no, en realidad qué importancia tiene el tiempo cuando te encuentras con algo así...- le dije, todavía ofuscada por la intensidad de todo lo que ese beso proveniente de él me había echo sentir. -A la mejor cuando algo así pasa... no está bien buscarle explicación y las disculpas salen sobrando...- añadí, sin saber de donde me venía todo ese ímpetu pero... lo que si sabía era que... empezaba a darme cuenta de qué era ese sentimiento que me había embargado en los últimos dos días... -Pero por favor no me digas que te arrepientes ya de lo que acaba de pasar...- le pregunté apesadumbrada pues me daba cuenta de como él se había echado hacía atrás alargando esa distancia entre nosotros que yo... únicamente hubiera querido acortar...
Giselle Laroche- Mensajes : 533
Fecha de inscripción : 10/06/2010
Re: Contando los minutos (Darcy)
Volví mi mirada, nuevamente me aferre a esos ojos que con un solo parpadeo pueden desvestir a cualquiera hombre, un hechizo femenino en el cual estaba dispuesto a someterme, rogaba al cielo el momento para volver a repetir ese contacto, ese beso que sin inhibiciones detenía el tiempo en ese momento, alejando malos recuerdos, dejándonos en una burbuja la cual solo ella y yo controlábamos, pero que por momentos la timidez que me cobijaba hacia reventarla inmediatamente, pero en instantes ese aroma de su piel me domaba, como a un corcel que planea escaparse del corra, de ese pequeño lugar que lo mantiene preso, pero aun así, me encantaba. El tiempo jugaba su estrategia, seguía avanzando en lapsos rápidamente sin dejar un momento para disfrutar, pero ese beso, controla esas manecillas, como esa noche antes de éste día. Las palabras de mi viejo siempre me acompañan a donde quiera que voy, mas no sé si por esta vez solo un recuerdo o el alma de mi padre hacia presencia en esta capilla “hijo mío, a la vuelta de la esquina encontraras siempre una tienda que habrá de sorprenderte la primera vez, pero más adelante, a media cuadra, cruzando la calle veras a la mujer de tus sueños, aquella que se entrega a ti por tal y cual eres, en el amor no existe status social, solo es de dos, no lo dejes escapar que como el tiempo, un buen amor es difícil de recuperar”. No sé si más que una alucinación era la presencia de mi padre invocando a un pensamiento más profundo y las palabras de Giselle siempre daban en el clavo, como ahora que busco algo de libertad me detengo ante las oportunidades, porque me alejo de algo que pareciese normal, la bese, me correspondió, esa impresión me dio, y ahora volteo la cara en señal de arrepentimiento cuando lo único que quieres escuchar es un “hazlo de nuevo” o que ella tome la iniciativa, ya no sé qué locuras me abordan, ya no sé qué pensar…
De pronto caí nuevamente en esa cuestión, pensar… para que hacerlo, después ella probablemente se iría por la puerta y como saber si la volverías a ver, anqué las cosas aparentaran lo contrario, algo de dramatismo hacen que un hombre tome una sabia y férrea decisión. – No Giselle, no me arrepiento de nada, son los impulsos de un hombre los que le hacen perder la cordura, sumado a todo lo que conlleva tenerte frente a mí – Volví a mirarla, ahora con una decisión que ni yo mismo podía entender, pero de ahora en adelante, jamás volvería a anteponer una duda antes o después de algún acto, no con ella. Nuevamente me acerque, acorte la distancia de nuestros cuerpos, mis manos ahora sin timidez se posan en su rostro, que solo disimula lo azorado de sus mejillas, sonreí levemente mientras me enfilaba a probar una vez más de ese elixir que conlleva más que solo gusto y costumbre, se envuelve en un sentimiento inexplicable para los ojos de los principiantes, pero que ante nuestros ojos, era lo más hermoso… “Mírate Darcy, estas entrando en cursilerías”, nuevamente sonreí al escuchar esa voz en mi cabeza y no me importaba en lo absoluto.
Su mirada se imponía ante la luz que reflejaban algunos ventanales, haciéndome reír nuevamente – Creo que de ahora en adelante, dejare de buscarle explicación a algo más que normal, a algo que quiero que pase, sin detenerme a pensar en el futuro, que pasara si hago o no hago esto – Tomé su mano atrayéndola más a mí, sintiéndola más cerca que nunca, y besándola suavemente, por todo su brazo, llegando a su cuello estancándome unos minutos y perdiendo el control una vez más en sus labios, que más que temerosos, cooperaban con el momento.
