Soy peligrosos solamente si tengo hambre [Privado]

por **Darwyn Moriarty** Dom Nov 25, 2012 1:21 pm

Las cosas nunca eran como las personas deseaban que fuera, siempre hubiera complicaciones, acciones y reacciones que no serian de su agrado. ¿Qué debieran hacer? Revolucionarse, liberarse, ver un nuevo mundo en el cual podrían estar sin necesidad de que nada les preocupara. Darwyn ya había pasado por muchas cosas y aun así seguía siendo el mismo desquiciado que era desde que había sido apenas un pequeño bebe, no había cambiado, aunque sus hermanos siempre le molestaran por ser diferente, nunca había tenido la intención de cambiar, el era como era y siempre seria de esa forma.

Algo que siempre le había gustado, aunque exactamente no sabía porque era, eran los ratones, buscarlos, jugar con él, ya de unos cinco años tenía la habilidad de poder encontrar aquellos pequeños animalitos, atraparlos y jugar con ellos, ahora que era un adulto y además vampiro no había dejado aquello de estar persiguiendo animales pequeños, no importaba su color, entra más difíciles de atrapar mejor, pero la única diferencia entre ayer y hoy era que también les servía para alimentarse.

Esta vez era uno un poco difícil, rápido y escurridizo, el parecía uno de aquellos gatos que se habían obsesionado con su presa, se veía apresurado moviendo sus ojos al compas de los movimientos del ratón, dejo salir una sonrisa animada, luego una risa que logro animar a todo su cuerpo para saltar y apresuradamente sujetar al ratón asustado por la cola –Te tengo!- dijo animado mientras alzaba a su vista el pequeño ratón que se mirada asustado y su pecho se inflaba de forma grandiosa, era un espectáculo, que lamentablemente el solamente podría apreciar.

Alzo la mirada exactamente sin saber donde estaba, ladeo su rostro mirando a su alrededor para poder ubicarse, había estado tan metido en la caza del animal que no había a donde había llegado, escucho una queja detrás de el “vas a entrar o no?” pregunto alguien que la daba un empujón, rápidamente Darwyn refunfuño mirando a su alrededor notando muchos hombres y el olor a sexo, estaba en la entrada de un burdel, puso al ratón en su mano, acomodándolo tranquilamente sin hacerle daño –Ah… bueno como fuiste bueno no te matare- le dijo mirándolo para luego darle un besito en su nariz… -nos vamos?- le pregunto mientras se entretenía con los ojos del animal que parecía entender que no estaba en mucho peligro, aquella reacción le encanto, casi siempre todos huían de su presencia, pero un simple animal se quedaba tranquilo en sus manos pálidas.

por **Gene M. Garbo** Dom Dic 30, 2012 2:52 pm

Tic tac…tic tac el reloj suena y las horas pasan
Y si no te apuras un castigo ganas

Iba corriendo, no que corriendo iba volando desde la costurera hacia el burdel con unos paquetes más que era la despensa, aquella noche se me había hecho tarde, muy muy tarde y estarían todas las mujeres furiosas conmigo por no estar ayudándolas a vestirse ni nada…no tendrían quien les arregle el cabello, ni las ropas y menos los baños…estaba muy angustiada por lo que entre caídas, golpes con paredes y personas, disculpas a medio dar y sobre todo el insulto de uno que otro hombre y mujer de la calle llegue con unos minutos tarde al burdel…
Doy pasos tranquilas tratando de calmar mi respiración cuando de pronto un hombre me empuja y caigo encima de otro…bueno casi caigo digamos que fue más como un tropezón y tu cuerpo se abalanza hacia adelante y lo que ves es unas manos extendidas con algo en la mano que alguien besa…creo que le tumbe…pero siento en mi bolsa que algo cae o rebota…no le presto atención…y me voy adentrando al burdel viendo al joven en el pórtico…
-Disculpa no fue mi intención golpearte ni desconcentrarte…lo siento mucho y disculpa que no me quede a ver si estas bien pero sino llego a mi puesto me mataran…- rio y le agito una de mis manos con una funda…el joven me miraba pero era una mirada de asombro o quizás algo perdida…

Entro y subo embalada a mi habitación y dejo una bolsa con pan y leche y algo de queso…luego salgo tan rápido como puedo a la habitación de las otras a dejar sus vestidos y encargos de frutas y comidas…cuando llego veo que están arregladas, bien peinadas, los cuartos con agua y las camas bien tendidas…las miro con asombro y ellas me sonríen y cada una toma sus pedidos y me da un beso en la mejilla o en la frente…sonriendo… -Tranquila niña, sabemos que estabas muy ocupada esta noche y quisimos ayudarte un poco con nuestras cosas, sabíamos que llegarías tarde así que nos las apañamos nosotras mismo con nuestras habitaciones y arreglo…y tranquila la madame no sabe de eso, tienes mucho que hacer en estos días- me sonríe y me alegro pero entonces… -tengo la noche libre- se quedan atónitas y aplauden cuando llega la madame y ve todo limpio y ordenado, cuarto a cuarto se va inspeccionando y lo ve todo tal como le gusta…
-Quien iba a decirlo Gene pero hoy tienes noche libre…puedes hacer lo que quieras…- salto de emoción y voy a mi habitación y saco de mi peinadora un libro y enciendo una vela leyendo… “Robinson Crusoe” una obra muy buena y me estaba aplicando con la lectura literaria…en eso un pequeño ruido y como un chasqueo venía de mi habitación…quizás…era mi imaginación pero luego oigo el sonido de la funda con la comida…y entonces veo una pequeña sombra salir y comer queso… -que lindo un ratoncito…te tendré como mi mascota- le miro y este se esconde… por lo que saco más queso y le pongo en el suelo hasta la ventana…veo como se asoma y va comiendo hasta tenerlo frente a mi cara… -tranquilo no te haré daño pero no puedes salir de este cuarto o la madame te matará…- reí y le acaricie era tan suave y peludito…chiquito y bonito…

