Edouard Carrouges

por **Edouard F. Carrouges** Sáb Nov 24, 2012 4:08 am

DATOS BÁSICOS

▲NOMBRE DEL PERSONAJE▲

Edouard Fréderic Carrouges.

▲EDAD▲

Veintiuno.

▲ESPECIE▲

Humano.

▲TIPO, CLASE SOCIAL O CARGO▲

Clase baja.

▲ORIENTACIÓN SEXUAL▲

Bisexual. Asexual. No lo tiene claro.

▲LUGAR DE ORIGEN▲

París, Francia.

DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

Edouard es alguien difícil de describir porque ha tenido que romper varias veces todos sus esquemas para volverlos a construir. Se trata sin duda de alguien escéptico y desconfiado por su propio bien, ya que ha sido sirviente desde muy temprana edad y entre las clases bajas uno debe aprender a tener picardía si quiere salir adelante. No es en absoluto un muchacho ingenuo o de pocas luces, aunque nunca ha ido al colegio ni recibido clases; toda su cultura se compone de los cuentos que le leía Betrice - una anciana criada que servía en la misma casa que él y a la que el chico considera su madre - y las escasas nociones de lectoescritura que ha ido adquiriendo por su cuenta. No obstante eso no es algo que le preocupe o en lo que pueda invertir su tiempo, sabe que nunca podrá acceder a profesiones más dignas que la que tiene y mucho menos ir a la universidad. Siempre ha seguido la ley de la calle: no hay que tener excesivos escrúpulos y el que corre más rápido es el que consigue algo para comer.

Vivió muchos años sirviendo a un ama que lo trataba como amante forzado y como un juguete, le escogía la ropa, le rizaba el pelo y le decía cómo debía colocarse y cuándo debía desaparecer. Eso contribuyó a que durante toda su adolescencia su personalidad, que pugnaba por abrirse camino, tuviera que ser doblegada como un árbol al que se obliga a crecer en otra dirección. Se torció irremediablemente y se llenó de un rencor que todavía hoy le cuesta reprimir, pero no es por ello mala persona. Es capaz de sentir afecto por otros y ha habido gente en su vida que le ha ayudado, como la dueña para la que trabaja ahora. Otros también le han recordado que abrirse demasiado puede hacer que le rompan el corazón, pero esa es otra historia.

¿Cómo puede alguien aunar tantas contradicciones? Carrouges es un superviviente. A veces se lamenta de su suerte y a veces se siente afortunado cuando se compara con otros que están peor. A veces echa de menos unos brazos que le den el consuelo de un corazón afectuoso y a veces es arisco con los que intentan acercársele porque sabe que nadie le cuidará nunca tan bién como él mismo. Es un muchacho reservado con sus problemas y extrovertido con sus alegrías, de sonrisa fácil cuando no se siente amenazado. Se podría decir que todavía tiene que encontrar su lugar en el mundo, pero no tiene prisa. Está aprendiendo lentamente a permitir que otros se le aproximen, le tomen cariño y cuiden de él.

HISTORIA

Edouard no llegó a conocer a sus padres, al menos no de manera consciente. Cuando era pequeño cerraba los ojos y trataba de emular en su memoria algún olor de sus primeros días de vida, la visión de unos brazos acunándolo o el sabor tibio de la leche de su madre. Creía que lo conseguía en algunos instantes de especial lucidez, pero lo más probable es que se debiera únicamente a su imaginación y al anhelo de sentir el cariño de un hogar propio que nunca experimentó totalmente. Al parecer un hombre desconocido había dejado embarazada a una prostituta joven que incapaz de hacerse cargo de aquel fardo lloroso lo había abandonado a las puertas de una casa de caridad. Esa era una historia que se repetía mucho en el París de aquellos tiempos y con la que Edouard tuvo que conformarse mientras las monjas se ocupaban de mantenerlo en sus primeros años. No conoció grandes lujos pero nunca le faltó el pan en la boca, y así transcurrió su infancia hasta que Madame lo encontró.

Era una joven de buena familia que gozaba de la fortuna suficiente para tener sirvientes, y que un día llegó al hospicio anunciando que quería adoptar a uno de aquellos huérfanos para llevarlo con ella. Nadie sabe qué le hizo decantarse por Edouard, pero el caso es que con tan solo ocho años de edad el niño pasó a ser de su propiedad. Lo inscribió con el apellido Carrouges, que era el de la niñera de su familia, aunque jamás lo trató como a un pariente. Lo que Madame había ido a buscar en realidad era un criadito adorable al que poder vestir a juego con sus trajes y llevar por todo París como un complemento más, incluso le puso un lacito de fieltro al cuello como si fuese una mascota. Si bien al principio Edouard se rebelaba contra las normas estrictas que le impusieron pronto aprendió que no servía de nada, y que si se escapaba tampoco tendría a dónde ir. Entendió a la fuerza que el mundo estaba dividido en clases y que a él le había tocado ser la gallina que estaba abajo en el palomar, a la que cagaban todas las de arriba. Betrice Carrouges, la mujer de edad avanzada que había hecho de nodriza para Madame y sus hermanas, fue la única persona que le ofreció su cariño y su apoyo como un faro luminoso en medio de la tormenta. El chico empezó a llamarla madre, y ella impidió con su dulzura que cometiera una tontería y echara a perder la oportunidad que la vida le había ofrecido para salir adelante, aunque fuera de aquella forma tan servicial. Cuando la anciana murió Edouard ya no encontró ningún motivo para seguir en esa casa donde se le sometía a todas las vejaciones posibles, así que amenazó a su ama y ésta lo despidió.

Durante un tiempo anduvo entre trabajos de poca monta y la indigencia absoluta, hasta que conoció a un joven artista que ya no podía pintar. Juntos compartieron penas y se lamieron las heridas, se amaron y aprendieron a salir adelante. Cuando el otro tuvo que volver a su país de origen Edouard volvió a quedarse solo y con el corazón roto en pedazos. Desde entonces ha aprendido una valiosa lección: que todo es pasajero y que solo queda vivir lo mejor posible los días que le han sido dados. Ha entrado al servicio de otra mujer de clase alta que lo trata con dignidad y se está reconciliando con la vida, aunque como todo el mundo tiene días más aciagos que otros.

DATOS EXTRA

- No hace mucho que descubrió la existencia de los seres sobrenaturales.
- Está aprendiendo a leer y a escribir.
- Lleva siempre colgada del cuello una sortija que fue de Betrice.

por **Tarik Pattakie** Dom Nov 25, 2012 2:04 am

FICHA APROBADA
BIENVENIDO A VICTORIAN VAMPIRES

Edouard Carrouges

Edouard Carrouges

Re: Edouard Carrouges