Lentamente nuestros cuerpos caían en un juego de caricias inocentes que no pararían, casi recostándonos en la banca, solo la mire un poco perdido – De ahora en adelante, me dejare llevar por sus deseos solamente, perdón, por tus deseos Giselle – Sonreí ante su expresión, mientras entrelazaba mi mano con la suya – De ahora en adelante Darcy Nigthbell es solo para usted… - Rápidamente mis labios buscaron con desenfreno los suyos, dejando la timidez a un lado, para comenzar un idilio al que decidimos llamar “Libertad”
De pronto caí nuevamente en esa cuestión, pensar… para que hacerlo, después ella probablemente se iría por la puerta y como saber si la volverías a ver, anqué las cosas aparentaran lo contrario, algo de dramatismo hacen que un hombre tome una sabia y férrea decisión. – No Giselle, no me arrepiento de nada, son los impulsos de un hombre los que le hacen perder la cordura, sumado a todo lo que conlleva tenerte frente a mí – Volví a mirarla, ahora con una decisión que ni yo mismo podía entender, pero de ahora en adelante, jamás volvería a anteponer una duda antes o después de algún acto, no con ella. Nuevamente me acerque, acorte la distancia de nuestros cuerpos, mis manos ahora sin timidez se posan en su rostro, que solo disimula lo azorado de sus mejillas, sonreí levemente mientras me enfilaba a probar una vez más de ese elixir que conlleva más que solo gusto y costumbre, se envuelve en un sentimiento inexplicable para los ojos de los principiantes, pero que ante nuestros ojos, era lo más hermoso… “Mírate Darcy, estas entrando en cursilerías”, nuevamente sonreí al escuchar esa voz en mi cabeza y no me importaba en lo absoluto.
Su mirada se imponía ante la luz que reflejaban algunos ventanales, haciéndome reír nuevamente – Creo que de ahora en adelante, dejare de buscarle explicación a algo más que normal, a algo que quiero que pase, sin detenerme a pensar en el futuro, que pasara si hago o no hago esto – Tomé su mano atrayéndola más a mí, sintiéndola más cerca que nunca, y besándola suavemente, por todo su brazo, llegando a su cuello estancándome unos minutos y perdiendo el control una vez más en sus labios, que más que temerosos, cooperaban con el momento.
Lentamente nuestros cuerpos caían en un juego de caricias inocentes que no pararían, casi recostándonos en la banca, solo la mire un poco perdido – De ahora en adelante, me dejare llevar por sus deseos solamente, perdón, por tus deseos Giselle – Sonreí ante su expresión, mientras entrelazaba mi mano con la suya – De ahora en adelante Darcy Nigthbell es solo para usted… - Rápidamente mis labios buscaron con desenfreno los suyos, dejando la timidez a un lado, para comenzar un idilio al que decidimos llamar “Libertad”
Invitado- Invitado
Re: Contando los minutos (Darcy)
Los segundos que transcurrieron mientras aguardaba su respuesta se hicieron interminables. Tal parecía que el tiempo se había convertido este día en mi enemigo. O tal vez desde ayer, desde el momento en que dejamos la estación y comencé a darme cuenta de como las manecillas se obstinaban en llevarme la contraria, cuando yo lo único que esperaba de ellas, era que me permitieran estar cerca de aquel caballero que con sólo mirarme había volteado mi mundo de cabeza, de manera que nada de lo que había tenido sentido para mi lo tenía ahora. Toda mi existencia se tornaba borrosa y la única claridad que vislumbraba era la que me traía la luz de sus ojos o los expresivos cambios en su rostro, o ese tono de voz que me afectaba tan profundamente al dirijirse a mi. Él, que al encontrase junto a mi, o al mirarme como lo había hecho hace tan sólo unos segundos me hacia estremecer de manera insospechada, ya que hasta ahora nunca se me había cruzado por la mente que algo así pudiese existir.
Ahora comenzaba a comprender de que hablaban esos libros en la antigua biblioteca de nuestra casa, a que se referían esas líneas al describir como un sentimiento puede avasallar de forma tan completa el alma de una persona. Pues, aunque había repasado las páginas de esos libros una y otra vez, nunca había entendido realmente su significado. No hasta ahora cuando por primera vez, experimentaba yo misma ese sentimiento. Por primera vez en mi vida mi corazón latía para hacerme sentir lo que era esa palabra conformada por cuatro letras. Era tan cierto, no podía dudarlo. No cuando se me iba la vida aguardando cual sería su siguiente reacción o su respuesta a mi pregunta. En ese momento lo supe con toda la convicción que jamás había sentido por nada en mi vida. Supe que... estaba... enamorada de Darcy...