Una linda criatura que a muchos hombres y mujeres hace gritar sería una lida mascota para cuidar…

por **Darwyn Moriarty** Jue Ene 10, 2013 2:29 pm

El animalillo se le había escapado ¿A dónde se habría ido? Miro la entrada del burdel y una mujer entrar rápidamente con una bolsa en donde pudo apreciar la nariz del pequeño asomándose, pero antes de poder reaccionar, la chica se había perdido entre tantas personas lujuriosas, tranquilamente podría entrar y encontrarla, pero odiaba estar en contacto de personas si no era necesario y además no se sentía de humor como para estar entre tantas cortesanas que estaba 100% seguro que lo atraparían como leonas hambrientas si lo veían, pues la atracción normal ante algo peligroso siempre era notable cuando una persona le atraía algún ser sobrenatural. Le gustaba cazar y divertirse, cazar cortesanos era una de sus aficiones favoritas pues eran fáciles, pero solamente para alimentarse, no le gustaba interactuar con ellos.

Se quedo por unos segundos en aquel lugar mirando detalladamente como las personas entraban y salían, algunas miradas se posaron en él y pronto cuando sintió que una de aquellas mujeres le miraba muy fijamente prácticamente se asusto y desapareció entra la oscuridad para luego llegar a un callejón que estaba más silencioso y tranquilo, estaba cerca del edificio del burdel, pudo oír un suave ruido salir de una ventana, con sus oídos escucho a un ratón roer y una joven hablándole, tal vez ese sería su ratón, aunque en realidad habían tantos ratones en el mundo que podría ser otro.

Siempre había sido como un niño caprichoso que siempre obtenía lo que deseaba y si no lo obtenía se molestaba, aunque era el segundo hermano mayor, en ocasiones parecía el menor y el mas consentido por el mayor, el vez por eso sus hermanas lo molestaban mucho y las menores parecían tenerle aquella envidia por ser el más indefenso y consentido de todos. Por culpa de ellas odiaba a las mujeres soñadoras y leonas hambrientas que buscan a un hombre solamente para destruirlo (metafóricamente) así que deseaba su ratón, aunque fuera insignificante él deseaba ese ratón no otro, pues aunque pudiera conseguirse otro, este no era asustadizo, se había congeniado bien y no había huido mucho de la presencia del vampiro, parecía domestico o algo así y aquella diferencia lo hacía especial para Darwyn.

Dio un salto hasta llegar a la ventana de donde provenía el ruido, con pies agiles se quedo en el marco, para luego abrir la ventana sin importarle que la joven que estaba al frente se asustara, pronto sus ojos perdieron importancia en el interior, ni detallo mucho los rasgos de la joven que tal vez ya estaba en el piso gritando de miedo –Sr Ratón!- exclamo mirando al ratoncito mover sus bigotes cuando noto la presencia del vampiro, rápidamente se subió a la mano de este cuando él se la ofreció –Tenias hambre… perdón por no ofrecerte nada- le susurro mientras le besaba el hocico al mismo tiempo que tranquilamente se sentaba en la ventana prestándole atención al ratón y olvidándose donde estaba, sujeto el queso poniéndoselo en la mano para mirar como el roedor comía con dulzura.

por **Gene M. Garbo** Mar Ene 29, 2013 3:31 pm

El ratoncito estaba comiendo cuando de pronto un ruido me puso algo nerviosa, me incorporé lentamente mirando pero en eso solo sentí algo de viento y la puerta abriéndose…pero lo más raro fue la sombra que se quedó frente a mi…me froté los ojos para ver si estaba loca o cansada de tanto trabajar y luego de eso el frio de la puerta…pensé que a lo mejor una de las muchachas había pasado y había golpeado mi puerta.

Justo cuando uno piensa lo más lógico y coherente…una vocecita…susurrando hacia…hacia… ¡el ratón! Antes de siquiera cerrar la puerta giré sobre mis talones y miré a la ventana donde había dejado al ratoncito y ahora lo vi sobre aquella sombra que poco a poco fue tomando forma y colores…era…era…¡un hombre! Me alarme tanto que casi caigo contra el suelo pues el asombro de ver a un hombre en mi habitación me produjo miedo…si alguien lo veía me matarían…eso estaba más que segura…

-QUE HACE AQUÍ…- grité asustada mientras corrí a cerrar la puerta…no quería que nadie lo viera o sería un problemón para él y para mi…bueno claro que a él no le dirían nada más que una retada leve de “debe primero pasar por la madame y pedir el servicio” pero a la que si fastidiarían sería a mi pues me darían una buena zurra….después de echar el cerrojo a la puerta miré atentamente a aquella figura y me calme al ver que solo venía por su ratón…¿mascota?...ahí ya pude respirar…ni siquiera noté que había cortado la respiración…el miedo hace que dejes hasta de respirar y pensar correctamente….