La revelación me dejo sin aliento. Era verdad, esa sensación que experimenté al escucharlo cuando su rostro volteó a mirarme y escuché sus palabras. Esa sensación que me hizo sonreir de pura felicidad, al darme cuenta de que él ya no me rehuía, sino más bien acortaba la distancia que tan cruelmente se había abierto paso entre nosotros para permitirme sentir la cercanía de su cuerpo y escuchar su respiración y apreciar esas manos que tocaban mi rostro otra vez... Sentir esos labios que me embriagaban y que tan solo me hacían querer sentir más de ellos al besar mi brazo y señor, mi cuello... Sentir como mi sangre viajaba veloz en mis venas al volver a sentir sus labios sobre los míos.
-Darcy, mi querido Darcy.- pude decir, no sé ni como, al mirarlo con todo ese sentimiento en mis ojos y volver a tomar su rostro entre mis manos para llenarlo de besos y después sonreir ante sus palabras. -Te aseguro que yo tampoco me detendré a pensar lo que... tan sólo me basta sentir al estar contigo.- le dije, antes de apreciar su rostro bajo los rayos de luz que se filtraban para iluminarlo a él, a medida que nos recostabamos sobre la banca y le devolvía esas caricias que él me prodigaba, en las cuales no encontraba nada remotamente reprochable pues, simplemente expresaban nuestro sentir.
Era eso lo que algunos llamarían libertad? Sentir que te crecían alas para volar hasta lo más alto y tomar entre tus manos lo que deseabas al alcanzar esas alturas? -Solo te deseo a ti.- le confesé sonriendo al ver como los dedos de su mano enlazaban los míos para estrechar las palmas en un contacto que, parecía ser una promesa, y luego cerrar mis ojos para saborear esos labios tan embriagadores que nuevamente encontraban los mios y corresponder a ellos con avidez, tan solo queriendo perderme en ellos y sentir como mi corazón latía en mi pecho al escuchar esa última frase, que él era sólo para mi...
Ahora comenzaba a comprender de que hablaban esos libros en la antigua biblioteca de nuestra casa, a que se referían esas líneas al describir como un sentimiento puede avasallar de forma tan completa el alma de una persona. Pues, aunque había repasado las páginas de esos libros una y otra vez, nunca había entendido realmente su significado. No hasta ahora cuando por primera vez, experimentaba yo misma ese sentimiento. Por primera vez en mi vida mi corazón latía para hacerme sentir lo que era esa palabra conformada por cuatro letras. Era tan cierto, no podía dudarlo. No cuando se me iba la vida aguardando cual sería su siguiente reacción o su respuesta a mi pregunta. En ese momento lo supe con toda la convicción que jamás había sentido por nada en mi vida. Supe que... estaba... enamorada de Darcy...
La revelación me dejo sin aliento. Era verdad, esa sensación que experimenté al escucharlo cuando su rostro volteó a mirarme y escuché sus palabras. Esa sensación que me hizo sonreir de pura felicidad, al darme cuenta de que él ya no me rehuía, sino más bien acortaba la distancia que tan cruelmente se había abierto paso entre nosotros para permitirme sentir la cercanía de su cuerpo y escuchar su respiración y apreciar esas manos que tocaban mi rostro otra vez... Sentir esos labios que me embriagaban y que tan solo me hacían querer sentir más de ellos al besar mi brazo y señor, mi cuello... Sentir como mi sangre viajaba veloz en mis venas al volver a sentir sus labios sobre los míos.
-Darcy, mi querido Darcy.- pude decir, no sé ni como, al mirarlo con todo ese sentimiento en mis ojos y volver a tomar su rostro entre mis manos para llenarlo de besos y después sonreir ante sus palabras. -Te aseguro que yo tampoco me detendré a pensar lo que... tan sólo me basta sentir al estar contigo.- le dije, antes de apreciar su rostro bajo los rayos de luz que se filtraban para iluminarlo a él, a medida que nos recostabamos sobre la banca y le devolvía esas caricias que él me prodigaba, en las cuales no encontraba nada remotamente reprochable pues, simplemente expresaban nuestro sentir.
Era eso lo que algunos llamarían libertad? Sentir que te crecían alas para volar hasta lo más alto y tomar entre tus manos lo que deseabas al alcanzar esas alturas? -Solo te deseo a ti.- le confesé sonriendo al ver como los dedos de su mano enlazaban los míos para estrechar las palmas en un contacto que, parecía ser una promesa, y luego cerrar mis ojos para saborear esos labios tan embriagadores que nuevamente encontraban los mios y corresponder a ellos con avidez, tan solo queriendo perderme en ellos y sentir como mi corazón latía en mi pecho al escuchar esa última frase, que él era sólo para mi...
Giselle Laroche- Mensajes : 533
Fecha de inscripción : 10/06/2010
Re: Contando los minutos (Darcy)
Cada palabra hacia que mi realidad se estancara en un sueño del cual no quisiera despertar, pero esos labios me hacer recordar bruscamente que lo que ahora está pasando es verdad. Saber que tengo frente mío a la mujer que con solo unas palabras deshizo todo los planes de este viajero, que afortunado, encontró la manera de arrancar la sombra de la soledad que le acechaba años atrás – Si esto es un sueño querida, no me permitas despertar – Solo pude decir en un suspiro provocado al escuchar esas palabras cerca de mi oído, me desea, tanto como yo a ella.
Pero que tiene Paris que me hace perder la vida si en determinado momento tengo que dejarla? Ese misticismo que en momentos me amarra a las en las orillas de mismo cielo con un ángel como Giselle, una chica que posee todo lo que mi estricto padre desearía que tuviera la que probablemente en ese tiempo seria mi esposa, dulce, galante, hermosa, educada, y sobre todo de clase alta, todo eso debería tener mi eterna compañera ante los ojos de mi padre, pero lo que a mis ojos hacia a Giselle perfecta para mí era esa ansias de libertad, esa valentía a conocer los limites jamás explorados gracias a las normas que rigen nuestro día a día, y que en este momento descansaban a nuestros pies mirando como dos completos desconocidos se entregan a un juego de sentimientos provocados por besos, caricias, palabras tiernas que nuestra piel sentía y que hacía que el mundo ya no existiera, que el mundo fuéramos ella y yo.
Y es que las palabras se quedan cortas para tratar de entender lo que ambos sentimos, pero que al estar en esa capilla pareciere que el mismo Dios bendijera, que los mismos ángeles cobijaran con sus alas este sentimiento puro que por momentos se pierde en caricias y besos lejos del disimulo, guiados por el puro instinto de estar el uno con el otro. Muchos tratan a la mujer como un objeto que se luce ante los demás como una compañera, para mí, es el elixir de la felicidad eterna que debe disfrutarse poco a poco, bebiendo tragos lentos, deleitarse, gozar los momentos que pasas junto a ella… una puesta de sol, una cena elegante bajo la luz de la luna, sorprenderla a cada momento y no usarla como un amuleto. Para ser sincero, en mi vida había tratado a una mujer lejos de un saludo cortes, de un baile formal solo compañía, pero ahora se me brindaba la oportunidad de tratar a una dama, como nunca antes, tratarla como se merece, como mujer.