-Oh disculpe Monsieur….- susurre mientras agache el rostro un poco evitando que se notara mi sonrojo…esta apenada por haber gritado…casi no grito al nadie…por no decir que nunca lo hago… -No…no sabía…que…que el pequeño ratón era suyo…mil disculpas, no quería…usted sabe…gritarle…solo que- carraspee un poco para encontrar las palabras adecuadas, la verdad no sabía cómo lo iba a tomar

Camine lentamente hacia la ventana con una sonrisa a medias…estaba nerviosa y sobre todo curiosa de saber cómo un hombre de clase, porque se veía de que era de alta clase por sus ropas y su suave y aterciopelada voz, como un hombre así andaba con un ratón que a muchos de sus “co semejantes” haría gritar o asquear…eso me producía una cierta curiosidad y sobre todo que se haya metido al burdel y a mi habitación…por un animalito…

-Señor…debería salir de aquí…si lo pillán se meterá en un lio…salga al jardín, ahí le entregaré al ratón…si lo saca y lo deja ver delante de cualquiera se formará un alboroto tal, que hará que la madame lo saque a patadas y le cobre alguna compensación…así que para evitar eso, que tal si va al jardín trasero y me espera bajo el árbol, yo l llevaré al ratón sin que se lo vean y sin que este salga de su escondite…- sonreí gustosa pues sabía que así al menos pasaría un ratito a solas con una mascota…ya que gracias a la vieja dueña del burdel “D´ La Rousse” no podíamos tener mascota alguna ya que eso daría asco a los clientes y le produciría una ganancia menos a sus gordos bolsillo…hasta la quiebra…y después de todo aquel joven parecía muy dulce y amable…pero ¡caras vemos corazones no sabemos!.

por **Darwyn Moriarty** Lun Feb 04, 2013 9:30 pm

Las mujeres eran extrañas, siempre lo había pensado de esa forma y aquella joven no había sido la excepción, es más, juraría que podría ser aun más extraña que las otras que había conocido o visto mientras simplemente sus ojos se posaban en ellas, pues en realidad, nunca había sentido un gran interés en ellas. Escucho el grito y simplemente le ignoro mientras acariciaba la pequeña cabecita del rato, pronto lo dejo en su hombro para girar su cuerpo para ver a aquella jovencita que parecía ahora apenada por su comportamiento. Darwyn odiaba, casi que prefería hacerse el mucho antes de tener que hablar con una mujer, pero ella no parecía una arpía, es más parecía diferente, a él le gustaban los infantes y tal vez la estaba viendo como una niña –comparado con el, era una niña- y eso era bueno, pues no la vería mal ni tampoco sería agresivo con ella.

-No quiero- susurro como niño consentido mientras dejaba que el raton caminara entre sus hombros con tanteando con los bigotes algún la piel viva; gracias a la sangre robada. Del joven –No te preocupes, no me pasara nada- dijo riendo de forma suave mientras se sentaba en el borde de la ventana mientras cruzaba los brazos. Era un vampiro, muy pocas le podían hacer mal y unas simples personas no eran una de ellas. La chica era extrañamente tierna, aunque había gritado (algo que normalmente hacían) no había seguido el “protocolo” que ya estaba acostumbrado cuando aparecía así de repente en algún lugar, lo normal sería que gritaran, lloraran, buscaran escapar o en defecto se desmayaran. Ella no había hecho nada de eso.

-Mon amour- le susurro de forma tranquilo –No se altere tanto- estaba muy paciente esa noche, tal vez porque además de encontrar a un animalillo que no temía por su vida y jugueteaba tranquilamente entre sus hombros, había encontrado a una mujer que tampoco parecía temerle mucho, claro, aun ella no sabía lo que Darwyn era, pero eso poco a poco se descubriría, todo por la razón de que el tenia un cuerpo muerto y ella uno vivo, el era un cadáver y los cambios eran notables, aun su rostro fuera el mismo, al tacto no lo seria y también los inteligentes se darían cuenta de su “diferencia”.

-Usted es muy diferente a las otras mujeres… es, no se… más dulce, como la miel- aunque ya no recordaba el dulce sabor de la miel, ella le daba aquella sensación de ser tan dulce que las abejas estarían hipnotizadas ante ella, sonrió suavemente al notar en el rostro de la chica aun aquel miedo, ella debía ser un poco más inteligente y comenzar a preocuparse más por ella que por otras personas, las cuales se podrían cuidar tranquilamente como él lo podía hacer. Aun así no estaba seguro de decirle lo que era, no deseaba ver en aquella chica un rostro lleno de temor.

por **Gene M. Garbo** Jue Ago 29, 2013 6:37 pm

Un hombre que entra a la habitación de una mujer o es para follarla o simplemente para darle una golpiza de aquellas que la dejen soñada por un largo tiempo y luego quizás violarla, eso era lo típico que pasaba en el burdel, es más era de cada noche aquello, o si no, cuando no asegurabas tu puerta, entraban cortesanas con sus clientes y tenían sexo en tu habitación e incluso te ponían a ti en tríos y cosas así de extrañas, cosas que eran muy comunes, y hasta habituales.

Aquel hombre al parecer era, como decirlo, Ahm, distinto? Bueno quizás fuera un asesino elegante de aquellos gentleman que solo buscan a cortesanas para satisfacer sus bajos instintos y luego matarlas y arrojarles por el Támesis, entonces ¿Cómo actuar? Como una cortesana experimentada o una novata?, como una sumisa o una dominadora? Bueno la verdad es que experimentada no era, dominadora tampoco, así que sería una novata sumisa, mi papel de siempre ahí, pero…será en este caso igual? Me quedé pensando ante su presencia, pero el ratón al final me dio la respuesta. “Un hombre que tiene a una mascota y la trata así de dulce no tiene que ser una mala persona, al contrario debe ser muy buena”, tonta una que no sabe los males y la crueldad de las personas aun viviendo en un mundo como el de las burdeleras que es solo competencia por tener más clientes, más dinero y más sexo, y claro está que una reputación más grande como las mejores trabajadoras del pueblo parisino.
Tomé algo de aire y le mire a los ojos algo enfurruñada ¿Cómo podía hablarme así, si él estaba en mi habitación? Me senté sobre la cama con las piernas cruzadas y los brazos también, como si fuera una niña. –Sabe Monsieur, que esta es mi habitación- moví mi cabeza indicándole todo el lugar –aunque pago con trabajo es mi pedacito, y si le pasará algo, porque si la madame del burdel lo ve le sacará a escobazos, porque abajo esta la diversión y aquí el aburrimiento- miré al ratoncito y le leí, bueno ya no tenía mucho miedo como antes, será por Chris?, creo que sí, no sé.

A pesar de estar algo a la defensiva, y no era para menos en mi trabajo, aquel joven tenía una voz muy empática, además de que era suave y delicada, como si estuviera tan seguro de que no le pasaría nada, como si no le importara nada…le miré a los ojos y me sonroje por sus palabras, bueno, aun cuando en algo tenía razón aquel hombre también se equivocaba, pues era como todas las mujeres que no tienen educación y para mantenerse buscan un trabajo como el de prostitutas, en mi caso de ayudante y solo era prostituta cuando la madame me pedía o me vendí a los hombre ¿por qué? Porque era un reto para ellos sacarme de mis ariscas palabras para luego tener a la pequeña sumisa en sus manos…y eso me hizo sonrojar, pues eso me hacía diferente, ser dulce pero arisca… -No, no es que me altere, solo que…que…bueno no acostumbro a tener visitas en mi cuarto y menos de un caballero, casi nadie entra en esta habitación, y casi nunca estoy en una con un hombre- eso ultimo lo susurre, pues era verdad, eran pocas las veces que la madame me vendía por buen precio, ¿por qué? Así no me “desgastaba como las otras porque era la dulzura en estado puro” o eso me decía ella, así que volver a escuchar lo de dulce me hizo sonrojar más –Dulce yo? No creo, creo que soy más bien algo salada, por lo infortunios que ocurren a mi alrededor, yo de usted me mantendría alejado a miles de pasos, no vaya a ser que algo le pase por mi culpa, no quiero que nada malo le pase, solo eso, aun cuando sea un extraño es una persona, tiene vida y respira y no me gustaría que lo mataran o lo lastimaran- murmuré y los recuerdos y más recuerdos vinieron a mi mente, muerte, golpes (no sexuales), maltratos y una sería de insultos de la madame y de mi familia que ahora ya son solo un mal sueño.

por **Darwyn Moriarty** Sáb Sep 14, 2013 12:18 am

Pobre pequeña, parecía tan inocente y más frágil de lo normal, pero el sabia que aquellas mujeres tenían mas fuerza que muchos hombres, por eso no podría confiarse de la belleza interna que trasmitía aquella jovencita, seria caer en un juego demasiado mortal, como para sobrevivir, aun siendo un ser que duraría los años que deseara durar. La luna hermosa, como siempre, estaba en lo alto, la oscuridad total ya había abrazado a parís, era la ocasión para que las creaturas de la noche, aquellas que existían solamente en los mitos de viejos esquizofrénicos que se lo relataban, a los mas incrédulos o a los estúpidos, que llegaban a prestarle atención. ¿Qué tan mentira era todo aquello? Nadie podría verificarlo, si no tenía una experiencia con alguno de esos seres, pero aun así, solamente él estaría consiente pues mas nadie le creería su historia. Darwyn había pasado por eso hace mucho tiempo, cuando era cazador, muchas veces le hubiera gustado decirle a las personas ignorantes los peligros que habían alrededor de la noche, pero solamente seria para que lo tomaran por mas loco de lo que estaba.

Todo había cambiado cuando se había convertido en lo que habían estado cazando desde hace tantos años con sus hermanos, era algo irónico, lo había pensado desde hace tiempo, pero ya era algo del pasado, su vida era distinta y debía lidiar con eso, no con un estúpido pasado lleno de tragedias. Que mal se sentía al pensar en sus padres, nunca más los había podido ver, el no era un hombre solitario o no lo había sido, siempre rodeado de personas, de familia de seres queridos y ahora no tenía a nadie. ¿Acaso era cierto q los vampiros eran personas que necesitaban la compañía de seres iguales a ellos? El creía que tal vez sí, pero rápidamente se aburrían y preferían ser lobos solitarios antes de que estar en una manada, eso se lo podía dejar a los lobos o cambiantes, los vampiros si estaban muy juntos podían matarse mutuamente. Luego de estar cierto tiempo juntos. Tal vez por eso prefería salir corriendo y olvidarse de la existencia de sus dos hermanas arpías, aunque no le molestaba la compañía de su hermano Freyback, también en ocasiones era molesto, pues lo sobreprotegía mucho, por eso prefería la compañía de pequeños animalillos como lo que tenía en ese momento en mano, la compañía humana o sobrenatural no era muy bien recibida, aun así la aceptaba sin mucho que decir.