De pronto en un movimiento caímos al suelo, lentamente, ella encima mío, mis manos subieron acariciando su figura por encima de su corset, que delineaba finamente lo esbelto de su cintura, hasta llegar nuevamente a su rostro, acariciándolo con premura, gravando en mi mente casa rasgo que en éste se dibujara, ya que después de lo de hoy, sería difícil olvidar su nombre, su cara, sus ojos, todo de ella me encantaba, todo en ella me atraía. Manché nuevamente esos labios con uno de mis besos, lleno de deseo, de pasión, acariciando al momento su mejilla cual tela de ceda, cual gota de rocío en un pétalo de rosa. Antes de que cualquier cosa sucediese me detuve a contemplarla una vez más – Giselle, no sé qué viste en este viajero que te volviera loca, no sé qué vi en ti para perder el control – Y es que a cada contacto nuestros corazones se aceleraban, se podían sentir, escuchar en el silencio, nuevamente nuestras caricias lo decían todo, nuestros besos hablaban por nosotros, un lenguaje que pocos conocemos, un lenguaje que no necesita traducción, esto es amor, un amor que nació de una mirada, una mirada nublada por el vapor de aquel ferrocarril y que en una noche nos quitó el sueño por completo, pero que ahora nos recompensaba con creces. Fue larga la espera esa noche, y ahora me encuentro con ella, sintiendo cosas que no creí q existieran, no en mí, y más al escuchar cada palabra, la forma en como sus manos jugaban con mi cabellera, era simplemente única – Me deseas? – Sonreí algo azorado, mientras deslizaba mi saco que la cubría dejando en descubierto sus hombros, sin pensarlo y guiado por el instinto recogí su cabello y mis labios comenzaron a besar delicada mente esa zona, mientras que en un suspiro lo único que pide decir – Gracias Giselle – mientras que nos envolvía un clima lleno de pasión…
Pero que tiene Paris que me hace perder la vida si en determinado momento tengo que dejarla? Ese misticismo que en momentos me amarra a las en las orillas de mismo cielo con un ángel como Giselle, una chica que posee todo lo que mi estricto padre desearía que tuviera la que probablemente en ese tiempo seria mi esposa, dulce, galante, hermosa, educada, y sobre todo de clase alta, todo eso debería tener mi eterna compañera ante los ojos de mi padre, pero lo que a mis ojos hacia a Giselle perfecta para mí era esa ansias de libertad, esa valentía a conocer los limites jamás explorados gracias a las normas que rigen nuestro día a día, y que en este momento descansaban a nuestros pies mirando como dos completos desconocidos se entregan a un juego de sentimientos provocados por besos, caricias, palabras tiernas que nuestra piel sentía y que hacía que el mundo ya no existiera, que el mundo fuéramos ella y yo.
Y es que las palabras se quedan cortas para tratar de entender lo que ambos sentimos, pero que al estar en esa capilla pareciere que el mismo Dios bendijera, que los mismos ángeles cobijaran con sus alas este sentimiento puro que por momentos se pierde en caricias y besos lejos del disimulo, guiados por el puro instinto de estar el uno con el otro. Muchos tratan a la mujer como un objeto que se luce ante los demás como una compañera, para mí, es el elixir de la felicidad eterna que debe disfrutarse poco a poco, bebiendo tragos lentos, deleitarse, gozar los momentos que pasas junto a ella… una puesta de sol, una cena elegante bajo la luz de la luna, sorprenderla a cada momento y no usarla como un amuleto. Para ser sincero, en mi vida había tratado a una mujer lejos de un saludo cortes, de un baile formal solo compañía, pero ahora se me brindaba la oportunidad de tratar a una dama, como nunca antes, tratarla como se merece, como mujer.
De pronto en un movimiento caímos al suelo, lentamente, ella encima mío, mis manos subieron acariciando su figura por encima de su corset, que delineaba finamente lo esbelto de su cintura, hasta llegar nuevamente a su rostro, acariciándolo con premura, gravando en mi mente casa rasgo que en éste se dibujara, ya que después de lo de hoy, sería difícil olvidar su nombre, su cara, sus ojos, todo de ella me encantaba, todo en ella me atraía. Manché nuevamente esos labios con uno de mis besos, lleno de deseo, de pasión, acariciando al momento su mejilla cual tela de ceda, cual gota de rocío en un pétalo de rosa. Antes de que cualquier cosa sucediese me detuve a contemplarla una vez más – Giselle, no sé qué viste en este viajero que te volviera loca, no sé qué vi en ti para perder el control – Y es que a cada contacto nuestros corazones se aceleraban, se podían sentir, escuchar en el silencio, nuevamente nuestras caricias lo decían todo, nuestros besos hablaban por nosotros, un lenguaje que pocos conocemos, un lenguaje que no necesita traducción, esto es amor, un amor que nació de una mirada, una mirada nublada por el vapor de aquel ferrocarril y que en una noche nos quitó el sueño por completo, pero que ahora nos recompensaba con creces. Fue larga la espera esa noche, y ahora me encuentro con ella, sintiendo cosas que no creí q existieran, no en mí, y más al escuchar cada palabra, la forma en como sus manos jugaban con mi cabellera, era simplemente única – Me deseas? – Sonreí algo azorado, mientras deslizaba mi saco que la cubría dejando en descubierto sus hombros, sin pensarlo y guiado por el instinto recogí su cabello y mis labios comenzaron a besar delicada mente esa zona, mientras que en un suspiro lo único que pide decir – Gracias Giselle – mientras que nos envolvía un clima lleno de pasión…
Invitado- Invitado
Re: Contando los minutos (Darcy)
Existen segundos en los que el mundo deja de existir como lo has conocido hasta ese momento. Repasas de repente tu vida y te das cuenta de que hasta ese entonces has vivido totalmente engañada, pues muy tonta e impulsivamente, te habías creído que lo conocías todo y que nada podía sorprenderte. Pero que tontería más grande! Qué insensates tan ignorada. Que ilusa. Hasta este momento no habías vivido nada, nada en lo absoluto, y ahora te dabas repentina cuenta.