Ladeo su rostro un poco intrigado y a la misma vez divertido al ver como la joven buscaba trazar una línea en donde se sintiera bien. Su rostro sonrojado, se veía muy lindo, aquello atraía a Darwyn como abeja a la miel –Yo tampoco he estado con muchas mujeres- dijo se forma tranquila, mientras podía sentir como el ratoncito comenzaba a roer un poco un pedazo de su camisa. No le gustaba las mujeres, siempre había tenido cierto odio hacia ellas, pues el siempre había sido una persona muy tímida y las mujeres muy atrevidas le daba miedo. El miedo para el se convertía en odio fácilmente, por eso prefería rápidamente evitarlas. Preferías a las mujeres tranquilas, dulces y amables. El no era un caballero, no era bueno hablando con mujeres, no se lamentaba de eso, no podría dirigirle la palabra a una dama y menos a una tan linda como la que estaba al frente de el, sino le hubiera aquel rasgo que llegaba a sentir perfecto para el.

¿Acaso no podía jugar con ella al señor seductor sin lastimarla? No lo sabía pero tampoco lo quería saber, pues su nerviosismo era mayor que su valentía -algo escaso, para no decir nulo en el- -Señorita... ¿Cree en los hombres lobos y vampiros?- pregunto Darwyn mirándole a los ojos -Espero que sí, pues si no se desmayara- dijo mostrando sus colmillos. No quería lastimarla, solamente mostrarle que no podrían lastimarle fácilmente. La sujeto de un brazo antes de que pudiera salir corriendo –No se preocupe…- susurro sujetándola con mas firmeza, se atrevió a acariciar su rostro, apartándole un poco sus mechones de su rostro… ladeo su rostro, el animalillo salió de su cuello, al parecer había notado la cercanía de la mujer ante él, movió su naricita para volver a esconderse debajo de la ropa del vampiro –No tengo intensiones de lastimarla… se lo juro – aclaro rápidamente, mientras la soltaba poco a poco, detallando cualquier reacción, pues no quería hacer un escándalo, ni mucho menos que se desmayara.

por **Gene M. Garbo** Sáb Oct 12, 2013 8:19 pm

Intentos fallidos por encontrar las mejores soluciones, a veces los seres humanos siempre buscar arreglar todo lo que se presente frente a sus narices, como si fuera de su incumbencia, algunas veces era acertado pero otras no, por lo que siempre hacían dramas en cada segundo que transcurre, en eso se podía sentir la presión de los otros humanos en el “hacer cotidiano” el que te den más y más llenando los bolsillos de unos pocos y de otros solo llenan dolor, sufrimiento y pesares.
¿Siempre será así la humanidad? Quien sabe, quizás algún dia cambie, o quizás no, quizás solo sea todo una fachada para ocultar la felicidad de todos y todo a la vez; pero ¿el hombre que estaba frente a Gene seria así, o será un atento caballero? Bueno quizás a la dulce, tímida y sumisa Gene le gustaba y le atraía el peligro, quizás eso era lo que buscaba la muerte en manos de otros porque por su propia mano no la tendría porque no tenía el suficiente valor para ello, incluso para quitar la vida a otro ser no reunía el valor suficiente.

Al ver al joven ahí en su habitación recordó lo que antes había vivido en su casa, cuando era más joven e inocente, una soñadora, el abuso de su padre y sus maltratos, el hombre que le arrebato sus ganas de encontrar el amor y las palabras que salieron de su boca luego de destrozarla, todo eso volvió, y en vez de llorar, como quizás lo hubiese hecho se limitó a sonreír por las palabra que le mismo joven había dejado salir –bueno somos dos, creo que tenemos cierto temor por el sexo opuesto- con una risilla tímida puesto no sabia si aquello le agradaría escuchar, ya que no conocía al joven y mucho menos sabia si le gustaba sus comentarios, aquello le causo gracia el estar charlando con un joven, un hombre que no estaba alcoholizado y sacando orgullo de su hombría a gritos para que todos sepan, aunque muchas veces en habitaciones especiales (que ya sabia porque lo era) ahí no se gritaba solo se oían gemidos y nada mas.
Quien diría que los mitos se pueden volver realidad, quien creyera que los cuentos de las viejas religiosas a los niños para que se coman sus vegetales y sopitas sea verdad, aunque muchos solo trata de mirar a otro lado, y otros se hacen de la vista gorda al saber lo que ocurre, hay unos que no creen esas patrañas y a los que creen y están por ahí afirmándolo, los tildan de locos, pero eso es obra de los naturales y sobrenaturales pues para que se quiera por ahí a un hombre o mujer que ande gritando su existencia cuando muchos lo saben y pocos lo ignoran, pensar en ello me hizo perder un poco y cuando el joven me pregunto sobre mis pensamientos comencé a reír moviendo los mechones de mi cabello que se iban a mi rostro de tanto reír… -………- no dije nada solo suspiros por mi risa, hasta que ví aquellos colmillos que recordaba muy bien, no en vano había sido de dos vampiros y había conocido a uno hasta estar casi enamorada al punto de pensar que él también, cosa que no cabe mencionar ya… le mire y sonreí más negando –Venga hombre, tranquilo- le sonreí más amistosamente y corría a la puerta a cerrarla –no debes andar diciendo eso por ahí y menos aquí en el burdel, las mujeres se te echarían como lobas en celo pues uno como tu paga bien por servicios algo raros- era verdad, las chicas del burdel se disputaba cada vez que llegaba un o una vampyr, casi no iban muchos pues habían antes otros burdeles más elegantes y con chicas más finas y menos necesitadas que las de la Madame Rosette –los lobos son los que mas vienen por aquí, aunque debe en cuando un vampiro lo hace, creo que es porque les gusta sentirse centro de atención de las féminas o los caballeros al disputarse quien lo atenderá, me resulta un poco tonto esas disputas, porque al final no repiten, jamás repiten la compañía y eso es muy divertido como se pelean después- recordé una de las peleas que tuvieron dos de las chicas por un vampiro que llego y no las pidió a ni una de ellas sino a otra más vieja que ella, lo que provoco fue una pelea de gatas, pues se tomaron de los cabellos hasta tirarse y rasgarse cosas, eso me resulto muy divertido, aunque al final me toco limpiar todo, pero no paraba de reír, quizás por ellos siempre ando sola ahí en el burdel, y solo tengo de amigos uno que otro animalito que llega ahí por algo de comida o bebida o solo para resguardarse del sol

-por cierto me llamo Gene, es mi verdadero nombre, no uso nombre de “armas” como las otras cortesanas, me gusta mi nombre…y el tuyo,…y por cierto, si no vienes por las fiestas y la bebida ¿Por qué llegaste a este burdel si las mujeres no son lo tuyo eh?- le miro sorprendida porque por primera vez en meses se permitió tener esperanza de llegar a tener una amistad.

por **Darwyn Moriarty** Dom Ene 12, 2014 3:54 pm

Su naturaleza era ser un ser extraño, alguien que aun, antes, cuando era un simple humano, no parecía encajar bien en la sociedad, ni siquiera sus hermanos parecían entenderlo, cada uno era normal en sus cosas, a Darwyn le gustaba verlos vivir su vida, como ellos creían que debía ser, por suerte sus padres, entendiendo que su vida no iba a hacer fácil, dejaron que su creatividad fluyera sin ningún tipo de impedimentos, ellos no querían ser los causantes de una mala captación de su atención. Darwyn era muy inteligente, desde pequeño había ayudado al mejoramiento de armas, encontrado la utilidad de diferentes venenos, plantas y demás, todo para el uso de los cazadores, gracias a la cabeza de Darwyn llegarían a estar muy adelante que muchos cazadores, aun así era el raro de la familia, que prefirió estar entre libros que debajo de una falda, ni la de su madre a quien, mantenía alejada, por el mismo miedo que las mujeres le ocasionaba.

Cada segundo que pasaba con esa joven de ojos claros, llegaban a sorprenderle aun mas, su forma de tomar todo, además de su inocencia, que parecía no haber sido tocada, ni por los maltratos que había sufrido, que Darwyn apostaba que sufría, cada día. Darwyn abrió sus ojos sin comprender. ¿Por qué una mujer querría acercarse a alguien como él? Un vampiro era peligroso, no era bueno estar con él. Bajo la mirada, como sintiera que le estuvieran regañando, si bueno, el no había porque revelar tal secreto, ella tenía razón, había sido imprudente de su parte, pero ella merecía saberlo. ¿Por qué? No estaba seguro, era algo que le nacía de lo más profundo de su alma, sin saber exactamente por qué. — Que raras son esas mujeres — musito, con un leve mohín en sus labios.

Su cuerpo estaba relajado, alzo su mirada, sonriente — Mucho gusto, Gene — ladeo su cabeza un poco — Me llamo Darwyn Moriarty — inclino un poco su cabeza, para ser cortes, luego la levanto para quedarse mirando a la dama que tenia al frente — Bueno… era una ventana abierta, salte hasta ella y me encontré contigo — comento alzándose los hombros — Debo admitir que estoy alegre de que fuera sido contigo y no con alguien más…— el dejo salir una leve risa, entrecerró sus ojos y dio algunos pasos hacia ella, al mismo tiempo que entre abría los ojos y se quedaba más cerca, uno de sus brazos se alzo un poco, hasta llegar a tocar el pecho de Gene, en donde estaba situado su corazón, sentía su latir, su calidez, su belleza y juventud.

—Haz debido pasar por tanto… y aun así te vez tan angelical, sin ninguna chisma de maldad en tus ojos; en tu corazón — susurro, bajando la mirada, ahora el parecía tener un deje de tristeza impregnada en su corazón. — Me gustaría entender como lo has hecho, me parece increíble — su mano se deslizo, lentamente, hasta posar en su hombro, en donde se quedo, como si no quisiera separarse de ella, pues, seria para él, un trágico error. Aunque no lo admitiera… aunque no quisiera ni pensarlo, ella había logrado algo increíble.