Ahora, por primera vez, notabas lo ignorante que habías sido pues no habías comenzado a vivir de verdad hasta el momento en que te habías encontrado con él. Hasta el momento en que Dios! bendita sea la vida, habías tenido la fortuna de conocerlo, por cualquiera que hubiese sido la razón. Hasta este momento en que, por primera vez, no veías la muerte como una desconocida a la que hubieses querido entregarte prematuramente. Señor no, no ahora que lo habías conocido a él. No ahora que por primera vez te sentías completamente viva por el mero hecho de estar junto a él. No ahora que por primera y única vez sentías ese innegable, inconmesurable y arrebatador deseo de saber todo de él, de sentirlo a él, de conocer todo de él, de perderte en él o... tal vez con él...
Ahora que al cerrar mis ojos sentía ese fuego tan arrebatador que me producían sus besos, que no podían más que dejar una marca invisible pero profunda en mi piel. Y sin saber muy bien como, me encontraba completamente segura de que ningún otro lograría nunca hacerme sentir como lo hacía él. Sentir que me costaba respirar al abrir mis ojos y observar los suyos para sentirme completamente hechizada, arrobada, encantada... observar esa hermosa sonrisa que de manera egoísta quería sólo para mi, sólo para mi, para poder observarla todos los días de mi vida, pues sería una tarea que.. no, no una tarea, un regalo! un regalo que me gustaría observar siempre, eternamente, si tan sólo... él lo quisiese así...O tal vez, él no lo quisiese... entonces, si él no quería que fuese siempre, aceptaría lo que él quisiese darme, así fuera tan sólo un corto tiempo, él cual guardaría y atesoraría siempre...
Siempre, siempre... pensé mientras mi piel respondía con toda naturalidad a sus caricias, como si fuese algo que hubiese estado esperando todos estos años hasta la llegada de él. Sonreí otra vez al escuchar sus palabras. No, no era un sueño, no podía serlo porque jamás un sueño había sido tan perfecto.
Caímos al suelo, para poder contemplarlo a mis anchas, y una vez más acariciar su rostro... recorrer su cuello suavemente con mis labios... enterrar mis dedos en ese cabello tan sedoso para maravillarme con esa sensación y acercarme de esa manera a él, para volver a probar sus labios y devolverle ese beso con esa pasión que de manera inexorable comenzaba a despertar en mi. Separme de él un instante, con mi rostro aún muy cerca de el suyo y escuchar sus palabras. -Todo, todo Darcy, lo he visto todo. Eres... todo lo que... siempre quise...-
Lo sabía con toda certeza, que aún sin sospecharlo, sin habermelo imaginado tan siquiera, en todos estos años, muy en el fondo de mi ser, siempre lo había esperado a él. Aunque... sin saber por qué su pregunta me hacía enrojecer un poco. Y sin embargo... era cierto que lo deseaba, aunque la mente se me ponía en blanco mientras esa extraña pero bienhabida capilla daba vueltas vertiginosas a mi alrededor, y mi cuerpo temblaba al sentir sobre mi piel sus labios, mientras me perdía en ellos otra vez, y, sin estar muy segura de como, lograba responder entrecortadamente. -Si Darcy... te deseo...-
Ahora, por primera vez, notabas lo ignorante que habías sido pues no habías comenzado a vivir de verdad hasta el momento en que te habías encontrado con él. Hasta el momento en que Dios! bendita sea la vida, habías tenido la fortuna de conocerlo, por cualquiera que hubiese sido la razón. Hasta este momento en que, por primera vez, no veías la muerte como una desconocida a la que hubieses querido entregarte prematuramente. Señor no, no ahora que lo habías conocido a él. No ahora que por primera vez te sentías completamente viva por el mero hecho de estar junto a él. No ahora que por primera y única vez sentías ese innegable, inconmesurable y arrebatador deseo de saber todo de él, de sentirlo a él, de conocer todo de él, de perderte en él o... tal vez con él...
Ahora que al cerrar mis ojos sentía ese fuego tan arrebatador que me producían sus besos, que no podían más que dejar una marca invisible pero profunda en mi piel. Y sin saber muy bien como, me encontraba completamente segura de que ningún otro lograría nunca hacerme sentir como lo hacía él. Sentir que me costaba respirar al abrir mis ojos y observar los suyos para sentirme completamente hechizada, arrobada, encantada... observar esa hermosa sonrisa que de manera egoísta quería sólo para mi, sólo para mi, para poder observarla todos los días de mi vida, pues sería una tarea que.. no, no una tarea, un regalo! un regalo que me gustaría observar siempre, eternamente, si tan sólo... él lo quisiese así...O tal vez, él no lo quisiese... entonces, si él no quería que fuese siempre, aceptaría lo que él quisiese darme, así fuera tan sólo un corto tiempo, él cual guardaría y atesoraría siempre...
Siempre, siempre... pensé mientras mi piel respondía con toda naturalidad a sus caricias, como si fuese algo que hubiese estado esperando todos estos años hasta la llegada de él. Sonreí otra vez al escuchar sus palabras. No, no era un sueño, no podía serlo porque jamás un sueño había sido tan perfecto.
Caímos al suelo, para poder contemplarlo a mis anchas, y una vez más acariciar su rostro... recorrer su cuello suavemente con mis labios... enterrar mis dedos en ese cabello tan sedoso para maravillarme con esa sensación y acercarme de esa manera a él, para volver a probar sus labios y devolverle ese beso con esa pasión que de manera inexorable comenzaba a despertar en mi. Separme de él un instante, con mi rostro aún muy cerca de el suyo y escuchar sus palabras. -Todo, todo Darcy, lo he visto todo. Eres... todo lo que... siempre quise...-
Lo sabía con toda certeza, que aún sin sospecharlo, sin habermelo imaginado tan siquiera, en todos estos años, muy en el fondo de mi ser, siempre lo había esperado a él. Aunque... sin saber por qué su pregunta me hacía enrojecer un poco. Y sin embargo... era cierto que lo deseaba, aunque la mente se me ponía en blanco mientras esa extraña pero bienhabida capilla daba vueltas vertiginosas a mi alrededor, y mi cuerpo temblaba al sentir sobre mi piel sus labios, mientras me perdía en ellos otra vez, y, sin estar muy segura de como, lograba responder entrecortadamente. -Si Darcy... te deseo...-
Giselle Laroche- Mensajes : 533
Fecha de inscripción : 10/06/2010
Re: Contando los minutos (Darcy)
Cuando encuentras a la mujer de ti vida, haces lo que sea por tenerla hoy y siempre a tu lado, lo que nunca pensé es que todo esto ocurriera tan rápido. Vine a Paris solo por distracción, solo una semana y me iría a recorrer el mundo junto con mi libertad, ahora ese pensamiento ya no existe, desapareció por completo. Un hombre puede cambiar sus decisiones y prioridades, las mías no eran claras hasta este día, y todo ese sentimiento se hizo más fuerte pasadas las 3 pm. Este encuentro más que fortuito, no, fortuito jamás, ahora creo en el destino más que en las coincidencias. Dicen que el amor toca varias veces a tu puerta, en ocasiones más fuerte, o era acaso el latido de mi corazón que no paraba de acelerarse en cada caricia, en cada rose de sus labios con mi piel, lo que era cierto es que la quería a mi lado, por siempre…
Quería gritarle que se quedara conmigo, implorarle al tiempo que se detuviera para vivir ella y yo eternamente, pero ese deseo era imposible, la eternidad solo existe si el propósito es muto, hacer que la llama del amor no se extinga, y en este caso, que no solo se quede en esta capilla, sino que alumbre el camino en nuestra senda oscura y llena de soledad, pero que por momentos como este alumbra kilómetros de un largo recorrido, tomados de la mano, haciendo frente a temibles obstáculos, grandes murallas que derrumbaremos con la fuerza de esto a lo que llamamos amor. Me detuve un tiempo a pensar, solo locuras, o más que nada era un sentimiento sincero y lo que sentía en lo más profundo de mi corazón, Giselle Laroche de Nigthbell!!! Suena bien, pero como preguntarle si estaba en la misma disposición que yo, que aunque muchos dirían que es muy rápido sentir esto, yo, por mi parte estaba más que seguro.