Gene era su tipo de mujer.

por **Gene M. Garbo** Miér Mar 12, 2014 1:06 am

Dentro de la establecida sociedad existen parámetros que no se pueden quebrar porque de ella depende el desarrollo de la misma sociedad, así que para mantener la hegemonía los unos sobre los otros se han creado varios estereotipos como las clases sociales y la lucha entre ellas, lo que crea en la mente de las personas divisiones sociales manifestando impedimentos en cuanto a relacionarse los unos con los otros, solo quedándose entre mismas clases, así pues tenemos que los de clase alta no se pueden mezclar con la clase baja y menos con las prostitutas de los burdeles así sean de los más altos estándares, no pueden ser amigos ni novios, solo pueden tener una relación de sexo, amantes o ser la mantenida de uno, siempre ha sido así y nada lo cambiará…a menos…

En años sentí que podía tener un amigo, un amigo de verdad no como las del burdel que son solo por interés, no, esta vez sería un amigo de aquellos que se leen en los cuentos bueno realmente de los que te leen en los cuentos, no hay mucho tiempo para leer y no es que uno sepa mucho también, eso hay que tomar a cuenta, pero en este caso era todo lo contrario por una vez en milenios la lucha de clases se rompía en segundos, dos personas de mundos opuestos, de clases opuestas de razas contrarias estaban unidos por algo ¿qué?, sentimientos de cariño y de amistad, algo que al parecer ambos necesitábamos de verdad.

Miré al joven con una sonrisa que luego se trasformó en asombro, la mano de él en mi pecho justo ahí, me sorprendió pero a los segundos sus palabras y su mirada me hicieron ver que él no era malo como otros hombres ¡Vamos confía en él! Mi mente me regañaba constantemente, tomé su mano de mi hombro con una sonrisa y la puse frente a nosotros entre nuestro campo de visión, con el índice de mi diestra comencé a dibujar las líneas de su mano lentamente hasta recorrer sus dedos –Es fácil, porque así como tus líneas se han grabado todo de ti, así se ha grabado el dolor y la tristeza en mí, todo lo malo que me tocó vivir, pero así como de tu mano salen dedos de distintos tamaños así pongo mi vida en juego, trato de mantener todo en un equilibrio perfecto- tomo el meñique de él jugando –aquí va mi pasado esa pequeña parte de la cual quiero alejar de mi vida, pero es importante porque esa da paso a lo que soy ahora y el aguante que tengo en este trabajo- sonríe soltando su mano para mostrarle el lugar –Qué maldad puedo tener si he vivido con ella durante mucho tiempo y la sigo viviendo, que debería hacer? Cambiar? Ser como ellos? No arreglaría nada, al contrario creo que perdería algo que nunca se debe perder, la esperanza- aquello lo dije con una seguridad que jamás la había tenido –quizás no sepa mucho pero esto es lo que sé, sé que vendrá algo mejor si me lo propongo y me esfuerzo por ello y aunque tenga que sufrir un poco, no importa por al final la recompensa lo valdrá- pero luego en ese momento de revelación, como un rayó paso por mi mente el recuerdo de unas palabras “no hay nada más allá del porvenir que lo que te labras en el presente” un repelús sentí por todo el cuerpo y camine hasta la cama para sentarme tomándome las piernas con los brazos, le miré y le invite con una sonrisa –Quizás muchos digan que no debo guardar esperanzas, pero sino tengo una ilusión de algo más, de algo mejor un brillo de esperanza, no sería vida, no sería humana, no sería la tonta ayudante del burdel que es usada de vez en cuando por los hombres- alcé los hombros un poco suspirando jugando con el vuelo del vestido.
Los recuerdos de mi pasado venían como flashes relámpagos a mi cabeza –Acaso tu no esperas por algo mejor, algo que te haga sentir vivo, aunque me digas que estás muerto, sabes que me refiero a algo que te haga sentir como si tu corazón volviera a latir por algo más- alcé la mirada con una sonrisa mirando al a ventana –Las mujeres aquí solo buscan su “esperanza” en lo mejor que saben hacer, abrir sus piernas y pelearse por los mejores clientes, es su mundo un mundo donde si eres bonita y deseada te costará marcas en la cara para que dejes de serlo- mascullo molesta recordando lo que paso cuando estuve en Rusia con unas muchachas en una pelea, moví mi cuerpo tratando de alejar aquello recuerdos –Qué bueno que no vives con estas mujeres, te decapitarían de una con tal de sacarte todo el dinero, tienes una gran suerte Darwyn- me reí mucho porque era verdad, una verdad de una realidad social.

por **Darwyn Moriarty** Mar Abr 08, 2014 7:02 pm

”Hay algo dentro de ella que me atrae, ¿Qué será?... Ella es diferente”
—Darwyn Moriarty

― No tengo mucho que dar… ― inquirió suavemente, buscando reprochar un poco, sabía que no era como los demás, siempre era blanco fácil para los prejuicios, desde humano había sido así y ser un vampiro, había logrado aumentar su nivel de extrañeza, era inusual hasta para ellos, pero al menos sus compañeros de las sombras, parecía caerles con gracia su actitud, mientras que sus hermanos de sangre; también de sombras. Lo reprochaban a cada rato, aun así, estaban consientes de que no podrían cambiar a su hermano, el era como era, tal vez por una razón que no podrían explicar, ni comprender.

― Creo que es tiempo de que me vaya ― dijo, girando su rostro hacia la ventana, del mismo lugar en donde había llegado ― No quiero incomodarla más, siento que he llegado a ser un estorbo para usted ― pero debía admitir, que le había gustado aquel encuentro inesperado, tal vez pudiera repetirlo, pero no estaba seguro, aquel temor afloro en él, no era bueno con las mujeres y el pedirle volver a verla de nuevo, le parecía una ridiculez. ¿Por qué ella quisiera estar con alguien como él? Era imposible, era mejor dejarlo así, evitarse el sufrimiento y la decepción.

Sonrío suavemente, giro su cuerpo hacia la dirección contraria de ella, dispuesto a irse, su cuerpo comenzó a andar, pero se detuvo justo antes de llegar al marco de la puerta. Había una vocecita dentro de el, que le instigaba a atreverse a intentarlo, aunque toda la marea estuviera en su contra, era un debate interno, mordió su labio inferior, mientras se había congelado en su huida de aquel lugar, para volver a su andanzas sin rumbo por parís. ― ¿Qué podría pasar si nos viéramos otra vez? ― pregunto sin girarse a verla, miraba atentamente la madera de la puerta, el vidrio que lo componía, apreciando el reflejo de ella en aquel material, allí también se veía inocente, hermosa, cautivadora. ― No es necesario que sea en este mismo lugar…― sugirió, queriéndose adelantar a los hechos.

por **Gene M. Garbo** Sáb Abr 12, 2014 11:37 pm

Las palabras pueden ser oasis o dagas venenosas si no se las saben usar correctamente, algunas dan esperanza a algo y otras simplemente borran las ilusiones de las mentes humanas…pero que pasa con aquellos que ya no son humanos, acaso ellos ya no son lastimados con palabras, quizás, porque ha oído tantas y conocen otras miles más que no creo que haya alguna palabra que les quite algo que quizás no tengan…pero…¿y si solo lo ocultan?.

Miré a Darwyn y sentí un dolor en el pecho justo en mi corazón, agache el rostro negando me sentí muy pero muy mal por las palabras que él decía quizás porque sentía culpa, la mente comenzó a jugarme trucos extraños ¡si, ya ves ahí está tú y tu bocata, hiciste que se sintiera mal con él mismo, bravo Gene te felicito! Y era verdad mi comentario lo había puesto en ese estado y me lastimaba verlo así ¿por qué? Porque él no era como los típicos hombres con los que suelo cruzarme, él no me veía como un objeto sino como una persona sin importarle el lugar donde trabajaba.

-Yo…yo lo siento- solté antes que se marchara –Darwyn si mis palabras te molestaron u ofendieron en verdad lo siento- musité poniéndome de pie mirándole como se iba ¡Vamos haz algo, se está yendo de aquí, si se va te tocará bajar y…! –NO- rayos, de mi boca salió ese grito pero era parte de mis pensamientos pero como siempre mi cuerpo nunca me hace caso, en ciertas ocasiones –Digo, no eres un estorbo, al contrario eres un…un…- comenzando a caminar hasta él –Eres un vampiro interesante a diferencia de otros que he conocido- camine casi corriendo hasta él quedé a unos diez pasos de la ventana y de él… ¿qué podía decir o hacer para que no se fuera?...caminé lento hasta donde él estaba parado, le sonreía, aunque quizás no me viera pero se lo haría saber así que cuando él me preguntó aquello de vernos de nuevo.

Una idea paso por mi cabeza, años atrás había quedado aquella jovencita que huía a todo y todos ahora era una mujer libre, bueno casi libre que podía soñar con tener un amigo, un ¿hermano?, agache el rostro pensando no en la respuesta si no en lo que haría y corrí estrechando su espalda contra mí, mis brazos le rodearon hasta unirse en su pecho dejando a mi mejilla descansar en su espalda –Dónde y Cuándo?- pregunte sonriéndole –Dime donde sería yo voy a donde me digas y el día que sea, bueno obviamente que será de noche- reí mirándole la nuca esperando su respuesta, para escucharla en su espalda.

Sonreía para demostrarle que en verdad él no me molestaba al contrario él era el único amigo que tenía en esa vida que llevaba, en ese sufrimiento y se lo haría saber, aun cuando nos conocimos por primera vez…pero, no dicen que en ocasiones cuando el corazón salta por alguien de esa forma es amor a primera vista, pues bien en este caso no era amor de ese tipo sino más bien como una calidez de familia como si quisiera saber todo de él y cuidarle y protegerle, como si en verdad fuéramos un par de hermanos.

por **Darwyn Moriarty** Mar Mayo 06, 2014 10:45 pm

La razón le gritaba que era mejor alejarla de él, ella se merecía una mejor vida que relacionarse con un vampiro como él, pero parecía no atender, estar sordo y ciego a la lógica que el mismo sabia, pero que no quería entender, ni mucho menos aplicarlo, negó para darle a entender que no había sido ella el que había provocado su repentina retirada, era su naturaleza, el tiempo apremiaba o castigaba, ya era hora de partir.

― Dentro de tres noches, este lista ― dijo con suavidad, mientras una de sus manos se atrevía a acariciar su rostro ― No ha sido usted ¿Qué podría hacer usted que me molestara? ― sonrió levemente ― Me encargare de que alguien la venga a buscar, un carruaje, que la llevara a donde disfrutaremos una velada juntos ― a regañadientes se alejo de ella mientras terminaba de llegar a la ventana, dio un salto y choco con el piso, su cuerpo se había inclinado un poco, pero luego se ergio y miro hacia arriba en donde estaba la cortesana, con un ademan se despidió y comenzó a caminar por las calles oscuras de parís.

Ya faltaban unas horas para salir el sol, podría haberlas disfrutado conversado con ella, pero prefería tratar de seguir a su razón, aunque sabía que eso luego sería imposible si se volvían a encontrar, pero por ahora vagaría feliz por parís, sin la presencia de sus hermanos, acompañado del silencio de la noche y los leves murmullos de las almas dormidas, no sabía si volvería a sentir esa paz que en esos momentos apreciaba.

Esperaba poder volver a sentirlo…

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