Estaba esperando el momento perfecto para deshacer los nudos de ese corset, que mantenía oculta esa piel que se erizaba al paso de mis caricias, pero ella no era de ese tipo de mujeres, Giselle requiere de un trato delicado, seducirla a cada momento, mostrarle es la única en mi vida, acariciarla hasta dejarla casi sin respiración, besarle cada parte de su cuerpo, dejando el tatuaje de mis labios que nadie más podrá borrar. Y mientras me perdía en ese mar de pensamientos pecaminosos, pero naturales noté como los cordones de su vestido se hallaban colgando a un lado, no sabía si seguir o detenerme, iré muy rápido?, que pensara de mí, además este no es el lugar indicado para… seguir los impulsos que nuestros cuerpos nos piden a cada segundo, a cada latir de nuestro corazón… Qué más da si es el lugar o no, ella es la indicada… con eso me basta y me sobra.
La quedé mirando, al notar mis acciones, mis manos recorrieron su cintura estancándose ahí por unos segundos, las palabras me atragantaban pero no podía decir nada, algo me hacía quedarme callado, algo me impulsaba a solo seguir esas acciones, a no detenerme, a dejarme llevar en sus brazos, en sus besos, en sus caricias que no se detienen, que pasan por mi pecho una y otra vez. Me mordí en labio sensualmente y deje mis deseos a manos de la libertad y la pasión, quiero ser libre, libre en sus brazos, ser libre pero a la ves solo de ella…
Quería gritarle que se quedara conmigo, implorarle al tiempo que se detuviera para vivir ella y yo eternamente, pero ese deseo era imposible, la eternidad solo existe si el propósito es muto, hacer que la llama del amor no se extinga, y en este caso, que no solo se quede en esta capilla, sino que alumbre el camino en nuestra senda oscura y llena de soledad, pero que por momentos como este alumbra kilómetros de un largo recorrido, tomados de la mano, haciendo frente a temibles obstáculos, grandes murallas que derrumbaremos con la fuerza de esto a lo que llamamos amor. Me detuve un tiempo a pensar, solo locuras, o más que nada era un sentimiento sincero y lo que sentía en lo más profundo de mi corazón, Giselle Laroche de Nigthbell!!! Suena bien, pero como preguntarle si estaba en la misma disposición que yo, que aunque muchos dirían que es muy rápido sentir esto, yo, por mi parte estaba más que seguro.
Estaba esperando el momento perfecto para deshacer los nudos de ese corset, que mantenía oculta esa piel que se erizaba al paso de mis caricias, pero ella no era de ese tipo de mujeres, Giselle requiere de un trato delicado, seducirla a cada momento, mostrarle es la única en mi vida, acariciarla hasta dejarla casi sin respiración, besarle cada parte de su cuerpo, dejando el tatuaje de mis labios que nadie más podrá borrar. Y mientras me perdía en ese mar de pensamientos pecaminosos, pero naturales noté como los cordones de su vestido se hallaban colgando a un lado, no sabía si seguir o detenerme, iré muy rápido?, que pensara de mí, además este no es el lugar indicado para… seguir los impulsos que nuestros cuerpos nos piden a cada segundo, a cada latir de nuestro corazón… Qué más da si es el lugar o no, ella es la indicada… con eso me basta y me sobra.
La quedé mirando, al notar mis acciones, mis manos recorrieron su cintura estancándose ahí por unos segundos, las palabras me atragantaban pero no podía decir nada, algo me hacía quedarme callado, algo me impulsaba a solo seguir esas acciones, a no detenerme, a dejarme llevar en sus brazos, en sus besos, en sus caricias que no se detienen, que pasan por mi pecho una y otra vez. Me mordí en labio sensualmente y deje mis deseos a manos de la libertad y la pasión, quiero ser libre, libre en sus brazos, ser libre pero a la ves solo de ella…
Invitado- Invitado
Página 1 de 3. • 1, 2, 3
Temas similares
» Contando con Imagenes
» Contando estrellas o delirando?. Stefany Ane Richards
» Los minutos me atormentan.... [Privado]
» A tres minutos de la media noche [Privado]
» La Mansión Del Mar (LIBRE)
» Contando estrellas o delirando?. Stefany Ane Richards
» Los minutos me atormentan.... [Privado]
» A tres minutos de la media noche [Privado]
» La Mansión Del Mar (LIBRE)
Página 1 de 3.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour